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❝Una melodía tan dulce como su personalidad❞.

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↳Melifluo: un sonido excesivamente dulce, suave o delicado.

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Jimin caminaba por los pasillos del Ala B, estaba yendo hacia la Biblioteca... entonces lo sintió...

Alguien lo observaba.

Lo único que hizo fue apresurar su paso.

Se sentía perseguido aunque nadie lo estuviera siguiendo.

A lo lejos pudo ver a un chico de espalda llevando unos libros encima, quería huir y ocultarse, por lo que se acercó al jóven desconocido para sentirse a salvo y aliviado.

-H-hola -llamó la atención de un muchacho castaño de su misma altura, el contrario se asustó hasta el punto de casi tirar la pila de libros que traía encima.

-¿Hola? -contestó tímido el chico a su lado, aunque estaba confuso por la repentina apareción del rubio.

-¿Quiéres que te ayude? -se ofreció dejando en segundo plano la anterior situación al ver que el muchacho no podía con todo. Éste asintió un poco avergonzado y le entregó la mitad de ellos a Jimin- Por cierto, un gusto, soy Park Jimin -le sonrió de forma encantadora a la nueva persona que acaba de conocer por una acción bondadosa de su parte.

-Un gusto, s-soy, soy Kim Minseok -se presentó tímido, un joven de la misma estatura que Jimin, con ropas holgadas.

Jimin amplió su sonrisa- Por cierto, ¿dónde tienes que llevar los libros?

-A la Biblioteca -contestó casi de inmediato y el rubio se emocionó dando unos pequeños saltitos mientras continuaba caminando.

-Yo también iba allí...

Luego de estar hablando unos minutos más, Minseok había perdido su timidez y al llegar, colocaron los libros en una mesa.

La conversión siguió y luego terminaron por despedirse, fue algo tan efímero pero hermoso.

-Ahora... -Jimin comenzó a buscar a su Hyung por la Biblioteca...

Pero esta vez no sucedió lo de siempre.

Él no estaba.

Tragó saliva y se retiró del lugar para comenzar a trazar caminos aleatorios por el ala A, hasta que lo escuchó...

Una melodía tan meliflua, que deleitaba sus oídos, llenaba de atarixia el ambiente y causaba la somnolencia en su ser.

Avanzó en dirección de la que provenía el sonido, hasta que llegó a una puerta semi-abierta dejando ver una cabellera dentro del salón.

Club de Música.

Las teclas eran acariciadas con parsimonia dejando libres las notas que se transformaban en una exquisita melodía meliflua, Jimin quedó totalmente embobado mirando al muchacho tocar con tanta calma el instrumento, viéndose tan etéreo junto a los rayos que se colaban por la ventana y contrastando con su nivea piel causó el despertar de aquel cosquilleo en el estómago del menor.

Y la música se detuvo.

Jimin hizo un puchero, Yoongi se había dado cuenta de su presencia y terminó con un gran sonrojo en su rostro al percatarse que lo habían descubierto.

-No~ ¿por qué no sigue Hyung? -abultó su labio inferior y escuchó como el mayor chasqueba su lengua.

-No puedo si estás aquí -miró de soslayo al rubio y de una forma imperceptible hizo un pequeño puchero.

-No tengo idea.

Fue lo que le dijo Seokjin a Taehyung.

-Oh vamos, tenemos la misma profesora en Historia, nos da los mismos temas, a ustedes les tomó ya el exámen, ahora nos va a tomar la misma evaluación mañana a nosotros, dime las preguntas que da, no quiero estudiar tanto -suplicó el menor y Seokjin rodó los ojos mientras se cruzaba de brazos.

-Claro que no, ni siquiera lo pienses Kim Taehyung, estudia idiota -contestó con un poco de molestia y Hoseok sólo rió ante la respuesta del pelirosa, mientras que Jimin sólo tomaba feliz su cajita de jugo que le había comprado Hobi.

-Pero~ que malo eres -le dio un pequeño golpe con la palma de su mano al mayor, éste enmarcó sus ojos y le gruñó.

Estaban en el último recreo de toda la jornada, y el dúo Seok (como era costumbre) fueron a su clase para pasar tiempo con ellos.

-Chicos, me olvidé de preguntarles, ¿quieren ir al parque de diversiones? Quiero ir a la casa del terror -mostró su sonrisa geométrica, y la sangre de Jimin se heló y comenzó a negar frenéticamente con su cabeza.

-¿Por qué no Jiminnie? -interrogó Jung a su lado y el nombrado ante las expectantes miradas de los muchachos, contestó luego de hacer un puchero:

-Va a estar todo oscuro... es pequeño y..., y no puedo -abultó mucho más su labio inferior. Ninguno de los restantes reaccionó, pero luego los ataques de ternura no tardaron en llegar.

-Awww~ que tierno que es mi Jiminnie -carcajeó el mayor de todos tomando de los mofletes al rubiecito de ojos celestes.

Jimin se apartó con el ceño fruncido, así viéndose más tierno aún.

-Le tiene miedo a la oscuridad, ternurita -Hoseok lo abraza por los hombros mientras zarandeaba el cuerpo impropio.

-Ya~ -hizo un puchero-, mejor no les digo que soy claustrofóbico -giró su rostro indignado..., cayendo segundos después en lo que acaba de decir.

-Tú mismo te delataste Jiminnie -vociferó entre carcajadas Taehyung ante la torpeza de Jimin.

El rostro del rubio se coloreó de un potente rojo, mientras bajaba su cabeza y apretaba sus labios ante la vergüenza.

Así pasaron los minutos, entre burlas y carcajadas de los cuatro muchachos. Al concluir la jornada, Jimin caminaba hacia la salida..., y se encontró a ese chico de sonrisa ¿tierna?

-Oh, tú eres Jimin -saludó el chico al reconocer al más bajo luego de salir del baño, éste le sonrió.

-Hola... ¿Jungkook? -preguntó con un ápice de duda al decir el nombre, pero sintió alivio cuando el chico sólo sonrió, mostrando aquellas arrugas a unos costados de sus ojos.

-¿Qué haces aún por aquí? -ladeó un poco su cabeza.

-Sólo me retrase porque debía entregarle una tarea al profesor de Geografía, ¿y tú?

-Bueno, tuvimos una reunión en el Centro Estudiantil y..., que dolor de cabeza -se frotó la fuente de su nariz mientras arrugaba sus cejas.

Entonces algo pareció hacer 'click' en su cerebro cuando Jungkook terminó su monólogo.

Él es el vicepresidente del Centro Estudiantil...

Él tenía acceso a la lista.

Y cuando iba a abrir la boca, un grito se escuchó por todo el pasillo interrumpiéndolo y llamando la atención de Jeon.

-¡Vámonos Jungkook, apúrate! -gritó un chico muy similar en cuantos rasgos faciales al muchacho frente a él, el nombrado giró su cuerpo hacia su dirección.

-¡Ya voy Jihyun! -suspiró y se volteó hacia el más bajo.

-Lo siento rubiecito, tengo que irme -le guiñó un ojo y se perdió a lo lejos junto a Jihyun.

-Pero... -musitó por lo bajo con un puchero en sus labios al no haber terminado su frase.

Sólo suspiró y terminó por caminar hacia la salida, todo estaba tan calmado, silencioso y vacío.

Y lo sintió nuevamente, alguien mirándolo, y pudo jurar ver un reflejo de sombra desaparecer por una de las tantas columnas.

Y corrió, corrió hacia la salida.

Nicxnita©