⊹ ָ࣪ capítulo siete.

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Kai no pudo escapar de sus responsabilidades por más que así lo quisiera. Y debido a esa razón, volvió a su semana laboral, terminando el viernes cuando tuvo una junta con sus compañeros del departamento de composición y producción musical.

Llevaban casi dos horas pero no podía quejarse, la charla era fluida y cómoda a pesar de tener a su ex novio en el mismo salón. En fin, no siempre la vida iba a estar de su lado y la presencia del idiota de Hoseok no debería de afectarle en absoluto.

Cuando se decidió la tracklist oficial, suspiró de alivio y se alistó para salir lo más pronto de la agencia. ¿La razón?,  simplemente Soobin le había propuesto salir a tomar algo ligero por sus dos primeras semanas en el departamento. Alegando de que podían volver a las antiguas costumbres.

El Omega había reído al escucharlo decir la razón de la celebración, pero de igual manera aceptó. Hace mucho que no se daba un tiempo para disfrutar y más aún con su mejor amigo. Le debía varias y esa era una que beneficiaba a ambos.

Decidió salir por la puerta principal, el cielo ya estaba oscureciéndose y lo más probable es que debería de ir tal y como estaba al bar que el Alfa le mencionó. Ni modo, la reunión había tardado más de lo que pensó.

―¡Kai!.

Ante el llamado, el castaño quiso que la tierra se lo tragara. ¿Qué quería ahora el bueno para nada de su ex?

Cerró los ojos con fuerza, deteniéndose justamente en la acera de la entrada. El viento revolvió los mechones de su frente, dispersándolos. Respiró profundo al sentirlo más cerca e hizo puños sus manitos al fin tenerlo frente a frente.

―¿Qué quieres?.

Cuestionó con voz neutra y la mirada fija, arqueando una de sus cejas para demostrarle que le disgustaba su cercanía.

Hoseok le sonrió suave.

―Hey, calma, no haré nada malo ― Su tono bromista no logró nada en el Omega ―Solo venía a felicitarte.

Kai entrecerró sus ojitos, frunciendo el ceño ante la tonta respuesta.

―¿Disculpa?.

―Sí, bueno, me refiero a tu composición. Quedó perfecta y obviamente merecía ser el tema principal del álbum.

―Supongo, fue una decisión unánime.

―Por supuesto, todos estuvimos encantados con tu creación ― Dijo con más ánimos ―Eres un Omega que desborda mucho talento.

"¿Y ahora qué? ¿Te aplaudo?" Pensó con fastidio, intentando no bufar por educación.

Ok, Kai no sabía qué más decir, era demasiado incómodo ahora.

―Gracias... ― Vaciló siendo notorio ―Pero tengo demasiado prisa y-

―¿Interrumpo algo?.

El Omega no supo cómo rayos pasó, mas escuchar la voz arisca de Soobin repentinamente, lo hizo sonreír tanto que el mal momento se dispersó.

―¡Soobinnie! ― Saludó, apegándose a él frente a la mirada profunda de Hoseok.

Para el Alfa más alto no era nada novedoso que Kai se comportara así con el pelinegro, después de todo, eran mejores amigos y eso no le afectaba ni preocupaba en nada.

―Hola Soobin-ssi, un gusto verte.

Sonó amable. No obstante, el mencionado quería romperle toda la maldita cara por haber hecho llorar a Kai.

El Omega sintió la tensión en Choi y  cómo apretaba la mandíbula para tener un buen control de su actitud. Boqueó levemente, la sorpresa en su mirada brilló cuando Kai lo tomó de la cintura con firmeza, apegándolo más a su cuerpo.

Hoseok fue ahora quien arrugó el entrecejo, cruzándose de brazos y esperando una explicación de algo que no entendía pero que necesitaba saber.

Por Dios, Kai había sido su Omega por casi más de tres años. Él simplemente no podría olvidarlo tan rápido. ¿O sí?.

―El gusto también es mío, Hoseok ― Sonrió con altanería, dejando un beso en la gordita mejilla del Omega.

―Ustedes...

Dejo su duda al aire, Kai pasó saliva gruesamente.

―¿Es muy notorio, verdad?, Me encantaría contarte nuestra historia más allá de la amistad pero se nos hace muy tarde.

El castaño estaba más que perdido, dejándose tomar de la mano por Soobin para empezar a caminar. Hoseok los miró por un largo rato antes de volver a entrar al edificio.

―¿Qué fue todo eso? ― Inquirió una vez que estuvieron muy lejos, alejándose al instante.

―Mis mejores dotes como actor ― Se encogió de hombros, pero su sonrisa era victoriosa.

―¡Yah! ― Empezó a quejarse ―¿Por qué lo hiciste?.

―Fui tu salvación, el imbécil no iba a dejarte en paz.

―Para tu información, estaba a punto de despedirme y largarme lejos de él ― Replicó.

―Yo facilité las cosas.

―¡Pero le mentiste! ― Alzó los brazos, exclamando frente a él ―Ahora pensará que tú y yo...

Prefirió no seguir, eso también era demasiado raro de tan solo imaginarlo.

―¿Y qué con eso? ― El tono de Soobin fue a la defensiva, brusco y sin ese aspecto dulce con el que le hablaba casi siempre ―¿Te molesta que él se haga ideas con respecto a nosotros dos?, ¿Acaso no estarías con alguien como yo?, ¿Soy demasiado poco?.

La última pregunta salió sin filtro, antes de poder pensarlo mejor siquiera. Se sentía dolido pero no le haría saber. ¿Qué estaba mal con él para que Kai fuera tan indiferente?.

―¡No! ― Agitó sus manos levemente, observándolo con cariño ―Soobinnie, no te pongas así. Jamás dije algo como eso, solo fue algo extraño imaginarlo ― Mordió su labio inferior, temiendo arruinar la situación con sus palabras ―Eres un Alfa increíble y la Omega que quiera estar contigo será muy afortunada. Además, olvídalo. ¿Sí?.

El pelinegro suspiró, su tigre se tranquilizó al sentir las suaves manos del Omega en su rostro.

―Tienes razón, me vale mierda lo que  Hoseok diga o piense ― Le mostró una sonrisa de labios cerrados ―Perdón si te hice pensar en algo que absolutamente no era.

―Yo solo quería despistar las cosas. Vas a quedar en cinta y pensé que era mejor si la idea de que no serías un papá soltero se esparciera.

Kai negó con algo diversión.

―Tú eres otro idiota ― Le regañó, pero el cariño en su voz hacía sentir mejor a Soobin ―No pasa nada con eso. Al contrario, prefiero que nadie sepa sobre la paternidad de mi futuro bebé. No es como si me gustara divulgar información personal de mi vida. Estoy bien de esta forma.

Al Alfa de Soobin no le gustó para nada escuchar aquello. Después de todo, el pecho del tigre se inflaba orgulloso con tan solo pensar en tener a su futura manada en tan bonito y capacitado Omega como lo era Kai.

Sin embargo, no podía objetar cuando al parecer solo iba a ser de ayuda. No debería hacerlo porque accedió a cumplir su palabra.

Una sonrisa con deje de aflicción se dibujó en su rostro.

―¿Al menos podré ser el tío?.

―¡Por supuesto que sí!.

Respondió con rapidez con la emoción abarcando sus preciosas facciones. La molestia ante la reciente y pequeña discusión pareció desaparecer por completo.

―Serás el mejor de todos, Soobin-ah.

―Voy a esforzarme por serlo.

―No necesitas mucho, eres un Alfa tan encantador y dulce que mi futuro cachorro te va a amar.

Soobin lo abrazó, decidiendo no decir nada más. El Omega se dejó mimar, aspirando el aroma ajeno para luego separarse y ambos tomar un taxi para regresar al departamento.

―Supongo que prefieres darte una ducha y cambiarte.

―Así es, eres todo un genio.

―Puedo convertirme en uno para ti ― Bromeó, ambos soltando risitas.

Siguieron conversando de manera amena sobre sus días en el trabajo. Cuando llegaron a su destino, ambos se dividieron el gasto y subieron con un Soobin infantil que estuvo enlazado al brazo del Omega todo el rato.

Se turnaron para ingresar al baño, el Alfa primero porque le ganó en el confiable piedra, papel o tijera, un juego típico que usaban cuando no sabían decidirse.

―¡Puedes entrar ya! ― Avisó, saliendo a los quince minutos con solo una toalla enredada a su cadera.

Quizás era una táctica sucia a la que el tigre estaba recurriendo. No obstante, quería que Kai lo viera no como su mejor amigo, sino como el verdadero Alfa que es en cualquier ámbito de su vida.

El Omega salió perezosamente de su habitación, quedándose quieto a los segundos que notó el cuerpo semidesnudo de Soobin no muy lejos de él.

Su gatito alzó la naricita, empezando a oler con más cautela las feromonas del depredador Alfa que era por naturaleza.

―Ah, g-gracias ― Pretendió quitar la vista que sin querer había dejado en el perfecto abdomen marcado.

Las gotas resbalaban lentamente por la piel blanquecina, haciendo a su Omega querer restregarse en busca de contacto. Agitó su cabeza en negación a sus instintos, corriendo para entrar al baño con suma rapidez.

Soobin sonrió ladino, con picardía. Admirando su apariencia física en el espejo de cuerpo completo que yacía colgado en su recámara.

―¿Debería de retomar con más intensidad mis entrenamientos? ― Se cuestionó así mismo, flexionando su brazo derecho para ver sus bíceps ―Yo creo que sí.

Relamió sus labios, tal vez la noche sería algo larga.

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