OO7 | TENTACIÓN

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—Está asustada porque le provoco ganas de mandar todo al carajo y entregarse a los impulsos. Y créame, a mí también me asusta ésto porque es demasiado intenso, pero aún así, dejo eso de lado —llevó el dedo índice a su mentón para acercar más sus rostros, sintiendo sus tibias respiraciones mezclarse—. Quiero más que nada que usted también comience a seguir sus impulsos sin miedo alguno...

Sehyeon ya comenzaba a sentir imposible negar la atracción tan fuerte que estaba sintiendo por Jungkook, porque en ese momento en que sus narices se rozaron, sus latidos se aceleraron y aquel cosquilleo bajaba por su vientre, fue consciente de eso.
El hecho de estar en el mismo espacio, con sus respiraciones pesadas y mezclándose, provocaba que ambos sintieran aquel impulso de poder consumar finalmente aquella pasión que les hacía arder el corazón.
Jungkook quería más que nada seguir ese impulso sin miedo alguno, pero temía el cómo pudiese reaccionar ella.

Sehyeon intentaba más que nada ser fuerte, pensar en su vida, en su esposo, en cuanto lo amaba, y lo que quería realmente. Eso le hizo tomar una bocanada de aire, y apartar la mano del joven para girar la cabeza hacia el frente.

—No puedo. No lo haré —habló por lo bajo, provocando que este cerrase los ojos mientras soltaba un suspiro de  frustración—. No va a volver a repetirse. Y si no quieres tan sólo mi amistad, entonces, no vuelvas a acercarte a mí.

—Está bien —murmuró también mirando hacia el frente.

—¿A qué te refieres?

—Tendremos la misma relación que en un principio, como si fuéramos amigos—explicó intentando mantener la calma.

—Lo éramos y lo seremos, Jungkook.

—Le hablaré, reiré con usted, y puede llamarme si quiere que la consuele, pero jamás seré su amigo —aclaró conectando sus miradas—. No cuando la veo como mujer.

Sehyeon tragó con dificultad sintiendo cómo su corazón golpeaba contra su pecho, por lo que decidió volver su mirada hacia el frente e ignorarlo hasta que llegaron. Mientras que Jungkook se sentía completamente decepcionado, intentando no demostrarlo aunque una presión se había instalado en su pecho.
Detestaba el hecho de quedar como si fuesen como amigos, pero es que prefería eso antes que tener que volver a mantener distancia. Pues, los dos días anteriores donde siquiera pudo verla porque ella no salía de la casa y hasta había ignorado sus mensajes, sintió que estaba volviéndose loco, así que sabía que no sería capaz de soportar esa distancia otro día más.















(...)













Había pasado dos días desde aquella conversación, desde que Sehyeon decidió enfrentar la situación y decirle de su decisión. En cuanto bajaron del teleférico y se reencontraron con sus amigos, tan sólo cruzaron miradas hasta que subieron al coche, donde fueron en completo silencio, Jungkook hasta llegando a ignorar cuando Jimin le hablaba, poniendo como excusa que tan sólo se encontraba demasiado cansado.
Eso había hecho tensar demasiado a la mujer, la cual apoyó la cabeza en la ventanilla, perdiéndose en sus pensamientos hasta que se durmió, por lo que Jungkook tuvo que despertarla pidiéndole que se bajase del coche.

Sehyeon no pudo evitar sorprenderse al darse cuenta que no parecía hablarle de la misma manera, pero decidió creer que fue porque era todo demasiado reciente, hasta que al día siguiente Jungkook pasaba de ella. Se preguntó qué le sucedía, pues antes parecía no dejar de mirarla, no dejar de hablarle y buscaba su atención, y ahora tan sólo cruzaban alguna que otra palabra, lo que era por ella que le hablaba.

Durante el almuerzo fueron a la casa de ellos, ya que Seokjin los había invitado y él se encargaría de la comida junto a Yunjae con el cual formaron una gran amistad. Jungkook se sentó en el taburete a observarlos, llegando a hacer algún que otro comentario que demostraba sus celos por la amistad de ellos, lo que les hacía reír, más que nada Seokjin. Este conocía lo posesivo que podía resultar el joven, hasta tratándose de sus amigos, por lo que sabía que sus comentarios tenían algo de verdad, así que en un momento se acercó a abrazarlo por detrás, siendo empujado por el pelinegro que fingía no querer su abrazo y tan sólo bromear.
Los demás tan sólo reían por eso, mientras que Sehyeon y Sohyun se encargaban de colocar la mesa, la primera mencionada intentando saber por su comportamiento si es que ya iba a actuar con normalidad con ella al verlo más animado como antes.

Una vez que la mesa estuvo lista, tomaron asiento para comenzar a comer. Jungkook estaba sentado frente a la mujer, sintiendo su mirada por momentos, lo que hacía que la conectaran, y él le regaló una media sonrisa sin enseñar los dientes. Eso hizo que ella empezara a creer que quizás ya todo podría mejorar entre ellos, pero seguían sin hablar como antes.
No entendía porqué le frustraba tanto el gran cambio de aquel pelinegro, porque antes mientras comían hubiese buscado conversar, pero esta vez parecía estar más atento a su celular, llevándose algún que otro reproche del mayor de su amigo que le decía que era de mala educación aunque este pasaba de él.

Durante la tarde, Sehyeon se encontraba sentada en la arena junto a Sohyun y Siwoo, conversando animadamente, tratando así de distraerse. No quería seguir pensando porque sentía que acabaría volviéndose loca, no sólo por el comportamiento de Jungkook, sino también por la culpa y el hecho de que su esposo respetara tanto su decisión, y pareciera no importarle en absoluto que fuese una mujer libre, que pudiese fijarse en otro hombre.

—¿Estás bien? —preguntó Sohyun, llamando la atención de su hermana mayor.

—Claro —sonrió falsamente, sintiendo la intensa mirada de su mejor amiga.

—¿Has hablado con Hyunsoo?

—Oh... claro que sí. Es mi esposo, ¿cómo no voy a hablar con él? —soltó una risa histérica, logrando desconcertarla por un momento.

—¿Y... qué te ha dicho? ¿Cómo está?

—Bien. Ya sabes, como siempre ocupado por mucho trabajo —se encogió de hombros mientras intentaba no demostrar sus nervios.

—Me imagino que debe extrañarte demasiado.

—S-Sí, yo igual —medio sonrió desviando la mirada.

Sehyeon no era para nada de hablar de los problemas que pudieran existir en su relación, más que nada se le dificultaba con su familia, motivo por el cual no se lo había confesado a su hermana. Sohyun creía que todo iba perfecto como siempre en el matrimonio de su hermana, por lo que no siguió indagando.
Mientras tanto, Siwoo observaba a la pelinegra, aún sin creerse que fingiera que nada estaba sucediendo, pero tampoco pensaba en decir algo porque sabía que solamente con ella no se le dificultaba tanto el hablarlo. Pero no era la única que lo sabía, pues también estaba Jungkook, aunque tan sólo lo sabía porque la vio en un estado demasiado vulnerable, sino sería otra persona más que pensaría que todo iba más que bien en su matrimonio.

—¿Y tú? ¿Qué anda pasando con Seokjin? —indagó con picardía la más joven, mirando a Siwoo, la cual no pudo evitar sonreír.

—Si tu pregunta es si hemos follado, la respuesta es sí —confirmó provocando que Sohyun tuviese que cubrirse la boca para no chillar—. Y más de dos veces.

—¡¿Qué?! ¡¿En verdad?! —preguntó asombrada—. ¡¿Y cómo va todo?!

—Pues, me gusta demasiado como conectamos —confesó asintiendo, intentando restarle importancia—. Creí que podría llegar a ser inmaduro, pero me ha sorprendido. Puedo tener conversaciones serias con él, reírnos y follar duro —sonrió—. Nunca creí que encontraría a otro hombre que pudiera gustarme tanto.

—¡Aún no puedo creerlo!

—¡¿Sohyun?! —las tres al escuchar aquella voz masculina, giraron a ver a Yunjae, el cual estaba en el pórtico—. ¡¿Puedes venir a darme una mano, amor?!

—¡Claro! —asintió para luego levantarse—. Ya vuelvo.

—¿Y a ti qué te sucede? —interrogó observando a su mejor amiga.

Sehyeon la miró desconcertada por su pregunta, y se encogió de hombros, intentando prestarle atención, aunque quería más que nada ver hacia la dirección de dónde provenían algunos gritos y risas. De repente, una pelota cayó en frente de ambas mujeres, provocando que se sobresaltaran.
Al escuchar una risa, la pelinegra levantó la cabeza, observando cómo Jungkook corría aún riendo hacia la pelota para tomarla con las manos.

En ese momento no pudo evitar mirarlo de pies a cabeza, completamente embelesada por aquel joven que llevaba bermudas negras y su cabello corto húmedo y despeinado. Se detuvo a mirar sus anchos hombros, su torso desnudo y musculoso que le había sorprendido.
Este volvió a correr para patear la pelota hacia donde estaba su nuevo amigo y el golden retriever, que al igual que los jóvenes estaba mojado, ya que había jugado en las orillas.

—¡Deja de babear o se dará cuenta de cómo lo miras!

Sehyeon reaccionó, sorprendiéndose hasta de sí misma por cómo había quedado embelesada por aquel joven. Y es que siempre lo había visto atractivo, pero no como para que llamara su atención, además de que estaba el hecho de que ella le llevaba demasiados años, y ahora parecía que eso siquiera le importó porque se había perdido en él.

—¿Qué está pasándote? —indagó curiosa.

—N-Nada. No sé de qué hablas —fingió hacerse la desentendida.

—¿Segura? Sabes que puedes ser sincera conmigo.

Sehyeon tragó con dificultad sin saber qué decirle al respecto, pero giró a ver cómo Jungkook se despedía de su amigo, para así tomar su camiseta que estaba en la arena y colocarla en su hombro, dirigiéndose hacia la casa. El hecho de que pasara completamente de ella, provocaba que una inquietud se instalara en su pecho por más que intentaba ignorar eso.

—Ya le he dicho que no puede pasar más nada entre nosotros —giró a verla.

—¿Y qué te dijo?

—Al principio costó un poco, pero acabó entendiendo.

—No se nota que haya entendido porque ahora siquiera hablan.

—Olvídalo. Hablemos de algo más —suspiró frustrada.

—¡Regresé! —exclamó sorprendiéndolas, Sohyun.

Sehyeon comenzó a escuchar cómo Sohyun intentaba seguir indagando en lo que Siwoo tenía con Seokjin, pero su mirada se dirigió hacia la casa donde entró Jungkook. Estaba instalándose en su cabeza de gran manera, lo cual la desesperaba porque sabía que no estaba bien y que debía ser lo mejor que estuviera tomando distancia de ella, pero necesitaba una explicación del porqué de su comportamiento cuando habían quedado en que volverían a lo de antes.

Sin poder seguir reprimiendo su impulso, se levantó llamando la atención de su hermana y mejor amiga, poniendo de excusa que necesitaba hablar con Minhee, lo que se le hizo algo extraño a Sohyun. Siwoo no le creyó para nada, pero aún así decidió no hablar, aunque sí una sonrisa de picardía se le dibujó en el rostro, lo que Sehyeon intentó ignorar.

Se atrevió a entrar sin tocar, sorprendiéndose al no ver a Jimin y Minhee, pero eso era también algo bueno para ella porque si quería hablar con Jungkook, no sabría cómo explicarles sin que pudieran malinterpretar la situación, o quizás, hacerse una idea correcta de lo que sucedía. 
Subió de manera cautelosa por temor a encontrarse alguien ahí, pero al caminar por el pasillo y acercarse a la puerta de la habitación que recordaba que era de Jungkook, pudo escuchar su voz. Eso despertó por completo su curiosidad, y al ver la puerta entreabierta, asomó su cabeza para escuchar mejor.

Agh, ¡no me hagas ésto, carajo! —exclamó molesto—. No es un buen momento para que me lo menciones. Y todavía no olvido cómo anoche me dejaste demasiado mal, Hanna —mencionó provocando que Sehyeon abriera los ojos a la par por la sorpresa—. Sí, muy buena venganza, pero yo no creo que la mereciera. De todas maneras, en cuanto regrese la que va a rogar vas a ser tú y yo disfrutaré de verte así...

Este al sentir una presencia, volteó con el ceño fruncido, por lo que a Sehyeon no le quedó más que abrir por completo la puerta mientras tragaba con dificultad. No sabía porqué, pero sentía una presión en su estómago desde que comenzó a escucharlo hablar con aquella joven, y más que nada, por lo que decía.

¿Acaso le molestaba saber que le había mentido y sí estaba con una joven? Se suponía que no debía molestarle, pero estaba siendo invadida por sensaciones que no lograba comprender y despertaban una gran inquietud en ella.

—¿Sehyeon...? —su voz salió casi inaudible—. Te llamaré luego, Hanna.

Este colgó rápidamente sin escuchar lo que aquella rubia le decía, pero es que no podía apartar su mirada de aquella mujer que estaba frente a él y mordía el interior de su mejilla intentando actuar con normalidad.

—¿Qué hace aquí? —preguntó acercándose mientras llevaba la mano a la puerta.

—¿Quién es Hanna? —este al verla con el semblante serio, interesada en saber, se desconcertó.

—¿Importa?

—Pues, me dijiste que no te veías con ninguna joven, pero está claro con lo que escuché en esa llamada que sí —refutó cruzándose de brazos.

—Sehyeon...—murmuró inclinándose hacia adelante para acercar sus rostros mientras ella intentaba mantener su semblante serio y no debilitarse por ver sus orbes oscuros profundos—, ¿acaso con su esposo no debería haber aprendido a no creer en lo que decimos?

Ella abrió los ojos a la par por la sorpresa mientras Jungkook soltaba una risa cínica, para luego cerrar la puerta en el rostro de la mujer. No podía creerse para nada lo que se atrevió a decirle, por lo que aquella presión en su estómago parecía aumentar, aunque en sus ojos y en las palabras que soltó pudo notar el resentimiento.















(...)













Sehyeon no había dejado de pensar en aquellas palabras mientras en su cabeza se repetía una y otra vez cuando su esposo le confesó lo sucedido, aquellos primeros días torturantes donde no podía dejar de llorar, escuchando sus disculpas y sintiendo su desesperación al no saber si podría darle otra oportunidad. Sin dudas Jungkook le había dado en el punto justo para hacerla dudar aún más sobre qué hacer porque el dolor y enojo volvió a ella.
Siquiera bajó a cenar porque no era capaz de fingir, sólo miraba su celular, sus fotografías y videos con Hyunsoo, deseando poder volver a esos momentos donde eran felices, donde ella lo amaba plenamente, pero sintiéndose bien a su lado.

Al día siguiente Sehyeon se encontraba en la playa caminando junto a Minhee y Jimin, intentando distraerse un poco, quitar aquellas palabras y recuerdos de su cabeza, que habían logrado torturarla tanto el día anterior.

—Oh, es que anteayer al verlo quedé enamorada, pero al no tener dinero en la mano, decidí marcharme —explicó Minhee.

—¿Y por qué no me lo dijiste? —cuestionó Jimin—. Te hubiera comprado el vestido...

—Ay, ¡¿cómo crees?! —frunció el ceño—. No, Jimin.

—Eres muy orgullosa...

—Ya, entonces, ¿puedes llevarnos a Sehyeon y a mí al centro comercial? —preguntó ilusionada, por lo que este suspiró, pero acabó dirigiendo su mirada hacia uno de sus lados, lo que hizo que ellas también, Sehyeon sintiendo cómo su corazón se agitaba al ver a Jungkook cruzar para volver a la casa.

—¡JK! ¡Hey, JK! —alzó la voz llamando su atención, por lo que este antes de subir los escalones volteó a verlo con el ceño fruncido—. ¿Quieres venir conmigo?

—¿A dónde?

—Las llevaré al centro comercial.

Jungkook parecía pensar en su invitación, sintiendo la intensa mirada de la pelinegra, lo que hizo que este también la dirigiera a ella mientras su semblante se volvía más serio.

—Paso.

—¿Qué? ¡¿Por qué?! —cuestionó desconcertado, ya que creía que estaba haciéndole un favor al invitarlo porque podría estar con Sehyeon.

—Deberías unirte, Jungkook —intervino la pelinegra, sorprendiéndolos a los tres.

—Sí, ven con nosotros —sonrió Minhee, tomando del brazo a su novio.

—Ya, sí tanto insisten —se encogió de hombros—. Iré a pedirle las llaves del auto a Jin.

Ahora que Jungkook había aceptado, Sehyeon se sentía algo aliviada porque quería buscar la manera de hablar con él, hacerle saber que no estaba bien el comportamiento que estaba teniendo con ella. Pues, necesitaba que entendiera que lo mejor era no seguir dejándose llevar por sus impulsos, y que debía respetar el hecho de que seguía casada con un hombre que todavía amaba.














(...)














Jungkook se había encargado de conducir hacia la ciudad, mientras que Sehyeon miraba por la ventanilla intentando esconder los nervios que no entendía el porqué se los estaba generando aquel joven. La tensión la estaba alterando, por lo que en un momento abrió la ventanilla para que el sentir la brisa la ayudase, logrando llamar por un momento la atención del pelinegro, pero cuando sus miradas se conectaron pudiendo observar la curiosidad en sus orbes oscuros, este la apartó rápidamente para volver a concentrarse en el camino.

Cuando llegaron al centro comercial, subieron a donde estaba la tienda de ropa, y Minhee rápidamente comenzó a buscar el vestido que llamó su atención mientras que Jungkook sólo estuvo allí cinco minutos hasta que decidió esperarlos afuera. Pues, Jimin esperó que ella se lo probara y estuviera segura de que le gustaba, mirándola embobado, lo que hizo que Sehyeon sonriera al notarlo.

Al no gustarle nada de lo que estaba allí, decidió salir, observando por un momento a Jungkook que parecía estar respondiendo un mensaje mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en sus labios. Eso provocó que sintiera su estómago resolverse, pero decidió pasar por en frente sin lograr llamar su atención, lo que hizo que suspirara.

—Buscaré otra tienda, ¿quieres acompañarme? —preguntó sorprendiéndolo.

—¿En verdad quiere que la acompañe?

—¿Por qué no?

—Está bien. Vamos.

Jungkook guardó el celular nuevamente en el bolsillo de su pantalón para comenzar a caminar en un silencio realmente incómodo para ambos. Aún así, ninguno era capaz de decir algo para romperlo, sólo se dirigieron a otra de las tiendas donde Sehyeon comenzó a ver los vestidos y él tan sólo se dedicaba a mirarla.

Ella sólo se había probado un vestido azul, que él comenzó a desear más que nada poder vérselo puesto, pero no salió del probador, lo que hizo que se desconcertara hasta que la vio salir con el vestido en su brazo. Sehyeon había decidido comprárselo mientras Jungkook seguía pensando en porqué no dejó ver cómo le quedaba, o le pidió una opinión como había hecho Minhee a Jimin, a pesar de que estaba seguro que le quedaba más que bien y seguramente resaltaba aquellas curvas que lo volvían loco.

Al salir siguieron manteniéndose en silencio, hasta que vio a Jungkook dirigirse a una pequeña heladería, lo cual la desconcertó, pero decidió esperarlo mientras sacaba su celular. El sólo ver un mensaje de su mejor amiga, le hizo suspirar y sentirse una idiota, porque aunque no lo quisiera seguía esperando un mensaje o llamada de su esposo que seguía respetando firmemente su decisión.

—Aquí tiene —dijo una voz masculina que la hizo sobresaltar por un momento al estar concentrada en contestar el mensaje de su amiga. Al levantar la mirada se encontró con aquellos orbes oscuros que la observaban con curiosidad, y notó que llevaba un helado en cada mano, entregándole a ella el de chocolate—. No sé cuál es su favorito, pero no puede rechazar el de chocolate. No conozco a nadie que le disguste.

El notar su pequeña sonrisa nerviosa donde se asomaban sus paletas dándole un aspecto tierno, le hizo dar cuenta que probablemente ya no estaba tan molesto con ella, lo que podría ser un gran alivio, pero también le hacía temer que pudiera creer que podía seguir derribando los muros que intentaba volver a construir para no caer otra vez en el deseo.

—Jungkook, no...

—¿Va a rechazarme un helado? —preguntó asombrado.

—No es eso, es sólo que quiero que entiendas...

—No, ¿sabe qué? Olvídelo —habló molesto comenzando a caminar rápidamente hacia el bote de basura donde tiró el helado que le había ofrecido, lo que hizo que ella se sorprendiera.

—No hagas esto, por favor —pidió frustrada acercándose.

—¿Que no haga qué? —cuestionó volteando a verla—. Me hace venir aquí cuando he intentado evitarla, pero siquiera es capaz de aceptarme un jodido helado. No entiendo qué rayos es lo que quiere —espetó molesto—. Sé que no debí decir esa mierda ayer, que la lastimé y lo lamento, pero me dejé llevar porque estaba enojado con usted. Ahora sólo... deje de jugar conmigo, Sehyeon.

—No estoy jugando contigo. Sólo quiero que volvamos a llevarnos bien —aclaró mientras él desviaba la mirada, pasando la lengua por el interior de su mejilla.

—Está bien.

—¿En verdad? —Jungkook al ver su sonrisa y lo ilusionada que parecía, tuvo que luchar consigo mismo porque sentía que se volvía débil.

—Sí. Estamos bien.

—Entonces... ¿Me comprarás otro helado? —preguntó divertida, provocando que este sonriera mientras negaba con la cabeza, dándose cuenta que por más que supiera que no estaba haciendo bien, no podía seguir ignorándola porque era una tortura para él.

—Puedo compartirle el mío... que ya está derritiéndose —dijo al ver sus dedos manchados, por lo que ella soltó una risotada.

—Acepto.

En eso la situación mejoró para ambos, compartieron el helado conversando un poco animadamente mientras reían por el helado que estaba algo derretido, llegando a manchar sus manos, por lo que Sehyeon prefería inclinarse y que tan sólo Jungkook lo sostuviera.

Una vez que lo acabaron, Jungkook sintió su celular vibrar en el bolsillo de su pantalón, por lo que lo sacó para atender la llamada de Jimin que le preguntó dónde estaban, ya que él y Minhee se encontraban bajando al estacionamiento. Eso sorprendió a ambos, pues habían pensado que los buscarían, por lo que se dirigieron rápidamente al elevador.

El pelinegro mientras caminaban podía notar cómo ella parecía otra, pues no dejaba de sonreír, lo que hacía que él no pudiera dejar de mirarla.

—Me alegra que hayas aceptado volver a ser amigos —mencionó provocando que él sintiese una punzada en su pecho.

—Sólo quiero aclarar que el hecho de haber aceptado, no significa que no siga viéndola como mujer, Sehyeon —aclaró notando cómo ella al entrar elevador se tensaba.

—No toquemos ese tema, ¿está bien?

Este soltó suspiro mientras las puertas del elevador se cerraban, pensando en porqué tenía que estar tan negada a lo que estaban sintiendo, ya que sabía perfectamente que era correspondido.
La atracción que sentían el uno por el otro era algo imposible de negar, pues el estar compartiendo el mismo espacio en aquel elevador podía sentirse una gran tensión que estaba resultando asfixiante para ambos. Eso tenía a la mente de Sehyeon intentando tener presente en todo momento a su esposo, para poder apagar ese deseo que estaba volviendo a aparecer, mientras que a Jungkook lo tenía planeando las mil maneras en las que podría lograr que ella volviera a caer, y así poder consumar de una vez por todas aquella pasión que hacía arder a su corazón.

Sehyeon tragó con dificultad, dirigiendo inconscientemente su mirada a él, a su cabello corto que caía desordenado por su frente luego de haber pasado sus largos y finos dedos por este para echarlo hacia atrás. La forma en la que parecía tan ansioso, humedeciendo sus labios y su respiración era pesada.

Por más que quería seguir fingiendo que nada estaba pasando, Jungkook hasta sin intentarlo, la estaba tentando a enloquecer por completo, a volver a pecar y arriesgarse a acabar llena de culpa y destrozada. Pero sin soportarlo más, se colocó frente a él sorprendiéndolo por completo cuando las puertas se abrieron y ella oprimió el botón para que volvieran a cerrarse.

—¿Qué hace, Sehyeon? —preguntó arrugando la frente, pero ella volteó rápidamente pegando sus labios a los de él, robándole un jadeo.

La mujer lo besaba con fiereza, abriéndose paso con la lengua a su boca, provocando que a él por un momento se le dificultara llevarle el ritmo al seguir tan sorprendido. Era un beso profundo y urgente, que hacía latir con rapidez el corazón de Sehyeon que no podía creerse la manera en la que había terminado cayendo en la tentación. Pero aún así, Jungkook lograba quitarle toda la culpa cuando al intentar recuperar el aliento y ella quiso dar marcha atrás, este volvió a besarla como si su vida dependiera de eso, haciéndole chocar la espalda contra la pared de su lado, provocando que hiciera un sonido involuntario con la garganta.

El pelinegro había bajado sus caricias, volviéndose loco de deseo por ella al escucharla jadear y por cómo empuñaba su cabello, pero es que finalmente había podido sentir sus besos llenos de lujuria que lograron calentar cada parte de su cuerpo. No estaban controlándose para nada, pero es que era inevitable por la forma en la que se acariciaban, besaban y respiraban, Sehyeon gimiendo al sentir cómo los dedos de él pasaban por sus bragas húmedas, algo que a él le encantaba poder sentir porque era quien se lo provocaba.

—Ya no puedo más, Sehyeon —expresó con voz profunda bajando los besos por su mentón, apegándose más a su cuerpo mientras ella enrollaba una de las piernas en su cadera para apegar sus pelvis, haciéndole gruñir—. Necesito follarla aquí mismo.

—Me vuelves loca, Jungkook —gimió restregándose sobre el bulto de su pantalón, inclinando su cabeza hacia un lado al sentir cómo pasaba la lengua por su cuello, dándole una pequeña mordida.

—Entonces, déjeme follarla de una vez —pidió en su oído, gruñendo al sentir cómo se restregaba con más fuerza—. Por favor...

—Hazlo.

Al escucharla la miró rápidamente asegurándose de haber escuchado bien, pero ella lo tomó del rostro para pegar sus labios en un beso intenso.

—Fóllame de una vez aquí mismo, Jungkook.

Este no lo dudó ni un segundo, y se desabrochó los pantalones para bajárselos un poco junto a los bóxers, haciendo su erección saltar, por lo que ella rápidamente pasó los brazos alrededor de sus anchos hombros para apegarlo a ella. Jungkook enrolló las piernas en sus caderas, sosteniéndola con fuerza, por lo que Sehyeon decidió ayudarlo al bajar una de las manos para tomarle el miembro y dirigirlo a su entrada, corriéndose las bragas húmedas.
No pudo evitar gemir al sentir cómo rozaba su entrada, pero Jungkook empujó rápidamente su pelvis haciendo que se introdujera un poco y ella se aferrara con más fuerza a él, soltando un grito ahogado. El pelinegro al sentir cómo sus paredes se abrían a su alrededor, soltó un gruñido escondiendo el rostro en su cuello mientras seguía introduciéndose poco a poco.

—Oh, ¡carajo, muévete! —gimoteó inclinando su cabeza hacia atrás.

Jungkook enterró los dedos en el trasero de ella, obedeciendo rápidamente al empujar su pelvis una y otra vez, comenzando a embestirla rápidamente porque sabían que no tenían mucho tiempo. Sehyeon enterraba las uñas en sus hombros, repitiendo su nombre sin importarle desgastarlo, porque estaba perdida en el placer que le provocaba aquellas embestidas rápidas que llegaban hasta el fondo, golpeando su punto exacto, cómo la torturaba el calor de su cuerpo, el sentir cómo ambos estaban comenzando a sudar.

—Me encanta, carajo. Me encanta tanto —confesó con la voz profunda y entrecortada, juntando sus labios en un beso salvaje, siendo rápidamente correspondido por ella.

Sehyeon chillaba completamente encantaba por su manera de hablarle, mientras sus fluidos se perdían con los de él, sintiendo cómo sus dedos tocaban aquella zona tan húmeda, haciendo movimientos circulares rápidos. Estaba deleitándose ante el placer, más al escucharlo gemirle de manera ronca en el oído, permitiéndole saber que estaba a nada de llegar al orgasmo al igual que ella, lo que la excitaba mucho más.

Sin más, comenzó a retorcerse entre sus brazos, soltando un grito ahogado a la vez que él seguía embistiéndola con más violencia, buscando así saciarse también hasta que la llenó de su esencia, soltando un gemido liberador.
Jungkook en ese momento volvió a mirarla, cómo su rostro estaba enrojecido, su cabello revuelto, sus labios hinchados sin aquel labial rojo que solía llevar cada día.

Aún así, se atrevió a dejar un beso sobre sus labios, antes de salir de su interior, sintiendo cómo sus fluidos comenzaban a caer, pero ella aún así se acomodó las bragas. Ninguno sabía qué decir en aquel momento mientras se acomodaban la ropa, hasta que al estar listos oprimió el botón para salir y dirigirse hacia el estacionamiento donde debían estar esperándolos sus amigos.

Ambos intentaban recuperar el aliento mientras la tensión no dejaba de aumentar, ella deseando no pensar en otra cosa que no fuese aquel joven que tanto estaba enloqueciéndola. Y es que ambos seguían deseándose, porque el hecho de haber sido uno tan sólo había provocado que se intensificara, siendo conscientes de que eso tan sólo podía terminar de una forma.

¡Hola!

¿Les gustó que finalmente Sehyeon se dejara llevar? ¿Creen que ella ahora decida terminar con su matrimonio?

Lamento lo que acaban de leer, sé que este capítulo no ha sido uno de los mejores, mucho menos el smut, soy muy consciente de eso. De hecho he estado pensando DEMASIADO en llevarla a borradores porque perdí por completo la emoción aunque ya tengo todas las ideas, pero decidí no hacerlo ya que tan sólo faltan dos o tres capítulos para el final y sería algo injusto para ustedes, más para esas personitas que tanto esperaban actualización.

Nuevamente me disculpo por este capítulo tan horrible, intentaré que los últimos estén mejores y no tardarme tanto, ya que cuando finalice esta quiero publicar una de las últimas historias que tengo planeadas y me tiene emocionada jujuu

Capítulo dedicado a LDPDJK-97 y EnyaJeonMin12, había olvidado por completo dedicarles el anterior como me pidieron, perdonen JAJSJAAJA gracias por todo el amor que le dan a esta historia, las adoro ♡

Espero que dentro de todo les haya gustado aunque sea un poco, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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