09: Traigan a los bomberos por favor

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Bien.

Claramente nada estaba bien.

¡Tiene una reputación!, ¿Cómo no pensó en eso antes?, ¿Tanto lo odia el mundo como para que de todos los chicos en la tierra, el hijo de su jefa tendría que ser Huening Kai?.

Pues parece que sí.

Estaba en una controversia consigo mismo, ¿Quién debería ser ahora?, ¿Choi Soobin, el chico el cual Kai y todo su instituto conoce?, ¿Soobin, el chico guapo que trabaja en un refugio de animales?, ¿Barbie, tú puedes ser lo que quieras ser?.

Sinceramente, debía de admitir que le estresaba de sobremanera el enrollo que él mismo le había dado a su vida, mas no se quejaba.

Ahora, regresando al tema principal. Hola, Mi nombre es Choi Soobin y llevo una doble (triple al parecer) vida, un gusto Kai. ¡No!

Pero tampoco estaba dispuesto a que su jefa, a quien le tenía mucho respeto y consideración, lo viera actuar tan petulante como estaba acostumbrado verlo su hijo.

Será mejor aclarar algunas cosas con el pimpollito.

―Déjeme ayudarla Ajumma ― Se ofreció a cargar con el bolso de su jefa, ya que recordó que recientemente le estuvo comentado sobre sus pequeños dolores de espalda. Sí claramente debe decidir qué hacer antes que Kai suelte algo totalmente fuera de lugar con fin de hacerlo enojar.

―Gracias Soobin-sshi, siempre servicial — Una sonrisa apenada se instaló en la boca del pelinegro mientras que un ceño exageradamente fruncido hacía presencia en el menor de los tres.

¿Soy yo o Choi está más extraño de lo que es?, resonaba en la cabeza de Kai.

Una vez ingresaron al restaurante escogieron una mesa junto a la ventana en una de las esquinas del local, el lugar era bonito, no rebalsaba clase ni tampoco gritaba cochinero, un lugar cómodo y perfecto para un almuerzo tranquilo. El cual Soobin estaba seguro que no tendría cuando su jefa le pidió a su hijo en un susurro que pudo oír desde donde estaba, que se sentara junto a él. Se hubiera reído de la cara de desagrado del chico si la expresión que su jefa usaba no le hubiera pasado el miedo que debía ir para el otro.

Dato: No desobedecer a la señora Sumi.

Con mala cara vio a Kai deslizarse en el asiento para luego hacerlo él después.

Su perfil es lindo...

¿Por qué me mira la nariz?, ¿Tendré un moco? Y si lo tengo, que le importa, ¿Se lo quiere comer acaso?.

Ante su último pensamiento estuvo tentado en romper a carcajadas, pero si lo hacía iba a quedar como un loco ante Soobin, y no pensaba permitir eso.

Se dispuso a observar por la ventana. Las calles atolondradas de gente, con cada quien en su mundo estresado por sus cosas; Los carros tratando de pasar sin atropellar a la muchedumbre que se salta los semáforos en rojo solo por falta de paciencia, ¿Que les costaba esperar un minuto?, Un minuto que podría salvar sus vidas; Le sorprendía la manera en como ignoraban a los pequeños artistas callejeros que trataban de hacer conocer su visión de arte al resto, lamentablemente el resto estaba ciego, sordo y mudo. Al regresar su vista al frente donde se suponía que debía estar su madre se sorprendió al encontrarlo vació, giró en dirección a Soobin quien solo dijo "baño" mientras jugaba con sus dedos y relamía sus labios, como pensando en algo, como decidiendo si hacer algo.

Estuvo por preguntar, su naturaleza de curioso había salido a flote y lo habría hecho de no ser porque una voz grave resonó.

―Sé que no te caigo bien y tú no eres mi persona favorita en el mundo tampoco, pero necesito que... Yo... Mmm que me hagas un favor. ¡No es nada malo!, Solo ¿Podemos hablar de esto después de almorzar? ― Y desvió la mirada hacía quien sabe que parte del restaurante sintiéndose levemente avergonzado.

¿Dónde está la cámara escondida?, ¿Esto es parte de un reality?, ¿Choi Soobin enserio me acaba de pedir algo y se avergüenza de eso?.

―Choi, sé que me quieres tomar por tonto y no me parece gracioso que me quieras ve la cara de payaso por q-

—Dios, no es eso. Enserio necesito hablar contigo-dijo ya estresado ―Le tengo mucho respeto a tú madre, Kai. Y sé que ella estaba deseando presentarnos lo cual no es necesario, pero solo te estoy pidiendo que hablemos como dos personas civilizadas que van a llegar a un acuerdo, ¿Te parece?.

―¿Acuerdo?, ¿De qué hablas?, ¿Quieres negociar algo conmigo o qué?.

―Un acuerdo amigable, ¿Si?, esto es vergonzoso para mí, no lo hagas aún más, ¿Quieres? ― Dios Kai es estresantemente molesto.

―Aigoo~ ¿Estás avergonzado Choi? Aww~ que guapo que se ve así oppa ¡Muy Gu-a-po! ― Se empezó a burlar el menor.

―Huening ― Gruñía entre dientes el contrario, hasta que decidió seguir el juego ―Muchas gracias, capitán, es un honor viniendo de un niño tan~ lindo como tú. ¿Te he dicho lo bien que te ves con aquel uniforme de porrismo?.

—Un par de veces, sí.

Con cada palabra que salía de su boca se iba acercando a Kai como si de un depredador se tratase; Pero el menor no se alejaba, sabía muy bien que lo estaba midiendo. Sus respiraciones se entremezclaban, las miradas quemando tal incendio, una retadora y otra que fulminaba. Un incendió que poco a poco se estaba consumiendo. Ninguno pensaba retirar la mirada hasta que el otro lo hiciera. Un juego eterno al parecer.

Pero llegó Huening Sumi con su extintor para salvarnos de la masacre que crearía tal fuego, ella había estado observando desde que su hijo empezó a burlar a su empleado estrella, ¿Quién diría que se conocieran? y lo más importante de todo, ¿Dónde aprendió su hijo a sostener una mirada tanto tiempo, si cuando lo regañaba solo miraba sus piececitos con el rabo entre piernas?.

Claramente su esposa no debía de enterarse de esto o se quedaba sin empleado, y ella apreciaba demasiado a Soobin.


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