Una vieja conocida

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

—Yyyyyy ya llegamos —anunció la araña regordeta alegremente mientras depositaba a Aster en el suelo. —Ya sabes las reglas, puedes jugar con lo que quieras mientras no lo rompas, no te vayas del tercer piso y no molestes a los clientes.

—Entendido.

La araña miró al niño con ternura, lo conocía bien, a pesar de tener una personalidad algo impulsiva, arrogante e irascible, sabía comportarse, aunque lo encontraba algo distinto, más dócil y calmado ¿Le habría pasado algo? Ahora que lo miraba también estaba muy delgado.

—Aster... ¿Has estado comiendo bien? Estás muy flaco.

—Eh... Estuve enfermo... O algo así... Pero ya me estoy recuperando, si me alimento bien y hago ejercicio pronto podré volver a volar.

—¿No puedes volar? —La araña está horrorizada.

—No como antes... He estado practicando, ya puedo saltar y planear, pero necesito más fuerza y energía para mantenerme en el aire, pero no sé preocupe, ya me dijeron que solo debo comer bien y me recuperaré.

—Ya veo... Bueno, si necesitas algo, o te da hambre no dudes en avisarme.

—Cla-claro...

Aster sabía que ella era el tipo de persona que se preocupaba demasiado por la comida, no era casualidad que estuviera tan gorda, seguro que en un rato más aparecería con una enorme bandeja llena de cosas de comer.

En cuanto la araña se fue observó sus alrededores, habían montones de estanterías llenas de bichos de peluche, la verdad su hermana era más aficionada a ese tipo de juguetes, pero seguro encontraría como entretenerse.

Pronto le llamo la atención un peluche enorme que estaba sentado en medio de una alfombra, como si estuviera descansando, era del tamaño de un bicho adulto con un pelaje muy bonito y afelpado de color morado chillón, se veía tan suave y agradable que corrió a abrazarlo, pero en cuanto se aferró, el peluche se agitó como si estuviera vivo,  Aster se soltó con un pequeño grito de miedo mientras veía al peluche ponerse de pie.

Entonces la criatura se dio vuelta y se dio cuenta de que no era un peluche, era una persona, una polilla morada para ser precisos, tenía unos enormes ojos color granada, dos pares de alas cubiertas de un curioso plumón que la hacían parecer un peluche, y en su cuello había un cascabel decorativo que por lo que se veía, no sonaba.

—Ay corazón, me asustarse —dijo con voz chillona.

—¡Lo-lo-lo siento! —Se disculpó avergonzado— pensé que era un peluche....

—¡Oh! ¿Dices que soy tan bonita, encantadora y adorable como un peluche?

—No dije exactamente eso...

—Ay pero que encanto...

La polilla se tapó la cara con las manos avergonzada mientras se contoneaba coquetamente. Luego con ademanes excesivamente femeninos se fue dando saltitos de alegría hasta la baranda del tercer piso desde donde se podía ver toda la tienda.

Aster la siguió sigilosamente, más que nada por curiosidad, rara vez se topaba con un bicho tan llamativo.

La polilla llegó al barandal donde una araña de siete patas observaba los pisos inferiores con extrema concentración, pero fue interrumpida por el grito chillón de la polilla.

—Tobu! ¡Adivina qué!

—¡Eeeeek! ¡Snowfluff no me asustes así!

—Me acaban de decir que soy tan bonita, adorable y encantadora como un peluchey que mi belleza opaca a todos en esta tienda.

"Yo no dije todo eso!" Pensó Aster

—Snowfluff...

—¿Ya ves? Tienes a una compañera tan adorable, deberías estar Feliz..

—¿Me estas escuchando?

—Todos siempre alaban mi belleza, soy encantadora, no sé por qué te cuesta tanto apreciarme más, ya podrías decirme alguna palabra bonita de vez en cuando...

—Snowfluff, no empieces...

—Alguien como yo merece más atención, me lo merezco luego de todos los lios en los que me metes, se supone que tú eres la mayor pero yo soy quien siempre tiene que cuidarte, además, nunca me compras nada lindo...

Finalmente Tobu la calló colocándole una pata en la boca.

—¡Cállate!

—Pero Tobu...

La araña suspiró.

—Bien ¿Encontraste algo que te guste?

Los ojos de la polilla resplandecieron.

—Mira.

Empezó a sacar de entre el pelaje de sus alas diversos artículos, tapetes tejidos, peluches y cintas, todas rosadas y cada una más chillona y femenina que la anterior, Tobu ponía caras cada vez que veía algo emerger.

—¿Que te parece?

—Uh... Son lindas... Pero ... ¿No es demasiado rosa?

—Tu guarida necesita un tono más alegre, mira, este escarabajo de peluche quedará hermoso junto al cadáver de ese mosquito momificado, y las cintas son para arreglar un poco tu colección de máscaras malditas.

—Vas a arruinar mi colección —Se quejó Tobu.

—Va a quedar preciosa.

La araña estaba devastada y se dejó caer sobre la baranda con desánimo para seguir contemplando el piso inferior.

—Oh vamos, no es tan malo... Tu guarida es muy lúgubre— Tobu no contestó—. Bueno, si no te gusta igual podemos elegir algo que tú quieras.. —Tobu seguía en silencio— ¿Tobu? ¿Estás enojada?

Se colocó junto a la araña para observarla mejor y entonces noto aquella expresión que conocía tan bien.

—Oh no ¡Eso sí que no! ¡Ni lo pienses! —Chilló furiosa.

—¿Qué pasa? —La miró con expresión angelical.

—No me hagas ojitos, sé bien lo que estás pensando ¡No pienso permitir que te robes nada! ¡Quedamos en que ibas a abandonar esas viejas costumbres y a vivir una vida decente!

—Pero... Pero...

—Además ¿Que quieres robarte ahora?

La araña apuntó tímidamente hacia el segundo piso, a una pared donde habían algunos carteles y muestras de tejido colgadas,  y en medio de ellas estaba el horrendo gorro que había hecho Hollow

—¿Esa cosa? Pero Tobu, aún con sólo siete patas tu tejes cosas mil veces mejores que ese espanto.

—Pero ese es especial, se ve que es un objeto único e irrepetible, por algo lo tienen enmarcado ¡Es el recuerdo perfecto!

—Es solo una apología al mal gusto, deberían quemar esa cosa. Vamos Tobu, paguemos esto y vayamos a otro lado.

Hizo el intento de tomar una de las patas de la araña, pero esta se escapó de su alcance como el agua entre los dedos y se colgó de una red de araña que pendía del techo. La tienda estaba llena de ellas, estaban puestas para facilitar la movilidad de las arañas a través del recinto, muy útiles para esta especie, pero un peligro para los bichos voladores, de hecho era por esto que estaba prohibido volar en la tienda.

Snowfluff estaba en desventaja, jamás podría alcanzar a Tobu sin poder volar, así que solo pudo ver con impotencia como se dirigía hasta su objetivo.

Tobu se agazapó en la pared, buscando la úbicaciom más discreta posible, oculta entre telas y redes de araña, aún en su avidez por robar sabía ser cautelosa y tenía muchas razones para serlo, justo en ese momento un guardia estaba patrullando ese rincón. Era un devoto enorme y fornido, un golpe de ese tipo seguro sería letal, pero también se veía muy estúpido, su forma de caminar hacía que pareciera más dormido que despierto, burlarlo sería fácil pensó Tobu.

Esperó a que el tipo se alejara un poco y se dejó caer con precisión quirurgica quedando colgada de su hilo a pocos centímetros de la pared, entonces arrancó el cuadro e inició su ascenso, pero justo alguien la detuvo.

—¡Suelta eso ladrona! —Gritó una voz infantil encima de Tobu.

—¿Qué?

Movió sus ojos buscando al intruso pero solo cuando sintió un par de patitas encima suyo se dio cuenta de que llevaba un polizon encima

—¿Y tú de dónde saliste?

—Deja ese cuadro en su lugar, robar es malo. —La reprendió Aster.

—No fue robo, solo tomé un souvenir, nadie lo va a extrañar.

—Deja eso en su lugar ¡Ladrona!

Aster elevó la voz buscando llamar la atención del guardia para que la detuviera, pero no hubo reacción, el tipo en verdad parecía haberse quedado dormido. Pero el niño mantis no se iba a rendir en sus esfuerzos de hacer justicia, se balanceó tratando de tirar a la araña, ella hizo lo que pudo para quitárselo de encima, pero eventualmente el pequeño mantis cumplió su objetivo al cortar con sus garras el hilo. Ambos se precipitaron al fondo causando un ruido tal que todos los bichos de alrededor voltearon a ver.

Tobu aún estaba tratando de desenredarse y ponerse de pie cuando Aster gritó.

—¡Es una ladrona!

—¡Cállate mocoso! ¿Donde está tu madre?

—¡Eso a ti no te importa! —De inmediato se puso a la defensiva ante la mención de su progenitora.

—Uuug.... Ugrrrrr.... Ugraaaaaaaaa.....

Un grito ensordecedor resonó a espaldas de ambos bichos y con presteza voltearon para tomar cuenta de la amenaza inminente que tenían detrás.

El devoto había alzado sus garras y gritaba como si se tratara de una bestia salvaje, todo rastro de razocinion se esfumó de sus ojos dejando solo un siniestro brillo rojo.

Aster se estremeció cuando lo vio y recordó ciertos datos que había mencionado Edwyn en una conversación anterior.

"Rey pesadilla?" Susurró para sí mismo.

Tobu que ya estaba curtida en este asunto de meterse en problemas, casi ni se entretuvo mirando al insecto, de inmediato salió corriendo para ponerse a salvo, cosa que Aster no podía lograr, sin poder volar y con sus patas de mantis aún sin desarrollar era desesperantemente lento, corrió lo más que pudo, e incluso avanzó algunos tramos dando brincos con sus alas como lo hacía Edwyn, pero no era suficiente para escapar, su atacante lo tenía al alcance de su garra.

Tobu llevaba un buen trecho recorrido, ya estaba a salvo, podría largarse sin problemas, pero un grito de ayuda la detuvo, volteó hacia atrás y vio al niño mantis arrastrándose y clamando por ayuda mientras el devoto le tenía clavado al suelo con una garra enterrada en su ala. Lo pensó, lo pensó muchísimo y en cinco segundos tomó una decisión.

Tobu se devolvió corriendo, iba tan rápido que por un instante parecía tener 8 en lugar de siete patas, entonces cuando estuvo frente al bicho sacó de debajo de su capa unos abrojos que arrojó al bicho, este instintivamente se cubrió la cara, dejando a la cría libre, entonces sin pensarlo la araña lo tomó y salió corriendo con él en brazos.

No sabía quién era este niño, como se llamaba o si tenía padres, ya se preocuparía después, de momento su prioridad era mantenerlo con vida, en el peor de los casos, si hacía falta lo adoptaría, así como había echo con Snowfly, con algo de suerte saldría menos irritante.

Se dirigió hacia la puerta de la tienda, y detrás de ella el devoto la perseguía, sin importar cuantas veces repitieran su nombre o trataran de detenerlo no había respuesta, su mente estaba perdida en una interminable furia escarlata.

Sin saberlo, en su carrera Tobu pasó junto a los padres del niño, pero no tenía forma de saberlo, además de que en ese momento habían otras prioridades, como seguir viva. Pero ese breve instante en el que pasó junto a ellos fue suficiente para que otro polizón se sumara a Aster. Edwyn divisó a su hermano siendo cargado por esta extraña, y en lo único que pudo pensar fue en rescatarlo, aún si esto estaba más allá de sus posibilidades. Por una vez dejó de lado su reflexividad y solo saltó, su precisión fue milimétrica, se agarró a la ropa de Tobu y fue llevado por ella hacía el exterior.

—¡Aster! —Gritó el niño.

—¿Edwyn? —Respondió su hermano.

—¿Qué? ¿Otro más?

Antes de que pudiera decir algo más, Tobu se vio obligada a saltar hacia un lado para evitar el ataque del devoto que la había perseguido fuera de la tienda. Su mente vacía estaba nublada por una rabia ciega que tenía a la araña por objetivo, y mientras estuviera viva, seguiría siendo perseguida.

Ahora con dos niños a cuestas Tubo buscó la forma de escapar haciendo uso de todos sus años como ladrona o fugitiva, en su caso vio como buena opción escalar, si bien los devotos también eran arácnidos y se manejaban bien en las alturas, no era tan rápidos o hábiles como una araña tejedora.

Tobu eligió un edificio que parecía un centro de negocios, en su superficie habían montones de carteles publicitando las distintas tiendas que había en su interior, eligió esta construcción porque representaba un verdadero reto para el devoto, pero contrario a sus espectativas el bicho logró perseguirla. Tobu estaba cada vez más aterrada, no se esperaba eso ¡Se suponía que Hallownest era un lugar seguro y civilizado!

De pronto, las influencias de la civilización se hicieron presentes, un par de guardias arañas se interpusieron en su camino exigiéndole que bajara porque estaba prohibido escalar los edificios, Tubo no necesitó decir nada, la situación se explicó por sí misma cuando el devoto apareció detrás de ella y atacó, pero las arañas guardias eran expertas en combate, por algo habían obtenido su puesto y no tuvieron problema en enfrentar al bicho.

Al inicio las cosas parecieron ir bien, ambas arácnidas lograron hacer retroceder al devoto, quien además de su fuerza física no contaba con otras fortalezas que usar en batalla y se vio abrumado por la velocidad de las guerreras. Tobu al inico se quedó observando en las cercanías, pero luego decidió retirarse a un lugar más seguro antes de verse alcanzada por algún ataque desviado, pero justo aquella posiblidad que pensó, ocurrió. En un momento el devoto se lanzó en línea recta contra una de sus oponentes, esta saltó fuera de su alcance, pero justo detrás estaba Tobu, quien fue alcanzada por el golpe.

El ataque la aturdió durante unos instantes y al no poder agarrarse de nada se soltó precipitándose hacia el fondo, sin embargo en cuando recuperó el sentido y se vio en caida libre, lo primero que hizo fue tomar a los dos niños y protegerlos con su cuerpo.

Los parámetros que rigen a un humano no se pueden aplicar a un bicho, una caída, aún si es a gran altura normalmente no es algo mortal para un insecto o una araña, pero eso no la hacía menos dolorosa, sobre todo si en el lugar donde se cae hay muchos objetos con puntas o superficies rugosas, como fue en este caso.

Justo al fondo, medio oculto entre los edificios había un enorme contenedor de basura, tan grande como una habitación, se vaciaba una vez al mes, hacía pocos días que se había realizado este proceso, así que estaba bastante vacío. Tenía suficiente contenido como para hacer una caida muy desagradable, pero era demasiado poco como para que salir de allí fuera sencillo. Las pareces eran altas y lisas, como pronto descubrirían tenían una especie de recubrimiento impermeable imposible de escalar, y además de la parte superior, no tenía otras aberturas, salvo un pequeño drenaje que servía para retirar el agua interminable que caía sobre la ciudad, básicamente estaba atrapados hasta que alguien los rescatara.

—Ayayayayay.... ¿Está bien mocosos? —Fue lo primero que preguntó Tobu cuando logró recuperarse de la caida.

—Sí... Estamos bien.... —Contestó Aster algo contrariado.

—Que curioso que una secuestradora se muestre tan considerada, supongo que debe asegurar el bienestar de los rehenes —Comentó Edwyn.

—¡No soy una secuestradora! —Aclaró Tobu indignada.

—Claro que no lo es, es una ladrona —corrigió Aster.

—Sí, digo ¡No! No soy una ladrona, soy una viajera, una exploradora, una aventurera que recorre el mundo buscando experiencias únicas y recuerdos exóticos.

—Claaaaaaro, y yo me llamo Natasha y soy una glamorosao maquilladora —bromeó Edwyn.

—Mira niño...

 —Bueno, no importa, ahora tenemos que salir de aquí.

Edwyn ignoró completamente a Tobu y se dedicó a inspeccionar las paredes.

—Oye! ¡No me ignores! —Se quejó la araña— Deberías respetar a tus mayores ¿Es que no te han enseñado nada tus padres?

—El coeficinete de roce.... Las glandulas de Gerbacio en las patas..... Si multiplicamos eso... Pero la contante de filbuster.... Además debo agregar el efecto de agarre del agua... Um....

Edwyn había entrado en una especie de trance científico, pues se encerró en su mundo pensando en ecuaciones matemáticas y físicas mientras analizaba críticamente como escapar del basurero en el que habían caído, era tal su concentración que prácticamente ni se percató de las quejas y reclamos de Tobu, solo se mantuvo murmurando datos y ecuaciones que a los demás les sonaban como otro idioma.

—Ya basta señorita ladrona —Aster finalmente intervino.

—Que no soy una ladrona.

—Mi hermano ahora está metido en su mente científica y se tardará un rato en idear un plan para escapar, pero no se preocupe, es muy listo, seguro se le ocurre algo, en menos de lo que cree estaremos todos afuera y usted podrá seguir robando.

—Lo haces a propósito ¿Cierto?

—Sí —contestó con una sonrisa angelical a lo que Tobu le dedicó una mirada fulminante— No se enoje, es solo un poco de desquite luego de lo que nos hizo pasar.

—¡Oye! No es como si eso fuera mi culpa, yo solo me estaba llevando un recuerdo y ese tipo se volvió loco ¿Qué rayos le pasó?

—No sé... Pero me da miedo saber la respuesta.

—¡Ya está! —Gritó Edwyn repentinamente.

—¿Ya está? —Repitieron los otros dos bichos emocionaados.

—Sip,  ya está.

— Suelta ¿Cómo escapamos de aquí? —Preguntó Aster.

—No se puede.

—¿Queeee?

—Lo analicé, tomé en cuenta todas las variables, las caracterísiticas del sitio, los materiales de los que disponemos y nuestras capacidades físicas y no podremos escapar.

—¿Y para eso era necesario tanto análisis?

—Ahora está demostrado científicamente que estamos atrapados.

Tobu y Aster se tiraron al piso desanimados.

—Hey, seguro nos rescatarán, ahora deben estar buscandonos como locos.

—Claro....

Y así transcurrió una media hora que se hizo eterna, encerrados y sin mucho que hacer los niños se pusieron a jugar con la basura para matar el tiempo, no era mucha pero se las arreglaron para inventar algunos juegos, como por ejemplo quien armaba la torre de basura más delgada y alta posible. Por su lado Tobu recorrió el contendor buscando algo intersante que pudiera considerar un recuerdo, aunque no había nada que realmente valiera la pena.

Repentinamente la paz del contenedor fue interrumpida por un rugido ensordecedor que provenía del estómago de Aster.

—Uh... Creo que tengo un poco de hambre. 

—¿Un poco? 

El niño mantis solo desvió la mirada avergonzado, en la situación en la que estaban no podía permitirse una debilidad como tener hambre, no quería incomodar al resto y sabía que no podrían conseguirle nada de comer, pero tampoco era bueno que pasara hambre, parte de su tratamiento para recuperarse requería que comiera lo necesario y su hermano lo sabía. Ahora Aster se sentía horrible al pensar que estaba haciendo que su hermano se preocupara por él, pero estaba decidido a mostar fortaleza, hace tiempo que había decidio que ya no sería una molestia para él. Pero justo antes de que pudiera decir algo, Edwyn le tendió un emparedado que lo tomó por sorpresa.

—¿Y esto?

—Sé que mojado por la lluvia no será muy agradable y que sería mejor comerselo bajo techo cubierto, pero es lo que tenemos ahora, así que cómetelo.

—De-de ¿De dónde sacaste esto?

—Me lo traje en mi mochila, pensé que el paseo se podía alargar más de la cuenta y que te podría dar hambre, como es muy malo que te fatigues en tu estado vine preparado.

—Edwyn.... 

Aster estaba conmovido hasta el borde de las lágrimas y sin pensarlo le dio un generoso mordisco a su emparedado, este aún medio mojado tenía muy buen sabor, de hecho era un sabor nuevo que no recordaba haber probado antes, estaba muy bueno.

—¡Me encanta! La cocinera se superó a si misma, está riquísimo.

—En realidad eso lo preparó la señorita Orquídea.

—¿¡Queeeeree!? —Miró su emparedado incrédulo— No puede ser ¡Es imposible! Ella cocina horrible.

—¿Probaste su comida?

—¡Claro que no! Ese guiso que me dio el otro día se veía asqueroso.

—Pero no sabía asqueroso.

—Edwyn... ¿En serio probaste esa cosa?

El gusanito lo miró en silencio unos momentos, meditó un poco antes de responder

—Supongo que hace meses hubiera reaccionado igual que tú —se cruzó de brazos— Estás acostumbrado a la comida del palacio, la cual además de ser exquisita, es hermosa, son como pequeñas obras de arte, pero... La gente normal que no es de la realeza come comida fea, puede estar muy sabrosa pero es fea. La señorita Orquídea hizo ese plato con todo su cariño y quedó muy rico, si le hubieras dado una oportunidad te habrías dado cuenta.

—Pero...

—Y aún cuando la rechazaste, ella no se dio por vencida y le pidió a la cocinera que la ayudara a preparar algo que te pudiera gustar. Al final cuándo la cocinara descubrió que el plato en realidad era muy bueno, le sugirió meter el guiso en un pan, me pidió a mi que lo probara para asegurarse que estaba bien. Hubieras visto lo preocupada que estaba, y... Ni siquiera se atrevió a darte los emparedados ella misma.

El niño mantis se quedó pensando unos instante, mordisqueó su pan sintiendo la culpa en cada bocado, pero testarudo como toda mantis dijo:

—¿Y se supone que tengo que perdonar que me abandonara por prepararme un sándwich? Las madres no hacen esas cosas.

—Eso es bastante más de lo que la mía hizo alguna vez —Se quejó Tobu.

—¿Señorita ladrona?

—¡Me llamo Tobu mocoso! Aprendetelo bien... En fin —hizo una pausa antes de continuar—. Mi mamá también me abandonó, yo.... Digamos que el lugar en el que vivía era duro, y yo no cumplía con sus espectativas, no encajaba allí y solo era una molestia —Suspiró con tristeza — Durante un tiempo... Quise pensar que me abandonó por una buena razón, que se sintió mal por hacerlo y que en el fondo lo lamentaba... Hubiera sido feliz pensando en eso sí no la hubiera vuelto a ver.... Pero el día que nos encontramos de nuevo....

—¿Que pasó? — preguntaron los niños expectantes.

—No había ni una pizca de arrepentimiento, tampoco parecía tan feliz de verme... Creo que nunca me quiso, solo fui un estorbo que llegó y del que se deshizo en cuanto fue posible... Pensándolo bien... Ni cuando vivía con ella me preparó un sándwich alguna vez... Mira Niño, quizás te abandonó, pero por lo que cuentas, se nota que no quería hacerlo, o por lo menos quiere hacer las paces contigo... Eso ya es mucho más de lo que yo alguna vez tuve, al menos deberías tomarlo en cuenta antes de juzgarla.

Estas palabras calaron hondo en el niño, este era un testimonio de primera mano de alguien que vivió una situación similar, alguien que podía comprenderlo por completo. Finalmente Aster recapacitó sobre la situación, la tía Hornet tenía razón, convenía hablar con su madre y conocer los detalles de las razones que la llevaron a hacer lo que hizo. 

Pero aún tomada esta resolución, llevarla a cabo no era tan sencillo, de pronto se puso a pensar en lo desagradable que había sido con ella en estos días y se desanimaba por completo, ella no querría hablar con él ¿Qué iba a hacer?

Pero sus pensamientos tuvieron que quedar de lado momentaneamente, pues un asunto más urgente requería su atención, fuera del basurero se escuchaban voces que gritaban sus nombres.

—¡Aquí estamos! —Gritó Edwyn emocionado.

—¡Patatita! —Resonó la voz de Orquídea.

—¡Papá! —Aster se unió a los gritos.

—¡Aster! —La alegría en Hollow se notaba en su voz.

Tardaron a penas 10 minutos en rescatarlos y la familia pudo reunirse. Hollow estaba tan feliz que a pesar de su miedo fue capaz de abrazar a Edwyn durante algunos momentos, y en cuanto a Orquídea, aún cuando las mantis no eran muy dadas a expresar sus emciones claramente, lloró de alegría al reencontrarse con sus retoños, esto último caló hondo en el corazón de Aster.

Quizás su madre lo abandonó, pero lo quería y se notaba demasiado, ese abrazo no podía ser falso, su voz quebrada no podía fingirse, genuinamente estaba preocupada por él y esto le dolía.

Pero la situación no fue tan favorable para todos, a Tobu se la llevaron detenida, a pesar de que ella clamaba que era absolutamente inocente, que nunca quiso secuestrar a nadie y que el cuadro que había robado y que todos habían visto era absolutamente suyo, por supuesto, al menos la última parte, nadie se la creía. Fue entonces que Tobu posó sus ojos en el caballero que estaba junto a la mantis, algo en él se le hacía familiar, juraba que lo había visto en algún lado, cosa que no sería rara considerando que debido a sus viajes conocía todo tipo de gente, pero sospechaba que con este tipo había tenido una relación algo más cercana.

Tuvo que forzar mucho su mente hasta encontrar el recuerdo correcto, de pronto todo era tan claro como el agua y la imágen de un niño mudo y poco expresivo afloró. Era Hollow. Por supuesto el niño había cambiado mucho, ahora era muy alto, hablaba y hasta tenía familia, al parecer se emparejó muy joven, pero ese asunto no era de su incumbencia, aún así ¿Quizás podría apelar al "cariño" que se tenían? 

—¡Hollow! 

El aludido se volteó a ver y no le hizo mucha gracia encontrarse con la araña, recordaba que su hermana siempre se estaba quejando de ella, en cierta forma era divertido, pero solo si la molestaba a ella, no quería relacionarse con esa cleptómana.

—¡Hollow! ¡Cuánto has crecido! Te has vuelto todo un adulto ¿Cómo está tu hermana? ¿No me recuerdas? Soy la tía Tobu.

—¿La conoces? —Preguntaron sus hijos sorpendidos.

—¿La conoce? Sabe su nombre —Preguntaron a su vez los guardias que tenían presa a la araña.

Hollow lo meditó un momento antes de contestar, evaluó las ventajas y desventajas de admitir que la conocía... Y no encontró ninguna ventaja.

—Nop, no la conozco... Y... Yo soy bastante conocido, digo, soy el capitán de la guardia real y mi hermana es la reina de Nido Profundo, no es difícil saber mi nombre.

—Oh, claro, tiene razón —se disculpó el guardia—. Perdón por las molestias ¡Vamos!

—¿Que? ¡Espera! ¡No puedes hacerme esto! ¡Recuerda los buenos momentos que pasamos juntos! Cuando robamos esos robots de ese castillo blanco, o cuando luchamos contra esa abeja, o el festival.... ¡Traidooooooooor!

Mientras se llevaban a la araña a rastras Orquídea no pudo evitar pensar que había lago de verdad en sus palabras, Hollow tampoco lucía tan convincente como siempre ¿Acaso había mentido? ¿De donde conocía a esa hembra? ¿Sería otra ex novia?

—Tú si conoces a esa araña —Afirmó Orquídea.

—Eh... Pues la verdad sí, pero es tan problemática que es mejor hacer como que no la conozco.

—¿Acaso es otra ex?

—¿Que? ¡Claro que no! Es de mi hermana.

—¿Qué?

—Bien, es hora de irnos, vamos niños.

La familia regresó al castillo sin ningún otro contratiempo, trataron de ocultarle a los niños la verdadera naturaleza del incidente que había pasado, no querían preocuparlos con la idea de que de pronto cualquier persona se podía volver loca y atacar a la gente, aunque a estas alturas era difícil disimular, aún así lo intentaron y simplemente se negaron a contestar las preguntas de sus hijos con respuestas claras, pero Hollow sabía muy bien que Edwyn se las arreglaría para buscar la verdad por su cuenta, así que debía ser precavido, mientras tanto, ahora le tocaba redactar un informe para Big, en realidad podría ahorrárselo y decirle las cosas él mismo pero aún si le tomaba más trabajo prefería escribirlo, seguía enojado con él.

Así, se instauró una parente calma en la familia y solo se hablaron temas triviales, buscando una noche tranquila y sin preocupaciones, pero uno de los miembros de la familia estaba demasiado acongojado y necesitaba hacer algo urgentemente.

Orquídea estaba sola en su cuarto ojeando una revista para matar el tiempo ya que Hollow no estaría con ella por estar escribiendo su informe, entonces su lectura se interrumpió por el rechinar de la puerta del cuarto, creyó que sería alguna sirvienta preguntando si necesitaba algo antes de irse a dormir, pero para su sorpresa se trataba de Aster.

—Oh, hola pequeño ¿Qué te trae por aquí? ¿Necesitas algo?

—Eh... Pues.... Yo... —Sacudió la cabeza, suspiró hondo e hizo su petición— Quiero que me cuentes tu historia.

........................................................

Por norma general, salvo bajo circunstancias especiales, cuando había un arácnido involucrado en algún delito, este era juzgado por las leyes de Nido Profundo, no había mucho drama con eso, usualmente se podía esperar que aplicaran castigos justos, la reina Hornet era muy estricta al respecto. Por eso, el devoto y Tobu ahora se encontraban atados siendo conducidos por los túneles hacia las cárceles del reino. 

El devoto no había logrado recuperar la cordura, se mantenía en un estado de frenesí y por eso lo mantenían encadenado, sus ojos tenían un horrendo color escarlata y su cuerpo estaba claiente, era algún tipo de fiebre, una enfermedad que posteriormente Quirrel se encargaría de investigar.

En cuanto a Tobu, ella estaba absolutamente sana, tanto que no paraba de hablar y de contar los dramas de su vida tratando de dar pena y lograr que la liberaran, pero los guardias tenían una gran paciencia, aunque ya la estaban llevando a su límite.

—¿Podrías callarte de una vez?

—Pero, pero... Soy una pobre criatura inocente, no es justo que me tengan atada.

—¡Inocentes mis pelotas!

—¿Eres virgen?

—¿Que? No ¿Y eso qué tiene que ver?

—Tú sacaste el tema.

El otro guardia que los acompañaba soltó una risa ante lo ridículo de la situación, mientras que la víctima del humor de Tobu resopló enfadado, la araña de las siete patas lo miró unos instantes antes de volver a hablar.

—Bueno señor pelotas inocentes, espero que pronto deje de ser inocente y pueda conseguir una cita. Agradezco mucho su paciencia escuchándome así que le contaré un secreto. ¿Sabía que los sentidos pueden saturarse? Cuando uno los estimula mucho se vuelven torpes y luego no sienten nada, si llevas una hora escuchando una plática constante probablemente tus oídos se volveran insensibles y no serán capaces de notar ruidos sospechosos del exterior y preveer lo que se viene.

—¿Que? Tú....

—Adiós.

En eso una bola de humo calló envolviéndolos  a todos en una neblina tan densa que era imposible ver a un palmo de distancia, se escucharon un par de golpes secos y una cadena cayendo, pero nadie fue capaz de ver nada  y para cuando el humo se hubo disipado, solo quedaban las ataduras vaícas de Tobu.

A bastante distancia del lugar del incidente, escondidas en un recoveco de aquellos túneles interminables, una polilla rosada y una araña de siete patas jadeaban agotadas luego de una carrera extenuante. La primera en recuperar el aliento fue Tobu.

—Gracias Snowfluff, como siempre un trabajo impecable.

—¿Por qué siempre te tienes que meter en estos problemas? ¿Es que acaso nunca podremos tener una salida tranquila sin que termines en problemas con la justicia? ¿Hasta cuanto tendré que....

—Ya mi niña, no se enoje tanto —Le pellizcó las mejillas a la polilla y esta se indignó aún más.

—¡Deja de tratarme como una niña! Hace años que dejé de serlo... Aunque a estas alguras, quien parece una niña es otra.

—Tú naciste vieja Snowfluff.

Tobu se relajó finalmente y sacó de entre sus ropas el horrendo cuadro del gorro tejido por Hollow.

—¡No puede ser! ¡Aún con todo el lío que causate conservaste esa cosa?

—Debía hacer que valiera la pena.

—¡Dame esa cosa! ¡La voy a quemar!

—¡Noooooo! ¡Snowfluff!

A decir verdad esta era una dinámica común entre ellas, así era la vida que compartían.

----------------------------------------------

Capítulo extra largo, aunque no lo crean tiene más de 5000 palabras. 

Y pues, si alguien se preguntaba que fue de Tobu, ahí tienen la respuesta. La polilla esnowfluff fue creada por la misma persona que hizo a Tobu, el personaje no estaba muy desarrollado la verdad así que me tomé varias libertades, en cuanto al pasado de Tobu del que se mostraron algunos datos, es absolutamente canónico, Tobu fue abandonada por su madre por no encajar en su tribu ya que no era lo suficientemente fuerte.

y ya , Sigo con racha de escritora pero muy poco tiempo para escribir, en el trabajo hay falta de personal así que estamos cubriendo las tareas como podemos, sacaré capítulo cuando pueda, deseenme suerte, hasta pronto.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro