•°~°Capítulo 37°~°•

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

La mañana fría vuelve a presentarse, el rígido estupor del ambiente en la habitación hacía a dos cuerpos cálidos juntarse y arrimarse entre si. Sólo podían oírse las respiraciones tranquilas de ambos, como se removían a veces buscando calor y haciendo sonar la cama en el proceso. Se entregaban una temperatura mutua e inconcientemente las caricias no faltaban, cuando ambos pechos desnudos chocaban y sus piernas se entrelazan de vez en cuando. Estaba tan calmo y fresco, se estaba a gusto y con comodidad que, ni uno de los dos dormidos estaba para pensar entre sueños en qué iba a pasar, qué harían o dirían al momento de despertar en éstas condiciones, con los obvios recuerdos nítidos que la poca sobriedad de la noche les había dejado frescos aún hasta la mañana.

Bennett de pronto tuvo un rápido despertar, observando el cuerpo y la mañana reluciendo en el sector. Aún cegado por la luz natural colándose en sus ojos, suelta un largo bostezo, estaba cansado y adormilado tras despertarse de golpe sin razón. Miró a los lados, sus sábanas algo desordenadas y noto que se había dormido sobre la cama, casi nunca lo hacía, por lo que luego de que su vista cobrara un mayor enfoque pudo notar una mano morena rozando cerca de su cintura, apoyada sobre esta, abrazándolo. Oh, ahora estaba entendiendo.

Sudo frío y se sobresaltó de pronto, pasó a creer que la mañana normal ajena a cualquier situación indecorosa se distorcionaba, de un segundo a otro recordaba todo y su cara no evitaba ponerse roja de la vergüenza adoptando cada centímetro de su cuerpo. Su temperatura subió y se le aceleró el corazón de sólo sentir el calor ajeno a un lado suyo. Fue subiendo su mano por aquel brazo, girándose mientras observaba la piel desnuda de la parte inferior de Ben, fue allí, cuando al llegar a su rostro se perdió en sus facciones calmadas, sus cejas fruncidas y su boca torcida, sus ojos verdes tan lindos, viéndose demasiado bien poniendo muecas amargadas mientras lo miraba tan...

Oh esperen, estaba... ¡se acaba de dar cuenta de que él estaba despierto!

¡Qué puta vergüenza! Estaba que se moría de la pena poniendo una distancia considerable entre ambos, por poco terminando de caerse de la cama a otro sitio, ah, encima había caído sobre uno de los dolorosos zapatos del pelicalipso ¿en qué momento se habían quitado los zapatos siquiera? Cuando se miró y sólo usaba calcetas y su pantalón. Se sentó a un lado en el suelo observando ahora a Bon sentado en la cama arreglándose el pelo y mirándolo como si fuera un bicho raro, mientras torcía la boca de una forma tan atractiva a su parecer.

— Buenos... buenos días. —dijo, entre pequeños balbuceos con la voz temblorosa, reincorporándose para levantarse y ponerse cerca de la pared, como soporte.

— ¿Qué tienen de buenos? —contestó de forma amarga, tirándose para atrás apoyando su espalda en la cabecera de la cama.

— ¿Y ahora qué tienes?

Inquirió, algo asustado de una reacción explosiva que, de algún modo, le extrañaba no haber visto al primer momento. Andaba algo tembloroso y embriagado, oliendo el aroma a limpio de los aires se la mañana y sintiendo el calor apresar su estómago por las constantes preocupaciones y emociones algo revueltas intentando traer sus recuerdos de la noche hasta este momento.

— ¿Cómo es que preguntas eso? —le dijo, esta vez, relajándose, de a poco en poco, mientras suspiraba y dirigía su vista al techo, pasando su palma por su rostro cansado y rígido.

Bonnie pareció pensarlo unos breves momentos, y al notar su cama levemente deshecha, la camisa de Ben en el suelo y sus zapatos, supo que, era estúpido siquiera preguntar. No evitaba que al mirar sus manos, su ropa superior tirada o la distintiva melena del moreno los recuerdos de anoche llegaran a su cabeza, si bien, había sido algo peor que cualquier cosa, tenía sentimientos encontrados de sólo pensar en ello.

Pero simplemente se limitó a asentir soltando una penosa carcajada mientras se acariciaba el brazo antes de agacharse para recoger la ropa tirada en el suelo.

Ninguno de los dos se proponía a hablar, pero estaban al tanto de que, como muchas veces, tarde o temprano, preferiblemente temprano en esta ocasión, deberían romper el silencio y hablar de buena o de mala forma. Bennett se sentía derretir ante la mirada cortante del mayor, por el silencio infernal y sus impulsos temblando en lo que que trataba de arreglarse el pelo, sofocado ante el palpitaren su pecho y el calor de pronto acumulándose en sus pómulos. Podía oír su propia respiración, por más que se esforzaba en no hacer ruido, parecía que no aguantaría más guardando silencio ni aún cerrando la boca.

Pero así mismo, el moreno, ya de pie buscando su camisa en el suelo, regresó a sentarse a un lateral de la cama. Con la cabeza pulsando dolorosa e incansablemente, dejando vivo aquel sentimiento aplastante de calor, subiendo por su pecho hasta su rostro. Se tapaba la cara, agarrando esa camisa gris entre sus manos, evitando a Bennett, sintiendo y odiando que, cada vez que cerraba los ojos, podía, refrescar en su mente aquellos recuerdos de la noche, como pretendía buscar un culpable cuando, no hubo uno, sino dos.

Las cosas como tal no solían irse de sus manos, pero, a pesar de que no llegó a pasar algo peor, se sorprendía de, como el autocontrol fue capaz de traer de vuelta su raciocinio antes de terminar por... por ceder ante sus deseos e impulsos antes de ponerse de acuerdo con la presión en su pecho.

Una vez se logró calmar, bufó, arreglándose el pelo y encargándose de ponerse la camisa y sus zaparos, estuvo dispuesto a decir algo, pero ¿para qué romper el "asombroso" silencio que de pronto Bennett había puesto en medio a barrera de la incomodidad? Ahora no era momento de eso. Estaba desorientado con levedad, y enredarse consigo mismo era uno de tantos puntos en contra que lograba despejar de todo esto. Pero es que era estúpido callarse luego de que casi termina por cogérselo. Encima Bennett, de imbécil, como siempre, termina callándose también, maldita sea.

Lo peor de todo es que hubiera terminado por dejarse llevar al fin y al cabo de no ser porque el rostro de Bonnie tanto así como lo ponía nervioso, también solía traerlo de vuelta a la realidad. Ese hombre parecía traerlo de un lado a otro a su gusto, sin saberlo ¡y joder! Que estar empezando a aceptar que aquello era cierto, le hacía tener una ganas de mierda de ir a estamparse la cara contra la pared.

Salió de la habitación de una vez por todas, pero no con el fin de marcharse del departamento, sino que en un intento desesperado por tratar de recuperar la compostura y quejarse libremente en silencio por la maldita migraña de mierda que le punzaba en la cabeza desde hace rato. Aunque ni el dolor fastidioso a los costados de su cabeza se comparaba con la amarga y asfixiante sensación en su garganta; queriendo sacar el veneno de sus frases y desterrar de su ser sus pensamientos embriagantes.

Últimamente estaba al filo del límite de emociones, y no daba más, no podía seguir reprimiendose. Le importaba un trozo de mierda si algo malo ocurría después, pero andaba desde hace mucho que no aguantaba demasiado.

Aunque si primero tenía que acorralar a Bonnie para poder ponerlo en evidencia, lo iba a hacer, porque él no iba a ser el idiota que se rebaje a hablar de sus "sentimientos", al menos, no sin antes asegurarse de que el terreno que quería pisar era resistente a todo lo que se cargaba encima.

Siendo así, talvez... iba a pensárselo. Sólo talvez.

Los pasos descalzos de Bennett suenan sordos hasta donde estaba, y a la entrada de ese iluminado pasillo, este se quedaba mirándolo con una cara tensa, pero vaya que se esforzaba por parecer que andaba en buena, mostrándose nervioso y confundido, asustado más bien. Y Ben sabía que ahora mismo su silencio era una tortura para el menor, ah como le gustaba causar tanta incertidumbre, disfrutaba en cierto punto de esas expresiones nerviosas, de sus muecas infantiles, y otras veces sólo quería agarrarlo y atarle una sábana encima, porque a veces no soportaba ni su cara siendo infernalmente atractiva, ni su voz rasposa habla que habla cosas estúpidas sin parar.

Él le hacía encontrar partes de si mismo que creía y no tenía.

Bon se encontró a si mismo volviendo a ese campo dudativo con respecto a qué quería hacer. Prontamente notaba como Bonnie estaba cada vez más cerca, mirándolo con nervios, con esa cara bonita que había empezado con esto. ¿Qué esperaba hacer ahora? Tampoco contaba con mucha paciencia por donde el dolor de cabeza y la racionalidad le entregaban, y si él no hacía algo, él no iba a...

— Mm... oye. —pero al final, si terminó hablando primero. Porque el silencio del menor ya venía a frustrarlo otra vez. Inspiró hondo, dirigiéndole la vista, cuando en eso, ya se lo encontraba en frente de él, por poco haciendo que de un salto del susto— ¡Ugh!

— ¿Qué pasa...? —sonrió, trabándose en cada palabra. Quiso alzar su mano para colocarla en el hombro ajeno, de no ser porque de pronto se halló en un rápido movimiento, presionado contra la pared, desconcertado hasta que los ojos fríos y certeros de Ben terminaron por hacerlo sudar frío. Seguramente, ahora esperaba que le reclame por todo, por aprovecharse del alcohol, del momento. Cerró los ojos o el moreno iba a matarlo silenciosamente con la mirada, de una forma fría e indolora.

— Ni creas que voy a dejar pasar esto. —aquello, hizo a Bennett volver a abrir los ojos, terminando por acto reflejo a pegarse más a la pared, cuando el pelician colocó su brazo moreno cubierto por la camisa hasta el codo, a un lado de su cabeza— Porque no me iré hasta hacerte hablar. Esto ya me tiene harto ¿sabes? No estoy dispuesto a que esto se vuelva a repetir así como así. —expresó, de forma dura y directa, intentando no flaquear en medio de esto. Pues la mueca aniñada y los labios entreabiertos del pelivioleta lo estaban distrayendo, y mucho— Tsk... no de la misma forma. Por lo que tú y yo... —suspiró— vamos a hablar.

— Ah... bueno, es que...

— Y vamos a hablar ahora. —le miró, distanciándose, distanciándose antes de que sus sentidos le vuelvan a jugar en contra. Caminó hasta un lado del ventanal, en donde sólo una cortina estaba medio movida dejando entrar un grueso rayo del sol mañanero imuninar decentemnete la sala— Así que siéntate.

— Pero... escucha... t-talvez no sea mejor momento, es que yo... —balbuceaba, nervioso. Terminó por sentarse en el sofá más cercano al ventanal, uniendo sus dedos entre si, intentando no mirarlo a la cara, porque acababa poniéndose bobo y nervioso.

— ¡Oh claro! No es buen momento. —le interrumpió, poniendo su mano en su entrecejo— Y según tú ¿cuándo lo es? ¿Esperas despertar peor la próxima vez que algo así pase? ¡Agh! Para que ni se te ocurra mirarme a mi cuando quieras buscar un jodido culpable. —le dijo el peli-turquesa, algo irritado, pero de la misma forma, cayendo en un grado bajo de nervios. Con un orgulloso temor a hacer algo que termine por arruinarlo todo— A-Agradece que te estoy dando la oportunidad de hablar porque si fuera por mi hasta aquí llegan tus intentos de mierda por seguir con esta amistad ¿si entiendes? Deberíamos haber dejado de ser... amigos desde hace mucho.

— Mmn... ¿y por qué no hemos dejado de serlo? —habló en derrota, mirando a sus pies y sus manos apretadas sobre sus piernas ¿por qué de pronto se sentía tan atrapado? Queriendo debatir en si mantenerse callado, que por lo general era a veces de más ayuda, o en si debía de hablar. Ambas terminarían llevándole cuesta abajo si no sabía como llevarlas, pero ahora mismo andaba dudando, como siempre, de todo.

Así mismo ahora el pelicalipso apretaba los dientes desviando la vista a otro sitio, acorralado entre una simple pregunta a a la cual estaba tardando mucho en responder; y es que era simple saber que ni él mismo tenía idea de ello. Hasta le ponía a pensar en el porqué no se dio la libertad de acabar con esto desde antes, cuando creía y le importaba esta barrera extraña en medio de los dos a la cual se esforzaban con disfrazar por una "amistad" normal o alguna cosa cercana a ello. Ahora mismo tener a Bennett de amigo le importaba una mierda, no lo veía como tal y aún si fuera así llamar a lo que los seguía atando, algo de amigos, le resultaba innecesario.

Y volvía al mismo punto, maldita sea. No llegaría a ningún lado si se limitaba a dejarse afectar por un nervioso Bonnie.

— Eso no es importante ahora. —formuló, apartando la vista.

— Mmh... pero al menos di algo. Yo siempre hablo.

— ¡Oh por favor! No voy a ser yo el que va a hablar, al menos, no sin que tú lo hayas hecho primero. —espetó, soltando un jadeo de frustración— Así que cambia esa cara estúpida y empieza a hablar, porque me quedaré aquí... el tiempo que sea necesario.

— ¿Y qué esperas que yo te d-diga?

— Sabes que es lo que espero. Esto ya no es normal... no es... ah no es correcto.

— ¿Y por qué mejor no hablas tú? No hace falta aclarar algo que seguramente tú también recuerdas bien... ¡ah! Digo... que si, lamento si me aproveché del estado en el que estabamos y... ahm, estaba nervioso, no, estaba muy... —hizo una pausa— no es que h-haya querido, sólo pasó ¡si! Eso. Pero... no creí que llegará a más... pensaba que sólo iba a...

— ¿Osea que ya te lo tenías pensado? —la voz firme del mayor hizo a Bennerr casi atragantarse con su propia saliva, alzando la vista con la cara tintada de rojo.

— ¿Ehh? ¡No! N-No... no... —aseguró, recordando como si hubiera pasado hace un momento, el como sintió su vista nublarse y su cuerpo ansioso, queriendo preguntar a su conciencia de si estaba bien o no antes de colgarsele al moreno de piel y empezar a besarlo desesperado. Su rostro se deformaba a una mueca de vergüenza, recordando también sus dedos en los botones de la camisa ajena, tratando de guardar en el silencio sus deseos reprimidos— no es eso... realmente no.

Los cabellos del pelician se mecieron una vez este avanzó y se puso casi en frente del menor, fulminando con su vista a este chico. Se cruzó de brazos y apretó los labios. De sólo oírlo creía que no iba a aguantarse las palabras, pero si no se quedaba callado, justo ahora, iba a terminar por ser hiriente. Pero ya no aguantaba, estaba refundido en una montaña de duda, le parecía curioso como es que los dos podían seguir mirándose de frente sin darse cuenta de que era estúpido negar lo que sea que ambos quisieran negar ahora. Había que tener algo de sentido común, o al menos, algo de lógica. No eran y no habían sido amigos nunca, al menos, no de una manera jodidamente normal ¡es que estaba más claro que cualquier cosa! Y él como imbécil había caído en ese juego.

Cuando estaba seguro, lo estaba, y podría afirmar sin duda que Bennett andaba ojeándolo desde antes. Pero por alguna razón, quiso, quiso ignorarlo, ceder a los abrazos raros, a su sentido tan infantil del humor. Iniciar el primero beso, destruyendo la primera y sólida barrera que en ese entonces los mantenía lejos, muy lejos.

— Entonces ¿por qué? —habló, haciendo una mueca con la boca— ¿qué es lo que pretendes?

— Nada... no pretendo nada, fue sólo un... accidente.

— ¡Y sigues igual! Primero te me tiras encima, luego no importa y ahora ¡mira! Que es un accidente. Lo único que va a ser un accidente aquí es que yo...

— ¡¿Pero por qué me interrogas tanto?! —le interrumpió, apretando las manos— Qué sepas que tú también te aprovechaste, y bien feo. M-Mejor no hablemos de esto... fue una tontería, tú sabes que no aguanto mucho el... el alcohol y te pedí... disculpas. —admitió, luego de avergonzarse al alzar la voz y observar que no había ni un mínimo cambio en la expresión de Ben tras eso. Lo ponía muy nervioso, y no sabía que hacer para cortar esta charla, o bueno, esta interrogación tan extraña y densa—. Como sea. Ya no quiero hablar de eso, en serio.

— Si no hablamos de esto ahora, no lo haremos más.

— ¿No lo haremos?

— Maldita sea, Bennett. Deja de jugar. Estoy hasta la puta con todo esto, me tienes harto tú y tus actitudes de mierda, ¿quieres confundirme? ¿Es eso? ¡Pues bien! Porque lo lograste, y es... una jodida tortura pasar por esto. —cuando se dio cuenta de que había abierto la boca, terminó por quedarse quieto donde estaba, desviando la vista a algún sitio y localizando a un lado un sillón. Se sentó allí, apretando los labios con molestia, paseando con rabia su mano por el flequillo de su cabello, en lo que oía a Bennett empezar a titubear, le molestaba, le molestaba tanto esta situación. Quería aclararla, deshecharla y no volver a saber más de ella—. Tsk...

— ¿A-Ahora de qué... de qué estás hablando? —expresó el pelilila, alzando una ceja. Fue allí, en que se perdió otra vez en el perfil del moreno, en su derrotada expresión disfrazándose de fortaleza, sus labios torciendose en una irritada muestra de frustración y en sus manos inquietas.

¿Confundirlo? ¿Cómo? ¿Cómo es que ahora iba a... confundirlo? Oh... se refería a una confusión distinta ¿si? Regresando entre sus pensamientos, recordaba sus muecas cariñosas, de esas muecas que para cualquiera eran tan bien actuadas que parecían naturales, pero que él lograba notar que ser amable lastimaba cierta parte del lado orgulloso que componía a Ben en todo su esplendor. ¿Estaba hablando de que lo confundía en ese... en ese sentido? Talvez estaba pensando demasiado, quería ser negativo y no emocionarse, pero aún si quería ser frío y realista consigo mismo veía que con todo lo que ha pasado ya no podía evitar creer que estos acercamientos fuesen normales, y seguir negándolo frente a Ben sólo lo harían quedar como un idiota. ¡Y es que lo sabía! Estaba al tanto que dos amigos normales ni se besaban, ni nada, que no era normal que una borrachera liviana por poco y los llevara a la cama, en un sentido más peligroso.

Que siquiera era normal que el pelician ahorita le esté pidiendo una explicación forzada bajo la cara de un "hay que hablar". Lo que él creyo que Bon haría sería el cerrarle la boca, cortar cualquier viga que los ate o relaciones de forma personal y ya, adiós a lo que tanto le costó ganarse. Pero esto le parecía curioso y lo asustaba en partes iguales.

— ¡Eso ya da igual! —espetó, ya no muy gustoso del ambiente que había forjado para esta "charla" entre los dos con el fin de... aclararse— La cuestión está en que... esto... esto no está llegando a ningún lado, de nuevo.

La derrota en sus palabras terminaban haciendo dudar mucho al menor, ¿dónde estaba su semblante seriamente atractivo, su seguridad, su voz fría y decidida? Ah supo así mismo que esto era un tema que no sólo lo estaba afectando a él mismo, Ben también pasaba por la leve miseria de ordenar su mente y tratar de tranqulizar a sus pensamientos. Sería tortuoso de no ser porque él llevaba mucho tiempo, demasiado que terminó por rendirse y enamorado del pelician aprender a aceptar muchas cosas. Él estaba claro, pero contrario a esto, parecía como que Ben se estaba torturando por un ¿unos cuantos besos? ¿Sólo por eso y unos cuantos roces o es que... había algo más que se negaba a ver por miedo al rechazo?

Esta charla no podía terminar así, pero poco a poco el silencio le helaba la garganta y cuando pensaba en susurrar leve antes de levantar la voz para hablar, sentía que había olvidado todo lo que diría, todo aquel gran párrafo que se escribía en la mente para leerlo con la voz y explicar sin ponerse a duda que, talvez no había sido accidental sino que llevaba tiempo ansiando algún roce así, ah no, eso no. No era eso. Iba a tener que inventarse algo mejor, pero tantito más sincero.

— Es-Escucha... —decidió clavar su mirada rubí en sus manos empuñadas sobre sus muslos, mientras arrugaba el entrecejo y casi entrecerraba los ojos— talvez si, si... no me voy a echar toda la culpa, porque t-tú tampoco me dijiste que no cuando... cuando casi... ah —suspiró—. No importa. Pero... yo sé que estuvo mal de mi parte aprovecharme de que tú me trajiste hasta acá y me ayudaste a entrar, me aproveché y s-si, estuve... estuve conciente, en cierto punto, pero lo estuve y enserio lo siento. No es normal que de la nada invites a un amigo a tomar y que después prácticamente te salte encima haha —rió, nervioso. Tenía el puto corazón apretujandole en la garganta y oía sus pulsaciones literalmente dentro de sus oídos, molestando y nublado su audición. Era una sensación muy extraña y le asustaba pensar que estaba así de agitado por una tonta explicación en la que, para colmo seguramente le estaba yendo pésimo— Mucho menos si... los dos somos hombres... haha es... e-es tan asqueroso ¿no?

Se le aguaban los ojos y ahora si que podía volver a sentir la mirada ajena clavada cual cuchilla en su persona, poniéndolo peor de lo que estaba. ¿Era muy obvio? Oh, claro que lo era, siempre, todo el tiempo y sabía que tarde o temprano Bon empezaría a destaparse los ojos y le trataría como el idiota que era, le diría las mismas cosas feas, lo que solía decir a broma a las primeras semanas de conocerse; que sería tan desagradable y asqueroso que fuera gay, no, encima y que para colmo se fije justamente en él. Bien, lo peor era que sabía que si se le escaba algo no iba a poder tirarse por la ventana, pues tenía una imagen fuera de esto, una tonta imagen, dos jefes doloros encima y trabajos estables que mantener junto a una alta y muy aclamada fama que gustaba de disfrutar de vez en cuando. Era triste saber que se torturía cada día en el set si Ben estaba allí para hacerle la estadía un piso de clavos que debía de atravesar descalzo.

Ah claro, ese era su peor y más negativo escenario, por supuesto. Aún no sabía si debía de plantearse la idea de recién pensar en que podría salir todo bien. De algún modo.

— Hm... lo es. —se atrevió a decir Bn, una vez regresó a tomar la compostura en aquel sillón, pero decidió mejor apartar su vista—. Lo es. —repitió, entre una sonrisa torcida y amarga. Ahora, en esta situación, esa afirmación le caía como patada en el estómago.

Sabiendo que el ambiente les carcomía, los murmullos de Bennett resonaron y sus intentos por parar los balbuceos le llevaron a levantarse de su sitio para ir a mirar para afuera en el ventanal, acariciando la cortina a un lado, mientras se mordía la boca y encogía las cejas. También llegando a observar a sus perros tan dormidos a un lado, casi detrás del sofá.

— Es por eso que sé... que siempre me mantienes a raya. Soy tan... tonto a veces ¿te das cuenta? —Bonnie llevó su mano hasta el ventanal, pegando su frente a un lado. Luego se volteó y recargando su espalda allí, alzando su vista al techo— No digo que no sea extraño que te bese sin motivos, que te permita a ti incluso hacerlo. Pero... es simplemente q-que te.. te aprecio, si, de la misma forma en que tú lo haces. No me gustaría perder una amistad... me tomó tanto que seamos amigos y... ah no lo sé. Esto es sólo... sólo que... me confundí. Si... eso es todo.

— ¿Te confundiste? Uhm... —apretó los labios, luchando por mantenerse tranquilo, el oji-rubí lo ponía tenso con tanto parloteo innecesario y sus balbuceos raros—. Ya veo. —murmuró rodando los ojos.

— Si, eso. En serio. No es que...

— Pues menuda mierda.

— ¿Ah?

— Excusas. Tus excusas dan más asco que tu voz chillona.

— ¡Oye! Uhm.. no son excusas. Es en serio. Simplemente que me confundí por tantas cosas y... y es eso.

— Qué novedad. —rodó los ojos—. Empezaste bien, y siempre terminas hablando demás, puras tonterías.

— ¡Hey! Al menos estoy esforzándome por hablar contigo. —le dijo, suspirando mientras fijaba su vista en el moreno—. Tú quieres explicaciones y siquiera me hablas, llegas y te enojas solo. Me críticas y siquiera me aclaras el porqué después me tratas como si no hubiera pasado nada. Me importa lo que pienses y trato de no sonar mal... p-pero... a mi también me molesta esto ¿sabes?

— ¿Y qué? Yo no voy a decirte nada hasta que me hables con la verdad. Deja de pensar en lo que te pueda decirte, maldita sea. ¿Por qué mierda te importa tanto?

— ¿Y por qué no me importaría? S-Se supone que somos amigos, ¿o no?

— Se supone... —murmuró— bueno, lo somos... lo estaríamos siendo de no ser porque no puedo entender que pasa en tu cabeza, joder. ¿O es que acaso a todos tus amigos les andas agarrando a besos así como así con la excusa de una borrachera? Ah cielos.

— Ah no... no.. nunca. Es que tú... eres otro tema.

— Oh genial, otro tema... soy especial ahora.

— Mmm... —el pelivioláceo se encogió de hombros, apretando la boca con molestia— siempre lo has sido... —murmuró para si mismo, y tras sacar eso de su sistema pudo sentir como se aliviaba levemente.

— Así que si lo soy... —su voz salió amarga ante lo que sus oídos pudieron oír. Quería sonar mejor, pero estaba atrapado entre dejarse fluir o ya de por medio protegerse tras una barrera antipática de nuevo al notar la sinceridad forzosa en el menor en edad—. Ugh eso tiene algo de sentido. Siempre te vi divagando entre el otro camino, y resulta que...

— No, no...

— ¿Te gusto?

— ¿P-Por qué me preguntas eso? Es obvio que... que... haha es obvio que.. —respiró, exhaló, y se calmó, porque esa risa confiada bañada en nervios parecía más bien un último suspiro antes de la muerte. Que patético debía de verse. Pero es que ese hombre parecía que quería verle muerto ahora mismo con esas miradas tiesas y sus preguntas rebosantes de arrogancia e indiferencia— Uhm... claro que no. Eso es.. tonto. Sería absurdo ¿no?

— Para mi lo es... pero ¿qué hay de ti? —levantó una ceja. Ya sentía que esta le temblaba, que se le inquietaban las manos y tenía unas fuertes ganas de pararse, agarrarlo de los hombros. Porque si este no le iba directamente, iba a terminar siendo él quien acabase por gritarle a la cara las ganas que le tenía.

¿Por qué no lo hacía? Simple, porque no quería ser él quien admitiera algo así, antes iba a tragarse su propio veneno y la rasposa sensación de un sentimiento irritandole desde dentro en lugar de echar a perder todo.

— ¿De mi? Ah... para mi... no lo es. —suspiró, en medio de una debilucha sonrisa.

Como los momentos pasaban largos. Tras las horas entre charlas sin profundidad. Ahora ambos ignorando el sol posarse con fuerza en el cielo, sin notar la hora. Sentados en el mismo sofá y sofocados por los silencios prolongados de cada uno. Bennett al borde de los nervios, sintiendo sus labios temblar y sus ojos aguarse levemente, trataba de no hablar de más, pero tampcoo hablar menor. También sabía que tanto postergar hablar de frente, con puntos fuertes, terminaría llevándolos a un escenario como este.

El silencio de Ben era sepulcrar; y cuando su voz relucía retumbaba en los oídos de Bennett, quien se erizaba al ser que era el moreno de piel quien ahora hablaba, y a su diferencia era frío y certero, tocaba un punto exacto y se callaba de ser necesario. Primero atacándole directamente con palabras dolorosas y maldiciones de por medio. Después parecía que se abría un poco y dejaba ver sus emociones, hasta que se frustraba y le evitaba mirar a toda costa, suspirando con irritación, peinándose el pelo y apretando los dientes.

Los peor es que los dos no aprendían, Bennett tomando un jugo simple y Ben hundiendo sus malestares en una cerveza de menores grados. Mientras hablaban.

— Yo igual lo siento... —terminó por decir el peliturquesa, suspirando tras mirar al techo— Olvídate de lo que sea que te he dicho ya. Estoy muy estresado otra vez... y de algún modo he aprendido y estar tranquilo cuando estoy... contigo.

— Ah... claro... está bien. Creo que me pasa algo parecido hehe. —sonrió el pelimora, cuando ya había empezado a florecer un silencio de esos que eran agradables, en donde podía cerrar los ojos y despejarse por unos segundos. Hasta que sintió, una mano en su hombro, y observó la vista del moreno lucir agotada, en derrota posando una torcida sonrisa en sus labios— ¿qué?

— ¿Sabes? Siempre creí y me he mantenido firme a que la vida está determinada. Que lo que te toca, te toca. He estado tan acostumbrado a vivir de acorde mi alrededor, Bonnie. Mierda, acabas de desordenar, como siempre haces, mis malditos planes. —apretó los dientes, sintiendo el pecho apretarle. Al final, iba a hacerlo, ya no aguantaba que el menor le diera tantas vueltas— Se supone que soy un jodido hombre hecho y derecho agh ¿si... si me entiendes? He tenido experiencias que me han hecho ser este tipo idiota que ves enfrente; un hombre que es frío, materialista y estúpido, que vivía de apariencias, tenía una vida plana y sinsentido, si-siempre creí que era así. Siempre he actuado así y me esfuerzo en que eso no cambie. —mencionó, no sabiendo si le ardía la garganta por la cerveza o por el dolor emocional que le producía tener algo más de sinceridad frente al menor— Pero... tú me andas ya demostrado que la vida no funciona así, Bennett. Que puede tener altibajos, que es impredecible...

— ¿Mmh?

— ¿Me estoy dando muchas veces? Ah joder, que puta mierda. Deja de mirarme así... —habló, apartándose el flequillo de la frente.

— Lo siento... no te... n-no te interrumpo. —Bennett sonrió algo nervioso. Ahora con dos manos pasándose en sus hombros y la mirada rígida de Ben en frente, de esas miradas tan profundas que le dolían, le transmitían tanto, haciéndolo temblrar ¿qué estaba pasando ahora? La cabeza empezaba a darle vueltas.

— Te estás volviendo alguien muy importante en mi vida y... —bajó la vista, ¿era posible que escuchara su propio orgullo torcerse ante estas muestras de sinceridad tan dolorosas? No estaba seguro, pero no iba a marcharse de aquí hasta sacar todo eso que tenía dentro, esas sensaciones molestas que lo atormentaban tanto. Su risa era amarga, pues le molestaba, le inquietaba en su mayoría— haha Bonnie, y yo que pensaba que eras sólo un tonto niñito famoso, un tonto... metiche. Un idiota que bien sabe como portarse para hacerme creer que el que está mal aquí soy yo haha y es que encima... —jadeó, mirándole a los ojos. Consiguiendo una mueca de nervios y sumisión en él—... creo que todavía me cuesta aceptar todavía, a pesar de lo mierdoso que me resultas a veces, que tú eres... eres... ah sencillamente precioso, por dentro y... por fuera.

Su sonrisa ¡ah su sonrisa! Bennett quería moverse, decir algo o darse un pellizco para asegurar que no se habia dormido en el sofá otra vez. Pero no, eran golpes de realidad tan extraños. Ni mirando a Ben de frente encontraba algún indicio de que fuera una broma, pero ¿no lo era? ¿Estaba ido? No hallaba mucho que preguntarse. Estaba temblando. El pecho le apretaba y la respiración caliente le raspaba la garganta. De pronto, no sabía como, tras poder oír un suspiro escapar de sus porpios labios, sus mejillas ardiendo y sus manos temblando le hicieron notar que no era el único en un estado de alerta. Ben le miraba serio, pero sonreía, ocultando sus emociones tras el agarre rígido en sus hombros.

— ¿Es... Es-Estás borracho tan rápido? Pero si es... sólo una cerveza barata. Es suave. Y-Yo... no lo sé. —desvió la vista, inhalando y exhalando con levedad y dificultad— Bon... por favor no juegues conmigo. Déjalo.

— No estoy jugando, no ando con ganas de bromear tampoco, ya no... —bufó, acercándose más hasta notar como poco a poco iba perdiendo el control de la prudencia de sus acciones. La cercanía entre ellos, o en su persona acaparando el espacio del menor— Ah maldición, Bonnie... mira como me tienes, joder haha ¿qué me has hecho? —rió, frustrado, bajando sus manos de los hombros ajenos hasta posarlo en los brazos del chico, reteniéndolo y manteniendo este agarre como su propio soporte— T-Tú con tus miraditas tontas, tu carita bonita y tu... tu forma extraña y curiosa de ser... 

— Oh yo... yo... —quería decir algo, pero ahora mismo no evitaba que su sonrisa creciera, aunque el pecho le saltaba y si respiración se agitaba de la emoción. No iba a alegrarse tanto, seguramente tan solo trataba de decirle lo mucho que le estimaba, una estimación tan... tan... distinta a las que estaba acostumbrado. Cuando lo miraba a los ojos, el brillo en estos orbes verdes cansados, le hacía sentir ligero y nervioso, le hacía creer que podía ser sincero y no tener miedo de ello aprovechando la situación.

— Eres una caja de sorpresas, m-me fascina escucharte porque siempre dices algo que me hace creer que he tenido toda una vida cuadrada y gris, aunque el sesenta por ciento de lo que digas a veces suele ser muy estúpido y me hace creer que en lugar de vente tienes un par de años menos haha. Yo... —se acercó, transmitiendo sus emociones retenidas con sólo una mirada, apretando los labios— Yo he aprendido a soportarte ah... no, digo que he aprendido a acostumbrarme a ti y creo que... puedo acostumbrarme a ti... por mucho tiempo más.

— Eso... suena bien, viniendo de ti. —mencionó, mirando a cualquier otro sitio, trarando de ignorar la cercanía, de no emocionarse, de no tensarse. Pero era inevitable, cuando regresó la vista se encontraban peligrosamente juntos, otra vez. Subió sus brazos por la espalda de Ben, acomodándose lo suficiente en el sofá para mirarle de frente.

Otra vez se encontraba en una situación similar, tirando a decir o no decir, a hacer o no. Pero la sobriedad estaba presente, los nervios a flote, el ambiente grueso pero tranquilo rodeándolos. Se sintió libre de suspirar y cerrar los ojos un par de segundos. Hasta que una respiración cerca de estos le hizo sobresaltar, regresando.

— Uhm... verás, es que no soy bueno con las palabras. Al menos, no con buenas palabras. —admitió, subiendo su mano para acariciar la mejilla izquierda del chico, apretando los labios. Reteniendo la frustración del momento y el palpitar agitado en su pecho— pero que sepas que no estoy jugando. Y que no te soy indiferente en ningún sentido...

Sus ojos se cerraron, y Bennett e mantenía inerte ante las acciones ajenas. Relajándose tanto al comprobar por primera vez un positivismo en la situación, en sus acciones. Sus ojos se aguaron nuevamente, y sus brazos se colgaron del cuello del mayor, girando se cabeza y riendo levemente entre suspiros.

— Ah yo... yo tampoco. —finalmente, por fin, después de tantas emociones mezcladas y dolores de cabeza palpables. Ahora, sus labios chocaban, quizá luego de marcar una indirecta confesión seca de sentimientos, pero rebosante de calma, de emociones retenidas que salían a flote.

Pronto Ben le atrapó con la boca, bajando sus manos abrazándole por el torso y colándose sobre él, que trataba de seguir ese ritmo desesperado y... tan contradictorio de relativas sensaciones.

•~•~•~•~•~•~•~•~•
Weeee ushis me anduve poniendo medio nerviosa, sorry xd(?

Uhff para compensar mi inactividad en esta historia, he escrito (nuevamente) a tiempo record, me dormí y olvidé escribir y he estado casi dos horas terminando esto ahorita UvU

Pero espero que, por fin, después de tanto tiempo haya valido la pena el poder llegar hasta este punto en la historia :")

Sé que muchos tuvieron buenas y vasi acertadas teorías acerca de como se confesarían e incluso quien lo iba a hacer. Pero dejenme de decirles que de todo un poco y, sobre todo, esta no es una confesión segura, fue una muy indirecta directa, pero es suficiente para avanzar un escalón más con los bbs jsjs

Espero que las emociones no se me hayan revuelto y fuera capaz de hacer entender que es lo que sentían los dos en medio del ambiente tosco pero fresco(?

Bueno, agradezco que apoyasen a esta historia. Eso es todo. Que bonito.
Fin.

Jsishis ahre no xd(?

Bueno, hablando en serio, déjenme saber que voy por buen camino para la tortura emocional en que pasan los personajes en cada capítulo xd(? Espero no excederme ni tampoco escasear en contenido, porque aun queda mucho que recorrer :^)

Ahora si, espero que hayan disfrutado de esta capítulo, que para ser premeditado y todo, he tardado en expresar lo que espero se logre expresar en él UvU

No olviden votar y comentar, estaré leyendo sus comentarios <3
Nos leemos en próximas actualizaciones y en otras historias :3
Bye.

           -NiaKu.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro