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¿quieren dedicatoria?

Bang Chan miraba fijamente la tasa humeante de chocolate que reposaba sobre la mesa de madera, perteneciente al café favorito de ambos australianos.

El sonido en esos instantes estaba siendo bloqueado, solo eran ruidos incoherentes lo que captaba su cerebro. El cual estaba más interesado en lo que sucedió esa mañana... ¿Cómo pudo hacer eso? ¡¿Cómo Seungmin sabía hacer eso?! Repetía en un bucle vicioso, que parecía ser infinito.

La pequeña mano de Félix se removió frente a su rostro consternado. No obstante, falló en obtener respuesta alguna. El chico pecoso frunció el ceño, era extraño. Chris nunca lo ignoraba.

Félix sintió como la conocida sensación de curiosidad se instaló en su ser. Sonrió en grande.

Tal como un niño pequeño, comenzó a hacer de todo para conseguir la atención de Christopher, no fue hasta que soltó un comentario... Un poco referente a sus pensamientos, que lo logró.

"— Entonces le enseñé a Minho hyung como aprendí a gemir como mona china" enfatizó en tono alto, importandole poco las miradas interesadas de un grupo de adolescentes sentados un par de mesas atrás.

Chris espabiló, parpadeando repetidas veces. Frunció el entrecejo, hasta que recapituló en las palabras de Lee menor.

"— ¡¿Tú qué?!" gritó alterado.

Lix suspiró, entrelazando sus propios dedos. Cerró sus ojos, pensando cómo preguntarle a Chan que estaba pensando sin sonar entrometido.

“— Chan hyung, me preocupa, ¿Qué es lo que tanto piensa?” suaviza su voz.

Christopher se pierde en la mirada interesada de Félix, buscando las palabras correctas para proceder a contarle.

Pero, de alguna manera el que sea Lix le frenaba un poco. Es decir, él es su mejor amigo, si. Solo que, aún lo ve como un niño, como su hermanito, y conversar ese tipo de cosas -a pesar de que Felix sea el que más diga palabras subidas de tono- no le salen naturalmente.

“— Es... Es que Seungmin y yo- tú sabes, dimos el paso” pronunció precavido.

Tal cual, como si hubiesen presionado un interruptor el rostro serio de Félix cambio a una expresión de sorpresa.

“— Detalles” exigió.

Chan pasó una mano por su cabello, bufando “— Lix, aquí no” habló bajo, tímido.

A buena hora te pones tímido Bang.

Félix lleno sus mofletes de aire y reviró sus orbes cafés, entendiendo a que rumbo iba esa conversación.

Él sabía que Chan no le contaría. Aún si le apuntase con una bazuca, no soltaría nada.

Pero, como es Félix; -uno de los ocho seres más maravillosos del planeta-, ya sabía qué hacer.

La técnica de “conversa con Minho” siempre funcionaba. Y como Lix sabía sacarle información a su crush, terminaba enterándose de igual manera.

Así que lo propuso.

Con un suspiro dramático y sobreactuado, pronunció “— Minho está en el departamento, podemos ir allá. Quizás en un lugar más privado si me puedas contar sobre el gran paso en su relación”

Bang Chan lo miró dudoso. Pero, analizando la situación... Él necesitaba que le ayudasen a comprender eso. Por lo que aceptó.

Lo que Chan no contaba, era que la razón de sus delirios y enredos sentimentales estuviese allí. Luciendo tan puro como un ángel, envuelto en la suave tela de algodón tintada de color pastel.

“— Hola Chrisie” se acercó saltando, sus mejillas manchadas de harina y un poco de chocolate. Seungmin sonrió encantador, y prosiguió a bendecir a Chris con un besito en los labios.

No obstante, Chan no quedó conforme con el suave roce. Por lo que, envolvió su gran mano en la cintura de Min. Tal como siempre sucede, Seungmin jadea, a la par que sus mejillas se tornan rosa, y el calor inunda sus orejitas.

La cómoda e hipnótica atmósfera creada por la pareja, se ve interrumpida por unos contantes murmuros y quejidos.

“— ¡Pero préstame tu celular un solo segundo”

“— Deja eso, no les vas a tomar más fotos, gatit- Oh, ya dejaron de besarse” acató Minho, intentando impartir una distancia con Félix, para “no ser tan evidente”

Seungmin rió risueño, feliz de ver a sus amigos juntos. Pero, él tenía una misión, y no podía abandonarla.

“— ¡Vamos a la cocina, Lixie!” argumentó rápidamente. Y a tropezones, se arrastró al pequeño australiano hasta la su cocina.

Christopher quedó a solas con Minho, mientras que Seungmin y Félix comenzaban a cocinar cierta sorpresa para el novio del menor presente en aquel departamento.

Chan miró a su amigo, preparándose mentalmente para contar la manera que lo hizo sentir Seungmin al suplicarle a llantos, babeos y gemidos agudos que lo jodiera hasta hacerlo desmayar.

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