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Jungkook ebrio, era bueno besando. Jungkook sobrio, era un maldito huracán. No le estaba permitiendo al castaño respirar fuera de su boca, su lengua se inmiscuia en su cavidad y arrasaba dentro de ella, sus dientes mordían sus labios mientras gemía un suave "mmm" en demanda, para que abriera más su boca, para que se lo devorará de la misma manera.

SeokJin hasta entonces solo estaba decidido a recibir mientras su juicio se nublaba completamente y la negación a Jungkook se drenaba de su cuerpo. Sus manos seguían sosteniéndolo firme de la cintura, pero finalmente se ponían en verdadera acción, girando y dando a Jungkook contra su puerta con suma delicadeza que el pelinegro, jodidamente, no esperaba. Éste había abierto sus ojos listo para que SeokJin no volviera con sus palabras negativas y de rechazo, pero contrario a eso, el barman metía las manos desesperado bajo la tela de la parte superior de su prenda y arañaba suavemente con sus uñas cortas. Jungkook jadeaba más fuerte en su boca por aquella caricia que solo lograba volverlo más loco, imprudente y necesitado.

—Jin... Quítame esto —pedía, con dedos temblorosos que hacían referencia a su remera blanca.

SeokJin tenía las pupilas dilatadas, los ojos brillosos y mirada candente que estaba quemando a Jungkook. Era como el primer momento de lucidez luego de estar torturando al otro y Jungkook lo veía, nuevamente tan pensativo y listo para alejarse.

—No pienses demasiado —pedía, acercándolo más y desprendiendo la camisa negra con verde que SeokJin llevaba—. Dijiste que con más de diez cervezas cada uno, cedías.

SeokJin parpadeaba y notaba los dedos temblorosos del pelinegro, luego relamia sus labios—. No tomamos más de diez cervezas aún...

Jungkook reía de lado y lo miraba, victorioso de abrir la camisa del barman de par en par.

—Exacto, no estoy ebrio como para no saber que estoy haciendo y ya admití la parte más importante que venía negándome estos meses —se encogía de hombros—. Me gustas, está hecho...

SeokJin resoplaba y fregaba su rostro, se alejaba un poco y eso dejaba a Jungkook la chance de quitarse su prenda superior. El barman necesitaba respirar con lentitud para procesar la imagen de Jungkook semi desnudo otra vez, frente a él.

—Eres bastante decidido cuando quieres algo ¿cierto, Yeobo?

Jungkook sonreía—. Y cuando quiero a alguien, mucho más decidido de lo que imaginas... Yeobo —susurraba Jungkook, sintiendo sus mejillas arder.

Y efectivamente el color rosado pintaba su bonita rostro y aquello era como un golpe bajo—litetalmente—para SeokJin, quien se abalanzaba nuevamente, más decidido y esta vez, si golpeaba la espalda de Jungkook a la superficie de su propia puerta. Pero el pelinegro solo gemía complacido de ser besado nuevamente de esa forma y se encargaba de abrir la camisa de Jin y quitársela.

Cuando su piel se rozaba con la del barman suspiraba y gemía ahogado. La desesperación de tener la piel ajena frotándose a la suya lo tenía a punto del colapso. Era la primera vez, consciente, que Jungkook estaba haciendo esto. El primer beso, consciente, luego de tanto tiempo, había sido el que SeokJin le había dado frente a su ex compañero de clases. Jungkook realmente no recordaba el encuentro ebrio con SeokJin, pero luego de ese beso "salvavidas" Jungkook era esto... Estaba necesitado, con su cabeza volviendo una y otra vez a la boca de SeokJin, con su cuerpo deseando ser más apretado al contrario... Él quería esto, quería a SeokJin.

—Tu piel, joder... —soltaba, trazando sus dedos de arriba hacia abajo, bajo la atenta mirada del barman.

SeokJin no se sentía merecedor de esos ojos codiciosos, pero no podía evitar sentirse demasiado bien al tener a Jungkook viéndolo de esa forma.

— ¿Paramos? —preguntaba el castaño.

Jungkook lo miraba y fruncia el ceño—. De ninguna manera —setenciaba y lo tomaba de los anchos hombros para atraerlo por más besos y SeokJin... Ah, SeokJin ya había perdido la batalla, porque sus manos bajaban, por primera vez, hacia los glúteos de Jungkook y empujaba hacia arriba. El pelinegro entendía, daba un salto y enroscaba esas musculosas piernas en la cintura del barman.

Soltaba su boca y se encargaba de jugar con la oreja de SeokJin, tironeando de su lóbulo, suavemente, chupando y repitiendo. Su polla dura golpeaba el ombligo de éste y la polla del barman, se encontraba sufriendo en sus pantalones. Demasiado listos, demasiado desesperados, demasiado apasionados. No se recordaba tan duro por un par de besos y se consideraba bastante lujurioso, pero Jungkook era una cosa... Particular.

Como había pensando en un inicio, un caballero en público, un salvaje sediento de todo en la intimidad. Cuando subía la plataforma y arrojaba a Jungkook en la cama, cayendo él mismo encima, debido a que Jungkook no había desenroscado sus piernas... Un poco de risas había brotado de la garganta del pelinegro, dejando su cabeza caer hacia atrás, mostrando sus dientes de arriba y abajo con esa sonrisita torcida que SeokJin extrañaba porque solo la había visto una vez, pero ahí estaba de nuevo.

Jungkook abría los ojos y lo miraba, cruzaba un mirada extraña... Con algo más en el aire que solo hambre de sexo, pero no podían descifrarlo y Seokjin no se daba cuenta cuando su mano acariciaba el rostro de Jungkook con vehemencia y acomodaba su cabello ondulado un poco salvaje para esas instancias.

—Yeobo, yo no salí preparado —susurraba luego.

Jungkook cerraba inconscientemente sus ojos ante la suave caricia. Disculpenlo por seguir siendo mimoso y necesitado de afecto, su corazón se aceleraba aún más por la suave atención que se le estaba brindando. SeokJin no tenía pinta de ser la clase de tipo dulce que acariciaba o besaba demasiado, más del tipo que la ponía y sacaba y luego se retiraba. Pero podía estar equivocado, otra vez.

—Ah-... Yo-... —su propio mal pensamiento, le daba un tirón en la boca del estómago, pero tenía que dejar de juzgar antes de realmente conocer, porque al parecer SeokJin le estaba dando una imagen muy equivocada con todo eso del Playboy, ahí había más y Jungkook quería descubrirlo—. Tengo todo.

SeokJin suspiraba y apretaba su mandíbula, luego miraba que el pelinegro no lo soltaba aún—. ¿Me dejas buscar las cosas?

Jungkook volvía a reír, nervioso y caliente hasta los huesos. Asintiendo lo soltaba—. En la mesa de noche —señalaba, con un nudo en la garganta.

—Bien —SeokJin se levantaba y hacía tal cual, buscaba entre en el cajón y ahí estaba todo. Una botella de lubricante por la mitad y condones de varios tamaños. Frunciendo su ceño miraba a Jungkook—. ¿Esto no era para mi, cierto?

Jungkook apretaba sus labios—. No tenían rostro, en realidad. Para ser totalmente honesto y el lubricante... Bueno yo-... —Jungkook pasaba saliva.

SeokJin alzaba las cejas—. Qué linda imagen me acabas de dar —susurraba. Jungkook se teñía de todos los colores y eso hacía al barman, morder su belfo inferior.

Cuando este se enderazaba, dejaba las cosas sobre la mesa y comenzaba a desabotonar su pantalón.

—No, no. Espera, espera —Jungkook se sentaba al borde de esta y se acomodaba frente a él, tomándole de las caderas y relamiendo sus labios mientras subía su mirada brillosa, lujuriosa y algo inocente a la vez—. ¿Puedo divertirme un poco?

La sangre de SeokJin corría hacia al sur y hasta Jungkook podía notar que eso lo había puesto un poco más duro, su polla estaba totalmente dentro del juego, aunque su cabeza y corazón quisieran negarse. Jungkook sonreía de lado y terminaba el trabajo con el cierre del pantalón ajeno y luego, metiendo sus dedos en el elástico bajaba todo junto. SeokJin no quería reírse cuando toda su longitud por poco y chocaba contra el bonito rostro del chico, quería aún salir corriendo y decir: Jungkook, no. No, Jungkook... Pero cuando este relamia sus labios y lo miraba con hambre, se olvidaba que tenía que empujarlo y salir con su polla al aire, pero salir de ahí.

Las manos de Jungkook habían bajado las prendas lo suficiente para que el castaño quitara el resto con sus pies y así lo hacía. Claramente ya había dejado sus zapatos al inicio de esa noche, a un lado de la puerta del pelinegro, así que ahora estaba totalmente desnudo frente a un Jungkook que lo miraba sin tapujos, mejillas rojas, pero ojos bien negros.  Cuando hacía el primer movimiento, sus dedos trazaban líneas cuesta arriba de los muslos blanquecinos del barman.

Éste sentía los nervios que había sentido la primera vez que había estado con un hombre que, realmente le había volado la cabeza... La primera vez con él, con ese imbécil que le había roto el corazón luego de Nayeon, pero muchísimo peor, porque SeokJin ya tenía demasiadas cicatrices de la primera ruptura. Su corazón galopaba tan fuerte como aquella noche. Jungkook lo acariciaba sin apuro, mirándolo fijamente y luego cortando el contacto visual para dejar sus manos en las caderas del barman y luego inclinarse y pasar sutilmente su lengua de abajo hacia arriba.

—Kook~... —suspiraba sin aire.

Jungkook relamia sus labios, sintiendo el suave sabor almizclado y sus papilas gustativas se familiarizaban con este nuevo sabor. Jungkook no había tenido tantos hombres en su vida. Min Gyu había sido el primero, luego había estado con otro idiota que no lo valía, pero incluso en ese momento de sexo no se comparaba a este momento. Había más conexión con SeokJin y si se permitía ser sincero, diría que habían hecho click desde el día uno en que se habían encontrado en la cafetería aquella mañana.

Esto aquí, era diferente.

—Sabes bien —susurraba el menor, ahora tomando con su mano, la erección ajena.

—Mmm~... Si, tranquilo, aún no me pruebas realmente —respondía fanfarrón e intentando hacer esto de la forma más cruda y carnal posible.

No es como si se hubiera muerto de hambre en esos meses que veía a Jungkook desfilar con otros imbéciles. En absoluto, SeokJin tenía una agenda con varios afortunados que decían "sí" al primer "Hola" que enviaba o inclusive, nuevos pretendientes, pero este encuentro con Jungkook... No había comparación.

La lengua del pelinegro salía con cierta timidez y se llevaba lo poco que había derramado SeokJin entre tantos besos y caricias compartidas, su lengua pasaba por la hendidura con una fuerza justa y SeokJin apretaba sus puños.

—Puedes tomarme del pelo —mencionaba con suavidad y el barman obedecía, despejando la frente del chico y aferrando sus largos dedos a sus ondas negras—. Ni tan suave, ni tan fuerte —pedía.

SeokJin asentía cual estúpido hechizado y luego Jungkook procedía a sonreírle de lado y para su sorpresa, abría su boca, llevando esta hacía su glande, chupando poco más de la mitad, con intensidad y logrando que los dedos de la punta de los pies de SeokJin se curvaran, mientras siseaba al respecto.

—Ok, tranquilo o harás que me corra y eso sería vergonzoso —susurraba.

Jungkook se relamia los labios por enésima vez. Luego todo dejaba de ser lento y se disponía a hacerle un verdadero oral al tipo que, seguramente tenía muchos amantes con los cuales compararlo y Jungkook era competitivo, no quedaría fuera del top cinco. Así que lo siguiente que le siguió fue una serie de movimientos tortuosos mientras masturbaba a Jin y lamía parte de la base de su erección y consigo sus bolas. SeokJin iba a maldecir pronto si seguía metido allí, chupando de esa forma tocándolo de esta otra, entre delicado, ansioso y algo torpe.

Sus dedos peinaba a Jungkook constantemente y no quería verlo, no quería recordar cómo se veía entre sus piernas, pero ahí estaba, embobado y encandilado por la forma en que su polla estiraba los finos y bonitos labios tentadores de Jungkook. Por la saliva segregada a los lados de la comisura de sus labios y estos estaban rojos, mientras sus ojos brillaban.

—Precioso, dios. Te ves hermoso —soltaba ronco, conteniendose de follarle la boca cual desquiciado.

El pelinegro asentía mientras gemía, era ruidoso con la polla ajena llenando su cavidad, así que relajaba su garganta e intentaba hacer que...

— ¡Aagh, joder! —los ojos de SeokJin giraban por poco al compás que su cabeza caía hacia atrás y sus piernas temblaban.

«Si, eso quería» pensaba el menor, aún salivando a los lados de su boca y ahora sus ojos llorosos. SeokJin se recomponía y lo miraba.

—Hasta aquí te dejo divertirte —susurraba ronco.

Jungkook relamía sus labios y se sorprendía cuando el cuerpo del barman se tiraba encima de él, total y gloriosamente desnudo, Jungkook no sabía dónde tocar. Solo podía abría su boca y recibir la lengua furiosa de Jin, arrasando dentro de su cavidad, mientras sus hábiles dedos se deslizaban entremedio de ambos y sentía como desprendía su pantalón. SeokJin era experto, Jungkook no se sorprendía, de hecho disfrutaba al sentir esos labios dejarle con ganas, pero comenzar a mordisquear su mentón, cuesta abajo, por su cuello—los dedos se inmiscuian en la cinturilla de su bóxer—y cuando creía que esa boca comenzaría a trabajar sus pezones, SeokJin se encargaba de quitarle el pantalón y ropa interior de un tirón que lo hacía jadear.

Repentinamente desnudo frente a Jin, totalmente expuesto y jodidamente caliente y excitado. Ahora sus antebrazos le sostenían en la cama de no estar descansando por comppleto recostado y podía ver esos ojos recorrerlo por cada rincón. Agradecía tener buena alimentación y un cuerpo del que no se avergonzaba, porque la mirada caliente e intimidante de SeokJin, lo hacía sentirse repentinamente pequeño. Cómo la presa de un lobo hambriento.

—Me gusta que me mires... Pero ¿piensas hacer algo? —preguntaba con su garganta sensible y un nudo en esta.

SeokJin volvía a la realidad, relamia sus labios y asentía, tomaba el lubricante y lo dejaba por encima de la cabeza de Jungkook, se inclinaba y quedaba encima del chico, lentamente conectando su muslo izquierdo al derecho ajeno, sus codos a los lados de la cabeza de Jungkook y...

—Aaah... —Jungkook encorvaba su cintura y ahí estaba, el primer roce de ambos miembros.

SeokJin bajaba la vista y los veía, pero antes de hacer nada, tomaba el lubricante, se echaba en su mano y la metía ente ambos.

—Despacio... No me apretes demasiado —pedía Jungkook, con una voz quebrada—. Quiero durar.

Sus ojos eran un ruego entre caliente e inocente, encendiendo a SeokJin en parte iguales, así que obedecía, los masturbaba suavemente a ambos, haciendolo una jodida tortura, pero Jungkook entrecerraba sus ojos y lo miraba con ese porte tan lujurioso que, SeokJin se encontraba dando suaves caricias a ambos falos y Jungkook mordía su labio, sonriendo apenas, sintiéndose demasiado crudo y conectado al hombre encima de él.

Así que lo besaba, una vez más, fuerte, intenso. SeokJin los soltaba, se dejaba besar y apretar un poco más, hasta que sus labios viajaban al cuello de Kook, luego sus labios marcaban sus clavículas y descendían con besos apasionados cuesta abajo. Jungkook no podía creer que ese hombre le estuviera besando con tal dedicación y delicadeza. Se sentía mareado, volando ante la sensación escalofriante de la lengua ajena por su piel, de esos besos que llegaban a su abdomen bajo y lo ponían más duro. Jin, el bastardo estaba ignorado su polla goteante.

Pero lo besaba tan dulce en la zona de la pelvis, sus muslos entremedio de sus piernas. Jungkook podía confundir tranquilamente ese momento de sexo como mucho más que solo eso. Él había tenido sexo sin compromiso, pero esto era... Era otro nivel del intimidad y dulzura.

«Me está volando la cabeza» pensaba perdido, abriendo sus piernas y finalmente sintiendo la mano de SeokJin rodear su longitud y masajear verticalmente mientras sorbía una de sus bolas y luego la otra, el maldito bastardo sabía lo que hacía. Jungkook encorvaba su cintura y gemía suavemente, quebrado. Dejando caer sus cabeza hacia atrás, rogando, pidiendo y...

SeokJin ponía ambas piernas en sus hombros y levantaba a Jungkook para pasar un fugaz lengüetazo en su entrada. El pelinegro había temblado, mordiendo su labio y abriendo sus ojos. Ahora veía como SeokJin tanteaba el lubricante mientras volvia a besar sus muslos y glúteos, al notar que no lo alcanzaba lo arrojaba más cerca.

—Hazlo, rápido... —pedía.

SeokJin se levantaba de entre sus piernas y lo miraba juguetón.

—Deja a un hombre tener su diversión también, Yeobo.

Jungkook sonreía sonrojado, tapando su rostro con sus manos y escuchando el sonido de la botella abrirse, movimientos por aquí, por allá... Más besos dulces, dios, Jin era tan dulce. Lo trataba como si fuese de porcelana.

Jungkook no lo notaba, pero el barman estaba temblando mientras arrojaba el líquido aceitoso en sus dedos y luego pintaba la entrada del pelinegro quien, había suspirado sonoramente. SeokJin lo había sentido temblar.

— ¿Quieres parar? —preguntaba.

Jungkook elevaba la parte posterior de su cuerpo y negaba.

—No, no quiero —afirmaba y luego tiraba de SeokJin, tomandolo de su cuello y lo besaba otro poco más, no teniendo suficiente. Más besos, más lengua y un dedo que se inmiscuia por primera vez dentro de sus glúteos—. ¡Aah!... Oh, ok.

— ¿Duele?

—No, no —se apresuraba Jungkook a responder—. Es solo que hace mucho nadie m-me toca... Ahí, en general... A mi.

SeokJin relamia sus labios y asentía, mentiría si dijera que no le calentaba la sangre saber eso—. Dijiste algo similar la primera noche juntos —susurraba, trazando círculos hasta abrir las paredes musculares de Jungkook y meter su dedo en su apretado agujero.

Jungkook se estremecía notoriamente y apretaba sus dedos contra los hombros de SeokJin.

—Recuéstate —ordenaba el barman, Jungkook obedecía. Ahora el dedo del castaño, podía follarle mejor en ese ángulo.

Solo trazando superficiales círculos dentro para dilatarle. Jungkook apretaba sus ojos, suspiraba y abría sus piernas cuando sentía por primera vez, la lengua húmeda ajena, trazar una línea vertical desde la base hasta el glande de su polla. De nuevo, Jungkook temblaba, anticipándose, luego SeokJin comenzaba algo así como a besarse con la polla erecta del pelinegro, porque comenzaba a chupar por arriba, sin mucha fuerza, más bien para torturarlo y sentía el sabor de Jungkook, ya que había desprendido más de su esencia en esas caricias y las estimiliciaciones que estaba recibiendo en su entrada, ahora usurpada por dos largos dedos.

—Oh, mierda... —excalamaba el bonito chico.

"Mmhpm" recibía en respuesta, porque la boca de este se encontraba comiéndose su polla y ahora Jungkook tenía un gran dilema, empuajarse hacia atrás a los dos dedos estirandolo o hacia adelante para follar la bonita boca de SeokJin. Abría sus ojos y miraba hacia abajo, no podía perderse la vista de ese barman apodado "Playboy culo engreído", haciéndole una mamada. Pero de nuevo, todo se veía demasiado irreal, notaba como esos brazos tatuados y la mano libre, también con dibujos, de Jin acariciaba cuesta arriba y atrapaba uno de sus pezones.

— ¡Si! —de acuerdo, aquello había sido más alto de lo esperado, pero es que era tan sensible y SeokJin tan bueno. Pero el verdadero show se desataba cuando su punto dulce era tocado—. ¡Ahí! ¡Joder!
... joder, joder —soltaba, retorciéndose y sollozando porque así como otro dedo era insertado para follarle ahora con tres, la boca de SeokJin se lo estaba devorando con dedicación.

Un poco más de tortura entre risas o llantos, el barman no estaba seguro, pero le gustaba lo quebrado que la dulce voz de Jungkook sonaba en ese estado tan sucio, precioso y perfecto. Un poco más de tortura, otro poco de ruego y Jungkook lo pedía.

—A tí, dentro de mí, Jin —susurraba—. Por favor, por favor. No voy a durar mucho —soltaba sonrojado.

SeokJin lo dejaba de repente, buscando un condón, abriéndolo casi desesperado y volviendo a cruzar otra mirada con Jungkook.

—No te detengas, continua. Imbécil —susurraba sonriente, pero casi y por poco acabado.

Cuando se encontraba listo y enfundado, Jungkook abría las piernas, tiraba de él y lo besaba, otra vez. Más lento, más profundo y sin cortar ese contacto, SeokJin se acomodaba, empujaba y Jungkook, lo devolvía el beso más rápido, más fuerte... Otro empuje y sentía las musculosas piernas del pelinegro apretarle junto con unos gemidos que estaba tragando mientras lo besaba.

Finalmente empujaba la mitad de miembro dentro y Jungkook dejaba caer su cabeza hacia atrás, mientras se sostenía de él, fuertemente.

—Sigue, sigue... —pedía. SeokJin lo hacía, más lento, cuidadoso y con sus labios carnosos e hinchados, separados, mientras veía cada bonita mueca en el rostro de Jungkook.

Notaba el sudor en su frente, en sus hebras onduladas y largas, en sus clavículas marcadas. Y luego notaba el brillo en sus pestañas húmedas mientras sus ojos estaban cerrados. Su corazón se aceleraba, reaccionando entre tanto placer que estaba sintiendo al estar en el interior de Jungkook, completamente apretado.

—¿Estás bien? —una de sus manos viajaba a la mejilla humedecida del pelinegro—. ¿Te hice daño?

Jungkook negaba rotundamente, sacudiendo su cabeza y apretando sus ojos.

—Solo es esta sensación que me quema —susurraba—. Es buena y mala... Eres muy intenso para mí.

SeokJin lo veía sorprendido ante la confesión, Jungkook le sostenía la mirada y cuando levantaba sus caderas para retroceder, empalaba a Jungkook con una fuerza justa—no era ni muy rudo ni muy suave—pero de todas formas lo doblaba del placer y ardor al mismo tiempo. Jungkook estaba seguro que estaba viendo la estarellas bajo sus párpados, pero no había podido evitar aferrarse más fuerte y pedir por más.

SeokJin, muy obediente y complaciente, lo hacía, volvía a embestir y luego de eso, todo era una nube de sudor, sonidos obscenos. Gemidos quebrados, ruegos... algunos palabras fuertes. Sudor, olor a sexo y era perfecto. A Jungkook le gustaba todas las sensaciones que sentía en su interior, exterior y en el bonito desorden que era su cabeza. SeokJin por su parte, creía que embistiendo más duro, besando más fuerte, marcando con empeño.... Agotaría sus ganas por el pelinegro y dejaría todo aquí, en esta cama. En esta noche y en este solo encuentro que lo estaba haciendo sentir demasiado volado, drogado... Muy alto, muy lejos.

Jungkook estaba siendo igual de intenso para él, hasta que finalmente gemía ronco y apresurado que estaba cerca. El pelinegro no podía aguantar más o sentiría que se moriría si seguía aguantando su orgasmo cuando Jin golpeaba una y otra vez su glándula, volviéndolo loco de placer... Debilitando sus piernas, haciendo que todo un cosquilleo comenzará desde su nuca, bajará por su columna hacia su bajo vientre y luego se asentará en la base de su polla, listo para explotar intensamente... Tan al punto de que su propia esencia era bien lechosa, espesa y en gran cantidad, incluso su propio mentón había sido blanco de su disparo.

Claro, aparte de ambos vientres y pechos. SeokJin apretaba sus ojos del placer cuando sentía como el interior de Jungkook se cerraba sobre su dura longitud, tan cerca, mareado con un Jungkook tembloroso bajo su cuerpo y sus dientes apretados... Más embestidas furiosas.

—Ya-... Ah...

—Sobre mi, termina sobre mi —pedía Jungkook, entre los espasmos de su propio orgasmo.

SeokJin asentía con sus dientes bien apretados, golpeaba un poco más, sobre estimulando a Jungkook y finalmente salía, quitaba el condón y lo arrojaba no muy lejos, se masturbaba con unos últimos tirones encima de un Jungkook que se sentaba y abría la boca sacando su lengua, viéndose jodidamente perfecto y sensual. Sorprendiendo demasiado al barman con su imagen tan erótica cuando tomaba toda la corrida suya en su boca, mentón, cuello y pecho.

—Sss... Oh, eres increíble —susurraba SeokJin, tironeando una última vez, pero antes de quedar completamente vacío, Jungkook hacía un rápido movimiento y aproximaba su boca para chupar hasta dejarlo vacío—. ¡Carajo, Koo-...!

Las manos de SeokJin se habían aferrado con fuerza el pelo de Jungkook, no quería tirar, pero sus rodillas estaban débiles, su estómago burbujeante y Jungkook chupaba ávidamente todo su contenido mientras lo miraba con sus ojos inyectados en lujuria pura, hasta que lo sentía aflojarse en su cavidad. Cuando Jungkook soltaba, sus dedos estaban clavados a la caderas de SeokJin y lo miraba boquiabierto, como si luego de toda la pasión desencadenada, se estuvieran viendo realmente.

Y era extraño.

Después de un mortificante silencio, el pulgar de Jin pasaba por su comisura y limpiaba una mínima mancha de su propia esencia. Se inclinaba, empujaba a Jungkook para que se recostara y comenzaba a barrer con su lengua la esencia de este que, aún tenía pegada sobre su abdomen y pecho, inclusive, chupando cuesta arriba, había quitado con su lengua lo que había quedado en el mentón de Jeon.

Éste cerraba sus ojos mientras volvía a enredar sus piernas a las caderas de SeokJin, llevaba sus manos al pelo sudoroso del barman, levantaba su rostro y buscaba su boca. Dios, SeokJin nunca había besado tanto en sus años de soltero lo que había besado a Jungkook en una noche. Pero eso no lo diría, bien porque podría incomodar al chico y porque no quería hacerle saber que no besaba mucho en el sexo, de hecho poco y nada. Pero besarlo s él, besar a Jungkook era... Perfecto.

—Mis labios... Creo que están muy hinchados —susurraba sobre los belfos del pelinegro.

Jungkook se reía y lo miraba—. Mmm, para morderlos un poco más... —pero a diferencia de eso, besaba sutilmente a SeokJin, desenroscaba sus piernas y lo soltaba. Dándole a elegir quedarse encima de él o salir. Y cómo era de esperarse, SeokJin caía a su lado y ponía su antebrazo sobre su frente, suspiraba e intentaba recobrar el aliento.

Jungkook se giraba para verlo y no podía evitar llevar su mano al pecho del barman. Nuevamente daba suaves caricias mientras veía como SeokJin lo atraía con su brazo libre para dejar que se acurrucara a su lado. Jungkook lo hacía con una sonrisa en su rostro, enredando su pierna a la del castaño y abrazando su cintura mientras metía su nariz bajo los brazos de SeokJin para sentir su olor.

Era fresco, desodorante de menta, perfume entremezclados y el olor a sudor de su cuerpo y el suyo. A Jungkook le gustaba la mezcla.

—Hueles bien... —susurraba, besando el hombro del barman.

SeokJin quería obligarse a sí mismo a sentirse incómodo, pero la incomodidad de ese tipo no llegaba, de hecho parecía familiarizarse rápidamente con lo que fuese que Jungkook hiciera.

Una risa seca brotaba de sus labios, quitaba su brazo de su rostro y veía a Jungkook apoyado sobre su hombro, luego se movía y escondía su rostro en el cuello del chico y aspiraba fuertemente, provocando algunas cosquillas.

—Tú hueles bien, muy bien —soltaba ronco, provocando cosquillas en la zona.

Luego se ponía de lado, frente a frente del chico, acariciaba su rostro y acomodaba su pelo.

—Me iré —setenciaba con un nudo en su estómago.

Jungkook fruncia su ceño y un deje de algo parecido a la decepción era lo que Jin podía ver que, pintaba su rostro.

—No —afirmaba—. Dormirás aquí

—Jungkook-...

—No pienso abrirte mi puerta, no saldrás... Y no me tienes que prometer nada, solo... —Jungkook sentía un nudo en su garganta—. Solo duerme conmigo.

SeokJin suspiraba, la preocupación abordaba todo su cuerpo como un peso muerto cayéndole encima y abrazaba a Jungkook más fuertes para que se quedará acurrucado entre sus brazos, sobre su pecho. Estaba cansado, muy agotado, no quería una discusión con el pelinegro y no quería hacer el encuentro más agridulce de lo que ya era, así que cerraba sus ojos, tiraba del cobertor que Jungkook tenía en la punta de la cama y los tapaba a ambos.

Ya aclararían cuentas más tarde o mañana por la mañana, cuando su cuerpo no se sintiera tan cálido y como si perteneciera justo al lado de Jungkook, enroscados en su cama luego del mejor encuentro intimo al que solo llamarle "sexo" parecía insultante para tanta intensidad.

Esta enamorao el chango —diría mi madre.

Bueno bueno, hoy me vacune y mañana no trabajo porque chi, así que les dejo este capítulo pa' celebrar y finalizar la ronda!

"""FIN DE RUEDA""""
EROTOFONOFILIA ✅ 27/6
ANATEMA ✅ 28/6
REMEMBER ME ✅ 01/07
HOLA, SOY VANTE ✅ 04/07
UPSÍDA ✅11/07
ILLECEBRA ✅ 18/07
¿Y SI DIGO QUE NO? ✅21/07

Con amor Niñita Nany 💜

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