⩩ Chapter Eleven [1].

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Los dedos de Beomgyu volaron sobre las teclas de su computadora mientras trabajaba para terminar su proyecto de codificación en el último minuto. Lo habría hecho hace semanas, pero entre los frecuentes enrolles con Rebel y el trabajo en su propio juego con Jimin, algunas de sus clases se habían retrasado un poco.

Lo extraño era que no era sólo el sexo con Rebel lo que parecía estar ocupando una gran parte de su tiempo. Los martes por la noche el pelinegro lo invitaba a ver una película juntos. Al principio, el castaño pensó que era sólo un código para follar. Pero no tardó mucho en darse cuenta de que cuando el azabache quería follar, decía que eso era para lo que estaba llamando. Y cuando decía que quería ver una película, era mejor que creyera que se estaba guardando las manos para sí mismo, y que en verdad iban a ver una película.

Era raro como el infierno, y Beomgyu no sabía qué pensar de ello. También era agradable. No es como que lo admitiese en voz alta, incluso bajo amenaza de tortura. Pero saber que era verdad era suficiente para que su estómago diese un brinco.

Escribió las últimas líneas de código y luego sacó los calambres de sus manos. Diablos, necesitaba recordar no dejar esa mierda hasta el último minuto otra vez.

Revisó la hora y se dio cuenta de que tenía que ir a clases. Cerró su laptop y la guardó en su mochila junto con los cuadernos que llevaba a clases, aunque nunca escribía notas a mano. Luego se puso ropa limpia y salió de su departamento.

Al llegar a la facultad, se colocó en su asiento habitual en la parte de atrás del salón sólo unos minutos después de que sonara la campana, más o menos al mismo tiempo que normalmente lo hacía. Jimin le dio una mirada a la que ya se había acostumbrado a esperar cada vez que llegaba tarde a clases. Lo extraño era que le gustaba tener a alguien con quien contar para algo. Incluso si la cosa con la que contaba era que se enfadase con él.

Estaba tratando de escuchar a su monótono profesor cuando la pantalla de su celular se iluminó mostrando: ¡Mensaje de Rebel!

Rebel:
Estoy caliente.

Gyu:

Jaja, deja la presión. Estoy en clases, hombre.

Rebel:
Oh mierda, jaja, lo siento.

Rebel:
Supongo que sería grosero de mi parte enviarte una foto de mi épica erección ahora mismo.

Gyu:

Parece descortés no dejar que el pequeño salga a jugar.

Rebel:
¿¿¿¿¿Pequeño?????

Gyu:

Jaja, me equivoqué, pequeño no. Mi trasero puede atestiguar eso. Ahora,

muéstrame.

El castaño esperó conteniendo el aliento, inseguro de si el chico realmente le iba a enviar una foto de su polla mientras estaba en clases. Era un movimiento valiente, y Rebel era el tipo de persona que lo haría.

Segundos después, apareció una imagen y Choi tuvo que reprimir una risa ante su audacia. El azabache no estaba equivocado; esa erección parecía particularmente épica, y Beomgyu se vio un poco desanimado por estar en clases y no poder ayudarlo a aprovecharla al máximo.

—Hombre, ¿estás viendo porno en clases? —susurró Jimin a un lado suyo, estirando la cabeza para ver sobre el hombro del menor.

—¿Técnicamente? No estoy exactamente seguro —respondió el castaño con una risita.

Gyu:

¿Técnicamente es porno cuando me envías la foto de una polla?

Rebel:
L

a definición del diccionario es sí, porque la pornografía es cualquier imagen o descripción explícita utilizada con un propósito sensual (dice Google). Pero en un sentido coloquial, diría que no, porque no solemos considerar el porno con fotos de penes, los consideramos "sexting."

Gyu:

¿Es raro que esté más excitado por lo inteligente que suenas ahora que por la foto de tu entrepierna?

Rebel:
No es por hacer esto raro, y sé que eres alérgico a las emociones y esa mierda, pero significa mucho para mí escucharte decir eso.

Gyu:

Síp, lo hiciste raro. Jaja.

Rebel.
Idiota.

Gyu:

Te gusta mi culo, gilipollas.

Rebel:
Te gusta mi polla, bobo.

Gyu:

Parece que estamos en un callejón sin salida. Quizás tu polla y mi trasero puedan arreglar esto más tarde.

Rebel:
Cuenta con ello ;)

El castaño cerró la ventana del chat con una última mirada anhelante a la foto y una vez más trató de concentrarse en la clase. Trató.

...

Beomgyu levantó su puño contra la puerta y dio unos golpes rápidos. Miró el papel arrugado en su otra mano y se estremeció por dentro. Empezó a preguntarse si debería haber leído la nota que le dio su cliente antes.

La puerta se abrió y se preparó para lo que fuese que estuviese a punto de enfrentar.

—¿Karen? —comprobó.

—Sí, ¿por qué?

—Ryan tiene un mensaje para ti. De verdad lo siento, estas son sus palabras, no las mías —explicó antes de levantar la nota y leerla—. Diez razones por las que te voy a dejar: Uno, nunca me la chu... —El castaño se estremeció cuando las palabras salieron de sus labios. «Oh, maldición, sí, debí haber leído esto de antemano» Pensó pidiéndole piedad a Dios para salir vivo de ese lugar.

La chica jadeó, y su cara se tornó roja brillante.

—No creo que necesites oír el resto de esto —Choi comenzó a guardar el papel en el bolsillo de sus jeans, pero Karen le detuvo.

—No, dime lo que dice —exigió.

Con extrema reticencia, sacó el papel y continuó leyendo—. Dos, tienes un culo gordo... no en el buen sentido.

Ella apretó sus puños, sus ojos brillantes por la furia.

—Tres, ya me follé a todas tus amigas, así que ya no hay muchas razones para quedarme.

Beomgyu no vio venir su puño, pero crujió contra su nariz. Ni siquiera podía decir que la culpaba. No había duda de que él también se habría dado un puñetazo si la situación hubiera sido al revés.

—¡Joder! —gritó, agarrándose la nariz mientras la sangre le corría por los dedos. La odiosa lista cayó en alguna parte y la puerta le dio un portazo en la cara. Se sacó la camisa sobre la cabeza y la presionó contra su nariz mientras sacaba el teléfono de su bolsillo.

Ahí era cuando se daba cuenta de que no podía llamar a nadie para que le llevase al hospital. Su corazón se hundió ante ese pensamiento. Probablemente tenía la nariz rota e iba a tener que pedir un Uber al hospital porque no tenía amigos. ¿Qué tan patético era?

Intentó torpemente limpiar un poco la sangre de su mano en la camiseta arrugada contra su cara. Entonces sacó su teléfono y pidió un coche. El conductor le miró mal cuando se dio cuenta de que estaba sin camiseta y ensangrentado, pero no dijo nada por lo que Beomgyu estaba agradecido.

Les llevó años llegar al hospital, porque eso era Los Ángeles, y el tráfico era básicamente el décimo círculo del infierno. La hemorragia se hizo más lenta cuando salió del auto, pero ya podía sentir que se le hinchaba la cara. No había duda de que la chica le rompió la nariz. Debió haberle dado la lista del diablo y haberse marchado.

Afortunadamente, la sala de emergencias estaba tranquila esa noche, así que sólo terminó esperando con su camiseta pegada a la cara durante una hora antes de que una enfermera le llevase a la parte de atrás.

—Estoy bastante seguro de que mi nariz está rota. ¿Necesitan tomar radiografías o algo?

—En realidad no solemos hacer radiografías para una nariz rota. Si ha habido un trauma reciente y la nariz está hinchada y sangrando, es probable que esté rota. Entonces, lo que haremos es ponerte bajo anestesia suave, y uno de nuestros cirujanos estará ahí para acomodarla y entablillarla. Ahora, entiendo que viniste solo. ¿Hay alguien que pueda recogerte? No podrás conducir después de la anestesia suave.

—Um... —repasó por su mente inútilmente, tratando de encontrar una solución. Podría pedir otro Uber, pero dudaba que alguno apreciara su trasero drogado.

Jimin sería una buena opción, el problema era que no tenía su número. La única persona que se le ocurría tal vez considerada un amigo y cuyo número también tenía era Rebel. Pero no era exactamente el tipo de amigo al que tenía que estar llamando cuando necesitaba un favor.

—¿Puedo quedarme aquí y dormir? —pidió con desesperación.

La enfermera le dio una mirada escéptica—. No tenemos camas extras para ofrecer en procedimientos ambulatorios.

—Demonios —suspiró. Parecía que iba a tener que morder la bala y llamar a Rebel.

—¿Por qué no te sientas, haces algunas llamadas si es necesario, y el doctor vendrá pronto para encargarse de ti?

Beomgyu liberó un largo suspiro. Joder.

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