Capítulo 27 Más

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Mientras Yessabell y Frida habían permanecido reclusas en una cabaña, a las afueras de un pueblo cercano a Whinterpool. Johann, había movido todas sus influencias y creado grupos de búsqueda, junto con algunos chicos del bachillerato, incluidos los amigos de Yessabell y Frida.

Tener familia en la milicia, tenía sus ventajas. Con la ayuda del localizador de Stephen, rastrearon el celular de Yessabell, que Mike tiernamente había guardado en un cajón de su recamara en la cabaña.
Además de eso, Frida logró llegar a la carretera cuando las patrullas y algunos grupos de búsqueda pasaban por el lugar.

Frida estaba en terapia intensiva, al parecer Mike había roto una de sus costillas cuando la golpeó.
Mike estaba en urgencias, después de todo seguía vivo.
El Sr. Strong estaba en cirugía, después de recibir un disparo para alejarse de Yessabell. Eso sí, ambos padre e hijo, permanecieron custodiados por guardias y policías.

Yessabell no tenía heridas graves, un golpe en la cabeza y otro en la espalda, que solo le dejarían hematomas. Sus muñecas y tobillos estaban marcados por las cadenas, pero a pesar de todo lo que sucedió no se rompió ni un hueso. Se había desmayado por toda la descarga de adrenalina y los golpes que recibió y había permanecido en el hospital, para revisión y poder detectar cualquier anomalía. Había dormido bastante, a causa de los sedantes ayudándole a recuperar sus fuerzas.

Por fin, el domingo por la mañana despertó.
La primera imagen que llenó sus ojos, fue la de su madre. Estaba frente a ella, sentada en una silla junto a la cama. Se veía cansada y con ojeras, estaba usando la misma ropa que había llevado el viernes cuando se fue al trabajo. Una de sus manos, sostenía la mano derecha de Yessabell, mientras que en la otra sostenía el celular.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, cuando vio a Yessabell abrir los suyos.

-Yessabell… mi niña –Dijo entre sollozos mientras se acercaba a ella y la envolvía en un abrazo maternal y cariñoso –Cariño, no sabes cuan feliz estoy de que estés bien. Tesoro te amo mucho.

-Yo también te amo mucho mamá –Dijo en cuanto Johann, se apartó y volvió a su asiento –Estoy bien, ya no llores mami.

-Cariño, todos estábamos muy preocupados por ti –Johann sacó un pañuelo de su bolsa en el piso y se secó las lágrimas –Afortunadamente solo tienes algunos golpes, nada de gravedad pero pensé que te perdía.

-Tranquila mamá, ya estoy aquí –Aseguró sonriente sintiéndose un poco adormilada por la morfina -¿Dijiste todos?

-Sí. En cuanto no me contestaste el celular después de varias horas, pensé que algo andaba mal. Llamé a Fanny y ella a tus amigos, nadie sabía nada de ti. Después cuando Bruno llamó a Stephen, él dijo que tampoco te encontró en el Café donde habías quedado para estudiar, ahí fue donde nos dijeron que te vieron salir con Frida –Respiró profundamente y continuó –Stephen llamó a los padres de Frida y ellos mencionaron que su coche tenía un chip de rastreo. Después Stephen dijo que descargó una aplicación donde podía localizar tu celular.

Yessabell sonrío ante eso, pues ella misma le concedió a Stephen rastrearla.

-Con eso y localizando el auto de Frida, dimos con un coche abandonado cerca de la carretera, a las afueras del pueblo vecino –Johann terminó de limpiarse las lágrimas –Fue entonces cuando vimos a Frida corriendo a la carretera, ensangrentada y llorosa. Fue difícil calmarla, antes de que pudiera decir una palabra, ella guió a los agentes de la policía hasta la cabaña donde estabas, incluso Stephen se arriesgó a ir, él dijo que Logan lo mataría sino te verificaba personalmente –Sonrió ante aquello –Él fue quien te trajo directamente hasta mis brazos, antes de que los paramédicos te llevarán a la ambulancia.

-¿Qué pasó con Frida? –Se sintió un poco preocupada por la chica -¿Y Mike? ¿El Sr. Strong? –Preguntó consciente de que, probablemente Mike estaba muerto.

-Frida esta en recuperación, tuvo una costilla rota, pero va a estar bien, está en este piso –Contestó Johann mientras pensaba su respuesta a las otras preguntas –Mike estuvo en terapia intensiva, está muy herido, pero vivo igual que su padre. Ambos tendrán un juicio, en cuanto salgan de aquí, por… secuestro y… acoso sexual, Mike por cómplice en ello. Yessabell… -Miró a su hija, incapaz de decir todo lo que se encontró en aquella cabaña.

-¿Qué no me estás diciendo? –Preguntó con miedo a la respuesta.

Johann pensó mucho en cómo decirlo, el problema no era que no podía, sino que no quería.

-Mamá, solo dilo –Le apretó un poco la mano.

-El Sr. Strong… tenía fotos… tuyas… videos e… incluso algunas de tus pertenencias –Se obligó a hablar, era algo que no quería que Yessabell supiera, pero al final, terminaría enterándose por cualquier medio –Algunos bolígrafos con tú nombre, de los que yo te regalaba. Incluso tenía una foto de Logan… una foto donde tú también estabas. Pero él… la maltrato, con algunos rayones y una frase, donde decía que… decía que… lo mataría, para tenerte.

-Mierda… –Susurró Yessabell viendo a su regazo –Jamás pensé que ese hombre, fuera capaz de algo así… ni siquiera me di cuenta de que me tomaba fotos.

-Todas están en la comisaria, dijeron que es evidencia del caso, uno de los agentes me pidió que lo llamará en cuanto despertaras, para que des tu declaración, mientras recuerdes y después… -Tomó la mano de su hija y le dio un beso –Tendrás que declarar en el tribunal, todo lo que sucedió… tú y Frida –Se levantó de su silla –Tengo que llamarlo.

-Ok –Susurró procesando todo, sabiendo que Frida también estaba implicada en el caso, como cómplice.

-Oh, tus amigos están aquí, una de las enfermeras dijo que podían pasar todos al mismo tiempo, para hacer una visita corta ¿Quieres que les diga que pasen? –Preguntó en la puerta.

-Eso sería increíble –Contestó sonriendo, lo que más le alegraría el día, seria ver a sus amigos –Diles que entren.

Johann asintió y salió del cuarto.
Yessabell tomó un respiró profundo, mientras veía las marcas en sus muñecas. Unas líneas rojas que se desvanecían, a causa de las cadenas, jaló un poco la manta y sus tobillos tenías unas delgadas líneas rojas, apenas visibles. Definitivamente no implicaría a Frida en todo lo sucedido, pues al final también fue víctima y solo actuó por celos y envidia, claro que sus acciones no eran justificables, pero el Señor Strong y Mike, se aprovecharon de su situación, para envolverla en sus engaños. Se volvió a acomodar y escuchó algunas voces acercarse a la puerta.

Una enfermera sonriente, abrió la puerta. Detrás de ella un puñado de adolescentes, con globos y flores, asomaban sus cabezas al cuarto.

-Solo tienen diez minutos chicos –Informó la enfermera mientras todos entraban a la habitación –No hagan ruido o vendré a sacarlos –Advirtió mientras salía.

Fabián, Miranda, Trevor, Jack, Alan, Cara, Cristal, Carmina, Zac, Brad, Brandon, Jonás, Elena, Emma, Matthew, Andrew, Mariza, Romina, Tobías, Dana, Carol, David, Bruno, Fanny, Robert y Stephen, rodearon la cama, algunos dejaron los enormes arreglos florales en la esquina de la habitación, junto con globos, osos de peluche y tarjetas de “recuperate pronto”, antes de unirse.

-¡Así que nuestra mujer maravilla es resistente! –Exclamó Brad guiñándole un ojo a Yessabell.

-¿Quién lo diría? Yessabell, a pesar de todo… te ves radiante –Agregó Brandon con una sonrisa enorme.

-Gracias –Dijo Yessabell con una sonrisa real, desde la última vez que había sonreído. Realmente extrañaba a ese par.

-De verdad nos preocupamos por ti, Yessabell –Admitió Fanny con los ojos húmedos –Eres mi mejor amiga y no podía pensar en otra cosa más que encontrarte.

-¿Todos estuvieron en los grupos de búsqueda? –Preguntó Yessabell incrédula.

-Por supuesto –Contestó Alan con orgullo.

-No íbamos a dejar, que nuestra chica anduviera pérdida mucho tiempo –Agregó Jack sonriéndole.

-Incluso Romina y yo, estuvimos ahí –Intervino Mariza.

-Así es –Afirmó Romina –Tal vez no seamos amigas, pero Frida estaba contigo, y sabemos lo importante que era para muchos.

-Se los agradezco mucho… a todos –Vio a todos los chicos reunidos ahí y les sonrió, no podía creer lo importante que era para ellos. Realmente tenía buenos amigos –Nunca podré pagarles su
preocupación por mí, su amistad.

-Yo diría, que… con que nunca dejes de sonreír –Aseguró Trevor –Aunque yo soy quien debería pedirte disculpas… te trate muy mal el otro día, y cuando supe que estabas desaparecida, me sentí muy culpable… Yessabell yo no…

-Trevor, ya no importa –Interrumpió tranquila –Te perdono, créeme, cuando estas en una situación de rehén, el pensamiento de mí, abofeteándote en la clase de cocina, es mejor, que estar en otro lugar.

Todos rieron.

-Gracias Yessabell –Trevor sonrió tímidamente.

-¡Estamos muy felices de que estés bien! –Exclamaron las “C” al mismo tiempo.

-Las chicas del equipo, te mandaron algunas tarjetas y presentes –Dijo Elena.

-Esperamos que esta experiencia no te tire Yessabell –Agregó Emma.

-Así es –Dijo Carol con una enorme sonrisa –Si necesitas algo, todos estamos para ti.

-Exacto. Tú has sido una buena amiga y es lo menos que te debemos –Añadió Andrew.

-Cuando salgas de aquí, debemos irnos todos a pasar el día juntos –Propuso Bruno.

-Eso suena bien –Aceptó Tobías.

-¿Qué dices hermosa, te gusta el plan? –Preguntó David.

-Ok, pero debemos esperar, a que Frida este mejor. Ella debe ir también –Contestó Yessabell.

Todos se quedaron asombrados ante su declaración.

-Ok, deberíamos dejarte descansar –Dijo Matthew.

-Si –Secundó Fabián –Al parecer la morfina y el sueño te hacen delirar.

Yessabell rodó los ojos

-Lo digo enserio.

-Ya veremos si piensas lo mismo cuando estés más lucida, primita –Apuntó Miranda dándole un beso en la frente.

-No cambiaré de opinión –Aseguró Yessabell sonriendo.

-Hasta luego Yessabell, te esperamos en la escuela –Dijo Dana ignorando su petición.

Todos empezaron a salir, despidiéndose y deseándole lo mejor. Todos menos Stephen, quien había permanecido callado y viendo a Yessabell, todo el tiempo.

-¿Vienes? –Preguntó Bruno en la puerta.

-En un minuto –Contestó Stephen mientras le hacía señas, para que cerrará la puerta. Después se volteó para ver a Yessabell.

-¿Todo bien? –Preguntó ella sabiendo que Stephen, tenía algo que decir, sino para qué se quedaba.

-Sí, por su puesto, ahora que estas a salvo, todo está bien, sin embargo, tenemos que…

-Gracias –Interrumpió viendo a Stephen a los ojos, esos hermosos ojos grises.

-¿Qué? –Preguntó Stephen desconcertado.

-Por llevarme hasta mi mamá, por arriesgarte para ir a buscarme y entrar en esa cabaña por mí, por preocuparte –Contestó tomándole la mano.

-De nada Yessabell, creeme, lo haría otra vez si fuera necesario –Admitió dando un ligero apretón a la mano de ella.

-Eres increíble, nadie nunca se había arriesgado así por mí, ni si quiera mi ex, cuando fuimos a escalar y vimos un oso… –Yessabell río ante el recuerdo –Eres muy valiente.

-Solo hice lo que me dicto el corazón Yessabell. Eres muy importante para mí, y en cuanto Frida nos dijo dónde estabas y con quién, no pude evitar correr a tu rescate –Se encogió de hombros –Cuando te vi ahí casi inconsciente y a ese hombre sobre ti… solo quería ponerte a salvo.

-¿Y Logan? –Preguntó cambiando de tema. No quería hablar de eso, no ahora -¿Dónde está? ¿Lo sabe?

-Aún sigue en el campus –Stephen le dio una sonrisa triste –Le llame, pero no ha contestado, le he mandado mensajes diciéndole que pasó y dónde estás, pero no sé si los ha visto o si ya lo sabe.

-No importa, como sea estoy fuera de peligro ahora –Yessabell le sonrió ampliamente –Eres un gran amigo Stephen, de verdad aprecio mucho lo que hiciste por mí, pero tengo algo que preguntarte…

-Yo tengo algo que decirte –Interrumpió impaciente –Sé que somos buenos amigos y creeme, jamás he compartido una amistad así con una chica, ni siquiera con Frida. Pero yo no te veo como…

La puerta se abrió de repente, haciéndolos a los dos voltear.
Logan respiraba con dificultad, como si hubiera corrido desde Nueva York, caminó deprisa hasta Yessabell y la besó.

Stephen soltó su mano y se apartó un poco.

-No sabes lo preocupado que estaba por ti. Mi teléfono murió, no lleve el cargador y me entere en la madrugada, cuando un chico me presto su teléfono y llame a mis padres –Explicó cuando por fin dejo de besarla –Me sentí tan impotente de no poder haberte ayudado, pero aliviado al saber que Stephen estuvo ahí para ti.

Yessabell volteó a ver a Stephen, quien ya se encontraba cerca de la puerta.

-Los dejare solos.

-Pero recuerda que tenemos una plática pendiente –Dijo sonriéndole antes de que él cerrara la puerta.

Stephen asintió con seriedad y cerró la puerta.

Yessabell le contó a Logan todo lo que sucedió, el tiempo que estuvo rehén y Frida a su lado, siendo sincera con ella y haciendo las pases. El plan de Mike y el Sr. Strong. Obviamente Logan se molestó ante la mención de Mike, ya que Yessabell había prometido mantenerse lejos.
También le dijo de su madre, poniendo el mundo de cabeza para encontrarla y Stephen, llevándola a sus brazos. Y por último, dio la explicación de las flores, globos, peluches y demás, que se encontraban por toda la habitación.

Después de eso, un agente y su mamá llegaron a la habitación. Logan fue a su casa a ducharse y cambiarse. El agente tomó la declaración y se fue. Johann hablo con la enfermera, quien dijo que Yessabell sería dada de alta ese día en la tarde y que tenía que guardar reposo, por lo menos un par de días, antes de regresar a casa. Mientras que Frida ya estaba en casa, guardando reposo por unas semanas.

El Sr. Strong y Mike saldrían del hospital, hasta el próximo domingo y el lunes todos irían al juzgado.
Mientras Yessabell regresaba a su casa del hospital. Logan y Johann iban en la camioneta con ella, Johann dejo a Yessabell en su habitación en compañía de Logan. Johann tenía que viajar toda la semana, a España, Italia y luego a Londres, para cerrar unos negocios, por lo que Logan, Fanny y Miranda, se ofrecieron a pasar algunos días con Yessabell hasta que regresará Johann.

-Nos vemos el sábado corazón –Dijo Johann mientras le dejaba una charola con comida a Yessabell –Odio tener que dejarte, pero sabes lo mucho que esto significa para mí.

Johann estaba compitiendo por el puesto de vicepresidente, junto con un colega y otra chica, una ingenua que probablemente perdería, solo que tenía al presidente embobado con su figura, por lo que Johann tendría que hacer un gran esfuerzo por cerrar tres negocios a la vez.

-No importa mamá, solo no te enamores en el viaje –Advirtió Yessabell sonriéndole feliz por los grandes logros de su madre.

-Bien, si es así, no pondré el ojo en nadie –Bromeó Johann mientras se acercaba a la puerta –Preparé la habitación de enfrente para Fanny.

Cristina me dijo que Miranda no podrá venir, su papá la tiene que llevar al campus universitario para algunas pruebas. Pero puedes invitar a Robert y que se quede en la otra habitación para huéspedes.

-Ok, se lo preguntare –Dijo Yessabell –Ahora vete o perderás tu vuelo.

-De acuerdo cariño, llámame si necesitas algo –Johann salió pero antes de irse volteó –Logan por favor, cuidala bien –Después se fue.

-No puedo creer que ella confié tanto en mí –Declaró Logan sentado en la silla del escritorio, junto a la cama.

-Te adora –Confesó Yessabell mientras sacaba su celular –Le llamaré a Robert, con Fanny aquí, seguro que dirá que sí –Río mientras llamaba a Robert.

Fanny y Robert llegaron a las ocho a la casa de Yessabell, ambos con sus mochilas y maletas con ropa. Yessabell les indicó donde estaban las habitaciones, después cenaron en el cuarto de ella y luego todos se dispusieron a dormir.

Yessabell se puso su pijama y después se acostó, aunque el dolor en la espalda era apenas perceptible, debía guardar reposo hasta que dejará de sentirlo, con suerte eso sería en un uno o dos días.
Logan salió del baño, con un pijama gris y se acostó con Yessabell, ambos frente a frente. Ninguno dijo nada, solo se vieron a los ojos, hasta que Logan se acercó a ella y comenzó a besarla, pero en ese momento comenzó a ver al Sr. Strong encima de ella, forzándola a mirarlo y besándola desesperadamente.

Yessabell se apartó de Logan, rápidamente y con brusquedad provocándose dolor en la espalda.

-No puedo –Susurró temblando –Yo no… puedo… lo siento...

-Está bien, no te preocupes –Logan la atrajo de vuelta y le dio un beso en la frente.

Yessabell se tranquilizó, pero tardo un tiempo para conciliar el sueño.
A la mañana siguiente, Fanny, Robert y Logan se fueron al bachillerato. Fanny prometió llevar los trabajos de Yessabell y averiguar si podía presentar su último examen que se llevaba a cabo ese día.

No pudo permanecer acostada por más de una hora, se levantó y estuvo en la cocina, lavando platos y preparando la cena.
Después subió a su habitación, puso un poco de música y se acostó en la alfombra, pronto se quedó dormida aunque solo por una media hora, antes de que se despertará con una pesadilla. Gritó tan fuerte, como si las cosas estuvieran sucediendo otra vez.

Se sentó y comenzó a respirar profundamente.

-Una pesadilla, una pesadilla, no es real, no es real… –Se dijo así misma mientras intentaba calmarse.

Revivir toda la noche del viernes en un sueño, era terrible, qué si eso no paraba, aunque Yessabell se preguntó por qué anoche no pudo besar a Logan y en hospital sí, tal vez el hecho de estar en un lugar publicó y con Stephen cerca, hacia la diferencia.

No podría tener una vida normal, no podría vivir como antes, hasta que supiera que ese hombre y su hijo, estarían en prisión y ella a salvo.
Se levantó y se acostó en su cama con un libro en manos. Leyó hasta que los chicos llegaron de la escuela. Escuchó a Logan abrir la puerta y la voz de Fanny llegó por las escaleras hasta su habitación.

-¡Hey! –Dijo emocionada –La profesora de literatura dijo que puedes presentar tu examen el miércoles, cuando regreses a clases.

-Eso es increíble ¿Qué pasa con…? –Yessabell quería saber, que sucedería con el Sr. Strong y su clase, Fanny supo por su expresión a lo que se refería.

-La Srta. Watson, da la clase en el otro salón, ella dijo que revisaría nuestros trabajos y nos evaluaría con eso –Contestó mientras
sacaba una hoja de su mochila –Pidió un pequeño ensayo para el miércoles, estos son los puntos, eso y… los trabajos que hicimos, todos estaban en la oficina de…

-Ya –Interrumpió rápidamente mientras miraba la hoja. Se levantó de su cama y encendió la computadora –Trabajaré en ello ¿Algo más? –Preguntó mientras abría el programa de Word.

-La profesora González dijo a Stephen, que podían mandarle el trabajo a su correo –Explicó Fanny mientras salía –Él dijo que vendría en un rato.

-Gracia –Dijo concentrada en la computadora, mientras Fanny se iba a su cuarto.

Stephen llegó a las seis a terminar el trabajo, solo se llevaron una hora.
Yessabell lo invitó a cenar pero él prefirió irse.
Cuando Logan y Yessabell se fueron a la cama, Yessabell se sorprendió de que Logan no la besara, aunque se sintió aliviada porque no quería volver a rechazarlo.

El miércoles cuando Yessabell regresó a la escuela, todo se sentía diferente. Opto por unos jeans, blusa, saco y botas, aunque de alguna manera se sentía expuesta. Fanny y Robert permanecieron con ella. Los maestros y compañeros de clase, preguntaban constantemente si estaba bien, o si necesitaba algo.
Al principio fue halagador, sin embargo pronto se sintió abrumador.

Para cuando terminó el día, Yessabell se sentía asfixiada. Caminó hasta su casa sin esperar a Logan, Fanny o Robert.
Mientras caminaba, meditó sobre la opción de consultar un terapeuta, no podía llevar esa carga sola y necesitaba una persona que la respaldara. Tenía a su madre, sí, pero justo en ese momento estaba de viaje. Logan estaba muy ocupado terminando la escuela y en los cursos de preparación en la universidad. Tenía amigos pero ninguno que pudiera soportar, escuchar toda su miseria.
Se detuvo en seco, cuando se dio cuenta, de la única persona que realmente la entendería.
Tomó un transporte y fue directamente a la casa de Frida.

Cuando llegó a la puerta su madre la recibió y la llevó hasta la habitación de Frida.
No le sorprendió mucho ver las flores y globos alrededor de las paredes rosas. Su habitación también estaba llena de los regalos de sus amigos.
Frida estaba sentada en su cama, tenía un pequeño vendaje en la cabeza y se veía más joven sin tanto maquillaje, Romina estaba a su lado ojeándole una revista de moda y ambas reían por lo que veían.

-Hola –Saludó Yessabell en cuanto entro.

Frida levantó la vista y le sonrió ampliamente, Romina la imitó.

-Yessabell, es bueno verte sana y salva.

-Hola Yessabell –Saludó Romina dejando la revista en el buró.

Yessabell caminó hasta ellas y abrazo a Frida. Pronto las lágrimas comenzaron a caer de los ojos de ambas, Romina salió en silencio, dejando a ambas chicas consolarse.

-Lo siento mucho –Susurró Frida –No debí haberte hecho ese daño y jamás me lo perdonare, no quería arruinar tu vida…

-No te preocupes Frida… actuaste por instinto… todo saldrá bien... superaremos esto juntas… te perdono…

-Muchas gracias Yessabell… pero no me merezco tu amistad –Frida se apartó –Eres tan dulce y amable, me sorprende tu inocencia que es casi irreal.

-Frida, realmente quiero que seamos amigas, que hagamos las paces –Se limpió las mejillas –No sabes lo difícil que es esto, hoy regresé a la escuela y el hecho de que todos me pregunten cómo estoy y si necesito algo, si me pueden ayudar, es…

-Abrumador –Terminó Frida –Lo sé, mis amigos vinieron ayer y hoy, con la misma cantaleta. Mis padres están igual y yo… no quiero ser malagradecida, pero…

-Eso no resuelve nada –Concluyó Yessabell.

Ambas se miraron y rieron.

-Es difícil de entender, pero si las personas se limitaran a sus asuntos y…

-Continuaran como si nada, sería mejor –Aseguró Frida con calma –No tenemos que recordar lo que sucedió a cada rato.

-Exacto, además, por más que quieran entender… hasta que no estén en la situación, realmente no sabrán por lo que estamos pasando –Afirmó sentándose a un lado de Frida –Cuando estaba en el hospital Logan me besó, pero cuando estábamos en casa, fue difícil… la imagen de ese hombre sobre mí… llegó de repente y… tuve que apartar a Logan, desde entonces, cada vez que… me toca o quiere besarme… tengo miedo de…

-Revivirlo… lo sé, tal vez no me pasó exactamente lo mismo, pero he tenido pesadillas desde que estaba en el hospital –Frida estaba un poco seria –Mi mamá contacto a una terapeuta, si quieres puedes venir y tomar terapia conmigo, su consultorio está en el centro, pero vino el lunes y hoy porque no podía transportarme fácilmente, y realmente me ha ayudado, aunque han sido solo dos sesiones, me siento un poco más aliviada y con menos carga emocional.

-Eso suena bien, aunque sería mejor que fuera a su consultorio, prefiero ir contigo por un tiempo, creo que con compañía me sentiría mejor –Aceptó mientras se levantaba –Solo dime cuando es tu próxima sesión y aquí estaré.

-Ok, ella viene el viernes, ahora estoy tomando tres sesiones por semana, hasta que pueda salir y entonces solo será una –Frida se detuvo a pensar un momento -¿Iras al juzgado el lunes?

-Sí, mi mamá insistió en que me ayudará ver a ese hombre tras las rejas y a Mike, y supongo que la terapia puede prepararme para ello –Contestó un poco más entusiasta.

-Estaremos juntas Yessabell, no dejaremos que esto nos deprima o nos derrumbe –Aseguró Frida con determinación – Somos fuertes.

-Así es –Aseguró y le sonrió –Debo irme, no le dije a los chicos donde estaba así que… -Recordó lo que Frida le dijo sobre Stephen, pero pensó que no era el momento para hablar de eso –Nos vemos el viernes.

-Claro ¿No quieres que el chofer te lleve? No quiero preocuparme –Ofreció Frida.

Yessabell consideró la oferta. Realmente se sentía un poco paranoica.

-Ok, gracias eso sería perfecto.

Llegó a su casa media hora después. Efectivamente; Logan, Fanny y Robert estaban preocupados por su ausencia. Pero haber estado con Frida, había relajado su estado de ánimo. Se sentía decidía a superar el problema.

-¿Dónde infiernos estabas Yessabell? –Preguntó Logan enfurecido en cuanto Yessabell cerró la puerta.

-Pudiste habernos avisado, y no tenernos con el pendiente –Agregó Fanny mientras Yessabell caminaba a la cocina, por un poco de jugo.

-¿Qué le íbamos a decir a tu mamá, si no aparecías? –Preguntó Robert igual de enojado que Logan.

Yessabell bebió un vaso de jugo, mientras los tres la observaban expectantes por una respuesta.
El timbre sonó, sacándolos a todos del contexto. Fanny fue a abrir y la voz de Stephen llego rápidamente hasta la cocina.

-¿Ya la encontraron? –Preguntó en la puerta de la cocina, agitado y frustrado, en cuanto vio a Yessabell se calmó – ¡Cielos Yessabell ¿Dónde rayos te metiste? –Preguntó tranquilamente.

-Eso es lo que todos queremos saber –Dijo Logan aún enojado.

Tomó una respiración profunda. No iba a permitir que el mal genio de todos la contagiara.

-Estaba en la casa de Frida, estaba… me sentía asfixiada en la escuela… todo mundo… estaba sobre mí, preguntándome… ¿Estas bien? ¿Necesitas algo? ¿Quieres que te ayude con tus cosas? ¿Cómo lo llevas? ¡Dios míos! –Se agarró la cabeza con desesperación y respiró profundamente –Entiendo que la gente se preocupe por mí, pero cada vez… cada vez que me preguntaban era… era como volver a revivir todo… y francamente… solo quiero olvidarlo, no soportaba más estar ahí… así que fui… con la única persona que realmente lo entendía.

-Pero nosotros estamos aquí para ti –Aseguró Logan intentando entender –Tienes nuestro apoyo Yessabell, puedes pedirnos lo que sea, que te apoyaremos.

-Lo sé Logan y se los agradezco, pero Frida pasó lo mismo y fue la única con quien realmente pude tener una buena conversación sobre esto –Declaró más tranquila –Yo sé que su ayuda es de corazón, pero hasta que no lo vives, entiendes la gravedad del asunto.

-Está bien Yessabell, entendemos que hay cosas en las que no podemos ayudarte –Aceptó Fanny acercándose a ella –Pero no puedes simplemente irte sin avisar después de lo que pasó.

-Fanny tiene razón Yessabell, eres nuestra amiga –Agregó Robert –Casi como una hermana para mí y Fanny, nos preocupas y por ende tu seguridad es nuestra prioridad.

-Más aun, después de lo que sucedió –Intervino Stephen.

-Ok, lo siento, no volverá a pasar –Salió de la cocina y se fue a su habitación, simplemente no quería desquitar su enojo con los chicos.

Para la hora de la cena, los ánimos estaban relajados y hablaron de estar en contacto por lo menos cada hora, después de que alguien saliera a cualquier lugar, a Yessabell no le molesto ya que lo hacía con su mamá y ya estaba acostumbrada.

Antes de dormir, llamó a su mamá y le comentó lo del terapeuta, Johann estuvo de acuerdo y le dijo que retirara algo de efectivo en el banco para poder pagar.
Logan salió del baño, Yessabell estaba acostada en la cama viendo fijamente al techo, él se reunió con ella.

-Lamento haberme enojado mucho contigo Yessabell, solo quiero ayudarte –Aseguró encontrando su mirada.

-Y yo lamento no haber avisado donde estaba –Reconoció sonriendo y para sorpresa de ambos, se acercó más a él y le dio un beso, corto, pero tierno.

-No sabía si podía tocarte, después de lo que pasó el domingo yo… -Logan tenía una mirada triste.

-Está bien Logan, aunque quiero más, mucho más de ti, por ahora hay que ir despacio, han pasado tantas cosas y no puedo evitar revivir todo lo que sucedió en aquel lugar –Le sonrió más tranquila –Estoy segura de que, después del juicio y con las terapias, las cosas mejoraran pronto, no quiero rechazarte y que pienses que no te deseo.

-Me costó entenderlo, pero creeme que te apoyo Yessabell, el tiempo que necesites, aquí estaré –Le sonrió y la abrazo.

Ambos se hundieron en un profundo y tranquilo sueño.

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