Ambos hermanos se dirigieron a sus habitaciones cuanto terminaron de cenar, todo estuvo delicioso, pero ahora era momento de ir a la cama. Los padres de los chicos, como todos los días, terminaron de cenar y se dirigieron a su despacho donde trabajarían por un largo rato así que prácticamente estaban "Solos."

Taehyung abrió la puerta de su habitación quedándose parado junto al marco de esta mientras esperaba a que Hoseok llegara a su habitación. Le sonrió con ternura, agitando su mano para luego entrar por completo y cerrar la puerta detrás de él. Tomó su ropa para dirigirse al baño, se había quedado dormido así que no se había duchado. Comenzó a despojarse de su ropa, se daría una ducha para relajarse y luego dormir tranquilo.

Cuando salió del baño casi corrió a su cama para dejarse caer en ella, ese día en particular tenía un poco de calor así que encendió el clima y se envolvió de pies hasta su cuello, dejando su rostro expuesto. Apagó las luces, se acomodó en un lado de su cama y cerró sus ojos, dispuesto a descansar. Dio un brinco cuando sintió que el lado contrario se hundía y unas manos se envolvían alrededor de su cintura.

—Tranquilo, bebé, soy yo, Hoseok —sonrió.

—¿Qué haces aquí? —se giró un poco para quedar frente al mayor.

Las luces ya se encontraban apagadas así que la habitación estaba oscura, pero había una pequeña lampara para niños que hacía que esta no quedara del todo oscura. Taehyung dirigió una mano hasta el rostro del mayor, debido a la poca luz no podía apreciar el rostro de su hermano por completo, solo veía la sombra, así que no se podía percatar si estaba despierto o dormido.

—¿Ya no puedo dormir con mi hermanito? —preguntó burlón después de unos minutos en silencio.

Taehyung sonrió. Amaba la relación que tenía con Hoseok, esa que solo se limitaba a ser unidos, hasta antes que los dos sintieran algo por el contrario. Desde pequeños eran unidos, los dos miraron como crecía el otro y si algún problema se presentaba siempre se tenían el uno al otro para levantarse juntos.

—Claro que puedes... Pero es raro ¿Estás consciente que la inocencia de hermanos ya se fue? Ya sabes, seguimos siendo hermanos, pero no podemos ignorar lo que estuvo por pasar ¿Entiendes? Ya no hay ninguna pizca de la hermandad que solíamos tener...

—Claro que te entiendo, tampoco pensaba llegar como tu hermano y solo abrazarte —se rio un poco dándole a Taehyung entender lo que quería hacer con él.

—Me siento mal por esto, arruinamos nuestra hermandad.

—No arruinamos nada, bebé. Te deseo, y mucho, pero sigo viendo en ti al bebé llorón de mejillas regordetas que corría por toda la casa tratando de atraparme —Taehyung sonrió ante el recuerdo que Hoseok le compartió.

—Me pasa lo mismo contigo... ¿Crees que sería extraño que nos besemos ahora? —preguntó. Hoseok se rio mientras negaba.

Colocó sus manos en el rostro del menor, acercándose a sus labios para besarlo lentamente. Taehyung llevó sus manos hasta el pecho del mayor, aferrándose a este mientras sentía su calidez.

—Es hora de dormir —Hoseok dijo después de terminar el beso.

Taehyung se giró dándole la espalda e invitándolo a que lo abrazara de esa forma. Hoseok así lo hizo, recorrió con sus manos la piel desnuda del vientre de Taehyung, dejándolas en aquella zona. Taehyung sonrió, colocando su mano encima de la del mayor, pronto este entrelazó sus manos al sentir los finos dedos de Taehyung sobre los suyos.

Los dos se quedaron dormidos después de eso, sin soltar sus manos que tan bien encajaban. La mañana llegó, las alarmas de ambos sonaron. Taehyung hizo caso omiso, apagando la suya con molestia, no quería salir de su cama y menos cuando tenía a Hoseok abrazándolo de su espalda y rodeándolo con sus fuertes brazos. Se giró dispuesto a seguir durmiendo, quedando enfrente del mayor. Ahí lo miró tan tranquilo y pacífico. Su sonrisa se hizo grande sin poder evitar acercarse hasta dejar un besito en su mejilla.

Hoseok abrió sus ojos encontrándose con Taehyung que se había sonrojado al ser descubierto observando y besando al mayor. Sonrió, llevando una de sus manos hasta el rostro del menor para acariciar su mejilla con delicadeza y cariño. Taehyung ronroneo cerrando sus ojos ante la caricia. La sonrisa que permanecía en sus rostros era única, muy imposible de borrar.

—Levántate, bebé —habló el mayor con voz ronca debido a que recién despertaba.

—No, Hobi, quedémonos en casa, no vayamos hoy —le suplicó usando una voz más dulce.

—No lo creo bebé, tenemos que ir —dejó un beso en su frente.

—Por favor, te prometo que haré todo lo que me pidas, pero quedémonos —suplicó. Hoseok lo miró pícaro, eso sí le había llamado la atención y Taehyung lo notó, sintiendo como todo su interior se agitaba con mil emociones.

—¿Qué le diremos a mamá?

—Digámosle que me siento mal y que te quedarás a cuidar de mí —sonrió inocente—. Ella comprenderá y nos dejará quedarnos.

—¿Qué haremos si decide no creernos?

—Nos escapamos. No entramos a la escuela, podemos ir por unos helados o al parque, pero no vayamos hoy, quiero estar contigo, por favor, hyung —Taehyung hizo un puchero viéndose tan lindo que derritió el corazón del mayor.

Sonrió, acercándose a los labios del menor para besarlo por un largo rato. Taehyung le correspondió gustoso. Hoseok apretó su agarre en la cintura del menor, subiéndolo a su regazo sin dejar de besarlo. Taehyung soltó un gemido al sentir que Hoseok mordía su labio. Aquella reacción hizo feliz al mayor, desde que lo escuchó gemir por primera vez había fantaseado con aquellos sonidos sensuales que salían de lo más profundo de su garganta y saber que él había logrado sacarle uno se había sentido de maravilla, incluso deseaba poder escuchar más de ellos, se había vuelto adicto.

—Gracias, le avisaré a Jimin —Hoseok asintió.

Taehyung se bajó del cuerpo de su hermano, alcanzando su celular que descansaba en su mesita de noche. Al obtenerlo le envió un mensaje a Jimin donde le avisaba que no iría y que después le contaría la razón de su incumplimiento en la escuela. Jimin le agradeció por avisarle, le contó que le avisaría a Yoongi y ellos también faltarían ya que tenían asuntos que arreglar y ante la situación que se le presentó, aprovecharía para pasar el día en casa de Yoongi donde nadie los interrumpiría.

—Minnie dice le parece bien —le sonrió al mayor.

—Le envíe un mensaje a Satán, él está loco por un chico de nuestro grado, creo que comenzaron a salir y no querrá faltar por nada del mundo a clases, el chico es algo así como muy estudioso —explicó. Taehyung se rio un poco ante la situación de Namjoon persiguiendo a aquel chico o diciéndole cosas bobas y cursis.

Había despertado feliz y estar así con Hoseok lo volvía mucho más. Sonrió dejando su celular nuevamente en la mesita de noche para regresar hasta el pecho del mayor y reclamar sus labios en un beso. Había tomado a Hoseok desprevenido, es por eso que cuando se separaron lo miraba todavía sorprendido por el atrevimiento del menor y todas las ganas que aún tenía por seguir besándolo, pero su sonrisa en forma de corazón con hoyuelos incluidos seguía iluminando su rostro.

—Lo siento, me apetecía besarte —su voz sonó levemente apenada.

—Puedes hacer todo lo que quieras conmigo —lo volvió a besar.

Se separaron ante el sonido de tacones chocando en el piso, sabían de quien se trataba y a lo que iba. Taehyung volvió a meterse debajo de las sábanas con rapidez, su corazón latía fuerte y su rostro estaba tan caliente por la situación anterior con su hermano que eso fue lo que los ayudó con la mentira para su madre. Cuando la mujer entró a la habitación se sorprendió al mirar a su hijo menor en ese estado.

—Llamaré a un doctor, resiste, bebé —su mano seguía en las mejillas y en la frente del menor, mirándolo con pena y con muchas ganas de hacer hasta lo imposible porque su hijo estuviera bien.

—Cuidaré de él como hasta ahora. Tae se sintió mal en la madrugada, pero ya está mejor, ahora le toca descansar un poco para que recupere toda su energía —la mujer asintió agradecida con el mayor de sus hijos.

—Amor, gracias por cuidar de tu hermanito —besó su frente con cariño, luego regresó con el menor—. ¿Ya te sientes mejor? —le preguntó preocupada por su estado.

—Sí, mami, Hoseok hyung cuidó muy bien de mí —le dijo. La mujer asintió aliviada.

—¿Entonces no irán a clases? —los dos negaron.

—Bien. Hoseok, estás a cargo, lo sabes —lo miró—. Si Tae se sigue sintiendo mal, llámanos, ya sea a tu padre o a mí, nosotros vendremos para llevarlo al doctor —Hoseok asintió para ella.

—Anotado, mamá. Vayan tranquilos, Tae no se quedará solo en ningún momento y lo cuidaré con mi propia vida —sonrió.

—Hobi, el desayuno está listo, tienen el permiso de subir su comida, pero cuando terminen regresen los platos.

—Gracias, madre —la mujer se acercó a besar sus frentes.

Se despidió de sus hijos una última vez y salió de la habitación. Los chicos esperaron hasta escuchar la puerta de la entrada cerrarse y suspiraron aliviados. Al fin se encontraban solos. Taehyung soltó una risita después del momento tenso.

—Amo mucho a mamá —el mayor asintió de acuerdo.

—Yo igual, esta mujer es muy comprensiva —sonrió.

Taehyung asintió, comenzando a salir de las sábanas, estaba empezando a sentirse sofocado ante todas esas telas gruesas. Hoseok aprovechó para volver a subirlo a su regazo, acercándolo a sus labios.

—Listo, bebé, tenemos la casa para nosotros dos solos ¿Cuál es el plan?

—Quiero hacer muchas cosas contigo —sonrió inocente.

—¿A qué te refieres con eso?

—Hoseok, quiero que me folles.

La boca de Hoseok se abrió en asombro, luego sonrió ante lo vulgar que eso había sonado, pero le gustaba la idea. Asintió, besando a su hermanito por un largo rato.

—Vamos, bebé, tenemos que desayunar, luego te haré mío —bajó al menor de su regazo, poniéndose en pie sin borrar su sonrisa perversa y entusiasmada con la idea.

Taehyung lo miró, su vista cayó en la erección del mayor. Sonrió grande, gateando hasta la orilla de la cama donde Hoseok se encontraba de pie. Lo miró una última vez sonriendo pícaro para colocar sus manos a los costados de Hoseok y mirar de cerca el gran bulto.

—¿Te calentó lo que dije? —su voz salió más dulce e inocente, en busca de provocar al mayor.

Hoseok asintió mientras mordía su labio. Amaba a Taehyung hablando de esa forma, lo ponía más caliente de lo normal, la situación se había vuelto más difícil para él al tener a Taehyung mirando el bulto entre sus pantalones, con deseo y hambre, incluso mojaba sus labios con su lengua sin apartar la mirada.

—¿Quieres probar? —el menor asintió deseoso—. Y lo harás bebé, pero eso es para más tarde —sonrió.

Taehyung se puso de pie, con una mano apretó su propia erección para luego bajar con su hermano a desayunar. No se cambiarían los pijamas pues dentro de poco no necesitarían ningún tipo de ropa.

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