— Tae-ssi dí tío Jimin... Ji- min — el rubio intentaba hacer hablar al pequeño bebé en su sillita mientras inútilmente intentaba darle de comer.

El pequeño solo seguía riendo mientras alejaba la cuchara voladora que se dirigía hacia él.

— No, bebé malo —Musitó el rubio fingiendo enojó, el pequeño tomo el rostro del mayor entre sus manitas y besó castamente la nariz de este — eso es jugar sucio — sonrió junto al infante y  lo llenó cortos besos en sus mejillas.

— Ahora, di tío Jimin, tío ... Jimi-nie — insistió inútilmente, el bebé alzó sus manitas al aire abriendo y cerrando sus puñitos al ver entrar a su alto padre.

— NamJoon-ahh, Taetae no quiere decir tío Jimin — reprochó en un pequeño puchero cuando los largos brazos del mayor tomaron a su bebé.

— Haber hermoso bebé di papá — pidió el más alto a su primogénito, recibiendo un aba con dificultad como respuesta — Me prefiere — sonrió orgulloso a la vez que le sacaba la lengua al menor.

— Fanfarrón — soltó este levantándose para dejar la papilla casi intacta en la isla de la cocina

— ¿y SeokJin? — preguntó entonces el castaño a la vez que jugaba con el bebé haciéndole caras extrañas para que riera. Acababa de llegar de su restaurante y se le hizo un poco raro no encontrar el auto de su esposo.

— Salió con tú madre para conseguir algunas cosas para el primer cumpleaños de esta hermosura — sonrió a la vez que apretaba las mejillas del menor quien sonrió encogiendo su rostro en el cuello de su papá avergonzado.

— Ya veo, ¿y cómo va ese bebé? — la mano de Nam se acercó en forma de permiso hacia el vientre de sietes meses de gestación.
Jimin sonrió dejándose acariciar y rió al ver la pequeña confusión en el rostro del bebé en brazos del más alto.

— Taehyung- ssi, ¿ves? Aquí adentro está tu futuro mejor amigo, o quizá una hermosa hermanita menor, a la cual celar — Jimin negó sonriente.

— Creo que con el papá es más que suficiente — habló recordando sus pequeñas peleas.  Ambos rieron.

— ¿Y cuándo podremos saber al sexo del bebé? Necesito preparar mi billetera, para cuando SeokJin sepa si será niño o niña — se mordió el labio cambiando a su bebé de un lado otro — y vaya que sufriré si resulta ser niña — ambos volvieron a reír.

— En dos días es la mi siguiente consulta, y Jungkook va acompañarme — Sonrió acariciando el cabello del infante — ¿Quieres  algo de tomar o comer?, me quedaré un poco más hasta que se sea la salida de Jungkook del trabajo.

— No, está bien, comí algo ligero en el restaurante antes de salir — Tomó la manita de su hijo para acariciarla — deberíamos ver alguna película y te llevaré cuando pidas — ambos sonriendo y se dirigieron hasta la sala.

El pequeño Taehyung dormía en el pecho de su padre mientras el mayor veía a la televisión, el rubio ya se había quedado dormido también. El castaño llevo a su hijo hasta la habitación que compartían con su esposo y dejó al pequeño en su cunita.

Sacó una manta y volvió para acomodar mejor al bajito en el sofá y cubrir su cuerpo con el cobertor.
Fue entonces cuando cambió el canal de dibujos animados por el de deportes.

Jimin  era muy parecido a SeokJin  y le hacía gracia como ambos preferían ver ése tipo de canales, y lo sensible de su humor, o solo eran efectos normales en el embarazo. No conocía muchas embarazados como para averiguarlo.

Hurto un brownie de los de su esposo y volvió para ver a gusto, algún partido de la NBA.

💕

El pelinegro jugaba de manera muy nerviosa con sus dedos mientras sostenía el volante, su ceño estaba levemente frunciendo y no podía dejar de morderse su labio inferior.

El rubio lo veía con una pequeña sonrisa en su rostro, no tardó en apoyar su mano sobre la de él, éste se giró hacia su esposo.

— Todo estará bien, es solo una consulta — trató de hacerlo calmar.

— Sí, pero hoy sabremos el sexo del bebé y... — volvió su vista al frente puesto el semáforo cambio a luz verde.

— Lo sé, también estoy algo nervioso pero todo saldrá bien, el saber si es niño o niña no cambiaría nada, lo seguiremos amando como sea — Jungkook asintió.

— Sí y estoy muy seguro que será al fin podré dormir con dos mujer en una misma cama — sonrió de solo imaginarlo.

— ¿Cómo? — el rostro de el rubio se transformó, las palabras de su marido la descolorado.

— Sí, dormir al lado de mi hermosa esposa y la hermosa niña que viene en camino — el embarazado golpeó el hombro de su esposo un poco fuerte— ¡Auch!

— Me has asustado — se quejó haciendo un tierno puchero mientras cruzaba sus brazos sobre su vientre.

Jungkook aprovecho el siguiente semáforo en rojo para robarle un corto beso en los labios del menor — Te amo — y uno en su vientre — Los amo.

No habían discutido mucho sobre el sexo del bebé, pero desde el mes anterior Jungkook seguía insistiendo en que sería una hermosa niña, y Jimin no podía estar más feliz, él no tenía alguna preferencia, sea niño o niña se sentirá muy feliz, a Jungkook tampoco le importaba realmente él querría e iba a velar por sus dos amores.

Unos quince minutos más tarde estacionaron el auto enfrente del hospital al que Jimin asistía.
Jungkook ya se encontraba un poco más calmado, salió del auto y abrió la puerta a su pareja para ayudarlo a salir, había podido asistir a alguna que otra consulta y conocía bien el proceso.

Llegaron para informar su cita y esperaron en la pequeña sala de espera donde varias chicas esperaban igual se atendidas, Jimin  conocía ya a una que otra ya qué sus consultas solían coincidir.

— Jeon Jimin  — sonrió a la enfermera y Jungkook le ayudo a levantarse, ambos entraron al consultorio.

— Doctor Jung — sonrió el rubio a la vez que tomaba asiento.

— Jungkook-ssi, mi amigo — saluda el pelinegro, él y mencionado se conocían hace un tiempo.

— Bienvenido, Jimin-ssi. Hola Jungkook-ssi — sonrió a la vez que se acomodaba en su puesto — Están muy emocionados, eh, hoy es un gran día, al fin podremos ver el sexo del bebé — la pareja apretó el agarre de sus manos entrelazadas.

— Así es, debo admitir que en todo este tiempo quise saberlo por mí mismo — miró a Jungkook hecho un manojo de nervios — pero no hay nada mejor que compartir este momento con la persona que amo — el pelinegro le robó un pequeño beso y unieron sus frentes unos segundos.

— Bien, primero veremos como está papá y después seguiremos a ver al bebé, ¿vale? — el morocho de bata blanca se levantó e invito a la rubia a cambiarse.

Se revisó el estado de Jimin, peso, presión, las típicas preguntas, y prosiguieron a ver el estado del bebé.

El rubio descansaba en la camilla con su vientre descubierto y la mano de su esposo sujeta fuertemente a la de él.
El doctor Jung aplicó el gel y lo esparció en ayuda del pequeño aparato.

La imagen del más grande y fuerte feto se hizo ver en el pantalla.

— Muy bien, todo en orden, sí, ahora... — la pareja se volvió hacia él, expectante. Una gran sonrisa se formó en el rostro del doctor.

— ¿Y?

— Felicidades tendrán una hermosa niña.