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THE DATE OF THE YEAR

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La noche de la cita llegó más rápido de lo que Kitty y Lynn habían anticipado. La familia Loud había estado preparando todo con una dedicación casi obsesiva. Desde el atuendo perfecto hasta los detalles del itinerario, no se había dejado nada al azar. Lori había elegido un restaurante en el centro de la ciudad, conocido por su ambiente acogedor y su menú gourmet. Luna había hecho una lista de canciones románticas para el trayecto en auto, y Leni había escogido un par de vestidos que, según ella, "harían que todos se desmayen de lo hermosas que se veían".

Kitty se encontraba en su habitación, frente al espejo, mientras Leni ajustaba los últimos detalles de su vestido. Era un vestido rojo con un corte sencillo, pero que realzaba su figura. Kitty intentaba mantenerse calmada, pero su mente estaba a mil por hora.

-Relájate, Kitty -dijo Leni con una sonrisa tranquilizadora. -Te ves perfecta. Lynn no podrá quitarte los ojos de encima.

Kitty forzó una sonrisa.

-Gracias, Leni. Eso espero.

Leni se giró para revisar su propio reflejo y luego se dirigió hacia la puerta.

-Bueno, la limusina ya está lista. ¡Vamos, no hagas esperar a Lynn!

-¿Limusina?

Cuando Kitty bajó las escaleras, se encontró con Lynn esperándola en la entrada, rodeada por la mitad de la familia Loud, quienes la habían ayudado a prepararse. Lynn llevaba una chaqueta de cuero sobre un vestido negro sencillo, que contrastaba perfectamente con su estilo habitual.

-Te ves... increíble -dijo Lynn, casi sin poder articular las palabras al ver a Kitty.

-Tú también -respondió Kitty, sonrojándose un poco. Ambas sabían que la situación era irónica, pero no podían evitar sentirse nerviosas de verdad.

La familia Loud las despidió con una lluvia de comentarios alentadores y emocionados, mientras ambas subían a la limusina que Lori había alquilado para la ocasión.

El trayecto al restaurante fue, para sorpresa de ambas, más tranquilo de lo esperado. Lynn, que normalmente era la más parlanchina, estaba inusualmente callada, mirando por la ventana. Kitty, por otro lado, se esforzaba por mantener la conversación ligera, pero podía sentir la tensión en el aire.

-Nunca pensé que tendríamos una cita así -comentó Kitty, rompiendo el silencio.

Lynn se giró hacia ella y sonrió. -Sí, esto es... diferente, pero no está tan mal, ¿verdad?

Kitty asintió, tratando de convencerse a sí misma. -No, no está mal.

Al llegar al restaurante, el ambiente cambió un poco. La iluminación suave y las mesas adornadas con velas creaban un entorno romántico, lo que solo aumentaba la presión sobre ambas. Fueron guiadas a su mesa por un camarero que las saludó con una sonrisa profesional.

-Aquí tienen, señoritas. El menú de la casa es excelente esta noche, les recomiendo probar la especialidad del chef.

Kitty y Lynn tomaron los menús, agradeciendo al camarero. Una vez solos, se miraron, ambas intentando ocultar su incomodidad.

-¿Te parece bien si pedimos la especialidad? -preguntó Lynn, intentando sonar casual.

-Sí, claro -respondió Kitty. Pero el silencio incómodo volvió a caer sobre ellas, y ambas sabían que necesitaban hablar, pero ninguna estaba segura de cómo empezar.

Finalmente, Lynn decidió romper el hielo.

-Mira, Kitty... Sé que esto es raro para ambas, pero creo que deberíamos tratar de disfrutar la noche, aunque sea un poco.

Kitty asintió, aliviada de que Lynn hubiera dicho lo que ambas estaban pensando.

-Tienes razón. No tiene sentido que estemos tan tensas. Después de todo, esto es solo para que la gente crea que estamos juntas, ¿no?

Lynn sonrió, aliviada.

-Exactamente. Así que, ¿por qué no intentamos relajarnos y divertirnos un poco?

Con esa nueva actitud, ambas empezaron a soltarse. Lynn comenzó a contar una historia graciosa sobre una vez que casi se metió en problemas en la escuela, y Kitty se encontró riendo genuinamente. La conversación fluyó más fácilmente, y ambas comenzaron a olvidar, al menos por un rato, que todo era una farsa.

Cuando llegó la comida, ambas estaban mucho más relajadas. Conversaron sobre sus planes para el futuro, sus hobbies y hasta compartieron anécdotas de su infancia. Por un momento, parecían realmente dos chicas en una cita, disfrutando de la compañía mutua.

Después de la cena, decidieron caminar un poco por la calle principal, que estaba iluminada por las luces de los negocios y adornada con flores en los balcones. Se sentía como una escena de una película romántica, y Kitty no pudo evitar pensar en lo irónico que era todo.

-Sabes, si no supiera que esto es una farsa, casi pensaría que realmente estamos en una cita -dijo Kitty, sonriendo levemente.

Lynn se detuvo y miró a Kitty con una expresión que mezclaba diversión y algo más que Kitty no pudo identificar. -Sí, lo sé. Tal vez somos mejores actrices de lo que pensábamos.

Ambas rieron, pero en el fondo, sentían que algo había cambiado esa noche. La línea entre la realidad y la farsa se había vuelto un poco más borrosa, y aunque ninguna estaba dispuesta a admitirlo, esa noche había sido más que solo una actuación.

Finalmente, decidieron regresar a casa. La familia Loud las esperaba ansiosamente, llenas de preguntas sobre cómo había ido la cita. Kitty y Lynn, aún sintiendo esa extraña conexión que había surgido, intercambiaron una mirada cómplice antes de responder.

-Fue... perfecta -dijo Lynn, sonriendo genuinamente.

-Sí, absolutamente perfecta -añadió Kitty, y por primera vez en mucho tiempo, no sintió que estaba mintiendo del todo.