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ꜰɪᴇꜱᴛᴀ ᴇɴ ᴍɪᴀᴍɪ ᴅᴇꜱᴘᴜéꜱ ᴅᴇ ʟᴀ ᴄᴀʀʀᴇʀᴀ.

La música se escucha incluso fuera de la discoteca y la gente entra y sale cada dos por tres.

Nada más entrar, veo a todos los pilotos y mecánicos de arriba para abajo con vasos de alcohol en la mano.

Mi vestido rojo se distingue bastante a pesar de las luces que hay por toda la discoteca.

Mientras camino por la discoteca choco por accidente con alguien.

—¡Lo siento!— Exclamo para que la chica me pueda escuchar a pesar de la música que suena de fondo.

—¡No pasa nada!— Me responde la morena con una sonrisa. —¿¡Scarlett!?—

—¿¡Sienna!?— Digo al ver a la piloto delante de mí con una sonrisa.

—¡Por fin te conozco en persona!— Dice y me sorprendo al ver como la chica me abraza. —¡Ven, te presentaré a las demás, vamos!—

Sin darme cuenta, Sienna me lleva corriendo por toda la discoteca hasta llegar a un reservado, donde están todas las demás.

—Chicas, ella es Scarlett Lambent, la ingeniera de Pierre— Me presenta Sienna con todas.

—Un placer a todas— Digo con un poco de timidez.

—¡Sin miedo, mujer!— Exclama una de ellas con una sonrisa. —Ya lo sabías, pero soy Allegra— Se presenta la piloto.

—Yo soy Venecia Ferrari— Se presenta otra chica sentada junto a Allegra. —Soy la directora ejecutiva de la scuderia— Le sonrío a la chica antes de que otra chica se presente.

—Y yo soy Emma Dupont, fotógrafa de Aston Martin— Se presenta la última de ellas con la sonrisa más sincera que he visto nunca.

—Es un placer conoceros a todas, espero llevarme bien con vosotras— Respondo con una sonrisa sin enseñar los dientes.

—¿Y qué podemos saber de ti,
Scarlett?— Pregunta Emma mirándome con curiosidad.

—No hay muchas cosas interesantes. Me críe con mi abuelo en Ruan y siempre lo he ayudado en su taller. Tengo una hermana y un hermano menor y he seguido la Fórmula 1 desde pequeña—

—He oído que arreglaste el coche de Famin en menos de cuatro horas, aunque lo que tenías que hacer se tardaba unas diez horas en arreglar, ¿Es cierto?— Dice Venecia con una pizca de emoción en su mirada.

—Sorpresa...— Respondo afirmando los rumores que ha escuchado la morena.

—¡Es impresionante! Al igual que cuando arreglaste el coche de Pierre y consiguieron el podium!— Exclama Sienna.

Sonrío al ver que todas han estado al día desde que llegue al equipo.

—Iría muy bien una ingeniera así en Ferrari, ¿Verdad?— Dice Venecia sonriendo. —No es que en el equipo haya malos ingenieros, pero siempre está esa o esas personas que no saben ni de lo que hablan... Pero tú sí, ¿Cómo era aquello que le pasaba al coche de
Gasly?—

—Tenía problemas con el termostato, debido a una fuga de refrigerante o que tenía niveles bajos de anticongelante. Solo había que abrir la tapa del radiador y vertir más refrigerante— Respondo.

—¡Tú sí sabes de lo que hablas!— Responde Emma emocionada.

Mientras las chicas y yo hablábamos se nos acercaron un par de pilotos a donde estábamos.

—Scarlett, ellos son Daniel Ricciardo y George Russell— Nos presenta Allegra.

—¿La chica ingeniera?— Pregunta Daniel con una sonrisa.

—No... Solo Scarlett— Respondo riendo por el apodo que me ha puesto.

—Pues un placer, Scarlett— Dice Daniel aun sin quitar su sonrisa.

Finalmente, los chicos se fueron, dejándome de nuevo sola con las chicas, las cuales se comportaron demasiado bien conmigo, se nota que todas son unidas.

Dolor de cabeza... Solo siento eso en estos momentos.

¿Lo último que recuerdo de anoche...? Estar con las demás... Beber y bailar.

Me levanto de la cama y rápidamente me pregunto en que momento he llegado a mi habitación de hotel.

—Tal vez si me doy una ducha voy recordando cosas...— Camino hasta el baño y enciendo la ducha para que el agua se vaya calentando.

Al entrar, noto el agua caliente bajar por todo mi cuerpo, haciendo que me relaje.
Me siento en el suelo de la ducha, apoyando mi espalda en la pared e intento recordar algo de anoche.

ꜰʟᴀꜱʜʙᴀᴄᴋꜱ

Mientras bailo por toda la pista de la discoteca, vuelvo a chocar con alguien, pero esta vez, no reconozco quien es.

—¿Scarlett?— Dice alguien con acento Francés, ya sé quien es...

—¿Pierre?— Respondo al darme la vuelta con una sonrisa.

—¿Estás borracha?— Me pregunta cogiendome de los hombros para que mantenga el equilibrio.

—Un poco...— Respondo y una leve carcajada sale por mi boca.

—¿Qué has bebido exactamente?— Me hace otra pregunta mientras me saca de la multitud.

—Tres mojitos y algo más...— Noto como el piloto me ayuda a sentarme en una de las sillas de la barra, antes de que llame al camarero.

—¿Me podría traer un agua, por
favor?— Le pide al hombre y él rápidamente asiente.

Unos dos minutos después, el camarero vuelve y le da el agua a Pierre. El Francés le paga lo que sea necesario y me abre la botella.

—Bebe, no quiero que vomites— Me dice y me entrega el agua.

Bebo un trago y rápidamente noto el agua fría bajar por mi garganta, refrescandola poco a poco.

—¿Mejor?— Me pregunta Pierre tocándome la frente, asiento lentamente e intento intento levantarme, pero los brazos del Francés me lo impiden. —Quédate sentada unos minutos, después te llevo a tu hotel para que descanses—

Apoyo mis brazos en la barra y mi cabeza encima, para después poder cerrar los ojos y poder relajarme unos minutos.

ꜰɪɴ ᴅᴇʟ ꜰʟᴀꜱʜʙᴀᴄᴋ

El agua fría empieza a bajar por mi cuerpo, haciendo que mis recuerdos de la noche anterior desaparezcan.

Me levanto del suelo de la ducha y salgo para poder secarme y acabar de hacer mis maletas para volver a Ruan y preparar el próximo viaje para la próxima carrera.

Mientras hago la maleta voy pendiente en lo que recuerdo de anoche, Pierre me trajo al hotel...

Inconscientemente sonrío al recordar los momentos que recuerdo de la noche anterior, pero rápidamente me obligo a quitar la sonrisa.

Scarlett, no... Tiene pareja y es tu amiga.

Jamás le haría algo así a ninguna de mis amigas y muchísimas menos si es Sienna. La chica que me ha conocido a través de la redes sociales hace poco y me trata como si fuéramos amigas de toda la vida.

Por fin acabo la maleta y bajo a recepción para devolver la llave de la habitación y poder irme al aeropuerto.

Al salir del hotel pido un taxi y en menos de veinte minutos ya estoy en el aeropuerto.

Me pongo los AirPods y empiezan a ver instagram con las canciones de Sia de fondo.

No hay nada nuevo en las redes, solo fans celebrando la primera victoria de Lando Norris en el GP de Miami.

Finalmente, avisan que los del vuelo destino a Ruan ya pueden empezar a embarcar.
Entro al avión y busco mi asiento, al encontrarlo me siento y saco el libro que me estoy leyendo, "Alas de sangre".

El teléfono vibra encima de la mesita que tengo delante y rápidamente lo enciendo para que ver quien es.

"¿Cómo te encuentras?"

El mensaje de Pierre se ve en la pantalla y enseguida noto mis mejillas rojas y mi pierna temblar.

Vuelvo a apagar el teléfono y lo vuelvo a dejar sobre la mesita intentando no pensar en el Francés.

Cierro los ojos para poder relajarme e intento dormir un rato, he debido de dormir poco esta noche.

Se me hace imposible echar ojo en todo en viaje, asique una vez llego a casa de mi abuelo, me tumbo en el sofá y espero pacientemente que llegue.

—¡Cariño!— Exclama mi abuelo al entrar por la puerta de casa. —Me alegro de verte—

Me levanto del sofá con una sonrisa y voy a darle un fuerte abrazo a mi abuelo.

—¿Qué tal el trabajo?— Me pregunta mientras nos sentamos de nuevo en el sofá.

—Bastante bien, el primer día fue algo duro, pero conseguimos el podium gracias a que arreglé el coche de Pierre Gasly unas horas antes de la carrera— Le explico.

Una enorme sonrisa se forma en la cara de mi abuelo y rápidamente me vueleve a abrazar.

—Estoy muy orgulloso de ti— Dice aún sin separarse del abrazo.

En toda mi familia, mi abuelo ha sido el único que me ha dicho esa frase, ya que, mi madre es enfermera y literalmente odia el mundo del motor, en cambio, mi padre es abogado y la Fórmula 1 no es su cosa favorita de este mundo.

En resumen, padres ausentes, padres no orgullosos de lo que me gusta y de a lo que me dedico.

—¿Aún recuerdas la frase que decíamos cuando eras un bebé?— Me pregunta mi abuelo al verme en un trance.

—Que tus sueños sean más grandes que tus miedos— Digo y sonrío al recordarlo.

—¿Y la más importante?— Mi abuelo me acaricia la mejilla intentando que me olvide de mis padres.

Trabaja duro en silencio y deja que tu éxito haga todo el ruido...

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