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¿¡Qué demonios!? -HoSeok exclamó asustado.

Los demás observaron los restos del cristal roto y aquella enorme roca con un mensaje:

"Acabaré contigo", podía leerse en ese papel arrugado.

Esto se salió de control. -NamJoon dijo sin dejar de ver la roca.

JungKook inmediatamente hizo una vídeo llamada a su mánager para mostrarle lo acontecido y así su agencia apresurara los pasos para encontrar al responsable.

YoonGi agudizó su oído y notó que SeokJin estaba despertando, pero ellos no podían tocar nada hasta que la policía llegara.

Era la escena de un posible crimen y no podían marcharse sin antes testificar lo acontecido.

Preocupado intentó alertar a los demás pero ya era tarde, SeokJin los miraba con sus ojitos rojos por las lágrimas contenidas, envuelto en un enorme hoddie rosa pálido y unos pantalones de chandal en el mismo tono, su cabello castaño estaba revuelto por la siesta y se veía tan adorable como vulnerable a pesar de que era casi tan alto como NamJoon.

JungKook sintió su corazón acelerarse por mirar de nueva cuenta al dueño de sus suspiros, pero entristeció ya que no era en las condiciones que él hubiera deseado.

¿SeokJin-hyung? -Le llamó con suavidad.

¿Eso es por mí? -Jin preguntó con voz temblorosa y pequeña mientras señalaba la roca en el piso. — ¿Cuál fue el mal que yo hice?

Y empezó a llorar, en silencio sus lágrimas caían por sus redondas y suaves mejillas. Entonces los chicos corrieron hacia él y entre todos lo abrazaron, empezaron a consolarlo y llenarlo de suaves caricias y palabras dulces.

JungKook se había quedado atrás, observaba con impotencia cómo aquellos alfas hacían lo que se supone, era su trabajo. Pero no se sentía parte de ellos aún, sentía que era incorrecto involucrarse a la fuerza en la conexión que aquellos seis compartían.

Hizo sus manos puño y respiró con fuerza intentando calmar a su Lobo que le exigía ir por el Omega que cargaba a su hijo. Era suyo, maldición. Debía estar en sus brazos; no en los de ellos.

Relaja tus feromonas, lo estás asustando. -YoonGi le instruyó mientras miraba con recelo al alfa más joven. —Jin no está acostumbrado a tu aroma, así que cálmate.

JungKook observó como el Omega temblaba en brazos de TaeHyung, el alfa moreno lo abrazaba con protección mientras acariciaba su espalda.

Realmente ese tipo de actos no hacían más que enfurecer a su bestia interior por más inocente que era aquella situación.

Se sentía al borde, al tener de frente a SeokJin y no poder acercarse porque sus feromonas eran demasiado fuertes y el mayor no estaba acostumbrado a ellas. Podía causarle un ataque sin querer y por supuesto no quería dañarlo.

La única solución era marcarlo lo más pronto posible o mataría a aquellos alfas que protegían a su Omega de él.

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