El Final de un Miedo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—¡Pero qué está pasando aquí! —Gritó Bocadillo exasperado.

Y no era para menos, el lugar donde se encontraba era uno de los sueños más caóticos que había visto en su larguísima vida. Había un árbol creciendo encima de un montón de ropa sucia, la cuál estaba rodeada por un ejército de patatas que la protegían. En otra zona había una puerta hecha de agua que conducía hacia un ropero donde se guardaban galletas gigantes y para culminar en otra zona había una Tik tik gigante bailando algo parecido a la cumbia.

—No sé si esto es un sueño, una pesadilla o los delirios de un loco —se quejó la polilla.

—Pues sí... Es bastante raro, pero creo que hay cierta lógica en todo esto. —Comentó Coco quien lo acompañaba.

—¿Lógica? ¿Dónde? ¿Detrás de ese montón de ropa sucia?

—No exactamente, mira, hacia atrás de nosotros no hay nada, pero al frente empiezan a aparecer cosas de todo tipo puestas al azar y mientras más te acercas hacia cierto punto, más lleno de basura está.

—Umm... —Se rascó la barbilla pensativo— Entonces lo interesante de este lugar está al centro.

—Sí, porque todo lo que está aquí parece estar puesto para proteger el centro, por algo este lugar no ha sido invadido por las pesadillas. Te puedes sentir desconcertado o exasperado, pero aquí no hay miedo.

Lo que decía su pequeño acompañante tenía mucho sentido, un novato en la magia de los sueños no podía hacer una fortaleza compleja y elegante como la que él había construido para la familia de Coco, pero a su manera había logrado protegerse de todo lo que lo amenazaba, seguro era un estudiante de magia bastante prometedor, quizás podrían reclutar su ayuda para enfrentar al Rey Pesadilla, cualquier cosa contaba.

Así que se dispusieron a iniciar su camino por aquel laberinto de sinsentido, la experiencia resultó muy distinta para ambos participantes. Para alguien más recto y aterrizado como Bocadillo era un dolor de cabeza entender qué estaba pasando o averiguar por donde seguir avanzando, por su parte Coco era mucho más flexible y creativo, de formas bastante extrañas e inesperadas siempre se las arreglaba para encontrar el camino, así que por esta vez fue él quien guio la marcha.

Era difícil medir el tiempo en ese lugar, pero a Bocadillo le dio la impresión de que tardaron bastante rato en llegar a su destino, la zona más céntrica de aquel retorcido sueño, un muro hecho de jarrones de cristal de colores, cada pieza era muy bonita por sí sola, pero el conjunto estaba puesto con muy mal gusto, así que se veía bastante impresionante, pero feo.

—Creo que el dueño de este sueño es bastante más joven de lo que pensaba —comentó Bocadillo— Pensé que se trataría de un adolescente pero veo algo bastante infantil en como están dispuestas las cosas aquí.

Coco y la polilla rodearon la estructura  solo para encontrar que no había forma de ingresar.

—¿Y cómo se supone que entremos? —Se quejó el mayor ya exhausto.

—¿Y si probamos tocar la puerta?

—¿Cuál puerta? ¡Aquí no hay ninguna puerta!

Cocó miró a ambos lados, luego ladeó la cabeza y dijo.

—Cierto, entonces habrá que tocar la pared.

—¿Que? Pero... —Luego de pensarlo mejor se calmó— Luego de todo lo que he visto hoy ni siquiera te lo voy a cuestionar, solo hazlo.

Coco rio ante la reacción de su amigo y caminó hasta el muro de cristal, dio un par de golpes que sonaron como xilófono y una voz relativamente familiar les contestó .

—¡Ya voooooy!

Pero otra voz sonó detrás de ella con notoria molestia.

—¡Jazmín! ¡No puedes ir a abrir la puerta así toda confiada!

—Pero tocó la puerta.

—¿Y? Eso sólo significa que es educado, no que es bueno.

Bocadillo se había quedado con la boca abierta sin poder creerlo ¿De verdad era Jazmín quien estaba ahí adentro?

—¡Jazmín! ¡Aster! ¡Soy yo! ¡Bocadillo!

—¡Señor Bocadillo! ¿Ves? Te dije que si tocaba la puerta no podía ser mala persona.

Se formó una grieta en la pared de Cristal la cual creció siguiendo la figura de un cuadrado hasta formar una puerta, la cual al abrirse reveló a un niño mantis y una mestiza que en cuanto vieron a los visitantes corrieron a abrazarlos.

—¡Coco! ¡Señor Bocadillo! ¡Qué alegría verlos! —Exclamó la niña.

—¡Por fin alguien conocido! ¿Dónde están los demás? —Preguntó a su vez Aster ansioso.

—No sé donde estén ahora, nos separamos, cada quien debe estar lidiando con alguna pesadilla propia, lo que me lleva a preguntar ¿Ustedes construyeron esta fortaleza? Es algo extraña ¡Pero es magnífica!

—¿Construirla? —Jazmín estaba confundida— No la construimos, sólo apareció. Estaba pensando en algunas cosas y ¡Pof! empezaron a aparecer cosas.

—Pero sólo las que pensaba ella —Aclaró Aster—. Conmigo no resultaba nada.

Coco y Bocadillo se miraron.

—¿Qué significa eso señor Bocadillo? —Cuestionó Coco.

—Que Jazmín tiene una mente muy fuerte, lo suficiente como para superar la influencia del Rey Pesadilla y cambiar esto a su antojo.

—¿Mente fuerte? —La niña no entendía la situación del todo.

—En el mundo de los sueños, lo que uno piense o imagine se hace real, siendo así, sería muy fácil derrotar al Rey Pesadilla imaginando las cosas como queremos, pero normalmente el miedo nos impide actuar o pensar en algo agradable, por lo que terminamos devorados por la pesadilla, pero con una mente fuerte, puedes mantener la calma e imaginar lo que tú quieras haciendo las cosas a tu manera.

—Ooooh... Entonces ¿Soy fuerte?

—Más de lo que tú crees.

A Aster siempre lo habían alabado por su fuerza, se le hacía extraño que fuera Jazmín quien se llevara los elogios, físicamente era un chico bastante poderoso, había derrotado en combate incluso a compañeros dos años mayores que él, pero al parecer eso no significaba nada con una mente débil y antes de que cayera en una vorágine depresiva Coco le tomó el rostro y lo miró directamente a los ojos.

—Esta bien como eres, nadie es perfecto en todo, estamos para apoyarnos, así que cálmate.

—Está bien.

Aster iba a acatar ciegamente lo que dijera Coco, aún no tenía claro si el niño era un fantasma o un recuerdo soñado, pero por su salud mental se aferró a ello creyendo que era algo bueno.

—Entonces... ¿Todo lo que le imaginé va a pasar aquí? ¿No importa lo que sea? —Jazmín se estaba emocionando ante la idea.

—No importa lo que sea, solo recuerda que nada es real, al despertar todo desaparecerá, hay que tener bien claros los límites entre el sueño y la realidad para no perderse —Advirtió el ser alado. La verdad le preocupaba un poco este talento de la chica, podía ser peligroso para ella sin control.

—¿Y si imagino a una Tika gigante aparecerá?

Ni bien dijo esto una Tik Tiki gigante con un lazo atado al cuello pasó al lado de ellos destruyendo el refugio.

—¡Genial!

—Ug.... Mejor vámonos de aquí.

—¿Y como nos vamos?

—Solo imagina que ya no es necesario estar aquí y nos moveremos a otro sitio.... Oh mira, ya está pasando.

La luminosas propia de lo onírico no tardó en cubrirlo todo ocultando toda la locura que había dentro de Jazmín.

.............................................................................

Otro sueño iniciaba, y esta vez era a Hollow a quien le tocaba enfrentarlo en completa soledad, cosa que lo inquietaba por que esta incipiente pesadilla le resultaba aterradoramente familiar.

Conocía esto, conocía aquellas rocas negras y retorcidas cubiertas con máscaras rotas, los pequeños bichos espinosos y la oscuridad opresiva que parecía ahogarlo, toda esta familiaridad lo aterraba porque sabía lo que se venía y no quería tener que revivirlo otra vez, había pasado muchas noches plácidas y agradables, regresar al infierno que pasaba cada noche antes se le hacía insoportable.

Se esforzó por pensar en cosas alegres, en imaginar una realidad mucho más agradable, pero nada a su alrededor cambiaba, incluso intentó materializar una lámpara de lumélula para iluminar un poco su camino, una luz cálida le vendría bien para reconfortarlo, pero también fue inútil, el temor estaba tomando lo mejor de su mente.

Una de sus patas chocó con una piedra haciéndolo tropezar y terminó cayendo sobre el suelo agreste que arañó su caparazón. Las rocas eran duras y filosas, si no tenía cuidado podía salir muy lastimado de todo esto. 

Se levantó con cuidado palpando sus alrededores y se dio cuenta de que frente a él se acaba el terreno plano, pues las rocas se alzaban formando un muro. Hollow tragó espeso, ya sabía lo que se venía ¿Sería capaz de alcanzar la cima esta vez? ¿O terminaría devorado por la oscuridad como cada noche? 

Suspiró resignado, quedarse allí no era una opción, necesitaba escapar de ese sueño para seguir avanzando y alcanzar a Scarlet, así que tal como se esperaba, inicio su ascenso.

Escalar el muro de rocas era difícil y tortuoso, constantemente algunas rocas sobresalientes arañaban su caparazón, incluso el aferrarse al muro era doloroso, pero aún cuando sus manos heridas ardían, debía seguir, estaba consciente de que las cosas se pondrían peor. Por ahora podía avanzar a su ritmo, apoyando las manos y patas con cuidado para herirse lo menos posible, así que escaló tranquilamente, sí, aquello era la parte fácil, ya estaba acostumbrado.

Continuó su ascenso a paso lento y logró recorrer un buen trecho, quizás más de lo normal, si fuera un sueño tradicional ya estaría considerando que la oscuridad no aparecería, pero eso no era un sueño normal y al Rey Pesadilla le gustaba jugar con sus víctimas.

A su alrededor no se veía nada, a duras penas las rocas filosas que emergían entre las penumbras, no distinguía ni el inicio ni el final del camino, pero muy arriba de él, en las lejanías se podía apreciar un tenue resplandor que lentamente aumentaba con cada paso que daba, ese era el final, la meta a alcanzar, el hecho de que fuera visible le indicaba a Hollow que el horror estaba a punto de empezar.

De pronto un estruendo resonó a sus espaldas, sabía lo que había abajo y aunque no quería hacerlo, un extraño impulso lo obligó a mirar hacia atrás.

Allí estaba, la masa de vacío eterno, una oscuridad impenetrable y cientos de ojos resplandeciendo en su interior, eran sus hermanos que buscaban emerger del abismo, algo que normalmente sería bienvenido por él, pero ya no podía ser, nunca más podría, porque Hollow era un bicho normal, mortal, frágil, delicado y susceptible al veneno del vacío, si su cuerpo entraba en contacto con esa sustancia terminaría muerto tal como ocurrió con su padre y eso no lo podía permitir, tenía larvas que cuidar. 

El caballero apuró la marcha, ya no se tomaba el tiempo de evaluar con cuidado cada paso que daba, solo se aferraba a cualquier roca que encontraba a su paso, las heridas en su caparazón aumentaron, ya no eran rasguños superficiales, eran roturas más profundas que dejaban un reguero de sangre detrás de él, pero no podía detenerse, el vacío seguía ascendiendo, sus manos le dolían horrores y las fuerzas parecían abandonarlo, pero no se detenía, la luz del final cada vez estaba más cerca, solo un poco más y estaría a salvo.

El lugar completo temblaba, algunas rocas se desprendían del muro golpeando a Hollow, complicando aún más su camino, el vacío no le daba tregua y ya casi alcanzaba sus patas, el caballero podía sentir el frío en sus extremidades y el pánico le dio fuerzas para escalar de prisa, más gotas de sangre caían a cada paso, pero la luz cada vez estaba más cerca, ya casi alcanzaba el borde del risco, pero justo antes de llegar se encontró con un espacio libre de rocas a las cuales aferrarse, un trozo de muro absolutamente plano.

No había tiempo para pensar, él sabía cual era su única opción, saltar. 

Esperó hasta el último momento, hasta el instante en el que el vacío estuvo a punto de rozar sus patas para dar el salto más largo que pudo dar, pero no era suficiente, el borde del risco estaba demasiado lejos, así que dio un segundo salto en el aire apoyándose en las alas de monarca, exprimiendo sus fuerzas solo para lograr que sus manos heridas se agarraran a la roca.

Ahora estaba colgando del precipicio, su respiración era agitada y el miedo invadía cada fibra de su ser, el vacío ya no subiría más ahuyentado por la luz, pero él tampoco podía retroceder, no había espacio para él, su única opción era subir, pero sus fuerzas menguadas ya no le alcanzaban para hacerlo por sí mismo, además de que tampoco tenía punto de agarre, con suerte era capaz de mantenerse en su lugar y no caer.

Y fue entonces que una sombra oscureció su visión, una silueta que conocía muy bien se presentó a contraluz, el Rey Pálido, con su cabeza en forma de corona y esos ojos de un frío impenetrable. Sabía que era inútil pedir ayuda, pero la desesperación lo movió a hacerlo.

—¡Por favor! ¡Ayúdame! ¡No quiero morir! —Suplicó el caballero.

A sus plegarias solo silencio obtuvo como respuesta, más una mirada de desprecio y la vista de su espalda frente a él como seña de que de este rey no recibiría ayuda. 

A Hollow se le agotaban las fuerzas y la desesperación crecía, miró una vez más abajo solo para encontrar al vacío agitándose furioso, como si clamara por una ofrenda de carne viva. Volvió a llamar por ayuda, pero esta vez no a su padre, a cualquiera que por milagro estuviera en el lugar, pero nadie aparecía. Sus manos comenzaban a acalambrarse y perdía agarre, uno de sus dedos se soltó de la roca acercándolo un poco más a su perdición.

De pronto se vislumbró otra vez una silueta al contraluz ¿Acaso el rey Pálido había regresado conmovido por los gritos desesperados de su hijo? La figura ciertamente se asemejaba a monarca, pero era más pequeña. Un escalofrío recorrió la espalda del caballero y sus peores miedos se confirmaron cuando vio aquella cara infantil asomarse por el risco.

En sus ojos estaba el mismo desprecio que tanto temía y la horrible certeza de que su hijo no lo ayudaría. Hollow lo sabía, así eran las cosas en esa pesadilla, él era un viejo inútil que ya no prestaba ningún servicio y sería desechado, tal como su padre desechó a los contenedores que no le servían, porque aquello jamás fue capaz de superarlo, terror a sentirse inútil y ser descartado, por eso siempre se esforzó por trabajar y no tomar vacaciones, que no quedara duda alguna de que seguía siendo útil, pero eso acabó.

Sus manos finalmente cedieron y se desprendieron de la roca, soltó una lágrima solitaria antes de precipitarse al vacío. En otras circunstancias todo se limitaría a simplemente despertar, pero ahora con su mente a merced del Rey Pesadilla esa no era una opción, sucumbiría a la locura volviéndose no muy distinto de una bestia loca, solo se alegró ante la idea de que sus familia estaba lejos y a salvo, jamás sería un peligro para ellos.

Lentamente descendía hacia la oscuridad, cerró los ojos para no ver lo que se avecinaba, pero no podía cerrar sus oídos, chillidos estridentes y gritos horrible sumían su mente en el caos, pero aún en medio de ese escándalo una voz limpia y pequeña se coló en su mente.

"Dame tu mano" 

Y automáticamente sin esperar nada extendió su brazo, entonces para su sorpresa alguien lo tomó y comenzó a tirar de él. La sensación de caída se detuvo y quedó colgando de la extremidad, dependiendo absolutamente del alma caritativa que lo estaba salvando. Abrió los ojos con curiosidad y estos se humedecieron cuando vio a Edwyn haciendo todo lo que podía para sujetarlo mientras volaba con esfuerzo, en su espalda se agitaban tres pares de alas, dos propios y un tercero creado con magia, ahora más que nunca era el vivo retrato del Rey Pálido, pero para Hollow era un ser único y diferente, su dulce hijo.

—AAaahh, tranquilo papá... Te tengo... —Jadeó el pequeño.

—Hijo... 

El niño ponía todo su esfuerzo para mantenerlos a flote, pero no era capaz de soportar el peso de su padre, aún con su magia y todos sus buenos deseos era imposible para él, sobre todo porque aún no entendía la lógica de los sueños, su odisea acabó cuando los músculos de la espalda que controlaban sus alas se acalambraron y eso lo imposibilitó de usar más magia, por lo que ambos terminaron cayendo al vacío.

Edwyn puso una expresión de terror que contrastaba con paz y tranquilidad que ahora mostraba Hollow, el niño sin saber que hacer abrazó a su padre buscando consuelo ante un fin inminente y para su sorpresa, finalmente su padre correspondió su abrazo, envolviéndolo como un cascarón protector que no permitiría que sufriera daño, el pequeño entonces aún con lágrimas pensó que era bonito que al menos uno de sus sueños se cumpliera antes del final.

Hecho una bolita se quedó en su lugar, no estaba seguro de que sentiría o como sería ser invadido por el vacío, pero se resignó guardando su último deseo para su madre y sus hermanos que ojalá estuvieran bien.

La sensación de caída duró mucho, tanto que a Edwyn se le hicieron minutos eternos ¿Qué tan grande era ese abismo que aún no llegaban al final? ¿O más bien ¿Qué tan lejos estaba el vacío que aún no los devoraba? O quizás entrar en el vacío era sumergirse en una caída eterna envueltos en oscuridad perpetua, si era así al menos le alegraba no estar solo.

Estaba a punto de abrir los ojos cuando finalmente aterrizaron, pero no fue algo doloroso o desagradable, fue como caer sobre un colchón mullido que incluso ofreció un ligero rebote, si no fuera por el susto que pasó, casi hasta podría decir que fue algo agradable.

Cuando el gusanito se decidió a inspeccionar sus alrededores se encontró con una sorpresa, ya no había oscuridad, ni siquiera un ambiente rocoso o agreste, estaban en una habitación, específicamente el dormitorio de su padre.

—Pero... ¿Por qué estamos aquí? —El retoño miró a todos lados confundido.

—En el reino de los sueños más que la fuerza importa la imaginación y la fortaleza de tu mente. Cuando caímos al vacío, puse toda mi fuerza en pensar en el lugar más agradable y seguro del mundo.

—¿Y ese es tu cuarto?

—Siempre consideré que el Palacio Blanco era un lugar seguro y mi habitación es donde más me gusta estar. Todos saben que disfruto vagabundear y explorar, pero es bonito tener un lugar a donde regresar luego de una aventura, y ese lugar es aquí, además de que aquí tengo algunos de los recuerdos más bonitos de mi vida.

Hollow se levantó y caminó hasta una esquina del cuarto mientras su hijo lo seguía.

—¿Y cuales son esos recuerdos?

—Primero, algunas noches que pasé con tu madre, platicar y pasar el tiempo con ella siempre fue muy agradable, y en segundo lugar —señaló una cuna que había en la habitación— Los momentos que pasaba a solas con ustedes cuando eran bebés.

Esto tomó por sorpresa a Edwyn.

—¿Por qué esa cara? ¿Se te hace tan sorprendente?

—Es que tú... ¿De verdad ese fue un momento tan bonito para ti?

—Si, cuando eran bebés la verdad no podía estar mucho con ustedes, por esa época habían algunos conflictos en el reino y debía ayudar, estaba todo el día fuera y en las noches cuando llegaba a casa era agradable verlos alegrarse tanto por mí. Jugábamos un poco y luego los alimentaba para que fueran a dormir. Era una pequeña rutina diaria que teníamos.

—¿También me alimentabas a mi? —preguntó incrédulo. Con el terror que tenía su padre a tocarlo le parecía imposible.

—Claro ¿Por que no lo haría? Eres mi hijo como todos los demás, eso sí, siempre te alimentaba al último, tus hermanos eran un desastre, se peleaban por comer primero, mientras que tú esperabas tranquilo. Luego de quedar agotado con los demás finalmente me podía tomar un respiro contigo, eran buenos momentos.

El pequeño sintió una calidez muy especial en su corazón, ahora sí que no le quedaban dudas de que su padre siempre lo quiso, solo que por alguna razón las cosas se empezaron a torcer en algún punto.

—Si antes podías tocarme y abrazarme ¿Qué pasó? ¿Cuándo empezó todo?

Hollow se tomó algunos momentos para meditar su respuesta.

—Umm... Es difícil decir cuando empezó el problema, fue algo paulatino... Creo que fue más o menos cuando tenías cinco años. Por ese tiempo se empezó a notar tu extraordinaria inteligencia, hablar contigo comenzó a volverse algo complicado, sentía que me quedaba atrás, que me superabas siendo tan pequeño, incluso que habían otras personas más apropiadas para tratar contigo como Quirrel. Pero ese no fue el gran problema, vamos, que seas inteligente no es suficiente para causar miedo.

—¿Y cuál fue?

—Es que eras... Tan inteligente, tan extraordinario que temía que al crecer te volvieras como mi padre y me desecharas... O sea, es cierto que al final el viejo se arrepintió de lo que hizo, pero antes de eso hizo mucho daño ¿Y si tú hacías lo mismo? Todo eso fue solo un pensamiento loco que quise olvidar, pero el Rey Pesadilla se aferró a eso y lo hizo crecer y crecer —Hollow se mostraba alterado al hablar de esto— De pronto cada noche sin falta soñaba lo mismo, que estaba en ese horrible abismo tratando de escapar y que mi padre me abandonaba tal como ocurrió en su momento, solo para luego terminar dándome cuenta que eras tú... Y... Tras soñarlo tantas veces comenzó a asustarme la idea de que fuera una especie de premonición y tú...

Hollow no pudo acabar, porque su hijo dio un salto usando sus alas y lo abrazó. Tras un desconcierto inicial trató de balbucear algunas palabras pero le ganaba el nerviosismo.

—Papá, yo no te voy a abandonar, no lo voy a hacer, ni cuando estés viejo, te voy a cuidar, así que no te preocupes, yo no desecho a la gente.

Y fue luego de escuchar estas palabras que Hollow finalmente pudo dejar atrás todos sus miedos y abrazar a su retoño con libertad.

—Gracias hijo, creo que es lo que necesitaba escuchar.

La luz del ambiente inició su característico ascenso que indicaba el final de un sueño.

—¿Y esto? —Gimoteó Edwyn.

—No te preocupes, es solo el final de este sueño, pronto apareceremos en otro.

—¿Otra pesadilla?

—Sí, lo más probable, pero tranquilo, te protegeré. Luego de esto, ya me siento capaz de enfrentar cualquier cosa.

------------------------------------------

Esta escena de la reconciliación de Edwyn y Hollow era una de esas escenas claves que me moría de ganas por escribir y publicar y finalmente llegamos a ella! ¡Yes!

Cada vez falta menos, diría que unos 6 capítulos nada más y en el próximo ya por fin alcanzan al Rey Pesadilla, ay, estoy emocionada!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro