❥ ❝O32 | 𝑻𝒓𝒂𝒕𝒂𝒅𝒐❞

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

↬・・・・・『🖤』・・・・・↫

↬・・・・・『🖤』・・・・・↫

—Sé que no me conocen completamente, apenas llevo con ustedes algunos meses, pero quiero dejar en claro que ser inmortal no es algo que yo quiera —asegura Alessandra frente a la familia Cullen, que la escuchaba con atención—. Cuando fuimos a Volterra, pudimos llegar a un acuerdo con los Vulturis y con..., mi p-padre biológico.

—¿Tu padre biológico? —pregunta Esme confundida.

—Yo me enteré con los Vulturis que A-Aro es mi verdadero padre y, al parecer, la que dice ser mi tía materia es mi m-madre —explica la italiana con dificultad porque todavía no aceptaba ese hecho.

Alessandra siente un poco de tranquilidad al momento de sentir como Edward la abrazó por la cintura para demostrarlo que se encontraba junto a ella apoyándola.

—Espera, ¿Aro Vulturi es tu padre biológico? —pregunta Rosalie incrédula.

—Eso parece, pero igual mi tía es mi madre —explica Alessandra antes de bajar la mirada.

—No quiero sonar grosero ni nada parecido —habla Jasper al pensar bien sus palabras—. Pero, ¿qué edad tiene tu tía?

—Según sé es mayor que mi madre por dos años, así que tiene unos cuarenta y ocho —explica Alessandra tras sonreír ligeramente por esas palabras—. El punto es que llegamos a cierto acuerdo en donde Alice me transformaría para mantener a salvo su secreto.

—Ale —susurra Edward en el oído de su alma gemela que cerró los ojos unos cortos segundos.

—No, Edward —responde ella sin dudar—. Ellos están involucrados en esto y tienen que saberlo.

Alessandra lo mira a los ojos, así ambos pudieron comunicarse únicamente con la mirada.

—Antes de que Alice me transforme, quería saber sus opiniones acerca de esto y saber si están de acuerdo con la condición —sigue hablando la italiana hacia la familia de vampiros.

Los Cullen se mantuvieron callados por algunos segundos, pero fija su mirada en Alice, quien se encontraba sonriendo con emoción.

—¿Alice? —pregunta Alessandra.

La vampiresa se aleja de su pareja y no duda en acercarse a su cuñada para abrazarla con entusiasmo, obviamente, después de que Edward la soltara de la cintura y se alejara un poco de ellas para darles su espacio.

—Yo ya te considero mi hermana —responde Alice emocionada.

Alessandra sonríe un poco y le corresponde el abrazo unos segundos antes de que las dos se alejaran para mirar a los demás integrantes de la familia Cullen.

—Estoy de acuerdo con tu decisión, Alessandra —habla Jasper con sinceridad—. Así no querría matarte todo el tiempo.

La mencionada asiente ante esas palabras, comprendiendo el hecho de que su cuñada se sentía ciertamente incómodo por su cercanía gracias al olor de su sangre, ya que no podía controlar su apetito todavía.

—Ale, quiero agradecerte por lo que hiciste por mis hermanos —toma la palabra Rosalie al pensar bien lo que diría—. Sabes que desde nos conocimos te he querido como una hermana, pero esta no es la vida que hubiera escogido para mí. No quiero que sufras, Ale, así que no estoy de acuerdo con tu decisión.

La italiana le da una media sonrisa a su cuñada y asiente entendiendo sus motivos, duda unos cuantos minutos, pero termina por acercarse a Rosalie para abrazarla lo más fuerte que puede.

—No tienes por qué preocuparte, Rose —asegura Alessandra—. Entiendo perfectamente tu decisión.

La mencionada sonríe por esas palabras, pero no duda en corresponder al abrazo que le da su cuñada.

—Gracias —susurra Rosalie en respuesta, sintiéndose mucho más tranquila.

Las dos mujeres se alejan y es Alessandra quien fija su mirada en cierto azabache que le daba una sonrisa.

—Estoy de acuerdo con tu decisión —responde Emmett al fijar su mirada en su cuñada.

La italiana lo mira con una sonrisa, pero no evitar soltar un bajo grito de sorpresa al sentir como el fortachón la tomó en brazos para alzarla un poco y dar algunas vueltas con ella, demostrando su emoción.

—Así podremos iniciar una pelea con los Vulturis y con tu padre —asegura Emmett con diversión al dejar en el suelo a su cuñada.

—Yo ya te considero parte de la familia, así que estoy de acuerdo con tu decisión —habla Esme al acercarse a Alessandra para poder abrazarla.

La castaña le devuelve el abrazo hasta que se aleja de ella y regresa su mirada hacia Carlisle, dándose cuenta de como este miraba a su hijo mayor con atención.

—¿Por qué me están haciendo esto? —cuestiona el lector de mentes con seriedad—. Saben lo que significa para mí.

—Escogiste no estar sin ella, Edward —responde Carlisle—. No pienso perder a mi hijo, así que estoy de acuerdo con tu decisión Alessandra.

La mencionada le sonríe al patriarca de la familia de vampiros y asiente con lentitud.

—Gracias —susurra Alessandra, sintiéndose un poco más tranquila.

La mujer fija su mirada en Edward y así de los dos se miran a los ojos por largos segundos sin decir alguna palabra, es ella quien termina por alejar la mirada para encaminarse a su habitación.

El lector de mentes mira por última vez a su familia antes de seguir a su pareja escaleras arriba, al momento de alcanzarla, cierra la puerta con pestillo, sabiendo que los demás los escucharan de todas formas.

—No sé exactamente cuándo me transformará Alice, pero supongo que será después de su graduación en la preparatoria —confiesa Alessandra al quedar sentada en la orilla de su cama.

Edward se acerca a ella y se sienta a su lado para tomar una de sus manos con delicadeza.

—Supongo que no querrás ir a estudiar la universidad —comenta el lector de mentes en un bajo susurro.

—Mi respuesta será la misma que con la preparatoria —asegura la italiana sin dudar—. No voy a volver a cursarla y ya tengo mi título universitario, soy libre.

Edward sonríe ligeramente ante esas palabras y levanta la mano de su alma gemela para dirigirla a sus labios, dejando así un delicado beso en sus nudillos.

—¿Qué pasa? —pregunta la castaña al darse cuenta de la expresión que tomó su pareja.

—Alguien quiere hablar conmigo —explica Edward antes de bajar la mirada.

Este se levanta de su lugar y abre la puerta de la habitación para encontrarse con Thomas, este lucía bastante tranquilo.

—¿Thomas? —pregunta la castaña confundida y se levanta de su lugar.

Ella mantiene la mirada en su amigo, devolviéndole la sonrisa que este le dio.

—Sé que quieres hablar conmigo, pero quiero decirte algo primero —confiesa Edward hacia el azabache antes de que caminara de regreso a su pareja para poder tomar su mano—. Gracias por haber protegido a Alessandra, yo no pude hacerlo.

—Creo que eso es algo de lo que todos nos dimos cuenta —responde Thomas a la defensiva, pero cierra los ojos unos segundos para intentar tranquilizarse—. Por lo menos no la lastimaste de la misma forma que lo hizo el imbécil de Ethan, es un punto a tu favor.

—Aun así, gracias —sigue hablando el lector de mentes—. Ahora ya estoy aquí y no voy a dejar a Alessandra, a menos de que ella me lo pida.

—Eso es algo imposible considerando el hecho de que son almas gemelas, pero aceptaré tus palabras —acepta el azabache—. Esto de ser Cupido y guardián por tiempo completo no es para mí, soy demasiado joven para tener arrugas del estrés. Mi cutis necesita un descanso.

—Eres demasiado dramático —asegura Alessandra divertida por las palabras de su amigo.

—Soy realista y demasiado hermoso para tener que preocuparme por sus problemas —responde Thomas con diversión—. Te conozco y estoy consciente de que te gusta la mala vida, así que solo te daré mi bendición a distancia como buen amigo que soy para que su relación prospere..., de la linda manera.

La pareja de almas gemelas no evita reírse por esas palabras, siendo seguidos por el mismo hombre que las dijo.

—Solo les pido que se cuiden, Ethan sigue libre y no hay rastro de él junto con Jessica, seguimos buscando, pero parece que la tierra se los tragó —explica Thomas al perder su sonrisa—. Igual venía a recordarte un punto clave del tratado de los lobos, Edward.

—No lo he olvidado —responde Edward con tranquilidad.

—¿Qué punto clave? —pregunta Alessandra confundida.

—Si alguno de ellos muerde a un humano, se termina la tregua que mantienen con la manada de Sam —explica Thomas brevemente—. No es que me importe, pero al llegar aquí con el intenso posesivo tóxico de tu ex, esta realidad me obligó a ser un apestoso perro y me pidieron que viniera a recordártelo.

—¿Te pidieron? —pregunta Ale con cierta desconfianza.

—De una manera amable y pacífica —responde el azabache con una falsa sonrisa en sus labios, pero termina por perderla—. Hablando en el término de los lobos que son gruñendo, amenazando y retando como perros enjaulados.

—No creo que a Sam le agrade mucho saber que te refieres así a ellos —confiesa Edward, algo divertido por la descripción.

—Soy su favorito —asegura Thomas con orgullo—. Dijo que entre Seth Clearwater y yo, nos dábamos un tiro para ser el que más dolores de cabeza le da.

Alessandra se ríe por el comentario, sintiendo una calidez extenderse en su pecho, ya que de esa manera recordaba la actitud de su mejor amigo. Bastante confiado, optimista, algo bromista y sobre todo leal.

—Obtendré ese título para hacer sentir orgulloso a mis padres y a ti, Ale —sigue hablando el azabache hacia su mejor amiga que volvió a reír un poco más.

—Parece que te diviertes siendo un perro enjaulado —se burla la italiana sin poder evitarlo.

—Tiene sus beneficios —responde Thomas con seguridad antes de guiñarle un ojo a la castaña, riéndose los tres juntos por unos cuantos segundos.

—Tendremos que llegar a un acuerdo con la manada de Sam —habla Alessandra al pensar bien sus palabras por algunos segundos—. Esta decisión es importante para tu familia y para mi seguridad, Aro no se tentará el corazón para asesinarnos si no cumplimos con lo que acordamos.

—¿Quién es Aro? —pregunta el azabache con curiosidad.

—Es una larga historia —confiesa la castaña—. ¿Tendrás tiempo de tomar un café mañana para poder conversarlo?

—¿Mañana? —cuestiona Thomas mientras hacía una mueca con sus labios—. Mm, ya no estoy tan libre como antes, mi pequeña Ale. Esto de ser un fuerte lobo y cuidar del pueblo me mantiene ocupado.

—Emmett dijo que no te transformas totalmente —asegura Edward con diversión.

—Shh, tú cierra la boca junto con tu sarcófago, sanguijuela —ordena el azabache ofendido—. La transformación tiene su proceso.

—Los libros y la manada dicen lo contrario —vuelve a hablar el vampiro.

—¿Cómo lo soportas, eh? —le pregunta Thomas irritado hacia su amiga, que miraba divertida la escena—. Es bastante irritable tu murcielaguito.

—Acepto el mérito con orgullo —confiesa Edward sin perder su sonrisa en ningún momento.

—Mi más sentido pésame, Ale —sigue hablando el pálido hacia su mejor amiga—. Tener que soportar a alguien como él debe de ser considerado un pecado, me apiado de ti. Te libraste del intenso de Ethan, pero te quedaste con el irritable del murciélago.

—Al punto que quería llegar... —interviene Alessandra para evitar que los dos siguieran discutiendo como dos niños—. Es que podemos llegar a un acuerdo con Sam, si hablamos con él, no formo parte de esta realidad, tendrá que entenderlo.

—Podríamos ofrecerle algo más —sugiere Edward ante las palabras de su alma gemela—. Thomas, ¿crees que ellos aceptarían si encontramos a Ethan y se los entregamos para que puedan castigarlo conforme a sus leyes?

—Supongo que sí —responde el mencionado al cruzarse de brazos y levantar sus hombros cortamente—. Sam está muy molesto porque el tóxico se escapó, así que se reunió con el concejo y acordaron darle el castigo mayor.

—¿Cuál castigo? —pregunta Alessandra con curiosidad.

—La muerte —explica Thomas con seriedad—. Sería algo justo por lo que te hizo, nadie de la manada está feliz al saber lo que te hizo pasar injustamente, así que todos acordaron deshacerse de él cuando lo encuentren, aprovechando que no es de esta realidad.

—¿Y Jessica? —cuestiona la italiana.

—Ella será sentenciada por la policía, hay pruebas en su contra y presentará cargos —responde el azabache—. Le diré a Sam, les avisaré cualquier cosa.

—Gracias Thomas —hablan las almas gemelas al mismo tiempo, consiguiendo que este fingiera tener un escalofrío.

—No hablen al mismo tiempo, me da ñañaras —pide el mencionado con una expresión de asco en el rostro—. Nos vemos tortolitos, cuídense mucho y no hagan nada malo.

Alessandra se suelta de la mano de Edward para acercarse a Thomas y darle un fuerte abrazo que este no dudó en corresponder.

—Me alegra mucho tenerte a mi lado otra vez, pequeño Thomas —confiesa en un susurro la italiana.

—Yo sé que soy inigualable —responde el mencionado con diversión, consiguiendo que su amiga se riera—. Yo igual me alegro de poder tenerte a mi lado otra vez, Ale, ignorando que ahora vienes incluida con un murciélago bastante irritable.

Thomas mira de mala manera a Edward al momento en que Alessandra se alejó de sus brazos, pero escuchó como esta comenzó a reír al ver como su alma gemela le guiñó un ojo al azabache.

—Ugh —se queja Thomas asqueado—. Cuídala bien, sanguijuela, suficientes lágrimas derramó por culpa de Ethan para que tú vengas a hacerla sufrir más.

—Te doy mi palabra —asegura Edward al dar un paso hacia él y extenderle su mano.

—Mejor dame un cheque o algo así, ¿de qué diablos me sirve tu palabra? —cuestiona el azabache.

Thomas termina por aceptar la mano del vampiro y los dos la estrechan amistosamente.

—Les estaré avisando cualquier cosa —vuelve a despedirse el pálido hacia la joven pareja de almas gemelas—. Nos vemos.

Thomas sale de la habitación y deja a solas a la pareja, Edward se acerca nuevamente a la puerta para poder ponerle seguro una vez más.

—Quiero hacerlo dentro de unos cinco años —confiesa el lector de mentes al regresar su mirada hacia Alessandra—. El tener que transformarte en una de nosotros.

—Por mí no hay problema, pero no creo que a los Vulturis les guste eso —responde la italiana con diversión al acercarse a su pareja para tomar una de sus manos.

Los dos se miran fijamente por largos segundos, siendo Edward quien dudaba en continuar hablando.

—Tengo una condición si es que quieres que yo lo haga —termina por confesar el vampiro.

—¿Cuál condición? —pregunta la italiana confundida antes de sentir como él la tomó de la cintura para pegarla a su pecho.

—Juntos para siempre, stella mia —susurra Edward mirando con adoración a la castaña.

—Está bien —acepta Alessandra por lo bajo, pero le sonríe al contrario.

Ambos se miran a los ojos, ignorando como el collar de las almas gemelas que portaba la mujer en su cuello brilló cortamente antes de que regresara a la normalidad. Parecía que quería avisarles de algo, pero la pareja se encontraba perdida en su propio mundo.

—Sé mi esposa, stella mia —pide Edward en un susurro y mirando con ilusión a su amada.

Alessandra siente como su corazón se detuvo por unos cortos segundos ante esas palabras, deja que Edward tomé una de sus manos y se muerde el labio inferior al momento en que este dejó un casto beso en sus nudillos que la hizo suspirar, mostrándose bastante sorprendida por la repentina propuesta.


Quiero aclarar de una vez que todos mis personajes irán a la Universidad de una o de cualquier forma, en este caso no puse que Alessandra iría a la Universidad porque ya la cursó una vez, ya tiene un título universitario.

Una vez aclarado eso, espero que les haya gustado el capítulo.

Dentro de un rato subo el siguiente capítulo hermosas personitas❤️

Nos vemos❤️


NOTA:

Mi bebé Thomas no va a ser un Jacob 2.0, así que absténganse a comentar eso :v

Una vez aclarado este punto, se nos viene el bodorrio entre nuestros protagonistas *baila de emoción*

Solo esperemos que la felicidad les dure porque no todo es para siempre..., ¿o sí?

Nos leemos pronto ^^

❣️𝐌𝐎𝐀𝐍𝐀❣️


Esta es una historia original de Wattpad, actualmente igual se encuentra disponible en Inkitt y en Booknet, si la lees en otra plataforma se debe a un virus y una copia sin mi permiso.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro