SeokJin contaba con diez años cuando conoció a JungKook, un alfa pura sangre Dragón.

Kook tenía su misma edad, pero era un chico frío y solitario, en muy pocas ocasiones si quiera le dirigió la mirada.

Aún así, SeokJin tenía un insano interés por el Dragón, tanto, que lentamente empezó a acercarse a él.

Sin embargo, JungKook lo ignoraba deliberadamente. «¿Qué demonios quiere ese niñato conmigo?» se preguntaba con fastidio cuando veía al rubio sentado a su lado.

Pero, los meses fueron pasando y junto con ellos, también se fue la incomodidad del alfa hacia el rubio.

Al paso de tres años, Kook se descubrió pensando en el bonito niño que en silencio le hacía compañía desde que lo conoció.

SeokJin había tomado por costumbre sentarse junto a Kook en la Biblioteca a estudiar. Él no lo molestaba, sólo lo miraba en ocasiones, trataba de no hacerlo enfadar. Por lo que simplemente se sentaba allí y leía sus libros.

Sorprendentemente, Kook ya no se comportó mezquino, lo que provocó que poco a poco, la distancia entre ambos disminuyera, hasta el punto de poder entablar una conversación, así fuera sólo de temas académicos.

Entonces, Kook se dio cuenta que su compañero era muy inteligente, además de gracioso, podía sentir un sutil aroma a vainilla y Lirios. «Es un Omega» concluyó mientras lo miraba sin disimulo cuando estaban estudiando.

Era la primera vez que se fijaba realmente en Jin. Tenía el cabello rubio claro, a la luz del Sol podía notarse casi blanco, eso era fascinante para el alfa. El rostro del Omega era indescriptible. Era simplemente hermoso, con sus labios gruesos y rosados, aquellas mejillas abultadas y sonrojadas, sus preciosos y brillantes ojos avellana en contraste con esa fina nariz que a simple vista se veía suave. Los gestos que hacía al pensar mientras hacía la tarea eran adorables.

Entonces, JungKook, a sus trece años fue consciente de lo atractivo que era el chico. Aún sentado, sólo su rostro era suficiente para llamar la atención de quien fuera.

—SeokJin. -Lo llamó suavemente.

Jin le dirigió una mirada interrogante mientras se subía las gafas de lectura con ese gesto tan elegante que a veces el alfa imitaba a escondidas.

—Dime.

— ¿Quieres ir por un helado al terminar?

Jin abrió su linda boca sorprendido. ¿Jeon JungKook lo estaba invitando a ir por un helado? Wow, quizás el fin del mundo estaba cerca.

Porque era de conocimiento público que el alfa no tenía amigos, sólo se le había visto con Jin en la Biblioteca, el dulce Omega que tenía una vida social muy activa.

Eran completamente opuestos, donde Kook era un hermitaño amargado, Jin era una dulce mariposa que revoloteaba por varios jardines.

Sus mejores amigos, HoSeok y JiMin, no lograban entender por qué SeokJin se había empeñado en acercarse al Dragón.

—Ammm s-sí, me gustaría. -Respondió con las mejillas rojas.

Esa repentina timidez se le hizo muy dulce al pelinegro, quería acariciar sus mejillas pero eso no sería correcto, Kook seguía negándose a la posibilidad de tener a alguien importante en quien confiar.

Siguieron con sus actividades hasta que la hora de irse llegó.

Ellos fueron por su helado, y fue la primera vez que JungKook había reído abiertamente, fue la primera vez que el Dragón sintió calidez en su frío corazón.

¿Qué tenía ese Omega que le hacía querer estar lo más cerca posible de él?

Ciertamente no lo sabía, y tenía miedo de descubrirlo.

Nuevo comienzo, nueva historia.

Jajajaja espero me sigan apoyando, esta va a ser dramática como todas mis historias anteriores c: