⋆Capitulo 11⋆

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La puerta se abrió delicadamente y de pie junto a la puerta, los observó con claridad. Los caballeros dorados estaban justo allí. Sus armaduras resplandecían por aquella misma luz transparente y hermosa del atardecer. Sus cascos reflejaban las duras batallas, que habían luchado por la justicia. Comprendió vagamente el misterio de la vida que pronto quedaría atrás como el tiempo que transcurre transitoriamente. 

Seiya caminó apenas sobre sus pies. Casi resbaló una lagrima sobre las rosadas mejillas de Amanda, pero evitó hacerlo. Su padre se acercó hasta ella y colocó su mano sobre su crisma. — ¡Me da emoción verte! — dijo sonriendo. Al mismo tiempo que daba un vigoroso abrazo. 

El profesor Chadwick lucia más fausto que las veces anteriores. Quería abrirse camino y hacerse notar ante tal situación. Y es que finalmente podía sentir el clamor elevarse dentro del aula. Estaba rodeado no sólo de los Caballeros más sobresalientes, sino, también de sus hijos. Jóvenes que amenazaba con ser mejores que sus padres. Aquello no por ser la nueva sangre. Sino porque podía sentirse el cosmo arder con mayor intensidad en el alma de aquellos principiantes. Todos a excepción de Saga se reunieron junto a Seiya para darle una cálida bienvenida. Y imitando a su padre, Sebastian observó con arrogancia tal recibimiento. No podía aceptar la idea de que aquel simple caballero de bronce, fuese destacado más que uno de oro. Pues consideraba aquel puesto inferior.

— Es un gusto contar con su presencia el día de hoy. Saben que los aprecio más ahora que antes. Sus hijos han sido merecedores de pertenecer al club de la inminencia. Un sitio para aquellos que han sido bendecidos de nacer bajo la mejor constelación. No quería  arruinar la sorpresa, así que sus hijos no sabían que vendrían. Bueno supongo que la mayoría — hizo una pausa y observó a Adrya. — Otros lo intuyeron y estaban deseosos de que arribaran a la Academia Zodical. De ante mano agradezco que siempre hayan luchado por la justicia y que ahora mismo compartan parte de su tiempo con nosotros. 

Los cálidos aplausos estremecieron el recinto. Y Chadwick pasó cerca de cada uno de los padres. Charló unos minutos con Aioria y Aiden. Y después se olvido de ellos y se dirigió a Seiya y Amanda.

— El caballero de pegaso. Es un gusto conocerle en persona. Siempre me gustaron las leyendas sobre usted. Cómo derrotó al Dios Poseidón y el ataque de los Caballeros de plata — murmuró — . Nunca aprendí bien la historia del Dios Hades, esa parte me da cierto escalofrío — dijo con una sonrisa gélida.

 — Es un gusto para mí estar aquí. En casa ya extrañábamos mucho a Amanda. — dijo Seiya observando a su hija — Y bueno, no habría ganado todas esas batallas de no ser por mis compañeros los Caballeros de bronce — admitió.

 — No sea tan modesto — comentó Chadwick. — Los Caballeros de bronce también son leyenda. Pero fue usted quien empujó todo para la victoria. 

Seiya omitió responder, pues Amanda sujetó fuerte del brazo a su padre. Chadwick comenzó a beber un poco de ron. E invitó a Seiya hacer lo propio. El caballero se limitó a tal acción y prefirió conversar con su hija. Por otra parte Shaka de Virgo y Adrya estaban muy serios en su conversación. Seline, que se encontraba justo a un lado parecía estar muy interesada en el tema.

 — ¿Qué sabes de Ares el Dios de la guerra? — preguntó Adrya, pero Shaka no respondió, estaba perdido en sus propios pensamientos. Entonces Adrya volvió a cuestionar y su padre murmuró: — En la guerra representa la brutalidad, la violencia, y horrores de las batallas. Es incluso despiadado y cruel. Se dice que era una de las entidades divinas más poderosas. Pero fue desterrado por su media hermana Atanea antes de que ella volviera a llegar a la tierra.

 Adrya sintió un temor. Sin embargo, lo disimuló de inmediato. Peinó su rubia cabellera hacia atrás y clavó sus ojos azules en los de su padre. — Me temo que el día en que ascienda se aproximé.

 — ¿Has visto su llegada a la tierra? — cuestionó su padre.

— No — respondió rotundamente — Pero todo el mundo se vuelve hostil. El caos puede alzarse y ahora los dioses son débiles. Tú me enseñaste a estar consciente de las debilidades del hombre. 

— Lo mejor será que olvides el tema. Hoy no es lugar ni momento para hablar de las culpas del hombre. Recuerda que solo debes mantener tu fe en el viejo maestro buda y mientras la serenidad te acompañe, no habrá porque debas dudar y temer — sugirió Shaka, mientras oponía resistencia ante las palabras dichas por su hija. El caballero podía sentir tal opresión y abrir los ojos de golpe, podía desconectarlo de sus sentidos. Aquello era para él peligroso, pues debía mantenerse siempre bajo las enseñanzas de buda. 

A unos cuantos metros de los Virgo. Sebastian y Saga conversaban sobre el cosmo. Para Saga era de suma importancia que su hijo dominará todas las técnicas de combate, en especial el Satán Imperial, pues era sin duda las más compleja de dominar. Alistair y su padre se acercaron sigilosamente. 

— Saga de Géminis, me da gusto verte de nuevo — saludó Aioros. — Ha pasado mucho tiempo desde el enfrentamiento contra el Dios Loki.

 — Aún lo recuerdo y  de no ser por mí, no estaríamos aquí — respondió mirando con desprecio al hijo de Aioros.

— Yo recuerdo una versión diferente — dijo contrariando al caballero. — Todos los días le contaba a mi hijo las historias de los Caballeros, le gustaba mucho escucharlas y jamás omite los detalles — agregó observando a Sebastian, quien lo miraba con la misma frialdad que su padre.

 — Mi hijo me a contado mucho acerca del tuyo. Cómo es que se cree superior y se la pasa luciéndose por la academia — balbuceó enrojecido de coraje — Es igual a su padre, siempre intenta hacerse notar. No dudo que quiera ser acreedor al puesto del patriarca del santuario, pero será mi hijo, quien obtenga tan preciado puesto. 

Lo perplejo del asunto tenía sin cuidado alguno a Aioros y Alistair. Ambos estaban por enterados del mal genio de los Géminis, por lo que evitaban a toda costa comenzar una discusión sin cuartel. Las miradas de los presentes fueron acaparada por el profesor Chadwick, quien habló severamente: — He planeado hacer una contienda por equipos. Se enfrentarán entre ustedes mismos acompañados de sus hijos. La dinámica es con la intención de verles interactuar juntos y por supuesto de la convivencia familiar. 

Las miradas denotaban que estaban de acuerdo. Después de todo, tenían confianza en qué serían vencedores de la batalla. Esperaban con impaciencia la decisión final de Chadwick, quién mantenía una sonrisa gélida. — Será Saga de Géminis y Sebastian contra Aioros de sagitario y Alistair — bramó al instante. 

Muchos suponían que la razón de enfrentar a ambos, era por el ego de los Géminis. Saga de Géminis y Sebastián plasmaron su fría mirada sobre los Sagitarios, quienes parecían aceptar el reto con serenidad. Seline miró a su padre y permaneció en silencio. 

— Seiya de pegaso y Amanda contra Shaka de Virgo y Adrya — bramó nuevamente Chadwick — Finalmente Aioria de Leo y Aiden tendrán que esperar a los vencedores.

Aunque sonaba injusto para los Caballeros era todo lo contrario. Amanda tembló. Adrya era una mujer muy poderosa y ella aún no controlaba a la perfección sus habilidades. Seiya al contrario prorrumpió un grito de emoción. Shaka de Virgo y Adrya estaban serios y se mantenían alejados de los presentes.  

Las miradas ansiosas se posaban encima de los unos a los otros. Se movían de un lado a otro, insistentes de comenzar la lucha —. Ahora para llevar a cabo los combates debemos ir a la sala contraria a la D — comentó Chadwick.

Pocos estaban por enterados, que a igual que la casa de Shaka de Virgo, la sala D mantenía un campo de batalla oculto. Solo eras trasladado a través de una pared y llegabas a un sitio cálido. Miles de velas se paseaban por el lugar. Era enorme comparado con la pequeña sala D. Y una estatua de Zeus resplandecía con transparencia. 

— ¡Que comience el combate! — exclamó. 

Los Géminis no esperaron que sus pies tocarán el campo de inmediato lanzaron un rayo ken sobre sus contrincantes. Alistair y Aioros cayeron de pronto. Después de unos segundos estaban de pie y lanzaron juntos la técnica del trueno atómico.

Saga intentó detener el ataque, sin éxito. Sebastián, yacía furioso. Tomó la delantera y se dejó ir sobre Alistair. Los dos comenzaron a combatir sin usar técnicas. Saga que no iba a desaprovechar la situación lanzó una poderosa explosión de galaxia

El sitio se estremeció e incluso el profesor Chadwick cayó al suelo e intentó cubrirse por debajo de su casco. La pelea se tornaba cada vez más reñida.

Adrya comenzó a tener visiones. La guerra se aproximaba. Miles de figuras de dioses rondaron en su cabeza. El inframundo se abría paso lentamente y el océano golpeaba con fuerza. Miles de sirvientes alzaban sus alabanzas y profanaban la tierra.

Adrya de pronto intervino: — ¡Será mejor que paren! 

Los cuatros la observaron. Estaban agitados y apenas podían sostenerse. Shaka de Virgo se apresuró junto a su hija — ¿Estás bien? 

— He tenido una visión— recalcó — Sobre una guerra.

El silencio reino por un largo instante. El profesor Chadwick se incorporó poco a poco —. Tal vez será mejor que la señorita Adrya, tomé asiento y beba un poco de agua fresca. Le ayudará a calmar los nervios.

Sebastián y Saga dieron la espalda a Aioros y Alistair, que se habían aproximado a estrechar las manos con sus compañeros. Shaka se mantuvo junto a su hija. Aunque todos estaban preocupados por la situación, no sabían cómo intervenir sin parecer importunos. 

Los combates se suspendieron y decidieron que podían dejarse para otra ocasión. Amanda estaba muy complacida, aunque le preocupaba lo que Adrya había dicho. Por su parte, su padre, Seiya parecía estar inquieto. 

Seiya habló con Aioria y Aioros sobre lo que la hija de Virgo había experimentado. No parecían llegar a un acuerdo y finalmente dejaron el tema de lado. Pasaron tres horas y todos se encontraban en silencio y conviviendo lo suficiente con sus padres. 

Debido al incidente, parecía que todos habían llegado a un acuerdo y acordaron marcharse dentro de dos días más, pues ansiaban mantener una conversación severa con el director. Aquello por el momento era lo más acertado, así conocerían más acerca de la academia y sus nuevos profesores.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro