Sasha  se encontraba en una de sus actividades más extrañas. La cual era cuidar a alguien, Terri la había dejado cuidando a su primo menor quien pasó de visita para jugar videojuegos, pero la mayor tuvo que salir para comprar comida ya que la visita era algo inesperada, Sasha ya estaba en su casa y normalmente no la invitaba a comer cuando esta llegaba.

—Entonces...¿Te llamas? —Trató de entablar una conversación con el adolescente.

—Gus—Habló con una pequeña sonrisa ladina.

—Te he notado un poco apagado —Dijo Sasha al muchacho, ya anteriormente en el día había notado que éste estaba muy decaído.

—También la he notado decaída a usted —Contra atacó el joven y Sasha río risueña.

—¿Es por chicas? —Sasha trató de molestarlo, pero la sonrisa del castaño desapareció al momento de aquella mención.

—Aghh, chico, ¿Qué te hicieron? —Preguntó.

—¿Por qué debería decirle a usted?—Preguntó con un tono molestó.

—¿Y por qué no? Podría ayudarte a desahogarte —Habló Sasha tratando de hacer que el más joven cediera, cosa que sucedió y terminó contándole una muy triste historia conforme a su vida amorosa, incluso Sasha se sorprendió un poco con que alguien de su edad pasará por ello.

—... Y así fue como bastaron nueve segundos para que me rompiera el corazón en mil pedazos—Concluyó al terminar de contarle a Sasha lo que sucedió. La mayor se quedó en silencio y miró enternecida al más joven, tenía apenas tocados los quince y ya había pasado por una circunstancia terrible.

—Oye chico.

—¿Mmh? —Preguntó algo entristecido.

—Tú mamá duró 9 meses creando tu corazón en su vientre, no dejes que alguien en 9 segundos te lo destruya.

El chico la miró y tras unos segundos una sonrisa se formó en su rostro, pareciera que esas palabras lo hicieron sentir un poco mejor. —Eres muy joven, no te quedes atrás sólo por una chica, que créeme que no eres para nada feo y tienes buen corazón, más adelante conocerás a alguien mejor.

El menor sonrió ampliamente —Gracias...—Susurró. —¿Y cuál es tú razón de estar así? —Preguntó refiriéndose al estado desanimado de Sasha.

—Mmh... No te diré —Habló.

—¡Oh vamos...! ¿Chicas?.

—Te contaré lo que pasó en el momento en el cual la tenga de vuelta —Habló Sasha con una sonrisa.

—Agh... Entonces tendré que esperar mucho.

—Eh.. Esperó que no, ya estoy desesperada —Río y el más joven apretó su mano con una sonrisa.

—Entonces esperaré el día en que pasé eso para poder escuchar su historia — Dijo el niño con una pequeña sonrisa. Después de todo, la chica de ojos rasgados le dio un pequeño empujón para que pudiera seguir con su vida y le dijo una frase que talvez a futuro, le serviría para alentarse así mismo en sus peores momentos.