❪𝗢𝟳❫ ; 𝗯𝘂𝗿𝘀𝘁𝗶𝗻𝗴 𝘁𝗵𝗲 𝗯𝘂𝗯𝗯𝗹𝗲.

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CAPÍTULO SIETE;
EXPLORANDO LA BURBUJA
❛concéntrate en ganar❜

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Si no cumplen la meta, ¡no se actualiza hasta que sea cumplida!❌
Y si, hablo por ustedes, lectores fantasmas. Dejen su voto y así sea un comentario para que tengan capitulo nuevo.🐣

┍━━━━╝✹╚━━━━┑
©Shanxlabyx
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—¿YA NOS PUEDES DECIR QUIEN ERA ESE CHICO tan lindo de Shiketsu?

—¿Por qué quieres saber?

—Mm... No lo sé. —hace un gesto pensativo, tomándose el mentón—. Debe ser porque parece que te conoce, y que ustedes tenían algo y aparte TE DIO UN BESO.

Hatsulin resopló de manera sonora, dejando una ligera sonrisa de lado mientras negaba con la cabeza. Aunque de cierta manera se veía relajada, como si no le estuviera prestando atención a la situación, por dentro estaba teniendo lo similar a una crisis existencial; justamente Ankoku Anzai, tenía que aparecerse ese día. Tenía que estar concentrada, y conociéndose, no iba a estar lo suficientemente concentrada sabiendo que está por ahí.

❛Justo cuando tengo que tener mi atención en algo, y aparece él pensó haciendo un pequeño puchero, cepillando con sus dedos su cabello rojizo hecho en una coleta alta, jugando un poco con los dos mechones que siempre se escapaban a cada lado de su rostro, como una manera de calmar su ansiedad.

—¡Al menos dinos quien es! ¡Y no nos vayas a decir su nombre o algo así! —Mina vuelve a quejarse mientras caminaba a su lado, así como las chicas que inevitablemente estaban intrigadas

Hatsulin dejó salir un largo, largo... largo suspiro, cuando escuchó su nueva insistencia. Se sobó la frente como se le hubieran dando algún golpecito, pero la verdad era algo más mental que cualquier cosa. Miró a sus lados notando como algunos de sus demás compañeros tenían sus ojos puestos en ella; así como Kirishima, Denki, Sero... Negó con la cabeza, sabía que algunos les intrigaba el hecho de que conociera a aquel tal «problema de élite».

Tenía que decirlo en algún momento, eso lo reconocía. Al menos no era algo tan boom como lo que sería de Nakano, algo más cotidiano y hasta normal. Así que, resignada, dejó su cabeza caer hacia atrás mientras dejaba salir un suspiro para luego dejar salir una pequeña risa.

—Ankoku Anzai fue y es un problema para mi, de muchas maneras. No quiero hablar mucho de él porque quiero concentrarme, pero ya que. —dice ella un poco resignada, cruzándose de brazos—. Mi ex.

—¿Dónde? —dice Uraraka con espanto, mirando de inmediato a su alrededor.

—No. —deja salir de nuevo una risa—. Que él es mi ex. Ankoku Anzai, él es-

—TÚ EX. —repitió Mina de manera espantada provocando que varias miradas se posaran sobre ellas. Hatsulin se encogió un poco en su lugar.

—Si. No te pongas a gritarlo que despues él está por ahí y comenzara a molestar como un mosquito. —la regaña mientras le daba un golpe con el costado de su mano.

—Pero nosotros te vamos a molestar. —dice Denki detrás de ella, sobresaltándola cuando él tomó su mano y la apoyó en su frente de manera dramatica—. ¿Cómo es posible que me hayas hecho esto? TÚ, reuniéndote con tú ex, cuando me tienes a mi.—cubre su cara, fingiendo llorar.

—Y ya empezó. —se queja Kyōka jugando con los conectores de sus oídos.

—La verdad yo no... Ah. —suspira con resignación mientras miraba a su alrededor casi con cautela, tratando de distinguirlo, aunque ver como quien sabrá que cantidad de personas con trajes de héroes se lo dificultaba.

¿Cual será su traje? Eso era lo más dificil de saber, sobre todo cuando habían grandulones de dos metros -y el hecho de su pequeña estatura tampoco la ayudaba-, trajes extravagantes y entre otros. No sabía que tanta cantidad de aspirantes habían allí, así que suspiró con un poco de pesadez, volviendo a revolverse el cabello. Incluso se dio un par de palmaditas en las mejillas, tratando de espabilarse.

Debía pensar que él sólo era un problema en ese examen, en el sentido que sabía muy bien que era un maldito élite, uno de los recomendados para la U.A. y entre otras cosas. Tenía un quirk inquietante e impresionante, así que si hacían alguna prueba de peleas de quirks o algo así, debía estar muy atenta. Claro, todos sus compañeros debían estarlo; era un rival problemático.

—Bueno, hagamos lo de la licencia. —sale de sus pensamientos cuando escucha aquella voz vaga y perezosa, viendo a un ojeroso hombre trajeado—. Soy Mera, de la Comisión de Seguridad Pública de Héroes. Me gusta el sueño REM. Mucho gusto... —dice con voz lenta y suave, dejando caer su cabeza momentaneamente hacia abajo—. Con esa convicción, les daré su orientación.

❛Que cansado se ve... También me da cansancio a mi piensa Hatsulin con su mirada achinada hacia él y la manera en la que se tambaleaba del mismo sueño que cargaba encima. Asintió para si misma, pensando en el hecho de que entendía como era que se sentía, aunque sus compañeros lo veían un poco desconcertados al ver que no hacía nada para ocultar un poco su cansancio.

Mara apoya su mano contra su rostro, dejando salir un largo suspiro. —El contenido del asunto ese de la licencia. Los 1,540 participantes tendrán que ganar un ejercio libre.

—¿En serio? Eso no es mucho. —murmura Sero con cierta desconfianza, Hatsulin bostezó un poco contagiada por el cansancio que aque trabajador de la Comisión de Seguridad de Héroes expresaba.

—No se confien. Por algo mi hermano tuvo que repetir dos veces el examen para conseguir su licencia. —dice con bastante tranquilidad, haciendo que más de uno se tensara por esa posibilidad.

—Dicen que nuestra sociedad está saturada de héores. —dice Mara, con su cabeza casi pegada contra el mesón—. Y desde el arresto de Stain y la captura de Shadow, muchos tienen dudas de su estado actual.

Una pequeña mueca aparece en los labios de Hatsulin ante la mención de aquel... asesino de héroes. Desde que había hablado con Senshi, ya no tenía corazón de mirarlo igual; claro, había lastimado mucha gente, realmente se había manchado las manos, pero... Saber que él tenía aquella disposición de incluso salvar a las personas, de salvar a Senshi la dejó con mucho que pensar.

Suspiró, tratando de despejar sus pensamientos y no entrar en aquella etapa de sobrepensamiento que siempre tenía, sobre todo cuando se encontraba algo inquieta. Aunque todo lo que tuviera que ver con Ichirō Senshi y su pasado siempre rondaba una y otra vez en su mente, así que no es como si pudiera hacer algo.

—Bueno, como ciudadano privado, no importa la motivación. —continúa, alzando su rostro aún con aquella mueca cansada—. Decirle a alguien que arriesgue su vida por otro sin compensación es... La historia cruel de esta época moderna. Pero bueno, sea por compensación, lealtad o valor, el resultado de muchos héroes trabajando para ayudar a la gente y vencer villanos es que ahora, el tiempo desde que ocurre un incidente hasta que se resuelve es tan corto que me enferma. Todos recibiran su Licencia Provisional y se lanzarán a esa vorágine. Los que no aguanten esa velocidad, la pasarán mal. —declara con un suspiro, alzando su mirada con más seguridad—. Así que probemos esa velocidad.

Al momento que dijo esas palabras, la gran pantalla que estaba a sus espaldas se encendió, en donde todos observaron las palabras; Número para aprobar la prueba: Cien. De inmediato la tensión y los nervios comenzaron a invadirlos, Hatsulin no fue la única, en donde su mandibula se endureció y mostró una mirada un poco más seria que antes.

Así que de eso hablaba su hermano. La cantidad de estudiantes que aprueben era muy limitada, sobre todo tomando en cuenta que eran más de mil personas.

Esto si iba a estar jodidamente dificil.

—Los primero cien en cumplir los requisistos aprobaran.

Los murmuros comenzaron a hacerse escuchar, palabras preocupadas y casi reclamos de porque era tan pequeño el número tomando en cuenta la cantidad de personas que estaban tomando el examen. Hatsulin miraba de manera fija y casi penentrante el numero Cien en grande de la pantalla, volviendo a leer de manera rápida y entendiendo que; no todos iban a aprobar.

—Hay 1,540 tomando el examen. —dijo Yaoyorozu con preocupación y casi miedo—. ¿No dijeron que la mitad aprobaria?

—Osea, que aprobara menos del uno por ciento. —dice Tsuyu con una mirada igual de nerviosa.

—¡Ahora estoy más nerviosa! —declara Jirō como rato atrás, abrazándose a si misma.

Hatsulin sonríe de manera un poco irónica, mientras llevaba una de sus manos a su flequillo y se lo echaba hacia atrás, dejando ver aún más la expresión casi impasible aunque algo tensa con más claridad, en donde una de sus cejas comenzó a temblar en aquel pequeño tic nervioso de tantos que ya tenía. Sus manos se habían comenzado a calentar al sentir una mezcla de sentimientos recorrerla. Esto iba a estar dificil.

—Que problema... —murmuró ella sin dejar de sonreir.

—Bueno, pasaron muchas cosas en el mundo, y pues está la suerte, y eso. —vuelve a decir Mara mientras se levantaba de su lugar, sacando una clase de sensor y una pelota—. En fin, estos son los requisitos; se pondrán en su cuerpo tres de esos objetivos. Pueden ser donde sea, mientras estén a la vista. No pueden ser en las axilas o en las plantas de los pies. También tendrán seis de estas bolas. Los objetivos se iluminaran cuando los golpeen con estas bolas, y si encienden los tres, están fuera. Contaran como derrota si encienden su tercer objetivo. —decía, en donde en la pantalla daban ejemplos de lo que tenían que hacer—. Pasaran de ronda venciendo a dos personas. Esas son las reglas.

❛Es como jugar a quemados, pero donde hay que golpear al objetivo con las pelotas tres veces en una parte en especificopensaba Hatsulin mientras miraba unos segundos la pantalla, ladeando la cabeza mientras enumeraba las reglas y al mismo tiempo buscaba alguna extrategia para poder vencer a esas personas, pero suspiró. Seguían siendo personas a las que no le conocía al quirk, así que sería más que complicado.

Oh, pero no era imposible. Claro que estaba la presión de que una pequeña cantidad de personas iba a poder aprobar al lado de la gran cantidad que estaba presente, pero no era imposible lograrlo.

Si, usa las palabras de Hitōshi y no te hundas en tus propios nervios.

—Bueno... —el trabajador vuelve a levantarse por completo mientras personas trajeadas se acercaban a todos los estudiantes con cajas en sus manos—. Al abrir, les daremos las bolas y los objetivos y empezaremos un minuto despues de llegar a todos.

—¿Abrir? —murmuró Shōto, y casi de inmediato se escuchó un estruendo en toda la sala.

El techo comenzó a abrirse a ojos de todos los aspírantes a héroes, la mayoría mostrando shock y sorpresa cuando dislumbraron el cielo azul del exterior, aunque más fue la sorpresa cuando vieron a su alrededor y habían alguna clase de terrenos específicos, hasta lo que parecía ser una mini ciudad con edificios y todo, un puente elevado, una cascada. Todos estaban impactados.

Los murmuros de sorpresa no se hicieron esperar al ver a su alrededor, y a pesar de que de por sí la cantidad de personas era erxurbitante, todos quedaron pequeños en ese lugar.

—Todos deben tener terreno que les guste o no. —decía Mara aún en el microfono para que todos lo escucharan—. Usen sus quirks bien y esfuércense

—¿Alguien más se pregunta como es que terminamos aquí? —murmuró Hatsulin con una pequeña sonrisa de lado, viendo a su alrededor. Okey, le gustaba; más libertad.

—Arreglamos que el terreno se anunciara así. Pero es innecesario. —Mara vuelve a decir, estampando su mano contra su frente, quejándose del enorme sueño que cargaba encima.

Casi de inmediato los estudiantes de distintas escuelas comenzaron a dispersarser mientras corrían, muchos entusiasmados, algunos nerviosos. Claro, la tensión de alguna manera continuaba en el aire, porque para las otras escuelas eran sus obetivos; de alguna manera era como el juego del gato y el ratón; todas las demás escuelas eran los gatos y ellos eran los ratones.

De alguna manera, pero ratones que serían dificiles de atrapar. Eso pensaba y creía Hatsulin, sabía de buena mano que todos sus compañeros eran fuertes e inteligentes, no se dejarían derrotar tan fácil, así que no se preocupaba.

No del todo...

—¡Chicos, no se separen! —exclamó Midoriya sobre todo el grupo, quienes se detuvieron a verlo—. ¡Actuemos en grupo!

—No fastidies. No es una excursión. —respondió Bakugō casi de inmediato, girándose y comenzando a caminar lejos.

—¡Idiota, espera! —se quejó Kirishima, comenzando a ir rápidamente detrás de él.

—¡Kacchan!

—¡Kirishima-kun! —llamó de igual manera Iida al ver al pelirrojo ir detrás de él.

La pelirroja resopló con ligereza, moviendo un cabello que estaba atravesado en su vista cuando vio al rubio moverse rápidamente seguro para buscar objetivos o al menos un terreno beneficioso para ellos. Era dificil, porque la enorme desventaja que todos tenían era que no conocían el quirk de las demás escuelas, pero todos si sabían de ellos.

Bueno, ella al menos tenía idea del quirk de una persona, y la preocupaba a pesar de todo.

—Yo estaré bien solo. —todos voltearon a mirar a Shōto, quien comenzó a caminar lejos de ellos—. Es dificil usar mi poder en grupo.

Al oir sus palabras torció sus labios un poco, bajando su mirada a su mano derecha que, a pesar de los cambios de su traje de heroína, seguían teniendo aquel diseño de guantes sin dedos, llegando a ver la piel de sus falanges. Escuchaba como comenzaron a llamar a su primo que había comenzado a caminar con calma lejos de ellos, sin retroceder debido a que de cierta manera su don si era complicado de usar con tantas personas alrededor.

Lo entendía, porque su quirk también era así. Necesitaba terreno, lo suficiente para poder emboscar a sus contrincantes y no lastimar a sus compañeros.

Bueno, estaba acostumbrada a trabajar por su lado. Además, necesitaba y quería estar sola, así que, imitando a sus compañeros y con quien compartía lazos de sangre, se giró y comenzó a encaminarse un poco, buscando alguno de los tantos terrenos para poder moverse bien.

—Bueno, yo también me iré por mi lado por ahora, compañeros. —canturreó cuando vio un terreno de fábrica, sonrió un poco.

—¡Hatsu-chan, ¿tú también?! —lloriquea Uraraka con nervios al verla comenzar a alejarse de ellos.

Hatsulin se gira y les da una pequeña sonrisa, obserando las miradas incredulas y casi suplicantes en sus ojos; comprendía los nervios de todos, ya que querían que cada uno de ellos pasaran juntos el examen, y entendía que quizás no sería tan factible separarse tomando en cuenta que lo más probable es que todos se les fueran encima. Pero consideraba también las posibilidades, y el quedarse con ellos y terminar lastimándolos sin querer con su don era una de ellas.

—Digo lo mismo que Shōto. Mi quirk es dificil para usar en grupo, a menos que quieran ser pollos rostizados. —bromea mientras caminaba de espaldas, haciendo el gesto de amor y paz, guiñándoles el ojo—. ¡Tranquilos, aunque no esté con ustedes, les cuidaré la espalda!

Se iba a girar nuevamente para poder rápidamente hacia allá, algo la hizo detenerse casi al segundo, en donde se quedó observando su sombra por varios segundos.

—Oh, se me olvidó decirles algo. —todos la voltean a mirar, observando su pequeña distancia, pero en donde fácilmente vieron como su expresión se volvió seria—. Estén muy atentos a cualquier sombra que tengan cerca.

Con eso en sus mentes, observaron como la espalda de Hatsulin comenzó a alejarse cuando comenzó a correr con una velocidad casi irreal, pero ella estaba entrenada de una manera que incluso desconocía, pero al mismo tiempo admiraba. Su expresión fue perdida en todo ese momento apenas se adentró a aquel terreno, frunciendo más el ceño mientras su mirada se oscurecía.

❛Que su maldita sombra me persiga lo que quiera, con tal y ellos estuvieran bienfue el pensamiento que se llevó consigo, agudizando sus ojos lista para cualquier cosa.

SUS PASOS ERAN CALMADOS MIENTRAS AVANZABA, EN DONDE SU cabellera en aquella coleta alta se movía de izquierda a derecha conforme avanzaba. Se le hacía un poco extraño que por las estructuras que se encaminaba no hubiera nadie en particular, estaba incluso demasiado silencioso para su gusto. Giró sobre su propio eje, colocando sus manos sobre su cintura.

Se concentró lo suficiente, quedándose en medio de barras y tubos de hierro, tocándolas ligeramente con sus dedos para golpearlas con este mismo, provocando un ligero sonido y como la barra vibraba. Se fijó meticulosamente hacia donde iba esa vibración, notando como hasta cierto punto se detuvo, haciéndola ladear la cabeza.

Sin embargo, su atención fue a sus propios pies cuando sintió un ligero temblor debajo de estos, frunciendo el ceño con un poco de confusión. Lo primero que se le vino a la mente fue un terremoto, aunque tomando en cuenta las circustancias podría ser cualquier quirk; algo en ella se encendió apenas se dio de cuenta que era de la dirección en donde estaban sus compañeros, rápidamente encaminándose hacia allí.

—AH-. —su gritó se cortó cuando vio algo viscoso caer enfrente de ella, deteniéndose inmediatamente y sobresaltándose al verlo. Sus labios hicieron una mueca—. Ew, mocos.

—¡No son mocos, es slime!

Continuó mirando hacia aquella red de lo que escuchó habia sido slime, dejando salir un enorme y largo suspiro cuando volteó a mirar a la persona que estaba viéndola con reproche; con un traje de héroe algo revelador, una chica. No, eran más, fue paseando la mirada a su alrededor y poco a poco vio varias sombras casi encima de ella viéndola de manera intimidante.

Inclinó su cabeza hacia un lado, cruzando sus brazos. Contó poco a poco las personas que tenía a la vista, y quienes no estaban a la vista, aunque no flaqueó ni un momento a pesar de la cantidad que había.

Por fin aprobó alguien... —escuchó en los parlantes del todo lugar la voz adormilada de Mara, haciéndola mirar hacia la nada, pero casi de inmediato se escuchó como gritaba sorprendido—. ¿¡QUÉ!? ¿¡Elimino a ciento veinte!? ¡Uno sólo aprobó eliminando ciento veinte! —exclamó casi en shock—. Eh, bueno, me sorprendió tanto que me despertó. Parece que seguirán viniendo. Esfuércense lo más rápido posible.

Su ceño no tardó en fruncirse al escuchar eso, aunque no evitó alzar una de sus cejas de manera interesada por quien sea que haya sido la persona que haya derrotado a tantas personas en un sólo instante. Era realmente sorprendente los dones que podrían haber a su alrededor, aunque era claro; más de uno podría tener un don de élite, como ella misma podría llamarlos. Era casi envidiable.

—¡Oye, prestanos atención! —volvieron a chitar en su contra en donde ella sólo miraba hacia la nada de manera pensativa, casi perdida—. Tks, como sea. ¡Este examen no son para personas que no lo toman en serio!

La ceja izquierda de la pelirroja tuvo un pequeño tic al escuchar esas palabras, recordándose a si misma en medio de una crisis existencial sobre que no iba a poder lograrlo, y al mismo tiempo que eran las cosas que iba a tener que hacer para poder lograrlo. Repentinamente, una clase de hilos de manera amotonada la rodearon, dejándola inmovil, claro, abriéndose en las partes donde había colocado sus objetivos, uno en su pierna, en su abdomen y en su pecho.

—¡Debes tener más seriedad para estas cosas, enana! —exclamó nuevamente la chica de Slime mientras varios de sus compañeros lanzaron al mismo tiempo las pelotas.

Aquellas esferas rojizas fueron rápidamente hacia donde estaba ella, en donde Hatsulin no hacía más que mirarlos de manera atenta, hasta, que casi al último segundo, la comisura de sus labios se alzó en una sonrisa, donde un par de flamas se alzaron en la zona de su rostro. Y repentinamente, fue rodeada por una fuerte rafaga de fuego que detuvo casi de inmediato aquellos proyectiles, sobresaltándolos, aunque más fue al susto cuando las llamas de golpe se espandieron por todo su alrededor.

—ESTÁ LOCA. —exlamó uno de ellos mientras trataba de correr, pero rápidamente era bloqueado por las mismas flamas.

—¡Nos va a hacer cenizas! —lloriqueaba uno mientras se cubría cuando las llamas fueron hacia él.

—¡ME QUEMO! —exclamaba uno de ellos mientras se agarraba la cabeza, aunque, a pesar de sentir un abrumador calor, las llamas a su alrededor no lo tocaban—. Oh, no me quemo.

Sin embargo, dejó salir un quejido al momento que sintió algo salir disparado contra su torso y luego contra su pecho, en donde su compañero miró confundido como de las flamas comenzaban a salir disparadas aquellas pelotas. Parecía que las flamas estuvieran encima de ellos y de cierta manera evitaran tocarlos, era extraño, auque espantoso, sobre todo ver como sus compañeros comenzaron a caer uno por uno.

Los quejidos se escuchaban cuando aquellos proyectiles impactaban en donde sea que tuvieran sus objetivos, en donde a duras penas escuchaban unos rápidos pasos con alguna risita, ya que Hatsulin le divertía un poco los nervios que los invadían al ver a su alrededor. No fue mucho para que las llamas bajaran poco a poco y dejaran ver nuevamente las estructuras de fabrica echando humo, junto con cuerpos tendidos en el suelo.

—Ups. ¿Demasiado calor para ustedes? —las flamas se apaciguaron y fueron desapareciéndose, dejando ver la postura confiada de Hatsulin, quien lanzaba y atrapaba en el aire una de las pelotas—. Ow, no supieron como encontrarme. ¿Qué les pareció mi Hide And Seek Inferno? Un poco arriesgado, pero al menos evite que alguno se quemara. ¿Alguno lastimado?

No recibió más que pequeñas quejas de aquellos estudiante, tanto por dolor como por quejas de haber sidos eliminados. Todos los obejtivos de la enorme cantidad de personas que había presentes se tiñó de luz roja dando a entender que habían sido eliminados, mientras que los objetivos de Hatsulin brillaron en azul.

—Oh, muy bien. Ninguno lastimado. —celebró, dando una sonrisa luego de atrapar la pelota en su palma.

Al fin comenzaron a aprobar, ya vamos con la segunda persona. —la voz de aquel trabajador de la comisión se hizo presente, haciéndola soltar una pequeña risa cuando escuchó su nueva exclamación—. ¿Veinticuatro personas? Parece que acaba de eliminar a un salón entero en menos de dos minutos... Recuerden que con dos personas son suficiente. No es una competencia de quien acaba más personas al mismo tiempo.

La pelirroja no supo si reir ante sus palabras, dejando salir un pequeño suspiro al pensar que no fue impresionante como el estudiante que había acabado con más de cien en un santiamén, aunque estaba bien con eso. Tal como había dicho aquel señor que parecía que no había logrado dormir bien con dos personas eliminadas era suficiente para aprobar, pero quizás la emoción la hizo dejarse llevar.

La emoción... ¿cuanto tiempo había pasado desde la última vez que se dejó llevar por la emoción? No la recordaba.

Los que aprobaron vayan al cuarto de espera. —miró un poco sorprendida hacia su pecho al escuchar como aquello objetivos habían hablado de manera robótica.

—Oh, okey. ¿Habrá café? —toca su material con su dedo mientras le daba la espalda a las personas que había eliminado. No recibió respuesta del aparato—. Ojala haya café.

—OH, PERO HAY MUCHA MÁS COMIDA ACÁ. —SUS ORBES azules estaban fijos en el enorme mesón con comida encima, ya sea dulces, onigiris, mochis, galletas, bebidas y un montón de cosas más.

Ya había llegado a la sala de espera, y para no su mucha sorpresa casi no había nadie. Habían ya un par de personas, sabiendo que ya habían aprobado y habían llegado más rápido al lugar con ella, en donde se había dado su tiempo para llegar. Tenía que guardar fuerzas, porque sabía que aún faltaban más pruebas por cumplir y no podía darse su lujo de sobreexplotarse si llegaba otro tipo de prueba pero donde tengan que usar sus quirks.

Quedó momentaneamente acalorada por haber usado uno de sus movimientos especiales; Hide And Seek Inferno era un movimiento especial algo... sencillo, si podría decirse: consistía en donde ella cubría todo el lugar de fuego y ella se trasladaba entre las flamas sin que se dieran de cuenta o se les dificultara encontrarla. Fue un poco trabajoso mantenerlo debido a que tenía que encargarse que no se enloqueciera y terminara por quemar a sus oponentes

—Pues ninguno parecía herido. —busca con la mirada algo que le llamara la atención. Se fijó en un plato con lo que parecían ser mochis verdes. Tomó uno de ellos—. Aunque tampoco soy tan tonta como para hacer eso sabiendo el riesgo...

Mira por unos momentos el mochi de un color verde agua, inspeccionándolo con la mirada preguntándose de que sabor sería. Lo llevó a su boca, dándole un ligero mordisco mientras saboreaba, sintiendo un sabor suave, dulzón y fresco; abrió sus ojos en grande al darse de cuenta de su relleno, era de menta. Dio otro mordisco pensativa, frunciendo el ceño.

—Mentira, tal vez lastimé a alguno. —se queja mientras se quedaba mirando otra vez el mochi—. Pero no dijeron nada... No seas tonta, por supuesto que lo hiciste. Siempre lo haces... Aunque...

—Hablas sola. —se atoró con el mochi de menta al escuchar aquella voz detrás de ella, volteándose con rapidez.

—¡S-Shōto! —exclamó a duras penas de manera sorprendida, volviendo a toser. El heterocromático se quedó mirándola como se golpeaba el pecho con su puño hasta respirar mejor—. ¡Shōto, me asustaste!

El medio albino parpadea un par de veces viendo como tenía la boca con polvillo verde y probablemente azucarado del mochi, siendo de un color verdoso claro. Quiso decir algo de verla llena de azucar pero se abstuvo a sólo agachar la mirada, un poco avergonzado al haberla asustado de aquella manera al punto de casi hacerla ahogarse.

—Lo siento.

—Dios, a veces puedes ser silencioso cuando quieres. —se apoya en uno de sus brazos mientras suspiraba un poco más tranquila. Le tomó unos segundos procesar hasta verlo con una sonrsisa—. ¡Pasaste! —dice de manera feliz al darse de cuenta que estaba en la sala de espera, que significaba que había logrado superar la prueba.

—Tú también lo pasaste. ¿Acaso fuiste la seg- —se queda sin aire momentaneamente cuando ella lo abrazó repentinamente, quedándose quieto al sentir su cabeza contra su pecho.

—¡Me alegra mucho que pasaras la primera prueba! Sabía que lo ibas a hacer. —decía de manera emocionada, agitándolo de un lado a otro.

El bicolor se queda paralizado por varios segundos, sintiendo su natural calidez chocar contra su cuerpo, en donde no lo sentía demasiado en su lado izquierdo, pero si lo distinguía más en su lado derecho. Agachó la mirada hacia su cabellera rojiza con un poco de perprejidad, aún sintiéndose desconcertado por su manera de demostrar cariño.

Pero, algo en él se relajó al sentirla tan feliz de aquel logro, a pesar de que ni siquiera había logrado el verdadero desafio y el verdadero objetivo que era tener su licencia de héroe en mano. Pero le gustó, le gustaba como de alguna manera aún tenía su energía encima; suavizó un poco la mirada, dejando que la abrazara todo lo que quisiera.

—No me felicites todavía. Aún no tengo mi licencia. —dice con aquel tono monótono con el que tanto se caracterizaba.

—No me importa.

Shōto dejó salir un pequeño suspiro, sintiendo como su pequeña aunque curvilinea figura contra la de él. Se quedó quieto por algunos segundos, disfrutando su abrazo aunque no correspondiéndole ya que, a pesar de su acttud cariñosa hacia él, aún así no estaba del todo acostumbrado, pero aún así dejaba que lo abrazara todo lo que quisiera.

Le gustaba ser abrazado.

—¡Oh! Esto me hizo acordar... —el minuto de abrazo de Hatsulin se acabó cuando ella se apartó, aún teniendo sus manos en sus brazos. Tocó con sus dedos los objetivos aún en su traje—. En la parte de atrás se encuentra la llave para quitarte estas cosas y dejar las pelotas esas.

Shōto asintió, mirándose a si mismo unos segundos cuando ella dejó de abrazarlo. Dijo un «ya vuelvo» y se comenzó a encaminar hacia donde ella le indicó con el dedo al no entender que quiso decir con parte de atrás, así que Hatsulin volvió a girar hacia donde estaba el plato con aquellos ricos mochis de menta. Sabía que Uraraka estaría loca queriendo probarlos, era una amante de los mochis.

Sonrió mientras agarraba otro de estos, llenándose de polvo azucarado los dedos para volver a llevarselo a la boca, tarareando un poco. Sentía que su estomago estaba pidiendo comida a gritos, aunque fuera sólo simples dulces. Aquella parte amante de los dulces continuaba viva en ella, pero aún así estaba pidiendo comida de sal por mucho que estos dulces estaban más que ricos.

Su mirada se deslizó silenciosa y discretamente hacia donde estaban unos onigiris cerca de ella, casi brillando y llamándola para que los tomara. Su estomago gruñó con tanta fuerza que hasta le dolió, suspirando por la nariz como si controlara caer en la tentación. Pero, limpiándose la mano contra su traje, fue extendiendo su mano para tomar el onigiri. Se sobresaltó un poco cuando, al momento de tomarlo y mirarlo con atención, un pequeño animalito apareció entre pequeños saltos. Quedó con el onigiri de camino a su boca, con sus ojos fijos en aquel animal de pelaje negro y ojos brillantes; un conejo. Suavizó su rostro y sonrió enternecida.

—Oh, que lind... —se quedó callada por unos segundos al mirarla por algunos segundos, observando como movía su pomposa colita de un lado a otro. Su posición de acariciarla se detuvo por completo.

Se quedó mirando a aquel conejito negro que la veía con ojos brillantes, que no se esperó el momento en donde ella alzó su mano y repentinamente lo aplastó con fuerza contra el mesón, provocando un fuerte sonido. Los pocos estudiantes que estaban a su alrededor miraron espantados como había aplastado algo y quedaba algo parecido a una viscocidad negra en la mesa.

—Nooo. ¿Que hiciste? —como lo pensaba escuchó esa jodida voz a sus espaldas, haciéndola colocar los ojos en blanco—. La mataste. Asesina.

Se fue girando con lentidud para encontrarse la alta figura de Anzai viendo con un poco de dramatismo hacia donde estaba su querido conejo, porque si, era de él, o algo por el estilo. La ceja de Hatsulin tembló mientras su expresión se mantenía fría, casi con cansancio.

—Lo hice sin pudor porque sabía que no era de verdad. Además, era mucho más pequeño que un conejo de verdad y parecía de juguete. —señaló, cruzándose de brazos. Claro, se miró al momento que recordó el onigiri, acomodando sus brazos mejor.

—Bueno, tienes razón. —sonrió observando como nuevamente aquel líquido comenzaba a tener la forma de un conejo, el cual saltitos hacia donde estaba él, tendiéndole la mano y dejando que se subiera sobre su palma—. No tuviste pudor a pesar de que tenía la figura de un tierno conejo.

—No tuve pudor porque sabía que lo habías hecho tú.

—Ow, que mala. —hace un pequeño puchero—. Me lastimas mi corazón, y tanto que te gustaban esos animalitos.

Hatsulin rodeó sus ojs mientras seguía con la mirada como aquel conejito se deshacía entre sombras en sus dedos. Miró por unos segundos su traje de héroe; pantalones algo holgados de un color oscuro, botas negras con detalles amarillos a los costados, al parecer tenía guantes negros de cuerina o algo por el estilo, aunque si se fijó en la camiseta negra de cuello algo y mangas cortas con un ligero bordado dorado, era bastante ceñida... al cuerpo. No. Respiró con fuerza y agitó su cabeza, mirándolo con cierto recelo.

—¿Qué necesitas? —cuestiona, dándole un mordisco al onigiri.

—Saludarte. ¿Acaso no puedo saludar?

—No.

—Que fría.

La pelirroja rodeó disimuladamente sus ojos ante sus palabras mientras le daba la espalda y comenzaba a mironear que más podría robarse de lo que parecía ser un bufet de comida. Veía como poco a poco la gente iba llegando al lugar, de manera lenta y precaria, apenas iban unas quince o veintes personas. Se preguntaba si todos sus... No, idiota. Todos van a pasar.

Hatsulin miraba fijamente hacia la pantalla en donde se veían distintos estudiantes, trató de encontrar a sus compañeros, sonriendo un poco cuando vio a Izuku corriendo por ahí. No podía esperar a ver a todos y cada uno de sus compañeros llegar a ese lugar para poder hablar de la experiencia que cada uno había vivido. Se sintió un poco mal de haberlos dejado solos y alejarse, pero debido a su quirk tampoco los quería cerca porque lo último que quería era lastimarlos. Sabía que todos iban a estar bien por su cuenta.

—¿Qué tal te trata la U.A.? —su expresión volvió a endurecerse cuando volvió a escuchar la voz del pelinegro—. Escuché que se fueron a vivir juntos. Deben haber pasado muchas cosas locas bajo el mismo techo.

—¿Qué es lo que quieres, Ankoku? —cuestionó ya algo harta de la constante insistencia en buscarle charla.

—Oh, ¿qué pasó con el Zai-Zai con el que me llamabas? —hace un pequeño puchero mientras se inclinaba hacia ella y apretaba sus mejillas con cuatro de sus dedos en la izquierda y su pulgar en la derecha, teniendo su mentón sobre su palma. Esa acción provocó que sacara sus labios hacia afuera—. Extraño escuchar tu linda voz decir mi nombre.

—Eres un sucio. —dijo ella de manera apaciguada por tener su rostro así.

—Tú eres la sucia al pensar que lo estoy diciendo en ese sentido. —se burla mientras agachaba su cabeza hacia su altura, moviéndose hasta su oído—. Aunque tampoco estaría mal pensar así, ¿sabes? Siempre me gustó tu voz. —inmediatamente Hatsulin se estremeció de pies a cabeza.

—¿Qué le estás haciendo? —ambos voltean a ver hacia la voz que se hizo presente, en donde Anzai soltó su rostro mientras Hatsulin se sobó las mejillas con mala cara.

—¡Hola...! ¿Shōto-kun, cierto? —lo señala con su dedo anular, el aludido no hizo más que mirarlo de manera penetrante—. ¡Cuanto tiempo sin vernos! ¿Cómo has estado?

Todoroki no hizo más que mirarlo de manera fija desde su lugar, manteniendo la misma mueca llena de seriedad que tanto había heredado de su padre. Hatsulin observó la sonrisa ligera aún plasmada en los labios del apellidado Ankoku y como continuó con su mano extendida hacia él. Se sintió un ambiente realmente tenso e incómodo, en donde su primo no hacía nada para corresponder su amistoso saludo, casi parecía atravesarlo, recordándole mucho a Endeavor. Giró su cabeza de hito a hito, en donde no sabía a quien mirar.

—¿No? —pregunta al ver como lo dejó con la mano extendida. Se rio, alzándola y llevándola a su nuca—. Está bien. No hay rencor, hermano.

—No soy tú hermano.

—Sólo es una forma de fraternidad, hermano. —se burla de su respuesta, extendiendo una de sus manos a uno de los cabellos de la pelirroja quien rápidamente lo manoteó—. Además, en algún momento fuimos casi familia.

—Exactamente. Fuimos.

—Nunca digas nunca.

La mirada de Shōto se entrecerró de manera intimidante, en donde el más alto no se inmutó mucho a pesar de que un pequeño escalofrío lo recorrió de pies a cabeza. Disimuló su sonrisa y se enderezó mientras metía sus manos en los bolsillos de su traje, mirándose de manera fija con el hijo menor de los Todoroki. Hatsulin no hacía más que mirar la escena con el onigiri yendo lentamente a su boca, esperando que iba a suceder.

Sabía muy bien que a Shōto nunca le agradó Anzai y era notable, él no lo ocultaba.

—¡Todoroki-san, Hatsulin-san! —casi como si llegara para salvar la enorme tensión que había en el ambiente, la voz de Yaoyorozu se hizo presente: los tres voltearon a ver hacia donde venía la vicedelegada de la clase—. Ambos aprobaron.

—No esperaba menos. —dice Tsuyu con una sonrisa, hasta ver hacia la alta figura que estaba a un lado de ellos, quedándose en silencio.

—¡Hey!~ —saluda Ankoku con una amigable sonrisa junto con un saludo militar.

—Eres el de hace rato. —decía Shōji con su mirada fija en el chico de Shiketsu.

—Bueno... ¿Han visto a los demás? —cuestiona Jirō con un poco de incomodidad, sobre todo al notar el ambiente algo tenso entre ellos.

—No han venido. —respondió Shōto, paseando sus ojos hacia ellos—. Hatsulin ya estaba aquí cuando llegue. Luego llegaron ustedes. —señala a su primera que había comenzado a trotar para esconderse detrás de Shōji cuando Anzai comenzó a sonreir y acercarse a ella.

—Ya veo. No están. —suspira Shōji, girando su mirada detrás de él en donde la pelirroja comía casi enfurruñada, nuevamente miró hacia donde estaba Anzai—. No sabía que se habían amigado.

—Yo no me amigué con él. —responde Shōto con brusquedad, mirando con cierto fastidio la sonrisa que mostró el de orbes dorados—. Ni siquiera sé porque sigue aquí.

—Igual de grosero que la princesa. —Shōto inmediatamente le lanzó una mirada llena de ácido, no haciendo más que divertirlo. Momo miró algo preocupada aquella interacción, pensando en el hecho de que llevaba tiempo sin ver la expresión que tenía el bicolor en su rostro.

—¡E-Eh! Estabamos todos juntos. —trata de apaciguar rápidamente el ambiente, llamando la atención de su compañero. Buscó disimuladamente a Hatsulin con la mirada queriendo que ayudara—. Pero terminamos dividiendonos por el quirk de alguien de Ketsubutsu.

—Quedan treinta. —ahora es turno de Jirō de hablar, igual de asustada. Hatsulin se asoma ligeramente de su escondite mientras masticaba, observando como Anzai se iba de manera disimulada hacia donde unos compañeros que lo llamaron, observandolo saludar sonriente.

—Espero que puedan aprobar. —ahora es turno de Froppy de hablar. Era más que claro que el hecho de que no muchos de su escuela estuvieran presentes era preocupante.

Hatsulin pudo respirar con un poco más de calma al no tener a aquel chico de cabello negro revoloteando a su alrededor. Observó las expresiones preocupadas de ellos, haciéndola colocar un pequeño puchero en sus labios para luego tratar de colocar una mejor sonrisa mientras los miraba de frente.

—¡Vamos, piensen positivo! Todos van a aprobar. —dijo apretando sus puños de manera entusiasmada—. ¡Ánimo, ánimo! En cualquier momento los tendremos aquí todos juntos. —sus expresiones de volvieron un poco más suaves y sonrientes, contagiados por el animo de la chica, a pesar de la mala cara que tenía al comienzo.

—Tienes la boca llena de azúcar. —dice Shōji.

Un rato pasó casi en un parpadeo, la sala de descanso estaba cada vez mucho más lleno, más voces se hacían presentes en el lugar ante las múltiples personas que ahora estaban presentes. La clase A ya estaba un poco más de la mitad, conversando entre si y comiendo del alimento que les estaban ofreciendo, Momo era una de ellas en donde comía un doomplings junto con Kyōka, conversando con tranquilidad. Aunque algo en el rabillo de su ojo la hizo espabilarse y alzar el rostro, sonriendo al ver a tres de sus compañeros llegar, seguido de más de ellos.

—¡Chicos, me alegra que estén bien! —la exrpesión de Momo se torna sonriente al distinguirlos—. Estaba muy preocupada.

—¡Yaomomo! Estamos bien. —saluda Kaminari de manera cantarina, alzando una de sus manos—. ¡Ustedes fueron rápidos!

—Acabamos de terminar. —aclara Shōji con un poco más de tranquilidad—. Tsubomi y Todoroki fueron los primeros.

—Pensé que Bakugō ya estaría aquí, pero veo que es porque estaba contigo. —Jirō no tarda en señalar, con todo el afán de molestarlo, en donde precisamente el aludido llegó a su lado.

—¿¡Qué!? ¡Deberías corregir eso!

—¿Y Tsubomi? Dijeron que fue una de las primeras en llegar.—cuestiona Kirishima colocando una mano en su cadera.

—Está algo ocupada. —dice Kyōka con un suspiro, señalando con su pulgar hacia donde estaba su compañera de ojos azules. Se quedaron en silencio al verla casi escapar de la alta figura de Anzai que la perseguía de un lado a otro con sus manos en altos, queriendo agarrarla.

—¿Eh? ¿Qué hace? —Kaminari ve extrañado la expresión nerviosa y molesta que tenía la chica de la cicatriz, casi pareciendo la persecusión de unos niños; Anzai sonreía en grande mientras la perseguía.

—No ha dejado de molestar a Hatsu-chan cada que puede, kero. —dice Tsuyu con un pequeño puchero, siguiendo con la mirada a su amiga casi trotar por toda la sala de espera, con Ankoku detrás de ella—. Ha estado así desde hace un rato.

—¿Y por qué la está persiguiendo? —Eijirō vuelve a preguntar.

—No lo sabemos. Comenzó a llamarla y ella casi de inmediato lo evitaba, así fue como comenzó. —suspiró Momo no sabiendo que hacer para ayudarla.

Los recien llegados comenzaron a seguir con la mirada a su compañera prácitamente correr de un lado a otro siendo perseguida por aquel chico de Shiketsu, quizás siendo la primera vez que veían la expresión entre molesta y espantada de la pelirroja. Vaya que no lo quería cerca, fue lo que pensaron alguno de ellos al ver aquella interacción.

—Otra vez ese extra. —masculló Katsuki entre dientes.

—¡Hey, Tsubomi! —ignorando inocentemente la situación, Eijirō alzó su mano con una sonrisa, creyendo que no lo había notado hasta ver como en un segundo comenzó a ir hacia donde estaban ellos.

Varios vieron como pasó entre ellos y terminaba colocándose detrás de ellos, Bakugō fue el que terminó ahogándose con su saliva al momento que sintió sus pequeñas manos aferrarse a él y quedarse con una mirada llena de recelo hacia la dirección en donde había quedado Ankoku con una sonrisa, alzando su mirada para encontrarse con sus ojos dorados. Inmediatamente su cuerpo se encrispó y afiló su mirada, a comparación del azabache que dejó salir una pequeña risa.

—Oh, llegó tú perro a protegerte. —se burló el más alto con una sonrisa socarrona.

—Oh-oh. —murmuró Denki con cierto espanto.

—¿Hah? ¿a quién se supone que llamas perro? —vociferó el rubio con una clara molestia en sus ojos.

—Pues a ti. No veo a nadie más gruñir como tú, perro. —casi de inmediato Katsuki volvió a exclamar con indignación y casi abalanzarse hacia él, Hatsulin lo agarró del brazo aprovechando que ya estaba aferrado a él.

—Esto va a terminar mal... —ahora dijo Tsuyu mientras bebía de un refresco. Uraraka llegó confundida a su lado.

—¿Acaso quieres morir, maldito emo? —chitó gruñendo y temblando del mismo enojo mientras el azabache volvió a reírse en su cara.

—Me veo triste, pero no soy emo. —dijo el azabache con diversión.

—¿Acaso me importa, maldito emo? —volvió a señalar, viéndolo volver a reírse. Se acercó hacia él de manera altanera—. ¿¡Qué mierda es tan gracioso!? ¡Te voy a sacar esa sonrisa de la cara con una explosión!

—Wow. Que intenso. —volvió a burlarse, colocando una mano en su nariz y empujándolo fuera de su espacio personal—. Controla un poco tu mal temperamento, perro rabioso. Guarda esas energías para el examen.

—¡No tengo ningún mal temperamento! —sus puños se apretaron, queriendo lanzarse contra él—. Tú eres el jodido extra molesto que me está provocando. ¡Lárgate!

—Puedo estar donde yo quiera, perro. —volvió a burlarse, sólo provocando que su apodo se diera a relucir cuando Katsuki le bramó con rabia. Se inclinó de lado, observando el cuerpecito de Hatsulin oculto detrás de su cuerpo—. Deberías controlar un poco más a tu noviecito. Ponle una correa de vez en cuanto.

—¿¡De qué estás hablando!? ¡Juro que te voy a matar...!

—Vaya, sé que te llamaba la atención las personas excéntricas, pero no creí que te gustara tener un noviecito violento con problemas de ira. —se mofó dirigiéndose directamente hacia la pelirroja, en donde no hizo más que exaltar al rubio.

—¿¡Qué...!?

—¿Y qué si es así? ¡Te debe importar muy poco con quien esté! —sorprendentemente para la clase A qué estaba presente, Hatsulin elevó su voz, mirándolo desde su lugar con una expresión molesta.

No fue sorpresa para que más de uno de la clase A se sorprendió ante las palabras tan seguras de la pelirroja, no está demás decir que Bakugō se quedó mirando con sus ojos agrandados hacia ella en donde casi se atraganta con su propia saliva. La simple insinuación hizo que todo su cuerpo tuviera un pequeño calambre, quedándose completamente tieso por sólo escuchar e inevitablemente imaginar la posibilidad, mirándola de manera fija y aguantándose de colocarse rojo en ese momento. Escuchó como el chico de Shiketsu musitó un «Uhh...» haciendo que volviera a mirarlo aún con sus ojos abiertos de par en par.

—Ah, ¿entonces es así? —murmura Anzai con una expresión aburrida, provocando que Katsuki volviera a mirarlo aún exaltado. Pudo ver cómo alzó la comisura de sus labios con una sonrisa casi escalofriante y burlona—. Heh, que gracioso.

—¿¡Hah!? —exclamó Bakugō de manera apenas titubeante mientras la chica continuaba agarrada fuertemente a su brazo.

—¿Donde está Mina-chan? ¿¡Dónde está Mina-chan!? —chillaba en silencio Uraraka mientras se abrazaba a Tsuyu, agitándola de un lado a otro.

—Oh, ¿qué sucede? —Izuku apareció en la escena con curiosidad, no entendiendo nada.

Ay, llevaba tiempo que no escribía a Hatsulin decir "ánimo ánimo" 😔

pq siento que duraron menos para cumplir la meta, es por Anzai verdad

La honesta reacción de Anzai:

Meme hecho en el canal de difusión de la cuenta. Vayan a mi perfil y buscan el link que sólo los que están allí tienen el privilegio de ver memes así o adelantos de los próximos capítulos 😽

QUE PUEDO DECIR DEL CAPITULO SJDKDKDKDK pues un poco del punto de vista de Hatsulin al inicio del examen de la licencia provisional

Recuerden que Hatsulin fue una recomendada y con uno de los mejores resultados, ella está mamada 💪🏻

Sé que la mayoría quería ver el capitulo por el pinche Anzai (yo también), sé que muchos tienen intriga respecto a él y ya vieron un poco que se trata simplemente del EX DE HATSULIN. SI, SU EX

Yo he hablado mucho de él (y otros personajes por ahí) en mi canal de difusión y ya varios saben exactamente quien es, pero en teoría él es el ex de Hatsulin. Y para que ella no lo quiera cerca cerca deben darse de cuenta que las cosas no terminaron bien 🐒

Sé que estarán locos por lo que hizo Hatsulin para que él la dejara quieta JSKDKZ

no sé ilusionen.

No, Katsuki y Hatsulin no son pareja en secreto o algo por el estilo. Está claro por la reacción de él que no es así; fue más como un pequeño arranque de nervios de Hatsulin por querer que Anzai dejara de molestarla un poco

(La seguira molestando)

❪📚❫',·curiosity's zone

#Tal como lo vieron en el movimiento especial; hide and seek inferno, Hatsulin puede controlar parcialmente la temperatura de sus flamas. Claro, tiene que tener un enorme control en ellas para hacerla los suficientemente tenues en temperatura pero mantener su tamaño como llamas normales.

#Anzai ya ha sido mencionado antes. Específicamente en el capitulo 74 del primer libro: hit heart. En la escena donde estaban haciendo lo de ver los cuartos de los demás y van a la habitación de Tokoyami; él tenía un llavero y Hatsulin señaló que su ex tenia un llavero así. Incluso, en el apartado «gossip, gossip» se habla de él. De hecho, Anzai aún tiene ese llavero.

#Observen este maravilloso MANIP ambientado en el anterior capitulo, en donde Anzai y Katsuki se hablan por primera vez. Hecho por la bella de -daniix ❤️.

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