ᴛᴏ ꜱᴇᴇ ʏᴏᴜ ᴀɢᴀɪɴ.

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

JungKook gruñó, estaba por presentarse ante sus padres en compañía de su "querida" y embarazada esposa.

Aún sentía ese trago amargo, saber que "su mujer" estaba embarazada, se le hizo tan humillante. Y no era por el bebé, claro que no, era porque JiEun poco a poco estaba haciendo su vida con su alfa, cosa que él no podía.

A veces pensaba que el destino se burlaba de él, y su vida estaba lejos de estar en el mismo camino que la de SeokJin.

Su Dragón había estado agitado, molesto y acongojado desde hacía un par de días, él no sabía qué había sucedido con Jin, estaba preocupado y deseaba buscarlo pero no podía romper el acuerdo que tenía con el Tigre alfa.

No aún.

Y tal pensamiento amargo le hacía llorar por las noches, solo y extrañando a un ser que no podía ver.

Suspirando, entraron en los aposentos del líder de los Dragones, había marcado a la Omega con su aroma para que sus padres no detectaran que el bebé que cargaba realmente tenía el aroma de un Lobo y un Dragón mezclados.

No podía creerlo, le dolía la cabeza cada vez que recordaba el día en que Lee había confesado su estado, pero viendo el lado positivo del asunto, JungKook por fin podría quitarse de encima la constante molestia que eran sus padres, exigiendo un heredero.

Pero eso marcaba una pauta, tenía menos de nueve meses para derrocar la tiranía de su pueblo, de lo contrario, si JiEun daba a luz a un híbrido de Dragón y Lobo, sabía perfectamente que sus padres la matarían, al bebé y a su alfa, sin contar con que irían tras la manada de Lobos y acabarían con ellos también.

Por suerte, su ejército estaba formado, sólo debía esperar el momento justo, un descuido de su padre para acabar con él, habiendo cumplido eso, la guerra se desataría y su ejército entraría en acción. Estaba consciente del grado de violencia que acapararía la situación, sabía que se perderían muchas vidas, pero si deseaban vivir en armonía. Los sacrificios eran casi necesarios.

¿Cuánto tiempo tienes? -Cuestionó el Dragón con evidente fastidio.

Un mes. -Respondió JiEun con la cabeza gacha, sentada un espacio atrás de su esposo, como especificaba el protocolo.

JungKook odiaba lo machistas que eran esos protocolos estúpidos.

Esperemos que sea un niño. Será más fácil de manejar. -Habló la Dragona con evidente desagrado al imaginar a una niña siendo la primogénita.

JungKook odiaba a sus padres.

Si es así, mantendremos nuestro linaje, de lo contrario, JungKook, deberás buscar al niño. Porque será quién lleve el cargo de líder después de ti.

JungKook odiaba esas malditas reglas sin fundamento.

Como digas, padre. -Concedió haciendo una leve reverencia.

Váyanse. -Dijo el viejo con molestia.

La pareja se levantó y pronto caminaban a la salida. Rápidamente se corrió la voz que el heredero Dragón esperaba un bebé.

Y por supuesto, como buen chisme, llegó hasta lo más recóndito de la ciudad.

Así que embarazó a su esposa... -Murmuró la Tigresa que bebía un té junto a su marido.

¿Quién? -Preguntó SeokJin que llegaba con TaeHyung.

Ambos padres se miraron preocupados, no querían dar esa noticia, no al saber el estado en el que se encontraba su hijo.

No es nada, mi amor. Mejor dime, ¿dormiste bien? -Preguntó la mujer al momento de llegar hacia su hijo y sentarlo a su lado.

El Tigre asintió. —Nunca imaginé que estar embarazado fuera tan tedioso.

Es normal, tendrás algunos síntomas molestos, debes cuidarte mucho. –Aconsejó la Tigresa con cariño.

SeokJin volvió a afirmar y se acurrucó en el calor materno.

A pesar que la noticia de estar encinta era una que ya se esperaba, muy en el fondo, Jin no podía estar completamente feliz. Claro que agradecía poder ser padre, ¿pero a qué costo? JungKook no estaba a su lado y la vida de TaeHyung peligraba...

Tranquilo, bonito. –El Tigre besó la mejilla del padre de sus hijos. —Si estás afligido le hará mal a los bebés.

Lo siento, pero no puedo evitarlo... -Murmuró con lágrimas contenidas.

TaeHyung observó el semblante triste del Omega, sabía que tenía los sentimientos revueltos, pero principalmente, sabía que no se sentía feliz sin su alfa.

El Tigre ya se había resignado a recibir solamente cariño y aprecio por parte del adorable muchacho, por eso, antes que las cosas se pusieran feas, él haría algo porque aquellos dos amantes se encontraran, de todas maneras, su destino está cruzado y él no podía intervenir en el corazón de dos personas que se amaban con fuerza.

Con un beso en la frente del Omega embarazado que yacía dormido nuevamente, salió de la casa Kim y se encaminó al encuentro de dos alfas, una Pantera y un Lobo.

Al llegar, ambos se encontraban preparando el armamento.

Hola, chicos. –Saludó observando a detalle las armas desparramadas.

Hey Tigre, ya casi terminamos aquí. –Respondió NamJoon.

Tae asintió y ayudó a acomodar cada arma en su sitio. —Me gustaría hablar con ustedes.

¿Qué pasa? –YoonGi cuestionó.

Sé que el alfa Kim de los Tigres le ha prohibido a JungKook ver a SeokJin debido a su acuerdo, pero me preocupa que la tristeza lo consuma, mucho más ahora que está en espera.

¡¿Jin está embarazado?! –Preguntaron ambos alfas con sorpresa.

¿Pero quién es el padre? –Terminó de preguntar YoonGi sin procesar la información aún.

Yo. –TaeHyung respondió.

Los alfas volvieron a abrir sus bocas con incredulidad y tomaron al Tigre para interrogarlo, tenían mucho de lo qué hablar.









JungKook caminaba bajo la profunda oscuridad del enorme bosque que conectaba a todos los territorios.

Cantaba una canción que había escuchado de sus abuelos cuando era niño, se llamaba "Purpose", sentía que aquella melodía describía a la perfección lo que sucedía en su vida, lo mal que la estaba pasando y lo presionado que se sentía.

Derramaba lágrimas en medio de la soledad y el silencio, anhelando a alguien que le había dado un propósito para vivir y deseando salir victorioso de aquella batalla.

Todo era tan incierto, excepto sus sentimientos; que cada día eran más fuertes.

La luz de la Luna iluminaba con fuerza un pequeño claro que se hallaba frente a él, caminó lentamente y observó el agua cristalina, dejó escapar un profundo suspiro cuando escuchó una rama quebrarse.

Al girar su rostro, se encontró con el ángel más hermoso que había visto en su vida.

Aquella divinidad vestida de blanco, con sus dorados cabellos bailando al compás de la suave brisa y esos brillantes ojos color avellana, mirándolo con anhelo y amor.

JungKook pensó que había muerto y así era como los recibían en el cielo, porque cuando sintió aquellas suaves y cálidas manos pasearse por su rostro, no pudo evitar derrumbarse.

Shhh... -Susurró aquella melódica y dulce voz. —Estoy aquí, cariño.

JungKook lloraba, aferrado con fuerza al regazo de la persona que amaba mientras estaba de rodillas. —Perdóname... Jinnie, perdóname...

SeokJin también lloraba, pero estaba feliz, feliz de por fin estar con el hombre que amaba, aunque lloraba como un pequeño niño, eso era lo que Jin apreciaba y atesoraba, que JungKook no temía mostrarse débil ante él.

Con calma se sentó en el suave pasto y dejó que la cabeza del Dragón reposara sobre sus piernas, sabía que no tardaría en detectar un sutil cambio en su aroma. Pero antes de revelar la verdad, deseaba pasar un momento agradable con el menor.

Pues no quería imaginar cuál sería su reacción...



























Ahora... A esperar otro mes para que actualice, fuerza bros :B

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro