『Chapter 41.2: 위험한』

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Empezar sería retroceder hacia el borde de un abismo, sería entregarte a los demonios hambrientos por milenios

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⇝Bonanza: Tiempo sereno y tranquilo, especialmente en el mar.

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Capítulo dedicado a: susy1599, Min1Hope, BABY___B0Y, Arianah2207

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Hay alguien fuera de mi casa…

Su respiración se cortó después de escuchar esas palabras y justamente sus ojos le daban vida a la imagen. No sabe si está alucinando o en serio es la realidad… Pero de lo que está seguro, es que se ve tan real como terrorífico. Justo en su jardín, alguien se encontraba totalmente estático con una sudadera negra con capucha, sin rostro por su total oscuridad y la tenue luz del farol no ayudaba en nada. Sabía que lo estaba mirando, porque la cabeza se encontraba levemente elevada, dejándolo pasmado y sus manos perdieron el control empezando feroces temblores, sus piernas se debilitaron y cerró la cortina con discreción.

No, no, no.

—No entiendo, ¿qué sucede? —La ingenua voz de Hoseok se escuchó en la línea acompañado de gritos por parte de Chanyeol que estaba más que alterado.

—¡Estoy diciendo que hay un jodido maniático parado fuera de mi casa! ¡Está sin moverse! ¡La puta madre! —Separó el celular de su oreja, sus ojos estaban tan abiertos de la paranoia, estaba asustado, no, asustado era poco, ¿y si moría?

—¿Qué? ¿En serio? ¡¿No son cosas tuyas?! ¡Fíjate bien! —Ambos muchachos estaban vociferando sin pensar tanto, mientras que Jimin estaba en silencio viendo todas las situaciones que conllevaron al presente. ¿Dos personas?

—Chanyeol hyung… Guarda la calma por favor… Necesito que me describas su apariencia —Intentaba sonar sereno pero estaba aferrado a la pared a un costado de la ventana, sus emociones estaban inestables pero alguien debía razonar.

—¿¡Que calme!? ¡Tengo miedo! —Entre susurros de parte de Jimin para que se calme aunque sabía que no era tan fácil lograr aquello, finalmente Chanyeol le contestó, con nerviosismo pero al fin y al cabo lo hizo—. Es... Tiene capucha, una sudadera de un color oscuro pero no puedo distinguirlo por… por la oscuridad y-y… —Y eso fue suficiente para Park.

¿Dos? ¿Dos personas?

»—Llamaré a la puta policía, que no me jodan —Los pasos fueron escuchados pero la voz de Hoseok nuevamente interrumpió.

—Estoy de acuer- —Un timbre, alguien tocó timbre—. Esperen, tengo que atender la puerta, pue-puede ser mi hermana que se olvidó la llave y-y… Chanyeol, llama a la polic-

Y de pronto Jung se desconectó de la llamada grupal dejando a Chanyeol con Jimin solos, se asustaron por la adrupta conclusión de su oración. Entonces preguntas relacionadas con el bienestar de su amigo atacó sus mentes, ¿qué estaba sucediendo? ¿Por qué sólo miraban? ¿Por qué no hacían nada? ¿Qué clase de ataque fue ese?

—Ji-Jimin… ¿Hoseok… está bien? Tengo a la policía en la otra línea y-y —Pero no había respuesta, se resignó a pensar que estaba solo, pero Jimin estaba concentrado en mirar donde estaba esa persona antes para solo encontrar… Nada. ¿Una advertencia? ¿Querían intimidarlos? ¿Es por eso que no hicieron ningún movimiento? ¿Pero… Cómo sabían quiénes estaban involucrados en esto?

—Hyung… ¿Qué te dijeron? —Finalmente preguntó cuando escuchó a Chanyeol discutiendo en la otra línea, seguramente usando el teléfono fijo de su casa.

Y las maldiciones no tardaron en llegar.

—Me preguntaron si seguía allí o hizo algo en contra de mi bienestar, respondí a todo que no, sólo que se quedó mirando afuera y-y… Me informaron que el acoso en Corea del Sur no era un delito… Malditos hijos de puta, ¿y si me matan? Será su jodida cu-culpa…

La rabia los consumió pero entre todo, estaban preocupados por Hoseok que no atendía sus llamadas. No fue hasta que cayó dormido sobre su cama al llegar su madre que le hizo un tsunami de preguntas por su palidez y etc, pero desistió al ver que no encontraría respuestas de su parte. Pero esa noche las pesadillas volvieron y con ellas las preguntas.

“El terror es mayor cuando no predices lo que sucederá, pero mayor a ello es no saber de dónde proviene” —pensó Jimin cerrando los ojos y tapándose entre sus cobijas rosadas pasteles, abrazó el gato de felpa que le regaló Yoongi, aspirando el olor a perfume que guardaba éste, a fresas, su perfume que usaba usualmente le daba protección. La textura bajo sus dedos era suave, muy suave, tanto que el deseo de acariciarlo era una adicción para su tacto, sus párpados cayeron rendidos por el pacífico calor que lo acogía y finalmente se durmió.

Fue alrededor de la madrugada, quizás 3 AM cuando el sol aún no ascendía y entre medio de la oscuridad que era opacada por una pequeña luz que provenía de un foquito conectado a un lado de su cama, abrió sus ojos lentamente por incomodidad. Tardó segundos en procesar lo que sucedía, minutos donde esperaba que su vista sea nítida y explorar sus alrededores…

Todo estaba bien, todo hasta que vio a una persona entrar por su ventana sigilosamente, como un gato o una serpiente resbalosa que esperaba a que cierres los ojos para morderte e inyectarte su veneno o simplemente causarte dolor. Era tan silencioso y ¿qué hubiera sucedido si no se hubiera despertado?, sus manos, labios y cada parte de su cuerpo estaba congelado cuando un hombre alto se paró en medio de su espaciosa habitación, girando observando su interior, un cubrebocas negro emascaraba parte de su cara al igual que una capucha del mismo color su cabeza. No fue hasta que se volteó a mirar el cuerpo del chico sobre la cama que cerró sus ojos al instante. Abriéndolos de nuevo cuando el desconocido caminó hasta el otro lado del cuarto, tocando todo a su paso sin hacer ruido, el paso de sus pesadas pisadas eran lo único que se escuchaba levemente. Su pecho vibraba por los temblores y las palpitaciones de su corazón que se descontroló por la intromisión, la figura era potente, tan grande ante sus ojos como los monstruos de las historias de terror… Pero esta era mucho peor. La negrura envolvía al demonio que se paseaba por el espacio en busca de su presa, oliendo el miedo y disfrutando del momento con una gigante sonrisa y ojos dilatados en la locura.

Su respiración falló y dejó de respirar, fingiendo dormir cuando el hombre se acercó.

Pump, pump, pump.

Los latidos eran más rápidos, más acelerados y descontrolados. Como fuertes patadas a una puerta de madera a punto de derribarse o la chispa que incendiaba un bosque entero. El frío resbalaba por su piel bajo la capa calurosa, inusual y escalofriante, no tenía palabras para explicar la emoción que quemaba y hervía su sangre correr por cada parte de su cuerpo e instalarse en sus ojos y por debajo de su nariz, picando, cosquilleando, todo tan pesado. Pensaba en su mamá y qué pasaría si el hombre se diera cuenta de su consciencia viva, ¿los mataría? ¿Viviría? Los pinchazos en sus manos, la respiración del monstruo era pesada, cercana, oliendo su esencia y apreciando al muchacho. No podía distinguir quién era, no hablaba y ruidos extraños salían de su boca.

Recordó los vídeos que veía en su laptop, de cámaras de seguridad que captaron intrusos en sus viviendas… Un fuerte escalofrío recorrió toda su espina dorsal y un espasmo amenazaba con sacudir su cuerpo, pero lo detuvo, al igual que las lágrimas y sollozos. Urgía ser precoz en esa situación.

Grandes manos afiladas.

Pero el colmo fue una textura híspida acariciar sus mejillas hinchadas de la somnolencia, su labio casi tiembla, las bonanzas caricias se extendieron hasta su cuello y temió que toque más abajo, que se dé cuenta de su ritmo cardíaco y todo decayera.

No fue así, se alejó para mirarlo por varios minutos más, ocultó susceptible su rostro bajó las mantas disfrazando su movimiento con uno nocturno, como si algo lo molestara en sus sueños.

Entonces se fue, lo supo cuando la negrura desapareció, pero estaba tan aterrado que no abrió sus ojos hasta media hora después por el temor a ser encontrado por aquel individuo. Dejó escapar todo el aire y tapó su boca con su palma para mitigar sus hipidos y prominente llanto que perduró hasta pasadas las 5 AM, las lágrimas formaban senderos hasta su mandíbula. No estaba triste, estaba asustado, fue el momento más… más… ni siquiera puede describir lo que sucedió. Ardía, sus ojos ardían como el alcohol sobre una herida.

A la mañana ni siquiera la alarma sonó porque ya la había cancelado, el insomnio por su paranoia permanente no lo dejó cerrar los ojos. Sus ojeras eran rojas que de a poco descendían a un color más oscuro y la esclerótica estaba irritada. Estuvo frente al espejo durante varios minutos, colérico y a la defensiva.

Estuvo pensando sobre lo que sucedió hace un par de horas atrás, se dijo a sí mismo que las pesadillas a veces eran tan realistas y que podían engañar a tu cerebro creando recuerdos falsos.

Pero todas sus hipótesis se fueron a la basura al ver una carta pulcramente colocada sobre su escritorio. No tenía destinatario ni quien lo envió. Sólo el blanco de la hoja que dejaba más dudas con su ausencia de color e información.

Sus manos se rehusaban a tomarlo, pero al tenerlo entre sus dedos, abrió y leyó el contenido.

“···– Que linda casa tienes mi pequeño corderito, ¿creías que me olvidé ––– de mis cartas hacia ti? Sólo digamos que… Estaba un poco ocupado.

«No temas de los muertos… Sino tenle miedo a los vivos».

Espero verte pronto, mi pequeño y dulce corderito.

–·–– ”

Sus dedos empuñaron la tela sobre su pecho y la taquicardia se acercaba de asomo por los bordes de una fosa profunda oscurecida por la maldad que abundaba allí. El aire se estancó en su garganta y nariz, impidiendo el paso y poniéndolo ansioso por la decadencia de aire.

Definitivamente… El juego comenzó.

Llegó al colegio y la primera clase se ejecutó con normalidad. Pena que con la tercera no fue así. Todas las preguntas rondaban por su cabeza, tratando de unir los engranajes correctos y conectar hilos, viendo posibles victimarios y sospechosos.

Y comenzó a reírse con fuerza llamando la atención de la profesora y sus compañeros.

—¿Qué coño te pasa? —preguntó con brusquedad Taehyung a su lado pero la risa proseguía. Se estaba burlando de la situación para no llorar, por el sueño y por sobre todo… Por la jugada de su enemigo.

—¿Park, algún problema? ¿Puede contarnos la razón de su risa para que podamos reírnos junto a usted? —Jimin miró a la profesora con ojos entrecerrados, una apariencia deplorable pero su mirada era cínica y la sonrisa en sus labios no era la misma de antes.

—No profesora, el sueño me afectó y tengo un fuerte dolor de cabeza —mintió descaradamente ladeando la cabeza y ganándose quejas por parte de Kim.

La adulta exhaló y le apuntó a la puerta— Vaya a la enfermería —Se levantó sin rechistar— y Kim Taehyung, acompañelo.

El último nombrado se levantó a regañadientes y se dirigió a la puerta ante la expectante mirada de todos, hasta que volteó para ver a Jimin y hacerle una mueca de obviedad para que lo siga. Se retiró avergonzado, caminó en un silencio incómodo a un lado de Taehyung, inquieto y sus ojos paseándose por todos los lugares existentes disponibles para su campo visual. Miraba el suelo, el piso liso y limpio contrastaba con las paredes marrón dorado con columnas siguiendo un destacable y marcado patrón. Los pasos resonaban por todo el espacio vacío, Taehyung soltaba aire y tomaba grandes bocanadas de oxígeno, como si no pudieran respirar uno al lado del otro. Jimin levantó su mirada viendo que se dirigían al »Ala A« y comenzó a alterarse.

—¿Dónde me llevas? —Taehyung lo miró extrañado pero no contestó, ignorando lo dicho y prosiguiendo en su camino.

»—¿¡Dónde me llevas!? ¡No iré! ¡No me toques! —Retrocedió cuando la grande mano del alto envolvió su muñeca para tomarlo y no dejarlo correr hacia quién sabe qué lugar.

—Detente —masculló.

—¡N-

Su boca fue cubierta por la palma de Kim, silenciando a Jimin.

—¿Qué mierda sucede contigo? La enfermería queda en el intermedio de las dos alas, idiota —Se sintió patético y culpable cuando vio la espalda de Taehyung alejarse lentamente, lo siguió, pidiendo disculpas repetidas veces recibiendo una pared de hielo por el otro. Llegaron en silencio siendo recibidos por el enfermero de la escuela que le hizo una variedad de preguntas; “¿Comes bien? ¿Cuántas horas duermes al día? ¿Has estado estresado últimamente?” A todas respondió con un «No».

Taehyung jugaba con los guantes de látex en una esquina como un nene regañado por su mamá, pero estaba callado, sólo se distraía y de vez en cuando le echaba un vistazo al enfermero y a Jimin.

—Deberías descansar, tienes dolor de cabeza y la falta de sueño te está afectando disminuyendo tu concentración; te daré un poco de medicina para el dolor de cabeza, pero duerme las horas normales, después estarás como nuevo —informó el hombre recibiendo un asentimiento de cabeza por parte del rubio que se retiró con una reverencia y un gracias.

—¿No duermes por los exámenes? —Taehyung se colocó a su lado. Jimin asintió— ¿Y ahora me ignoras? Bien.

Jimin se volteó indignado, corriendo para alcanzar a Kim y colgarse de su brazo, ganándose una mirada molesta de Taehyung.

—Lo siento~ ando distraído, es que ando extrañando mi ciudad natal, ya sabes, ¿efectos secundarios? —Mostró su inocente dentadura posando bajo unos voluptuosos labios cerezas. Kim sonrió de lado y siguió caminando, ambos hablando como antes no lo habían hecho.

Quizás, debería dejar de pensar en lo sucedido por ahora…

Quizás.

[•••]

Las plantillas de sus vans rojas alisaba el suelo, sus extremidades pesaban como los pliegues bajo sus ojos que se tornaban de un color oscuro contrastando con sus claros ojos celestes. Sus rechonchos labios soltaban uno que otro balbuceo y el sueño estaba intentando entrar a su cuerpo como un laxante. Sacudió su cabeza para despejar cualquier rastro de adormecimiento y levantó su vista dándose cuenta que estaba en el »Ala A« y el primer receso tocó. Iba a ir con Chanyeol para hablar sobre lo que sucedió ayer pero la melodía que producían las teclas del piano lo desviaron de su camino pronosticado guiándolo a las nubes esponjosas.

Sus pasos eran sigilosos y silenciosos en busca de no alterar al emisor que transmitía tan pulcra melodía tras tan elegante instrumento. Se adentró a un pasillo por donde se instalaban los diferentes clubes que se encontraban cerrados. Su pecho latía y se burló de sí mismo al recordar a los típicos personajes de película de terror que se adentraban al peligro cuando todo el mundo sabe que debe alejarse, pero la curiosidad era malvada y bromeaba con él, en su cabeza imaginó que podía ser cualquier figura de la escuela… Pero abrió sus ojos en sorpresa que al abrir la puerta, encuentre una cabellera gris detrás del piano.

Unos ojos felinos se asomaron por la silueta del objeto y su cara se puso roja.

—Te encontré, hyung —Una suave risa provino del contrario.

—Me encontraste.

Ambos se observaron y ambos no supieron por qué sus corazones chocaban con tanto furor contra sus pechos. El primero en apartar la mirada fue Yoongi que fingió estar concentrado en las teclas del piano y se removió nervioso en su lugar cuando Jimin rodeó el piano para sentarse a su lado en una distancia prudente aunque, en el fondo de ellos, anhelaban la cercanía del otro.

—¿Tus heridas están sanando? —No supo como comenzar una conversación pero sonrió complacido al recibir una afirmación.

—Hice lo que tu mamá me dijo, lavarme las heridas y etc, aunque me cuesta un poco dormir de costado por la lastimadura en mi mejilla izquierda, ¿y tú? ¿Te sigue doliendo? —Negó con la cabeza moviendo sus mechones ligeramente, tierno con sus mejillas rosadas y labios apretados en una pequeña sonrisa que abultaban sus mofletes.

—Nop, mi mami está cuidando de mí, aunque me lleve un regaño por eso —Se cruzó de brazos y sus cejas se aproximaron a la otra, quiso abultar su labio pero chilló del dolor al ser brusco. Yoongi se asustó y lo miró preocupado, percatándose del problema.

Sin darse cuenta, sin ser racional o tener voluntad sobre sus acciones… Acercó su mano al rostro de Jimin, acunando su gran mano en uno de sus cachetes y su pulgar recayó sobre el labio lastimado, dando leves caricias que terminaron en delicados toques manteniendo en contacto sus yemas con el relieve rocoso en el labio inferior. No supo lo que hacía, no estando al tanto del fuerte sonrojo que abarcaba la cara del rubio y el extraño sentimiento que carcomía su estómago junto a cosquillas en la zona tocada.

Definitivamente no supo qué hacía.

Pero se alejó cuando levantó su mirada y se encontró con los grandes ojos en trance de Jimin.

—¡Lo siento! J-juro que no volverá a pa-pasar y…

Fue interrumpido cuando su mano fue tomaba por las pequeñas de Jimin y fue dirigida nuevamente a la mejillas del menor que disfrutaba de esa sensación tan extraña pero para nada negativa, por una vez estuvo relajado, Yoongi lo relajaba. Se miraron perdiéndose en el otro y dentro de sus cabezas resoban el nombre del otro, entonces reaccionaron rompiendo el momento dulce que compartieron pero ninguno se arrepentía de los hechos, al contrario, deseaban una repetición pero el temor de ser rechazados les impedía el avance hacia algo desconocido, hacia un camino con dificultades que los esperaba.

—Y… el cachorrito… ¿Cómo está? —Desvió el tema para no hacer notar su vergüenza y calmar su corazón acelerado.

Yoongi se acomodó en el taburete, rozando las puntas planas de sus dedos con las teclas blancas y negras de un tablero de ajedrez, disfrutando de la sinfonía de sus respiraciones acorde a las notas musicales que llenaban los huecos entre ellos. Yoongi habló por sobre la melodía mezclando su voz ronca con la tonada.

—Está bien, es revoltoso pero me acompaña a dormir —Rió junto a Jimin que se imaginó al pequeño y peludo animalito acompañando al peligris a la cama con ánimo.

No contestó y cerró los ojos para disfrutar del momento, inconscientemente acercaron sus cuerpos y el corazón de Yoongi palpitó con fuerza cuando sintió un peso en su hombro que no le molestó, simplemente seguía siendo extraño por qué no lograba descifrar esa emoción que acompañaba esos acercamientos involuntarios. Jimin se iba alejar y disculparse pero los dedos acariciando superficialmente sus cabellos de manera que lo calmó, relajándolo y obligando que no despegue su cuerpo del otro.

—Panquecito —susurró y Jimin levantó la mirada.

—¿Tienes hambre, Yoongi hyung? —Pero al escuchar la risa divertida del otro lo confundió aún más aunque también le dieron cosquillas para acompañar las sonrisas.

—No, así llamé al cachorro «Panquecito», ¿te gusta? —Retomó el piano.

—Min Panquecito —Y con sólo decir eso, ambos se miraron serios pero destruyeron la pista del piano con sus fuertes carcajadas que inundó la habitación que para suerte de ellos, tenía paredes antiruido.

De pronto Jimin supo que la hora del recreo estaba a segundos de terminarse y se levantó de un salto.

—Mierda, el recreo se terminó —farfulló Yoongi poniendo todo en su lugar y siguiendo a Jimin hasta la salida, escuchando un regaño por el bajo.

—Las palabrotas~ —Min sonrió de lado al llegar a su lado cerrando la puerta detrás de ellos—. Hyung, ¿cómo es que este salón está abierto?

—Varias cerraduras están rotas, pero como este lugar está abandonado nadie se da cuenta, bueno, a excepción de nosotros —Se alzó de hombros caminando rápido para llegar a sus salones y finalmente entrar a clases. Se despidieron con sonrisas complices al llegar al »Ala B«.

Jimin sonrió embobado al entrar a su salón, fue un bello momento, corto pero especial.

Al segundo receso siguió sin ver a Chanyeol, buscando por cada rincón en busca de su amigo pero ningún rastro se encontraba presente o algún indicio que lo ayudara.

Pero su recompensa fue ver a Seokjin hablando con Jungkook, ninguno parecía contento por sus caras molestas y la acción que lo confirmó fue cuando Kim empujó levemente al otro. Al parecer estaban discutiendo y parecía serio, pero no le dio tantas vueltas luego de que ambos tomaran caminos diferentes.

—Días difíciles —Una voz chillante a su lado llamó su atención y se giró con sorpresa para ver a Minseok comiendo de un paquete de papas fritas y con medio antebrazo metido en la bolsa.

—Al parecer sí —Ambos miraron la escena que sucedía delante de sus ojos.

—Bueno, todos tenemos días difíciles, por ejemplo tengo 3 exámenes mañana y mírame, estoy comiendo papitas de manera despreocupada cuando sigo sin entender determinados puntos de los temas dados, hablando de exámenes, ¿tienes exámenes? Estamos a finales del primer trimestre, aunque la señora Yang nos dijo que iba a ser compasiva con nosotros en la evaluación y hablando de Yang, ¿te enteraste del chisme? Al parecer se tira al profesor de Educación Física, ¿loco, no? Mira si se enteran los superiores —Jimin lo miró con los ojos abiertos de forma exagerada tratando de disuadir tanta información y no ayudaba que Minseok no pare de tragar aún cuando tiró todo ese discurso incoherente, aunque se acostumbró a las apariciones sorpresa y la gran bocota de éste, seguía impresionando tanta energía.

—Umh, ¿sabes si el vicepresidente tiene problemas con algún estudiante en particular? —El otro lo miró expectante llevándose lentamente una papita a su boca, pensando en una respuesta y saltando en su lugar al recordar.

—Una vez hace un año estaba en la clase de Literatura, estaba haciendo dibujitos en mi libreta de apuntes, hasta hice uno que me quedó increíble pero lo perdí, lo busqué en toda mi casa hasta revisé en las cajas del sótano pero no hay nada —Negó con la cabeza—. Entonces escucho a mis compañeras de clase hablando sobre que vio al vicepresidente discutiendo con dos chicos y uno de ellos se fue llorando, ¿raro, no? Luego hace unos meses vi a un chico alto y cabello ¿castaño? hablando con el Jeon menor por el »Ala A«, me gusta ir al »Ala A« porque hay un salón con una vista espectacular y silencioso, pero me pareció raro porque se supone que no hay nadie por esos lados, bueno, a excepción de parejas que buscan hacer ñiqui ñiqui, nunca los entendí, ¿no pueden esperar a ir a sus casas? ¿Tan calientes están? —Las mejillas de Park enrojecieron por lo último dicho pero sacudió su cabeza para llegar al punto que necesitaban llegar.

—Entonces… Umh, gracias —Se despidió de Minseok quien se despidió amenamente con una mano.

Suspiró.

¿Será Taehyung de quien hablaba? Es decir, si fuera él… Habría muchas cosas sin concordancia, por ejemplo: el que no se "conocieran" ¿Fingieron? Eso sería obvio.

Sus dientes delanteros hicieron presión sobre su labio inferior. Su mente estallaría en rebuscar pistas y más pistas que al fin y al cabo, no lo llevaban a ningún lado.

[•••]

Jimin salió de su salón y abrió sus ojos estupefacto de ver a Chanyeol esperando por él, se acercó a sabiendas de por qué su aparición, caminaron juntos sin decirse nada, la jornada terminó pero ninguno poseía esa libertad que se siente al salir o alivio de descansar, no, esas palabras ahora son ajenas a ellos.

—Ayer… Recibí una carta —Jimin se volteó rápidamente para mirar a Chanyeol, ambos recibieron una carta…

—¿Y qué decía? —El alto negó con la cabeza.

—Traje la carta, se las mostraré cuando estemos Hoseok, tú y yo juntos, debe ser en privado… Umh… Aunque tampoco vi a Hoseok en todo el día y vi a su amigo vagar por los pasillos solo, estoy preocupado —Entonces miró directamente a los ojos celestes del bajo, sin estupor o palabras que subyacen tras sus palabras, el agua acumulada por el terror de que su amigo —que comenzó a tomarle cariño— esté en peligro o simplemente… No esté, llenaba sus corazónes de ácido, rabia y sobre todo: tristeza.

—Yo tampoco lo vi y no contesta mis llamadas, ¿crees que…? —De sus labios no querían salir esas supersticiones que tanto temían confirmar, porque decirlo sería creerlo, y ellos no querían creer.

Pero en sus ojos gritaban lo obvio.

Dirigieron sus rostros nuevamente a su camino, donde los estudiantes se retiraban de la escuela con aires de tranquilidad, una falsa porque al día siguiente volverían a esa prisión. Sus pasos lentamente se detuvieron al unísono que sus ojos se abrían en demasía y sus labios se separaban levemente.

Frente a ellos se encontraba la persona por la que tanto rezaban, con una apariencia decrépita, grandes bolsas bajo sus ojos indicio de un llanto y pálido como la piel de un muerto junto con orbes llenos de un vacío interminable. No lo pensaron, sus cuerpos se movieron automáticamente, un pie delante del otro, ganando velocidad a medida que avanzaban. Chanyeol junto a Jimin se tiraron a los brazos de Hoseok para abrazarlo, el susto que se llevaron fue impresionante, parecía que llevaban una pesada roca que era arrastrada por ellos durante todo el día, y ahora estaban aliviados, aliviados de ver a Hoseok a salvo.

—Nos asustaste —susurraron aquel par sin recibir respuesta, sólo una corta oración que no decía mucho, pero a la vez revelaba todo.

—Chicos… Deben acompañarme —Chanyeol y Jimin se miraron en duda, pero lo hicieron, acompañaron en silencio a Hoseok sin rechistar, sin preguntar porque sabía que obtendrían respuestas, no como hubieran querido, pero lo tendrán.

Algo dentro de Jimin tembló cuando se detuvieron frente a un gran edificio de colores apagados acompañado con ambulancias a sus lados, almas enjauladas, personas que buscan sobrevivir y otras que se despiden sobre una cama. Tragaron saliva siguiendo a Hoseok que comenzó a caminar sin decir una palabra… Hasta que se detuvieron frente a una habitación con el número «421» grabado sobre una placa un poco oxidada. No sabían qué hacían allí, ni por qué están ahí, sin embargo, la amargura en sus bocas era de algo negativo, algo que no querían ver ni oír. Pero el silencio de Jung era algo que los dejaba en suspenso, en medio de un océano con un barquito a la deriva, así estaban sus pensamientos, perturbados y preparando a su corazón para lo que verá.

Fue sólo un ademán del chico que les indicaba que se asomaran por la ventanilla en la puerta para poder ver el interior.

Jimin con ayuda de Chanyeol, logró mirar a través del vidrio…

Las palpitaciones cesaron y de sus ojos abundante agua corrió de la rabia, tembló y sus ganas de gritar fueron más grandes que la calma. Perplejo, esa era la palabra que definía su estado a la perfección porque la ilusión frente a él no podía ser real… No, no creía que la persona en esa camilla que era cubierta por moretones, conectada a un respirador y sobreviviendo con máquinas, se haya merecido eso, ató cabos al instante. Se alejaron de la ventanilla para mirar al tercero que mantenía la mirada fija en aquella chica, sus párpados colapsaron en un silencioso llanto.

—Ayer… Cuando contesté a la puerta… Mi hermana estaba allí, en ese estado… De nuevo, de nuevo creí que estaba muerta y me asusté… Me asusté tanto —Apretó sus puños con rabia quitando de su bolsillo un pedazo de papel arrugado y manchado de sangre.

Lo leyeron… Y cosquillas como pequeñas puntas de filosas dagas que rozaban su piel dispuestas a ser enterradas recorrieron toda su espalda.

“El ·––· juego ——— comienza ·–· ¿No?”

Hoseok apretó sus dientes con rabia viendo a su hermana respirando con dificultad, pequeñas lágrimas de completa furia e impotencia por no poder ayudarla cuando seguramente gritaba por ayuda se deslizaron por sus mejillas, los tres estaban ardiendo en llamas en ese instante… Así que ese sería el juego… Así que subieron de nivel.

Chanyeol sacó otro papel de su chaqueta y se las tendió, Jimin la tomó junto a Hoseok, estupefactos del contenido.

“Una palabra — y les cortaré la lengua ··”

Sus ojos chocaron, envueltos en oscuridad, sus músculos tensos junto esas ganas de golpear y partirle la cara a la persona detrás de esto.

Pero había algo que irrumpia en la cabeza de Jimin; ¿Fue realmente una sola persona?

Hoseok habló con rabia, apretando sus dientes y manos sin apartar su mirada de su hermana.

—Estoy dentro, no pararé hasta encontrarlo.



































































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Holaa, perdón por el capítulo largo :c

¡Y! ¿Leyeron que varias cosas sucedieron en este capítulo? ¡Las cosas se ponen picantes!

¿Ya quieren conocer más a Yoongi? Porque yo estoy esperando con ansias ese capítulo porque me encanta UwU

Niconitty©

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