La verdad de las Pesadillas

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Nido profundo seguía tan lúgubre y tétrico como siempre, con aquellas casas amorfas compuestas de hilo y madera pero que a sus habitantes les encantaban. Sí, las arañas amaban su ciudad, tanto como los extranjeros la rechazaban, por supuesto Bocadillo y Scarlet no eran la excepción.

Ambos miraban los puentes de hilo y las redes de seguridad que colgaban en los alrededores con temor e incomodidad, volar por ahí quedaba absolutamente descartado, podrían quedar atrapados, como ya había pasado antes.

—Scarlet... No quiero ir —gimoteó Bocadillo.

—Esto te trae recuerdos de esa araña gigante ¿Cierto?

—Sí. —Inmediatamente se abrazó a la pata de Scarlet.

—Tranquilo, todo estará bien, este lugar es mucho más acogedor que la última guarida de arañas que visitamos.

—¿Acogedor?

—Hey, al menos no hay cadáveres de bichos decorando las calles.

—Si... Bueno, te doy un punto en eso —Bocadillo suspiró resignado—. En fin ¿Cuál es el plan esta vez?

—Según las investigaciones de papá, el aguijón onírico está en el interior de esa casa de allá arriba, seguramente resguardado en una habitación secreta escondida entre una pared de hilo, ya sabes, ese es el estilo de las arañas. Curiosamente, el lugar es menos elegante, mas pequeño y menos sofisticado que el palacio, pero presiento que llegar al aguijón será más difícil.

—Ajá ¿Cuál es la dificultad esta vez?

—Hay dos guardias muy competentes apostados a la entrada y una comunidad de arañas muy unida.

—Umm... Creo que deberemos optar por la estrategia de la distracción. Scarlet, tu te quedarás afuera bailando para captar la atención de los guardias mientras que yo que soy más pequeño y rápido, me infiltraré y buscaré el aguijón onírico ¿Te parece?

La murciélago extendió sus alas e hizo una pirueta en su lugar.

—Me parece, siempre es un gusto mostrar mi talento.

—Perfecto. A la cuenta de tres saldremos de este callejón escondido y nos confundiremos con la gente del lugar, por allí hay un grupo de turistas, pasaremos algo más desapercibidos si nos mezclamos con ellos, luego me separaré y me acercaré a la casa, entonces empezarás con tu acto.

—Entendido, los dejaré a todos embobados con mi baile y cuando me haya asegurado de que todos están pendientes de mi haré el truco del fuego corazón, esa será tu señal para infiltrarte.

—Perfecto.

—Uno.

—Dos.

—¡Tres!

Ambos se dieron la vuelta para salir del callejón y lo primero que vieron fue a una cochinilla azul cargando un maletín en su brazo.

Ambos se quedaron paralizados del miedo sin saber qué hacer ¿Cuánto de su conversación había escuchado? Si negaban todo frente a las autoridades ¿Qué tan posible era que le creyeran a ellos en lugar de al turista? Pero a quien tenían al frente no era un turista y la reacción que tuvo al verlos fue totalmente inesperada.

—¡Ali! ¿Eres tú?

La chica sintió una punzada de dolor en su cabeza, aunque era mucho más soportable que cuando Hollow pronunciaba su nombre. Seguramente a este individuo también lo conocía, pero por supuesto, no podía recordarlo.

La cochinilla parecía una persona sencilla, suponía que era un campesino o algo así, como estaba ocupada en ese momento no pretendía demorarse en explicaciones ni justificaciones para el trato frío que pretendía darle.

—Lo siento, han pasado demasiados años y no te recuerdo. —Dijo con un tono amable pero firme.

—Eh... —El bicho dudó un momento, pero luego recordó algo.— Cierto, la maldición del rey Pesadilla, probablemente no recuerdas nada de hace años.

—Eh...no, para nada... —Escarlet estaba sorprendida, la cochinilla sabía más de lo que aparentaba.

—Vaya, es una lástima, pero no importa, me alegra ver que estás bien ¿Por que no vienes a mi casa? Hornet se alegrará mucho de verte.

—Me encantaría pero...

Antes de que pudiera negarse Quirrel la tomó de la mano y se la llevó con él. Con la fuerza que tenía la murciélago no le habría costado nada zafarse de un manotazo, pero el bicho se veía tan entusiasmado y su forma de hablar era tan dulce y alegre que lo se atrevía. Bocadillo la siguió de cerca tratando de intervenir para ayudar a su amiga, pero dejó de intentarlo cuando se dio cuenta de que el bicho los estaba guiando precisamente al lugar al que debían ir.

—Ah... Tú ¿Vives aquí? —Preguntó la chica sorprendida.

—Claro, es la casa que comparto con Hornet y nuestros hijos. Claro, seguro no lo sabes, me casé con ella.

—¿Hornet no era el nombre de la reina araña? —Preguntó Bocadillo.

—Sip, soy el consorte de la reina. Aunque mi poder político es nulo, solo soy su esposo y el padre de sus hijos, no tengo autoridad ni nada, me dedico a las labores de investigación, soy el maestro a cargo los archivos en Cañón Nublado.

Esta fue la segunda sorpresa para Scarlet, aquella cochinilla no era un campesino ignorante, en realidad era todo un erudito.

—Scarlet, creo que deberíamos cambiar de planes, —susurró Bocadillo— dejaremos que esta cochinilla nos guíe hasta su casa, tú lo distraerás mientras que yo registro el lugar.

—De acuerdo.

Cuando llegaron a la guarida fueron recibidos por una araña terrorífica, era un bicho macho enorme, cuyo rostro estaba surcado por montones de cicatrices, pare de su mandíbula sobresalía y sus seis espantosos ojos tenían una mirada fiera, era como un monstruo desfigurado, casi como un asesino que cargaba en su cara las marcas de todas las batallas que había ganado. Bocadillo se asustó tanto que se escondió detrás de Scarlet.

—No se asusten, es Henry, nuestro mayordomo, sé que puede ser algo intimidante a veces pero es buena persona.

Como tratando de corroborar las palabras de su jefe Henry sonrió mostrando una sonrisa torcida que resaltaba las marcas de su cara y su apariencia de asesino serial.

Tanto Scarlet como Bocadillo estaban considerando la idea de salir corriendo, pero la aparición de una niña en la cabeza de Henry los retuvo en su lugar, ambos sintieron el impulso de saltar sobre él y tomar a la niña para ponerla a salvo

—Silky, baja de ahí —dijo Quirrel con calma— ya te he dicho que no te subas encima de él, ten algo de respeto, no porque sea tu mayordomo tiene que aguantar todas tus travesuras.

—Pero papi, a Henry no le molesta ¿Cierto Henry?

—Aun dezz zhiviana, no modeztah.

—No la concientas tanto Henry, no queremos una princesa caprichosa. Ven aquí Silky.

Henry se agachó para ponerse a la altura de Quirrel y permitir que bajara a la niña.

En cuanto la arañita estuvo en el piso, reparó en los invitados y se quedó embobada viendo la altura Scarlet, y casi sin pensarlo preguntó

—¿Qué eres?

—Ay Silky, preguntar así de repente que eres es un poco descortés, —explicó Quirrel— de todos modos la señorita Scarlet aquí presente es una murciélago.

—¿Como la de los cuentos de terror de mamá?

—Sí, como la de los cuentos de terror... Ay, creo que cometí un error.

—¡Murcielagoooooooooooo!

Todos los presentes fueron sorprendidos por un grito de terror, pero tras voltearse a ver no encontraron la fuente del sonido, al menos hasta que Silky hizo notar la presencia de su madre.

—¡Mamá! ¿Qué haces colgada del techo?

—Mu-mu-mu -mu-murciélago... —Chilló Hornet pegada al techo

—Hornet no tolera muy bien a los murciélagos —explicó Quirrel esforzándose por mantenerse calmado— Cariño, tranquilízate, Ali no es una amenaza, no te va a hacer daño.

—A ¿Ali?

—Sí, Ali ¿La recuerdas? La pequeña cría que volaba por todos lados cerca de Hollow, la que hacía Gyarg gyar gyarg. La que te decía Tía Horny.

—Pfffftttt ¿Tía Horny? ¿Es en serio? —Scarlet estalló en risas— Jajajajaja, tía Horny ¿Pero qué cosas vi para ponerle ese nombre?

—Tu no viste nada, solo eras una niña y te pareció bonito el nombre —Hornet estaba con la cara roja tratando de excusarse desde el techo— pero eras muy pequeña para explicarte cual era el problema con ese nombre.

—¿Y cuál es el problema con el nombre? —Preguntó Silky.

—......

Y nadie supo qué responder.

Coincidentemente en ese momento ocurrió un evento que los sacó de aquel predicamento. Entró uno de los guardias que custodiaban el hogar de Hornet sumamente agitado, y en cuanto pudo recuperar el aliento exclamó.

—Mi reina, su hijo está afuera cabalgando encima de un eclosionador cavador y está arrojando cavasuelos por todo el pueblo.

—¿Qué? ¡Chesteeeeer!

A Hornet se le olvidó tanto el miedo como los sentimientos por Scarlet y salió corriendo para detener a a su hijo. Por su lado la murciélago estaba impresionada por lo surreal de la situación.

—Eso....

—Siempre pasa —Explicó Quirrel con calma,— se tardará un rato en volver, mientras tanto ¿Les apetece una taza de té?

Henry a pesar de su aspecto aterrador y de su cojera resultó ser un mayordomo muy diligente, en unos cuantos minutos puso la mesa, acomodó las sillas y sirvió té junto a algunos bocadillos.

La escena era encantadora, pero Bocadillo y Scarlet tenían problemas para disfrutar de la merienda, constantemente se escuchaban golpes en el techo tan fuertes que hacían caer polvo, además de constantes gritos del niño peleándose con su madre junto a los chillidos de las bestias y las amenazas de muerte de parte de Hornet. Pero en casa todos estaban acostumbrados, ni Henry, ni Quirrel ni sus dos niñas estaban impresionados.

—Eh... ¿No debería ir a ver qué está pasando afuera? —Preguntó la murciélago nerviosa.

—No te preocupes, todo está bien, Hornet no tardará en controlar la situación, se enojarán un poco, pero luego se reconciliarán y todo estará bien... Hasta que a Chester se le ocurra cometer alguna otra locura —Quirrel cogió un pastelillo— están muy buenos, deberías probar uno.

—No gracias, estoy bien —contestó incómoda.

La murciélago miró a Bocadillo quien no tenía ningún problema en devorar los postres que le ofrecían. Le dio un codazo para que se comportara y le dedicó una mirada de reproche, a lo que la polilla bufó molesta, recuperó la compostura, se limpió la boca y procedió a liderar la conversación.

—Tal parece que ustedes conocen a mi amiga desde hace bastante tiempo

—Oh si, muchísimo, desde que era una niña, prácticamente la criamos, el hermano menor de Hornet era el caballero encargado de protegerla para que pudiera completar el ritual del Rey Pesadilla ¡Ah! —Miró a la muchacha y no notó sorpresa en su semblante, por lo que se veía estaba enterada de todo.

—¿El hermano menor de Hornet por casualidad se llama Hollow? —Volvió a preguntar Bocadillo.

—Correcto, de niños eran inseparables, hacían todo juntos. Tenían una bonita amistad, desgraciadamente tuvo un final abrupto cuando rompió el ancla que mantenía viva la maldición en Hallownest, nunca se volvieron a ver, pero al menos eso te liberó de la maldición.

—Quizas no recuerdo lo que pasó en ese momento —Esta vez Scarlet tomó la palabra— pero más o menos sé en qué consiste la maldición y estoy agradecida de ya no ser parte de todo eso.

—Por cierto que Hollow se pondrá muy feliz cuando te vea.

—Eh... Ya nos vimos... Las cosas no terminaron muy bien.

El rostro de la murciélago se ensombreció. Lo lastimó, tenía sus motivos, pero aún así dolía mucho, lo amaba si entender como y eso la perturbaba.

—Es una lástima, pero han pasado muchos años, algunas cosas han cambiado ¿Qué pasó exactamente?

—No quiero hablar de eso.

—Entiendo, y cuéntame ¿Qué te trae por aquí entonces? ¿Estas buscando pistas para recobrar tu memoria?

Antes de que Scarlet pudiera contestar Bocadillo intervino.

—Buscamos un artefacto llamado Aguijón Onírico.

La chica lo miró sorprendida ¿Iba a contarlo todo?

—No me mires así Scarlet, se nos está acabando el tiempo y creo que lo mejor es ir de frente con este asunto, aquí parece que todos te conocen y te tienen aprecio, quizás nos puedan ayudar, ya perdiste tu oportunidad con Hollow, intentemos aquí.

—Asi que utedes fueron los que causaron ese alboroto en el castillo —Quirrel se cruzó de brazos estableciendo una actitud más distante— ¿Que pretendían al secuestrar a Jazmín?

—¡Eso fue in accidente! —Exclamó Bocadillo,— nunca quisimos llevarla, ella se metió sola al portal onírico que creé y terminó teletransportada a nuestro circo.

—Esa fue la misma historia que contó ella, debe ser verdad —se reacomodó y los miró con seriedad.— Para ser honesto, a pesar de los recuerdos que compartimos sé que las cosas cambian, tú misma puedes haber cambiado y no soy tan ingenuo como para confiar en ti de buenas a primeras. Estoy dispuesto a escucharte, pero quiero saberlo todo, necesito saber para que quieren el aguijón, es un artefacto peligroso en malas manos.

La murciélago y la polilla se miraron unos momentos, ella estaba insegura, pero cuando vio el rostro determinado de su amigo decidió confiar y explicarlo todo.

—El aguijón Onírico es una herramienta creada por la antigua tribu polilla, es muy raro y cuesta mucho fabricarlo, dicen que se necesitan mil sueños de sacerdotes polilla para hacer uno. Esta cosa te permite comunicarte con los muertos y leer mentes, los líderes de las tribus lo usaban para pedir consejo a los dioses en tiempos de adversidad.

—Muy interesante, pero eso ya lo sabía —intervino Quirrel— ya conocemos bien ese objeto, de hecho además de leer mentes y permitirte ver a los muertos también sirve para entrar en los sueños de las personas.

—Ah, esa afirmación es algo imprecisa —explicó Bocadillo— no para entrar a los sueños de una persona, es para entrar al plano onírico en general, un chamán hábil podría saltar de sueño en sueño sin problemas, pero hay que entrenar para lograr eso.

—Muy bien, lo agregaré en mis notas, continúen.

—El plano onírico no se limita solo a los sueños de las personas, allí también solía vivir la gran deidad polilla, a veces cuando las necesidades del pueblo eran demasiado grandes el chamán de la tribu iba en persona a hablar con la diosa y suplicar ayuda. Para eso es para lo que necesitamos el aguijón.

—Pero la diosa polilla está muerta.

—Muerta momentáneamente, eventualmente nacerá otro dios para tomar el espacio vacío, así funciona esto. Pero no es en la diosa polilla en quien estamos interesados, en en su contraparte, el rey pesadilla.

—El Rey Pesadilla.

Quirrel entrecerró los ojos, presentía que está información era mucho más valiosa de lo que esperaba.

—Como ya sabes, tuve problemas con el Rey Pesadilla —Explicó Scarlet— durante los primeros años luego de liberarme de él, papá y yo tuvimos una vida tranquila sin mucho problema. Pero... Con el paso del tiempo empezamos a sufrir pesadillas, cada vez más horribles hasta el punto de tener miedo de dormir. Por ese entonces apareció Bocadillo que nos contó todo, nos dijo quienes éramos, nuestro pasado y la relación que teníamos con el Rey Pesadilla, además de colocar un hechizo protector sobre nosotros para prevenir las pesadillas.

—¿Hechizo protector? —Saltó Quirrel— ¿Existe algo así?

—Si, pero no es fácil de hacer —contestó Bocadillo intimidado— solo alguien con mucho poder y mucha experiencia en magia puede hacerlo.

—¿Tú puedes?

—Sí, pero con ciertas limitaciones, con mucho esfuerzo puedo lanzar un hechizo a cinco personas en un día y ese es mi límite.

—Ya veo... Entonces no sería viable....

Scarlet y Bocadillo ladearon la cabeza curiosos, esa actitud de la cochinilla era preocupante.

—Quirrel ¿Toda esta preocupación sobre el Rey Pesadilla es por algo?

—Bueno... Está información es confidencial, pero ya que están siendo tan amables en compartir lo que saben debería hacer lo mismo. La realidad es que sospechamos que estamos sufriendo alguna clase de ataque divino. Últimamente muchas personas están teniendo pesadillas, pero a un nivel alarmante, hay gente que se queda dormida en el trabajo y que se ha puesto agresiva por la falta de sueño.

—¿Tan pronto? —Exclamó Scarlet.

—¿Cómo que pronto?

—El Rey Pesadilla nos tiene en la mira, siempre nos está persiguiendo, y ya que no nos puede afectar a nosotros, contamina de pesadillas a quienes nos rodean, es decir, a la gente de los pueblos y ciudades donde nos asentamos. Por fortuna como vivimos en un circo ambulante siempre nos estamos moviendo, la influencia del dios tarda en manifestarse y antes de que cause problemas ya nos hemos ido. Pero ahora no llevamos tanto tiempo aquí, la maldición no debería haber avanzado tanto.

—Interesante... ¿Y si ustedes se quedaran más tiempo en un lugar como sigue la maldición?

—Se pone terrible —habló Bocadillo— Primero la persona se vuelve agresiva por la falta de sueño, después empieza con alucinaciones de tal forma que se le hace difícil distinguir el sueño de la realidad, en este punto la persona está prácticamente enloquecida y ya no es posible razonar con ella, luego ya no queda mucho más, aparece una fiebre muy alta, los ojos se ponen rojos y aparecen pústulas rojas en el cuerpo, aquí la maldición pasa a ser algo semejante a una enfermedad, el contacto con las pústulas te puede contagiar del problema si es que no lo tenías antes... Señor Quirrel ¿Está bien?

—¿Y todo esto es porque ustedes estan aquí? —Quirrel estaba pálido.

—¿Ya está pasando? —Preguntó Scarlet alarmada

—Hay un caso así.

—¡No puede ser! ¡No llevamos tanto tiempo aquí como para llegar a este punto! A lo más solo deberían haber uno que otro caso de gente con pesadillas, ¿Cuándo empezo?

—Lleva algunos meses ocurriendo —La mirada de Quirrel denotaba cierta agresividad

—Entonces no es seguro que sea culpa nuestra —se defendió Bocadillo.— Hace unos meses ni siquiera pensábamos en venir acá, todavía estábamos buscando pistas sobre la ubicación de algún aguijón onírico, la causa tiene que ser otra cosa.

—¡Hollow! —Exclamó Scarlet.

Esto tomó por sorpresa hasta a la misma cochinilla, pero luego de un momento toda extrañeza desapareció pues recordó aquel hecho que podía conectar toda la situación.

—El te habló de su altercado con la deidad ¿Cierto?

—Sí... Luchó contra él y lo humilló en combate, juró regresar.

—No puede ser —la cochinilla se agarró la cabeza exasperada— ¿Es que acaso este reino está condenado a sufrir una y otra vez la furia de los dioses? ¿Por qué no podemos vivir en paz? aunque sea un par de siglos. —Se quitó las manos del rostro y miró a sus invitados con expresión suplicante— Por favor, díganme que hay algo que podamos hacer para defendernos.

—El Rey Pesadilla es uno de los dioses más agresivos —explicó Bocadillo.— No son muchas las cosas que se pueden hacer contra él, ni siquiera tener una gran fortaleza mental es muy útil en este caso. Diría que lo más útil contra él es la positividad.

—¿Positividad?

—Claro, este dios funciona haciendonos revivir nuestros más grandes miedos, horrores y tristezas, pero si eres capaz de alejar los malos pensamientos de tu mente y pensar en cosas buenas, no te verás muy afectado. Por desgracia esto depende mucho del tipo de vida que hayas tenido. Todos los bichos hemos pasado por momentos terribles en nuestras vidas, pero es innegable que algunas personas han tenido existencias más desgraciadas que otros, ellos son los que están más propensos a sufrir pesadillas, si no tienen muchos momentos felices que recordar, no tienen muchas defensas. Diría que los únicos que están absolutamente protegidos son las larvas muy pequeñas que todavía no conocen el miedo, o los niños que han tenido existencias felices.

Esta información calmó al menos un poco a Quirrel, el pensar que sus hijos estarían bien era un consuelo, aún si las cosas se descontrolaban y el reino volvía a ser golpeado por algún desastre podrían huir. Por supuesto eso era lo último que quería que pasara, seguían siendo niños y la vida en las tierras salvajes era difícil ¿Acaso no lo sabría bien? Ya había viajado por toda clase de lugares y conocía sus peligros.

—Muy bien, comprendo su situación —Quirrel demostraba tal seriedad que hasta sus invitados se sentían nerviosos— ¿Cómo entra el aguijón onírico en toda esta ecuación?

—El Rey Pesadilla es inalcanzable desde nuestro plano existencial, pero con el aguijón podemos entrar a sus dominios, lo idea es llegar a su reino, luchar contra él y matarlo.

El rostro de Quirrel se descompuso al escuchar esto ¿Estaban hablando en serio?

—Ma-ma ¿Matar a un dios? ¡Pero es que están locos? ¿Acaso siquiera eso puede hacerse?

—Nuevamente por métodos normales no —Bocadillo puso una mirada triste— Pero para eso también sirve el aguijón, es la única cosa que puede atravesar el corazón del Rey Pesadilla, aunque... Aún así eso no es suficiente... Alguien tendrá que sacrificar su vida para lograrlo.

—Entonces...

—Sí, Scarlet, Grimm o yo, alguno de los tres morirá. Ya lo hemos hablado, estamos preparados para esto.

Quirrel los observó con profunda tristeza, tenía recuerdos muy bonitos con Scarlet, y aún si ella no los recordaba, para él seguía siendo una persona importante, al igual que para Hornet y sobre todo para Hollow, y pensando ahora en él ¿Cómo se tomaría esta noticia? Y aún si no era ella quien moría, no era difícil adivinar lo destrozada que quedaría con la muerte de su padre o de su pequeño amigo.

Justo en ese instante entró Hornet arrastrando los pies, iba cubierta de fluidos de eclosionador cavador y tenía un trozo de hilo en la mano en cuyo extremo estaba amarrado Chester como si fuera una presa envuelta para ser consumida más tarde, por supuesto no pensaba eso, simplemente era la única forma que tenía de amarrarlo para que no se escapara, el chico ya era tan hábil con el uso del hilo que podía safarae de ataduras más convencionales.

—¿Uh? ¿Qué pasa? ¿Por qué esas caras tan tristes?

—Ah... Es que estuvimos tratando algunos temas algo delicados. —¿Y qué pasó con Chester? ¿Qué hizo ahora?

—Ah... Este jovencito fue hacia la parte superior de Nido profundo SOLO, atrapó un eclosionador cavador y lo trajo aquí para que tirara sus crías por todos lados, según él para que los guardias debiluchos del pueblo pudieran entrenar.

—Estaba haciendo un bien social —Se defendió el niño— ¿Y por qué no saliste a pelear papá? Los cavasuelos no son tan difíciles de manejar, tendrías que haber salido a matar algunos y demostrar tu fuerza.

—Chester otra vez con eso? —Ahora Quirrel ya estaba molesto— ¡Ya basta! Estás castigado, una semana sin salir salvo para ir a la escuela. Henry vigila que cumpla su castigo, ya puedes soltarlo Hornet.

La reina araña estaba algo reticente, pero tampoco podía tener a su retoño amarrado todo el día, así que lo sacó de su capullo, el salió caminando torpemente ya que tenía las extremdiades algo entumecidas, pero antes de irse se dio la vuelta y se cubrió la mitad de la cara con su capa tratando de dar un aire misterioso.

—Esto no será lo último que sepan de mi ¡Volveré! Muajajajajaj. —Y se fue corriendo.

Hornet no pudo evitar llevarse una palma a la frente.

—No ha entendido nada! Este niño me va a volver loca. —Luego dirigió su mirada hacia los invitados que tenían —¡Ah!

Dio un brinco hacia atrás, sorprendida por la presencia de la murciélago, pero luego forzó su mente a calmarse al recordar que era Scarlet, pensó en lo pequeña que era, lo inofensiva, en como lloraba cuando tenía hambre, en lo mucho que le gustaba dormir con ella, con algo de esfuerzo logró proyectar esa imagen de niña pequeña einofensiva en la adulta y mantener a raya su terror.

—Ho-hola, espero que e-estén teniendo una merienda agradable.

—Oh si, la comida está muy buena —dijo Bocadillo con su collarin de pelo cubierto de migas.

—Bocadillo, que te llames así no significa que tengas que lucir como uno —lo reprendió Scarlet sacudiendo las migas de su pelo.

—Jejeje, vaya, supongo que no dan tanto miedo —comentó la mestiza.

—Hornet, tenemos que hablar de algo —Quirrel le llamó la atención.

La pareja se apartó un momento para hablar en secreto sobre la información que habían obtenido, la cochinilla puso al tanto a su esposa sobre las características de la maldición del Rey Pesadilla, las escasas formas que habían de defenderse de él y del motivo por el cual lo mejor era darles el aguijón Onírico.

—Pero el aguijón no es mío, es propiedad de Hollow, no puedo entregarlo sin su permiso, además ¿Podemos confiar en ellos? Sé que es Scarlet, la pequeña niña que criamos pero ha pasado mucho tiempo.

—¿Y qué podemos hacer entonces? todo lo que dicen calza con lo que está pasando, tenemos a esa araña encerrada aquejada por la fiebre escarlata y las cosas indician que muchas más personas podrían enfermar.

—Bueno... Bien, entregaré el aguijón, pero bajo mis condiciones.

La reina se dirigió hacia la polilla y la murciélago con total seguridad, se sintió intimidada cuando la hembra posó sus ojos rojos en ella, pero no tardó en darse ánimos y recuperar la compostura.

—Sobre su petición para tener el aguijón Onirico tengo dos condiciones para entregarlo.

—Ah ¡Por fin un avance! —La murciélago alzó los brazos celebrando— Bien, dispara, que hay que hacer.

—Tengo a una araña encerrada y enferma que aparentemente padece de la fiebre escarlata, sus ojos están rojos, tiene fiebre y es muy agresivo ¿Pueden hacer algo por él?

—Yo me encargo —dijo la polilla.

—Bien, la segunda condición que tengo... Es que vayan al cumpleaños de mis sobrinos.

—¿Es en serio?

—Sí, el dueño legítimo del aguijón está ahí y preferiría que sea el mismo quien lo entregue, además, quizás tengan oportunidad de arreglar las cosas con él, no es bueno estar peleados. Y es un cumpleaños infantil, nadie debe pelear ese día.

—Está bien, suena divertido, podemos hacerlo —Bocadillo agitó sus alas entusiasmado.

—¿Podrías fingir que no estás tan contento? —Lo reprendió la murciélago, y luego suspiró resignada— La verdad nuestra situación es aglo urgente y no podemos esperar demasiado.

—El cumpleaños será a mitad de la próxima semana, no tendrán que esperar mucho.

—Está bien ¿Qué importan un par de días más? Por si acaso ¿Se vale si como regalo ofrecemos algún espectáculo o algo? Tenemos experiencia animando cumpleaños.

—Aunque hace tiempo que no animamos uno —recordó Bocadillo— La última vez fue para ese príncipe escarabajo que luego quería casarse con un nuestra bailarina principal, tuvimos que huir para salvarla de un matrimonio forzado.

—Parece que tiene bastantes historias interesantes que contar —rio Quirrel.

—Oh si, tenemos muchas ¿Quieres oir alguna?

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Ya estaaaaaaa

De verdad quería publicar el capítulo antes, la semana pasada, pero tuve sobrecarga de trabajo y además se me ocurrió meterme a un concurso de comic que me tiene super ocupada. Pero al menos sigo avanzando.

¿Que tal vamos? Recuerdo que todo esto me costó escribirlo prque tenía problemas para organizar la información, espero que se haya entendido todo, hasta pronto, espero.

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