El camino de regreso a la empresa fue silencioso, ambos hombres estaban perdidos en sus pensamientos.

Yoongi aparcó su auto y lo miró, no había notado que Park seguía llorando.

—Jimin... No creas todo lo que él dijo sobre tu padre y sobre ti, él... Él es un gran hijo de puta —soltó molesto.

—Él tiene razón —lloró—. Cuando yo era pequeño vivía rodeado de grandes fortunas, el amor de mamá y papá nunca me faltó, pero lo que nos sobraban eran las multas y demandas, incluso papá pensó en darse por vencido, devolverle a mi abuelo su empresa, pero no lo hizo porque era bueno en lo que hacía y sabía que podía salir adelante... Cuando yo apenas tenía seis años encontré a mamá llorando, al mirarme me dijo que todo estaba bien pero que ella y papá tendrían que vivir en casas separadas, pronto todo lo que yo creía que era mi hogar se fue marchitando hasta solo ser mamá y yo en esa gran casa —limpió una lágrima—. Ella y él se separaron, no teníamos dinero para pagar tales lujos y nos echaron. Papá nos dio dinero, no era tan hijo de puta como para dejarnos solo así... Poco a poco nos volvimos a estabilizar, al mirar a mamá llegar a altas horas de la madrugada, ambos con el estómago vacío, me prometí sacarla adelante por mi propia cuenta y lo hice, pero en todo el proceso tuve que soportar la burla de otros niños y padres que se reían por mi forma de ser o por mi padre. Yo no entendía porque se burlaban de mí hasta que los vi, era lo suficiente mayor para entender esas cosas. Papá había perdido su empresa, pero había ganado el corazón de un gran hombre que supo amarlo y apoyarlo, incluso estuvo con él cuando mamá y papá se divorciaron y yo pensé que lo había superado, me acepté como era, incluso a él, pero algunas heridas no terminan de cicatrizar como deberían y me duele.

Yoongi lo miraba con pena, mirar a Jimin hecho bolita en el asiento de su auto mientras lloraba a mares, era la peor escena que había presenciado, le dolía verlo así porque entendía los malos tratos que llevaba, su padre siempre quiso un hombre, un hijo de puta más pero al contrario de todo eso Yoongi siempre se interesó en los instrumentos musicales y en escribir sus propias canciones pero su padre al enterarse destruyó su piano y quemó su libreta repleto de planas de canciones y emociones que Yoongi había dejado plasmado allí. Desde ese momento cambió, imitando las actitudes de su padre, volviéndose controlador y algunas veces un maldito hijo de puta, eso era en lo que se había convertido y no había vuelta atrás. Ahora era otra persona, los pianos y canciones quedaron atrás, la empresa era su prioridad y los malos tratos de su padre eran usados como defensa propia.

—Tranquilo, Jimin —una de sus manos se dirigió a su hombro—. Al saber que él diría todas esas cosas sobre ti y tu familia, no te hubiera llevado conmigo. Soy peor que él, otro idiota con el apellido Min —suspiró.

Los ojitos aguados de Jimin lo miraron, sintiendo culpa porque su jefe se sintiera de esa forma.

—Está bien, no fue su culpa, usted es bueno, no como él —su manita tomó la de Yoongi—. Usted crea en mí, yo digo la verdad.

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro, haciéndolo ver tan lindo aún con sus ojitos rojos y cristalizados. Jimin era hermoso.

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