⋆Capitulo 24⋆

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En las afueras, la academia estaba rodeada de charcos grises. El día estaba muy lluvioso, así que había un lodazal en el campo. El guardabosque de la academia, sin querer hacerlo resbaló, y fue blanco de mofa por algunos estudiantes, que vieron desde el enorme ventanal que daba hasta el campo. La profesora Lorraine, que se percató de tan bochornoso escenario, reprimió a los jóvenes y acto seguido salió precavidamente a ayudar al hombre. 

Sentada en su habitación, Amanda no podía creer que después de unas semanas sin asistir al club de la inminencia con el profesor Chadwick, de nuevo tendría que volver. Según era una reunión necesaria e interesante la que brindaría el profesor. Y todo por un instante quedaría atrás, todo lo qué pasó durante las últimas semanas: la primera prueba, la cena de todos los santos, la visita a los campos Elíseos... cada uno de los vividos momentos era ahora un tema olvidado, pues la mayoría del club charlaban acerca de la invitación del profesor.

Esa tarde en particular, Amanda y Aiden no tenían complejo alguno de encontrarse con la mayoría de los campeones. Amanda, con los párpados apretados con fuerza, como si estuviera riéndose en sueños, bostezó y sonrió a Aiden. — ¿Qué sorpresa nos tendrá el profesor Chadwick? — preguntó con suspicacia.

— No lo sé. Debo admitir que no esperaba que nuevamente nos citará — dijo Aiden —. Supongo que le interesa estar rodeado de los campeones — comenzó a reír.

— Es muy probable — dijo con aire pensante Amanda.

Por los pasillos andaban apurados algunos de los campeones. Parecía que temían llegar tarde a la sala D. Adrya padecía en secreto una indignación crónica, pues aún no lograba descifrar el acertijo y solo faltaba un día para la prueba, no se lo había comentado a su padre y mucho menos a Aioria. Pues su reputación estaba en juego, y no daría el lujo de que las personas más importantes, se enteraran de que ella no tenía la capacidad necesaria para descifrar un simple acertijo. 

Alistair se acercó sigilosamente a Sebastián y lo rozó un poco. Tocó un poco su cuerpo y el hombre sintió un súbito calor en su piel.

— ¡No vuelvas hacer eso! — exclamó con enfado.

Alsitair se alejó silbando y Sebastián se quedó un largo rato con el ceño fruncido. El asunto se le había venido encima. Estaba con un enfado inminente, que cualquiera que se paseaba por allí se daba cuenta, y antes de meterse en un problema con el Géminis, se apresuraban para no verle a la cara. 

Sebastián pensó y es que días atrás a nadie se le hubiera ocurrido que Alistair hubiese tocado a Sebastián. De hecho era absurdo pensarlo. Tenía que encontrar una solución para vengarse del sagitario o bien, ya no tener que seguir rivalizando, y es que aquello era un cosa infernal, horrible, espantosa y de más. Era demasiado siniestro continuar elevando su odio. Podía sentir  día con día, como su lado malvado, deseaba dominarle por completo. 

La mayoría estaba adentrándose a la sala D. Allí esperaba el profesor, Chadwick, con una sonrisa gélida. Y vestido más elegante que nunca antes. Parecía que había limpiado muy bien la repisa, pues ni siquiera una pizca de polvo se notaba en tan vividos recuadros. 

— ¡Sean bienvenidos! — saludó manteniendo la gélida sonrisa en su rostro — .Pasen y tomen asiento.

Gran parte del grupo se sentó en las sillas más cómodas de la sala D. Y Aiden y Amanda tomaron lugar en el pequeño sofá anaranjado, que pese que no era muy cómodo, estaba más alejado de profesor Chadwick. 

Sebastián no dejaba de mirar a Alisatir, aún estaba furioso. Y en cualquier momento podía expresarlo con un explosión de Galaxia sobre su compañero.

— Imagino que ahora mismo se preguntan la razón por la cual los he citado aquí. Y es muy simple, resulta que para el próximo año se asignará una nueva carga acádemica, en lo particular cuando me enteré, casi me muero del susto — dijo con cierto sarcasmo — .Sin embargo es un tanto interesante, y se que les gustará tanto como a mí. El nombre de la materia será necromancia, pero relacionada con pociones para jóvenes Caballeros.

La mayoría de estudiantes tenía un gesto en su rostro. Otros empezaron a cuchichear entre ellos. Nunca antes había escuchado tal asignatura. Y desconocían si los seres cósmicos podían dominar la magia, pues estaban por enterados que solo los místicos lograban tal arte. 

— No pongan esas caras. Será muy interesante, es por ello que los he traído, quiero que sean los primeros en saber a lo que se enfrentarán. Además hay un tanto de pociones que quiero mostrarles— dijo mientras con sus manos les pedía que se pusieran de pie.

Todos se incorporaron y el profesor los guió hasta una mesa alargada. Allí habían un montón de frascos de todos los tamaños y aspectos. Unos eran muy largos, mientras que otros eran pequeñísimos. Alrededor de diez pociones adornaban la alargada mesa de madera.

— La poción de color verde, tiene unos beneficios extraordinarios sobre la vegetación. En mi parecer ayudará mucho a los jardines del la escuela — comentó con agrado —. Y está de por acá es una poción valiosa, te ayuda a ponerle un hasta aquí a la muerte.

Todos los estudiantes estaban boquiabiertos, observando esa poción de color violeta. Amanda deseaba llevarse un poco, pero era evidente que todos en ese instante también querían hacerse de la poción, en especial los involucrados en el torneo. 

El profesor estaba muy contento. En su mirada el júbilo se denotaba con un brillo particular. Con delicadeza abrió una de las pociones, una de color magenta. De pronto habló: — Les presentó la poción más poderosa de todas. Con un color parecido a las rosas, la poción de la encantadora es en mi opinión la más letal. Es para hechizar a quien desees que te ame también. — hizo una pausa y Sebastián comenzó a reír, pues no daba crédito en absoluto que esa poción fuera la más poderosa entre las otras que destacaban aún más. 

Chadwick le echó una mirada — Pero no deben confundirse, pues puede lograr una poderosa obsesión, muy difícil de fabricar. Además de que huele diferente para cada uno...si lo desean pueden comprobarlo ustedes mismos. 

Se acercaron sigilosamente y Adrya podía distinguir un olor a campo verde, el especial olor a menta fresca y a plantas medicinales traídas de especialmente de Grecia. La mujer estaba muy atrapada en tan sutil perfume, y Amanda junto a ella, estaba perdida, era como estar dormida, aunque despierta. 

Amanda podía sentir el olor al pasto recién podado, un olor a menta, pero más fuerte que el que Adrya percibía. También distinguió un olor a manzana.

Alsitair se percató de una vaharada de argan, pergamino viejo, aceite de mejorana y hojas de libros. Sabía que había presenciado antes aquellas oleada de perfumes, pero estaba tan enrolado, que ahora no lo recordaba.

Sebastián frunció el entrecejo, le parecía absurda la actividad, sin embargo accedió a intentarlo. El hombre presenció el olor al campo verde de la academia, con una combinación de olor a almendro fresco. La nostalgia le pegó un poco, pues podía oler a Grecia, aquel olor característico que tenía Grecia cuando recién llegabas. Era muy fuerte y lograba relajarle poco a poco. 

— Ahora mismo taparé está pócima — dijo el profesor, que se daba cuenta que los estudiantes estaban muy perdidos en sus pensamientos a causa del olor que emanaba de aquella pócima magenta. De golpe tapo el liquido y de vuelta todos parecían haber despertado. Estaban ansiosos y las mujeres impacientes, por intentar preparar una.

— Es una verdadera lástima, que no podamos intentar preparar algunas de las pociones, pues no contamos con los materiales necesarios, no será hasta el próximo año — les indicó el profesor —. Sin embargo continuaremos conociendo más acerca de las pócimas.

Los presentes asintieron, aunque no se sentían cómodos con la situación. Pues hubiesen preferido intentar elaborar alguna de las pociones. — La pócima azul que ven por acá. Puede provocar huracanes y lluvias, si es invertida en el agua clara de cualquier lago, como ya saben el agua es uno de los elementos más peligrosos, cuando se combina con feroces tempestades, además... 

Adrya se perdió en sus pensamientos, sin querer el profesor Chadwick le había dado la respuesta a su acertijo: el agua. Su siguiente prueba sería en agua. Pese que los últimos días había soñado con lluvia, aunque por un momento intuyó que, se trataba de los abundantes diluvios de la academia, no era así. Ahora solo le quedaba un día para prepararse para la siguiente prueba y necesitaba buscar algún remedio para evadir cuál fuera que fuera el obstáculo del agua.

Finalmente habían terminado de analizar todas las pociones y había llegado la hora de irse. Adrya se despidió de inmediato y salió velozmente hacia la biblioteca, era la primera vez que habían visto tan apurada a la chica. 

Los demás salieron con cierta calma hacia su alcoba. Nadie jugaba ya en los campos de la academia. Eran muy silenciosos los atardeceres del otoño. A Sebastián le gustaba ir allí a leer, pues estaba muy alejado de los mortales que se escondían dentro de las paredes del castillo. Guardaba un secreto en su interior, no lo decía, pero deseaba poder escribir un libro acerca de las habilidades del cosmo. Y quizás también uno de no ficción. A veces, Alistair lo confrontaba allí y pasaban horas discutiendo de temas profundos, sin embargo era poco probable que los dos coincidieran.

El día había terminado y ya todos dormían, era un silencio profundo el que residía en tan enorme castillo, apenas llegará la luz del día y la segunda prueba daría inicio. Y así fue, apenas llegó la hora en tan nublado día y todos corrían hacia el coliseo. Los maestros se encontraban junto a su discípulo, intentaban con disimulo ayudarles hasta el último minuto. 

El director hizo su tan esperada entrada — ¡Sean bienvenidos a la segunda prueba! Espero que no les haya costado trabajo descifrar su acertijo, pues de lo contrario les será muy difícil avanzar y es poco probable que puedan ganar. Ahora cómo ya sabrán, habrá cuatro elementos que tendrán que enfrentar. Y los primeros en salir serán aquellos que han sido beneficiados en luchar contra las adversidades del agua, que si mal informado no estoy, se trata de la señorita Adrya y el joven Camelot.

Los dos afirmaron tan apacibles. Con un pequeño nudo en la garganta.

— Después, el señor Channing que enfrentará a la poderosa tierra — aclaró el profesor —.Consecutivamente, será el señor Sebastián quien salga a enfrentar las poderosas llamas del fuego.

Saga frunció el entrecejo, después de todo su hijo sería el que se enfrentaría  la prueba más severa de todas, sus ojos destellaban en rabia e ira y seguía al director con la mirada.

— Posteriormente, serán Yeun y Alistair, quienes enfrente la furia del viento.

Los jóvenes asintieron con una sonrisa de confianza.

— Y el primero en salir será el joven, Yeun — aclaró el director con júbilo en la voz —. Ahora que saben sus posiciones les deseo la mejor de la suerte. Recuerden que es la segunda oportunidad para elevar su puntuación. Pues su siguiente prueba será sin duda la más temible y será mejor estar por enterado a lo que te enfrentarás.

Asintieron temerosos, y sus maestros colocaron súbitamente su mano sobre el hombro de su discípulo. Sebastián alzó un poco la mirada para encontrarse con la de su padre, una mirada más dura y fría de lo normal, en el fondo Sebastián lamentaba no haberle escrito una carta a su tío kanon, y es que con tantos deberes que había tenido en los últimos días, le habían restado tiempo para poder comunicarse con su tío. 

El cañón sonó y Adrya fue la primera en salir. El enorme agua la esperaba. La joven había tenido que lanzarse hacia el fondo del lago, donde encontró criaturas mitológicas marinas, con superior ferocidad que el hidra. Necesitaba más que sus habilidades para derrotarlos y era evidente que aún no lograba dominar por completo el poder del rosario, pese a todos sus intentos no logró vencer al dragón marino que esperaba ansioso en el lago. Y tuvo de desistir de su osadía. 

El director dio el mensaje pronto —. La señorita Adrya no ha logrado derrotar al dragón del mar, ha sido retirada de la prueba por un percance. 

Saga de Géminis estaba más que complacido, pues esperaba que cada uno de los campeones fracasarán en especial, Alsitair de sagitario. Los compañeros de la joven, sintieron cierta empatía, y temieron lo difícil que era la prueba. Shaka y Aioria de pronto habían abandonado la carpa para acompañar a Adrya, quien se encontraba en la enfermería acompañada de, Beth. La joven estaba más pálida de lo normal y Beth también estaba impaciente, con una preocupación que se le salía hasta por los poros. 

Camelot fue le segundo el salir y como si se tratará de una especie de maldición, tampoco logró derrotar al dragón marino. Sebastián pensaba que aquel dragón marino debía ser algo de su tío, incluso por un momento pensó que era él a quien se enfrentaban sus compañeros y no a la criatura, pero no, se trataba de un auténtico dragón marino azulado, feroz, con numerosas escamas y gran poder.

Leta se apresuró a ver a Camelot. Iba lo que seguía de furiosa, al parecer el arduo entrenamiento no había rendido fruto y eso jamás lo perdonaría la mujer. Todos los estudiantes de la casa Hawsy ya comenzaban a temer por Camelot. 

Channing salió temblando, pues temía tener el mismo infortunio que sus compañeros, pero fue todo lo contrató la prueba de la tierra fue muy fácil, y detener al minotauro no había sido un problema. La ovación era tal, que Channing estaban más confiado, quizás porque  los primeros dos campeones habían perdido era que los estudiantes tenían su fe ahora en le joven tauro. 

Sebastián salió. El campo ardía, incluso los ojos comenzaron a calarle muy fuerte. De la lava hizo presencia un balrog. Todos en el campo gritaron, era la primera vez que veían tan poderoso ser. Sebastián entreabrió sus ojos, el miedo se apoderó de él instantáneamente que casi cae a la lava, sin embargo logró evitarlo y luchó contra el balrog. Pese lo difícil que fue, logró vencer al enorme ser y salir triunfante de su prueba, aunque las heridas eran profundas y aún sentía la intensidad del fuego. Aquella victoria se la agradecería a su tío, pues después de todo el veneno del hidra había funcionado a la perfección contra el balrog. Saga de Géminis estalló en un júbilo y se marchó pronto a reencontrarse con su hijo, que a duras penas podía mantenerse en pie. 

Alsitair hubiese deseado ir a verlo, sin embargo tenía que esperar a combatir. Yeun salió y en el viento lo golpeó fuerte en rostro. Parecía un tornado allí afuera, pero era peor aún el enorme dragón que esperaba impaciente a su rival. Tenía alas grandes y una ferocidad brutal, golpeaba y sucumbía todo él coliseo, que se estremeció al tal impacto. A pesar de la feroz batalla, el hijo de libra salió triunfante, pero fue llevado de inmediato a la enfermería, pues el dragón había logrado clavarle sus garras en su brazo derecho. Seiya estaba impaciente junto a su alumno, solo deseaba qué tal detalle no pasará a mayores. 

Alistair fue el último en salir, su lucha había sido de las más ovacionadas, pues a diferencia de Yeun, él volaban por lo cielos contra el dragón. Era como el gato y el ratón, un juego de velocidad y poder, con determinación y esfuerzo logró vencer al dragón. Saliendo victorioso una vez más de su prueba. El profesor Chadwick gritaba de emoción e incluso se levantó de su asiento por el impulso.

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