Capítulo 17 Baile

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Para navidad Yessabell se estaba haciendo cargo de la cena. Johann le había dicho que lo haría ella, pero Yessabell insistió. Joey y Ezra estaban en los establos y Johann aprovecho para hablar con su hija.

Yessabell estaba terminando de extender la masa para las galletas, en una pequeña mesa en la cocina.
En playera, jeans claros y tenis, con un pequeño delantal rojo y el cabello atado en un moño desarreglado.

-Huele delicioso –Confesó Johann aspirando el aire en la cocina -¿Qué tanto has hecho?

-Bueno, ya está el pavo, hice algo de sopa con crema, verduras salteadas, crema de elote, crema de zanahoria, pan de elote, galletas de jengibre, mousse de chocolate, fruta picada y estoy terminando con las galletas de chocolate –Contestó cortando la masa con los cortadores de figuras.

-Vaya –Se acercó a la estufa y observo todas las cacerolas llenas de comida y después abrió la nevera y vio los postres en el congelador –Yessabell, te has esmerado mucho ¿Acaso quieres impresionar a Ezra? –Bromeó y Yessabell levantó la mirada.

-Hace mucho que no cocino, es solo eso –Explicó colocando la masa cortada en una pequeña charola y llevándola al horno -¿Tu máquina de cappuccinos sirve? –Preguntó quitándose el delantal.

-Sí, pero de eso me encargo yo, ya has hecho mucho –Johann le sonrío –Tus abuelos y los padres de Joey vendrán también, así que ve a ducharte y arreglarte, pero antes... –Antes de que Yessabell saliera de la cocina -¿Cómo va la escuela, el volleyball y el trabajo?

-Bueno, la escuela va bien, sigo manteniendo un buen promedio, cuando regrese a la universidad debo terminar mi novela y esperar a ver si es elegida. También seré la nueva capitana del equipo de volleyball y en el trabajo también. Tengo que hacer dos comerciales, uno saldrá mañana –Explicó enumerando con los dedos –Tengo una sesión de fotos para san Valentín y algunas propuestas para otras revistas, y otras para pasarelas.

-¿Pasarelas? –Preguntó sonriendo.

-Sí, en Nueva York, Los Ángeles y Londres, ya sabes, la moda y eso, y una que no creo que sea buena –Contestó un poco avergonzada –Quieren que este en la pasarela de Victoria´s Secret´s en febrero.

-Vaya, eso es interesante, aunque si no estás muy segura… -Comenzó a decir Johann
-No es eso, tal vez sí –Confesó inquieta –Yo no soy como las demás chicas, soy estudiante de literatura y jugadora de voleyball no me interesa eso de modelar o actuar, empecé a hacerlo por diversión, pero ahora ya no me parece correcto, no quiero que la fama me cambie.

-Eso no pasara cariño –Aseguró con firmeza –Sigue haciendo cosas pequeñas, prácticamente con lo que has ganado, tienes la vida resuelta, solo haz lo que te parezca, si no estás segura, no lo hagas.

-Pues lo de las fotos y las revistas me agrada, pero lo de las pasarelas… no mucho, no sé nada de modelar y tener la atención de todos…

-No es lo tuyo –Interrumpió Johann –Entiendo. Has lo que creas conveniente. Ahora ve a alistarte –Le dio un abrazo y la dejó ir.

Yessabell subió a su habitación y se dio un baño en la tina, mientras se relajaba con sales de baño.
Cuando salió del baño, Ezra aún no regresaba. Decidió arreglarse de una vez.

Un hermoso vestido estilo escoces, que le llegaba hasta las rodillas, en colores; café, blanco y azul marino, con un cinturón de tela en la cintura, de la misma que el vestido. La parte de la falda era con volantes. El cuello redondo y sin mangas.
Se calzó unos tacones bajos azul marino; de gamuza, se puso un poco de mascara para pestañas y las enchino. Algo de labial rosa claro y dejó su cabello ondulado suelto, haciéndose unas pequeñas trenzas a los lados.

Estaba terminando de peinarse, cuando Ezra entró en la habitación.

-¡Vaya! –Declaró al verla –A tu lado parezco un vagabundo –Confesó riendo.

Yessabell soltó una carcajada.

-Solo bañate y estará arreglado, pero date prisa, solo tienes dos horas para parecer príncipe de nuevo.

-No tardaré –Ezra corrió al baño y se dio una buena ducha.

Cuando salió, se puso unos pantalones negros de pana, una camisa azul marino y un saco negro, a juego con unos zapatos azul marino de gamuza.

-¿Cómo debería peinarme? –Preguntó a Yessabell, quien estaba poniendo un vinilo de Russian Red en el toca discos, Conquer The World, comenzó a sonar.

-Mmmm… –Se dio la vuelta y caminó hasta Ezra, quien estaba sentado frente al tocador, viendo su reflejo en el espejo –Tal vez… de lado –Sugirió, colocando el cabello de Ezra de lado, con la ayuda de sus manos.

-Se ve bien –Tomó el cepillo y un poco de fijador y se peinó como Yessabell le indicó -¿A qué hora llegaran tus abuelos?

Yessabell volteó a ver el reloj en el buró, eran las 7:50pm.

-En unos minutos estarán llegando –Contestó entusiasmada.

-Bien. Quiero estar listo, para recibirlos –Terminó de peinarse y ambos bajaron de la mano, hasta el recibidor.

-Se ven muy bien juntos –Declaró Joey, en cuanto los vio bajar. En un traje negro, con corbata navideña de un santa -¿Listos para el exceso de felicidad? –Preguntó levantando las cejas, con media sonrisa.

-¿El qué? –Preguntó Ezra, desconcertado, viendo a Yessabell, quien se encogió de hombros.

-Mis padres, adoran a Yessabell, desde que la vieron en la revista deportiva y desde que se enteraron que ustedes dos andan… bueno, es difícil seguirles la conversación –Explicó Joey, mientras Johann salía de la sala.

Vestida para la ocasión. Un vestido verde olivo que le llegaba a media pantorrilla. Tacones blancos y saco blanco.

-Todo listo –El timbre sonó y Johann corrió a abrir –Bienvenidos –Saludó a los padres de Joey y a los suyos, quienes llegaron en el mismo momento. Todos vestidos de gala.

-¡Abuela! –Yessabell se lanzó a los brazos de Monique, la mamá de Johann y la abrazó fuerte –Dios, los he echado mucho de menos.

-Corazón, si fueras más seguido a Londres, no nos extrañarías tanto –Aseguró Gerard, el padre de Johann, acercándose a Yessabell y abrasándola.

-Lo siento, la escuela y el trabajo me tienen atrapada –Explicó en cuanto los soltó –Pero prometo que en las próximas vacaciones que tenga, iré a verlos –Se volteó a Ezra y lo tomó del brazo –Él es Ezra, mi novio.

-Eso ya lo sabemos –Afirmó Monique, dándole un abrazo a Ezra.

-Todo mundo lo sabe –Agregó Gerard, estrechando la mano de Ezra –Solo esperamos que tú no salgas como los otros chiquillos que jugaron con mi Yessabell –Advirtió.

-Papá por favor –Johann se acercó, con los padres de Joey –Cariño, ¿Recuerdas a los padres de Joey? –Preguntó a Yessabell.

-Claro, Yadira y Zafar –Contestó Yessabell sonriente –Es un gusto volver a verlos.

-El gusto es nuestro Yessabell –Yadira le dio un beso en la mejilla y después Zafar.

-Una nieta hermosa –Dijo Zafar, sonriendo.

-Gracias –Concedió Yessabell, sintiendo el rubor en sus mejillas, ciertamente, los padres de Joey, eran igual de atractivos que él.

-Bueno, basta de halagos, vamos al comedor, que me muero por probar lo que Yessabell cocinó –Intervino Joey, señalando el pasillo hacia el comedor, para que todos avanzaran.

Todos fueron al comedor.
Johann se sentó a la cabeza de la mesa, con Joey a su lado izquierdo y los padres de Joey a lado de él. Yessabell se sentó a lado derecho de Johann, con Ezra, seguido, de los padres de Johann.

Todos los platillos estaban en la mesa, el pavo en el centro, la sopa y las cremas a los lados. Los postres estaban en la cocina. La vajilla estaba dispuesta en cada lugar, con sus respectivos cubiertos y cristalería.

Johann comenzó a servir, con la ayuda de Yadira.
Cuando todos tenían sus platos llenos, Johann tomó la palabra antes de comer.

-Bueno, espero que sepa tan bien como se ve –Todos rieron y comenzaron a comer.

Las expresiones de satisfacción y las muecas de gusto, comenzaron a parecer en los rostros de todos.

-Esto esta delicioso –Declaró Zafar, con la boca llena.

-Estoy de acuerdo –Admitió Joey, metiendo una cucharada tras otra, de crema en su boca.

-Vaya, eso de que cocinas como los dioses era cierto –Afirmó Ezra saboreando un trozo de pavo.

-Por favor, no exageres –Yessabell le dio un leve codazo y Ezra río.

-Muy bien Yessabell tienes muy buen sazón –Aseguró Yadira.

-Mi nieta heredo su buena mano culinaria de su padre, lamentablemente en nuestra familia no tenemos el don –Intervino Monique riendo.

-Mamá, nosotras también tenemos buen sazón –Se defendió Johann –Como sea, ¿Se van a quedar para el baile o van a regresar a Londres?

-¿Baile? ¿Qué baile? –Preguntó Yessabell confundida –Nadie me dijo nada sobre un baile.

-El baile de año nuevo –Contestó Johann despreocupada –Estoy segura de que se los dije.

-Pues no sabíamos nada de un baile –Secundo Ezra, igual de confundido y sorprendido.

-Bueno, pues ya lo saben. Daremos un baile de año nuevo, invite a algunos amigos y familiares. Aunque invite a Robín, no vendrá, parecer que Ana y Philip, hicieron planes antes y reservaron un crucero, pero Nicolás y Renata, junto con sus padres si vendrán –Explicó Johann cortando su pieza de pavo –Cristina y Lucas vendrán, con Miranda y su nuevo novio.

-Hace mucho que no veo a Miranda –Confesó Yessabell feliz –Creo que eso del baile no es mala idea después de todo.

Después de la cena, Johann sirvió el postre.
Joey apagó las luces y Johann apareció con un enorme pastel de café, en forma de libro; de pastas azules, en la portada las palabras “Feliz cumpleaños Yessabell”, escritas con azúcar glas blanco.
Nadie canto, solo se quedaron en silencio, esperando que Yessabell no enloqueciera.

Yessabell se quedó sorprendida, viendo a Johann colocar el pastel frente a ella.

-Feliz cumpleaños veinte, cariño –Johann le sonrío, un poco nerviosa.

-Muchas gracias –Murmuró Yessabell sintiendo las lágrimas escocer sus ojos.

-¡Feliz cumpleaños Yessabell! –Dijeron todos al mismo tiempo, mientras ella soplaba la única vela en el pastel. Todos aplaudieron y Joey encendió la luz.

-Es hora de los regalos –Anunció Monique, poniéndose de pie, todos la siguieron y se pusieron de pie.

-Pasen a la sala, les llevaré su rebanada de pastel y un café, enseguida –Pidió Johann, a lado de Yessabell.

Todos fueron a la sala, excepto Johann y Yessabell.

-Muchas gracias mamá –Susurró y la abrazó –Este año lo logramos –Bromeó y Johann la abrazó más fuerte.

-Lo sé –Declaró Johann soltándola –Ahora ayudame a cortar las rebanadas y ponerlas en los platitos.

Cortaron el pastel y Johann colocó los platitos en una charola, para llevarlos más fácilmente.
Yessabell llevó la charola, mientras Johann iba a la cocina por el café.

Caminó hasta la sala y dejó la charola en una mesita, delante de un gran sofá, donde los padres de Johann y Joey estaban sentados. Ella se sentó en un sofá doble, con Ezra, mientras Joey, en otro sofá doble, esperaba a Johann.

-Empieza con nuestros regalos –Pidió Zafar levantándose y extendiendo una caja azul metálico a las manos de Yessabell, quien la aceptó encantada.

-¿Qué es? –Preguntó Yessabell, desenvolviendo el paquete -¡Oh por dios! –Exclamó al ver el contenido.

Una gargantilla dorada, con cinco pequeños soles en el centro.
Delicada y sencilla, tan al estilo de Yessabell.

-No sabía que regalarte, apenas y te conozco –Declaró Zafar, al ver que Yessabell no decía nada.

-No... está bien... es hermoso... –Le sonrío y él se relajó.

-¡Abre el mío querida! –Pidió Yadira, pasándole una pequeña caja plateada. Yessabell la tomó y la desenvolvió.

-Dios, son hermosos... –Sacó unos pendientes de diminutas lunas y se los mostro a todos –Veo que se coordinaron –Dijo a Yadira y Zafar.

-Algo así –Admitió Yadira riendo.

-Cariño, este es nuestro –Habló Monique entregándole un gran paquete rojo, con un moño blanco –Tu abuelo y yo pensamos que te gustaría, pero no puedes abrirlo ahora –Advirtió cuando Yessabell tomó el regalo –Ábrelo hasta el baile de año nuevo, probablemente querrás usarlo -Instruyó.

-Ok –Yessabell Dejó la caja a su lado, junto al sofá.

Johann apareció con los cafés y cada uno tomó una taza.

-Este es mi regalo –Joey le entregó un paquete rectangular, envuelto en papel fantasía con figuras navideñas.

Ella lo tomó y lo desenvolvió. Un paquete de tres libros de primera edición, estaban en sus manos. “Luchy Number Four” “Ciudades de Papel” y “Serial Hottie”.

-Oh… Joey… –Se quedó sin palabras –Muchas gracias… son… es…

-No tienes que decir nada –Aseguró Joey feliz, por haber dado en el blanco.

-Cariño, esto es diferente –Johann le entregó una caja cuadrada un poco pesada –Creo que le hubiera gustado que los tuvieras.

Yessabell dejó los libros que le dio Joey en su lugar en el sofá y tomó la caja que Johann le estaba entregando. La desenvolvió lentamente y cuando la abrió, no pudo contener las lágrimas.

Separadores de libros, bolígrafos, sujeta libros, marcadores y pisapapeles, que una vez pertenecieron a su padre.

-Muchas gracias mamá… no sabía que guardabas esto –Murmuró llorando de felicidad.

-Oh, cariño, no llores –Johann le dio un abrazo y después la soltó –Solo quería que tú los tuvieras, seguro que a él le encantaría.

-Muchas gracias, es perfecto –Le sonrío y regresó a su lugar en el sofá, contemplando el contenido de la caja.

-Bueno, mi turno –Intervino Ezra, sacando una pequeña caja del interior del bolsillo de su saco –No sabía que regalarte, pero supongo que es original –Le entregó la pequeña caja a Yessabell y ella la tomó, un poco nerviosa.

Abrió la pequeña caja negra, y probablemente todos esperaban ver un anillo o algo parecido, pero no lo era.
Un pequeño reproductor de MP3, color rojo, con unos pequeños audífonos blancos incluidos.

-Esto…

-Lo sé –Ezra volteó a ver a todos, sentados en la sala, con sus tazas de café y expectantes al misterio –Todos probablemente esperaban ver otra cosa, pero… esto realmente es especial, de verdad, creo que… no sabía que regalarle y yo solo… -Volteó a ver a Yessabell, quien le sonreía –Quería que tuvieras algo para recordarme. Algo que escuchar cuando yo no estuviera cerca y que sepas que no te dejaré. Prácticamente te estoy entregando mi alma.

-Es hermoso Ezra... –Lo abrazó y todos aplaudieron –Gracias a todos –Dijo en cuanto se apartó –Ha sido un buen cumpleaños –Afirmó sonriente, limpiándose las lágrimas –Lo siento, soy muy sentimental.

Todos rieron, ayudando a Yessabell a relajarse.

-Bueno, comamos pastel, esta delicioso –Johann comenzó a repartir, los platitos con pastel y todos comieron, mientras charlaban sobre el baile de año nuevo.

Yessabell sacó el MP3 y le dio un audífono a Ezra y ella tomó el otro, puso play y la primera melodía que escucho fue la que le sacó una enorme sonrisa.

Auburn estaba cantando Perfect Two.

-Esta es la canción… -Susurró a Ezra, para que nadie los escuchará –La que estaba sonando cuando…

Ezra le sonrío y se acercó a su odio libre.

-Cuando tuvimos relaciones en la fiesta –Dijo lo más bajo posible.

-Somos el dúo perfecto –Admitió Yessabell viéndolo a los ojos –Ezra... me encantan tus hermosos ojos verde esmeralda.

-Vas a hacer que me ruborice –Apuntó reprimiendo una risa –Pero tienes razón, somos el dúo perfecto.

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