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Estaba en su apartamento, pensando en los recientes acontecimientos.

Así que Kim SeokJin es dueño de una pequeña cafetería, bien, lo tomaría pero le ofendía muchísimo.

Si lo pensaba, en realidad no era tan malo, podían juntos crear un imperio más grande y hacer de esa cafetería un restaurante de cinco estrellas.

Necesitaban pensar en grande.

Y el hecho que Kim SeokJin no sea el hombre millonario que esperó, podría ser solucionado en unos cuantos años.

Solo esperaba no envejecer demasiado rápido en el proceso.

Suspiró con un deje de decepción...

Un chef...

Debía admitir que su comida era deliciosa.

Y si así era la comida, ¿cómo estaría el cocinero?

¡Tengo que averiguarlo! –Gritó entusiasta.

Visitaría de nuevo aquella cafetería y no se iría hasta que pudiera verlo o en el mejor de los casos, hablar con él.

¿Pero cómo lo haría?

Pronto, corrió hacia su habitación y ahí se encontraba uno de sus mejores amigos.

JiMin, acompáñame a la cafetería Moon. –Demandó el menor mientras el rubio yacía acostado en su cama leyendo un comic.

Éste lo miró con sospecha. — ¿La cafetería Moon?

Sí, ya sabes, la cafetería de mi esposo. –Dijo batiendo sus pestañas y suspirando "enamorado".

JiMin hizo una mueca de asco. —Bien, supongo que tienes un plan.

No realmente, simplemente quiero espiarlo. –Dijo mientras se encogía de hombros indiferente.

JiMin lo miró mal. —Me perturbas.

Al cabo de unos minutos, el par de amigos se encontraban buscando una mesa en aquella acogedora cafetería con ambiente otoñal.

JungKook no dejaba de mirar hacia la cocina a la espera de poder ver a su príncipe encantado.

No seas tan obvio, harás que nos echen. –JiMin regañó sintiendo vergüenza por el comportamiento de su amigo.

No lo entiendes. –Puso sus manos sobre su pecho y con gran dedicación dijo: —Hablamos de mi amado, mi razón de vivir, la luz que necesitaba mi alma, ¡la causa de mi euforia!

JiMin en efecto no podía entenderlo, pero admitía que era admirable ver a su amigo enganchado a alguien, JungKook siempre había sido alguien superficial, pero ahora simplemente se estaba dejando arrastrar por un "amor" sencillo, lo cual podía ser también peligroso.

Pasa que no me gustaría que le rompas el corazón.

¿Yo? ¿Cómo podría hacerle eso?

Siempre deseaste un hombre con dinero, él no lo es. No sería nada justo que en algún momento te aburras de una vida monótona y simple, para luego dejarlo.

JungKook se quedó muy quieto, analizando aquellas palabras.

Buenas tardes, jóvenes. ¿Qué les vamos a servir? –Preguntó el sonriente pelirrojo de la vez anterior.

¡Hola! Pues yo quiero un pie de limón con un café cargado. –JiMin pidió sonriente.

El mesero anotó y luego se dirigió al pelinegro. —De acuerdo, ¿y usted caballero?

Yo exijo conocer al chef del lugar. –Dijo serio y totalmente decidido.

Los otros dos lo miraron sorprendidos.

Hobi se aclaró y dijo tranquilo: —El chef no recibe visitas, me temo.

¿Ni siquiera cuando uno de sus clientes lo solicita? –Lo miró molesto. — ¿Qué clase de servicio es este, entonces? ¿Se creen demasiado?

JungKook. –JiMin lo reprendió. —Por favor discúlpelo, suele ser un poco impulsivo.

HoSeok asintió, tratando de mantener su rostro neutro. —Haré la petición, pero no puedo asegurar nada.

Así está bien, no se preocupe y muchas gracias. –JiMin dijo rápidamente cuando notó a Kook querer refutar.

El mesero asintió con una leve sonrisa para luego retirarse en silencio.

¿Qué demonios te ocurre? Así no se le habla a alguien que te atiende con amabilidad. –JiMin le regañó por fin.

JungKook revolvió sus cabellos con frustración. —Quiero conocerlo. Aquella vez en el bar definitivamente me dejó en el suelo.

Pero así no es la manera, Googie, cuando el mesero vuelva, te disculparás con él. –Sentenció el mayor y el menor asintió con un puchero.



¿No mientes?

Ya te dije que no, hyung. El niño "exigió" verte. –El pelirrojo se cruzó de brazos.

SeokJin suspiró. — ¿Para qué?

Eso tendrás que averiguarlo antes que venga a verte aquí, parecía muy decidido. –Se encogió de hombros.

Bien, dile que lo veré cuando cerremos, que me espere.

Uhh... No creo que eso le agrade.

No me interesa, él es quien quiere verme, entonces será cuando yo pueda. –Dijo volviendo a su trabajo.

Hobi se rió. —Ustedes harían una pareja muy interesante, muy fogosa.

Jin lo miró mal.

Piénsalo, él exige pero tú no lo complaces al instante. Es como si quisieras enseñarle que debe ganarse las cosas.

Y así debe ser, es un cliente y si te lo hubiera pedido de buena manera iría, pero siendo mal educado no se logra nada, así que ahora deberá esperar.

¿Y si se aburre y se va?

Jin se encogió de hombros y con absoluta confianza dijo: —Él se lo pierde, este worldwide handsome es edición especial y no encontrará otro ni en un millón de años.

HoSeok suspiró y casi vomita arcoíris, su hyung no siempre fue un hombre que se amara a sí mismo, fue difícil para él llegar a valorarse, aun habían días en los que se reprochaba lo inexistente, pero cuando se dejaba llevar por esa confianza tan característica de él, lograba romper muchos corazones.

Incluido el suyo.

Inconscientemente se llevó la mano al corazón y lo sintió latir con rapidez.

Observó al mayor trabajar afanosamente y se repitió que no.

No.

Y no.

«Es demasiado para ti, Hobi. Simplemente olvídalo.»

Además, parecía que aquel chiquillo malcriado había entrado con fuerza en su mente y muy probablemente en su corazón también.

Hoba. –Escuchó la voz ronca de YoonGi desde el mostrador.

Rápidamente se recompuso y volvió a tomar su bandeja. —Le haré llegar el recado, hyung.

Gracias y no te dejes de un niño como él. –Jin lo señaló y Hobi sonrió.

Junto a YoonGi salió a atender las mesas y de paso, ubicar un anuncio de "Se necesita mesero", pues una ayuda extra no les caería mal.

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