Capítulo 25 El Regreso

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El 7 de Enero, todos estaban regresando a clases.
Mike y Andrew, estarían cumpliendo su castigo.

-Ve con tú mamá pequeño –Stephen pasó el bebé de juguete a Yessabell, mientras tomaban su almuerzo.

-Eres un padre irresponsable –Tomó al muñeco –Apenas llevas una hora con él y ya me lo estás regresando.

-Yo lo tendré en el entrenamiento, no te quejes –Explicó Stephen tomando un sorbo de refresco.

-Ok yo lo cuido, cuanto daría por verte con él en el entrenamiento –Admitió riendo.

-No te burles Yessabell, que a mí también me toca cuidar al mío –Intervino Robert un poco triste.

-Cariño no te preocupes, que ya me tocará a mí pasar algún ridículo con él –Añadió Fanny con el bebé en sus brazos.

Pronto los chicos dejaron de quejarse de cuidar a los bebés, pues para Marzo, el tiempo de ser padres se había terminado y el ensayo sobre toda experiencia adquirida se tenía que entregar, antes de terminar el año escolar.

–Recuerden que solo tienen tres semanas, antes de terminar el año escolar -Apuntó la profesora González, en la primera semana de Junio –Ya saben que no hay examen final, solo el ensayo. Así que sean puntuales y entréguenlo en esta semana. Para que puedan tener su calificación a tiempo.

La campana sonó y todos comenzaron a salir.

-Disfruten su fin de semana –Anunció la Sra. González, antes de salir.

-¿Te parece si voy en la tarde a tu casa? –Preguntó Stephen mientras llegaban a la puerta.

-Claro, a las cinco estaría bien, podemos terminar el trabajo de una vez y de paso, me dices eso tan importante que no has podido contarme –Aceptó Yessabell mientras salían a la clase de cocina.

Fanny y Robert se habían adelantado. La sorpresa fue cuando Yessabell llegó al salón de cocina.
Mike estaba recargado en la pared, esperándola antes de que entrará.

-Yessabell ¿Podemos hablar un minuto?

Yessabell volteó a ver a Stephen, no sabía si hablar con Mike o no, Logan le pidió mantenerse alejada y eso había hecho. Mike al igual que Andrew, había pedido perdón por la escena en el estacionamiento, tal vez más veces de las necesarias.

-Solo un minuto, la clase va a comenzar –Advirtió Stephen mientras entraba al salón, sin apartar la vista de Mike.

-Solo necesito pedirte disculpas nuevamente –Comenzó en cuanto Stephen entro al salón –Sé que ya lo he hecho antes, pero de verdad necesitamos tu ayuda para el examen final de cálculo, solo un día por favor –Suplicó juntando las palmas.

-Mike… creeme que quisiera ayudarles, pero yo no… -Volteó a su derecha y vio al Chef Barone aproximándose –Mira, llámame cuando terminen las clases, tal vez podamos arreglar algo –Aceptó ella al ver la mirada de súplica en Mike.

-Gracias Yessabell –Mike le sonrió ampliamente con satisfacción -Te llamaré más tarde, tal vez podemos quedar en el Café Tok´s –No dejaba de son reír esperanzado.

-Sr. Strong, su padre lo está buscando –Informó el Chef Barone en cuanto llego a ellos. –Srta. Lovato, entremos a clase.

-Claro, nos vemos Mike –Yessabell caminó al salón, Mike se fue y el Chef Barone entró detrás de ella.

-Ok clase –Anunció el Chef Barone, cuando se paró detrás de su escritorio –Necesito que los capitanes de cada equipo, me traigan sus tablillas de calificaciones, mientras los demás comienzan con sus recetas.

Yessabell, Jack, y otras cuatro chicas se acercaron al escritorio del Chef.

-Bien Yessabell, tu equipo es el último –Dijo el Chef Barone, cuando Yessabell paso al final a su revisión. –Veamos –El Chef reviso la tablilla del equipo de Yessabell –Tienen el mejor puntaje de la clase hasta ahora, solo necesitamos las últimas dos recetas y seguro que esos créditos extra, serán suyos.

-Muchas gracias Chef, seguro que tomo la clase el próximo año –Aseguró sonriéndole, para después regresar a su mesa.

-Yessabell, ayudanos con el relleno –Pidió Fanny, mientras ella y Robert cortaban unas manzanas y Stephen terminaba la base del pay.

-Claro –Yessabell tomó una barra de queso crema y un recipiente de
vidrio y los llevó al microondas, para derretirlo.

Unos minutos después, regresó a su mesa y coloco un poco de limón al recipiente de vidrio con el queso crema, algo de leche evaporada y algunos huevos, por último colocó leche.

-Voy a lavar los utensilios, mientras terminan de rellenar –Anunció Yessabell llevándose el recipiente de vidrio, la tabla para picar y un cuchillo pequeño.

-Claro -Aceptó Robert limpiando la mesa.

-Siempre te encuentro aquí –Dijo Trevor detrás de ella.

-Creo que siempre nos toca el proceso de lavado –Confesó en broma.

-Yessabell… yo quería preguntarte… ¿Te gustaría salir… algún día? –Preguntó Trevor mientras terminaba de lavar dos tazones.

-Trevor, yo no…

-Sé que tienes novio y eso, pero me refiero a una salida de amigos –Aclaró Trevor rápidamente.

-Lo siento, pero aun así sería como darte esperanza y no quiero hacer eso –Yessabell tomó sus cosas –De verdad lo siento Trevor -Regresó a su mesa.

-Te falto este –Stephen le pasó un tazón.

-Claro –Yessabell lo tomó sonriéndole de mala gana –No tardo.

Cuando Yessabell llegó al fregadero, Trevor seguía ahí.
Fue incomodo, pero lavó su tazón rápidamente y lo secó.

-Yessabell, no fue mi intención ofenderte –Se disculpó antes de que Yessabell se fuera.

-Trevor, no me ofendiste, enserio –Volteó a verlo –No pasa nada, estamos bien.

Trevor la miro fijamente con una media sonrisa.

-Estamos bien –Repitió y se acercó a ella tomándola por sorpresa.

La besó desesperadamente y Yessabell lo empujó dándole una fuerte bofetada.

-¡No vuelvas a hacer eso! –Gritó tan fuerte que toda la clase quedo en silencio, mientras volteaban a verlos.

Yessabell regresó rápidamente a su mesa. Trevor corrió atrás de ella.

-A mí nadie me rechaza –Murmuró entre dientes enfurecido, dando largos pasos para alcanzarla –Esto no se va a quedar así.

-¿Qué sucede aquí? –Preguntó el Chef Barone detrás de Trevor, haciendo que ambos se detuvieran.
Yessabell se sentó en su lugar, molesta, triste y frustrada.

-Trevor me estaba molestando –Contestó intentando contener las lágrimas.

-Sr. Thomas, venga conmigo –Pidió el Chef señalando con la mano a su escritorio y Trevor se fue – ¿Está bien Srta. Lovato? –Preguntó antes de irse.

-Sí –Contestó apenas audible.

-Bien, si necesita algo, no dude en pedirlo. –El Chef Barone se fue a su escritorio para hablar con Trevor.

-¿Estás bien Yessabell? –Preguntó Stephen preocupado.

-Sí -Contestó mientras guardaba sus cosas.

La campana sonó y salió corriendo a su clase de coro.
Después del ensayo con el coro, para la última presentación en la graduación del tercer año. Logan dejo a Yessabell en su casa, para después ir al campus universitario a ocho horas de donde vivían.
Yessabell no le comento nada de lo que paso con Trevor, sabía que Logan dejaría todo y lo buscaría, ella no quería arruinar los planes de su novio.
Así que cuando llego a su casa, se soltó a llorar por un buen rato, después intento reponerse y arreglarse, para terminar su trabajo con Stephen.

A las 4 Yessabell recibió la llamada de Mike.

-¿Hola? –Preguntó Yessabell al no reconocer el número.

-Hola Yessabell, habla Mike –Contesto él al otro lado de la línea.

-¡Oh! Mike ¿Necesitas algo? –Preguntó intentando no sonar impresionada por su llamada.

-Claro ¿Recuerdas que me dijiste que podíamos estudiar? –Preguntó Mike con entusiasmo.

-Cierto… lo había olvidado –Contestó más tranquila.

-Los chicos y yo nos preguntábamos, si podrías venir al Café Tok´s, ya sabes, el café en el centro –Pidió un poco esperanzado.

-Sí, está bien ¿Necesito llevar algo? –Preguntó Yessabell.

-No, tal vez solo una calculadora y un cuaderno -Contestó Mike sin darle mucha importancia –Nos vemos a las cinco en el café.

-Ok –Yessabell colgó.

Mandó un mensaje a su mamá, como de costumbre, lo hacía a cada hora avisándole donde estaba y con quién. Tomó un pequeño cuaderno, una calculadora y algunos lápices, los metió en su bolso, junto con sus llaves, celular y un poco de dinero.

A las 5 en punto llego al café, pero no vio a nadie, entonces recordó que Stephen estaría en su casa buscándola. Sacó su celular y lo llamó.

-¡Hey, Stephen! –Dijo en cuanto Stephen tomó la llamada.

-Como la canción –Recordó él riendo.

-¿Qué? –Preguntó ella sin entender el chiste.

-Como la canción de Taylor Swift, ¡Hey Stephen! –Explicó él intentando hacer que Yessabell entendiera.

-¡Ah! Ya… como sea, llamé para decirte que estoy en el Café Tok´s, así que no vamos a poder terminar el trabajo, te parece si lo dejamos para las siete, seguro que para esa hora ya regrese –Pidió Yessabell mientras levantaba la vista, buscando a Mike o a cualquiera de sus amigos. En lugar de eso, solo vio a Frida en la barra pidiendo una malteada.

-Ok, no hay problema, pero mandame un mensaje en una hora, porque seguramente vas a verte con Mike y sus amigos, para la dichosa asesoría y solo quiero saber que estas bien –Pidió Stephen con verdadera preocupación.

-Te pareces a mi madre –Confesó rodando los ojos -Descarga el localizador de GPS y estarás más tranquilo –Sugirió mientras Frida se acercaba con dos malteadas a su mesa.

-Ya que lo sugieres, lo haré. Lo digo en serio –Confirmó seriamente.

-Claro, me tengo que ir –Yessabell vio a Frida sentarse enfrente de ella y ofreciéndole una malteada. Colgó de inmediato y no supo que decir.

-Me gustaría hacer las paces –Explicó Frida al ver la expresión de Yessabell –No sé qué es lo que te gusta, pero esta malteada de café es buenísima –Acercó el vaso a Yessabell.

-Gracias, no debiste molestarte –No sabía cómo responder ante el ofrecimiento de Frida, tomó un sorbo de la malteada y realmente sabía bien, por lo que tomó un poco más –No está mal.

-Sabía que te gustaría… también vine porque Mike me pidió que te dijera que no llegará, que es mejor que vayas a su casa, algunos chicos ya están ahí y siendo sincera… yo también necesito algo de asesorías.

-¡Dios! Debió avisarme antes, no sé dónde vive –Admitió Yessabell mientras terminaba su malteada.

-No hay problema, yo te llevo, traigo mi coche, vamos –Se levantó y Yessabell la siguió.

Frida tenía un pequeño Fiesta, regalo de cumpleaños. Yessabell subió al asiento del copiloto y Frida manejo tranquilamente, rumbo a una zona residencial a las afueras del pueblo.

La carretera estaba un poco sola, todo lo que se podía ver, eran árboles y amplios pastizales y alguna que otra granja a unos kilómetros de distancia de la carretera.

Yessabell comenzó a sentir un poco de sueño.

-Frida… tienes un poco de agua… me siento cansada.

-Claro, en la guantera hay una botella –Señaló viendo la carretera.

Yessabell buscó en la guantera y encontró una pequeña botella de agua.
La bebió toda y logró mantenerse un poco despierta.

De pronto, unas luces cegadoras llegaron al parabrisas. Frida frenó rápidamente. Dos personas vestidas de negro, descendieron del vehículo de enfrente. Una de ellas abrió la puerta de Frida y la sacó a jalones, ella solo grito. La otra persona abrió la puerta del lado de Yessabell.

-¡Suéltame! –Gritó, pero el cansancio no le permitió luchar mucho.

Eso y el pañuelo que el sujeto arrojó sobre su nariz, humedecido de una especie de calmante que la hizo dormir.

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