ෆ ❝OO9 | 𝑫𝒊𝒔𝒇𝒓𝒖𝒕𝒂𝒓❞

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☆.。.ෆ:*・゜☆.。ෆ.:☆

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—Eres tan pesado —se queja Amelia antes de darle un largo trago a su bebida, siendo seguida por Stefan—. Ya deja de reírte, lo que te cuento es algo serio.

—¿Cómo no me voy a reír? —pregunta Stefan con diversión inclinándose un poco más hacia Amelia.

—Se supone que soy tu amiga, tienes que apoyarme, no burlarte de mis desagracias —recrimina la rubia consiguiendo que su amigo vuelva a reírse junto a ella.

Ambos modelos ya habían salido de la fiesta que tuvieron en Seattle con varias marcas importantes, Karen los dejó ir advirtiéndoles que tuvieran cuidado y no se metieran en problemas porque la prensa ya sabía que estaban en la ciudad.

—Otra ronda —pide Stefan hacia el mesero al momento en que llegó con ellos, el hombre asiente y recoge los vasos de la mesa para luego irse.

—No debo tomar mucho —recuerda Amelia mirando a varias personas bailar en la pista del bar—. Tenemos que mantener una imagen y Karen nos rega...

—Karen no está aquí —comenta Stefan inclinándose un poco más para acercarse a Amelia que sonrió con diversión.

—Pero ella tiene ojos en todas partes, además, ya no somos desconocidos para el mundo —responde Amelia alejando su mirada de Stefan.

—Lo dices muy emocionada —comenta Stefan con sarcasmo viendo como su amiga negó ligeramente mirando a un punto del bar con una pequeña sonrisa en su rostro.

—Extraño no ser anónima para el mundo, todos opinan sobre mi vida, me hostigan, me critican con el más mínimo error que haga y no... —habla Amelia con pesar en su voz—. Quisiera poder vivir mi vida sin temer perder seguidores o contratos famosos... quisiera volver a ser la Amelia de antes.

Stefan se da cuenta de como los ojos de Amelia se llenaron de lágrimas, se veía afligida y culpable, parecía que algo le atormentaba.

—Amelia... —intenta hablar Stefan una vez más, pero solo consigue que la chica retomara una postura derecha y fingiera una radiante sonrisa.

—Voy al baño, no me tardo —asegura la chica tomando la copa media vacía de Stefan para terminársela de un trago—. No te bebas mi trago o tú pagarás toda la cuenta.

Stefan sonríe ligeramente y ve como Amelia se alejó de la mesa lentamente, caminaba con algo de dificultad ya que se encontraba bastante tomada, todo le daba vueltas. El modelo tuvo intenciones de acompañarla para que no le pasara nada malo, pero su teléfono sonando lo detuvo.

—¿Qué quieres ahora? —pregunta Stefan irritado tras ver el contacto y contestar—. Te dije que no me hablaras, estoy intentando distraerme un poco.

¿Conseguiste lo que querías? —pregunta un hombre al otro lado de la línea consiguiendo que Stefan pusiera los ojos en blanco—. ¿Qué cosa te ha tomado tanto tiempo que aplazaste cada una de nuestras reuniones?

—No quiero verte ahora, escuchar tu voz me resulta insoportable —asegura Stefan irritado—. Estoy ocupado con mi carrera, tengo cosas más importantes que hacer antes que reunirme contigo, además... estoy intentando conseguir lo que nos pidieron.

Amelia se disculpa con una chica al momento en que chocó con ella tras salir del baño, la rubia lava sus manos y sale del baño de damas tarareando la canción que estaba sonando en el bar.

—Oye, fíjate por... —Amelia no pude terminar de hablar ya que sintió como la tomaron de la cintura con fuerza—. ¡¿Qué hace?! ¡Oiga! ¡Stefan!

Amelia comienza a moverse con brusquedad e intenta buscar ayuda mirando a su alrededor, la modelo queda pegada a una pared cerca de la salida de emergencia del bar.

—¡¿Qué diablos le pasa?! —recrimina Amelia intentando enfocar su mirada en la cara del extraño que se la había llevado—. ¡Suélteme ahora mismo! ¡No se atreva...!

Amelia no puede terminar de hablar ya que se dio cuenta de que la persona que se encontraba enfrente de ella era su ex novio.

—¿Edward? —pregunta la rubia confundida creyendo que se encontraba alucinando—. ¿Cuánto fue que tomé? ¿Estoy a-alucinando?

—¿Estás ebria? —pregunta Edward en respuesta intentando ver los ojos de Amelia la cual había comenzando a reírse.

—El imbécil de S-Stefan de seguro le puso a-algo a mi bebida o probablemente t-tengo sueño —Amelia vuelve a reírse y tiene intenciones de irse, pero Edward la detiene pegándola a la pared una vez más—. Que sueño tan más real.

—Amelia, por Dios —susurra Edward tomando las mejillas de la chica para que pudiera mirarlo fijamente.

—Eres i-igual o más intenso que el Edward r-real —Amelia toma las mejillas de su ex pensando que es una alucinación—. ¡No es cierto! ¡Pareces tan real!

—Tenemos que irnos —susurra Edward guiando a la rubia hacia la salida de emergencia.

—¡No! ¡Yo quiero seguir divirtiéndome! ¡Mi bolso! —se queja Amelia queriendo regresar a su mesa en donde se encontraba esperándola Stefan, pero Edward vuelve a detenerla—. ¡Suéltame! ¡Quiero seguir disfrutando de mi soltería!

Edward pone los ojos en blanco y dirige su mirada hacia el bolso que Amelia tenía en su brazo, el castaño decide cargar en su hombro a la rubia que no evitó soltar un pequeño grito por la sorpresa.

—¡Bájame! ¡Edward! —recrimina Amelia removiéndose e intentando bajarse del hombro del vampiro, pero este la tomó de las piernas con agilidad—. ¡Edward Cullen! ¡Esto no es divertido! ¡Suéltame!

Edward ignora totalmente los gritos de Amelia y sale con ella en su hombro por la puerta de emergencia del bar para comenzar a caminar hacia su auto.


—Puedo denunciarte por acoso y además por secuestro —susurra Amelia teniendo los brazos cruzados e intentando no mirar a Edward.

El vampiro se mantiene conduciendo con tranquilidad, pero regresó su mirada unos cuantos segundos al perfil de su ex novia que se mantuvo mirando la ventana en todo momento.

—Dejé mi trago sin acabar y, además, dejé solo a Stefan sin poder decirle a dónde iba —se queja Amelia molesta—. Eres un idiota.

Edward se abstiene a responder y va disminuyendo la velocidad del auto ya que se encontraba llegando a la casa en donde Amelia se encontraba instalada por el tiempo de sus vacaciones en el pueblo.

—¿Para esto me sacaste del bar a la fuerza? —pregunta Amelia con sarcasmo regresando su mirada hacia Edward una vez que el auto se detuvo—. ¿Fuiste como un maldito chófer y psicópata únicamente para traerme a mi casa?

Amelia abre la puerta del auto de mala gana y sale del auto, Edward intenta mantener la calma luego de escuchar como la rubia azotó la puerta del vehículo sin ningún cuidado.

Ya había olvidado su carácter cuando se enoja —piensa Edward viendo como Amelia camina furiosa hacia la entrada de su casa.

Amelia comienza a hablar entre dientes mientras batallaba para abrir la puerta de su hogar, la rubia maldice mentalmente a su ex novio en todos los idiomas que conoce, hasta que siente un cuerpo a sus espaldas.

—Si quieres seguir viviendo tu hermosa eternidad sin ninguna complicación, te recomiendo que no me toques —advierte Amelia empujando la puerta principal con fuerza.

La modelo tiene intenciones de cerrarle la puerta en la cara a Edward, pero este entra con velocidad consiguiendo irritar todavía más a su ex novia.

—Claro, pasa —comenta Amelia con sarcasmo antes de darse la vuelta y comenzar a caminar hacia la cocina de la casa—. No quiero discutir, ya me arruinaste la noche y ya estoy en casa, ahora lárgate.

—Tengo que hablar contigo —explica Edward siguiendo a la rubia que asintió lentamente.

—Bien, llámame dentro de... —Amelia finge pensarlo mientras abre el refrigerador—. ¡Ya sé! ¡Nunca!

Edward cuenta hasta diez mentalmente y ve como Amelia destapa una cerveza mientras lo ignoraba lo mejor que podía.

—Estoy hablando en serio Edward, no me apetece discutir o escuchar tu voz, así que vete de mi casa —ordena Amelia regresando su mirada hacia él y comienza a caminar hacia la salida de la cocina—. Cierra la puerta cuando salgas o cierra bien la ventana en todo caso.

Edward pierde la paciencia al ver que Amelia se mostraba indiferente y no duda en tomar con fuerza una de las muñecas de la modelo, la rubia suelta un pequeño grito ahogado por la impresión y contiene un jadeo tras sentir como su espalda chocó con fuerza contra una de las paredes de la cocina.

—¿¡Qué rayos te ocurre, idiota!? —recrimina Amelia intentando empujar a Edward, pero al tener una mano ocupada por la cerveza que agarró no le resulta muy fácil—. ¡Suéltame!

—No quieres hablar por la buenas, bien, entonces será a mí manera —responde Edward molesto arrebatándole la cerveza a su ex novia.

—Si no me sueltas en cinco segundos voy a gritar y Jasmine no dudará en llamar a la policía —advierte Amelia intentando mantener la calma—. Esto no es divertido, suéltame.

—Jasmine no está aquí, salió con Judith y con Bella —explica Edward consiguiendo que Amelia dejara de moverse.

Amelia maldice mentalmente y bloquea sus pensamientos al darse cuenta de como Edward se encontraba mirándola, la rubia mantiene su mirada en los dorados ojos de su ex novio y no evita sonreír burlona al ver que este frunció el ceño.

—¿Qué? ¿No puedes leer mis pensamientos? —pregunta Amelia con burla teniendo intenciones de empujar a Edward, pero este la tomó de los antebrazos con fuerza.

—No me voy a ir de aquí hasta que hablemos y aclaremos esto de una vez por todas —asegura Edward consiguiendo que Amelia perdiera su sonrisa.

—¡¿Qué parte de no quiero hablar contigo, no entendiste?! —pregunta Amelia exasperada—. ¡Aléjate de mí! ¡Ahora!

Edward deja que Amelia golpee su pecho con fuerza, pero no logra que la suelte o siquiera que se aleje de ella.

—¿Estás saliendo con tu amigo? —pregunta Edward de repente logrando que Amelia dejara de moverse.

—¿De qué diablos estás hablando? —pregunta Amelia en respuesta estando confundida—. ¿No te alimentaste bien y ya te afectó el cerebro? ¿Por qué carajo me preguntas eso?

—¿Estás saliendo con él, sí o no? —pregunta Edward empujando una vez más a Amelia contra la pared.

—¡Eso a ti no te importa! ¡Con quien salga o con quien me acueste no te incumbe! —responde Amelia a la defensiva—. ¡Tú y yo ya no tenemos ninguna relación como para que me estés reclamando como un enfermo! ¡Suéltame!

—¡No tenemos ninguna relación por tú culpa! —recrimina Edward dándose cuenta de que Amelia se sorprendió por el tono de su voz—. ¡Tú fuiste la que me dejaste sin alguna explicación!

—¡Me fui por la universidad! ¡Primero era mi educación y luego cualquier cosa! —responde Amelia en el mismo tono que Edward—. ¡Yo te dije que la relación a distancia no iba a funcionar! ¡Terminamos el día en que me fui de aquí! ¡Supéralo de una vez!

—¿¡Crees que durante todos estos años no he intentando olvidarte!? —pregunta Edward con sarcasmo y sonriendo con diversión—. ¡Por más que lo intente siempre te veo en todos lados! ¡Eres el tema de conversación en el pueblo luego de que te convertiste en una modelo! ¡Y justo cuando mi vida tomaba otro camino alejado del tuyo, regresas aquí y finges que nada ocurrió entre nosotros!

—Edward, tú y yo no... —intenta explicar la modelo tras aclarar sus pensamientos, pero el vampiro la interrumpe.

—¡No! —niega Edward sin estar consciente de que Amelia contuvo la respiración por su cercanía—. ¡Me dices que lo nuestro es pasado, pero sigues llevando el anillo que te di! ¡Intentas darme celos con ese tipo y luego lo besas! ¡¿A qué estás jugando, Amelia?! ¡¿Te satisface ver como puedes jugar conmigo?!

—¡Por Dios, Edward! ¡Escucha lo que dices! —pide Amelia incrédula estando nerviosa—. ¡¿Por qué querría jugar contigo cuando lo que quiero es que ambos nos olvidemos de lo que pasó y sigamos con nuestras vidas?!

—¡Responde mi pregunta, Amelia! —exige Edward levantando mucho más la voz.

Amelia, tras no estar pensando bien por el enojo y por estar un poco ebria, decide hacer lo que comúnmente hace estando en ese estado... 

Una estupidez.

—¡Sí! ¡Me besé con Stefan! ¡Estoy saliendo con él! —grita Amelia en respuesta empujando una vez más a su ex novio—. ¡¿Contento?! ¡¿Eso querías escuchar?!

La respiración de Amelia se encontraba agitada, sus ojos se encontraban dilatados por el alcohol y sus mejillas tenían un ligero sonrojo. La rubia siente como su corazón se acelera mucho más tras darse cuenta de que los ojos de Edward se oscurecieron, pero en su rostro apareció una sonrisa burlona que preocupó a Amelia.

La modelo tiene intenciones de decirle la verdad, pero no puede hacerlo ya que Edward se inclinó para besarla con necesidad.

Ambos sueltan un gemido tras poder volver a besarse después de varios años, los dos estarían mintiendo si dijeran que no habían estado esperado eso desde que volvieron a verse en la boda de Layla y Jasper, pero este beso era muy diferente a los que antes habían compartido. 

No había esa delicadeza de siempre, ese amor, esa suavidad... ahora era posesivo, necesitado y demasiado caliente.

Edward suelta la cerveza que tiene en mano e ignora el hecho de que cayó al suelo haciéndose pedazos, el castaño aferra sus manos con fuerza a la cintura de Amelia que no se resistió y enredó sus brazos en el cuello de su ex. El vampiro hace que la modelo suba una de sus piernas y la enreda en su cadera para poder acariciar su muslo con libertad.

Amelia suelta un largo gemido tras sentir una mordida en su labio inferior por parte de Edward, el vampiro sonríe triunfante y pasa sus labios por la mejilla de la mujer hasta conseguir llegar a su cuello descubierto, sin dudar, comienza a dejar húmedos besos, lamidas, mordidas y varios chupetones que solo hicieron que Amelia comenzar a excitarse.

—Oh Dios... —susurra Amelia y se aferra a los hombros de Edward tras sentir como dejó un chupetón en una de sus clavículas descubiertas.

Los labios de Edward llegando casi al escote del vestido rojo que llevaba la rubia, pero se detiene para volver a besarla con brusquedad.

Las piernas de Amelia tiemblan tras sentir como la mano que tenía Edward en su muslo comienza a deslizarse lentamente hasta acercarse a la cara interna de su muslo, estando muy cerca de su feminidad.

Amelia se aleja de los labios de Edward para soltar un largo gemido sintiendo como el vampiro pasó sus dedos delicadamente por encima de su ropa interior, pero sintiendo lo húmeda que se encontraba la chica.

—E-Edward... no p-podemos... —intenta decir la rubia, pero su ex pareja volvió a besarla interrumpiendo sus palabras.

Por más que la conciencia de Amelia le gritara que reaccionara y que detuviera todo antes de que fuera demasiado tarde, la rubia se encontraba demasiado ocupada disfrutando de la manera en que los dedos de Edward se movían sobre su clítoris todavía cubierto por sus bragas.

Edward toma las caderas de Amelia y la levanta para sentarla en la pequeña isla de la cocina tras tirar varios de los utensilios que se encontraban ahí, la rubia toma la camisa de Edward y no deja que este deje de besarla. El castaño deja sus manos en la espalda de la modelo únicamente para romper la tela del vestido y hace que este se deslizara por la parte inferior del cuerpo de su ex pareja.

—Tú no puedes estar con nadie más, Amelia, eres mía —gruñe Edward tras alejarse de los labios de Amelia para verla fijamente, la rubia tenía sus labios hinchados y al mismo tiempo tenía la respiración agitada.

El cerebro de Amelia queda totalmente empañado por la lujuria y necesidad que siente por Edward tras escuchar sus palabras. Odiaba que los hombres se refirieran de esa manera a las mujeres, que las creyeran un objeto, pero cuando Edward lo dijo... todos sus ideales quedaron en el olvido.

—Mm, Stefan m-me dijo lo mismo —responde Agatha sin pensar en sus palabras.

La rubia contiene una sonrisa de satisfacción tras sentir como Edward la tomó del cuello con algo de fuerza para acercarla a su rostro y besarla una vez más.

—Tengo tantas ganar de matarlo —admite Edward tras dejar una corta mordida en la labio inferior de Amelia—. Carajo, quiero deshacerme de él por atreverse a tocarte, por tener el privilegio de tenerte cerca, porque él puede mirarte y escucharte todos los días.

¡¿Cómo te puede excitar que hable de esa manera?! ¡Es un psicópata! —se recrimina Amelia mentalmente sin que Edward pudiera leer sus pensamientos.

El castaño no deja que Amelia dijera algo más porque vuelve a besarla una vez más sin dejar de tomarla del cuello, la modelo decide dejarse llevar sin pensarlo mucho y toma los hombros de Edward al momento en que este la tomó en brazos para levantarla de la isla de la cocina.

El vampiro se mantiene besando los labios de Amelia y la agarra con fuerza de sus muslos, lo que quedaba del vestido de la rubia únicamente cubría parte de su abdomen y su cintura, su pecho había quedado al descubierto, pero le importó muy poco ya que los besos de Edward y la fuerza de su agarre la distraían completamente.

Una vez que los dos llegaron a la que era la habitación de la rubia, Edward no dudó en dejarla recostada con fuerza en la cama matrimonial de la habitación manteniéndose arriba de ella.

Ninguno de los dos se detuvo a pensar el error que iban a cometer tras tener sexo sabiendo que tenían que guardar distancia, se iban a volver a separar en cualquier momento, pero ese pensamiento no los detuvo de comenzar a desnudarse con desesperación.

Edward termina de romper el vestido rojo de Amelia y esta se encargó de comenzar a quitar del cuerpo del vampiro cada una de sus prendas, su chaqueta junto con su camisa no tardaron en terminar en alguna parte del suelo de la habitación, la rubia desabrocha el cinturón y el pantalón de su ex sin dejar de gemir ya que este se encontraba muy ocupado besando su cuello, como igual, tocando con cuidado la feminidad de la modelo por sobre su ropa interior.

—E-Edward~... —solloza Amelia cerrando sus ojos con fuerza tras sentir como Edward dejó una corta mordida en su clavícula y, al mismo tiempo, pasó sus dedos muy cerca de donde se encontraba su clítoris.

La rubia no duda en pasar una de sus manos por todo el pecho del vampiro hasta poder llegar a su miembro que todavía estaba cubierto por su pantalón y su ropa interior, Amelia sonríe victoriosa al escuchar una maldición por parte de Edward ya que ella había comenzando a tocar su miembro por sobre la ropa.

Al carajo el orgullo —piensa Amelia antes de hacer que Edward quedara recostado sobre su cama y ella se sentara sobre sus piernas.

Amelia comienza a mover sus caderas sobre el miembro de su ex y este no dudó en tomar su cintura con fuerza al mismo tiempo que se sentaba en la cama, Edward besa una vez más los labios de Amelia y pasa sus frías manos por toda la espalda de la chica consiguiendo que esta se arqueara teniendo une escalofrío que la hizo jadear.

—¿Él te hace disfrutar al igual que yo, Amelia? —pregunta Edward teniendo la voz mucho más grave que de costumbre.

La rubia intenta aclarar su mente y escuchar las palabras de Edward para al menos darle una respuesta, pero se encuentra bastante ocupada buscando su placer moviendo sus caderas por sobre el miembro del vampiro.

Edward sonríe con burla tras darse cuenta de como Amelia se encontraba cegada por el placer y no duda en romper su sostén dejando desnuda de la parte inferior a la rubia. Los labios del castaño no tardaron en comenzar a chupar uno de los pezones de la modelo que había comenzado a gemir mucho más alto, toma el cabello de Edward con algo de fuerza y arquea su espalda sintiendo un cosquilleo en su vientre.

Amelia suelta un pequeño grito de sorpresa tras sentir como quedó nuevamente recostada en su cama gracias a Edward, este pasa sus manos a los costados del cuerpo de la rubia hasta detenerse en sus costillas.

Edward sonríe ligeramente tras poder divisar lo que era un tatuaje de una serpiente en tinta negra, era bastante delicada y un tanto pequeña.

El castaño se inclina para dejar un corto beso en el tatuaje de Amelia consiguiendo que esta se removiera en su lugar, Edward hace que la rubia termine totalmente desnuda y comienza a quitarse las parte inferior de su ropa que lo cubría únicamente.

¿Me arrepentiré de esto? —se pregunta Amelia teniendo la respiración agitada sin alejar su mirada del pecho de Edward—. Probablemente, pero valdrá la pena.

Amelia pasa sus manos por la espalda de Edward al momento en que este se recostó y quedó arriba de ella, la rubia abrió sus piernas sin algún tipo de vergüenza soltando un bajo jadeo tras sentir como la punta del miembro de Edward rozó su feminidad delicadamente.

—Quisiera que el estúpido de tu amigo estuviera aquí para que se de cuenta quién yo soy el único que puede tocarte —susurra Edward cerca del oído de Amelia ya que se había escondido en su cuello—. Yo soy el único que te vuelve loca con tan solo tocar un poco de tu piel... yo soy el único en tu vida, solo yo puedo tenerte, mi pequeño ángel.

Edward embiste a Amelia sin ningún tipo de cuidado consiguiendo que esta arqueara su espalda de golpe y enterrara sus uñas en la ancha espalda del vampiro.

—E-Edward... —solloza Amelia sintiendo como las embestidas del castaño eran demasiado lentas, la estaba torturando—. ¿Por qué eres t-tan delicado? ¿Quieres que le p-pida a Stefan que termine el trabajo p-por...? ¡Ah!

La rubia cierra sus ojos fuertemente luego de que Edward comenzara a mover sus caderas con agilidad embistiéndola bruscamente, Amelia toma con fuerza las sábanas de su cama y abre los ojos con dificultad una vez que Edward la tomó del cuello con una de sus manos.

La cama comienza a moverse por las embestidas de Edward y choca constantemente con una de las paredes de la habitación. Lo único que se escucha en la habitación es el sonido de la cama chocando con la pared, el choque de pieles entre ambos amantes junto con sus constantes gemidos y maldiciones.

—¡Ah, sí! —gime Amelia tomando la muñeca de la mano de Edward que se encontraba agarrándola del cuello—. M-Más... ¡Sí!

Amelia arquea su espalda una vez más dándole la oportunidad a Edward de que chupara y mordiera uno de sus pezones.

Mierda, sí que sabe muy bien lo que hace el maldito —piensa Amelia sonriendo tontamente por el placer que siente en todo su cuerpo.

Los pensamientos de la chica quedaron en segundo plano al momento en que Edward salió de ella para obligarla a que se de la vuelta, Amelia da un pequeño respingo al momento de sentir una dura nalgada por parte del vampiro, Edward hace que la chica se apoye en sus rodillas y vuelve a penetrarla con fuerza.

Las manos de Edward sostienen con fuerza la cintura de Amelia, mientras que esta, únicamente escondió su rostro entre las sábanas de la cama. El vampiro toma con fuerza el cabello de Amelia y hace que levante la cabeza, esta solloza por las duras embestidas y contiene varias lágrimas por el placer que su ex le hace sentir.

—Tú solo me perteneces a mí, Amelia —asegura Edward tras inclinarse y quedar a la altura de una de las orejas de la rubia—. Soy el único que puede tocarte, el único que puede hacerte gritar.

—¡Sí! —grita Amelia en respuesta sintiendo cada vez más cerca su orgasmo—. ¡Oh, D-Dios!

Edward suelta el cabello de Amelia y se recuesta con cuidado sobre ella sin dejar de mover sus caderas, hace que sus manos se entrelacen con las de la rubia que siguió gimiendo por lo bajo.

—Eres mi mujer, eres solamente mía —susurra Edward sintiendo como Amelia tomó con más fuerza sus manos, aunque no se dio cuenta de como esta sonrió.

La noche era demasiado y se encontraban a solas en la gran casa, podrían arrepentirse después, ahora únicamente podían disfrutar del momento que aseguraban no se volvería a repetir en ningún momento.


Ignoremos el hecho de que dio cringe en sí toda la perra escena del sexo, siento que he perdido el toque con las escenas sexuales entre los principales, hace bastante tiempo que no las hago. Tiene... ¿un mes que no escribo una escena así? T^T

En fin, lamento mucho que el capítulo sea tan poca cosa y demasiado cringe en el sexo, les pido una disculpa si les causó incomodidad, pero es lo mejor que pude dar.

Medio random el hecho de que primero se gritaran los dos pendejos y al final terminaron cogiendo como un par de conejos calenturientos ;-;

De verdad espero que el capítulo les haya gustado tan solo un poco, me costó poco más de una semana poder terminarlo, aún así, espero que lo disfrutaran.

Aquí abajo les dejaré una imagen de referencia sobre el tatuaje que tiene Amelia en sus costillas, pueden imaginarlo de otra manera, pero es de color negro:

No se olviden de votar y de comentar qué les pareció el capítulo, me encanta leer sus comentarios ya que me animan a seguir esforzándome para terminar esta historia :3

No sé si ya les dije que la historia tendrá como unas 35 partes, pero se los recuerdo de todas maneras, así que estén muy pendientes porque ya tengo casi la mitad planeada *baile de felicidad*

No se olviden de cuidarse mucho en donde sea que se encuentren, que nos estaremos leyendo en una próxima actualización (que espero no sea dentro de un año) y de que los amo con todo mi corazón❤️

💜𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀💜


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


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