[2 de Junio, 2012. Secundaria Seungli, Seúl - Corea del Sur]

   Sus pasos resonaron por todo el lugar vacío, eran los únicos allí y sus corazones latían con fuerza descolocándose de su posición inicial, su cabello desordenado y los rasguños en su cuello eran visibles por su corbata mal colocada. Ambos tomaron una gran bocanada de aire para seguir corriendo hacia la otra Ala a la vez que un ruido llenaba el lugar siendo un sonido tan irritante para sus tímpanos.

    Pasaron a un lado del baño de las damas en esa sección que se encontraba con la puerta entreabierta.

   Mientras que el más alto corría, recordó haber visto a ese raro chico en el Ala A, ¿estará ya afuera? ¿Debe ir a buscarlo?

   —¡Corre! —El más alto tomó del antebrazo al muchacho para que aceleraran el paso, la alarma sonaba y sonaba. Y ellos sólo estaban con los nervios al borde sus pieles.

   El más bajo —por centímetros— se detuvo de repente cuando una sombra se deslizó en una de las columnas del lugar y el miedo de ser visto llegó a su sistema. Se separó de su acompañante al llegar al intermedio del camino para finalmente unirse a los estudiantes que corrían despavoridos coexistiendo con una voz femenina dando indicaciones en el altavoz, se asomó por segundos a los grandes ventanales del edificio notando que la policía se encontraba afuera rodeando la secundaria.

   —Por favor, mantengan la calma y al estar en el exterior, formar filas sin salirse del perímetro establecido...

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