Conversaciones de zorua

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Evolución.

Ese era el tema de conversación de todos los zoruas, donde quiera que fuera todos hablaban de eso. En cuanto a Zoruru se le ocurrió evolucionar, todos los demás empezaron a apresurarse y entrenar muy duro para imitarlo, nadie quería ser menos, nadie quería quedarse atrás, por ello donde sea que fueras siempre te esperaba alguna batalla de entrenamiento, una no podía ir ni al baño tranquila ¡Los chicos son desesperantes! 

Pero algo bueno salió de todo esto, Zoruru ya no estaba tan pendiente de mí, como nuevo zoroark tenía algunas tareas qué hacer, como cambiar su pequeña cueva por un hogar más grande y apropiado para él y una posible futura familia, en nuestra especie son los chicos los que deben buscar la casa para la pareja. Lo otro también, es que debía tener una serie de batallas para determinar su posición dentro de la manada, no es que nuestras jerarquías sean tan estrictas pero es necesario un poco de orden dentro del grupo ¿Verdad?

En cuanto a mí ¡Yo no quería evolucionar! La idea de perder a Iio ¡Y además perder mi cola! Me angustiaban mucho. Pero la triste realidad es que los zorua que no evolucionan, se quedan solos. No te puedes casar, tampoco te puedes integrar en las actividades de tus amigos evolucionados, porque son más grandes y actúan más serios y jugar con los pequeños zoruas bebés es... La verdad un poco patético. Usualmente los zoruas que no evolucionan se van a recorrer el mundo y vivir aventuras, pero eso no era lo que yo quería, bueno, si Iio fuera conmigo no me importaría ir  donde fuera, pero no era el caso.

Ese período fue de mucha duda, casi ni podía dormir de la ansiedad, rodé tanto sobre el piso tratando de aclarar mi mente que hasta se me cayó un poco el pelo, incluso consulté con mi cola que podía hacer, pero su sabiduría infinita no me iluminó. Al final me quedaba en un rincón mordisqueando mi hueso, a veces aparecía Zorumi y trataba de quitármelo, jugar con ella me animaba, pero solo por un momento, mientras tanto, a mi alrededor el mundo seguía avanzando y los zorua evolucionando.

Todos cambiaban, todo pasó demasiado rápido, mucho más de lo que yo me esperaba y antes de que me diera cuenta, Zorumi y yo éramos las únicas zoruas de la generación que quedaban, las únicas atrasadas y todos nos presionaban para que evolucionáramos pronto. Cada vez me sentía más acorralada sobre qué hacer, tenía tanto miedo, pero Zorumi como casi siempre lo hacía, me aterrizó.

—¡Zora ya cálmate! ¡Me tienes mareada, ya deja de rodar!

—Pero... Pero... ¡Pero es que no sé que hacer! La angustia me mata, he llegado a tanto que incluso al perseguirme la cola la alcanzo, la otra vez me la mordí y me dolió :'(

—Ay Zora... Eres... Eres tan Zora... A ver, te estás ahogando en un charco de agua, si analizas tu situación fríamente tienes sólo tres opciones: Uno, te quedas como zorua y te vas de viaje a recorrer mundo. Dos, evolucionas y te emparejas con Zoruru. Tres, da lo mismo si evolucionas o no, te vas con Iio y punto ¿Qué quieres hacer?

—Es que... No sé.

—Pues la solución más cobarde sería que te fueras de viaje, la más dura que te quedaras con Zoruru y la más difícil que lo dieras todo por Iio. Por lo que yo veo, tu gran problema es el amor que sientes por ese humano, a ver, con la pata en el corazón ¿Estás dispuesta a dejar a Iio?

—Yo.. Yo... No... No quiero dejarlo... ¡No puedo! ¡Lo quiero y él me quiere! Si lo dejo seguiré pensando en él y su recuerdo siempre me perseguirá, siempre me lamentaré pensando que hubiera pasado si...

—Listo, ya está, has tomado tu decisión, ve por Iio.

—Pero Zoruru... Si voy por Iio Zoruru va a lastimarlo, por eso tengo que quedarme con él... Por eso no sé que hacer

—Tranquila Zora, tú tienes la ventaja, por mucho que Zoruru te quiera, si no evolucionas no puede tenerte, piénsalo. En realidad tú puedes hacerle frente, lo que pasa es que le tienes miedo, porque él siempre te ha aplastado, siempre ha estado por sobre ti y con el simple hecho de verlo ya te sometes. Pero no tiene que ser así, esto no es una batalla, es un lucha de voluntad y en mi vida jamás he conocido a una persona con una voluntad más fuerte que la tuya, en eso al menos, puedes ganarle a Zoruru, no dejes que te siga controlando.

La miré sorprendida, en realidad nunca me había dado cuenta. Era verdad, Zoruru se imponía a mí y yo asumía que era inferior, aunque peleaba con él en realidad nunca esperaba ganar y que me diera la razón, porque en todo era superior a mí. Pero Zorumi había dicho que yo podía someterlo a él y Zorumi el 90% de las veces tenía razón.

—Gracias Zorumi, era lo que necesitaba escuchar, le haré frente, me enfrentaré a Zoruru y al mundo entero si es necesario, porque aquí está Zora ¡La reina del mundo!

—¡Bien dicho amiga! Ahora ya puedo estar tranquila. —Y en cuanto dijo eso el, cuerpo de Zorumi empezó a brillar y a crecer hasta que se transformó en una espléndida Zoroark—. Hacía algunos días que estaba lista, me estaba aguantando por ti, los siento Zora.

—No te preocupes.

Y dicho esto, salté a su brazos. Era tan raro, ahora yo era tan pequeñita y Zorumi tan grande que podía tomarme en brazos, me recordó un poco a cuando mi mamá me acunaba para dormir, era una sensación tan cálida... Mi madre... Me dio por pensar en ella ¿Qué diría si le contaba que estaba enamorada de un humano? ¿Cómo se lo tomaría? Definitivamente tenía que contárselo, era lo correcto, me esperaba una conversación difícil.

Fue justamente con mi madre con quien decidí hablar primero, comparado con lo que se venía me parecía lo más fácil, sobre todo porque el amor de madre es incondicional, o eso dicen todos, esperemos que sea verdad. Un día cualquiera me pasé por mi antigua casa y por suerte para mí, que mamá justo estaba allí, estaba entrenando a Zoripo, mi hermanito. Como siempre se alegraba mucho por sus avances, comparado conmigo mi hermanito era un genio. 

Cuando mamá me vio se alegró mucho, corrió y me tomó en brazos, casi me aplasta de la emoción, pero fue divertido, la lamí a modo de saludo y ella hizo lo mismo, preparó algunos bocadillos y charlamos un rato, preguntó cómo me iba, que tal la caza, como estaba Zorumi, cuando le conté que ella había evolucionado su rostro se ensombreció e hizo la pregunta inevitable

—¿Y tú Zora, cuando evolucionarás? —Y me tocaba decir lo que había ido a decir.

—Mamá la verdad yo... No quiero evolucionar.

—¿Qué? ¡Pero qué dices! Tú ya sabes que los zorua que no evolucionan se quedan solos ¿Acaso no quieres tener familia?

—Mamá, yo quiero algo diferente para mi vida, es algo un poco extraño, pero no creo que sea algo malo. Mamá, lo que te voy a decir tal vez te alarme un poco pero por favor acéptalo, esto es lo que mi corazón quiere... Yo... Yo... Yo quiero estar con un humano. —Mamá se quedó muda por un momento, sus ojos estaban abiertos de la sorpresa y no reaccionaba—. Mamá... ¿Mamá?

—U... ¿Un humano? ¿Quieres estar con un humano? ¿Y de donde salió ese gusto por los humanos?

—Yo no sé, simplemente se dio. Conocí a un chico especial, amable y encantador y no pude evitarlo.

—Un humano... Ay Zora, siempre sales con cada cosa... No lo puedo creer.

—Bueno, pues yo... No me importa lo que me digas tú, o Zoruru, o el mundo ¡Ya tomé mi decisión! Con o sin apoyo...

—Te apoyo Zora.

—¿Qué?

—Te apoyo, supongo que pensaste bien antes de decidir esto y si es lo que en verdad quieres, pues te apoyo.

—¡Gracias mamá! —Dije agitando mi cola.

Eso fue más fácil de lo que pensé, se lo tomó bastante bien, yo ya esperaba un escándalo, gritos, rabietas, fruta volando, pelea, guerra, conflicto, alienígenas. Estoy exagerando pero de verdad esperaba más obstáculos. La realidad era que sí habrían obstáculos, sólo que de una forma inesperada, pero eso va más adelante. De momento me tocaba hablar con Zoruru, así que concerté una cita con él, este chico se había vuelto tan poco accesible, siempre estaba ocupado aunque si era por mí, siempre se hacía un espacio. Así fue como armamos una junta, ese día él estaba de bastante buen humor, lástima que yo se lo iba a arruinar, nada más llegar se lo solté todo.

—¡Zoruru quiero romper nuestro compromiso! ¡Me voy  con Iio y no me importa lo que tú digas, lo haré igual! —Tardó algunos momentos en reaccionar.

—¿¡QUE!? ¿Pero qué estás loca? ¿No que ya habíamos hablado de ese tema? Tú y yo nos vamos a emparejar y punto.

—No punto, yo no te amo. —Pude ver la mueca de disgusto que puso con estas palabras— ¿No te gusta lo que te digo? ¡Pues asúmelo! ¡No te amo! ¡No me gustas! ¡Y no me pienso emparejar contigo! ¡Me voy con Iio!

—¡De ninguna manera! ¡Tú te quedas en este bosque! ¡Segura y conmigo! ¡No pienso permitir que te vayas con esa basura!

—Si no evoluciono no te puedes emparejar conmigo, así que estás atrapado.

—¿Atrapado? ¿Que crees que puedes conmigo o algo? Escúchame, tú vas a ser mía sí o sí. Tienes que evolucionar y volverte una zoroark pronto, sé que no le estás poniendo empeño. Como dije no dejaré que te vayas con ese humano y si no evolucionas, me desquitaré con él, ya lo sabes.

—¡Atrévete a tocarle un pelo! ¡Yo lo defenderé! ¡Pelearé contigo!

—¿Pelearás conmigo? ¡No seas tonta! ¡Jamás me ganarás! Si ya cuando eras una zorua no podías hacerme frente, menos podrás ahora. Te aplastaré, quedarás demasiado lastimada, mejor deja esto Zora, no quiero dañarte.

—¡NO! ¡NO LO DEJARÉ! Yo lucharé por Iio, iré con él, de hecho me voy ahora y si te acercas a él, te atacaré. No me importa lo que me pase, si me derrotas me levantaré y seguiré peleando, aún si sangro seguiré luchando, lucharé hasta que la última de mis fuerzas se agote, porque mi voluntad es infinita y no me dejaré aplastar por nadie ¡Esto es lo que yo de verdad quiero y voy a luchar por ello!

—Eres una idiota —dijo al tiempo que sacaba sus garras amenazándo con atacarme— ¡Deja de decir esas estupideces que ya me pusiste de mal humor!

—¡No! Yo me voy. —Comencé a alejarme de él.

—¡Regresa aquí! —Dijo cada vez más amenazador— ¡Tú eres mía! ¡Lastimaré a tu humano!

—Pues entonces tendrás que lastimare a mí primero. —Me coloqué frente a él en posición de pelea y él hizo lo mismo.

Nos quedamos así, frente a frente evaluándonos con la mirada. Podía ver la furia en los ojos de Zoruru, su garra le temblaba pero no atacaba, estaba ahí quieto, observándome, amenazándome. Su tamaño era más del doble mío, sus garras eran gigantes, con su fuerza sería capaz de matarme, pero yo no di pie atrás, aunque mi corazón retumbaba en mi pecho y el miedo me atacaba la panza yo no cedí. Le sostuve la mirada, si él me atacaba yo respondería, aunque no tuviera oportunidad, estaba dispuesta a todo y esperaba cualquier cosa de parte de él. 

Y de pronto, sin previo aviso, bajó sus garras.

—¡Has lo que quieras! ¡Zorua estúpida! Pero no vuelvas llorando a mí cuando las cosas no te resulten, es tú problema.

—No te preocupes, no lo haré —le respondí con seguridad, entonces me dispuse a partir, pero Zoruru me detuvo un momento.

—¡Espera!... Ya sé que esto es el fin de nuestra relación pero... Al menos me gustaría saber, que es lo que tiene él que te hizo preferirlo por sobre mí ¡Que te puede ofrecer un humano que yo no! Siempre me esforcé por ser el mejor, el más fuerte, el más hábil, todo para impresionarte, para que pusieras tus ojos en mí y en nadie más ¿Qué fue lo que me faltó? Todas las chicas iban tras de mí pero tú no ¿Por qué? ¿Tan exigente eres?

—No soy exigente, de hecho a mí no me importaba que fueras el más fuerte o el más hábil, a mí me daba lo mismo. Lo que tiene Iio y que tú no, es que él me hace sentir especial, él jamás me humilló ni me hizo sentir menos, me mostraba lo valiosa que yo era y me daba confianza, me hacía sentir querida y respetada, no como un simple trofeo, eso era todo lo que yo quería ¿No es nada del otro mundo verdad? Si tú me hubieras hecho sentir así, si no te hubieras burlado de mí, tal vez hasta me habría enamorado de ti, quien sabe.

—Pero ahora ya es demasiado tarde ¿Cierto?

—Sí, lo siento Zoruru.

Zoruru dio un sentido suspiro y de un salto se alejó entre la espesura del bosque. Una vez que me aseguré de que no estaba cerca, mis patas cedieron y me dejé caer en el piso, temblaba entera. Tal vez parecía segura frente a Zoruru, pero la verdad es que estaba muerta de miedo, hacerle frente no fue fácil y ahora que todo había terminado, por fin pude respirar con alivio, aunque estaba muy conmocionada. Fue entonces cuando me percaté de la proeza que había hecho ¡Le gané a Zoruru! No pudo conmigo y cedió, por primera vez en mi vida le había ganado. No cabía en mí de alegría, comencé brincar por doquier y antes de que perdiera los ánimos, me encaminé hacia mi última parada, la granja de Iio, donde me esperaba la conversación más complicada de todas.

Corrí tan rápido que casi ni me di cuenta de cómo llegué a mi destino, pero ahí estaba, el arco que mostraba el inicio de la propiedad. Tenía el estómago revuelto de los nervios, pero no había vuelta atrás, ya lo había hablado con mi madre y ya había rechazado a Zoruru, la decisión estaba tomada, ahora solo quedaba una última misión, contarle la verdad a Iio, lo más difícil de todo.

Tomé mi forma humana como hacía cada vez que iba a verlo, aunque esta vez me costó mucho, estaba demasiado nerviosa y evitar que se me saliera la cola y las orejas era complicado, por lo menos no aparecí desnuda como me pasó una vez que estaba enferma del estómago. Inspiré profundamente y fui a hacer lo que había ido a hacer.

Iio como era costumbre, estaba trabajando en el campo, ese chico siempre fue muy hacendoso, pero si se trataba de mí, siempre se daba un tiempo para atenderme. Me recibió con una sonrisa y me saludó con un beso, no pude evitar quedarme tiesa de la impresión, es que todavía no estaba acostumbrada a eso.

—¿Qué pasa Zora?

—Na... ¡Nada! Es que todavía me cuesta esto de los besos. —En eso Iio me interrumpió con otro beso—. Eh ¡Oye!

—Así te acostumbras más rápido, con un poco de práctica te saldrá muy bien ¿Quieres seguir practicando? —Ese Iio, estaba coqueteando conmigo, lamentablemente aunque me moría de ganas de jugar con él, no era el momento para eso.

—Tal vez después, tengo que hablar de algo importante contigo ahora.

—¿Qué cosa? —Dijo con cara de preocupación, parece que presentía lo que se venía.

—Pues... Pues... Ay, no sé como empezar.

—Por el principio se suele empezar.

—Sí... Es que... Es complicado y... Bueno, trataré de resumirlo. Pues como sabes, yo vivía en el bosque, un día por culpa de una pelea estúpida con un amigo y por muchas otras cosas más terminé  aquí sin saber mucho sobre el lugar y bueno... Pues me metí en algunos problemas pero tú fuiste muy amable y me ayudaste mucho.

—¿En serio? Yo no recuerdo eso

—Claro, es normal que no te acuerdes porque yo no me veía como me veo ahora, pero ya voy a llegar a esa parte. El asunto es que... Me enamoré de ti y... Mantuve esto en secreto, aunque ahora ya no es tan secreto, pero igual me trajo problemas, pero tenía amigos que me apoyaban, aunque Zoruru no estaba de acuerdo, pero el no sabía nada hasta que lo descubrió y dijo que no se podía, que era malo, que es imposible, pero yo te amaba y quería estar contigo y...

—No te estoy entendiendo mucho Zora y ¿Quién es Zoruru? ¿Qué es lo que se supone que no se puede?

—Em... Sí eso... Se suponía que tú y yo no podíamos estar juntos porque...

—Porque...

—Porque yo no soy humana Iio.

—¿Eh? ¿De qué estás hablando? Que seas una niña del bosque no te hacer menos humana que alguien de pueblo. El lugar y la forma en que nos criamos no importa, todos somos iguales, así que deja de decir esas cosas, si te preocupa lo que dirá la gente del pueblo por estar con una niña salvaje, te digo que a mi no me importa, tú eres una buena mujer y eso es lo que importante. Además que ya te comportas como  una señorita.

—Iio, de verdad agradezco tus palabras pero, en serio, yo no soy humana, yo... Yo soy... Yo soy una... ¡Yo soy una zorua! —Grité mientras dejaba al descubierto mis orejas y mi cola.

—Que... Que es eso... —Iio retrocedió asustado— ¿Esto es una broma? Debe serlo ¿De donde sacaste esas orejas de utilería?

—No son de utilería, son de verdad, soy una zorua... Creo que no me creerás hasta que me muestre entera. —Tomé mi forma de de zorua y esperé por su reacción.

—Eso... —Creo que quedó en shock por un momento, estaba quieto mirándome sin hacer nada, ni un pelo se le movía, hasta pensé que se había quedado dormido de pie con los ojos abiertos pero no era así, parece que su cerebro estaba tratando de entender que pasaba—. Eso... Tú... ¿Zorua? Un momento, tú... El zorua que siempre me vista... Tú... ¡Eres tú!

—Sí Iio ¿Ahora me recuerdas? Soy la zorua que ayudaste hace tiempo atrás, nos hemos visto después muchas veces. —Comencé a preocuparme porque Iio no se veía muy contento— ¿Iio? ¿Amor? ¿Qué te pasa?

En eso me acerqué para tocarlo, pero él alejó mi pata con brusquedad y me miró con furia, al parecer no se tomó muy bien la noticia.

—Tú... Tú... ¡Monstruo! ¡Me mentiste! ¡Me tuviste engañado todo este tiempo!

—Pe... Pero Iio.

—Esto... ¡Seguro que es por esto que dicen que los zoruas están malditos! Es por esto, para prevenir a las personas, para que no nos engañen, para evitar salir con el corazón lastimado ¿Te gustó engañarme? ¿Te pareció divertido?

—¡Yo no te estaba engañando!

—¿Ah no? ¿Entonces que fue lo que hiciste?

—Fue un acercamiento estratégico, si yo no hubiera tenido forma humana tú nunca me habrías aceptado.

—¡Por supuesto! ¿A quién se le ocurre que un humano va a estar con un pokémon?

Ya me habían dicho eso antes, primero me lo dijo Nidotaro, luego me lo dijo Zoruru, pero entonces no me importó. Pero que ahora me lo dijera Iio, en serio, era como si mi mundo llegara a su fin, las lágrimas se me empezaron a caer sin que pudiera hacer nada para evitarlo.

—Iio yo te amo, a mi no me importan las diferencias, todo lo que hice fue por amor.

—¿Engañar es tu forma de amar? ¿Causarme este daño? Zora... Tú no sabes como me siento.

—Pero... Yo no quería...

—¡No quiero escucharte más! ¡Vete! ¡No quiero saber nada de ti! ¡No quiero saber de zoruas ni de engaños, adiós! ¡Fuera de aquí!

Iio dijo que me fuera aunque en realidad fue él quien se fue. Abandonó su trabajo y se metió en su casa cerrando con un fuerte portazo que me dejó temblando. De verdad jamás pensé que Iio reaccionaría así, pensé que ya me quería suficiente como para perdonarme mi mentira, aunque, al pensarlo mejor, fui demasiado optimista, es obvio que una verdad como esa toma tiempo aceptarla, si es que se acepta. 

Comencé a sentirme horriblemente mal, angustiada y triste, me dolía el corazón, había prácticamente destruido mi futuro por seguir a Iio y ahora no tenía nada. Entonces sentí una respiración a mis espaldas, al ver de quien se trataba me encontré con Ark.

—Creo que ya es suficiente por hoy Zora, mejor regresa mañana, —me dijo el perro de fuego.

Que más podía hacer, con la cola y las orejas gachas me dispuse a salir de la granja. Caminaba lentamente sin ánimos, de verdad que no sabía qué hacer, tal vez Zorumi podría darme algún consejo, el 90% de las veces siempre sabía qué hacer, yo sólo esperaba que este no fuera uno de esos casos que cubren el 10%. Como sea, yo solo lloraba a mares, ya hasta estaba temiendo inundar el lugar con mis lágrimas, estaba exagerando pero mi imaginación siempre ha sido grande.

Lloré mucho, pero traté de tragarme mi llanto, no quería volver al bosque con un rostro triste y darle la razón a Zoruru, no lo iba a permitir. Así que logré calmarme y verme más o menos presentable. Apenas había logrado reponerme, cuando algo pasó corriendo muy rápido por el lado mío y se detuvo justo frente a mí, abrí los ojos perpleja al darme cuenta de que era una zorua ¡Idéntica a mí! Llevaba un vestido amarillo en la boca y me miró con una sonrisa traviesa, entonces me tiró al vestido encima y se transformó en una zoroark, ahí fue cuando me di cuenta de que era mi mamá.

—Zora —me dijo alegremente—. Tengo buenas noticias para ti, te conseguí la entrenadora perfecta.

—¿Qué? ¿Entrenadora?

—Sí, tú dijiste que querías estar junto a un humano. 

Entonces me di cuenta de lo que había pasado, yo le dije esas palabras a mi madre y ella las interpretó como que estar junto a un humano, significa ser su pokémon, fue mi culpa por no ser más clara y mi madre lo malentendió todo.

—Me costó aceptarlo, pero si es lo que tú quieres entonces yo no puedo interferir. Sólo puedo procurar buscar a una buena persona para ti, al principio pensé que sería imposible encontrar un humano que te aceptara, ellos nos odian, pero pillé a una chica que respeta y aprecia a los zorua. Buena suerte, no te dejes capturar tan fácil tampoco, adiós.

Dicho esto, mamá desapareció, justo antes de que una conocida voz me sacara de mi impresión.

—Aquí estas zorua y ahí tienes mi vestido. Ahora me las pagarás, prepárate, te voy a capturar y a entrenar. Yo te enseñaré un poco de disciplina y a no andar robando la ropa de la gente —dijo Alexia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro