Era el día indicado. Sana hablaría como Momo y DaHyun, aunque se estuviera muriendo de los nervios. Ya en su cabeza había pensado muchas respuestas que podían darle las chicas y ningúna de ellas le gustaba.

Pero debia ser valiente.

- Puedes hacerlo Sana - se dijo mientras apuntaba el reflejo en el espejo de su habitación - Solamente debes hablar con ellas, no te van a comer por eso.

El plan de la nipona pelirosa fue enviarle un mensaje a DaHyun y Momo para que fueran al departamento apenas terminaran sus clases. Sana había salido más temprano, por eso estaba en el departamento. Las respuestas de las dos féminas habían sido positivas, eso solamente avivaba sus nervios.

Se acercaba la hora de que la japonesa mayor y la coreana terminaran sus clases, así que pronto estarían camino a su departamento. Momo entraría como siempre, abriendo la puerta con su copia de la llave y DaHyun debia tocar lal puerta, no habia confusión, al momento de su llegada sabría identificarlas.

- Todo está friamente calculado - lanzó un hacía atrás un mechon de cabello que estaba sobre su hombro.

Momo corrió hasta el elevador, un poco más y se cerraba, con lo cansada que estaba sería un fastidio esperar que otro bajara. Al entrar se fijó en la mujer mayor que estaba dentro del elevador, si recordaba bien se llamaba HaeJun.

-Buenas tardes señora Jung - hizo una reverencia que la mujer mayor imitó con una sonrisa en su cara - ¿Necesita ayuda con sus bolsas?

- ¿Esto? - movió las bolsas de papel - No linda, estoy bien, pero gracias por querer ayudarme.

Momo asintió con una sonrisa. Al llegar al piso de su departamento se despidió de la sehora Jung moviendo su mano, mientras caminaba al departamento sacó la llave de su mochila. Abrio la puerta e iba a saludar a la otra japonesa, pero se llevó la sorpresa de encontrar también a DaHyun sentada en el sofa blanco de la sala.

- Hola unnie - saludó la coreana con una de esas sonrisas que derretia el corazón de la mayor.

- Hola - pellizcó suavemente las mejillas de la menor cuando se sento a su lado - ¿Qué haces aqui? No es que me moleste, solo me sorprende.

- Yo...

- Yo la invité - la rubia y la pelimenta sonrieron al ver a Sana - Necesito hablar con ustedes.

- Claro unnie - Momo y DaHyun le abrieron un espacio para que se sentara en el medio de ambas. Sana lo hizo con un tono carmesí en sus mejillas.

- Te escuchamos.

Sana suspiró antes de seguir hablando. Momo y DaHyun tomaron las manos de Sana, intentando calmarla para que siguiera hablando.

- Y me siento muy mal. Creo que lo que siento no esta bien, no te pueden gustar dos personas al mismo tiempo, te debe gustar una o la otra, pero yo no quiero lastimar a ninguna - Momo dejó un mechon rebelde de Sana detras de su oreja - Yo no quiero lastimarlas, de verdad me gustan.

Momo rió bajito cuando Sana terminó de hablar, la menor era tan tierna.

DaHyun abrazo a la pelirosa, dejando la cabeza sobre su hombro mientras le acariciaba el brazo.

- Sana - la nombrada miró a la rubia - Lo que está bien o mal es algo que cambia mucho. Tú debes saber lo que consideras bueno o malo. Yo no creo que lo que sientas esta mal, es amor, el amor sano no hace daño, que ames a más de una persona no es un peligro para la sociedad - rió - Claro, también esta el detalle de que esas dos personas te amen y estén dispuestas a tener una relación de más de dos personas.

- Nosotras decidimos enamorarte. Por eso tanta atención contigo, fue nuestro plan desde un principio - la rubia y la pelimenta recibieron un golpe en sus brazos - No los mereciamos - DaHyun acariciaba el lugar del golpe - Pero con esto queremos que entienda que no esta mal, no le estamos haciendo daño a nadie despues de todo.

Sana asintió. Ellas tenían razon, no le hacían daño a nadie con amarse. Era un amor un poco diferente, pero no hacian nada malo.

- ¡Entonces tengamos una cita! - la coreana y la japonesa mayor miraron como la pelirosa se levantó del sofá de un brinco.

- Si Sana, tendremos citas - admitió Momo, que aunque no lo demostrara le gustaba la idea - pero llevemos todo al paso que se dé, no apresuremos nada. Solo disfrutemos, sé que a veces piensas mucho todo y lo termina transformando en otra cosa.

- Si, pero solamente a veces - se defendió la mayor.

- Ajam - DaHyun asintió - Mejor almorcemos, yo cocino.

Y asi empezaron su relación. Cocinando juntas mientras jugaban, reían y disfrutaban la compañía de la otra.