Final pt. 1🍂

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Final pt. 1:

Con determinación y una valentía que no sabía que poseía hasta el momento, Jimin clavó sus patas contra la nieve a la espera de los omegas.

Sus orejas de suave pelaje negro se movían en todas las direcciones, captando cada sonido de su entorno, ellos se iban acercando cada vez más. En su mente, rogaba porque su hermano y los demás estuviesen ya cerca del refugio.

Con sus enormes ojos naranja dorado fijos hacia el frente, pudo distinguir las enormes siluetas de cuatro patas entre la densa niebla que comenzaba a formarse. Sus pupilas se contrajeron al percibir cinco figuras en total, pudiendo distinguir a una en específico. Young Mi, quien, al parecer, había decidido darle un cambio a su aspecto. Las cuatro líneas verticales apenas y habían cicatrizado lo suficiente como para que dejaran de sangrar.

Cuando sus ojos se encontraron, ella le mostró sus largas filas de filosos colmillos, gruñendo grave y profundo, expresando con ese sonido lo mucho que su existencia en ese mundo le perturbaba y lo satisfecha que se sentiría una vez que apagase la luz de vida de sus ojos.

< Busquen a los otros y hagan lo que quieran con ellos, yo me haré cargo personalmente de este zorro>, demandó Young con la voz distorsionada por las emociones que bullían en su interior como agua hirviendo.

Los demás lobos descontentos por la orden proveniente de alguien que no era su líder pensaron en protestar, sin embargo, Young Mi no iba a permitir que nadie interfiriera, por lo que, gruñendo más fuerte, les advirtió que ella no dudaría en atacarlos a ellos también.

Su cordura pendía de una delgada línea, había esperado por tanto tiempo que las ansias de acabar con la vida de Jimin y de su hermano, fueron demasiadas como para querer liquidar a sus "compañeros" en el proceso.

Sin ninguna otra opción, los lobos restantes pasaron junto a Jimin, quien adrede les permitió pasar. Sus instintos le decían que esos muchachos no eran muy listos por cuenta propia, por lo que confió en que los demás estarían bien.

En cuanto a la loba que tenía enfrente, él no cometió el error de quitarle los ojos de encima, a la espera de cualquier minúsculo movimiento que le indicara que ella lo atacaría. Era una suerte que, su gestación apenas cursaba los dos meses, gracias a eso, las probabilidades de haber perdido agilidad y velocidad eran del tamaño de una hormiga.

Por otra parte, por más que un enfrentamiento entre ellos era algo inevitable, Jimin sabía que, si hubiese sido posible, habría intentado hablar con ella, después de todo, era un gran sin sentido que ella estuviera resentida con él por algo que ninguno de los dos habría podido cambiar. En su estado actual, Young Mi no atendería a razones al estar plenamente entregada a su venganza.

Un aullido seguido de un feroz gruñido cortó con el tenso silencio que se había formado. En un rápido movimiento, ella decidió atacar primero, y tal y como lo imaginó, y aunque fue por los pelos, consiguió esquivar aquellas grandes fauces.

Tal movimiento le permitió darse media vuelta y correr al interior del bosque, ya que mantenerla alejada lo más que pudiera de todo le parecía un muy buen plan.

Si fuese posible, Jimin habría reído con satisfacción debido a que Young Mi hacía exactamente lo que imaginó que haría, ir tras él, podía escuchar el sonido de la nieve crujir bajo el peso de sus enormes patas, al igual que el sonido de las hojas cejas y las ramas que la nieve no alcanzaba a cubrir.

Para ese punto, Jimin no iba a mentir, el miedo consiguió instalarse en él, la incertidumbre de lo que le deparaba al final de su enfrentamiento con la delta, lo único que lo mantenía en pie y seguro de todas las decisiones que iba tomando al paso, era su anhelo de regresar a casa con todos y el poder imaginarse junto a su machote y su cachorro, su motivación.

Sus ojos centellearon, esa noche no sería la de su muerte, él enfrentaría su destino y saldría ganador ¿Young Mi pensó que sería presa fase? ¡Ja!, ella iba muy lista si creía eso. Cada acto y decisión tenía su consecuencia, y él sería la suya.

Fue al filo de un acantilado que Jimin se vio forzado a detenerse puesto que no había más camino, en su lugar, las congeladas aguas de las cascadas aguardaban abajo. Dándose media vuelta, se encontró con la loba acorralándole.

Ella relamió su hocico con gozo.

<Aquí se acaba todo, maldito bastardo, no hay lugar a donde puedas correr>

En la reserva, las cosas eran aún más salvajes. Manchas de sangre se esparcía por doquier, cuerpos inerte eran parcialmente cubiertos por la nieve, gruñidos y rugidos resonaban en cada rincón.

Los lobos del este y oeste no daban tregua alguna, demostrando porqué eran ávidos y sanguinarios guerreros. Tal vez la manada de Khan poseía ventaja numérica, algo muy importante en las manadas de lobo, pero en cuanto a trabajo en equipo, inteligencia y fuerza, bueno... no todo eran beneficios.

La adrenalina recorría el cuerpo de Yoongi, siendo capaz de oír el martillar de su corazón con sus propios oídos, como un constante, arrítmico y acelerado martilleo en su cabeza. Hacía escasos segundos atrás, pudo sentir las emociones de Jimin como si le hubiesen dado un latigazo sobre el lomo. Miedo, enojo, frustración, todas y cada una de ellas golpeando su lazo como bofetadas.

El animal interno de Yoongi mostró los dientes en un gutural gruñido, dando la orden de que fueran en busca de Jimin, sintiendo que él y su cachorro los necesitaba. Él podría haberlo hecho, darse vuelta e ir al encuentro de su compañero, pero su instinto de alfa era fuerte en la misma medida, todo en él le decía que plantara sus patas allí y se enfrentara a los omegas hasta no quedar ninguno.

Una mancha en movimiento fue captada por su vista periférica, razón por la que disparó su mirada en aquella dirección, en donde una figura fue haciéndose más y más reconocible. Se trataba de Khan, el lobo omega que alguna vez fue parte de la manada de su padre, y quien lo llevó a su muerte.

Ese maldito desgraciado, ese encuentro sería el final de aquella historia que esperó siglos darle un cierre.

En el pasado, cuando aún era el cachorro del alfa en pleno entrenamiento para el papel que debía asumir a futuro, tanto su padre como su manada, le enseñaron resolver cualquier altercado con diplomacia, es decir, con mano firme, pero sin recurrir a la violencia y a la obediencia por tiranía.

Su padre le había inculcado que un buen alfa, era aquel que las personas seguían por la paz y la seguridad que se les brindaba, era aquel que escuchaba con responsabilidad y genuino interés lo que los demás tenían para decir, aquel que era capaz de lograr una armonía absoluta.

Para Khan, esas ideas utópicas eran inservibles, por lo que nunca estuvo de acuerdo con el padre de Yoongi con respecto a eso. Para él, un alfa debía gobernar con mano dura, pues el miedo era el cimiento esencial para la obediencia y la lealtad, quien ejercía su voluntad sin esperar consejos de los demás, alguien que estaba en la punta de la pirámide por una razón, ser el más fuerte.

Tales ideales mezquinos lo llevaron a traicionar a su propio alfa y a toda la reserva, tales ideales condenaron a muchas vidas inocentes, y eso era algo que Yoongi jamás se permitiría perdonar. No había manera en el mundo que él fuera diplomático con quien no se lo merecía.

<Lo siento papá, lo siento abuelo, esta vez no hay palabra que valga, espero puedan perdonarme>

Cuando al fin estuvieron cara a cara, Yoongi fue testigo del recuerdo físico que su padre en Khan, una cicatriz en forma de dientes brillaba en su yugular, no había pelaje que cubriendo esa zona.

Khan transmutó en humano, los vestigios de la edad hacían mella en aquel hombre. Su cabello plateado estaba amarrado en una larga trenza que llegaba a sus caderas y las arrugas marcaban su cetrino rostro de facciones duras. Su piel humana poseía ciento de cicatrices de distintos tamaños, y aunque físicamente no parecía haber cambiado, Yoongi sabía muy dentro suyo que Khan no era el mismo de antaño.

—Ha pasado un buen tiempo desde la última vez que nos vimos Yoongi —dijo con su voz ronca y sonrisa burlona—, perdón, siempre olvido que ahora eres el alfa Min.

—¿Qué es lo que quieres Khan? ¿Cuáles son tus intenciones al hacer esto? —Yoongi exigió saber con su entrecejo fruncido con fuerza y su mandíbula tensa.

—Oh por favor, no me veas así —alegó Khan moviendo sus manos de forma airosa—, solo vengo a reclamar lo que por derecho debió ser mío y no del estúpido de tu padre. Él no era un alfa de verdad, era un mediocre que creía que todo se solucionaba con paz. No es nada personal contra nadie.

Error, Khan estaba muy equivocado, desde que su padre sucumbió a la locura por perder a su compañera, a parte de su reserva y él a su madre, todo lo que se relacionaba a Khan ya era personal.

Yoongi apretó sus puños con rabia tras rememorar como la figura alicaída y deprimida de su padre se perdía en la espesura de los inmensos bosques para no regresar nunca más. Siguiente a eso, también rememoró a su madre, la valiente guerrera que se enfrentó ella sola a una manada de omegas, una mujer devota que sacrificó su propia vida para salvar la suya, se recordó a él mismo a los cinco años escondido en un agujero hecho de tierra y nieve, con frío y hambre, viendo como su mamá caía al acantilado junto a otros cuerpos, al Yoongi de cinco años que con el miedo apoderándose de cada fibra de su diminuto ser, se obligó a si mismo a esperar a que alguien de los buenos lo encontrara y lo llevara a casa.

<<Mami te ama Yoongi, nunca lo olvides>>

<<Estoy seguro hijo, que cuando el momento llegue, serás un gran alfa, estoy muy orgulloso de ti>>

—No, Khan. Esto es muy personal. Vas a pagar todo el daño que causaste, hoy se termina todo.

—Entonces, no hay nada más que decir —respondió el omega borrando todo rastro de burla.

Ambos volvieron a transmutar, y por su honor y el recuerdo de todos tatuado a fuego en su consciencia, Yoongi sería el vencedor.

Nota 15062024: No les voy a mentir, volví a llorar escribiendo el final, Dios, jajaja, ta potente el asunto.

En fin, ¿estamos todos preparados para que esto termine? probablemente no.

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