•CAPÍTULO SESENTA Y CUATRO•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

"Sentirse pleno"

No puedo dejar de rememorar mi accionar del día de ayer por la noche. Es que no sé si me excitaba más la cara que trataba de contener mi futuro o el mero hecho de sentirme plenamente sexual y erótico mientras me tocaba sin pudor frente a sus ojos.

¡Y por favor! Me consumen mis excitantes pensamientos al imaginarme actuante de nuestra erótica película...

Pero más allá de todo, la felicidad que siento por dentro en este preciso momento, me rebalsa por los poros.

Es que poder compartir mis gustos con el hombre de mis sueños, aunque algo extraño para algunos, no tiene punto de comparación. Que me acepte y le encanta cada escenario que le armo, me tiene loco de amor.

Y no es que solo mida nuestra relación por el sexo (aunque no puedo negar que cada parte de su cuerpo es fabuloso al intimar) su magnífico cerebro, la seguridad de sus acciones, el cómo me cuida a cada momento junto a su porte varonil, termina por enamorarme un poco más cada día...

Su sonrisa, la bendita sonrisa que enmarca su cuadrado rostro cuando me atisba, las sensaciones que me provoca con tan solo observarme fijo sin emitir labia, sus grandes manos que saben recorrer el mapa de mi soma...

—¡Doctor Park! —gritan a mis espaldas sacándome de mis pensamientos.

—¡Maldición! —blasfemo al observar el agua desplazarse hasta alcanzar mis zapatos.

—¿En qué estaba pensando picarón? —dice el jefe de enfermeros mientras trato de ocultar mi sonrojo.

—Nada Jin, solo me fui por un momento —artículo mientras rebusco unas servilletas para absorber el líquido del suelo.

—Se fue del planeta mejor dicho, y creo saber quién es el promotor de su nebulosa de "amor"... Bueno, aunque conociéndolos no creo que sea un pensamiento amoroso, sino más bien.

—¡Bueno, bueno! ¿Cómo qué no le debería interesar en lo que pienso licenciado, no? 

—Si sus pensamientos influyen en quedarnos sin agua, debo intervenir, todo sea por salvar el planeta doctor Park.

No puedo contener mis risillas mientras estoy agachado al observarlo levantar sus cejas nada disimulado.

—¡Está bien! Estaba pensando en el doctor Jeon ¿Eso quería saber? —emito levantándome del suelo para buscar nuevos papeles absorbentes.

—Papacito Jeon querrá decir doctor y no lo culpo, pero trate de no desabastecer el prestigioso líquido, por favor.

—Que suerte que no lo escucha el jefe.

—Primero que nada, no es el jefe, ya que -actualmente- anda de licencia por andar haciendo de súper héroe y segundo, como le vi las nalgas, tengo conocimiento de causa para llamarlo papacito.

Sacudo mi cabeza resignado, el jefe de enfermeros es todo un caso y sin remedio.

—¡Ah! Lo estaban buscando del sector pediátrico, me parece que su pequeño está listo para el alta.

—¡No joda licenciado! ¡No tengo ni la cuna preparada siquiera! —articulo desesperado y mordiendo repentino mis uñas.

—Eso le pasa por andar alzado con su papacito y vaya, que su hijo lo está esperando. 

Salgo como si me llevara el Diablo por los pasillos del nosocomio, marcando urgente el teléfono de mi apa. Él, es el único que puede auxiliarme en una situación cómo esta, ya que hemos estado hablado del asunto el otro día.

Un par de timbrazos y nada, así que decido marcar a mi novio, que es la otra persona que siempre encuentra las palabras adecuadas en cuanto las necesito.

¿Por qué me tiemblan las manos? Estoy como desesperado y aterrado. Y no es que no esté preparado mentalmente, pero de planearlo a tenerlo definitivamente entre mis brazos, se siente como demasiado. Y no se realmente si es nervios lo que siento, o temor de fallar en algo nuevo como lo es, el ser padre.

Y sobre que doblo la esquina, al ir concentrado en mi teléfono y mis renuentes pensamientos, me choco  de pleno contra un fornido torso y del cual reconozco su aroma al instante.

—¡Wow! ¿Amor te encuentras bien? —se acuclilla a mi lado revisando cada parte de mi cuerpo ya que caí con todo a causa del fuerte impacto.

—¿J-Jung... Kook? —y lo debo observar de tal manera que su cara de alerta es inmediata.

Entonces sobre que me ayuda a incorporarme abrazándome con todas sus fuerzas, me cuestiona: —¡Por Dios pequeño! ¿Qué tienes? Solo dime... Sea lo que sea, estoy aquí para ti —finaliza besando mis cabellos con una inmensa ternura que derriba -una vez más- cada una de mis barreras.

Me aferro -aún más- al calor que me proporciona su cuerpo, buscando de nuevo mi confort para apaciguar mi intranquilidad. Y yo sé que no puedo dejar que me inunde este negro mantón de inseguridad, así que decido confiar en él como tantas otras veces y lo dejo escapar...

—Cariño, ¿crees que seré un buen padre?

Él, se separa repentinamente, asiendo mis mejillas dulcemente mientras me observa con sus anhelantes y renegridos ojos que me miran hasta el alma.

—Pequeño ¿Qué es lo que te asusta? A ver, responde una pregunta, pero contesta desde lo más profundo de tu corazón... ¿Amas a nuestro retoño?

—Como no te das una idea —contesto sin titubear siquiera...

—Ahí tienes tu respuesta pequeño... Tú eres amor en todas las expresiones posibles. Porque si de algo estoy seguro, es de que aunque tengamos mucho que aprender, lo haremos juntos... Codo a codo... Porque yo estoy aquí contigo, para ti y para nuestro pequeño hijo. 

Entierro mi rostro sobre su torso dejando salir los rastros salados de mi conmocionada felicidad repentina.

Te amo Jeon Jung Kook.

Te amo mucho más Park Jimin.

—¿Acaso ustedes están practicando sus votos en el pasillo? A ver si se me corren porque están irrumpiendo el trabajo del personal por estar mirándolos —aparece en la escena, el jefe de enfermeros con exagerados ademanes de sus manos.

Y se me hace imposible no reírme con sus ocurrencias mientras a mi amado no le hace agrado en lo absoluto.

—A ver si nos entendemos licenciado Jin, que aquí yo soy el doctor en jefe y como jefe, hago lo que se me apetezca.

—Lamento tener que informarle a usted también, que se encuentra de licencia... papacito... Así que a otro con el cuento del jefecito.

Dicho esto, sigue de largo como si nada, pasando por nuestro lado sin percatarse o sin importarle siquiera la  asombrada cara de mi futuro ante su nombramiento.

—¿Escuchaste como me llamó? —cuestiona sin salir de su asombro. Y solo trato de cambiar enseguida de tema porque solo falta que vuelva Jin y le recuerde haberle visto las nalgas.

—Mejor no le hagas caso... Vamos cariño que nos esperan en el sector de pediatría. 

Arrastro a mi impoluto por los  pasillos hasta dar con el sector de nuestro niño. Y de inmediato, aferro mis dedos a su brazo, dándome cuenta que apreté más de lo necesario sobre que lo escucho quejarse de mi toma.

—Lo siento... —digo limpiando mis sudorosas manos.

—No pasa nada pequeño... ¿Estamos listos papi?

Asiento con mi cabeza a pesar de mis nervios, es que nunca tuve miedo a nada así que este sentimiento es totalmente nuevo. Y cuando estamos por avanzar le cuestiono frenando nuestro andar.

—¿Tú, sabías que hoy le darían su alta?

Él, me observa con su cara hecha un poema y sin poder ocultarme nada desembucha: —¿Y por qué crees que vine sobre las primeras horas de la tarde recién a verte amor?

—¿Y no será que te cansé demasiado ayer? Suponía que estabas descansando solamente.

—Bueno, en parte tienes razón, porque para recuperarme de las dos masturbaciones que sumando la de la bañera serías tres, tuve que consumir un enriquecido desayuno para despertarme.

—¡Cállate quieres! —golpeo su hombro entre risas conteniendo mi sonrojo.

—Pero la verdad es que estuve comprando, con ayuda de mis suegros, algunos objetos para nuestro pequeño. ¡Es que ni siquiera una mísera mamadera teníamos! ¿Y tú viste el precio de los pañales? Espero que crezca rápido o le pondré de tela...

Mi corazón da un vuelco al escucharlo hablar resuelto de su impronta. Él, no se imagina lo que significa para mi enamorado músculo cardíaco que luego de viajar por horas, se preocupe de comprar las cosas para la bienvenida de nuestro pequeño pensando seguramente en sacarme peso o angustia por no haberlo hecho...

—¿Cómo puedes ser tan hermoso? —le pregunto observando directo a sus renegridos ojos que me devuelven un amor absoluto en cada mirada que me otorga.

—Tenía temor de que te enfades conmigo pequeño —dice cabizbajo —. Por no esperar a comprarlo contigo, pero es que todavía faltan unas horas para tu horario de salida y solo quería alivianar tu carga. Y si realmente algo no te agrada, lo puedes cambiar a tu gusto. 

Me observa con ese brillo especial en sus ojos y ¡Maldita sea! Que me enamoro como un loco a cada minuto...

Entonces, lo abrazo por su cintura, regalando un tierno beso a sus labios que corresponde de inmediato.

Un toque anhelado de dos almas que se reconocen y un solo corazón repartido en dos partes...

Amar y ser amado sin reclamos, sin excusas, respetando los tiempos del otro y siempre con las palabras justas.
















































Me enamoro cada día más de este par🥺

Jin es cosa seria🤣

Se nos viene el retoño al hogar🥺😭😍

Vale aclarar que estaría haciéndome falta un impoluto que me ayude con las crías 😏🤣

Gracias por leer, comentar y votar 🥰

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro