Los murmullo a su alrededor eran soltados con mucha indiferencia, varios insultos dirigidos a su nombre se escuchaban a sus espaldas, junto a la brisa fría pegar con su cuerpo cubierto mínimamente por atuendos de lino fino.

El semblante de la pequeña hada era triste, sus azulados ojos eran incapaces de mostrar algo más allá que solo un profundo vacío.

Los humanos, criaturas llenas de una bellaza pura e incluso otros semidioses de aquel edén solían recalcar su locura, solían recordarle que estaba solo y hundido en una simple ilusión, la cual supuestamente satisfacía su mente.

Pero la verdad, por supuesto, era otra.

No importaba cuántas veces Jimin lo dijera en voz alta, no importaba cuantas veces lo mencionara con sinceridad. Sus palabras no valían nada de nada, y hasta en aquel entonces, cada una de sus palabras eran consideradas como mentiras.

La belleza de Jiminie era inigualable, lamentablemente muchos comenzaron a esparcir el rumor de que estaba loco.

Sin embargo, a todo esto, el hada no le prestaba la más mínima atención y solo se dirigía al final de todo, lo que vendería sería el borde del más grande acantilado que podría existir.

Ese frío y tétrico lugar que separaba el paraíso eterno con el mundo humano.

Honestamente, ya nada era igual en Park Jimin.

-Buenos días, Minnie..- un joven corpulento, de gran sonrisa y simpatía, deslumbrante en todos los sentidos, se acercó entusiasmado hacia Jimin.

Frente a él estaba el hada de apariencia delicada, con su piel suave al tacto, labios levemente rojizos y cuerpo curvilíneo.

Era perfecto, y una de las cosas que más amaba de él era el hecho de que sus ojos demostraban más de lo que cualquiera podría notar.

Taehyung, Kim Taehyung, un alto y apuesto semi-dios, amado por todo el edén en absoluto.

Ese noble joven caminó hasta Jimin, mientras este último aún seguía sentado en una especie de banca hecha de piedra y con la mirada perdida hacia el vacío del acantilado.

-Vine a verte más temprano que de costumbre..- sonrió con suavidad.

Jimin al escuchar aquello tan solo cerró sus ojos durante un breve instante, respiró profundamente y luego abrió sus brillante y profunda mirada, obervando a Tae.

-Gracias por haber venido..- el hada murmuró con un tono de voz dulce, inconscientemente, enamorando aún más al semi-dios.

-No fue nada, sabes que amo verte solo a ti..- después de decir aquello, mostró lo que llevaba en una de sus manos.

Un precioso collar de oro, con algunas perlas y diamantes en él.

Taehyung parecía ansioso y feliz, acercándose a Jimin para darle uno de los tantos obsequios por parte de su cortejo hacia él.

Las manos de Tae actuaron por sí solas, colocando el collar alrededor del cuello de Jimin, dejándolo posar con gracia sobre su piel.

Jimin quería decirlo, a pesar de que nadie le iba a creer.

Quería confesarle al semi-dios que él nunca iba a poder corresponder a su amor de la misma manera.

El hadita ya tenía a alguien más, y ese alguien era todo lo que siempre esperó encontrar.

Park Jimin amaba a alguien imposible, alguien nunca podría llegar a ser comparado.

Ese alguien era Min Yoongi, el dios que era conocido por manejar uno de los tantos universos existentes.

You know I got so much to say
I try to hide it in my face
And it don't work, you see through
That I just wanna get with you
And you're right

Espero que les guste, perdón si ven algún error.

¿Qué les pareció?

¿Preguntas?

No se olviden de comentar y votar, eso me ayudaría mucho a seguir con las demás partes :3.

Gente, adivinen, sigo hasta el poto de tareas 😭🤚

Tqm, cuidense mucho y descansen c':

Sempai❤