Epílogo

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Observando a cierto pelinegro hermoso mirar ansiosamente por la ventana de la entrada, Jungkook sonrió y cruzó sus brazos.

—Sentarte y esperar mientras observas por la ventana no hará que el camión aparezca más rápido, amor —pronunció con cariño.

—Lo siento, pero no puedo evitarlo —expresó alejando su mirada para observarlo con aquellos increíbles ojos suyos—. Deberías de agradecer de que no esté esperando mientras observo fijamente el reloj —argumentó.

La nariz de Jungkook se arrugó ligeramente al pensar en aquellos días, siempre era triste recordarlo.

—Bueno, sí, ya has avanzado un poco en ello —le sonrió abriendo sus brazos.

Sonriendo, Taehyung se alejó y fue directo a los brazos de su humano, su pareja.

—Estoy ansioso, no puedo creer que finalmente se están mudando con nosotros —exclamó.

—Técnicamente, ya estaban viviendo aquí también —le recordó divertido—. Rara vez iban a su departamento.

—Oh, solo iban cuando querían tener sexo ruidoso de noche o de día y no querían que los escucháramos —explicó observándolo.

—Otra vez, demasiada información, amor —suspiró negando y sonriendo involuntariamente ante el sonido de la risa de su pareja.

—Por favor, como si nosotros no hubiéramos aprovechado también aquellos momentos —le recordó con una sonrisa que sonrojó al contrario.

—Solo espero que no se lo contaras —murmuró abrazándolo con más fuerza.

—¿Lo hice? Quien sabe —expresó y soltó una risita dulce—. ¡Oh! Ya están aquí, ya llegaron —chillo el pelinegro tras escuchar el sonido del camión de mudanza e inmediatamente partió para recibir a su hermano.

Negando, Jungkook le siguió fuera de la casa, asegurándose de desactivar un momento el sistema de seguridad de la casa, ya que iba a ser problemático tener que desactivarlo y activarlo cada vez que entraran las cosas de sus amigos.

Dejando la puerta abierta, el castaño contempló a sus amigos bajarse del auto del pelimenta.

Viendo a ambos hermanos abrazarse y comenzar a hablar animadamente entre ellos, se acercó a Min.

—Pensé que iban a tardar otra hora en llegar —comentó.

—Jimin estaba algo apresurado —se encogió de hombros—. ¿Está todo listo? —preguntó, con su mirada fija en su hermoso rubio.

—Por supuesto que sí, terminaron de arreglar todo ayer mientras no estaban, y como deseabas, el segundo piso de la tienda se convirtió en tu propio lugar conectado a nuestra casa, ahora conectado por el pasillo y no por la tienda —respondió.

—¿Y lo otro? —le observó.

—Todo listo —asintió.

—Perfecto —sonrió y observó a los hombres de la mudanza—. La puerta está abierta, entren y dejen todo, nosotros terminamos de ordenar —ordenó.

—¿Se trajeron todo el departamento? —preguntó una vez la puerta del camión se abrió revelando todo.

—Solo son cosas que necesitaremos para nuestro espacio —anunció—. Y otras que pensé que serviría para la tienda —expresó frunciendo el ceño—. Será mejor que les diga cuales son de la habitación para que las vayan subiendo, no quiero a Jimin intentando ayudar ahí, su pierna ya le duele por haber estado ayudando más temprano en el departamento —comentó antes de alejarse para hablar con dichos hombres.

—¿Podemos ayudar a desempacar también? —preguntó Taehyung, acercándose a su pareja junto a su hermano.

Observando al camión con la rampa donde cuatro hombres se movían bajando cosas pesadas y saltando incluso, se estremeció internamente, imaginándose a los chicos lastimarse en el proceso.

A pesar de que habían conseguido el contacto de un médico confiable para confirmar que los chicos eran totalmente unos humanos tanto por fuera como por dentro, no quería arriesgarse a que se rompieran un hueso o algo peor.

—¿Qué tal si nosotros les ayudamos a ordenar adentro y les dejamos el trabajo pesado a ellos? —propuso en cambio.

—Suena bien —aceptó Taehyung y observó a su hermano—. ¿Qué dices?

—Claro, la mayoría de las cosas son demasiado pesadas para mí, ya lo comprobé —expresó con un pequeño puchero adorable.

—Entonces vamos a su piso, quedé con mucha curiosidad por saber cómo quedó —reveló el pelinegro.

Minnie soltó una risita adorable.

—Yo también tengo curiosidad —expresó.

—¿Qué? ¿Por qué? Ustedes diseñaron todo —indicó su hermano.

—Sigamos esta conversación adentro, chicos, es peligroso quedarse aquí demasiado tiempo —ordenó Jungkook observando con el ceño fruncido a un par de trabajadores que permanecían arriba del camión observando fijamente a los hermosos chicos.

Sin ser consciente de aquella mirada, los hermanos siguieron la instrucción de Jungkook y entraron en la casa.

—¿Por qué están dejando algunas cosas aquí abajo? —preguntó el hermoso rubio a su pareja.

—Muy pesadas, subiremos lo liviano primero —respondió atrayéndolo para un beso—. No hagas cosas tontas —advirtió y Jimin sonrió.

—Solo iba a subir con Tae a ordenar todo —expresó.

—Yo estaré con ellos —aseguró Kook cuando la mirada de su Hyung reparó en él.

Asintiendo, Yoongi besó por última vez a su pareja y salió nuevamente detrás de los trabajadores.

—Y pensar que en un principio lo rechazaba completamente —comentó Tae con una sonrisa.

—Solo tenía miedo de intentarlo —respondió Minnie, subiendo las escaleras.

—¿Esa es la puerta? —preguntó Taehyung deteniéndose frente a una en medio del pasillo.

—Nop, es la que está allá —indicó Jungkook, señalando el final del pasillo a su izquierda.

—¿Qué es esa puerta entonces? —preguntó el pequeño rubio mientras se alejaban.

—Otra habitación seguramente —descartó el castaño guiando a ambos hermanos a seguir.

Cuando cruzaron las doble puertas abiertas, los tres soltaron un pequeño sonido de sorpresa.

—Vaya —comentó Jimin, observando al igual que sus amigos, un juego de sofás en un principio, a la izquierda una pequeña cocina contra la pared con una isla y a su derecha, subiendo un par de escalones, unas doble puertas.

—¿Hicieron su propio departamento aquí? —exclamó Jungkook, siguiendo al par de hermanos.

—Bueno, en sí la biblioteca era un gran lugar ya que cubría toda la tienda —le recordó su pareja.

—Oh, aquí está nuestra habitación —exclamó el pequeño rubio, observando la cama vacía en el centro con dos grandes ventanas tras ella.

—Entonces, ¿aquí es el baño? —preguntó Tae, dejando a su hermano que se había dejado caer en la cama para abrir la otra puerta.

Jungkook silbo por lo bajo al contemplar lo mismo que su chico.

—Ellos realmente crearon un departamento de lujo aquí —expresó al contemplar la gran tina perfecta para dos personas.

—No te preocupes cariño, podemos venir a usarla cuando ellos no estén —aseguró Tae golpeando su pecho.

—Yo no tengo problema siempre que limpien todo, pero no le digan a Yoonie porque no les dejará —expresó con una dulce risa Jimin.

—¿Qué es lo que no tienen que decirme? —preguntó el nombrado, cargando una caja que dejó sobre la cama—. Las mesitas de noche una a cada lado —indicó a los hombres que le seguían—. ¿Y bien? —preguntó, observando directamente a su travieso rubio.

Soltando una risita, Minnie fue con su pareja y lo abrazó mientras llenaba su rostro de besos.

—Ellos solo están sorprendidos por el departamento de lujo que has creado aquí —respondió y restregó sus narices.

—Es como si tuvieras un departamento aquí —comentó Jungkook, abrazando a su chico.

—Que vivamos juntos no significa que vamos a compartir las 24 horas del día —respondió colocando sus manos en la cintura de su pareja—. Suficiente tengo con pasar tiempo juntos en el mismo trabajo, quiero mi tiempo a solas sin interrupción con mi pareja.

—Comprensible —asintió Taehyung.

—Aun así tendremos y disfrutaremos tiempo juntos como amigos que viven en la misma casa, ¿cierto? —preguntó Jimin.

—No siempre —advirtió Min—. Cuando estoy en el trabajo puedes estar con tu hermano, pero cuando llegue a casa eres mío —anunció.

—Y yo soy completamente feliz con ello —sonrió besándolo dulce.

—Iré a ayudar para que esos hombres se vayan pronto —expresó el pelimenta, soltando a su pareja—. ¿Por qué no ordenas aquí? La cama es lo que necesitaremos esta noche.

Sonrojándose, el hermoso rubio lamió sus rellenos labios y asintió con entusiasmo.

—Gracias por recordar que quería ventanas grandes —pronunció.

—Sé que te gusta mirar el cielo estrellado —respondió besando su frente antes de observar a Jungkook—. Vamos.

—Pero... —pronunció, observando al par de hermanos.

—Está bien, esos idiotas que no les quitaban el ojo de encima no pueden entrar —calmó antes de salir de la habitación.

—¿Qué fue eso? —preguntó Tae deteniendo a su pareja.

—Solo un par de trabajadores que no dejaba de observar a los dos —respondió—. No salgan de aquí —pidió antes de salir siguiendo a su Hyung.

—¿No amas que sean tan celosos y sobre protectores? —preguntó Jimin tomando asiento con un suspiro en la cama.

—Es mi parte favorita, aunque tampoco estoy en contra de un Kookie tierno —sonrió.

—El mío rara vez actúa tierno —rió Minnie—. Pero está bien, le amo así, yo soy tierno por los dos —aseguró.

—Y travieso también —resopló.

—Mi Yoonie me quiere así —se encogió suavemente de hombros—. Entonces, parece que esta caja tiene las mantas de la cama, ¿la armamos? —preguntó levantándose.

—Por supuesto que tu prioridad iba a ser tu cama —indicó divertido Taehyung, ayudando a su hermano.

—Como si no fuera igual ti —resopló—. ¿O creías que no íbamos a escuchar las veces que lo hicieron en la noche cuando estábamos aquí?

—Como si nosotros no lo hubiéramos escuchado a ustedes —sonrió el pelinegro

—Cierto —rió—. Al menos ya no habrá riesgo de ello, nuestra habitación está alejada y Yoonie hizo que la prepararan con una cosa para que ustedes no nos escucharan ni nosotros a ustedes —reveló—. Por lo que podrán tener sexo ruidoso sin problema —aseguró.

—Será un alivio para Kookie, es medio tímido cuando se trata de ese tema —reveló con una sonrisa dulce.

—El mío no es tímido, solo le molesta que otros se puedan imaginar a mi desnudo o conociendo los sonidos que hago —reveló divertido y satisfecho—. Y sí, él mismo me lo dijo.

—Estos chicos —sonrió Taehyung—. ¿Qué habrá en esa puerta que apareció de la nada? —preguntó una vez terminaron con la cama.

—No lo sé, no recuerdo ningún plan de ella —expresó mordiendo tu relleno labio inferior—. ¿Deberíamos de ir a ver? —preguntó.

—¿Cuánta ropa tienes, Minnie? —preguntó Jungkook, dejando dos cajas amontonadas en el suelo.

—Es culpa de Yoonie, ve un conjunto, le gusta y lo compra —se excusó el pequeño rubio.

—¿Y quién es el que me muestra el conjunto y me hace ojitos? —preguntó Yoongi cargando un mueble con la ayuda de otro hombre.

—No tenías que decir esa parte, Yoonie —refunfuñó y luego sonrió.

—¿De dónde sacas tanto dinero? —preguntó Taehyung con asombro.

—Tenía una herencia de mi abuelo —respondió y despidió al otro hombre—. Cuando tus hombres terminen abajo pueden irse —anunció, entregándole algo de dinero.

—Por supuesto, señor Min —asintió el hombre retirándose.

—¿Ya han subido todo? —preguntó Taehyung con asombro, después de todo, el camión era grande.

—En su mayoría —asintió Jungkook—. Hay más cajas en la cocina y otras en la sala y uno que otro mueble que acomodar.

—Entonces...

—Entonces, no —interrumpió Yoongi al hermoso rubio—. Ahora bajaremos te mostraré una de las sorpresas que preparamos para ustedes —anunció, llamando la atención de ambos hermanos.

—¿Para los dos? —preguntó Taehyung, señalándose a sí mismo.

—Sí, para los dos —asintió Jungkook con una sonrisa.

Tomando la mano del hermoso pelinegro, Jungkook y Yoongi dirigieron a sus respectivas parejas fuera de la habitación y pronto bajaron al primer piso, donde fueron al final de la casa, revelando una puerta que antes no estaba.

—¿Qué es aquí? —preguntó Minnie, observando a su pareja curioso.

Sonriendo ladino, Yoongi simplemente abrió la puerta y entraron a un pequeño cuarto, en el cual luego de ingresar un código la otra puerta se abrió revelando el interior de una tienda de antigüedades completamente nueva.

—Pensé que habían dicho en transformarla en un garaje para guardar los autos —expresó Tae, recorriendo el lugar con grandes ojos al igual que su hermano.

—Pensamos en que les vendría bien tener algo en que entretenerse y un ingreso propio —explicó Kook.

—Estos son los sofás del departamento —exclamó el pequeño rubio, tomando asiento en uno mientras observaba con una gran sonrisa a su pareja—. Pensé que dijiste que no querías que nos quedaríamos solos en la tienda mientras ustedes no estaban —comentó.

—Es por eso que la tienda solo se abrirá los fines de semana y días libres —anuncio Min—. Y en lo que no abrimos, Jungkook les creó una página en internet para que vayan subiendo sus productos y actualizándola, vendiendo todo a través del computador sin contacto con otros idiotas —explicó.

Soltando una risita, Jimin se levantó y fue con su pareja para abrazarle.

—Es conveniente —pronunció Jungkook cuando su pareja le observó.

Negando con una sonrisa, Taehyung se le acercó y le besó castamente.

—Me encanta —anunció para el alivio del contrario—. Amo saber que se preocupan tanto por nosotros.

—Tanto como ustedes por nosotros —le sonrió.

—¿Cuál es la otra sorpresa? —preguntó Minnie, rebotando frente a su pareja.

—Quédate quieto que después te duele la pierna —reprochó el pelimenta, colocando sus manos en la cintura de su pareja.

—Lo siento, estoy emocionado y muy feliz —explicó sonriente, quedándose quieto.

—Vamos, la otra sorpresa está arriba —anunció y maldijo cuando el hermoso rubio corrió fuera de su alcance.

—Realmente le gusta tener toda su atención, ¿no? —preguntó Kook con una sonrisa al contemplar a su Hyung ir detrás de Minnie mientras soltaba maldiciones.

—Que decirte, así como a Minnie le gusta tenerla a Yoongi dársela —expresó sonriente Tae, saliendo con un paso más relajado a la otra pareja.

Observando a Min sosteniendo al pequeño rubio entre sus brazos mientras subía las escaleras, ambos negaron con una sonrisa mientras le seguían de cerca.

Cuando se detuvieron frente a la puerta misteriosa, esta la abrieron sin la necesidad de un código o llave, revelando una pequeña escalera.

Al subir, ambos hermanos quedaron sorprendidos ante la terraza que encontraron, llena de plantas y con un juego de sofás para sentarse a descansar.

En el lugar, también había decoraciones típicas y cosas para comer en la pequeña mesa de centro.

—¡Una fiesta! —exclamó Minnie con alegría.

—Es por mudarse y abrir la tienda —anunció Yoongi, siendo recompensado por muchos besos en su rostro.

—Otra razón para no salir innecesariamente de la casa, ¿no? —expresó sonriente Taehyung.

—Exacto —asintió Kook, llevándolos a la mesa donde tomaron asiento—. ¿Qué sucede? —preguntó al contemplar a Yoongi observando su teléfono.

—Se activó la alarma, alguien llama a la puerta —anunció, logrando que todos le observasen.

—¿Puedes ver quien es? —pregunto el castaño.

—Namjoon y Jin —respondió—. Pensé que no los veríamos más —expresó y observó a ambos hermanos—. ¿Los dejamos entrar?

—Sí —asintió Taehyung—. Son sus amigos, y ambos estaban esperando que aparecieran tarde o temprano —expresó.

—¿Qué dices? —preguntó Min, observando a su pareja que comía felizmente.

—Está bien, sé que los echarás si se vuelven malos —aseguró el bonito rubio.

Asintiendo, Min les abrió la puerta desde su celular.

—Iré a recibirlos —anunció Jungkook, levantándose.

—Mejor tú que yo —respondió Yoongi, concentrándose en su chico.

—Te esperaré aquí —le sonrió Taehyung.

Asintiendo, Jungkook se levantó y salió, bajando al primer piso donde observó a la pareja observar confuso a su alrededor.

—Este lugar es algo diferente a la última vez que vinimos —comentó Namjoon al verlo.

—Yoongi hyung arregló una parte de la casa y se mudó aquí con Minnie, también mejoró la seguridad otra vez —explicó.

—No sabía que tenía tanto dinero —pronunció Jin.

—Yo tampoco, aparentemente no tenía necesidad de usarlo hasta que llegó Minnie —expresó, observando a ambos.

—Nosotros, uh... —observando a su pareja, SeokJin soltó un suspiro—. Creo que les debemos algunas disculpas, a los cuatro —expresó.

—¿Serán respetuosos con Minnie y Tae? —preguntó estrechando sus ojos en ellos.

—Sí —asintió Namjoon con firmeza.

Asintiendo, el menor se dio vuelta.

—Síganme —ordenó—. Estamos celebrando que los chicos se mudaron —expresó.

—Pensé que a Yoongi no le gustaba cualquier tipo de fiesta —comentó Jin, siguiéndole junto a su pareja.

—No le gustan, pero a su pareja sí —respondió, abriendo la nueva puerta.

Subiendo, Jungkook sonrió al observar a su pareja comer y reír junto a su hermano.

—Prometieron comportarse —anunció ante la mirada de Min y tomó asiento al lado de su pareja.

Cuando la mirada de los cuatro recayó en la pareja, Jin se removió y finalmente soltó un profundo suspiro.

—¿Realmente son humanos ahora? —preguntó.

—Lo somos gracias a nuestras parejas —respondió tranquilamente Tae.

—¿Y no se irán ni desaparecerán misteriosamente? —preguntó esta vez Namjoon.

—No lo harán —gruñó Yoongi, tirando de su chico a su regazo.

Riendo al manchar la mejilla de su pareja con crema del pastelito por el repentino movimiento, Jimin limpió la zona con sus labios y se acurrucó contra él.

—Estaremos toda la vida con ellos —prometió el bonito rubio.

—Pero si son muñecos, ¿no significa que no envejecerán mientras que los demás sí? —expresó Jin.

—Nop, lo haremos al igual que un humano normal y al mismo ritmo que nuestras parejas, esa es la gracia de porque lograr el cambio, estar siempre con ellos —aseguró Taehyung, sonriéndole a Jungkook.

—De acuerdo, entonces... Solo olvidaré todo lo que vi antes y pido disculpas por mi comportamiento —anunció Jin—. Todo lo que hice estuvo mal, estaba preocupado por mis amigos, pero me entrometí demasiado —se disculpó.

—Yo también me disculpo, porque en vez de haber hablado con ustedes y detener a mi pareja, solo le seguí —expresó Namjoon.

—¿Serán malos con nosotros? —preguntó el bonito rubio, empujando un pastelito a los labios de su pareja para que no dijera nada que arruinara el momento.

—No, queremos ser sus amigos —prometió SeokJin.

—¿Qué tan entrometidos? —preguntó Tae.

—Solo lo que se considera normal, no más allá de eso —prometió Namjoon.

—Por mí está bien, pero al final es decisión suya —expresó Tae, observando a su pareja.

—Supongo que podría intentarlo, si los he echado de menos —reconoció Kook.

—Yo no —bufó Yoongi.

—Yoonie —expresó Jimin, observando a su pareja.

—Solo un poco —gruñó—. Pero en el momento en que sean desagradables con Jimin se van a la mierda —advirtió, siendo recompensado con un beso que le sacó una dulce sonrisa que nunca reconocería.

—Gracias —sonrió SeokJin, observando a su pareja con sus ojos llorosos.

—Te dije que todo saldría bien —expresó Nam, abrazándolo—. Tenía miedo de que no lo aceptaran por equivocarse tanto —explicó ante la curiosa mirada de los demás.

—Siempre y que mantengas tu promesa estará todo bien —prometió Taehyung con una gran sonrisa.

—Vengan a sentarse con nosotros, finalmente tenemos más personas en nuestra fiesta —exclamó Minnie felizmente.

Riendo ante el entusiasmo infantil del pequeño rubio, la pareja se acercó y compartió realmente con su grupo de amigos otra vez.

Y observando a todos reunidos, la felicidad en sus rostros, Jungkook no pudo evitar sonreír con su corazón lleno nuevamente, y todo gracias a su pareja.

Observando esos bonitos ojos, Jungkook le besó, susurrando un te amo que fue correspondido inmediatamente de la misma forma.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro