Capítulo 13 Fin De Semana Para Dos

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Ezra levantó la vista, Yessabell se dio la vuelta, soltándolo y ambos se quedaron callados.

-Pareciera que no nos hemos visto en años –Declaró Derek acercándose a ellos.

-Es difícil, teniendo clases diferentes –Aseguró Yessabell alegre.

La única clase que habían tenido juntos, ya no era así. Derek había decidido tomarla en otro horario, cortando cualquier lazo con Yessabell.

-Claro, eso debe ser –Bromeó Derek, sin quitarle los ojos de encima –Has cambiado. Te ves bien.

-Gracias –Yessabell tenía la mano entrelazada con la de Ezra, lo que Derek notó y Yessabell no iba a explicar –Tú también –Agregó algo incomoda.

-¿Cómo va tú novela? –Preguntó cambiando de tema.

-Bien, de hecho…

-¡Derek, corazón! –Una chica de tez morena clara y cabello negro hasta los hombros, vestida de mezclilla de pies a cabeza, se abalanzó sobre Derek y lo besó con lujuria.

Yessabell volteó a ver a Ezra, ambos intentaban reprimir una risa.

-Nora, aquí no por favor... –Susurró Derek apartándose de ella –Quiero presentarte a unos amigos.

Nora se alejó de Derek y lo tomó del brazo izquierdo, de manera posesiva.

-Claro.

-Ellos son Ezra Miller y Yessabell Lovato –Presentó Derek señalándolos.

Nora vio a Yessabell, con ojos celosos, la analizo de pies a cabeza y después la vio con ojos retadores.

-¿Tú eres la famosa Yessabell? –Preguntó con hostilidad.

-Yo no diría famosa, pero sí –Contestó ella con humildad.

-No seas modesta Yessabell, acabamos de verte en la famosa revista Yo Moda y BEAUTY, y eres la sensación en todos los programas de espectáculos del mundo –Explicó Derek sonriente –Y en el diario de hoy, te vimos en la famosa fiesta de Halloween, de esa actriz y modelo Chantría Morett – Agregó con alegría.

-Y también en los programas de chismes –Añadió Nora, de mala gana, después sonrío malévolamente –Según dicen, tú y este chico están saliendo.

-Bueno, la gente habla sin conocer, a veces sus especulaciones son reales, a veces no. No hay que creer todo lo que dicen –Yessabell les sonrío –Aunque en este caso, es verdad. Ezra y yo llevamos un tiempo saliendo.

-¿En serio? –Preguntó Nora, con interés –Derek y yo casi llevamos dos meses, ¿Ustedes cuánto?

Yessabell volteó a ver a Derek, quien se veía nervioso.

-Disculpa, pero no escuche tu nombre –Contestó cambiando de tema.

-Soy Nora Ramírez, en realidad Derek y yo fuimos novios en el bachillerato y recién me cambie a esta universidad, lo mejor que he hecho en un tiempo. Ya que Derek y yo, nos hemos vuelto a unir, es increíble ¿No creen? –Explicó rápidamente abrazando a Derek, con un gesto de amor autentico.

-Sí, lo es –Aseguró Yessabell, sincera –Perdón, pero tenemos que irnos, tenemos una reservación y no queremos perderla.

-Claro, no les… quitamos… más su tiempo, seguramente… estarán muy ocupados –Intervino Derek atropelladamente.

-¿A dónde van? –Pregunto Nora, mientras los cuatro se despedían.

-Un restaurante, vamos a ver a unos amigos –Contestó Yessabell, sin dar muchos detalles.

-Seguro que se trata de actores y modelos y todo eso –Afirmó Nora con desdén.

-Vamos Ezra –Yessabell lo jaló hacia ella –Adiós chicos –Dio un adiós rotundo y apresurado y ambos se fueron sin esperar una respuesta.

Derek se quedó quieto, viendo a Yessabell alejarse con Ezra de la mano, cual pareja de auténticos enamorados, mientras él se quedaba con Nora, quien lo veía molesta y de brazos cruzados.

-¿Ella es tú ex? ¿La chica por la que al parecer estabas vuelto loco y no puedes recordar?

-Sí… es ella –Contestó viendo a Nora –Vamos, tenemos mucha tarea que hacer.

-No lo puedo creer, es una… una… una autentica Barbie –Nora comenzó a caminar, con las manos a los lados en puños, Derek la siguió, con el ceño fruncido –No puedo creer que te enamoraras de una chica así, afortunadamente estoy aquí, para ayudarte.

-¡Nora basta! No la conoces, no como yo, así que no critiques –Le lanzo una mirada fulminante y ambos regresaron a casa en silencio.

Mientras Ezra y Yessabell, tomaban su camino a casa.

-¿Sabes? Creo que deberíamos salir, tener una cita formal y conocernos mejor –Sugirió Yessabell mientras caminaban por la calle, tomados de la mano.

-Me gusta la idea, ¿Qué te gustaría hacer? –Preguntó entrelazando sus dedos con los de Yessabell –Ya sé, no me digas, lo planeare yo.

-Ok, no diré nada —Le dio un beso y le sonrío –Pero podemos apartar este fin de semana, sería increíble alejarnos de la universidad, las cámaras, todo.

-Ahora que lo dices… no suena tan mal –Ezra le sonrío –Tengo el plan perfecto.

El viernes en la tarde, Yessabell estaba haciendo una pequeña maleta, Ezra no le dijo a donde iban, pero si le advirtió que llevará ropa abrigadora, dos vestidos de noche y dos trajes de baño, por lo que seguramente irían a algún lugar con piscina o algo similar.

Ezra tocó a la puerta de la habitación.

-¡Adelante! –Dijo Yessabell cerrando su maleta.

-Siempre tan hermosa —Confesó Ezra, en cuanto entró.

Yessabell llevaba un vestido negro que le llegaba a la rodilla, cuello redondo y mangas largas de encaje, pegado a todo su cuerpo. Un delicado peinado con el cabello recogido en un moño. Y unos tacones grises.

-Bueno, dijiste elegancia –Le sonrío y se acercó a él –Tú te ves increíble. Tan sexy.

Ezra estaba usando un traje gris Oxford, con una corbata gris perla y camisa blanca.

-¿A sí? –Preguntó rodeándola con los brazos, por la cintura –Creo que deberíamos irnos, o no seré capaz de llegar a nuestro destino sin tenerte de una vez.

Yessabell hecho la cabeza atrás y río.

-Ok, ok. Vamos –Le dio un beso en la mejilla y caminó a su cama por su maleta -¿Aún no me dirás a dónde vamos? –Preguntó caminando hasta la puerta, donde Ezra la esperaba con su maleta.

-Es una sorpresa –Contestó mientras cerraban la puerta.

Ambos bajaron y se despidieron de los chicos, que los esperaban en el recibidor. Salieron y subieron las maletas en el maletero de la camioneta.

Yessabell en el asiento del copiloto, no dejó de hacer preguntas, mientras Ezra manejaba, hasta el aeropuerto.

Bajaron de la camioneta y Ezra bajó las maletas, mientras un chico moreno se acercaba a ellos.

-¡Ezra amigo! –Lo saludó y Ezra lo estrechó en un abrazo.

-Fernando, quiero presentarte a Yessabell Lovato, mi novia, Yessabell, él es Fernando, un amigo de la familia –Presentó señalando de uno a otro.

-Mucho gusto Fernando –Yessabell estrechó la mano con él.

-Mucho gusto, señorita Lovato. –Dijo soltando su mano –Debo admitir, que la he visto en varias revistas, sería difícil, no reconocerla.

-Gracias –Yessabell le sonrío amablemente.

-Bien, vamos, es hora o llegaran tarde –Fernando tomo la maleta de Ezra y los guio a un pequeño jet azul indigo.

Todos abordaron, Ezra con la maleta de Yessabell en una mano y en la otra, la mano de Yessabell, mientras entraban en el jet.

-¿Ya me dirás a dónde vamos? –Preguntó ansiosa.

-No seas impaciente –Le dio un beso en la frente y la llevó a sentarse –Voy a subir las maletas –Colocó las maletas en el maletero y se sentó a un lado de Yessabell, en los largos asientos plegables, de cuero café.

Yessabell se abrocho el cinturón y le tomó la mano.

-No sé a dónde vamos, pero a tu lado, cualquier lugar es seguro.

-Tranquila, te gustará –Aseguró abrochándose el cinturón.

El chico moreno que los había acompañado, era el piloto, quien, con ayuda de otro hombre, llevaría a cabo el vuelo.
Una chica bajita y rubia se acercó a ofrecerles algo de tomar y comer.

El vuelo duró dos horas, viajaron a una pequeña playa, cerca del golfo. Yessabell se mantuvo despierta en todo momento, admirando el paisaje, desde la ventana.

Cuando llegaron, aterrizaron en una pequeña pista privada, destinada a la familia del piloto.

-¿Sus padres eran amigos de los tuyos? –Preguntó Yessabell mientras aterrizaban.

-Sí, mis padres trabajaban en el ramo, mi padre piloto de una línea aérea prestigiosa, mi madre era azafata, el padre de Fernando es piloto y su mamá es empresaria, así obtuvieron la pista privada –Explicó Ezra.

-Y por lógica ustedes se hicieron amigos –Concluyó sonriendo.

-Así es. Fernando tiene una hermana menor, fue novia de mi mejor amigo, aunque quiso conquistarme, no lo logro –Aseguró sonriente, ante el recuerdo.

-¿Por qué? –Preguntó intrigada.

-Estaba en mi etapa de “No me toques, odio todo” –Contestó orgulloso –Además, como hermana de mi amigo, no podía, es como una ley entre hombres –Terminó riendo.

-Eso es absurdo –Aseguró mientras se desabrochaban los cinturones de seguridad –Como sea, me alegro que hayas estado soltero para mí –Lo envolvió por el cuello y lo besó.

-Vamos, tenemos muchas cosas que hacer –Ezra la levantó y bajaron las maletas.

Fernando y el copiloto salieron de la cabina y los esperaron en la puerta de salida.

-Gracias por el vuelo, fue agradable y también les agradezco el enorme favor –Agradeció Ezra antes de salir.

-Fue un gusto amigo –Fernando le dio un abrazo de despedida –Nos vemos el domingo, para que los lleve de regreso.

-Claro, así será –Ezra le sonrío y tomó la mano de Yessabell para salir.

-Muchas gracias chicos. Nos vemos después –Se despidió Yessabell, antes de salir.

-Es un placer señorita Lovato –Aseguró el copiloto, Yessabell asintió y se fue con Ezra.

Un Volvo los esperaba para llevarlos al hotel.
“FRANKLIN” Era el nombre del hotel donde se hospedarían.
Grande y lujoso, estilo griego, con grandes candelabros y pinturas en las paredes. Seis pisos conformaban el lujoso hotel, Ezra había reservado una suite en el quinto piso, con vista al mar.

La suite era acogedora, colores marfil y blanco se mezclaban, la habitación principal, contaba con una enorme cama; cubierta por sabanas de seda y un edredón marrón. Los postes alrededor, sujetaban una hermosa tela blanca y transparente que caía por todo alrededor. Los grandes ventanales, dejaban ver la playa y la hermosa puesta de sol.

La pequeña sala y recibidor, eran hogareños. Un enorme baño, con tina y ducha, se situaba al lado de la habitación, como una especie de cuarto escondido.

Yessabell llevó su maleta y la de Ezra, al cuarto principal, mientras Ezra le daba propina al botones.

-¿Te gusta la vista? –Preguntó cuando entró en la habitación y vio a Yessabell, pegada a la ventana.

-Es increíble –Murmuró con las manos pegadas al cristal –Quisiera poder guardarla y verla cuando quiera.

-Lo sé –Se colocó detrás de ella y la abrazó, apoyando la barbilla en el hombro de ella –Sabía que te gustaría.

-¿Vamos a ir a cenar? –Preguntó intentando descifrar el plan de Ezra.

-Sí, hay un pequeño restaurante a una cuadra de aquí, es muy bonito, mis padres se conocieron ahí –Contestó emocionado.

-¿De verdad? –Preguntó dando la vuelta para verlo a los ojos –Pensé que se habían conocido en un avión o algo así.

-No, ellos se conocieron en el restaurante, estaban en una especie de conferencia o algo así, para pilotos, azafatas, asistentes y demás –Explicó sonriente –Fue amor a primera vista.

-Que tierno... –Volteó a ver la ventana y nuevamente a Ezra –Vamos a ese lugar entonces.

Se pusieron los abrigos y bajaron al restaurante. Yessabell no pasó desapercibida, pues en cuanto pusieron un pie ahí, todo mundo la reconoció. Les dieron una mesa, junto a una ventana y les dejaron el menú.

-Es increíble lo mucho que ha aumentado tu fama en estos días –Declaró Ezra, mientras leían el menú.

-Lo sé, desde el accidente, todos estuvieron pendientes y después todo creció rápidamente –Explicó un poco avergonzada –Mi
mamá esta que no cabe de la emoción, dice que algunos reporteros se presentaron y quieren cubrir su boda, obviamente saben que estaré ahí y también tú.

-Bienvenidos al “Montesquieu” –Interrumpió el gerente, quien se acercó sigilosamente a la mesa de Ezra y Yessabell –Soy el gerente, el Sr. Burks, quiero darles la bienvenida personalmente y ofrecerles la recomendación del chef, la cual por supuesto va por cuenta de la casa.

-Mucho gusto, y muchas gracias –Dijo Ezra levantándose para saludarlo, lo mismo que Yessabell –Soy Ezra Miller y mi novia, Yessabell…

-Lovato, lo sabemos, es una chica muy famosa y difícil de ignorar –Terminó el gerente, estrechando las manos de ambos –Son la noticia del momento, su romance es admirado por muchos aquí.

-Entiendo... seguro que lo es –Dijo Yessabell apenada.

-No los molesto más, solo quisiera saber, si accederían a una foto, para nuestro muro –Agregó el gerente, señalando una de las paredes frente a ellos, llena de retratos con famosos, que habían pasado por el lugar –Es una tradición, aunque si no quieren lo entiendo.

-No, está bien, no hya problema –Aseguró Yessabell –Lo haremos.

-Gracias –El gerente hizo señas a un chico, junto a una pared, con una cámara en las manos y él corrió a su encuentro –Quiero una foto con la pareja del momento, ¿Les parece si uno se pone a cada lado? –Preguntó viendo a Yessabell y Ezra, quienes asintieron.

Yessabell se colocó del lado derecho del gerente y Ezra del lado izquierdo, los tres sonrieron y el chico tomó la foto.

-Muchas gracias –Dijo el gerente, a Ezra y Yessabell –En un momento les traerán su orden.

-Gracias –Dijo Ezra, el gerente asintió y se fue con el chico, mientras Yessabell tomaba asiento –Pensé que no lo pediría –Admitió sentándose.

-Eres un vanidoso –Yessabell extendió la mano y Ezra se la tomo –Y eso me encanta –Le guiño un ojo y ambos rieron.

Después de cenar, Ezra llevó a Yessabell a una pequeña cafetería, unas cuadras abajo para comprar unos pastelillos.

-Buenas noches –Saludó Ezra mientras Yessabell, contemplaba el mostrador, lleno de pastelillos –Quiero, dos pastelillos de café, dos panques de chocolate y dos capuchinos medianos.

-Por supuesto, en un momento les doy su orden –La mujer detrás del mostrador le sonrío y tomó una bolsa marrón de papel y unas pinzas de aluminio, para tomar los pastelillos.

-¡Oh por dios! ¡Es Yessabell Lovato! –Exclamó una chica, detrás de ellos.

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