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SeokJin continuaba viendo a Min Gyu como si hubiese dicho algo en una lengua desconocida para él, lo miraba confundido y con letargo. Sus cejas frunciendose, elevándose y su respiración agitada.

—Disculpa ¿Qué dijiste? —preguntaba al más alto.

Min Gyu apretaba sus dientes y soltaba el aire por su nariz, quitándose el ridículo gorro que le habían puesto para su despedida de soltero.

—Jungkook es mi ex pareja —repetía—. ¿Sales con él ahora?

SeokJin parpadeaba, miraba hacia la puerta y antes de retirarse añadía—. Espero que tu sola presencia no arruine ninguno de mis futuros planes, sino la respuesta a tu pregunta, sería: No.

Luego se retiraba dejando a Min Gyu algo confundido y curioso, pero no tenía el rostro para salir y verificar qué había sucedido. Estaba más que seguro que había revolucionado a Jungkook con su estúpido gorro. No tenía suficientes excusas y ni valor para enfrentar a su ex.

SeokJin por su parte, caminaba a toda prisa en dirección al departamento del pelinegro. No lo veía en la calle, por lo que aceleraba sus pasos y finalmente lo veía caminar poco más adelante.

— ¡Jungkook! —gritaba, dando un rápido trote, dónde alcanzaba al pelinegro y lo giraba, pero cuando lo tenía de frente, Jungkook sacudía su brazo para que lo soltara.

—No me toques —susurraba y p pesar de la forma en que había girado y como se había soltado de su agarre, sus palabras habían sonado menos agresivas de lo esperado.

—Oye, lamento que hayas visto a tu ex en su despedida de soltero —susurraba SeokJin, metiendo sus manos en los bolsillos para evitar acariciar el rostro acongojado del más jóven.

Se veía demasiado afectado y su pecho se sacudía.

Jungkook soltaba una risa seca—. El muy imbécil terminó conmigo porque dijo que no estaba listo para ese paso, porque ya no sentía por mí lo que solía sentir. Los planes de una futura boda lo asfixiaban, como sea...

SeokJin fruncía su ceño y lo escudriñaba con sus ojos negros. No era bueno consolando gente, ya se lo había mencionado a un Jungkook más ebrio.

—Los hombres somos un asco, no deberías darle el poder de arruinar tu humor —exclamaba.

Luego de que Jungkook mirara en todo momento en otra dirección, con sus ojos más brillosos y húmedos que de costumbre, finalmente tenía el valor de mirar a Jin.

— ¿Creés que su recuerdo o presencia tiene todavía poder sobre mí? —preguntaba.

SeokJin exhalaba y se encogía de hombros—. No te ves para nada bien y no estabas así antes de él y su estúpido gorro que dejó bastante claro que dará un paso que no quizo contigo.

Jungkook alzaba su mentón, reía ladino y sin gracia, mientras sacudía su cabeza.

—Me importa una mierda si ahora está listo para casarse —añadía—. Lo superé hace tiempo —afirmaba, SeokJin no le creía en ese estado tan vulnerable—. Pero él te reconoció a ti, luego de a mí —susurraba.

SeokJin se ponía rígido, sus músculos contrayéndose y su pose cambiando de una más o menos relajada a otra alerta.

—Kook~... —susurraba sin fuerzas.

Jungkook alzaba sus cejas, esperando.

— ¿Kook, qué? —insistía el pelinegro, su voz suave.

SeokJin suspiraba y apretaba sus dientes, una apariencia fría y distante lo cubría de repente—. No sé que quieres oír —soltaba secamente.

Jungkook sentía que su respiración se atascaba y un nudo se formaba en su estómago. Al parecer, así se veía el SeokJin cretino al que—el mismísimo Jin—le había hecho tanta propaganda.

El castaño en cuestión, sentía que su corazón comenzaba a correr una maratón por la forma en que se aceleraba, pero no podía dejar de tener esa coraza de frialdad. Conocía la mirada que le estaba dando Jungkook, se estaba arrepintiendo de haberlo conocido.

—Dime que no es lo que creo —susurraba el pelinegro—. Dime qué no estuviste con él y que solo lo conoces porque conoces a muchas personas... —casi y rogaba tales palabras.

SeokJin se sentía como la mierda, tendría que haber seguido como la misma nada con Jungkook y no haber deseado nada más.

Y lo enfurecía. Lo enfurecía tanto no poder complacerlo y decirle que exactamente lo que le había pedido. Pero no podía.

—Es exactamente lo que piensas —respondía fríamente, los ojos de Jungkook hacían una transición a una mirada dura—. Te lo dije, Yeobo... Tarde o temprano tendrías esa mirada que deja ver lo mucho que te arrepientes de haberte acercado a mí.

Jungkook sentía el nudo en su garganta, primero Min Gyu demasiado feliz y ahora eso combinado a qué era parte del historial de SeokJin, un hombre al que había querido ver más allá de un barman estilo "fuck boy", pero ahora se encontraba demasiado vulnerable. Y como todo ser humano, si SeokJin no se arriesgaba ahora, Jungkook no tendría el valor.

—Creo que tenías razón —añadía, relamiendo sus labios y golpeándose mentalmente por el temblor en su voz—. No eres bueno para mí.

«Mierda»

Jungkook no había querido decir esas palabras, no de esa forma, pero el ser humano era demasiado complejo en asuntos del corazón.

SeokJin mordía su belfo inferior, parecía imperturbable, como si no le importara, solo asentía y se encogía de hombros.

—Bueno, te diste cuenta rápido —añadía—. Finalmente, nos ahorramos todo el mal show de hoy —susurraba y comenzaba a caminar en dirección contraria al otro hombre.

El corazón de Jungkook parecía querer salir de su pecho, como si gritara el nombre de SeokJin y la palabra "Detente" pero sus ojos solo se llenaban de lágrimas y sus pies no podían moverse, hasta que su alma volvía a su cuerpo cuando SeokJin giraba nuevamente con una expresión de furia y algo más pintada en su rostro que no estaba ahí hace unos momentos.

— ¿Sabés algo? —iniciaba, señalandolo—. Te lo dije, jodidamente te dije que no era bueno, pero insististe y luego pensé ¿Por qué no intentarlo? ¡Por eso esta maldita cita! —gritaba frustrado, Jungkook lo miraba con ojos fríos, mientras que por dentro se estaba muriendo—. No puedo cambiar mi pasado y jodidamente ¡No me arrepiento con quién me acosté! —joder, SeokJin no había querido decirlo de esa forma, definitivamente se arrepentía y golpeaba de tener, entre tantos hombres, al ex de Jungkook, pero nuevamente volvemos al punto en el que el ser humano a veces es demasiado complejo con el amor, con sus sentimientos y a veces somos nuestros propios enemigos—. Lamento haberle gustado a tu ex y viceversa, no lo sé. Cómo sea, era hora de que ambos nos dieramos cuenta que esto no iba a funcionar de todas formas.

Luego volvía a girar y una vez más Jungkook quería detenerlo, pero no lo hacía y esta vez, SeokJin no volvía.

El barman no solía contar los días, pero habían sido cuatro sin saber de Jungkook. No es que le importará, bueno de hecho lo hacía. Se sentía como la mierda y había evitado a Dahyun a toda costa, sino tendría que soportar a la bonita mujer decirle que era un cobarde bastardo y tendria que darle la razón para luego hacer lo que esta le aconsejará.

Pero él no tenía ganas o mejor dicho, no tenía valor de ir por Jungkook porque este se había dado cuenta, realmente, dado cuenta del tipo de hombre que él era. Uno demasiado libertino, con un cuerpo con demasiado historial que alguien como Jungkook, no podría soportar. Un tipo fallado, como había mencionado Kang Joon.

—Y por supuesto, tenías que follarte a su ex, porque aprendiste a cagarla en grande —susurraba SeokJin, tomando un whisky mientras pedía algo de comer por su teléfono.

La puerta sonaba con alguien que entraba y pasos seguros que resonaban.

—Por alguna razón, te ves asquerosamente deprimente —mencionaba esa voz, SeokJin alzaba la vista, esa mirada de lobo depredador pintada en sus ojos rasgados, mientras bebía lo que quedaba de whisky.

—Kang Joon —decía con suma seriedad, mientras se servía otro trago.

El susodicho llevaba un suéter color arena y pantalones negros de vestir, plus, su sonrisa de culo arrogante que sacaba a SeokJin de sus casillas.

—Eres un snob de mierda —exclamaba SeokJin—. Me gustabas más cuando vestias camperas de cuero y pantalones rotos.

Kang Joon alzaba sus cejas y se acercaba con esa sonrisa ladina y sensual, se sentaba frente a Jin quien sostenía el vaso de whisky y pasando sus dedos por encima de los suyos, lo acariciaba, notaba como el castaño apretaba con los suyos el cristal y luego alzaba la vista para notar la mirada intensa que SeokJin tenía.

Como si quisiera desquitarse, con él.

— ¿No compartes un trago con tu viejo amigo? —susurraba.

SeokJin lo miraba alzando su mentón, sus dientes apretados luciendo su perfilada mandíbula. Kang Joon quería pasar su lengua por ahí.

Sin decir nada, SeokJin le servía un trago y lo empujaba hacia él, pero el tipo, redoblaba la apuesta, se bajaba de la banqueta y se autoinvitaba detrás de la barra. SeokJin suspiraba, pero solo optaba por poner el vaso en dirección a Kang Joon, quien ahora estaba a su lado, pegando cadera con cadera y aceptando dicha bebida.

SeokJin tomaba otro sorbo mientras sus codos descansaban en la barra y Kang Joon hacía lo mismo, solo que de espalda a la barra y sus codos hacia atrás, mientras parecía estudiarlo.

—Te ves estresado y estrellado, Jinnie —susurraba.

SeokJin finalmente lo miraba, intenso, pero imperturbable, bueno, casi.

— Ninguna de las dos —respondía. Ni siquiera él mismo se creía.

Kang Joon reía irónicamente—. Es adorable que trates de engañarme —exclamaba—. Te conozco muy bien

— Quisieras —mencionaba, tomando otro sorbo, pero Kang, le quitaba el vaso y lo ponía al otro lado de su cuerpo. De modo qué, si SeokJin lo quisiera de vuelta, tendría que cruzar su brazo por encima de él—. Devuélveme mi trago.

Kang Joon reía—. Ahí está —decía con sorna, mientras bebía del suyo—. ¿Sabes? cuando estás estrellado, me ves de esa forma en la que estoy seguro que estás tan irritado de mí que, te encantaría sacarme la mierda

—Siempre es un buen momento para hacerlo —respondía con una sonrisa ladina.

—Pero te encantaba follarme duro cuando estabas así de insoportable —mencionaba el otro hombre. Muy seguro de sí mismo y de leer a SeokJin a la perfección, aún después de un tiempo.

El castaño apretaba sus dientes y suspiraba, luego resoplaba con una sonrisa torcida tirando de sus labios y tomaba su vaso, tal y como Kang Joon había deseado, su brazo pasando por encima de él, logrando que Jin lo acorralara a la barra mientras estaban frente a frente.

— ¿Lo ves? —susurraba, mirando de cerca a SeokJin, mientras este bebía otro sorbo—. Lo quieres. Quieres follarme

— ¿Tan seguro estás? —preguntaba.

Mierda, él sabía que debía de alejarse de ese imbécil, pero a veces el ser humano, era un poco autodestructivo.

—Te diré por qué —respondía Kang Joon, con esa estúpida voz grave que hacía cosas raras con la polla resentida de SeokJin—. Las cosas con ese chico "carita de ángel", salieron mal, entonces ahora, mi culo estará muy feliz de tenerte frustrado y enojado. Siempre lo disfruto, estoy aquí para un viejo amigo —mencionaba con una sonrisa que de inocente no tenía nada.

SeokJin entrecerraba sus ojos—. Tú no puedes hablar de él —exclamaba con voz dura.

—No lo haré, sé que ya terminó y por eso estás así de irritado —mencionaba en un puchero, tocando el pecho de SeokJin—. Lo lamento, a veces las cosas empiezan, pero duran poco y nada.

Este debería de haber movido aquella mano de su pecho, pero solo sonreía irónicamente y bebía otro sorbo.

Estaba tan enojado y la mirada y palabras de Jungkook aquella noche, aún le dolian—. Ni siquiera comenzó, así que no lamentes tanto —soltaba, dando más información de la deseada al otro imbécil.

¿Pero que importaba? Jungkook ya lo había sacado de su vida y él podría lidiar con sus ilusiones rotas antes de tener que lidiar nuevamente, con su corazón roto.

Girando su rostro de Kang Joon, daba un trago largo, por lo que el susodicho aprovechaba la proximidad y pasaba su lengua por ese mentón bien filoso, SeokJin cerraba sus ojos y presionaba con su pelvis, la de Kang Joon.

Ambos hombres duros. SeokJin se odiaba por ser asquerosamente débil.

—Ahí estás, cariño —susurraba Kang Joon, levantando una pierna para enroscarla en SeokJin—. ¿Que harás hoy en la tarde noche? Quiero que te desquites conmigo.

SeokJin quería decir que se fuera a la mierda, pero también quería dejar de sentirse miserable. Y Kang Joon disfrutaba viendolo recaer con él, mientras que SeokJin, disfrutaba usando y desechando a su ex amante.

Una garganta se aclaraba y ambos hombres miraban sin siquiera perturbarse o separarse. Jung Hwan y Dahyun miraban la escena, un poco aturdidos y recién después de ver sus expresiones, Jin se alejaba de Kang Joon.

— Primito —saludaba el descarado, acomodando su bulto duro con cierta clase.

Jung Hwan suspiraba—. Deja de beber y trae tu culo a mi oficina —Luego miraba directamente a SeokJin entrecerrando un poco sus ojos—. Tú también deja de beber y ve a comer algo —le ordenaba.

Cuando Hwan y Kang Joon desaparecían arriba—claro que el segundo, antes de alejarse, depositaba un sonoroso beso en su mejilla que lo hacía sentirse incómodo y sucio—no le quedaba otra que quedar solo con Dahyun.

La chica lo alcanzaba y lo miraba con ojos severos y algo confundidos.

— ¿Qué mierda, jefe? —cuestionaba, sus brazos abiertos, y su rostro expresando su confusión.

— ¿Qué mierda de qué? —cuestionaba, evitando responder y mirarla a los ojos mientras bebía lo que restaba e iba camino a dejar el vaso en el fregadero.

Pero Dahyun lo tomaba del brazo y lo detenía—. La otra noche saliste con Jungkook ¿Qué hacés cayendo en las redes de Kang Joon ahora?

SeokJin suspiraba—. No funcionó. Se dió cuenta que soy lo que soy, se le pasó el encanto y aquí sigo con mi vida —luego sonreía sin gracia, mientras tomaba su gorra negra de algún lugar para colocarsela y salir de allí.

Pero Dahyun lo interceptaba—. ¿Puedes contarme con más detalles? Dudo mucho que a Jungkook se le haya ido el encanto en menos de veinticuatro horas —se cruzaba de brazos enarcando una ceja.

SeokJin suspiraba, su teléfono sonaba con dos notificaciones, una indicaba que su comida estaba lista para ser retirada y otra era de Kang Joon, proponiéndole una visita a eso de las siete de la tarde de ese día.

—Jin ¿Hablaste con Jungkook? ¿Qué sucedió? Seguro hay solución —mencionaba la rubia, insistente y con dulzura.

SeokJin recordaba la mirada fría de Jungkook, sus palabras y el hecho de que habían pasado ya cuatro días sin una maldita señal de él y solo tomaba su teléfono y aceptaba recibir a Kang Joon aquella tarde noche. Luego guardaba su teléfono y su billetera para salir de allí, pero antes respondía a Dahyun:

—No hay solución. Su ex está en mi lista de ligues y no lo tomó muy bien. Básicamente se dió cuenta que soy poca cosa para él y estoy de acuerdo. Mejor una ilusión rota que un corazón destrozado —decía con una sonrisa sin gracia y salía del bar y de la presencia de Dahyun antes de que esta quisiera convencerlo de lo contrario.

Para Jungkook los días que habían pasado aún no hacían nada por él y se sentía como la mierda. A él no le importaba cómo había sido SeokJin en el pasado, solo le había dolido la mera coincidencia de que Min Gyu había estado con él. Tampoco se trataba de arrastrar sentimientos por su ex, Jungkook realmente lo había superado. Extrañaba quizás la vida en pareja, como siempre se dijo, estaba enamorado de la idea del amor y el matrimonio... Y la vida en conjunto con alguien más, alguien a quien cuidar, amar y viceversa.

Pero Min Gyu no le dolía de esa forma romántica, le dolía que él había encontrado a alguien cuando ni siquiera apreciaba demasiado lo de la vida en pareja porque según sus palabras se sentía sofocado por la misma, o quizás solo era el efecto que tenía Jungkook en él. Cómo sea, le daba cierta rabia que su ex hubiese encontrado a alguien mientras que él todavía era utilizado por el resto. Metiéndose con puro imbécil que solo quería su cuerpo, pero que no se tomaba el tiempo de conocerlo a él.

Y más encima, había estado con SeokJin, SU SeokJin.

— ¡Aish! —soltaba su bolígrafo, estaba dejando unas notas en el presupuesto que le habían pasado para la instalación de algunas nuevas cosas en al área de renovación en el spa, pero no podía enfocarse lo suficiente.

Fregando su rostro suspiraba, echándose en su silla y mirando el techo.

—Sabía que no tenías un buen prontuario, pero duele que hayas tocado al imbécil que me rompió el corazón —susurraba—. Y odio que él te haya tocado a ti. Solo se trata de ti —susurraba para sí mismo.

Él sabía que podía terminar con su corazón roto, pero eso había sido rápido, sin previo aviso, sin estar listo. Y una maldita horrible coincidencia. La noche en que SeokJin finalmente le había propuesto una cita formal, pero solo se había jodidamente arruinado y por supuesto, el barman no había enviado nada. Lo irónico era que hablaba más con HyunJin, quien siempre que tenía un momento libre que coincidía con el suyo, jugaban Free Fire juntos en el teléfono, entre otros juegos.

Sonreía con dulzura, pero secamente y por un breve momento. Parte de él quería hablarle a SeokJin, no le importaba dar el primer paso, pero otra parte de él, la más temerosa y vulnerable, necesitaba una señal de SeokJin. Que él mismo viniera a él y le dijera lo que fuera para que estuviesen juntos y retomarán desde donde habían quedado. Pero luego recordaba lo frío que se había visto, lo distante que se había vuelto en medio segundo. La seriedad y furia en sus palabras. Le revolvía el estómago y le cerraba la garganta la imagen del SeokJin distante e irritado. Irritado de él, irritado con él.

Suspirando con un nudo en su garganta, la puerta sonaba y su madre aparecía por ella, ese día, era su día para almorzar juntos.

—Eomma —exclamaba con una dulce sonrisa, poniéndose de pie y abrazándola más de lo necesario.

—Oh, mi niño hermoso me extrañó —soltaba la mujer.

—Siempre lo hago —susurraba, forzando una dulce sonrisa.

Su madre lo escudriñaba un momento, pero no decía nada más que—: ¿Listo para almorzar juntos?

Jungkook asentía y la mujer, solo le daba ventaja por el momento. Cuando llegaban y se sentaba en su lugar, ahora favorito, pedían el menú del día. Pero mientras esperaban, el pelinegro pensaba que quizás, hubiera sido mejor si iban a otro lugar por la mínima posibilidad de encontrar a-...

— ¿SeokJin? —escuchaba la voz de su madre y eso lo hacía levantar la vista de su teléfono con un nudo en su estómago y su pulso acelerado.

Sus músculos rígidos igual que los de SeokJin cuando este entraba por la puerta. Se veía más ojeroso y pálido que de costumbre. Su pelo negro y lacio, se veía más largo debajo de la gorra y llevaba una remera blanca con pantalones deportivos de color gris.

—Señora —saludaba, forzando una sonrisa en sus labios e inclinándose levemente, luego sus ojos viajaban a Jungkook—. Kook —saludaba secamente.

Jungkook se obligaba a cruzar una mirada con él—. Hola —soltaba, pero dejaba de mirarlo de inmediato.

No podría evitar anhelarlo si lo miraba de más.

Su madre alzaba sus cejas—. Imagino que ya son más que simple vecinos ¿Cierto?

Ambos miraban a la mujer con ojos grandes—. Mamá ¿Qué-?...

—Me refiero a que hay cierta confianza con el otro ahora ¿No? —decía con diversión.

Jungkook sentía sus mejillas rojas, su madre lo conocía tan bien.

—Digamos que su hijo se volvió el mejor amigo de mi hijo —mencionaba SeokJin.

La madre de Jungkook abría sus ojos y estos brillaban con felicidad mientras sonreía abiertamente. SeokJin confirmaba que Jungkook tenía los ojos expresivos de su progenitora.

— ¿Tienes un hijo? —preguntaba, con ese borde desquiciado adorable en su voz a punto de soltar un "aww" meloso.

Jungkook sacudía su cabeza—. Es lo mejor de él. HyunJin, es un personaje —mencionaba a su madre—. Un gran niño.

SeokJin pasaba saliva, al menos tenía algo bueno—. Gracias —susurraba, luego metía sus manos en sus bolsillos.

A la distancia y por una mala razón, el recuerdo de él con esa misma pose, noches atrás, le provocaba a Jungkook un nudo en el estómago. Cuando creía o mejor dicho, no estaba seguro si es que estaba a punto de correr al baño o a los brazos de SeokJin, la dueña de la cafetería exclamaba:

—SeokJin, hijo. Tu almuerzo está listo —al parecer la mujer de unos cuarenta años y más, también adoraba al barman, aunque de una forma más maternal.

—Gracias, Lin —respondía él.

—Oh, quédate a almorzar con nosotros —pedía inmediatamente la madre de Jungkook, quien este, por cierto, se ahogaba con su propia saliva.

—No, no, no, no —negaba reiteradas veces, mirando entre su madre y Jin—. Seguramente tiene muchas cosas que hacer, eomma. Déjalo ir.

SeokJin fruncia su ceño, pero se encogía de hombros y asentía, dándole la razón.

—Estoy viendo algunas reservaciones futuras que tenemos en mi bar, de hecho si estoy algo ocupado —mencionaba con amabilidad.

Y a pesar de que Jungkook había dicho que no podía quedarse, le picaba que SeokJin tampoco quisiera hacerlo.

—Oh, genial. Tengo una propuesta que me gustaría hablar contigo si estás trabajando con respecto a reservaciones —mencionaba la mujer decidida, luego miraba en dirección a "Lin"—. SeokJin se queda con nosotros, por favor añadalo a mi mesa.

Lin alzaba sus cejas con una sonrisa pícara en dirección a SeokJin—. De acuerdo, querida.

SeokJin y Jungkook suspiraban, cruzando una breve mirada.

—Eomma, por favor déjalo i-...

—Oh, cierra la boca, Jeon —ordenaba la mujer y Jungkook lo hacía de inmediato y algo sorprendido.

Sus dientes se apretaban y un puchero se dibujaba en sus labios, SeokJin suprimía una risa.

—Por favor, SeokJin. Acepta la invitación que te estoy haciendo y toma asiento —señalaba la silla frente a ella y por ende, al lado de Jungkook.

SeokJin suspiraba, pero intentaba ser amable—. Creo que tengo cinco minutos —decía con incomodidad, pero de forma dulce.

—Ella te hará tener diez minutos —soltaba Jungkook, SeokJin se sorprendía de que le dirigiera la palabra, pero no miraba en su dirección.

—Oh, exagerado. Siéntate, muchacho —pedía nuevamente.

Antes de tomar asiento, SeokJin se aseguraba de no estar mucho tiempo allí, al lado de Jungkook y frente a su madre, así que ordenaba a Lin:— Cariño, no calientes mi comida, la comeré así

—Ah, no, muchacho —decía la dueña—. Nadie se sienta en mí cafetería a comer una comida fría. Te lo llevaré con el pedido de ellos y no me digas lo contrario —exclamaba.

SeokJin apretaba sus labios, miraba la sonrisa de la madre de Jungkook y luego el asiento vacío. Jungkook llevaba su cabello semi largo, algo rizado ese día. Una remera negra y un pantalón de jean suelto con unas botas de plataforma, se veía más jóven que de costumbre, más relajado.

Muy sensual, mierda. Hubiera deseado no haber salido en chanclas y pantalones deportivos, pero se venía sintiendo solo un poco mucho, como la mierda.

— Siéntate —pedía nuevamente la señora Jeon.

SeokJin suspiraba y tomaba asiento al lado de Jungkook. Notaba de inmediato el cambio de pose del pelinegro, uno más rígido, sus dedos apretados alrededor de su teléfono y su mandíbula filosa marcada por apretar sus dientes.

—Iré a lavarme las manos, ya vuelvo —mencionaba amablemente la mujer.

SeokJin le sonreía y asentía, mientras que Jungkook la miraba por el rabillo de sus ojos, rogándole que no se fuera, pero la mujer lo ignoraba. Cuando estaban solos, Jungkook no podía evitar suspirar, pero no levantaba su cabeza ni la giraba en dirección a un SeokJin que sí lo estaba mirando sin disimulo.

Su teléfono sonaba, obligándolo a quitar sus ojos de Jungkook y notando que el mensaje era de Kang Joon.

"No puedo esperar, llevaré un vino caro que me regalaron en la oficina. Podemos brindar por tu soltería intacta en vez de hacer un ritual de cogida post depresión"

SeokJin suspiraba, sonoramente apretando sus dedos al aparato y chasqueando su lengua para luego ponerse de pie y finalmente llamar la atención de un Jungkook que lo miraba con ojos duros.

—No voy a ponerle a mi madre una excusa por ti. Ni se te ocurra irte sin despedirte de ella o darle una mínima explicación —exclamaba.

SeokJin alzaba sus cejas—. ¿Ahora me hablas?

—Solo digo que nos seas tan imbécil de dejar a mi madre plantada, fue ella quien te invitó a nuestra mesa para almorzar, no yo —mencionaba, volviendo sus ojos al teléfono.

SeokJin apretaba sus dientes y volvía a sentarse, pero está vez, todo su cuerpo estaba en dirección a Jungkook.

— ¿Quieres que me quede por tu madre o por ti?

—Yo no te invité, no me interesa tenerte cerca —respondía indiferente, aunque el aroma de SeokJin lo estaba matando.

Él barman no podía evitar sentir el nudo en su estómago y una pequeña ruptura en su corazón.

Inclinándose hacia la oreja de Jungkook, exclamaba—. Ahora dime lo último, mirándome a los ojos —su voz había sido grave. Un susurro que calaba hondo en Jungkook.

La respiración del pelinegro era temblorosa, ni siquiera veía lo que hacía en su teléfono. Todos sus sentidos estaban concentrados en el hombre a su lado, muy cerca respirando sobre él. Acariciando con su aliento su oreja, su mejilla...

— Repitelo, Jungkook —pedía en un susurro, luego su mano se posicionaba en la nuca de Jeon, logrando tensar al susodicho en cada mínimo musculo de su cuerpo, mientras giraba la cabeza de Jungkook para que quedarán frente a frente.

Los ojos del pelinegro detonaban sorpresa y algo de ira, mientras que brillaban como la noche estrellada más hermosa que SeokJin jamás había visto.

—Dime que me quieres lejos, mientras me miras con esos ojos —susurraba.

El aliento de Jungkook salía en pequeños temblores y espasmos. Su cuerpo tenso, caliente e inclinándose más cerca de SeokJin inconscientemente.

—Quedó bastante claro que no quiero más nada contigo —se esforzaba en exclamar.

Sus ojos fríos, su mandíbula apretada.

Por poco y SeokJin le creía, pero cuando sentía los dedos del barman moverse en su nuca, sus ojos se cerraban involuntariamente y mordía su labio inferior, gimiendo muy bajo y delicadamente. Se estaba derritiendo por ese toque. Su cuerpo prendiendose fuego, al igual que el de SeokJin.

—No pareces muy convincente —susurraba Jin, viendo cada detalle de ese bonito rostro.

Jungkook abría sus ojos y sus cejas se fruncian, se veía enojado, pero no se alejaba.

—Lo estaré, tarde o temprano dejaré de desearte... Y de todas formas, tú también te alejaste de mí y dijiste que no te arrepientes de absolutamente nada —susurraba con rabia.

SeokJin apretaba sus dientes—. Y tú definitivamente dejaste en claro que soy poca cosa para ti —respondía.

Jungkook entrecerraba sus ojos y ponía su mano encima del muslo de SeokJin.

—Si te sientes menospreciado, entonces follate a mi maldito ex. Él no le hace asco a nada, al parecer... —mencionaba Kook.

Y luego se golpeaba mentalmente por lo horrible que había sonado eso.

SeokJin alzaba sus cejas, lo soltaba y pasaba el nudo en su garganta, Jungkook quería, definitivamente herirlo con sus palabras y lo estaba consiguiendo, pero él era tan estúpido y complejo como el hombre frente a él.

—No me meto con hombres casados y él pronto estará fuera del mercado —mencionaba, creyendo que metía el dedo en la yaga, luego se cruzaba de brazos y se quedaba ahí callado.

Jungkook sentía que todavía estaba algo inestable y su nuca extrañaba el calor de la mano de Jin ahí, todo su cuerpo de hecho, extrañaba la cercanía del hombre a su lado.

Aclaraba su garganta, pero agradecía que SeokJin no dijera que pronto estaría en los brazos de alguien más, como de costumbre. Cosa que con él, no sucedería, porque su mente cuerpo y alma, estaban tan encaprichados con SeokJin como su corazón. Y nadie sería suficiente.

—Bien, de todas formas, encontrarás a alguien que te consuele pronto —soltaba con ese tono de superado que SeokJin comenzaba a detestar.

—De hecho sí —respondía con furia el barman—. Ya tengo donde meter mi polla esta noche y pasarla de puta madre con un tipo tan fallado y poca cosa como yo. ¿Ya sabes? Los de nuestra especie sabemos cuándo encontrarnos y no te creas tan irremplazable, Yeobo.

Jungkook sentía el nudo en su garganta y sus ojos inmediatamente se humedecian, mirando a SeokJin con más dolor que sorpresa en sus bonitos ojos negros. SeokJin quería golpearse a sí mismo cuando notaba esos ojos y su mirada herida. Kang Joon tenía razón, estaba fallado y tratar a Jungkook de esa forma, diciéndole esas palabras esperando que dolieran, solo confirmaba que no era el hombre adecuado para él y jamás lo sería.

— ¡Ya estoy aquí! —soltaba la señora Jeon—. Oh, la bebida llegó antes de la comida —aplaudía, muy ajena al estado de animo de su hijo, quien de inmediato se ponía de pie.

— Iré a lavarme las manos —susurraba Jungkook.

SeokJin sentía su corazón acelerarse, mierda.

— Iré con él, ya vuelvo —exclamaba, luego de unos momentos.

La señora Jeon finalmente miraba a la distancia a Jungkook y luego a SeokJin—. Toménse su tiempo, los espero aquí.

SeokJin iba a decirle que no era nada de eso, pero repetía la frase en su cabeza, notando la dulce sonrisa de la señora Jeon y se daba cuenta que su tono no había salido como si fuera algo "con doble sentido" sino que, realmente la mujer parecía entender que necesitaban aclarar un par de cosas. Asintiendo con una sonrisa, se ponía de pie y corría en dirección al baño.

Cuando entraba, estaba desolado, excepto que se escuchaba como Jungkook sorbia su nariz.

Estaba llorando o al menos esa fue la sensación que SeokJin tuvo y la razón por la cual su corazón se rompió un poco. Cuando iba a golpear la puerta para llamarlo, escuchaba como Jungkook susurraba un: Soy un idiota, yo me lo busqué. Imbécil...

SeokJin sentía que el aire se le quedaba estancado en el pecho, escuchaba como Jungkook suspiraba y parecía darse ánimos. No tenía idea que se había roto solo otro poco más. También había llorado la misma noche que su cita se había arruinado, pero no tenía las fuerzas de tomar la iniciativa. Jungkook se consideraba de carácter fuerte y de hecho, lo era, no había dudas, pero habían ciertos momentos en los que era y se sentía demasiado vulnerable, como ahora, al lado de SeokJin, pretendiendo ser indiferente y pretendiendo no importarle nada de él.

No era así, en lo absoluto.

Cuando estaba decidido y temblando, para tocar su puerta, su telefono vibraba al momento en que Jungkook limpiaba su nariz, por lo que de inmediato cortaba un llamado, aparentemente de HyunJin y Jungkook no había oído nada con sus propios sollozos ahogados, hasta que recibía él mismo, una video llamada del niño.

Su teléfono sonaba y SeokJin saltaba del susto al otro lado, mientras que Jungkook agradecía que sus ojos no estuvieran rojos ni hinchados, había guardado lo más que pudo esa gruesas lágrimas así que suspirando, atendía al niño.

—Hey, campeón —saludaba.

SeokJin fruncia su ceño al otro lado del baño.

— ¡Jungkook-ah Hyung! —saludaba su vocecita.

SeokJin abría sus ojos y alzaba sus cejas, su hijo no había insistido en llamarlo otra vez, pero al parecer lo había cambiado por Jungkook.

— ¿A dónde estás? —preguntaba su voz curiosa.

Jungkook reía—. Ah, vine al baño a lavar mis manos ¿Qué pasó? ¿Estabas mandándome solicitud para jugar? —preguntaba distraído, mientras acomodaba su pelo.

—No, no —el niño reía, SeokJin podía sentir lo cómodo que su hijo estaba hablando con Jungkook y no sabía cómo sentirse al respecto. Su pecho se calentaba el doble porque notaba la dulzura de Jungkook al hablarle y viceversa.

—Mi a-ppa no responde el teléfono ¿De casualidad está contigo? Necesito hablar con los dos —decía, mostrando sus deditos a la pantalla.

Jungkook le sonreía inevitablemente, su pecho doliendo un poco, pero sin apuro abría la puerta del baño mientras SeokJin se quedaba helado parado frente a él sosteniendose del lavabo detrás de su cuerpo.

Sus cejas se disparaban hacia arriba de la sorpresa—. Eh... De hecho, sí —soltaba Jungkook, borrando la risa suave de su rostro—. Está aquí —girando el teléfono SeokJin se encontraba con su hijo al otro lado de la video llamada.

— ¡A-ppa! Te llamé y no respondiste, entonces llamé a Jungkook, supuse que estarían juntos —exclamaba en su inocencia.

SeokJin pasaba el nudo en su garganta y miraba a Jungkook, este miraba hacia otro lado, que no supiera que había estado sollozando como imbécil.

«Oh, mierda» Jungkook abría sus ojos y de repente fruncia el ceño en dirección a SeokJin.

¿Acaso él lo había escuchado? Jodido infierno, su rostro se ponía rojo.

—Hijo, no deberías molestar a Jungkook

—Pero tú no atendias —se excusaba con un puchero que lo hacía ser la viva imágen de él mismo.

— ¿Y por qué llamaste? ¿Sucedió algo? Corta el llamado con Jungkook y yo te llamo —exclamaba tomando su teléfono.

Jungkook rodaba los ojos.

— ¡No, no! Necesito hablar con los dos —aseguraba el niño.

En ese entonces Jungkook se ponía—muy a su fingido pesar—al lado de SeokJin para ver al niño al otro lado de la llamada.

SeokJin lo miraba unos segundos y aspiraba el aroma de Jungkook, su perfume, el olor dulce de su pelo y miraba su perfil de cerca. Sus labios finos brillaban tentadores.

— ¡A-ppa! ¿Escuchaste lo que dije? Estás mirando a Jungkook en vez de  a mí —soltaba.

Jungkook lo miraba de soslayo, intentando que su corazón no repiqueteara tan fuerte en su pecho. El olor que venía de Jin era tanto su colonia, como a whisky... En pleno mediodía.

— Lo siento, cariño ¿Qué decías?

—Chanyeol abeo-nim fue ascendido en su trabajo, hará una parrillada para festejar y le pregunté si podía invitarte y dijo que sí, así que luego sugerí que vinieras con Jungkook —contaba de lo más natural.

Ambos abrían demasiado sus bonitos ojos, pero Jungkook era toda una expresión adorable entre la sorpresa y la sonrisa dulce dedicada a HyunJin.

—No se podra, campeón... —exclamaba Jungkook y luego no podía evitar soltar—. Tengo entendido que tu padre ya tiene planes con alguien más.

SeokJin abría sus ojos y miraba directamente a Jungkook, este le devolvía la mirada y alzaba sus cejas despreocupado.

— ¿Qué? Eso me dijiste hace unos momentos —fingía inocencia.

— ¿Están peleados? Los novios no deberían pelearse —aaeguraba el niño—. A-ppa no encontrarás alguien mejor que Jungkook y Jungkook, mi papá está eternamente enamorado de ti

— ¡HyunJin! —soltaba SeokJin, quitándole a Jungkook su teléfono y dándole la espalda—. Deja de decir cosas que incomodan, por favor, hijo —suplicaba.

—Pero A-ppa-...

"¿Qué sucede, amor?" Se escuchaba una voz femenina detrás de HyunJin, Nayeon se acercaba y Jungkook sentía curiosidad.

—A-ppa y Jungkook no vendrán —decía con un puchero, ese puchero estafador que lograba doblar a su padre como un sillón de cuero viejo y maltratado.

—Ah, ah, ah... No hagas eso, no hagas puchero —mencionaba, negando con su dedo frente a la cámara.

Hasta que notaba que Nayeon tomaba el teléfono de su hijo—. ¡Jin! Tu hijo estaba emocionado por invitarte a ti y a tu-... —Nayeon movía su cabeza intentando ver detrás de SeokJin cuando notaba que su hijo, no tenía una video llamada con su papá sino con el famoso "Jungkook"—. Oh, está ahí, preséntalo.

Jungkook abría sus ojos, la mujer en cuestión, la mamá de HyunJin tenía una voz dulce y se la escuchaba algo divertida. No había visto foto alguna de ella aún, la curiosidad le carcomía. ¿Pero que diablos estaba sucediendo? Él y Jin ya no eran nada ni llegarían a serlo y eso le provocaba un nudo horrible en el estómago.

—Nayeon, cariño —soltaba SeokJin, haciéndole unos ojos de advertencia que la mujer entendía perfectamente—. No estamos en ese tipo de escenario —aclaraba su garganta.

—Pero es amigo de HyunJin, devuélvele su teléfono —ordenaba y Jungkook quería conocerla, así que tomaba el aparato.

—Buenas tardes, soy Jeon Jungkook —sonreía incómodo y luego apreciaba la belleza de la mujer de ojos grandes y rostro ovalado, al otro lado de la línea.

Nayeon abría su boca con poco disimulo.

SeokJin rodaba los ojos—. Cierra la boca o te entrara una mosca, mujer —ordenaba.

Luego HyunJin aparecía en escena otra vez.

— ¿Entonces vendrán? Ya dije a eomma que sí, Jungkook ven con mi a-ppa. Por favor, podemos jugar en mi PS5 ¡Vamos, dí que sí! —rogaba con sus manos.

SeokJin suspiraba y Jungkook lo miraba de reojo, no sabía que responder, quería decir que "no" por SeokJin y "sí" por el niño.

Pero se sorprendía cuando el hombre  suspiraba sonoramente a su lado, otra vez, antes de exclamar—. De acuerdo, iremos.

Nayeon y HyunJin gritaban al mismo tiempo, Nayeon, más que nada al ver la felicidad de su hijo, pero notaba el pesar en el rostro de ambos hombres.

—Les agradezco que hayan aceptado la invitación de HyunJin, hablaré con ambos cuando estén aquí. Jungkook es un placer, SeokJin, posiblemente golpee ese atractivo rostro cuando te tenga frente a mí —añadía.

SeokJin le hacía una mueca de burla—. ¿Sabe tu marido que lo haces porque no puedes mantener tus manos lejos de mí?

Nayeon le hacía otra mueca de burla y cubría los ojos de HyunJin con la misma mano con la que le mostraba el dedo medio.

—Hasta la tarde, Kim. Jeon, nuevamente un placer —se despedía y luego el llamado era cortado.

Cuando quedaban en silencio, Jungkook exclamaba—. Me disculparé con HyunJin luego, no seré yo quien arruine tu folla-cita —y luego se echaba a andar.

No llegaba muy lejos cuando SeokJin lo tomaba del antebrazo y lo giraba, casi haciéndole caer sobre él y dejando a Jungkook sin otra opción que sostenerse de sus hombros.

— ¿Qué haces? —susurraba.

SeokJin se perdía un momento en sus ojos, fragancia y sus labios entreabiertos, pero se recuperaba.

—No vas a dejar a mi hijo plantado, yo no lo hice con tu madre —ordenaba con voz grave.

Jungkook sentía una escalofrío en su columna, aún no lo soltaba, pero dibujaba una sonrisa ladina.

— ¿Disculpa? Tú dijiste que tenías un encuentro fogoso para meter tu polla en el agujero de alguien más, supuse que no irías y tú mismo plantarías a tu hijo.

SeokJin apretaba sus dientes, aún lo sostenía del brazo y Jungkook seguía apoyado en él, con su mano sobre su hombro.

—Mi folla-cita entenderá... —respondía, luego veía a Jungkook rodar sus ojos sin disimulo, no parecía el chico sollozando minutos atrás en un cubículo pequeño—. A la hora en que lo llame él vendrá, se abrirá de piernas para mí y yo podré jugar con su culo un rato.

Y ahí estaba otra vez. Su boca más rápida que su cerebro cuando su corazón estaba dolido, roto y no podía pensar por ambos.

Jungkook apretaba sus dientes mientras SeokJin apretujaba su corazón como si fuera nada—. Solo iré por tu hijo y si tan desesperado estás por meter tu polla en el culo de alguien más, vete. Yo me encargaré de que HyunJin no sienta tu ausencia —decía con una voz que intentaba sonar dura, pero el nudo en su garganta y el malestar en su estómago lo hacían tambalear.

Jin con alguien más que no fuera él, lo enfermaba.

—Mi hijo está primero —exclamaba—. Es la única persona importante en mi vida.

Jungkook estaba entre la admiración y la ira. Podría haber más de una persona importante, no al mismo nivel claramente, pero Jin no se abriría a un hombre nunca más, al parecer.

—Bueno, tu folla-cita, parecer ser bastante importante también —susurraba en respuesta. Su voz débil, su cuerpo pesado y su mano acariciaba el hombro de SeokJin medio segundo, para luego soltarse y salir de ese maldito baño que parecía demasiado pequeño para contener las emociones de esos hombres.

SeokJin se odiaba, no había entrado para terminar peor de lo que estaba con Jungkook, era todo lo contrario. Cuando llegaba a la mesa, notaba la presión sobre lo hombros del menor y la madre del chico se veía poco sorprendida por el estatus emocional que los dos destilaban.

—Bueno, creí que saldrían del baño más sonrientes... —mencionaba sin disimulo.

SeokJin abría sus ojos y Jungkook apretaba sus dientes.

—Eomma... Por favor —rogaba.

La mujer chasqueaba su lengua—. Cómo sea, SeokJin —le señalaba—. Realmente quiero hablar contigo de negocios.

Jungkook fruncia su ceño y el barman, estaba atento y curioso.

—Festejaremos el aniversario de nuestro spa pronto, usualmente de la fiesta se encarga Jungkook, como el jefe y administrador del lugar, pero-... —añadía levantando su dedo—. Actualmente, mi niño está abrumado con todo lo de la remodelación y yo tengo ganas de volver al ruedo organizando este evento

— ¿Qué? No me dijiste nada —mencionaba Jungkook.

—Bueno, te lo digo ahora —decía su madre, luego miraba a SeokJin—. Pasé por tu bar. Una chica rubia me atendió, me dió un pequeño tour cuando dije que me encantaría poder realizar un pequeño evento allí.

"Dahyun"  exclamaban ambos a la par.

—Sí, supongo que ese era su nombre, tenía casi tantos tatuajes como tú —señalaba con una sonrisa.

SeokJin sonreía dulcemente—. De mis mejores empleadas y una amiga cercana, seguramente le informó que para guardar una fecha necesita al menos un mes de antelación ¿Cierto?

La madre de Jungkook asentía—. Cómo estamos con el tema de la renovación, lo comenzaremos con tiempo y nuestro aniversario caería exactamente en unos dos meses y medio.

Jungkook suspiraba—. Estuve buscando otros lugares más acorde a nuestros empleados y sus familias —decía entre dientes.

SeokJin alzaba sus cejas y lo miraba—. ¿Menosprecias mi bar?

Jungkook resoplaba—. Esto no se trata de ti

— ¡Exacto, de ninguno de ustedes! Sino de nuestros empleados —decía la madre de Jungkook, intentando resguardar la paz.

—Por eso sé que quizás podría encontrar otro lug- ¡Aish! ¿Me diste un puntapié? —preguntaba sorprendido el pelinegro a su madre.

SeokJin contenía la risa.

—Estoy hablando yo, querido mío —decía, con ese rostro que Jungkook catalogaba como el rostro de advertencia y los ojos de desquiciada.

Cuando era chico, esa mirada significaba que le daría unos simple golpes para ubicarlo luego por ser tan boquifloja.

En este caso, sí, también sería capaz de golpearlo luego, pero es que sabía muy bien lo que esa mujer estaba haciendo y no tenía nada que ver con festejar el aniversario del spa en pocos meses.

—Bien, en ese caso, entonces puede brindarme su número y su correo, se lo daré a mi amigo. Él se encarga de las reservas, pasar los precios y planificar cómo será todo —mencionaba sonriente.

—Oh, bien... Pero ¿Puedes encargarte tú y planear el resto con Jungkook? Él es más creativo que yo —sonreía cual angel.

Pero ambos hombres quedaban desconcertados, hasta que Jungkook hablaba:

—Dijiste que te harías cargo tú ¿Por qué ahora debo lidiar yo con él y su bar?

Justo en ese entonces aparecía la dueña del café, presentando su plato especial a la madre de Jungkook, interponiendose en la charla como si nada. Su madre se distraía rápidamente escuchando en detalle la receta del plato que habían pedido.

SeokJin apretaba sus dientes y no soportaba, lo miraba y exclamaba—. ¿Acaso mi bar no es adecuado para ti? Porque te recuerdo que te sirvió mucho estos meses con tu wifi del asco para tus citas de mierda —soltaba casi en un susurro, cerca de su rostro

Jungkook lo miraba furioso, acercándose de igual forma—. Tú no eres adecuado para mí —le respondía susurrando, muy cerca.

Inconsciente y a la vez, dolorosamente consciente de la cercanía, sus narices casi al raz y su corazón latiendo como loco mientras apretaba sus dientes por la frase que había dicho.

SeokJin sentía una leve molestia ante aquella frase. Nuevamente, Jungkook recalcaba, que no era suficientemente bueno.

— Ya entendimos, Jungkook. Estás en lo más alto y te diste cuenta que soy uno más del montón que no te merece —le señalaba con voz profunda.

Jungkook pestañaba y pasaba el nudo en su garganta. La mirada de Jin debería de ser dura, pero solo era una herida, dolida. ¿Era consciente siquiera?

Jungkook no recalculaba cuando decía con total honestidad y algo de desesperación al ver a SeokJin con un una mirada vulnerable—. No-... Tú no-... —su rostro incluso se había acercado más, como si estuviera a punto de besarlo, de hecho eso quería y SeokJin también, porque sus ojos miraban los labios de Jungkook con deseo.

— ¿"Yo no" qué...? —preguntaba.

Pero una garganta se aclaraba. De hecho dos, Lin, la dueña de la cafetería y la madre de Jungkook. El susodicho se alejaba de SeokJin, su rostro rojo del calor por el barman y la vergüenza.

— ¿Están en buenos términos ahora para ser profesionales y tener una reunión de negocios? —cuestionaba la mujer.

—Buen provecho —decía Lin y luego se retiraba.

SeokJin suspiraba al ver que Jungkook fregaba su rostro para comenzar a comer—. Seguro —afirmaba, apartando su vista del chico—. Podemos hablar un momento de negocios y luego me iré.

Para el final de dicho almuerzo, SeokJin había pasado un presupuesto aproximado a la madre de Jungkook, habían hablado de lo que deseaba, lo que podía servirse. De hecho, brindaban una muy buena recepción, por eso los guardaban bastante para eventos especiales. Incluso Jungkook se sorprendía.

Cuando salían, SeokJin tenía a la madre de Jungkook agarrada de su brazo mientras le contaba algo peculiar que había sucedido en una festejo de aniversario, Jungkook no estaba seguro si estaba molesto porque la cosa no terminaba o porque era su madre quien colgaba del brazo del barman y no él.

—Un gusto que te hayas tomado el tiempo para nosotros —agradecía la mujer.

—Fue un gusto, le daré a mi amigo su número, él pasará el presupuesto correcto, luego todo lo que sea buffet y bebidas, yo estoy a cargo —mencionaba.

—Vamos, mamá. Debo volver —exclamaba Jungkook, abriéndole la puerta del auto.

Su madre lo miraba con ojos entrecerrados—. Bien, SeokJin, un gusto nuevamente. Debo irme, mi hijo ya quiere deshacerse de mí —sonreía tiernamente y besaba la mejilla de SeokJin con dulzura.

Cuando estaba dentro, Jungkook cerraba la puerta y quedaba solo él frente a SeokJin.

—Iré a recogerte a eso de las siete, Chanyeol es malo para parrilladas y seguro tendré que ayudarlo así que es mejor llegar temprano —mencionaba en seco.

Jungkook alzaba sus cejas—. Solo dame la dirección y el piso, iré por mi cuenta-...

— Irás conmigo —añadía con suma seguridad.

Jungkook no estaba seguro si lo enfurecía o le provocaba algo más.

—Solo déjame llegar por mi cuenta, Jin —susurraba.

Él castaño iba a decirle "Bien, como sea" pero no.

— Irás conmigo y volverás conmigo —repetía y recalcaba.

Jungkook abría su boca y la cerraba, SeokJin no estaba seguro si iba a contradecirlo, Jungkook mismo no estaba seguro si gritaría de la frustración o iba gemir en voz alta.

Rodando los ojos, solo suspiraba y se metía a sí mismo en el auto. Y para suerte de SeokJin cuando había vuelto al bar, Kang Joon ya no estaba, pero su amigo sí y lo había llamado para compartir juntos un café. Estaba seguro que una charla de la mierda se venía.

— ¿Me llamaste? —soltaba, entrando en la oficina de Jung Hwan.

—Sip, ven, toma un café conmigo. Compré uno nuevo, es mucho más suave y delicioso —mencionaba con una sonrisa.

SeokJin rodaba los ojos—. Acepto tu café porque tengo un gran inventario que redactar ¿pero por qué mejor no vas al grano?

Jung Hwan reía de lado—. Bien, de acuerdo. A veces me olvidó que casi pareces la viva imagen de mi primo —exclamaba.

SeokJin había tomado un trago de su café y fruncido su ceño—. ¿Qué se supone que significa eso?

—No necesito filtro contigo —exclamaba—. Así que no lo tendré —SeokJin alzaba sus cejas y lo estudiaba—. Dahyun me contó sobre un tal Jungkook del que no tenía idea y no me habías contado.

SeokJin resoplaba, reía de forma amarga y apretaba sus dientes.

—Dahyun te contó una mierda, Jungkook no es-... —quería decir que no era nadie, pero solo veía como su amigo alzaba sus cejas sin poder ocultar su sorpresa—. Quita esa cara de imbécil... —pedía suspirando—. Eso se terminó antes de empezar.

Jung lo miraba y se cruzaba de brazos con una ceja enarcada—. Se terminó una mierda —replicaba—. Te gusta

—No sabes lo que estás diciendo, no lo conoces —exclamaba—. Él es demasiado diferente a mi tipo

— ¡Oh! No es un patán. Genial, bandera verde para él

—Hablo en serio aquí, hombre

—Y yo también como para aconsejarte que no caigas con Kang Joon —mencionaba con una voz neutra, pero una mirada fija.

SeokJin reía secamente—. ¿A esta edad me dices con quién debo dormir y con quién no?

Jung Hwan suspiraba—. Para nada, sería saliva gastada en vano. Haces lo que se te venga en gana

—Que bueno que lo sepas

—Pero... —añadía y SeokJin reía sin gracia—. Sabés muy bien que Kang es tóxico. Es perjudicial para tu salud, aún más que la bebida y el cigarro

— Dejé el cigarro hace mucho —respondía con ironía.

—Genial, habías dejado a Kang, no vuelvas a recaer, porque lo que ví hoy cuando entre, fue un flash del pasado dónde te tenía comiendo de su mano como un maldito imbécil muerto de hambre.

SeokJin abría sus ojos y alzaba sus cejas—. Auch...

—De nada —respondía su amigo—. Solo no me gustaría ver a ese tipo que no sabía respirar sin la mierda de mi primo al lado —soltaba y pese a que eran grandes amigos, era la segunda vez que Jung Hwan se metía para pedirle que dejara a Kang Joon antes de terminar hecho una verdadera mierda.

—No estoy en esa página con Joon

—No estabas en ninguna página con él y cuando Dahyun me contó-...

—Es una pequeña chismosa con cara de ángel —mencionaba SeokJin.

—La adoras totalmente

—Lo hago, pero-... —SeokJin apretaba sus dientes—. Kang Joon está fuera de mi lista de quehaceres y... —queria decir que Jungkook también, pero las palabras no salían.

Jung Hwan bebía su café y asentía—. Solo quería que supieras que estoy aquí si en algún momento te quieres volver raro y escupir tus sentimientos por este chico nuevo a quién aún no tengo el gusto de conocer.

SeokJin asentía y se ponía de pie suspirando—. No creo que llegues a conocerlo... —decía suavemente.

Jung Hwan alzaba sus cejas y se giraba con silla y todo para volver su atención a su computadora tras él, SeokJin rodaba los ojos y salía, pero antes de cerrar la puerta Jung hablaba una vez más:

—Si eres un jodido cobarde entonces solo será un nombre más en tu lista, pero si te pones los pantalones, entonces lo que sea que esté pasando solo será un mal recuerdo y podrás presentarmelo.

SeokJin lo miraba una última vez, seguía de espaldas—. Solo puedo decir que Jungkook es... Un hombre que no merece estar con alguien como yo.

Jung Hwan se giraba y lo veía fijamente—. Esa es la excusa más cliché que te he escuchado decir, ahora no seas gallina y sal de mi oficina.

Jungkook había querido llamar a HyunJin y decirle que no llegaría a su cena, pero ese niño haría un puchero y confundido, le preguntaría "¿Por qué?" Y luego diría quien sabe cuántas cosas más y él terminaría accediendo, encontrándose dónde estaba justo ahora, subiendo al auto de Kim SeokJin.

Cuando se sentaba y ponía el cinturón, sentía el perfume de éste llegar a sus fosas nasales y aspiraba suavemente, se volvía loco con ganas de meter su rostro en ese largo cuello, pero solo suspiraba y lo saludaba con un seco "Hola" , recibía un asentamiento de cabeza por parte del barman y luego miraba adelante.

SeokJin alzaba sus cejas cuando no salía más de la boca del menor y se disponía a conducir un largo trecho en silencio, hasta que luego de unos minutos demasiado largos, exclamaba:— Creí que encontrarías alguna excusa para evitar ponerte en esta situación conmigo.

Jungkook rodaba sus ojos—. No se trata de ti, no estoy aquí por ti. Lo hago por HyunJin y cuando esté con él, encontraré la forma de decirle que esto se terminó.

SeokJin paraba en un semáforo rojo—. ¿Esto? ¿Qué cosa?  —atacaba—. Solo cogimos y luego-... —Jungkook lo miraba con sus ojos entrecerrados, una mirada fría y desafiante, obligándolo a decir algo hiriente, si tenía las jodidas agallas de hacerlo de nuevo, pero se quedaba sin palabras.

— ¿Y luego qué? —cuestionaba el pelinegro.

SeokJin no decía nada y conducía nuevamente, ignorandolo y a cambio ponía música. Cuando lo hacía, ponía una canción con la que se venía torturando ante la ausencia de Jungkook y este sabía lo que intentaba hacer el castaño, era darle un  bendito mensaje aquí.

"Hay algo jodido con mi ADN, que me hace sabotear las cosas que quiero"

Luego otra parte decía: "Puedes ser el milagro que necesito, pero no me conocés"

Jungkook apretaba sus dientes, sabía que Jin le estaba dando un mensaje aquí, solo que era uno que lo empujaba lejos y lo atraía de nuevo. SeokJin no decía nada, pero Jungkook lo sabía. Y simplemente no soportaba la canción de fondo y el silencio de SeokJin.

Volvía loco a Jungkook, el hecho que no dijera nada, así que finalmente optaba por meter, lo que él creía era su dedo en la yaga de SeokJin—. Nuevamente, lamento que tengas que retrasar tu follada por tener que estar a mi lado, debe ser un jodido castigo para ti.

Sorpresivamente, veía al barman apretar sus dientes, sus fosas se dilataban y buscaba un lugar para orillarse en la calle y giraba en dirección a Jungkook con su ceño fruncido, sus ojos duros y su boca carnosa tenía una expresión hastiada.

Bien, Jungkook lo había cabreado, realmente cabreado.

— ¿Qué? —contratacaba. Quizás la falta de una charla verdadera entre ambos, lo hacía a Jungkook querer provocar a ira a SeokJin para recibir una respuesta de lo que fuera, lo que sea.

Cómo en el baño. Solo discusiones y palabras hirientes.

— ¿Qué quieres que te diga? ¿Por qué siquiera te disculpas? ¿Acaso realmente sientes el hecho de que no vaya a follar o de que tenga que retrasarlo? Woah... Que jodidamente atento eres, seguro y ya tienes una maldita nueva cita por una de tus páginas Webs o jodidas aplicaciones, yo qué mierda sé... Pero seguramente tienes un jodido reemplazo que sea mejor que yo ¿Cierto?

Jungkook sentía su garganta cerrarse, resoplaba y fregaba su rostro—. Deja de repetir eso, no quise decirlo de esa forma ¿De acuerdo? —nuevamente recordaba como se había sentido desesperado en el almuerzo con su madre por corregir esas malditas palabras que habían salido aquella noche sin su consentimiento.

— ¿No quisiste? Lo dudo, lo dijiste muy convincente, un par de veces.

— ¡No fue lo que quise decir! —gritaba irritado—. Yo no quise... joder —Jungkook lo miraba con ojos de perdón—. Dale mis disculpas a HyunJin —susurraba, antes de intentar abrir la puerta para bajar del auto.

Quería huir de la presencia de SeokJin, quería dejar de escupir lo mucho que le hería saber que ya tenía a alguien más, un chaquido de sus dedos y alguien tocaba a su puerta para consolarlo con el mejor sexo, mientras que él sentía que no podría reemplazar como se sentía estar con SeokJin y como se sentía por él.

Pero cuando avanzaba hacia una dirección desconocida, porque no tenía ni la más jodida idea de dónde se había bajado, SeokJin aparecía en su camino.

—Tú no te vas, no vas a dejar a mi hijo esperando por ti —añadía—. Te lo dije, yo no dejé a tu madre plantada, no dejes a mi hijo esperándote. Si esto-... —SeokJin los señalaba—. Se terminó, porque no soportas el hecho de que me folle a tu ex, entonces dile tú a mi hijo que esto no es lo que él creía... —SeokJin se acercaba otro poco—. Dile tú qué ya no quieres esto.

Jungkook parpadeaba y sus ojos se humedecían—. Si lo follaste... —susurraba.

SeokJin apretaba sus dientes—. Sí, lo hice y me alejé en cuanto se volvió molesto para mí ¿Qué más quieres saber? ¿Cómo iba a tener idea que en un futuro me encontraría a su ex y querría de todo con él, creyendo que quizás mi historial no le molestaría, pero al parecer lo hace, porque su estúpido nombre está en mi lista?

Jungkook lo miraba confundido, sus ojos grandemente abiertos y su corazón obstruyendo los sonidos exteriores.

— ¿Jin? —llamaba una voz desconocida que traía a Jungkook a la tierra y lo hacía girar.

— ¡Jungkook-ah Hyung! —decía la vocecita de HyunJin quien corría en dirección a Jungkook y lo abrazaba, casi lo desestabiliza, Jungkook no entendía nada así que miraba a SeokJin.

Este alzaba sus cejas un segundo—. Llegamos —le anunciaba y luego saludaba a quien parecía ser el famoso Chanyeol, más alto que SeokJin, atractivo, pero no tanto como el barman, pensaba Jungkook—. Hey, Chan

—Creí que no vendrías —mencionaba el otro, saludandolo amigablemente—. Sabés que soy malo con esto de las parrilladas y también vendrán Dahyun y su novio.

El hombre reía apenado y SeokJin palmeaba su hombro—. Chanyeol, él es Jungkook. Jungkook, Chanyeol y... —SeokJin los dejaba saludarse y miraba a su hijo—. ¿Saludaras a tu padre o ya me cambiaste?

El niño sonreía y se tiraba a los brazos de SeokJin, Jungkook lo veía alzarlo del piso con facilidad, mientras que sus brazos se marcaban debido a la fuerza que había empleado y él se encontraba babeando. La tinta no era suficiente para opacar las marcas de sus brazos.

— ¿Subimos? —preguntaba Chanyeol, cuando notaba como el chico se comía con los ojos a SeokJin.

En el ascensor, Jungkook agradecía que Chanyeol fuera un buen tipo y hablador hasta por los codos, así evitaba ver cómo SeokJin hablaba y hacía cosquillas a HyunJin, vinedose precioso. Joder... Tenía un problema grande con "Papi  SeokJin" y no le daba vergüenza admitirlo.

Cuando llegaban al apartamento, uno espacioso con un balcón inmenso dónde ocurriría la parrillada, Jungkook era arrastrado a la habitación de HyunJin para jugar en su PS5 como le había mencionado en el llamado,  pero justo en ese momento una mujer alta y hermosa les obstruia el paso, sus brazos en forma de taza sobre sus caderas.

— ¿A dónde lo llevas sin presentarmelo? —acusaba a su hijo.

Jungkook parpadeaba, el primer amor de Jin era despampanante. Una mujer hermosa y quedaba sin aliento porque le resultaba extraño.

—Soy Im Nayeon, un gusto —repetía, estiraba su brazo para estrechar manos y Jungkook la tomaba y sonreía.

—Jeon Jungkook, es un gusto conocerte en persona —exclamaba.

—El gusto es mío, es increíble que estés aquí... Sino fuera por HyunJin quizás no llegaba a conocerte —mencionaba sin intenciones de que sonara tan ofensivo—. Oh, no quise...

— ¿Podrías alguna vez cerrar esa bonita boca? —soltaba SeokJin, llegando detrás de Jungkook y notando cómo hacía sonreir a Nayeon.

"¡Te oi, SeokJin!" Se escuchaba a Chanyeol detrás de ellos.

— ¡Solo lo dice para jugar contigo! —mencionaba Nayeon—. Ahora, saluda como es debido —mencionaba, tirando de Jin para un abrazo, en el que le susurraba algo que Jungkook no podía oír, porque nuevamente era arrastrado por HyunJin—. ¿Tan mal está todo?

SeokJin salía del abrazo y se encogía de hombros—. ¿Pretendes hacerme hablar?

—Dahyun me contó algo —mencionaba—. Ahora entiendo que ese chico es otra cosa, es precioso

—Cuida tu boca, mujer —decía SeokJin, mirando en dirección a la habitación de su hijo—. HyunJin ya lo adoptó

—Sep, creo que lo quiere más que a ti

—Soy el papá genial, nunca querrá a alguien más que a mí

—No lo sé, Kim —Nayeon miraba hacia la habitación donde HyunJin hablaba todo emocionado y Jungkook parecía sonreírle y reír con él, haciéndole preguntas—. Creo que perdiste

—Ya lo veremos —decía, yendo en dirección a la habitación de su hijo.

— ¡No olvides que Chan es pésimo con la carne! No te entretengas mucho

— ¡Se supone que soy su invitado, yo no debería cocinar! —exclamaba entrando a la habitación.

Pero él totalmente lo haría, con Chanyeol tras él, haciéndole preguntas tontas.

— ¿No me invitan a mí jugar? —preguntaba dentro de la habitación.

—Creí que irías con Chanyeol abeo-nim —se excusaba su hijo.

—En un momento —decía sentándose al otro extremo de su hijo.

Jungkook no decía nada, solo daba su atención al niño y SeokJin no podía evitar mirarlo en ocasiones. Estaban muy entretenidos, cuando su teléfono comenzaba a vibrar con diferentes mensajes de texto.

"¿A qué hora si no es la siete? Quiero verte y sé que lo quieres también"

SeokJin suspiraba, había enviado un texto simple a Kang Joon que expresaba que a las siete no podría verlo y solo eso, no daba más explicaciones y ni siquiera lo invitaba a verse más tarde, pero claro, Kang Joon no se quedaría quieto.

Jungkook lo veía con su ceño fruncido, ignorando el mensaje sin responderlo. Solo había leído, hecho una mueca y bloqueado el teléfono. Pero nuevamente llegaba otro mensaje y otro. Y otro. SeokJin no tenía sonido en su teléfono, pero la vibración llegaba a los oídos de Jungkook, incluso por encima del sonido de la pantalla.

— ¡HyunJin, al baño! Vamos —ordenaba Nayeon, entrando en la habitación del niño, este ni siquiera chistaba, se ponía de pie y le daba su palanca a su padre.

—A-ppa juega con Jungkook Hyung. Me daré un baño rápido —exclamaba y salía de la habitación.

Nayeon los miraba y cuando HyunJin no estaba allí exclamaba—. No sé que pasa aquí, pero agradecería que no arruinaran la noche de HyunJin, los quería a ambos, pero es obvio que algo anda mal. Solo arreglenlo, Jin no es tan estúpido, Jungkook. Lo juro —decía con sorna, logrando que el barman le hiciera una seña obcena con su dedo y luego rodaba los ojos.

Jungkook reía secamente, pero cuando Nayeon salía, cerraba la puerta solo un poco y cuando giraba su rostro veía que SeokJin tipeaba algo en su teléfono.

—Pareces enojado ¿Te están reclamando? —preguntaba con desgano.

SeokJin apretaba sus dientes y miraba a Jungkook—. ¿Tú qué crees? —sus ojos eran intensos.

Jungkook relamía sus labios y bajaba la mirada—. Lo lamento, nunca quise decir que eras poca cosa, yo no-... —suspiraba, no podía verlo a los ojos—. Sé que he sido extrañamente celoso con tu historial, pero-...

—Me cogí a tu ex, lo entiendo. Me detestas porque toque al único hombre al que amaste. Bueno, no lo sabía —SeokJin se ponía de pie y suspiraba.

Jungkook hacía lo mismo y se paraba detrás de él—. ¿Él era el tipo alto del baño? —preguntaba.

SeokJin suspiraba y dejaba caer su cabeza—. Solo olvida lo que te dije, lo lamento. Lamento que esté entre las tantas personas que pasaron por mi lista. Lo siento ¿De acuerdo?

Jungkook fruncia su ceño—. ¿Te estás disculpando porque crees que me pone mal saber que lo tocaste y más que eso?

SeokJin se giraba sobre sus talones—. Es obvio que te movió el piso verlo la otra noche y está bien, supongo que tiene poder sobre ti aún. Supongo que notar que me conoce Incluso sin ropa, no te habrá caído bien, entiendo que sigas enamorado de su recuerdo o de él.

Jungkook fruncia su ceño y reía, él comenzaba a reír y era algo extraño porque realmente parecía divertido al respecto.

— ¿Cuál es el chiste? —cuestionaba SeokJin.

Jungkook dejaba de reír y daba un paso hacia adelante—. Me importa una mierda que él esté en tu lista, porque es obvio que solo fue un culo más o yo que sé... —luego suspiraba y su mirada cambiaba—. No sigo enamorado de su recuerdo ni de él, me desestabilizó verlo, pero fue peor saber que él te toco a ti —su dedo índice se posaba en el pecho de SeokJin—. Él te besó, él te tuvo y sí, soy un maldito intenso y celoso. Él es un imbécil ¿Por qué tenía que tenerte a ti también?

SeokJin abría sus ojos, parpadeaba con letargo y no podía entender.

—Necesito que seas más claro... —susurraba.

Jungkook chasqueaba su lengua—. No estoy de acuerdo con tu forma de ligar con otros, pero es tu vida. No me molesta que tengas un largo historial, quizas y más que el ticket de mis compras de hoy, pero me molestó y me molesta saber que ese imbécil te tuvo a ti. ¿Por qué tenías que cruzartelo? Me revuelve el estómago —susurraba, luego su mano acariciaba el pecho de Jin cuesta abajo, a su abdomen—. No tendría que haberte puesto un maldito dedo encima, no a ti y sé que sueno estúpido, pero eso me molesta diez mil veces más que saber que va a casarse. También me jode —admitía—. Al parecer tiene todo lo que deseo aún cuando me dejó porque esa vida lo sofocaba ¿pero tenia que tener a ti también?

SeokJin sentía que su piel picaba y ardía, justo donde la mano de Jungkook se posaba, pero se ponía peor cuando el menor levantaba su prenda y ponía su mano en su abdomen desnudo, acariciando mientras iba hacia atrás y acariciaba su espalda baja y se acercaba para estar cerca de su rostro.

SeokJin estaba hipnotizado.

—Eres-... —Jungkook gemía frustrado y cerraba su boca.

SeokJin sentía su pulso acelerado, su mano se aferraba a la nuca del pelinegro y la otra a la cadera de este, recibiendolo sin rechistar.

— ¿Creí que no podías manejar el hecho de que yo lo había-...?

—No me importa —susurraba Jungkook, acariciando su nariz a la de SeokJin—. ¿Significó algo más que una buena mamada y un par de cogidas?

SeokJin aspiraba con fuerza, Jungkook hablando de esa forma era extrañamente caliente.

—Te lo dije, no significó nada más que un buen polvo que ahora me gustaría borrar de mi jodido historial si tan solo pudiera, de hecho ahora me cae tan mal sabiendo que fue el imbécil que te lastimó en el pasado... —sus dedos acariciaban el cabello de Jungkook, este cerraba los ojos y clavaba sus uñas a la piel de SeokJin, con su otra mano lo aprisionaba más y más cerca.

—No eres poca cosa, no quise decir lo que dije

—Si quisiste —susurraba, Jungkook se alejaba un poco y lo miraba—. Quisiste hacerlo, quisiste herirme... Así como yo quise herirte a ti cuando dije que no me arrepentía. Cuando dije que tenía a alguien a quien follar y quizás tengas razón, no soy el adecuado

—No hagas eso —susurraba Jungkook—. No seas ese tipo de imbécil, me tienes entre tus brazos y quieres besarme y más, así como yo lo deseo, no vengas a decirme que no eres bueno para mí y toda la mierda que viene con eso

—Pero siento que es la verdad —susurraba con cierta tristeza—. Si no te veía hoy, realmente estaría en la cama de él en este momento.

Jungkook fruncia su ceño—. ¿Él es quien te arruinó todos esos anhelos?

SeokJin suspiraba, relamía sus labios y se acercaba para acariciar la nariz de Jungkook con la suya, tan cerca de sus labios, sus manos aún reteniéndolo allí.

—Estoy fallado, Yeobo... —susurraba las palabras que Kang Joon le había dicho—. Estoy roto

—Entonces déjame repararte —susurraba el pelinegro y luego besaba la comisura de sus labios—. Déjame curar las heridas que ese imbécil te causó... Eres mío ahora —decía finalmente.

SeokJin se sentía caliente por todas partes, su cuerpo respondiendo al calor y la proximidad del cuerpo ajeno. El aroma dulce del otro hombre lo tenía hechizado, la dulce voz también. Él había totalmente caído por Jeon Jungkook.

—Dilo otra vez —pedía, besandolo en la comisura de sus labios, devolviéndole el mismo beso.

—Eres mío —repetía Jungkook y luego atrapaba su labio inferior entre sus dientes y lo retenía allí mientras que sentía los dedos del barman apretarse en su cadera y los otros enredarse en sus hebras, luego chupaba y lo soltaba.

Las piernas de SeokJin se sentía como gelatina ¿Qué carajos? ¿Cuándo había dado tanto poder a ese chico?

— ¿Y si digo que no? —soltaba con voz ronca.

Jungkook abría sus ojos y ambos se miraban, muy de cerca, muy intenso.

—Tú no puedes decirme que no —susurraba.

Y entonces lo atraía hacia él y tomaba los labios de Jungkook con la misma desesperación que con la que el otro hombre respondía. Respiraciones agitadas en un santiamén mientras se besaban como si el mundo fuera acabar, él también aprovechaba y metía una de sus manos dentro de la ropa de Jungkook y tocaba su piel, la piel firme y los músculos tensos.

—Te necesito desnudo —susurraba SeokJin en su boca.

Jungkook sonreía mientras SeokJin dejaba su boca para ir a su cuello y chupetear con fuerza allí—. Estamos en la habitación de tu hijo...

—Oh, mierda... —SeokJin, se recomponía—. Eso fue un buen balde de agua fría —decía, viendo su entrepierna disminuir.

Jungkook reía, echando su cabeza hacia atrás, pero aún sosteniendo a SeokJin cerca, dejaba de sonreír cuando sentía los suaves labios de SeokJin besar su manzana de Adán. Suspiraba tembloroso y se aferraba otro poco, gimiendo suavemente.

— También te necesito desnudo, encima de mí. Dentro de mí —susurraba.

SeokJin gemía y lo presionaba otro poco mientras mordía su lóbulo.

Jungkook suspiraba y acariciaba su cabello en la nuca, justo donde lo sostenía cerca—. Tragedy —susurraba.

SeokJin salía de su cuello—. ¿Qué?

—La canción en tu auto "Tragedy" ... ¿Me estabas dedicando otra canción para alejarme de ti y a la vez pedirme que no lo hiciera?

SeokJin relamía sus labios, pasaba saliva y con lentitud asentía. Jungkook lo miraba con ojos de amor.

—Si vuelvo a decir que no eres el indicado para mí, no me creas... Solo es mi "yo" interior un poco vulnerable, intentando hacerte sentir como yo me siento, pero no me creas. No lo hagas —admitía, mientras acariciaba el rostro del barman.

SeokJin pasaba el nudo en su garganta y recordaba nuevamente una frase de la canción con la que se venía torturando esos días separado de Jungkook:

"Ámame a ciegas y nunca te vayas"

Quería decirle esas palabras, pero costaba que salieran de su boca, ponerla en una canción era más fácil. Parecía ser la única forma de comunicarse cuando no se sentía seguro. O mejor dicho, cuando tenía miedo, especialmente cuando notaba el brillo en los ojos de Jungkook y otra frase de la canción venía a su cabeza:

"Te dolerá para siempre. Si te enamoras de mí, sería una tragedia"

Pero Jungkook le sonreía y volvía besarlo con vehemencia y dedicación, mientras que su estúpido corazón se volvía loco.

Perdón perdón, salió súper largo. Sepan entenderme. Me disculpo por el cansancio que no me permite actualizarles más rápido, pero repito NO ABANDONÉ NINGÚN FIC...

Si ven errores me disculpo, son 11+mil palabras 😬😳

Se me había olvidado ponerles la canción del capítulo!!!! Perdón, ya está

Con amor niñita NanyKoo ❤️

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