Familia

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El agotamiento era palpable, tanto Edwyn como Jazmín ya no daban más, estaban en las últimas, pero debían seguir luchando o tendrían que pagar el castigo. Su oponente gruñó y se irguió, iba a atacar de nuevo y a ellos apenas les respondían las extremidades, pero haciendo un esfuerzo extremo se pusieron de pie, el niño alzó sus garras, la niña su lanza y se lanzaron hacia su derrota.

Ni un rasguño fueron capaces de causar, su oponente los atrapó en el aire, los arrojó al suelo y empezó a hacerles cosquillas.

—Los tengo pequeños bribones —Clamó orgullosa Orquídea.

—Noooo. Jajajajajjaja ¡Mamá! ¡Basta! —Chilló Jazmín.

—Detente jajajajajaja —rio Edwyn.

La mantis no se detuvo por sus ruegos y siguió haciéndoles cosquillas hasta que consideró que había sido suficiente, solo entonces dejó a las crías tranquilas en el suelo agotadas.

—Eso... Fue.... Muy intenso... —Jadeó Edwyn.

—Mamá... Creo que.... Fue demasiado —Agregó Jazmín.

—Oh vamos, no es para tanto, además tenía que darles un entrenamiento extra duro, recuerden que luego de la boda con su padre nos iremos de luna de miel, estarán tres días sin entrenar. Aún así deberían hacer ejercicio, sobre todo tú Patata, recuerda que tienes antecedentes de mala condición física.

—No me voy a engordar en tres días —el pequeño se ofendió un poco.

—Jiji, claro que no Patatita. —Les permitió descansar unos momentos más antes de instarlos a levantarse—. Bueno, ya terminamos aquí, vayan a bañarse y luego alístense, que en unas horas más será la boda.

Esto último lo dijo desganada y con un suspiro, era muy evidente lo mucho que le molestaba la fiesta.

—En serio ¿Porqué los bichos de Corazón de Hallownest tienen que complicarse la existencia para estar juntos? Que bueno que este suplicio al que me somete Hornet ya va a terminar.

A decir verdad habían sido varias semanas muy duras para Orquídea, a pesar de su experiencia viviendo en Corazón de Hallownest, aún habían varias costumbres con las que no estaba del todo familiarizada y el matrimonio era una de ellas ¿Por qué tanta parafernalia? ¿Por qué tanto esmero en elegir las flores perfectas? ¿Por qué tanto problema con la comida y la decoración? Si hubiera sido por ella habría dejado que Hornet eligiera todo y se desentendería del asunto, pero todos le dijeron que era su boda, no la de Hornet, así que tenía que estar a cargo, además, no era una boda común, se casaba el hermano del rey, todo debía ser grandioso.

"Vamos, uno se casa una vez en la vida, obviamente tiene que ser espectacular" le habían dicho.

¡Que bueno que uno se casa nada más una vez en la vida! Había dicho la mantis, no soportaría tener que repetir esa tortura, era tan cansador, además de que le quitaba tiempo para pasar con sus niños, esperó ocho años para esto, ahora los estaba disfrutando al máximo, aunque tenía que admitir que tenía sus desafíos. Era muy distinto ser tía que ser madre de tiempo completo, pero aún así era muy feliz, aunque debía admitir que a veces tenía algunos desacuerdos con Hollow y Big, tenían ideas muy distintas sobre cómo criar a una larva, a veces le dieron la razón y otras tuvo que ceder, al menos consiguió que le permitieran entrenar a Edwyn y Jazmín todos los días por la mañana en lugar de dos veces a la semana como antes. Con Aster la situación era distinta, como había manifestado que quería ser caballero real, estaba recibiendo un entrenamiento especial, aún así lo ponía a prueba de vez en cuando para ver cuánto había avanzado y no podía estar más orgullosa, estaba segura de que si quisiera, ese niño podría reclamar el puesto de Lord de la tribu mantis en el futuro.

—¿Hola? —Aster se había asomado por la puerta de la sala de entrenamiento— ¿Ya terminaron? La tía Hornet llegó y dice que necesita a mamá para revisar no se qué cosa.

—Aaaagggg —Orquídea se agachó y se abrazó las rodillas deprimida, casi pareciera que había una nube de oscuridad y pesimismo encima de ella.

Los tres niños se miraron unos momentos y luego con risas traviesas se colocaron detrás de la mantis empujándola para tratar de sacarla de la habitación.

—Mamá, vamos, no puedes dejar a la tía Hornet esperando —la regañó Aster.

—No importa cuanto lo retrases, igual tienes terminar de preparar la ceremonia —Edwyn trató de convencerla con lógica.

—Y después de la boda viene la luna de miel ¿No que estabas muy emocionada por eso? —culminó Jazmín.

Este último argumento fue lo que terminó por motivarla a ir con Hornet, se puso de pie abruptamente provocando que los niños se cayeran.

—Es verdad, la luna de miel, serán solo unas horas y luego tendré tres días libres con Hollow —se dijo así misma en voz alta— Bueno, entonces voy, ustedes báñense, pórtense bien y nos vemos más rato ¿De acuerdo?

—De acuerdo —dijeron los tres pequeños al unísono.

La mantis salió de la habitación, no del todo animada pero sí con más determinación para cumplir sus deberes, cuando ya se hubo ido Jazmín comentó:

—Me pregunto como será una luna de miel, mamá está super emocionada por eso, seguro que es muy divertido.

Luego del baño y de comer algo, los tres pequeños fueron a buscar a su padre, por el camino se encontraron con unos cuantos de sus tíos que estaban ayudando con la decoración o con cualquier cosa que hiciera falta, por supuesto dirigidos por Hornet. 

Había que mencionar que el trato de los contenedores hacia Edwyn había mejorado mucho, seguían sin ser tan cariñosos con él como con sus hermanos, pero ya no veía el rechazo en sus ojos como antes, en parte por su decisión de usar ropa de colores, mientras menos se pareciera al difunto Rey Pálido mejor lo trataban, por otra parte le hecho de que Hollow ahora no le tuviera miedo también contribuyó a la tolerancia por parte de los demás, como el caballero trataba de pasar tiempo con él y lo llevaba a muchos lugares, se terminaron acostumbrando, el pequeño se mantenía optimista, las cosas todavía podían mejorar más, su madre le había dicho que los grandes cambios van de a poco, así que había que tener paciencia, no lo sabría ella que gastó ocho años de su vida en cambiar a una tribu completa de mantis.

Encontraron a su padre junto al tío Big en una de las habitaciones que estaba temporalmente vacía, ambos estaban muy juntos haciendo algo que aparentaba ser un secreto. Los niños siendo tan curiosos como eran obviamente se acercaron a ver de qué se trataba, pero ambos adultos cubrían todo con sus cuerpos y altura por lo que no podían ver, pero eso no era un impedimento para Aster, quien se elevó volando para descubrir el misterio.

—Hey ¿Qué le hacen a Tika?

Tanto Big como Hollow dieron un respingo de susto, pero cuando se dieron cuenta de que eran los niños se tranquilizaron.

—¿Tika? —Llamó Edwyn.

La tik tik ante el llamado de su sueño brincó de la mesa donde la tenían y corrió a sus brazos, entonces el niño pudo apreciar el enorme rosetón azul que le habían atado al cuello y el sombrerito a juego.

—¿Y esto? —Rio El gusano al verla.

—Creímos que Tika también debería verse bonita para el matrimonio —explicó Big.

Edwyn soltó una carcajada, siempre le hacían gracia las atenciones que tenía su tío con su mascota, no podía olvidar lo mucho que se opuso a adoptarla diciendo que era peligrosa o que no estaba listo para esa responsabilidad,  y ahora era él quien acaparaba la atención de la criatura, incluso preocupándose por algo tan trivial como ponerla elegante para la boda.

—Se ve lindísima —exclamó Jazmín — ¿Pero por qué tanto secreto?

Ambos adultos se miraron incómodos antes de responder.

—Es que si Hornet nos ve gastando el tiempo en esto se va a enojar.

—¡Por supuesto que me voy a enojar! —La voz furibunda de la reina araña los sorprendió— ¡Hollow! ¡Con todo lo que hay que hacer y ti perdiendo el tiempo aquí!

Y en efecto, ahí estaba la pequeña monarca parada en el umbral de la puerta con una mirada de clara molestia.

—Pero Tika quedó bonita —Trató de defenderse el caballero.

—Si si si, muy bonita, ahora ven acá.

La mestiza arrojó un hilo con el que ató a su hermano en un movimiento y luego tiró de este para arrastrarlo con ella.

—Vamos, camina.

—Pero... Pero.... Aaaahhhh...

Y así ambos se alejaron montando una escena que resultaba más que llamativa para toda la servidumbre, aunque nada fuera de lo común, todos la sabían lo extravagante que era el trato entre estos hermanos.

—La tía Hornet en serio da miedo a veces —dijo Aster.

—Y ni aún así ha sido capaz de controlar a Chester —replicó Jazmín.

—Chester es de otro planeta.

De pronto Big recordó algo importante que quería mencionar a su sobrino.

—Edwyn, olvidé decirte, anoche terminé de soldar las piezas que le faltaban a ya sabes que.

—¿De verdad? ¿O sea que está listo? 

—Listo y funcionando, de hecho hice unas tomas de prueba y quedaron muy bien.

—¿De que están hablando? —Preguntó Aster.

—De un invento que hice, últimamente me puse a estudiar algo de mecánica, ondas de luz y algunas anotaciones del viejo Rey Pálido, y con todo eso tuve una idea para una máquina genial.

—¿Y qué es?

—Hasta después de la boda, es un secreto.

.................................

Finalmente ocurrió la tan ansiada ceremonia de bodas, sin duda fue un evento digno de ser recordado, el hermano del rey, el caballero mas fuerte del reino se casaba, nada menos que con la antigua regente de las tierras mantis, era una unión muy importante y por ello la ceremonia tenía todo el lujo que la situación ameritaba, todo en el gran salón del palacio estaba impecable, perfecto, bellas flores azules decoraban los pilares del salón y todo resplandecía, tal como Hornet quería, la prensa hablaría por semanas de esto.

Pero no era solo la decoración lo que destacó en esta celebración, la gran cantidad de invitados era algo digno de mencionarse, y es que Hollow tenía muchísimos amigos y conocidos y luego de que Orquídea ingresara a su vida permanentemente, retomó muchas viejas amistades, al tener la ayuda de su pareja ya no tenía que dedicar tanto tiempo a estar con los niños, así que a veces aprovechaba de visitar a algún amigo o simplemente vagabundear por ahí.

El palacio estaba a rebosar de gente, desde invitados tan ilustres como la reina de la colmena o la reina Clara, hasta otros tan humildes como Cornifer e Iselda, algunas personas medianamente conocidas como Bretta o los maestros del aguijón, y otros muy discretos como Lemm, a todos ellos había que agregar a sus hermanos, que eran demasiados, por supuesto no asistieron todos, sería imposible, solo aquellos con quienes tenía una relación más cercana, la verdad aunque le avergonzaba reconocer no podía recordarlos a todos.

Por su lado Orquídea contaba con mucha menos gente, pero eran individuos impresionantes, las Lords siempre destacaban a donde quiera que iban, aún cuando no estaban en su mejor forma. Lavanda estaba cansada, aunque se veía mejor mucho que hace unos meses, sin duda Tash era un gran apoyo para ella, de hecho había asistido al matrimonio con él, Orquídea se preguntaba si era para ayudarla a no perder de vista a los niños o por algo más.

En cuanto a Lirio, sin duda estaba mejor, sus ojos tenían mucha más vida y entusiasmo que antes, seguía lejos de ser la mantis altiva que conoció durante toda su vida, pero sanaba poco a poco, ahora se aferraba a Sharpy quien había sido su gran apoyo emocional todo este tiempo.

Pero a pesar de todo el lujo, los invitados y la gente ilustre, todo aquello palideció ante la novia, cuando llegó nadie podía quitar los ojos de ella, jamás en la historia se vio novia más enfurruñada en su propia boda, parecía que mataría al primero que se acercara, ni siquiera esperó a su escolta, caminó hasta el podio donde la esperaba el novio si mostrar elegancia alguna, dando fuertes pisotones y bamboleando el ramo de un lado a otro.

—¿Qué pasó? —Susurro Hollow.

—Él vestido es muy incómodo —contestó la mantis.

—Aguanta Orquídea, luego de la ceremonia te cambias por el vestido de fiesta, ese es mucho más cómodo.

—Quiero irme Hollow.... —Gimoteó la mantis

—Ejem —Los interrumpió el sacerdote.

Luego de eso siguió el tradicional discurso de toda boda, la mitad del cual los novio no escucharon porque se pusieron a dormitar, el sacerdote disimuló como pudo mientras pensaba para sus adentros "estos dos son tal para cual", que bueno que estaban de espaldas, así nadie los podía ver.

La ceremonia transcurrió con normalidad, y cuando la última palabra fue pronunciada, el sacerdote golpeó el podio con los papeles del discurso que estaba leyendo, el ruido repentino despertó a los novios que miraron a si alrededor confundidos.

—Hollow... Aceptas a...

—¡Aceptamos! —Gritaron ambos aún aturdidos buscando entender en qué momento de la ceremonia estaban y cuando lo hicieron se dieron cuenta del error.

—Ay, creo que me equivoqué —exclamó la novia causando una carcajada en el  público.

—Ya no importa, pueden besarse. —Anunció el religioso.

—¿Ya toca? —Orquídea dio un respingo al escuchar esto y miro hacia los invitados que abarrotaban el salón— Frente a todos... Me da vergüenza —Y se cubrió la cara.

Todo eso provocó que a Hollow le diera un ataque de risa que terminó contagiándose al resto de los asistentes, el beso quedó en segundo plano y quedó reservado para algún momento más íntimo más tarde.

....................................

La fiesta que siguió luego de la ceremonia de matrimonio fue tan fastuosa como se esperaba, y tal como alguien había mencionado antes, parecía más la boda de Hornet que de Orquídea, era ella quien miraba a todos lados con orgullo e ilusión, al igual que en su propia boda, la fiesta posterior se estaba realizando en los jardines del palacio perfectamente arreglados para la ocasión, lleno de jarrones con flores y telas azules, sin duda el azul era el color temático de la fiesta, hasta las mesas estaban cubiertas con manteles de esos tonos.

A la mantis todo le daba lo mismo, solo estaba preocupada por comer, tenía bastante hambre, de hecho estuvo a punto de sentarse en la mesa que tenía más cerca, pero su ahora esposo la agarró de un brazo y la llevó a la mesa especial que habían designado para ellos.

—Recuerda que habíamos practicado esto Orquídea —Le susurró Hollow.

—Pero tengo hambre... Además confiesa que tú también encuentras todo esto estúpido.

—La verdad sí, me hubiera gustado algo más simple pero —Observó a Hornet que prácticamente brillaba de orgullo— ella está tan feliz y ha hecho tanto por mí, quiero darle en el gusto con esto al menos.

—Está bien, lo haremos por tu hermana.

Pasó un rato antes de que los invitados a la fiesta ocuparan sus lugares, los más difíciles fueron los niños, Aster y Rosa se habían visto y ya querían iniciar una pelea, hubo que regañarlos para que se quedaran quietos, eso y prometerles que luego de comer podrían y a jugar, o a molerse a golpes o lo que sea, era increíble que Tika se comportara mejor que ellos, la tik tik se quedó en su rincón cerca de Edwyn comiendo las croquetas que le dejaron y se preocupó de no dejar ni una sola mancha en el rosetón de su cuello.

Durante la cena las cosas fueron bien, se sirvió la entrada, se hizo un brindis, se improvisó un discurso de agradecimiento a los asistentes, lo típico. Pero detrás de bambalinas, la semilla del caos se gestaba.

Para esta boda tan fastuosa se tuvo que contratar a bastante personal temporal, entre el cual destacaban una araña de siete patas y una polilla de nieve de color rosa.

—Snowfluff me quiero ir a casa, esto es aburrido. —Se quejó Tobu.

—Aaaah, ya basta, deja de lloriquear, ya no eres una cría, se supone que eres mayor que yo.

—Mi corazón es joven y anhela aventuras y libertad, no estar sirviendo bebidas en esta condenada fiesta.

—Bueno, si cierta persona no se le hubiera ocurrido ingresar en la torre de las Almas a tomar esa cosa brillante no tendríamos que pagar esa enorme multa y no estaríamos trabajando aquí.

—Todo por querer recuperar lo que es mío, luego de años finalmente iba a tener mi frasco luminoso.

—¡Esa cosa no era tuya! ¡Nunca lo fue! Ahora deja de quejarte y muévete, hay muchas mesas que atender.

La araña obedeció arrastrando los pies, los trabajos serviles no eran lo suyo, además de que a sus ojos todo era demasiado aburrido, quizás Snowfluff disfrutaba de estar cerca de la familia real pero ella no, si no fuera por la generosa paga nunca hubiera tomado ese trabajo, era terrible el tener que esconderse cada vez que salía afuera solo para evitar que cierta persona la viera.

Pasaron los minutos entre risas y comida cuando el animador del evento se presentó anunciando una sorpresa para los novios, ambos dirigieron su atención hacia Hornet esperando alguna explicación pero ella solo les dedicó una sonrisa alegre.

Un par de bichos aparecieron empujando una plataforma con ruedas encima de la cual reposaba lo que parecía una enorme caja cubierta con una tela blanca. Todos se quedaron en silencio expectantes a lo que iba a pasar, nadie dio ninguna explicación y Hollow estaba comenzando a pensar que aunque no se lo habían dicho, tenía que acercarse y quitar la tela, como si se tratara de algún regalo de gran tamaño.

Pero antes de que Hollow hiciera cualquier cosa, la música comenzó a sonar, al inicio como un murmullo, pero poco a poco elevándose revelando una melodía muy alegre y con un cierto aire circense interpretada por un acordeón, cosa que le dio una muy buena pista al caballero sobre lo que estaba pasando.

La melodía siguió elevándose hasta llegar a un clímax donde la tela que cubría la caja se prendió en llamas, un extraño fuego blanco escaló por la tela hasta formar una fogata inmensa de la cual emergieron dos seres ígneos, brillantes y hasta cierto punto aterradores, los asistentes estaban conmocionados, pero se mantuvieron en sus lugares. Los entes de fuego se bajaron de la tarima y caminaron un par de pasos hacia los novios, fue entonces que elevaron los brazos y torcieron la cadera tomando una postura muy propia de algún baile elegante, el fuego se apagó dejando al descubierto a dos murciélagos que conocían muy bien.

—¡Scarlet! ¡Grimm! ¿Cuándo volvieron? —Exclamó el recién casado.

La chica solo le guiñó un ojo y con una sonrisa se dirigió hacia su padre para iniciar su espectáculo.

Grimm y Scarlet exhibieron todo su talento realizando una danza alegre y bastante compleja, llena de saltos, piruetas, contorsiones y mucho fuego. El don que les otorgó Bocadillo se equiparaba perfectamente el anterior fuego escarlata, el mismo poder con la misma potencia, pero su color blanco a nivel artístico generaba un impacto muy distinto. El rojo transmitía pasión y peligro, el blanco pureza y pulcritud, con su visión artística Grimm tomó en cuenta eso y buena parte de su acto tuvo que reformularse, el resultado de meses de trabajo y práctica era lo que contemplaban aquí, dos murciélagos que bailaban con tanta energía y delicadeza como una semilla de diente de león llevada por el viento, un espectáculo que robaba el aliento.

Mecidos por un viento imaginario Grimm y Scarlet se dejaron llevar por todo el escenario, deleitando a su audiencia con un show digno de la realeza, cada paso estaba planeado al milímetro y los destellos y flores de fuego que formaban fueron practicados hasta el cansancio alineándose con la música del acordeón que Nymm tocaba en el fondo del escenario, el espectáculo no sería lo mismo sin él, pero aún así no destacaba, Grimm y su hija se llevaban todas las miradas, pero no le importaba, así era este trabajo, no era necesario que los demás supieran lo indispensable que era en esa composición, bastaba con que él lo supiera.

El acordeonista aumentó el ritmo de la música y los bailarines danzaron a su son, como marionetas controladas por él, se acercaba el momento álgido, las vueltas y piruetas se volvieron más ágiles, más atrevidas, y el fuego más espectacular y brillante, hasta que todo culminó en un enorme salto, tan hermoso como aterrador, donde ambos murciélagos extendieron sus alas evocando las peores pesadillas de un bicho, pero todo ello duró nada más un instante, tras el cual se recogieron y terminaron en el suelo, con sus manos y sus rostros apuntando hacia el cielo como dando gracias a alguna deidad imaginaria.

Todos los presentes estaban sobrecogidos con aquella escena final, pero tras recuperarse de su estupor el aplauso y las ovaciones estallaron. 

Grimm y su hija se pusieron de pie e inmediato realizaron una profunda reverencia agradeciendo el entusiasmo de su público, además de presentar a su acordeonista quien también recibió un caluroso aplauso. Su nuevo acto había sido un éxito, definitivamente podrían implementarlo en el circo, la mente calculadora del murciélago ya estaba planeando la publicidad "el acto que dejó sin aliento a la familia real de Hallownest" seguro sería un éxito.

Cuando los aplausos cedieron Hollow se levantó y fue a saludar en persona a su querida amiga de la infancia.

—Scarlet, que bueno verte ¿Por qué no me dijiste que vendrías a mi boda? Te hubiera apartado un lugar.

—No te preocupes, ya tenemos lugar apartado, la tía Horny se encargó de eso, de hecho, todo este acto fue una sorpresa preparada junto con ella.

—¿De verdad? 

Hollow volteó la mirada hacia donde estaba su hermana, y esta al verse observaba sonrió complacida.

—Sí que me sorprendieron.

En eso llegó Orquídea para unirse al saludo, sus celos de antaño habían remitido casi por completo, desde que la chica se refería a su esposo como "mami" todas sus dudas se disiparon, aunque le seguía pareciendo rara la situación.

—Bienvenidos, gracias por asistir —saludó la mantis.

—Ha sido un placer —contestó Grimm.

Luego de eso Hollow se dieron unos momentos para ponerse al día con los dos murciélagos, hacía meses que no los veía. Después del desastre de la fiebre escarlata, ambos se quedaron viviendo en el refugio de Hornet y ahorraron algo de dinero realizando todo tipo de trabajos pequeños, no fue con agrado, al fin al cabo habían dedicado su vida al arte, las labores de limpieza no eran lo suyo, pero con el reino en el estado decadente que se encontraba, era casi imposible que los contrataran para hacer algún show, al fin y al cabo el arte es un lujo que la gente se da sólo cuando todas las necesidades básicas están cubiertas.

Sin embargo cuando las cosas comenzaron a mejorar lograron algunos trabajos en celebraciones para niños, no pagaban mucho pero al menos fue un ingreso extra que les permitió ahorrar. Eventualmente consiguieron el dinero suficiente como para comprar víveres, equipo y partir hacia las lejanías en busca de su circo, durante todo ese tiempo Scarlet se mantuvo enviando cartas, y por supuesto también le escribió cuando logró su objetivo, pero en algún punto la comunicación se cortó dejando muy preocupado al caballero, no imaginaba que desde ese momento ya se empezaría a gestar la sorpresa que acababa de presenciar.

Con este acto se dio por concluida la cena, y ahora seguía algo que algunos esperaban con ansias, el baile. Varias parejas se levantaron para tomar su lugar en  la pista de baile, la música era alegre y los ánimos muchos, prometía ser una celebración que duraría hasta altas horas de la noche. Aunque algunos no estaban tan interesados, principalmente los niños.

—Tía Hornet ¿Ya podemos levantarnos? —Preguntó Aster impaciente.

—Umm... Está bien, pueden ir a jugar por ahí, solo no se pierdan, no se metan en problemas y traten de no cruzarse por la pista de baile, podrían chocar con alguien.

—Sí tía.

Aster, Jazmín y sus primos salieron corriendo a buscar al resto de su familia mantis ansiosos por jugar con Clavel y Rosa ya que no podían verse a menudo, pero Edwyn fue hacia otro lado, tenía otros planes, debía preparar cierta sorpresa que había planeado con su tío, esperaba que a sus padres les gustara mucho. Hornet se quedó unos momentos observando a los niños perderse entre el gentío, eran bastante independientes para su edad y tenían varios tíos vigilándolos, estarían bien.

—¿Te preocupa que se metan en problemas? —Preguntó Dan que se encontraba en la misma mesa que ella.

—Sobre todo por Chester, aunque luego de todo lo que pasó se ha calmado bastante, pero eso no impide que cause algunos líos de vez en cuando.

—Tranquila Hornet —intervino Quirell— Ya pasó lo peor, ya podemos decir que esta boda fue un éxito así que puedes sentirte orgullosa, en este punto ¿Qué podría pasar? A lo más que algunos invitados se emborrachen y haya que ponerlos en su lugar.

—Ah, que no se atrevan o conocerán el filo de mi aguja —Hornet sacó de debajo de su traje de fiesta su arma emblema.

—¿Trajiste una aguja a la fiesta? —Exclamó Dan escandalizado.

—Hornet nunca se desprende de su arma —explicó el maestro— es un poco como Ren que últimamente anda pegada a ese cepillo que lleva a todas partes, le da seguridad.

—Lo sorprendente es que pueda llevar esa aguja escondida sin que nadie la vea.

—Tengo años de práctica —contestó  la reina araña con orgullo.

Luego de que Dan se enteró de que Quirrel era su padre, su relación no sufrió demasiadas modificaciones, las únicas diferencias eran que su madre biológica fue un tema de conversación recurrente durante los primeros tiempos y que ahora lo invitaban a más eventos familiares, como esta boda, realmente nadie se complicó demasiado con esto, incluso sus hermanitos eran los más felices, siempre les había agradado Dan.

Mientras tanto por otra zona Orquídea estaba charlando alegremente con sus hermanas, las veía regularmente pero rara vez estaban las tres juntas, era bueno poder reunirse a conversar como en los viejos tiempos y verlas bien. Lavanda se veía mucho mejor desde que Tash vivía con ella y Lirio estaba planeando regresar a casa el siguiente mes, las cosas nunca habían estado tan bien.

Miró hacia la pista de baile y encontró a su esposo danzando con la murciélago, aunque él parecía una marioneta en sus manos, ya que ella era quien lideraba la danza y lo doblegaba a su voluntad. No pudo evitar soltar una risa ante la escena, ese macho había cambiado su vida por completo, hace unos años atrás jamás hubiera imaginado todo lo que vivía ahora.

Pero aún faltaba la última sorpresa de la noche, y esta corría a cargo de Big y Edwyn, ambos llegaron cargando una caja cubierta en tela... En realidad la iba cargando Big, Edwyn había agarrado la caja y enganchado sus garras en ella, pero su tío cómo si fuera la cosa más simple del mundo la había tomado entre sus brazos y la había levantado con gusano y todo, de hecho él iba colgando de una punta.

La colocaron en una esquina del jardín y retiraron la tela, esto reveló una extraña máquina con una lente montada en un trípode. De la nada, como un fantasma, Quirell se presentó para preguntar de qué se trataba, su eterna curiosidad no le permitiría quedarse con la duda.

—Es un pequeño invento que ideamos con mi sobrino, la cámara fotográfica, con esto puedes atrapar la luz del ambiente y estamparla en un papel generando una imagen que captura el momento.

—¡Asombroso! —Exclamó la cochinilla— ¿Y como funciona este invento?

Mientras Big y Edwyn montaban la máquina le explicaron los pormenores de su funcionamiento a una fascinada cochinilla que no paraba de hacer preguntas, lo normal cuando se trataba de Quirell.

Más allá, los niños jugaban, Rosa y Aster estaban metidos en un combate feroz, donde por fin iban a comprobar quien era el mejor guerrero, hasta ahora iban muy igualados cada uno ostentando tres victorias. Sus hermanos y primos los estaban animando con entusiasmo, al menos tres de ellos, Ren nunca participaba en esas prácticas brutales, las batallas no eran algo que le causara placer y prefería cosas más tranquilas, un gusto que compartía con Clavel, fue agradable para ella encontrar otro chico tan simpático e interesante como su primo Edwyn.

El sueño de Hornet de una boda perfecta se hizo realidad, sería un evento recordado por semanas, pero no por los motivos que ella imaginaba.

Snowfluff y Tobu estaban ocupadas retirando platos sucios y ofreciendo vino a los invitados, la polilla en todo momento se mantenía atenta a su compañera, no fuera a causar algún desastre que otra vez las metiera en problemas como era usual.

A pesar de su mala actitud, todo había ido muy hasta ahora, pero fue entonces que lo notó, la mirada. Aquella mirada tan particular que ponía cuando comenzaba a codiciar algún objeto inusual que pertenecía a otra persona.

—No Tobu ¡No! —Chilló la polilla.

—¿No que?

—No te vas a robar esa cosa, ese... —Siguió su mirada para saber de qué hablaban— Esa cosa metálica... ¿Qué rayos es eso?

—No lo sé, y eso es lo que lo hace fascinante.

—Lo que sea ¡Ni se te ocurra!

—Ya ya, lo que digas, en serio eres una aguafiestas.

La araña se alejó aparentemente resignada, pero su compañera la conocía lo suficiente como para saber que eso no era verdad.

Mientras tanto, Big y Edwyn habían terminado de preparar la cámara y Hornet se había acercado a curiosear.

—¿Entonces esto lo crearon entre tú y Edwyn? —Preguntó la mestiza.

—La teoría en realidad fue idea de Edwyn, yo solo di algunas sugerencias para mejorarlo y lo ayudé a construirlo.

—No creo que hubiera podido hacerlo sin el tío Big.

—Vaya, parece que nuestro pequeño príncipe sí heredó la mente genial de su abuelo.

Edwyn se turbó un poco al escuchar eso, pero Hornet le acarició la cabeza buscando calmarlo.

—No es necesariamente malo. Si bien hizo cosas horribles, no podemos negar todo el progreso y la civilización que trajo, podríamos decir que sacaste su lado bueno, no lo suprimas y déjalo ser, quien sabe que cosas grandiosas podrías crear en el futuro.

El pequeño sonrió ya más calmado y lleno de entusiasmo.

—Bueno, ya es hora. Tía ¿Puedes llamar a todos para que se coloquen por ahí? —Señaló un espacio frente a la cámara— vamos a sacar la primera foto.

Y cuando Edwyn terminó de pronunciar estas palabras, una araña se abalanzó sobre la cámara, la desmontó de su trípode y salió corriendo. 

Si estuviera frente a bichos comunes habría escapado, pero no contaba con los agudos reflejos de Hornet, quien veloz como una flecha le arrojó su aguja cortando su camino, y luego usando el hilo atado al arma, se impulsó hasta quedar frente a frente a la ladrona.

—¡Alto ahí ratero! Como te.... —Sus ojos se abrieron de golpe — ¿¡TOBU!?

—Hola cariño —dijo con algo de incomodidad.

—¿Quién es?—  Le pregunto Quirell a Big.

—La ex de Hornet.

—¡Que no es mi ex!

Quirrel solo la miraba con el rostro rojo y sorprendido.

—¡Que no es mi ex Quirell, no le creas a Big!

—Claro, para ti ese beso no significó nada. —sollozo Tobu.

—¡Que ya pares con eso! ¡Aaaaggg!

La verdad Tobu solo trataba de alterar a Hornet para distraerla, cosa que funcionó muy bien, la araña bajó la guardia lo suficiente como para salir corriendo con la cámara una vez más, pero no se dio cuenta de que un pequeño polizón se había encaramado encima de ella.

—¡Devuélveme mi cámara! ¡Yo la hice! —Gritó el gusanito furioso.

—¿De donde saliste?

—¡Dámela! —Comenzó a golpearla con sus garitas, no pretendía dañarla, solo que soltara lo que había robado.

—¡Aaahh, bájate! ¡Es mía! Además puedes hacer otra.

Esta vez una lanza fue la que interrumpió su huida. La araña se detuvo en seco solo para encontrarse con el cuerpo de una mantis enorme que la miraba con furia.

—¡Suelta a mi hijo! —Gritó Orquídea.

—¡Que él me suelte!

—¡Que suelte mi cámara!

Orquídea tenía poca paciencia y estaba dispuesta a darle una paliza a la araña, pero Hollow se interpuso deteniéndola.

—Basta, no hace falta llegar a tanto.

—Nosotras te ayudamos hermana.

Y para pesar de la presencia de Hollow, las dos ex Lords se presentaron a combatir.

El caballero miró a todos, miró a su hijo, a las mantis, a la araña, suspiró y meneó la cabeza.

—Bueno, que se le va a hacer.

De nadie sabe dónde, sacó su aguijón y lo alzó orgullosamente.

—Muy bien ¿Quién contra mi? ¿Alguien se atreve?

Con esto las mantis olvidaron por que iban a pelear originalmente, por lo que Lirio y Lavanda fueron contra Hollow.

Tanta agresividad de forma tan repentina fue demasiado para responder a tiempo, pero mientras él bloqueaba a Lavanda, otro guerrero se unió para apoyarlo y bloquear a Lirio.

—Tranquilo mi joven pupilo, ya estoy aquí —Anunció Mato.

—¿Por qué te metes en estos líos? —Se quejó Oro uniéndose a la batalla.

Mientras que más allá Sheo sacaba su atril y pinceles para retratar la escena.

—Esto será interesante.

Tobu por su parte trataba de zafarse de ese embrollo pero ni Edwyn ni Hornet la dejaban en paz, trató de estirar sus patas alejando la cámara de ellos, pero cuando no miraba, Aster y Rosa se la quitaron.

—La tenemos —gritaron los niños alegremente y la arrojaron lejos, Big no tuvo problemas para agregarla en el aire a salvo.

—Estos mocosos.... —Gruñó Tobu.

La ladrona iba a decir algo más pero fueron empujados por uno de los maestros de aguijón que salió despedido luego de un ataque muy potente.

La reina araña ya estaba muy molesta, la boda perfecta se había vuelto un desastre y no había nada que hacer al respecto, estaba muy enojada, así que decidió que al menos se desquitaría golpeando a algunos bichos ¿A que bando apoyaba? A ninguno, solo quería ver correr sangre, se unió a la pelea.

—Las bodas la verdad son muy divertidas —exclamó Rosa complacida.

—Hasta donde sé las bodas no son así —replicó Aster.

—¡Yo también me uniré a la pelea!

—¡Espera!

No pudo hacer nada, la niña se metió en el tumulto a pelear sin entender nada de lo que estaba pasando. Aster se lo pensó un momento y al final se encogió de hombros siguiendo el ejemplo de su prima.

Eventualmente a nadie le importó que estaba pasando, quien quiso se unió al combate, pronto algunos de los hermanos de Hollow, como Soul, Kairi, Cliff y Shadow se unieron con sus armas , y otros más pacíficos como Izuri, Green Y Lumis apoyaron desde la distancia arrojando comida y platos ¡Todo era un desastre!

Edwyn no era aficionado a las peleas y ya tenía lo que le importaba que era su cámara, así que se arrastró cuidadosamente hasta donde estaba su tío.

—Bien, hora de sacar la foto, anunció Big.

—¿Ahora? Pero si están todos peleando.

—Exacto. Para tener una imagen perfecta bastaría contratar a algún pintor que haga un retrato, pero las fotos son para captar momentos de forma instantánea tal y como son, para eso la creamos ¿Recuerdas?

—Sí, tienes razón. Este momento hay que guardarlo tal como es.

Big colocó la cámara en el trípode y la posicionó de tal forma que captaráa el conflicto en todo su esplendor.

—Bien, ya estamos listos.

—Hey ¿Podemos salir también? —Preguntó Scarlet que había escuchado todo.

—Claro, pónganse a los costados, servirán como una especie de marco en la composición, Edwyn, ponte al frente, eres pequeño y necesitas ser visible.

—¿Aquí? ¡Espera! —Buscó con la mirada a su mascota— ¡Tika! ¡Ven aquí!

La criatura al escuchar el llamado corrió hasta donde su dueño y se colocó obedientemente junto a él.

—Perfecto ¿Todos en sus lugares? —Preguntó Big— Aquí vamos. Tres. Dos. Uno ¡Ya!

Y la primera foto en la historia de Hallownest fue tomada.

Un desastre colosal que con los años recordarían entre risas y que siempre colgaría en la pared del despacho de Edwyn cuando se volviera rey, junto al retrato del Señor de las Sombras y su eterna sonrisa siniestra.

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Casi 6000 palabras. Para el capítulo final decidí extenderme todo lo necesario, sin cortes. 

Tuve que hacer memoria y pensar en las bodas a las que he asistido en mi vida para escribir esto, supongo que pueden variar según el país pero no me quise complicar con alguna costumbre extravagante inventada.

Y Para terminar voy a confesar que el final de la foto me lo copié de un fanfic de la leyenda de Zelda que leí hace años. Y.... Tengo algunas cosas más que decir pero será en las notas finales. 

¡Asegúrense de leerlas!

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