No he vuelto a ver a Hoseok durante dos días contando éste. Estoy en la heladería sirviendo a las personas que vienen, ya son las tres de la tarde y el clima es frio, por eso hoy en vez de helados se está vendiendo chocolate caliente o mates con empenadas para acompañar.

— Yoongi tu celular está sonando desde hace rato — me dijo Momo

— En el trabajo no puedo hablar por celular y eso todos mis conocidos lo saben — dije dándole un té de gengibre a una clienta

— Tal vez sea algo importante Yoongi, no creo que el jefe se enoje por eso —

— Bien, contestaré — dije para ir a dentro al almacén en donde nuestras cosas estaban — ¿Aló? — pregunté llamando al mismo número del que tenía llamadas perdidas, no respondía y ya me iba a ir pero de pronto ese número volvió a llamar

Al contestar no escuche nada, tan solo la respiración de alguien.

— Si no contesta colgaré — amenacé

— ¿Podemos hablar hoy? —

— ¿Quién te dió mi número? —

— Por favor hijo, solo será unos minutos —

— No quiero hablar con usted — dije colgando

Volví a mi trabajo, pero no esperaba ver a Hoseok en el mostrador.

— ¿Hoseok? — pregunté acercándome más

— Deme dos helados de chocolate con menta, el más grande — le dijo a Momo, ignorándome

— ¿Lo conoces? — me preguntó Momo mientras se iba a servir — ¿Quién pide helado en invierno? — preguntó mirándome raro

— Lo conozco, fuimos amigos... —

— Es bonito, debe de salir con alguien — dijo sonriendo — a pedido dos helados identicos así que tal vez esté esperando a esa persona —

— No sé... — dije viéndolo pero solo su espalda pues se sentó viendo a la puerta de entrada

— Yoongi puedes llevarle los helados — me dijo Momo

— Pero aún no está, te falta el glaseado y decorarlo —

— Lo sé, pero cuando esté quiero que se lo lleves a tu amigo — dijo sonriéndome

Estaba limpiando a nuestro alrededor cuando escuché un grito.

— ¡HOSEOKI LINDO! — gritó una chica de piel pálida corriendo a abrazarlo

— ¡LOCA! — le respondió él parándose para abrazarla

— ¿Momo ya esta los helados? — pregunté queriendo acercárme a la mesa de esos dos

— Listos — dijo poniendo los helados frente a mí

Me acerqué con cuidado a la mesa de ambos mientras escuchaba la voz de la chica.

— Cuando fui a tu casa tu papá dijo que ya te habías ido, me entristeció eso Hoseok — dijo haciendo un puchero

— Fue una decisión algo precipitada — dijo sonriendo

— Claro que sí, los dos habíamos quedado en venir juntos, ¡Eres muy malo Hoseok! — exclamó la chica riéndose, en una cifra de segundos nuestras miradas se cruzaron y ella borró su sonrisa

— ¿Pasó algo? — preguntó Hoseok volteando — ah... sólo eres tú — dijo para dejar de verme y ver a la chica

Yo sólo tuve que sonreir y dejar las copas en la mesa.

— Disfruten sus helados — dije mirando a ambos

— Gracias — dijo la chica sonriéndome — ¿Hoseok qué se dice...? — preguntó ella mirándolo seria

— Gracias... — dijo sin ganas

Cuando volví al mostrador no podía apartar mi vista de ellos, durante toda la tarde estuvieron ahí, riéndose y mirándose.

— Deja de mirarlos y mejor apresúrate con los pedidos, recuerda que Hyungwon no vino hoy y tenemos que hacer muchas más cosas — dije Momo

— Está bien — dije dándome la vuelta para no verlos

La hora de salir cayó y esos dos aún no se iban.

— Jóvenes, les informaron que ya es la hora de cerrar por lo que deben de retirarse, gracias por su comprensión — les fue a decir Momo

Ellos se fueron de inmediato, pero hubo algo que esa chica dijo que me dejó pensando.

— Hoseok hoy es una fecha especial para ambos — dijo mientras salían, nuestras miradas volvieron a chocarse y ella solo me guiñó el ojo

Cuando salimos nosotros, que fue media hora después, ya casi iban a ser las siete, estaba caminando hacía casa cuando en medio de mi camino me encontré con mamá.

— Yoongi — dijo sonriendo

— ¿Sí? — pregunté viéndola fijamente

— Vine para que hablemos — dijo acercándose

— No tengo nada que hablar con usted —

— Yo tengo que hablar contigo y es urgente — dijo borrando su sonrisa — sólo será un rato, no te quitaré mucho tiempo —

— Entonces di de una buena vez lo que desea para que no me haga perder mi tiempo —

— Bien... — dijo acercándose más — me voy a irme del país, no sé por cuanto tiempo, pero creí que debías saberlo —

— Sabes que eso no me importa en lo mas mínimo —

— Me alegra — dijo sonriendo — me alegra ver lo mucho que has madurado y superado tus miedos, me alegra que por fin puedas verme directamente a los ojos, y sin ver ese miedo —

Es verdad, desde que tengo memoria ella siempre me repetía que la mirará directamente a los ojos.

— Me alegra que tu miedo a la oscuridad se haya esfumado, me alegra que hayas cuidado muy bien a tu hermano y papá — pude notar sus ojos ponerse rojos para luego verla cerrar los ojos y botar lágrimas — me alegra eso Yoongi —

— No llores, por favor deja de ser falsa —

— Sé que eso parece, pero siempre cuidé de ustedes —

— ¿Yéndote? —

— Era lo mejor, no sabía ser madre, no lo sé hasta ahora y lo supe cuando vi a tu hermano, me alegra que la señora Choi siempre les haya dado los víveres que dejaba para ustedes —

— ¿T-Tú qué...? —

— El papá de Jungkook murió hace poco, él quería conocerlo y yo le prometí llevarlo, pero no pude... — dijo riéndose ligeramente — era un buen hombre —

— Mi papá también y lo dejaste —

— Tu papá es un buen hombre, pero no lo amo, dejarlo fue lo mejor, además él se encuentra mejor sin mí —

— Es mejor que me vaya — dije pasando por su lado, pero ella me detuvo poniéndose al frente mío

— Soy una mala madre, siempre me lo repito, pero si la historia hubiera sido otra si tal vez hubiera sido diferente,  alguien más madura tal vez, las cosas no hubieran sido así, yo los amo mucho Yoongi... — dijo sin dejar de llorar — a tí a tu hermano los amo mucho — dijo queriendo agarrar mis mejillas pero me alejé

— Di la verdad —

— Siempre fuiste listo, me alegra que Jungkook también lo sea — dijo suspirando — tengo cancer de pulmón —

Yo solo me quedé en silencio sin dejar de verla, ahora que la veo mejor puedo notar su delgadez extrema, sus ojeras y su poco cabello.

— No quiero nada, tampoco tengo derecho a pedir algo, pero solo quiero dos cosas hijo... — dijo mordiéndose el labio — quiero un abrazo y que me perdones, por favor — dijo acercándose — solo quiero eso, siempre te hice daño y me siento mal por eso, lo único que quiero es abrazarte por última vez —

— Ma-amá — dije avanzando para abrazarla — no-o debería perdonarte, fuiste muy mala —

— Lo-o sien-ento —

— Pero voy a hacerlo, eres mi mamá de todos modos —