❥ ❝O28 | 𝑽𝒐𝒍𝒕𝒆𝒓𝒓𝒂❞

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

↬・・・・・『🖤』・・・・・↫

↬・・・・・『🖤』・・・・・↫

Edward sigue a los miembros de la guardia Vulturi en total silencio, sintiéndose culpable por la muerte de su alma gemela. El hecho de no poder protegerla como le prometió alguna vez, jamás podrá escuchar su voz otra vez, sentir el calor de su cuerpo, su aroma..., sus labios.

—La decisión está tomada —asegura el lector de mentes al llegar ante Aro Vulturi quien lo miraba con atención.

—Me temo que tus prodigiosos dones son muy valiosos para ser destruidos, pero si eres infeliz en tu entorno, únetenos —pide el líder del clan de vampiros con una sonrisa en sus labios—. Estaríamos dichosos de utilizar tus habilidades, ¿considerarías quedarte con nosotros?

—Igual sabes que va a pasar —responde Edward con un poco de diversión en su voz, pero sin tener muchos ánimos.

—No sin una razón —advierte Marco con su típico tono de voz tranquilo.

El lector de mentes asiente lentamente estando resignado, se da la vuelta y sale de la sala.

—Qué desperdicio —se lamenta Aro al ver a Edward alejarse.

Bastantes kilómetros alejados del castillo de los Vulturis, se encuentra cierto trío de mujeres conduciendo lo más rápido que pueden para poder llegar a la ciudad.

Alessandra toma con fuerza la puerta del auto deportivo amarillo en donde iba junto a sus cuñadas y dirige su mirada hacia Alice, demostrándole lo asustada que estaba.

—Supongo que no rentaste este auto —se burla un poco la italiana sin poder evitarlo.

Alice pasa varios autos con agilidad teniendo una sonrisa en sus labios, pero pone cada vez más nerviosa a Alessandra y a Rosalie quienes rogaban mentalmente por llegar bien.

"Y me pregunta por qué no la dejaba conducir mi convertible". Piensa la rubia sin poder evitarlo, sosteniéndose fuertemente de los asientos traseros.

—Imaginé que no se opondrían a que me lo robara —termina por responder la vampiresa de corte pixie al regresar su mirada a su cuñada.

—No —niega Alessandra con sarcasmo—. No está vez.

Rosalie no evita reírse por la respuesta, Alice la sigue, pero pierde toda emoción al momento de tener una repentina visión.

—¿Qué ocurre? —pregunta la vampiresa rubia extrañada.

—Rechazaron a Edward —explica Alice sin dejar de conducir con agilidad—. Va a dar un espectáculo mostrándose a los humanos.

—¿A qué hora? —pregunta Alessandra, bastante nerviosa por la nueva información.

—Esperará al medio día con el sol en su punto más alto —explica la vampiresa de corte pixie.

—Dramático —susurra Rosalie irritada, pero estaba bastante preocupada por su hermano mayor—. ¿Por qué no se aseguró primero si Alessandra estaba muerta antes de hacer su teatrito?

—Rose —recrimina Alice sin alejar su mirada del camino.

La mencionada y Alessandra dirigen sus miradas hacia el reloj del auto, dándose cuenta de la hora que marcaba.

—Alice, apresúrate —pide la italiana en un susurro antes de comenzar a mover una de sus piernas con nerviosismo, jugando con el collar de su tía.

—Ahí está Volterra —avisa la mencionada al mirar rápidamente la entrada de la pequeña ciudad.

El auto entra a las estrechas calles de Volterra, Alice se encarga de hacer sonar el claxon constantes veces para que todas las personas se hagan a un lado y así no ocurriera un accidente.

Rosalie y Alessandra miran por las ventanas dándose cuenta de que la mayoría de individuos tenían túnicas rojas.

—¿Por qué diablos visten de rojo? —pregunta la italiana en el asiento de copiloto al seguir jugando con el dije del collar de su tía.

—Es por el festival de San Marco —explica Rosalie—. Conmemoran la expulsión de los vampiros de la ciudad.

—Es el escenario perfecto —asegura Alice antes de girar con brusquedad en una calle y ponerse con agilidad unos lentes de sol—. Los Vulturis no permitirán que Edward se muestre ante los humanos.

Alessandra regresa su mirada hacia el reloj del auto y se da cuenta del poco tiempo que le quedaba para encontrarse con su alma gemela.

—Faltan cinco minutos —se lamenta la castaña en un susurro notablemente aterrada.

Alice frena el auto en seco al tener enfrente a una patrulla de policía, Alessandra no tarda en salir del auto con velocidad, pero se inclina un poco para ver a su cuñada al volante.

—Eres la única a la que no sentirá llegar —le explica Alice—. Si alguna de nosotras va, leerá nuestros pensamientos y se precipitará a hacerlo.

—¿A dónde voy? —pregunta Alessandra nerviosa, sintiendo su corazón acelerado.

—Al pie de la torre del reloj, deprisa —pide la vampiresa de corte pixie mientras ignoraba el policía que tocaba la ventana de su lado.

Alessandra asiente y cierra la puerta del auto antes de comenzar a correr lejos del auto, dándose paso entre toda la gente que no evitaba quejarse.

Llegando a unas escaleras, la italiana se detiene y toma con fuerza el dije que colgaba en su cuello. Cierra los ojos con la respiración agitada, visualizando a Edward entre sus pensamientos.

—Por favor —susurra Alessandra sí misma, deseando encontrar a su alma gemela lo antes posible.

Pasan unos cuantos segundos antes de que la castaña fuera rodeada por una densa neblina color roja, momentos después, abre los ojos y se da cuenta de que se encuentra frente a una fuente.

Confundida, mira a su alrededor para ubicarse, dándose cuenta de que a sus espaldas pasaban varias personas festejando como un carnaval. Regresando su mirada al frente, Alessandra reconoce la torre de reloj que le mencionó Alice.

Escuchando varias campanadas, la italiana siente como una fuerte presión en su pecho al reconocer a Edward, desabrochando su camisa lentamente mientras bajaba las escaleras de la entrada del edificio.

Alessandra no duda en comenzar a correr, rodeando la fuente frente a ella, ya que estaba segura de que sus zapatos tardarían en secarse mucho.

La mujer corre más rápido al ver como Edward salió al sol y mostró parte de su brillante piel, el vampiro mantiene los ojos cerrados por largos segundos, hasta que siente como lo abrazaron fuertemente, cubriendo su pecho.

—Edward... —susurra Alessandra con dificultad por lo acelerado que estaba su respiración—. Tienes q-que irte de a-aquí, por f-favor...

El lector de mentes sonríe tontamente al poder percibir el aroma de su alma gemela, reconociendo su voz y el olor de su sangre.

Stella mia —susurra Edward fascinado por la presencia de Alessandra, decidiendo corresponder el abrazo de la castaña para acariciar su largo cabello.

La castaña se aleja de él un poco para poder mirarlo fijamente, dándose cuenta de como este tenía los ojos cerrados, negándose a dejar de sentir a su alma gemela.

—Edward, tienes que irte de aquí —repite Alessandra en un susurro, intentando controlar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos—. Abre los ojos, mi amor..., por favor, mírame. Estoy viva, estoy bien.

Edward termina por abrir los ojos lentamente hasta encontrarse con los brillantes ojos de Alessandra, dejándose llevar por sus instintos, el vampiro toma con fuerza la cintura de su alma gemela para que los dos retrocedieran hasta estar en el interior de la torre de reloj.

El ruido del festival comenzó a escucharse mucho menos, por lo que podían hablar mejor.

—Estás aquí —susurra Edward fascinado y acaricia una de las mejillas de Alessandra, admirando su rostro—. Estás viva, stella mia.

La castaña asiente sintiendo su corazón acelerado, pero teniendo un peso menos sobre sus hombros.

—Sí, estoy viva —confirma Alessandra en voz baja—. No podía dejar que dieras tu vida por culpa de Jessica.

—¿Qué dices? —pregunta el lector de mentes confundido, negándose a dejar de acariciar la mejilla de la mujer.

—Yo me perdí por accidente en el bosque y, sin saberlo, terminé en el acantilado de la Push —comienza a explicarle la italiana lo más resumido posible—. Jessica estaba ahí, me dijo algo de que era lo mejor para todos y que ella era tu pareja..., yo todavía no recordaba algo sobre ti en ese momento, así que le creí. Me empujó y caí por el acantilado, la marea me llevó por unos segundos, pero terminé por golpearme con una roca..., gracias a eso recuperé mis recuerdos.

Edward acerca sus labios a la frente de Alessandra para dejar un casto beso en dicha zona, haciendo que la mujer cerrara los ojos y soltara un largo suspiro de alivio.

Los cuerpos de ambos se sentían mucho más tranquilos al poder sentir la cercanía del otro, habían estado separados por mucho tiempo, sus almas les suplicaban acercarse.

—¿Por qué diablos querías matarte? —le recrimina Alessandra con notable molestia en su voz—. ¿Cómo se te ocurre matarte de esa manera cuando podías arriesgar la integridad de tu familia? ¿No se te ocurrió confirmar primero si estaba bien? ¡¿En qué pensabas, Edward!?

—No podía vivir en un mundo en donde tú no existieras, stella mia —le confiesa el mencionado en un susurro—. Pensé que no podría volver a verte, que no podría escuchar tu voz o tu risa otra vez, no podría volver a sentir tus labios sobre los míos.

Edward junta su frente con la de Alessandra, los dos cierran los ojos para intentar tranquilizarse, ya que seguían conmocionados por lo sucedido en tan poco tiempo.

—Pensé que no ibas a despertar del coma —admite Edward—. Temí tanto perderte que no se me ocurrió otra cosa más que cerrarme a la posibilidad de que tú...

Alessandra se apresura a negar al escuchar como su alma gemela comenzó a bajar el tono de su voz, sabiendo que él se imaginó a ella misma en ese escenario.

—Eres todo para mí, Alessandra —susurra Edward desesperado y subiendo sus manos por la espalda de esta—. Lo eres todo.

Los dos dejan de contenerse y juntan sus labios para formar un necesitado beso, Alessandra enreda sus brazos en el cuello de Edward, mientras que este, tomó la nuca de ella, pero la otra se aferró a su cintura para pegarla todavía más a su cuerpo.

—Te amo, stella mia —susurra el vampiro al alejarse un poco de los labios de su alma gemela.

Alessandra, siente como su corazón se aceleró por esas palabras, intenta responder, pero Edward la interrumpió volviendo a besarla.

De los labios de ella salió un bajo gemido, mientras que de los labios de él se escuchó un ahogado gruñido. Ahí, los dos cayeron en cuenta de lo mucho que se habían extrañado.


El amor está en el aire xd.

Espero que les haya gustado el capítulo hermosas personitas, dentro de un rato subo el siguiente capítulos.

Los quiero❤️

❣️𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀❣️


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro