Capítulo 16: Los más fuertes.

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Aquí la reportera Ima trayéndoles nuevamente noticias directamente del campo de batalla! Cuanto tiempo eh ¡Pues no nos pongamos muy nostálgicos, porque si me descuido me matarán a la mínima!

Antes para lograr una transformación tenías que ver morir a tu ser amado o meterte a entrenar hasta la muerte en una cámara que cambia el tiempo ¡Ahora solo tienes que agarrarte de las manos con tus cuates y tendrás un subidon de poder! Esto es una revolución al nakama power.

Bromas apartes ¿Qué rayos? El súper saiyan normal se siente mucho más poderoso que esa transformación peli roja y flacuchenta ¡Pero ojo! ¡Al fin le están dando la pelea que quería al gato morado, así que viva el saiyan rojo!

¡Actualmente está sucediendo una batalla encarnizada! ¡De un lado tenemos al protector principal de la tierra, el saiyajin favorito de todos, Son Goku! ¡Del otro lado! ¡Llegó de la nada y vino para quedarse! ¡Está más roto que los vidrios de tu casa, el Dios de la destrucción Bills sama!

¡Ambos guerreros no han parado de darse madrazos mientras exploran toda la corteza terrestre que dispone el planeta tierra!

¿Y yo qué estoy haciendo? ¡Intento que no me maten por accidente mientras los estoy siguiendo de cerca!

Lo sé, Bills es un Dios de temer y doy gracias al cielito porque ya no soy su foco su atención, pero asombrosamente él no es el problema, el real problema se hace llamar Dios demonio Demigra. Si ese bicho logra controlar al Dios de la destrucción, no habrá alma que esté a salvo en todo el universo ¡Esté en el pasado, presente o futuro!

Como buena heroína que soy, debo al menos mantenerme cerca para evitar que un rayo villainador agarre a la peor opción posible.

Pero con un poco de suerte, quizás Goku logre derrotar al Dios de la destrucción.

Ambos llevan una pelea encarnizada, puños y patadas chocan y no necesito sentir el ki para saber que hay un gran choque de energía allí.

—¿Qué se siente al convertirse en un Dios por primera vez?—Dijo de repente Bills cuando ganó distancia tras un golpe de Goku.

El saiyajin ni se inmuto por las repentinas palabras del Dios, en su lugar le mantuvo la mirada con una extraña tranquilidad.

—No sabía que existía esta transformación, y nunca hubiera llegado a ella sola...

Bueno eso es cierto, es una transformación que depende de la cantidad y no del entrenamiento, es bastante injusta la verdad ¿Si yo reúno otras iguales a mi podré convertirme en un Dios?

¡Tehee! ¡Obvio nunca pasará!

Bills resopló viendo a Goku con extrañeza.

—No pareces satisfecho ¿No te gusta la sensación de ser un Dios?

—Más o menos... Me gusta, pero odio no haber podido derrotar al señor Bills solo, sin ayuda...—Le confesó al Dios con una sonrisa desganada.

Caramba, eso me sorprende un poquito. Uno desea poder sin importar como venga ¿Cierto? sobre todo en una situación precaria como esta. Yo al menos encantada lo recibiría y daría las gracias por ello, aunque supongo que para un sujeto como Goku, que se deja la vida entrenando para conseguir su propio poder, este acto es lo más parecido a hacer trampa en una partida. Puede que al final la gane, pero siempre recordará que no fue por su propia habilidad.

Bills bufó con sorna antes de lanzarle un puñetazo al contrario.

—El orgullo acabará siendo tu perdición...

Goku detiene el puño con una mano y con la libre intenta encestarle otro golpe a su rival quien lo para de la misma forma. Su sonrisa no se borra en ningún momento.

—¿A qué te refieres? Vegeta es más orgulloso que yo, todos lo saben, cualquiera puede saberlo con solo verlo.

—Puede ser, pero renunció a su orgullo hace un momento para proteger a los demás...

Ambos hablaban con normalidad pese a que sus movimientos aún forcejeaban contra el otro.

—Lo sé, me sorprendió mucho, incluso renunció a su orgullo como príncipe, ahora lo respeto más.

—Oh, creo que ya entiendo. Por eso tú también renunciaste a tu propio orgullo ¿Cierto?

Goku solo sonrió en aprobación como respuesta antes de volver a conectar más golpes al Dios. No entiendo bien que está pasando, se supone que es una pelea a muerte pero pareciera que están entrenando.

Hace rato que no existo para ellos, están metidos en su mundo de peleas, un mundo que está muy lejos de mi alcance aun con todo mi entrenamiento e historial de peleas.

Honestamente, cada vez que avanzo un paso solo puedo notar que me hacen falta unos mil más y contando para llegar a la cima, los fuertes realmente dan miedo.

En un parpadeo la pelea vuelve a retomar esa velocidad ultra potente y esos estallidos de poder, siento mi báculo temblar entre mis manos y lo aprieto fuerte para no caerme.

Bills de un fuerte golpe manda a Goku al infinito del cielo, con dificultad lo sigo y lo encuentro justo por salirse del planeta ¿Cómo sobrevivimos fuera de la atmosfera del planeta? Supongo que el aparato del tiempo en mi muñeca y el estado Dios de Goku nos permiten este milagro.

El Dios llega ante nosotros otra vez.

—Parece que ya este es el fin...—Le dice al moreno que jadeaba fuertemente....

Esperen ¿Moreno? ¡Mierda perdió su estado Dios!

—Mientras luchabas como Dios absorbiste su poder, me impresionas, se ve que tienes talento...

—Jaja, usted sigue siendo demasiado fuerte para mi, señor Bills...—Respondió Goku, malherido pero sonriendo.

Y entonces sucedió, apenas en un pestañeo veo esa aura maligna y oscura rodear al Dios de la destrucción.

—¡I-Ima esto es...!—Balbucea Trunks entrando en pánico al igual que yo.

¡¿Cómo?! ¡Estuve atenta todo el tiempo! Me sobresalto al mismo tiempo que lo hace Goku.

—Es hora... ¡De destruir la tierra!

—¡Ima a tu izquierda!

La indicación de Trunks es lo único que me hace despegar la mirada del imponente poder del Dios, cuando giro la cabeza en la dirección que me dice me encuentra con el maldito Demigra.

Es un espejismo por la manera en que se ondea su figura, sin embargo su maligna sonrisa aún se podía distinguir perfectamente.

—Finalmente, sabía que el Dios de la Destrucción bajaría la guardia mientras peleaba...—Su voz estaba bañada en júbilo mientras veía a Bills, luego giro a verme con burla—Bills es ahora mi marioneta, dime pequeña patrullera ¿Cómo planeas detenerlo?

¡Eso me gustaría saber a mí! ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?!

—¡D-Detente!—Goku quiso pararlo, pero su cuerpo ya está en su límite y estuvo a punto de caer a lo desconocido cuando lo cargaron en seguida.

—Oh vaya, tenga cuidado...—Whis atrapó al saiyajin y lo cargó por sobre su hombro con una tranquilidad de otro mundo.

¡¿Qué diablos?! ¡¿Cuándo llegó aquí?! ¡No, al diablo con él! ¡Justo ahora se está yendo todo al infierno y no sé qué hacer para remediarlo!

—¡No! ¡Debe haber algo que podemos hacer!

¡Mi amor! ¡Estoy abierta a sugerencias!

—¡El Dios de la destrucción destruye el universo, y el Dios demonio Demigra lo rige!

El maldito culmina su discurso del mal con una risa maquiavélica como buen jefe final, en mi desesperación lancé una de mis esferas de energía contra el Dios pero esta terminó chocando contra su enorme poder sin hacerle nada, al final solo pude observar como Demigra se burla de mi antes de hacer una orden a Bills para que lance su increíble poder.

No obstante hubo un pequeño percance, no lanzó su poder contra la tierra o contra mí.

Lo lanzó contra Demigra.

El demonio logró reaccionar a tiempo para esquivar el poder por los pelos, miró más que alterado al Dios.

—I-Imposible...—Balbuceó al ver que Bills estaba ante él con una sonrisa petulante.

—Siempre supe que estabas acechando como una rata, por tu culpa no pude disfrutar mi pelea por estar pendiente de que aparecieras, además fue un dolor de cabeza fingir ser controlado...—El Dios voló tranquilamente hasta estar a mi lado y siento mi corazón estallar en endorfinas—intentar controlar a un Dios de la destrucción... tu vida no será suficiente para pagar tal blasfemia...

Lanza una mirada asesina al demonio y este se sobresalta con susto.

¡Ojojojoj! ¡Qué vueltas da la vida! Hasta las hormigas en la tierra podrían ver lo jodido que estás...

—Demigra ¿Cierto? Da igual, pareces el típico malo de turno, disfrutaré más destruyéndote a ti que a la tierra—Bills apunto su dedo índice hacia el hechicero y en menos de un segundo lanza un rayo.

Lejos de lo que creí Demigra no lo esquiva, deja que lo atraviese en silencio y con una sonrisa desagradable en su rostro.

—No hay manera de que pueda luchar en esta forma contra el Dios de la destrucción. Pero no importa, este encuentro nunca debió suceder y eso es suficiente, mientras más anormalidades sucedan en la historia más se debilitará la grieta temporal. He cumplido mi misión...

Nuestras miradas se encontraron una última vez antes de que su cuerpo se deshiciera en la nada.

...

Ah, cierto que él era un espejismo...

...

¡Mierda!

—¿Disculpa? ¿Qué diablos fue eso?—Bills me mira interrogante y malhumorado, yo me sobresalto en mi sitio y niego efusivamente con la cabeza. La expresión que me brinda me dice que mi respuesta no lo satisfizo.

El Dios de la destrucción se me acercó de forma tan intimidante que me temblaron las rodillas, como si no lo hubieran hecho ya bastante este día.

Quedamos cara a cara, él de pie flotando en el espacio y yo sentada en mi tembloroso báculo. Me habló en voz profunda y tenebrosa.

—Tú y yo tenemos un par de cosas de que hablar... pequeña Lamia.

.

.

.

.

—Ah bienvenida de vuelta Im... ¡GYA! ¡¿C-Con quien vienes acompañada?!

Empezamos mal, mi elixir de vida es la bienvenida de Trunks y se vio interrumpida tan estúpidamente. Pero no lo culpo, jamás podría, es culpa de los polizones que me pidieron/obligaron a traerlos al nido del tiempo. Apenas pude explicarle a mi amorcito lo que sucedía...

—¿P-Para resolver el asunto de Demigra? Pero eso es...

Peligroso, sí que lo es, pero era eso o terminar en la nada del espacio.

Mientras Trunks y yo nos hundíamos en nuestros nervios, Bills y Whis miraban alrededor como un par de turistas.

—Hace mucho que no venía al nido del tiempo...

—Luce muy bien ¿No lo cree Bills sama?—Dijo el sirviente con gracia antes de dirigirse a nosotros—así que son miembros de la Patrulla del tiempo bajo el mando de la Kaiyoshin del tiempo...

Tanto Trunks como yo nos tensamos cuando sentimos la mirada de Whis sobre nosotros, principalmente me rastreaba a mi ¿Qué pasa? ¿Tengo algo en la cara? Probablemente sea mi miedo a morir...

Una pequeña figura pasa por en medio de nosotros, la Kaiyosama del tiempo se situó en frente de nosotros con una sonrisa forzada.

—¡Oh mi señor Bills! ¡Ha pasado tanto tiempo! ¡Luce tan imponente y elegante como siempre!

Lejos de ablandarse por la "cálida" bienvenida, el Dios de la destrucción habló con gravedad.

—El maldito Demigra se burló de mí, exijo saber dónde está...

—E-Está encerrado en la grieta temporal, aunque puede que escape pronto...—Contó nerviosa como si temiera por un castigo, Whis pareció conectar cables con eso.

—Entiendo, altera la historia para forzar una salida.

—En ese caso solo tengo que esperar a que salga para destruirlo...

Bills dijo eso con total normalidad como si hubiera dicho que iría a comprar pan, y pensándolo bien ¿No es eso más que genial? Solucionará todos nuestros problemas sin que tengamos que mover un dedo ¡Unas vacaciones inesperadas!

Pero en la linda cara de la Kaiyoshin se dibujo un gesto de horror.

—¡E-Espere! ¡No lo haga por favor! ¡Con su poder y con lo delicado que está el flujo del tiempo, sin duda lo destruirá!

Ah, mierda.

—Bueno, soy el Dios de la destrucción, es lo que hago—Respondió con voz sosa y con un obvio desinterés por las consecuencias ¡Pero qué tipo! ¡Hace y deshace como le da la gana!

Puedo ver como la pequeña deidad hace uso de todas sus neuronas para resolver el dilema sin morir en el intento.

—¡P-Por favor! ¡S-Si cambia de idea le daré toda la comida deliciosa que quiera!

—¡Deliciosa...! No... lo siento, debo decir que no. Ese tipejo insultó mi postura como Dios y no puedo permitir que salga indemne cueste lo que cueste.

¡Estuvimos tan cerca! ¿Ahora qué debemos hacer? Fue entonces que Trunks habló hacia el Dios de la destrucción.

—Señor Bills, por favor deje que nos encarguemos de Demigra.

—No, intentó usarme y eso es imperdonable—Respondió con voz hastiada y luego nos vio de forma despectiva—en primer lugar ¿Siquiera son capaces de derrotar a Demigra?

—Ganaremos, solo observe—Declara sin ningún titubeo en su voz.

¡Es tan genial mi solecito! Me llena el corazoncito solo verlo. El Dios y el Saiyajin se mantienen sus miradas sin mostrar inseguridad en ningún momento.

—Por favor, bríndenos esta oportunidad para proteger este universo en donde viven mi madre, mi padre, el señor Goku y el resto—Su petición está lleno de un peculiar orgullo, está pidiendo un favor pero sin humillarse ante la deidad ante él.

Caray mi solecito es todo un héroe, realmente está peleando por todos sus seres queridos, y a mí que me gusta presumir a la mínima que puedo.

Proteger eh... con que esa es la motivación de Trunks y lo que empuja su fuerza, desgraciadamente hace mucho que yo ya no tengo nada de importante que pueda ser protegido...

Un bufido de Bills me despierta, hay algo de sorna en su expresión petulante...

—Dices eso, pero mandas a una minúscula lamia a hacer el trabajo—Sus palabras y la forma en que gira a verme me sobresalta ¿Qué rayos?—te estuve viendo desde el momento en que llegaste a intervenir, tu participación no fue diferente a la de un molesto mosquito, incluso tuviste el descaro de ayudar a aquel saiyajin, Vegeta, aumentaste su poder con tus cristales ¿Cierto? Es lo único de provecho que hiciste...

¡H-Hey...! Bueno... tiene razón, definitivamente esta no fue mi misión estrella, a saber que hubiese pasado si Demigra realmente controlaba a Bills, probablemente todos estaríamos muertos uh...

—¡P-Por favor señor Bills, sea más considerado! Contra usted, ningún ser en este universo hubiese quedado bien—La pequeña Deidad habló temblorosa.

—Ima ha sido de gran ayuda desde su llegada, ella ha podido superar grandes enemigo y no hubiéramos llegado tan lejos sin su colaboración...

¡Kyaa! ¡Trunks está hablando bien de mí!

No obstante, ni con la Kaiyoshin ni con mi compañero de mi lado lograron ablandar un poco al Dios.

Como si las palabras de la deidad y del saiyan le hubieran entrado en una oreja y salido por la otra, giró a verme y esta vez con un brillo de sospecha en su rostro.

—Eh tú, habla ¿Guardas alguna relación con una mujer llamada Dia?

...

¿Uh...?

—Es mi madre—Respondí notando como el Dios hizo una mueca extraña en su rostro y su sirviente se vio levemente sorprendido.

—¡Vaya! Ya decía yo que tu energía se me hacía muy familiar...—Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios—han pasado siglos desde que hemos oído de las aventuras de la pequeña Dia, pensar que conoceríamos a su hija... el destino sí que tiene un humor muy particular.

—Que mujer tan insufrible, no puedo creer que aún oiga de ella a estas alturas de la vida ¿Hasta cuándo seguirá saliéndose con la suya?

¿Qué diablos? Whis sonríe de forma jocosa mientras Bills parecía estar sufriendo la peor de las jaquecas.

¿Mi madre conocía al Dios de la destrucción? Y por la situación parecen que no están en los mejores términos... Mierda esto no me gusta...

—Conoció a mi mamá...—Empecé, sintiendo como si me metiera en un campo minado. La mueca en Bills se ensancha ante mis palabras.

—¡¿Conocer?! ¡Esa pequeña molestia jugó con mi paciencia más de una vez y salía huyendo a la mínima de cambio! Disfrutaba de meter sus narices en donde no la llamaban, hacía un desastre y luego se escaqueaba del asunto ¡¿Tienes idea de lo insufrible que era tu madre?!

—No, murió cuando nací.

—¡Ja! Qué suerte tuviste.

—Supongo.

Tanto mi solecito como la linda Kaioshin me veían con rostros incrédulos. Creo que mi calma o más bien indiferencia ante todo esta "increíble" revelación de mi madre y el Dios de la destrucción puede parecer extraña.

Lo explicaré mis jóvenes pupilos, no es que odie a mi madre, es que simplemente no tengo suficiente de ella como para quererla o mínimamente extrañarla.

De pequeña solía preguntar a diario por ella, por la obvia curiosidad de saber cómo era tu pariente de otro planeta, y, más que nada, saber el por qué quiso ir a la tierra en primer lugar. Pero la mujer nunca soltó ni tres letras a nadie sobre esa versión de la historia y al final murió con ese secreto.

Además no era fácil hablar de ella, mi hermana y mi abuelo pelaban los dientes cada que hacía preguntas, y siempre me respondían en plan "era una mujer especial, no la entendías, solo la aceptabas y ya" para posteriormente decirme que debía quererla porque era mi madre. Por eso con el tiempo perdí el interés y ya está, no más drama.

Por mi parte, no siento a mi madre como tal, solo la veo como un pariente que tuve y que falleció, si al menos estuviera con vida haría el esfuerzo de conocerla pero no es el caso ¿Así que para qué voy a matarme la cabeza con eso ahora? O al menos no me importa lo suficiente como para tratar de defenderla ante la cizaña del Dios de la destrucción. Nop, lo siento mami, no llego hasta allí.

—Geesh, que seas una debilucha Lamia ya era bastante cuestionable, pero ahora que confirmo tu relación con esa insufrible mujer me es más que imposible creer que puedan hacer algo contra un sujeto como Demigra—Siseó Bills con rencor.

Y "allí" está el detalle, tal parece que mi madre pasó una juventud tan loca que se vino a enemistar precisamente con el Dios de la destrucción ¿Significa que estoy perjudicando la misión? Diablos esto no pinta bien.

—Señor Bills eso no es así...—Trunks entonces habló nuevamente recibiendo la atención del Dios. Sus ojos azules denotaban seriedad y seguridad absoluta—no puedo saber cómo era la madre de Ima, ni siquiera entiendo bien su especie, pero yo mejor que nadie sé lo confiable y fuerte qué es mi compañera.

¡Kyaa! ¡Dijo mi compañera! A la mierda todo, no pienso decepcionar a mi solecito.

—¿Así que metes las manos al fuego por esta Lamia? Si supieras quien es su madre te lo pensarías dos veces...

—Yo no soy mi madre—Digo por fin, haciendo que la atención de todos los presentes se posen en mí.

Ugh, odio ser el foco de atención, se ve a leguas que la Kaiyoshin del tiempo tiene el corazón en la garganta por lo tenso de la situación, Trunks tiene una postura que expresa que no tiene la más mínima intención de ceder en esto y Bills parece que nos va a matar a todos.

Pero asombrosamente no es ninguno de nosotros quien rompe el asfixiante silencio.

—Ciertamente, teniendo en cuenta la naturaleza pacífica de su especie, que una Lamia esté tan dispuesta a la pelea es muy extraño de ver, sobre todo si es hija de Dia...—El sirviente divino sonrío de forma apacible ajeno al tenso ambiente, ese tipo luce como si nunca hubiera estado estresado en su vida—¿Qué le parece Señor Bills? ¿Y si los pone a prueba?

Las puntiagudas orejas del Dios se movieron levemente ante las palabras de su sirviente.

—Una prueba... podría estar bien para dejar en claro algunas cosas... De acuerdo, veamos como lo hacen contra whis y yo.

Trunks se sobresalta y yo contengo el aliento por la lúgubre sonrisa de la deidad.

¡Definitivamente no lo hace por caridad! ¡Se va a desquitar conmigo por lo de mi madre! ¡¿Cierto?! ¡Tiene toda la pinta de que va a hacer así! Sin embargo soy la única que ve su doble intención porque mi solecito sonrío con ánimo.

—¡Muchas gracias! ¡Verá que no se arrepentirá!

¡No, mi angelito! ¡Este tipo no lo hace por benevolencia!

—Señor Bills ¿Debo luchar yo también?

—Tú lo sugeriste.

—Ni modo...—El sirviente suspiró con resignación, se ve que le da pereza todo esto.

Entonces la tierna Kaiyoshin alzó su voz llena de pánico y temblando.

—¡E-Esperen! ¡Por lo que más quieran no lo hagan aquí! ¡Busquemos otro sitio!

—Cielos que egoísta eres, bien, iremos a otro sitio...—Declaró Bills con voz sosa.

Una luz de esperanza para poder salvar el tiempo y la historia, resumido en una prueba impartida por Dios...

Si muy genial y todo pero ¿Si se acuerdan que no pude ni hacerle cosquillas a Bills durante su rabieta por el pudding?

Como frase final.

Asco de vida.

Continuará...

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