Momo salió de la sala de ensayos bebiendo el jugo de naranja que le había hecho Sana en la mañana. Se despidió de su profesor y algunos compañeros que encontró mientras salía, se quedó junto a la salida pensando si ir a buscar a Sana, negando con la cabeza segundos después, la menor estaría en clases justo en ese momento.
— Me toca esperarla hasta que salga de clases — subió sus hombros con desinterés y giró para caminar directo a la cafetería, pero antes de dar dos pasos chocó contra alguien y su jugo quedó en la camisa de esa persona.
Lo admitía, iba a gritarle a esa persona pero sus intenciones se fueron al ver la tierna carita frente a ella. Una chica de más o menos 1.56, piel blanca, mejillas rosas obviamente era maquillaje, sus ojitos brillaban como los de un corderito, los labios rosas y brillantes hacían un puchero... Una chica muy hermosa.
— No llores linda — negó con sus manos al ver los ojos brillantes de lágrimas de la pálida chica frente a ella
— E-Es que n-no es mía la sudadera — el puchero se hizo más notable — Debí ver al frente antes de salir del pasillo, lo siento mucho.
Momo negó, no era culpa de esa masita.
— No no no, esto no es tu culpa, yo debí ver antes de caminar... Debo arreglar esto.
— No debes hacerlo, no es tu culpa y... — la rubia colocó su dedo índice sobre los pringosos labios de la peliazul.
— Dije que es mi culpa y que quiero arreglarlo... — un foco imaginario apareció sobre su cabeza al recordar el sweater que tenía en su mochila — Vamos al baño para que puedas cambiarte.
— P-Pero no tengo ropa extra — las mejillas de la peliazul se tiñeron de rojo cuando la rubia tomó su mano para empezar a caminar.
— Pero yo si, tranquila.
DaHyun miraba su reflejo en los espejos del baño, el sweater le quedaba un poco grande pero no le quedaba mal, además olía a lavanda y ese olor le fascinaba. Salió del baño buscando a la chica rubia que le había ayudado con su problema, encontrandola frente a los casilleros que estaban a su lado.
«Es linda»
Las mejillas de DaHyun se ruborizaron de inmediato al pensar tal cosa, apenas había cruzado un par de palabras con esa chica.
— Te ves linda, pequeña — le dijo Momo mientras se acercaba con una sonrisa en su labios.
— No soy pequeña, el mundo es grande para mí — cruzó sus brazos fingiendo estar molesta.
Momo río, esa chica era muy linda.
— ¿Y cómo te llamas pequeña gigante? — preguntó arqueando una ceja.
— Kim DaHyun, un gusto.
— Yo soy Hirai Momo, estoy en el edificio de arte, cuándo necesites ayuda me puedes buscar.
— Lo haré y gracias por prestarme el sweater, te lo devolveré mañana la...
— No~ puedes quedartelo, se te ve mejor a ti.
— G-Gracia Momo — el sonrojo volvió a instalarse en sus mejillas.
— Linda~ — murmuró — ¿Quieres ir por algo a la cafetería? Yo pago.
— Si, gracias — le regaló una sonrisa a la japonesa, quién se derritió de amor al ver esa sonrisa de bebé.
Dos japonesas lindas en un día, había sido un dia bonito para DaHyun.
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