❝Chapter 58: 여행: 위선❞

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No me importa ser el malo de la historia

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♔; Umbría : “Parte de un terreno o de un lugar que por su orientación siempre está en sombra”.

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En el anterior capítulo de EL COME LIBROS...

Un recuerdo demuestra que la nictofobia de Jimin era más compleja de lo que se cree. Una charla entre el jefe de Hyeon y ella abre más preguntas sobre el pasado de la familia Park en Busan.

Jimin comenzó a ver con otros ojos a Yoongi, enterrando sus sentimientos para concentrarse en la investigación y buscando sacarle información, no funcionando.

El viaje —con la ausencia de Yoongi y Kai— fue desastroso antes de poder iniciar al tener de compañero de viaje a Taehyung y volviendo las cosas más incómodas.

"¿Los Jeon son más influyentes que tu familia?", la mención de familias importantes despiertan su curiosidad.

Jimin se da cuenta que Jeon Jihyun ocultaba más de lo que mostraba.

Capítulo 58: Viaje: hipocresía

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Capítulo dedicado a la mejor mamá del mundo, porque amo mucho a mi mamá: susy1599 🐥

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[Este capítulo posee contenido explícito que puede dañar la sensibilidad. Leer bajo su responsabilidad]

Una melena rubia caía agraciada por la curva de una desnuda espalda, la piel presumía las marcas de dedos y mordidas. La luz se imponía sobre los muebles de la oficina, revelando el humo de tabaco que se extendía por el lugar y las prendas de ropa en el suelo. Un torso pálido se mostraba orgulloso junto a unos marcados abdominales. Un sillón grande era cubierto por el hombre de mechones castaños que observaba los ventanales de su oficina con desinterés y una postura relajada y a la vez atenta. No volteó a mirar a la mujer que cerraba el cierre de su vestido a su lado, ni tampoco cuando escuchó su voz.

—Esto es tan cliché.

—¿Acostarte conmigo es cliché? —respondió al comentario sarcástico y recibió un silencio que interpretó como un sí—. Es raro que hayas querido tener sexo.

—Jimin está en un viaje escolar, así que básicamente no tengo nada que hacer cuando no estoy trabajando. ¿Hay algún problema?

—Ninguno —suspiró aplastando su cigarrillo contra el cenicero de porcelana blanca y se levantó para tomar su camisa del suelo—. Así que solo utilizas mi cuerpo, propio de un súcubo- ay, eso dolió. —Frotó su mano contra su brazo al recibir un puñetazo.

—No seas tan llorón, solo te rocé —gruñó colocándose sus zapatos y el hombre alzó una ceja ante la rara combinación—. No preguntes, es por las dudas. Los tacones hacen que reduzca mi velocidad al correr, esta vez no se me escapará.

—¿Fue por culpa de tus tacones que te hayan robado tu anterior celular?

—No… En parte fue mi pereza, al ver al ladrón a una cuadra de diferencia me dio bastante igual si se lo llevaba o no, podía comprar otro al fin y al cabo. Mira el lado bueno, ahora tengo un celular mucho mejor —comentó mirándose en el espejo compacto y aplicándose rímel. El contrario entonces cambió su expresión.

—¿No tenía información tu celular? —Y la rubia se volteó completamente ofendida, cerrando el espejo con brusquedad.

—¿Acaso me crees tan estúpida, you fucking idiot? —escupió—. Claro que no tendré información allí, lo único importante que tenía eran las conversaciones con Jimin y algunas señoras del barrio pero nada más. No soy tan ingenua para dejar pista de que estamos aliados —explicó moviendo ligeramente su larga falda azulada y cruzando sus brazos cubiertos por su camisa negra.

—Lo sé, lo sé —contestó el hombre tomando su celular de su armario con algunos botones de su camisa sin abrochar dejando ver sus ligeras clavículas—. ¿Te han estado siguiendo?

—Sí, aunque no han hecho nada todavía. Solo vigilan y conté alrededor de unos cinco estos últimos días. Sí que son persistentes. Tarde o temprano descubrirán que mantenemos contacto —especificó aquello último con un vistazo intenso al hombre de espalda ancha y ojos feroces.

—Maldición —se quejó—. De todas formas, intenta mantener el perfil bajo.

—No puedo hacerlo si tienen a Jimin en la mira. Quiero llamar su atención para que aparten la mirada de mi hijo —informó ya atando los cordones de sus converse negras.

—Sabes que eso no funcionará por mucho tiempo y solo te pones en riesgo —reprochó dejando su celular a un lado después de mirar la hora. Tendría una reunión dentro de unos minutos y tenía tantas cosas en la cabeza que no podía concentrarse en una.

—Aunque solo sea temporal, es algo. Haría lo que fuera por mi hijo. —Por fin el hombre observó a la mujer con ese porte elegante que en el pasado jamás hubiera visto como una candidata para ser su compañera de cama… Solo que ahora las circunstancias habían cambiado y ambos eran dos adultos solitarios en busca de compañía.

—Me lo demostraste en nuestro emotivo reencuentro —aportó aquello último con sarcasmo y Hyeon chasqueó la lengua, ya estando de pie cerca de la salida de la oficina. A pesar de haber dicho esa broma, casi al instante de decirla cambió su expresión a una de seriedad al recordar ese "emotivo reencuentro", siendo, en pocas palabras uno trágico y esperanzador a la vez.

—Y volvería a hacerlo —finalizó saliendo de la oficina con tranquilidad. Su largo cabello caía en bucles por debajo de su cadera y se movieron sin cuidado cuando Hyeon se sorprendió al ver a una mujer pálida y castaña con una trenza suelta cayendo por su hombro izquierdo, dicha persona venía en sentido contrario con una falda negra tipo tubo y una camisa con un lazo anaranjado en el cuello de la prenda.

—¡Oh! Hyeon, cuanto tiempo ha pasado —habló la desconocida tan pronto la reconoció. Aunque no era difícil olvidar una apariencia con rasgos tan atípicos.

—Hola, Gyeonghui —saludó la rubia e inclinó su cuerpo en una reverencia en conjunto con una sonrisa acompañada de sorpresa—. Cuanto tiempo, ¿has estado bien?

—Dígamos que sí, aunque la situación últimamente se estuvo complicando —añadió con una mueca tímida. Labios pintados con un leve tinte melocotón y unas sombras de ojos marrones que resaltaban su mirada.

—Ni me lo digas. ¿Cuándo llegaste a Seúl?

—Hace relativamente poco. Recién ayer pude terminar los trámites de mudanza. —Hyeon amplió sus ojos. Era una noticia bastante rara teniendo en cuenta el comportamiento de esa familia, usualmente conocidos por mezclarse en un ambiente para pasar de desapercibido.

—¿Vas a verlo? —preguntó mirando a la oficina al final del pasillo y la mujer asintió. Entonces Park se apartó del caminado para dejar libre su paso—. Entonces me retiro. Fue agradable verte, Gyeonghui.

—Lo mismo a ti, Hyeon. Nos vemos mañana —se despidió y la nombrada alzó su mano en correspondencia. Entonces cuando se había dado la vuelta, cayó en cuenta de lo que dijo la castaña. "¿Nos vemos mañana?", pensó durante su trayecto fuera del edificio. Aquel idiota estaba bastante distraído durante toda su charla y el sexo, revisando constantemente su celular; luego apareció Gyeonghui, quien además se estaba mudando a Seúl y que de por sí ya era bastante inusual. La situación se estaba tornando más seria en cada momento y la reunión que había en aquella oficina al final del pasillo era el primer indicador. Pero, ¿por qué Gyeonghui se mudaría? Entendía el motivo de la reunión, ¿y la mudanza…? Además, es el primer rastro que veía de la familia del imbécil desde hace años. ¿Y por qué se reunieron en su oficina? Sonaba bastante tonta la pregunta pero teniendo en cuenta los riesgos, solo se pudieron haber reunido en otro lugar mucho más íntimo sin la mirada curiosa de los demás trabajadores. Si no les importaban esas miradas curiosas, quiere decir que no traería algún efecto secundario…

Hyeon dejó de rascar su oreja al encontrar una hipótesis.

¿Gyeonghui comenzaría a trabajar con él? Es decir, si no les importaba las miradas del resto del personal es porque la verían constantemente allí como otra empleada. De ese modo, ¿qué papel ejercería? Para que el estúpido se hubiera tomado todo ese trabajo y ella accediera a abandonar su lugar tuvo que hacerle una gran oferta.

Solo que no podía seguir pensando en las posibilidades por su molesto seguidor. Era uno pagado, podía percibirlo por la manera profesional y estratégica con la que se ocultaba. No pudo divisarlo aún, aún.

Hyeon extendió su sendero a casa, siendo notado rápidamente por su seguidor que se extrañó ante el abrupto cambio. Entraron a un barrio chino, donde la mujer de cabellos largos y rubios se detuvo en puestos de comida, saboreando los platos con la vista y puestos de accesorios bastantes tiernos. La vio elegiendo gomas para el cabello, pins y colgantes, todas de un estilo impropio de ella. Luego de la compra, guardó los productos en su bolso y siguió con su camino. Al parecer solo se había desviado para hacer esa compra o recorrer la feria. El atardecer caía sobre sus hombros y los faroles de la zona se fueron encendiendo… Con ello, las luces fueron desapareciendo y…

Hyeon también había desaparecido de su vista por unos segundos.

Rápidamente la pudo visualizar dirigiéndose a una construcción abandonada mientras se ataba su largo cabello con una scrunchie azulada. No retrocedió, siguió avanzando aunque mantuvo la distancia, la suficiente para que ella no lo descubriera. Una vez que estuvo seguro que Park Hyeon ya estaba lo suficientemente lejos, se adentró al lugar cargado de sombras por la caída del sol y se detuvo cuando no encontró pistas de la presencia de la mujer.

No percibió los grandes ojos celestes que lo observaban fijamente en silencio desde arriba. Park Hyeon se encontraba con las rodillas aferradas a un barandal de metal y sus manos de igual forma se enredaban en el duro material. Estaba totalmente quieta, pasando desapercibida por el hombre que maldijo por no encontrarla. La rubia estrechó sus ojos cuando distinguió la brecha que le permitía atacar.

Se soltó y cayó en silencio hasta que pisó el suelo, no dándole tiempo al adversor, golpeando su pantorilla causando que cayera de rodillas.

—Te mueves y te rasgo la garganta —advirtió posando una navaja sobre la zona y con su otra mano ejerció fuerza sobre el hombro izquierdo para mantenerlo en esa posición vulnerable—. Me has dado muchos problemas últimamente. Ni siquiera pude asistir a la reunión de amigos por tu culpa.

—No tuviste una reunión de amigos porque no tienes amigos. —Ante lo dicho Hyeon se quedó en silencio. "Tiene razón", concordó.

—Así que admites que me estás vigilando. Hace exactamente ocho días fue mi última reunión social con mis vecinas, así que me llevas siguiendo alrededor de una semana —explicó tamborileando sus dedos sobre el hombro del desconocido que chasqueó su lengua al ser descubierto—. Oh, entonces es verdad. A ver, dulce bombón, ¿trabajarías por mí por…? —dictó una cifra de dinero en un susurro sobre su oído.

El hombre río.

—Tendrás que esforzarte —contestó altanero y rápidamente selló sus labios cuando se topó con el rostro cercano de la rubia. Se estaba ahogando en ese mar que representaban esos zafiros.

—Así que te pagaron mucho dinero eh… —habló sin apartar la vista y presionando los dedos sobre el músculo del hombro—. Tienen que tener mucho dinero esas personas y conozco a unas personas que están dispuestas a pagar tanto para joderme la vida.

—Jódete.

—Cariño, ¿por qué tan a la defensiva? —preguntó con una voz inocente que no concordaba con su expresión—. Estás sudando y moviendo tu nariz como una asquerosa rata… ¿Sabes qué comen los búhos? —Las facciones del hombre se deformaron por el miedo que intentaba ocultar.

—No te diré nada —farfulló y Park soltó una pequeña risa.

—No hace falta, ya me dijiste todo. Tus contratantes no estarán muy felices de que hayan sido descubiertos, descuida, no diré nada si no te opones a venir conmigo —sugirió ahora acariciando el hombro y bajando un poco la navaja.

—Mierda.

Por otro lado, en las calles de Seúl, una cabellera grisácea se mecía junto a las hojas de los árboles pelados. El adolescente pálido se detuvo frente a una tienda de música donde había diversidad de instrumentos y entre ellos, se destacaba un fino piano. Sus pestañas acariciaron el aire con nostalgia, recordó el instrumento viejo del salón de música y sus maderas despedazadas, las pesadas lágrimas de Jimin y el sentimiento que abarcó su estómago hasta hacerlo vomitar. Aún en sus divagaciones, su memoria retrocedió más en el tiempo, específicamente a su infancia y el viaje fue interrumpido abruptamente por un pequeño golpe que le dio a su cabeza.

Un ladrido hizo que bajara la cabeza hacia el cachorro que sacaba su lengua y movía su cola. Sonrió levemente y dejó atrás esa tienda de música junto a todos sus recuerdos.

Caminaba alrededor del parque para pasear a Panquecito y una persona pasó a su lado, dejando un papel en su mano y siguiendo con su trayecto.

Yoongi guardó el papel en su bolsillo.

[•••]

Los ojos celestes seguían los movimientos del resto de estudiantes que se lanzaban agua con diversión. Jimin traía unos pantalones cortos amarillo, unas sandalias y una campera básica negra con capucha sobre una remera vieja gris. A su lado Chanyeol estaba igual que él, solo que no llevaba algún abrigo y Hoseok era el único con la parte superior expuesta.

El lago fue una bienvenida al lugar, los estudiantes se metieron a jugar y otros disfrutaban observando a lo lejos como él. Chanyeol y Hoseok ya se habían metido a jugar, ahora descansando a su lado, cubiertos con una toalla y tomando una bebida refrescante. Jimin se mantuvo en silencio todo ese rato, pensando en la foto que le habían sacado en su hora de música, justo donde se había sentado en el partido de básquet. Debía comenzar por las fechas y horarios que le tocaba aquella materia, luego comparar con los horarios de otras clases para saber qué divisiones tenían ese momento libre o clases en el exterior. Si no encontraba nada, daría por descartada la teoría de que fue un estudiante o, la otra opción sería alguien que faltó a clases aquel día y que, de alguna forma logró pasar la seguridad del colegio y sacarle la fotografía desde el exterior. También debía revisar la lista de estudiantes que evitaron alguna clase ese día... Tantas cosas a la vez lo estaban abrumando.

Chanyeol le extendió un jugo que Jimin rechazó.

—No has comido nada —dijo y solo escuchó su suspiro cuando no obtuvo respuesta.

Luego estaba Yoongi, tenía que ser más cauteloso con él si quería sacarle información. La última vez fue un rotundo fracaso, casi no pudo extraer nada esecial y rebuscando en su memoria, recordó cosas dudosas que había dicho el pálido en algunos de sus casuales —no tan casuales— encuentros. Panquecito actuaba raro, no tenía fotos en su departamento, la tierra, el uso excesivo del jabón líquido y más cosas específicas que en su momento no quiso darle más importancia.

Su mirada se fijó en los mellizos, los cuales tampoco tocaron el agua. También llevaban remeras, Jihyun de un color gris y Jungkook de negro. La diferencia era que el mayor llevaba pantalocillos rojos y el menor un pantalón largo. Ambos estaban alejados, Jungkook estaba rodeado de estudiantes que hablaban y reían, mientras que el azabache fingía que les prestaba atención mediante sonrisas y asentimientos; por otro lado, Jihyun estaba sentado en una manta sobre el césped en compañía de su novia, miembros del equipo de básquet y porristas, sonriendo con naturalidad, desbordando bondad y amabilidad en sus gestos, siendo carismático.

De un momento a otro, todos ellos se metieron al lago a excepción de Jihyun e Irene, la última le dio un beso en la mejilla a su pareja antes de retirarse, dejando solo al presidente.

Jimin frunció el ceño cuando Hoseok comenzó a llamarlo y desvió la mirada del mellizo mayor.

Jihyun se quedó solo esperando a Irene, quien se había ido a buscar bebidas. Se levantó para acercarse al lago, se quedó allí de pie viendo a todos los estudiantes presentes y bajó su oscura mirada al agua verificando que no hubiera nadie cercano como para lanzarle agua. Observó el agua turbia, su reflejo viéndose distorsionado y borroso. Sus delgados labios elevaron sus comisuras con burla y un escalofrío en su espalda lo alertó de inmediato, dándose vuelta para enfrentar a la presencia detrás de él y encontrándose con Irene. Suspiró y alejó su vista de su reflejo.

—Lo siento —se disculpó su novia y Jihyun negó. La pareja caminó hacia la manta de nuevo—. Traje tu café. —mencionó y no tuvo que revisar si era sin azúcar, ni siquiera tuvo que decirle a su novia que quería una bebida o cuál deseaba.

—Gracias —respondió tomando de su café e Irene se apoyó a su lado, descansando su cabeza en su hombro y el silencio se formó entre ellos, viendo al resto divertirse. La chica tenía una leve sonrisa satisfecha en su rostro por la comodidad que le propinaba su novio—. Irene —llamó luego de unos cinco minutos.

—¿Mhm?

—¿Cuándo te quieres casar conmigo? —preguntó e Irene cerró sus ojos, acomodándose contra él y sonriendo sin mostrar sus dientes, demasiado relajada para hacer un esfuerzo.

—Cuando tú quieres, Jihyunnie —pronunció con delicadeza y calma en sus palabras.

Jihyun mantuvo su perfil intacto, sin desviar la mirada de enfrente y dejando su café a un lado.

—¿Y si te digo que ahora?

Irene rio suavemente.

—Entonces ahora será. —Irene besó el hombro de su pareja antes de volver a recostarse sobre la zona—. Sabes que te esperaré.

Jihyun no respondió y levantó su mano contraria para darle algunas caricias a la cabellera de la contraria. Su pequeña sonrisa se esfumó cuando vio a Jimin y Jungkook cerca los baños.

—Me tengo que ir —anunció e Irene lo soltó y observó con confusión que no se deshizo con el beso que se le fue dado en los labios.

Jihyun caminó sin despegar su vista de aquellos dos, lentamente vio como ese rubio notó su presencia y sonrió mostrando los dientes. Jungkook fue el siguiente que se volteó a mirarlo y luego volver su vista al más bajo.

—¿Qué hacían? ¿Puedo unirme? —comentó y Jimin fingió una sonrisa.

—Nada en particular, ya estaba por irme —respondió. Jungkook estaba en silencio.

Los mellizos vieron como Park se alejaba y Jihyun en ningún momento cambió su expresión relajada y amable.

—Tengo que hablarte de algo, entremos al baño —susurró y Jungkook lo siguió en silencio cuando comenzó a caminar.

Antes de entrar, Jihyun le dio un vistazo discreto a los alrededores, entrando al baño de hombres después de Jungkook, cerrando la puerta con traba y luego abrió los cubículos. Se cercionó de estar a solas y por último, le echó una ojeada a la ventanilla de ventilación. Jungkook estaba con la mirada puesta en el suelo con los labios sellados y sin mover un músculo a pesar de sentir la imponente mirada sobre él.

Finalmente cuando Jihyun supo con seguridad de que estaban totalmente solos, su expresión se degradó hasta las profundidades de la noche y su nochezca mirada sin estrellas penetraron por completo la voluntad de su mellizo.

—¿Qué te dijo?

—Me dijo que se disculpaba conmigo  —habló alto, aunque de forma moderada por si había algún oyente no deseado por los alrededores. Sabía que su familia odiaba que balbuceara.

—¿Por qué disculparse? —Frunció el ceño.

—Tuvimos un pequeño conflicto antes cuando le dije que no lo ayudaría a re-abrir la biblioteca y se enojó conmigo. Me dijo que no quería llevarse mal conmigo —informó y Jihyun ladeó una sonrisa sarcástica.

—¿Sabes que en verdad no lo siente y solo quiere cortar distancia contigo para usarte, no? —Se cruzó de brazos y Jungkook asintió.

—Lo sé —contestó sin sentimientos en sus palabras.

—Estuve investigando —comenzó a caminar hacia los fregaderos, dándole la espalda a Jungkook—. Ten cuidado con Park Jimin, es peligroso —advirtió con una seriedad que podría partir el espejo delante suyo. Abrió el grifo, dejando correr el agua bajo la expectante mirada de su hermano.

—Lo sé.

Jihyun suspiró.

—Nada de esto hubiera pasado si no lo hubieras ayudado y me hubieras dejado todo a mí. Si estuvieras consciente de que es una amenaza serías más cuidadoso con tus acciones. —El agua seguía fluyendo con violencia. Abrió otro grifo y Jungkook se mantuvo firme, aunque no podía ocultar su rostro sin vida y ánimo de hacer nada—. ¿Entiendes por qué mamá y papá tuvieron que tomar medidas para disciplinarte? —Jungkook volvió a afirmar con su cabeza, de nuevo escuchando el agua fluir y el ruido oxidado de las llaves siendo giradas, sintiendo tan frescas las marcas escondidas bajo su vestimenta—. ¿Por qué lo hiciste? —Otro grifo y los dedos de Jungkook temblaron.

—Fui tonto en su momento, no lo volveré a hacer. No tenía noción de las consecuencias de mis acciones —pronunció y ahora el estruendoso ruido de todos los grifos abiertos se imponían sobre sus voces. Jihyun posó sus manos bajo el agua.

—Si es así, ¿por qué hablas con Park Jimin aún? Involucrarte con él solo te traerá problemas, y así involucrarás el nombre de nuestra familia… Ninguno quiere saber que pasará después, ¿no es así? —Los labios de Jungkook se desbordaron sobre una fina cuerda floja que, bajo ella lo esperaba una caída libre llena de serpientes venenosas.

—No lo volveré hacer. —Se percibió una mota de desesperación que rompió su voz en la declinación de su volúmen y seguridad—. No lo haré, así que por favor…

—Claro que no lo harás —contestó con frialdad, aún dándole la espalda a Jungkook.

Fue cuestión de segundos. Jihyun había volteado su cuerpo —quedando enfrentados— cuando levantó su mano mojada en el aire y barrido el aire con su palma abierta, impactándose contra la mejilla de Jungkook en un sonido sordo. Volteó el rostro contrario y lo desequilibrió por unos momentos, dejándolo un poco aturdido por la cachetada que trajo insensibilidad a la zona, luego un prominente hormigueo que esparció un dolor agudo. El mellizo mayor observó con su expresión neutral como Jungkook volvía a su postura inicial sin quejas, con la sangre cayendo como un río por su barbilla, goteando a borbotones y con la mejilla  enrojecida.

—¿Por qué me golpeaste? —se atrevió a preguntar Jungkook y Jihyun ladeó la cabeza.

—No, yo no te golpeé. Te golpeó una pelota perdida cuando venías al baño —contestó y Jungkook tragó saliva. El presidente tomó del papel que colgaba al costado de los fregaderos—. Ten, limpiate esa sangre y cierra los grifos —completó para irse de allí.

Una vez afuera, regresó con su grupo y una inusual seriedad en su rostro. Deslizó con fuerza su palma sobre el costado de su estómago.

Jimin miró a Jihyun caminar con tranquilidad y chasqueó la lengua. Chanyeol y Hoseok también posaron su mirada sobre el presidente, Hoseok fue quien apartó la vista cuando el presidente se volteó para verlos y regalarles una sonrisa de labios sellados. El peli-violeta devolvió el gesto hipócrita.

—Da miedo —confesó Hoseok y el rubio bufó.

—Que no te afecte. Solo es un imbécil que se cree superior por su apellido —soltó Chanyeol y recibió un pequeño golpe de Jimin—. Sí, sí. "No malas palabras", lo sé.

El trío quedó en silencio, disfrutando las caricias de las brisas en sus rostros y Jimin se fijó en Namjoon sonriendo, mostrando sus adorables hoyuelos. "Sí que se parece a la doctora Kim", pensó. Sería buena idea tenerlo dentro del equipo, aunque primero había que descartar si se trataba de un culpable o no. Podrían sacar muchos beneficios con su ayuda, más detalles de la historia que completarían gran parte del rompecabezas, se complementaría mucho con la información que Seokjin lograría exprimir de sus padres. Eran un combo bastante prometedor y no podía dejar escapar esa oportunidad.

Antes de darse cuenta, se habían ido junto a sus amigos hasta un campo de deportes donde habían grifos de agua, queriendo evitar ir a los baños por ahora al no ver salir a Jungkook. Se quedaron allí, alejados del resto y sus amigos charlaban de comics. Jimin no interfirió en la conversación, estando más concentrado pensando en Yoongi. "¿Qué estará haciendo ahora? ¿Cuál será la verdadera razón de su ausencia?".

—Mi compañero de viaje es Namjoon —informó Seokjin, Jimin ni siquiera supo en qué punto llegó y solo reaccionó cuando escuchó eso.

—Presta atención a lo que hace o dice, sobretodo por la noche. Las actividades nocturnas siempre son importantes —aconsejó Jimin con expresión cansada y el peli-rosa solo lo observó.

—¿Duermes?

—Claro que sí —mintió—. Como sea, nos mantienes al tanto —dijo antes de escuchar quejas o comentarios acerca de su aspecto. No estaba tan mal.

—No puede ser —escuchó quejas por parte de Kim, otra vez levantó la cabeza y al lugar ingresaba Namjoon junto a su equipo, siendo la molestia Changbin.

—¡Hola! —Se acercó el moreno con una sonrisa, separándose de sus compañeros que se fueron al otro lado de la cancha. Algunos molestos por la interacción, entre ellos destacaban Kris y Changbin—. ¿Venían a jugar? Íbamos a usar la cancha, podemos volver después —dijo aquello último con timidez bajo la mirada de Seokjin.

—No, no. Pueden usarla, nos haremos a un lado —negó Seokjin y el resto estuvo de acuerdo.

—No hace falta eso. —Una voz bastante conocida interfirió y el peli-rosa sintió un peso sobre su hombro. Jimin, Hoseok, Chanyeol y Seokjin no pudieron ocultar su sorpresa al ver a Jihyun—. Podemos usar todos la cancha en un juego en común, así nos divertimos todos, ¿no creen? —sugirió y todos mostraron curiosidad.

Seokjin quitó a Jihyun de encima y este soltó una risa algo grave. Entonces todos los miembros de su grupo se tensaron ante la aparición de ese pelirrojo que traía un huracán de problemas con la expresión de desagrado que traía en el rostro. Taehyung decidió ignorarlos, deslizando sus orbes avellanas hacia otra dirección. Progresivamente los estudiantes comenzaron a llegar, en grupos mayoritariamente. Entre ellos, Minseok, Jackson y otras caras conocidas comenzaron a asomarse al lugar. Jimin tembló al sentirse demasiado abrumado por la cantidad de personas presentes, demasiado ruido entró por sus oídos en forma de astillas que rasparon su cerebro. Quería vomitar.

—…y podríamos armas equipos. ¿Qué piensan? —preguntó el presidente a todos y Jimin dejó de oír el extenso pitido exclusivamente suyo. Sacudió levemente su cabeza y estuvo de acuerdo sin realmente haber escuchado. Hoseok lo observó de reojo, notando el distanciamiento de Jimin y acercando un poco más su cuerpo al del bajo, dejando que se apoyara sobre él.

—Entonces serían dos equipos, ¿quiénes serán los capitanes? —preguntó Changbin con su remera deportiva holgada. Todos habían estado expuestos el suficiente tiempo a los rayos solares para que sus ropas estén secas.

—Jihyun debería ser uno —incentivó una de las porristas, Hyuna. Irene estuvo de acuerdo.

—Es quien tuvo la idea —corroboró Kris.

—Entonces Jimin debería ser el otro capitán. Él estuvo primero en la cancha —incitó Jihyun con una sonrisa encantadora. Su cabello azabache alborotado fue más desordenado por la brisa que cubrió el lugar y Jimin alzó su mirada cansada cuando el silencio llegó a él. Chanyeol carraspeó, susurrando lo que había dicho Jeon mayor.

—Bueno… —aceptó dudoso y los que no querían participar se hicieron a un lado.

Namjoon y Kris se encargaron de armar los límites de la cancha con tiza. Changbin tenía el balón en sus manos y se lo ofreció a Jihyun, quien se separó del resto junto a Jimin.

—¿Alguien no sabe las reglas del juego de quemados? —Nadie levantó la mano, entonces el presidente lo tomó como un no. Jeon se volteó hacia Jimin.

—Puedes comenzar a elegir tú —ofreció y Jimin devolvió el gesto amable, en su cabeza solo se limitaba a rodar los ojos.

—Elijo a Chanyeol —empezó sin titubear o examinar a cada participante.

—Changbin —llamó Jihyun.

—Namjoon. —Jimin arrugó su frente y observó a Hoseok. Si Jihyun elegía al sub-capitán del equipo de Básquet, él tenía que elegir al capitán. Se disculpó con Jung moviendo sus labios en silencio. Prosiguió cuando Kris fue elegido—. Hoseok —finalmente lo elegió y este sonrió, siendo recibido por los brazos de Chanyeol.

—Taehyung. —"No puede ser", pensó Jimin viendo como el pelirrojo caminaba tranquilamente hacia Jihyun.

—Seokjin. —De reojo podía ver la sonrisa escondida de Jeon mayor. Lo irritaba tanto—. Jackson. —El nombrado abrió sus ojos como plato pero no se opuso, yendo feliz hacia el equipo que le tocó.

—Minseok —eligió Jihyun y el rubio no pudo evitar la confusión que abordó su cabeza ante la rara elección.

Las elecciones prosiguieron, quedando el equipo de Jimin con exactamente ocho miembros, faltando uno en el equipo de Jihyun para completar la cuota. El rubio estaba por ofrecer una opción cuando el presidente captó una conocida figura detrás de las rejas, sonrió en su interior.

—Jungkook, ven a mi equipo. —El recién llegado pareció realmente desorientado, sin embargo no protestó al respecto. Todos los presentes observaron con curiosidad la mejilla inflada del mellizo y solo Irene se había acercado sin miedo a preguntarle si necesitaba hielo, recibiendo una negación. De esta forma, los equipos ya estaban parejos.

En el equipo rojo quedaron: Changbin, Kris, Taehyung, Minseok, Jungkook, Irene, Youngjae y Taeyeon.

Y el equipo azul estaba conformado por: Chanyeol, Namjoon, Hoseok, Seokjin, Jackson, Hyuna, Kristal y Jaebum.

Los delegados de los equipos eran Jimin y Jihyun por elección general. Así que se posicionaron en la línea del fondo del territorio contrario.

El resto solo se quedó observando, animando a los equipos y siendo el equipo rojo el que más aliento recibía. Kyungsoo sería el encargado de observar que no se incumpliera ninguna regla. Jimin quería acabar con el juego, quería sentarse por un rato al sentir todo tan alejado de sí mismo. Tan nublado, tan lejano.

—¡Que comience el juego! —gritaron las porristas y quien tenía el balón era el equipo rojo. Como Jimin había hecho la primera elección de miembros, le habían concedido el primer saque al equipo rojo, siendo Jungkook el que tenía control sobre el redondo objeto.

—¡Que sea un buen juego! —deseó Jihyun a todos tratando de animarlos y solo causó repulsión en los oídos de Seokjin.

Contrario a todo pronóstico de Jimin, Jungkook le pasó el balón en el aire a Changbin que la atrapó e hizo un pase sobre la cabeza con ambas manos a Taehyung. El pelirrojo al atraparla dobló los músculos de su espalda, sus bíceps resaltaron en su perlada piel, el balón pasó cerca de su oído izquierdo cortando el aire con fiereza y en segundos llegando al territorio del equipo azul, así rozando la mejilla de Hoseok y golpeando a Jaebum en la pierna izquierda antes de ni siquiera poder reaccionar. El afectado se quejó por el fuerte golpe que carcomió su cuádriceps.

Kyungsoo chifló y Jaebum se sonrojó por ser el primero en ser eliminado, caminando decaído a un lado de Jimin que intentó subirle los ánimos. Taehyung elevó una de sus comisuras y escuchó las felicitaciones de los miembros de su grupo. Aunque ningún halago salió de la boca de los mellizos Jeon. Jimin entendió que estaban yendo muy en serio y si no se concentraba, perderían. "Que molesto", se arrepintió de haber aceptado la propuesta tan pronto se cruzó con esos oscuros ojos sin fondo de Jeon Jihyun a la distancia. ¿Qué estaba buscando con este juego? ¿Divertirse? ¿En serio podía pensar en una conclusión tan sencilla para alguien de su posición? Sabía que tenía intenciones ocultas, solo que no podía saber qué estaba buscando. Probablemente su cerebro no estaba funcionando muy bien para pensar en una respuesta —que podría estar frente a sus narices— o definitivamente Jihyun era una persona de muchas matices que lo hacían impredecible y difícil de leer.

Hyuna había podido capturar el balón antes de que esta saliera de los límites y pudiera tomarla Jihyun. Lanzó el objeto hacia Jackson que tembló cuando no sabía qué hacer, tenía el tiempo contado y debía actuar antes de que se completaran los cinco segundos. Actuó y buscó un objetivo, encontrando a Minseok expuesto y cerca del límite. No lo pensó y tiró.

Minseok lo esquivó saltando.

Sin embargo, no pudieron cantar victoria cuando Minseok fue golpeado por la espalda con el balón y cayó al suelo. Jimin había tomado la iniciativa al ver la oportunidad perfecta, dejando atónito al quemado. "¿Cuándo llegó?", se preguntó al estar seguro de no haber oído llegar al rubio por detrás. No pudo seguir pensando en ello cuando el árbitro lo envió junto al delegado de su equipo y se reprendió a sí mismo por perder de esa forma tan patética. Entre todos los jugadores, fue Chanyeol quien había visto ese movimiento como algo único. "Los pasos silenciosos…", pensó maravillado y algo divertido.

Los que retuvieron el balón fue el equipo rojo al no alcanzar al límite de su cuadrado, casi alcanzando las manos de Jaebum que esperaban su llegada. Quien había tomado el objeto fue Irene, que interrumpió su paso colocando la mano y causando que este se posicionara por sí solo sobre su palma. La chica se la lanzó a Youngjae y este quiso quemar a Jackson que exitosamente logró esquivarla moviendo sus caderas hacia la izquierda y Hoseok corrió a tomar el balón blanco cuando rodaba por el suelo liso después de su declinación. Jihyun no había hecho el esfuerzo de raptar el objeto, sabiendo que esta ni siquiera sería capaz de llegar hasta sus pies y que la distancia entre Jung y el objetivo era bastante corta.

Hoseok se lo pasó a Chanyeol. El peli-violeta no se acercó a la línea divisoria y tampoco hizo el ápice de trotar. El equipo rojo creyó que se lo pasaría a otro jugador, así que apartaron la mirada para fijarse a quién se lo pasaría, Jihyun y Jimin fueron los únicos que siguieron los movimientos del alto. Solo fue un breve momento cuando Taehyung sintió una fina brisa a un costado de él y un estrépito que desconcertó al resto al ver a Kris en el suelo luego de ser tacleado por el balón. Parpadeó sin entender en qué momento sucedió eso

—¡Carajo! —gritó enfurecido el jugador de Básquet.

—¡Kris! —gritó Jihyun con una sonrisa—. Solo es un juego, calma. —El chico dejó de protestar y se limitó a caminar hacia el delegado de su equipo, conteniendo sus quejas. Ese hijo de puta lo había golpeado con demasiada fuerza.

Taeyeon arrojó la pelota dispuesta a darle a Kristal y esta en un acto rápido al ser tomada de imprevisto, flexionó sus piernas a lo largo del suelo, en un perfecto split automático. Se levantó, recibiendo silbidos por parte del público que fue aumentando con el avance del partido y Jimin nuevamente sintió ese indudable mareo, era como si al suelo le salieran brazos y se aferraran a su cuerpo para hacerlo uno con el concreto. Cuando despertó de su ensoñación, ya habían eliminado a Hyuna y del equipo contrario a Youngjae y Taeyeon. Por ahora, estaban en ventaja. Los jugadores más prometedores de cada equipo eran Taehyung y Chanyeol por ahora; siendo Jungkook el único que no había hecho ningún lanzamiento y solo esquivaba hábilmente todos los lanzamientos.

Los quemados no tuvieron la posibilidad de participar, ya que los jugadores dentro siempre lograban tomar el balón antes de llegar a los límites. Jimin se paró sin hacer nada, mirando como todo a su alrededor se movía tan lento... Creyó que el viaje al menos le daría un pequeño aporte positivo a su estado de ánimo pero sucedió todo lo contrario; estaba fuera de su zona de confort, era un blanco fácil y por más que tuviera a sus amigos con él, ninguno pertenecía a la misma clase que él y eso a pesar de ser un detalle mínimo, significaba todo para él.

Además, observaba a los integrantes del equipo rojo y entre todo ese bullicio se topó con la mirada fija de Jihyun. Eran dos pozos negros, igual de profundos que las Fosas de las Marianas y no reflejaba ninguna estrella en su superficie; sus facciones, aunque muy similares a las de Jungkook, lo diferenciaban mucho de él. El rostro de Jeon mayor no era suave, era descarnado y frío, su nariz un poco menos respingada que la de Jungkook y labios un poco más finos que al ensancharse formaban una sonrisa bastante diferente a la del mellizo menor, siendo más pequeña y sin la peculiar forma curvada inocentona, todo culminaba en su singular lunar en su pómulo. Su fachada de bonachón era su mejor arma de manipulación.

Le regaló un gesto hipócrita y Jihyun le devolvió la sonrisa.

—¡Jackson! —gritó Hoseok corriendo a tomar a su compañero que cayó al suelo con la nariz y boca sangrando. Namjoon lo ayudaba a levantarse de la caída violenta que tuvo.

—¡Falta! —gritó Kyungsoo—. ¡Changbin, quedas fuera por tres minutos! —El jugador de Básquet no parecía arrepentido de haberle lanzado el balón en la cara a Wang y hasta se jactaba de ello. Jimin abandonó su puesto para acercarse al chico herido que tapaba su nariz con la mano y le tendió unos pañuelos descartables que traía consigo. Jihyun se acercó y le pidió a uno de los chicos que lo acompañaran a la enfermería. Jackson solo había sonreído y pidió disculpas por las molestias, recibiendo un regaño por parte del ojiazul. Quien se debería disculpar era otro.

El juego prosiguió. Jaebum por momentos se sentaba en el suelo y Hyuna se quejaba de que también quería jugar. Luego del tiempo estimado, Changbin volvió a ingresar con vibras de superioridad. Aunque realmente nadie de los jugadores le tomó importancia, solo los espectadores que lo alentaron. Taehyung tiró el balón con fuerza hacia Namjoon y Jimin quedó perplejo cuando el moreno atrapó el objeto, deteniendo el impacto con sus grandes manos. El "público" soltó una exclamación de sorpresa.

Las fuertes pisadas de Namjoon alertaron al equipo rojo cuando se acercó con un trote y flexionó su brazo para impulsar el balón. El sonido de su mano abriéndose paso en el aire destrozó el espacio y aterrizó sobre la pierna izquierda de Changbin, quien cayó de frente y se lastimó la mandíbula —el daño se vio considerablemente reducido al haberse apoyado con su mano—. Changbin parpadeó confundido cuando Kyungsoo hizo un ademán para salir de la cancha.

—¡Oye! ¡¿Esto no es falta?!

—Del pecho hacia abajo se considera válido —explicó Kyungsoo y Changbin se resignó a salir del área con obvia molestia, pisando con rudeza el suelo. Jimin reafirmó que "Neandertal" encajaba perfectamente en su perfil.

En el equipo rojo solo quedaban Taehyung, Jungkook e Irene. Mientras que en el azul estaban Chanyeol, Namjoon, Hoseok y Seokjin. Obviamente sin contar a los delegados.

El peli-rosa internamente cantó victoria. El único obstáculo era Taehyung, su brusquedad y tenacidad eran implacables. Jungkook no había hecho un solo movimiento, ni para defender o atacar; Irene era buena esquivando con su envidiable flexibilidad. Tan solo tenían que evitar que el balón cayera en manos de los quemados del equipo contrario, quienes rodeaban su lado de la cancha y estaba particularmente preocupado por la serpiente mayor, tan sereno e inmóvil en su puesto con esa estúpida sonrisa prepotente.

—Mierda, perdí el balón —se quejó Chanyeol y dirigió su vista hacia el objeto blanquecino que rodaba hasta los pies de Jeon Jungkook. Todos los expectadores quedaron en silencio cuando el cuerpo geométrico determinó el final de su viaje contra las zapatillas bañadas de un espeso rojo y la inexpresividad de su rostro hizo levantar alertas en las cabezas de todo el equipo azul. Namjoon se preparó para detener el balón con sus manos desnudas, Seokjin agudizó su vista para prevenir el punto de aterrizaje, Chanyeol estaba atento a su entorno y Hoseok tragó saliva con nerviosismo, preparándose para esquivar.

Jimin le resultó extraño cuando Jungkook tomó el balón y lo pasó de una mano a otro, juguetón y a juzgar por la expresión de Irene y Taehyung, ellos tampoco sabían qué estaba tramando. Giró a ver a Jihyun y se topó con que su sonrisa se acentuó casi de una manera desquiciada. Volteó rápidamente al mellizo menor que deslizó finalmente el cuerpo redondo sobre su palma derecha y se quedó inmóvil.

Una brisa peinó la superficie, dejando volar una hoja que cayó sobre el impacto de todos al ver como Jungkook golpeó con el balón el estómago de Hoseok, dejándolo sin aire por unos segundos. La indiferencia en su rostro dejó helado a Jimin.

Chanyeol sostuvo de los hombros a Hoseok, ayudándolo a estabilizarse y luciendo bastante preocupado. Jung minimizó el asunto y abandonó la cancha, yendo a un lado de Jimin y siendo bombardeado por preguntas como "¿estás bien?", "¿te golpeó muy fuerte?" y Hoseok solo respondió con un "ni que me hubiera muerto, exagerado" y recibiendo una cachetada en el brazo, riendo en cambio.

Ahora estaban parejos, tres contra tres.

"Me equivoqué", se corrigió Seokjin al subestimar a Jungkook que, con su primer tiro logró derribar a uno.

—Estén atentos a Jungkook —avisó con seriedad a Namjoon y Chanyeol. ¿Por qué tomaban ese juego como algo de vida o muerte? Simplemente no sabían, solo era un fastidio ver como se mofaban de forma tan descarada.

Chanyeol arrojó la pelota, Irene lo esquivó y Taehyung la atrapó antes de que Hyuna pudiese tomarla. El pelirrojo la lanzó dispuesto a derribar a Seokjin, pero Namjoon se interpuso dando un salto y alzando sus manos para tomar el objeto en el aire. El lanzador chasqueó la lengua irritado por la presencia de Namjoon, era un problema.

El tiempo avanzó y ninguno era derribado, los quemados estaban aburridos de no haber hecho contacto con el balón. Taehyung había pensado de hacer pases combinados con los quemados, solo que Namjoon detendría todos esos pases y no querían arriesgarse a regalar el balón. Mientras que Jimin y Jihyun solo observaban en completo silencio.

El moreno alto recibió el balón y se lo pasó a Chanyeol quien en un intercambio rápido de miradas con Hoseok, este último se acercó por las líneas laterales para recibir el pase y quemar a Irene aprovechando su confusión y reacción tardía del paradero del balón.

Jihyun tensó su mandíbula.

Taehyung y Jungkook accidentalmente mantuvieron contacto visual en su búsqueda de otros "sobrevivientes" y voltearon los rostros; el pelirrojo con molestia y el azabache con esa expresión estoica.

Jungkook volvió a tener dominio del balón y miró directamente hacia Namjoon, este se preparó para detener el lanzamiento por el aire. Contrario a la predicción del capitán del equipo de Básquet, el mellizo menor rebotó el balón en el suelo y esta se direccionó hacia las manos de Minseok que quemó al moreno a espaldas. Chanyeol y Seokjin suspiraron al perder a su jugador más fuerte.

—¿Ahora qué hacemos? Perdimos a Namjoon —dijo el peli-rosa.

—Yo digo que nos dejemos quema- querer, ¿por qué me mirás así? ¿Qué crees que iba a decir? Pff —comentó Chanyeol cerrando la boca—. Deja de mirarme así, me das miedo.

Seokjin rodó los ojos con el balón en la mano y miró al frente, intentando esquivar el rostro de Taehyung y fijándose en Jungkook. Infló sus pulmones y soltó lo retenido en una pequeña marea, retrocedió y las venas de sus piernas se hicieron notar. El peli-rosa corrió bajo las miradas de todos, siendo el estelar en ese momento y bajo el proyector se impulsó en aire, abriendo sus alas de grandeza y majestuosidad, haciendo suyo el escenario. Sus omóplatos se rozaron en su espalda cuando su brazo trazó un camino, el balón rozó sus dedos en un beso de despedida y cayó sobre el estómago de Jungkook. Uno menos.

—¡Eso es trampa! —gritaron Kris y Changbin apenas el Jeon menor cayó al suelo, retorciéndose del dolor y Jimin alzó sus cejas intrigado por la diferencia en las reacciones de Hoseok y Jungkook al ser golpeados en el estómago. Jung se había quedado sin aire por unos segundos y luego se recuperó, pero Jeon parecía deshaciéndose de llamas infernales en su ropa, apretado su cuerpo con sus brazos con un dolor agonizante que lo llevó a preguntarse si era normal.

Seokjin arrugó su entrecejo. "No lo golpeé con tanta fuerza", pensó viendo como este se levantaba y caminaba algo moribundo fuera de los límites.

Jihyun mostró neutralidad en todo esa secuencia, despertando cierto suspenso en el rubio. "Su hermano fue golpeado y ni se inmutó en ese momento", analizó y cuando los mellizos se reunieron, vio la falsa preocupación brotar del mayor de los Jeon.

—…fue quemado mientras Kim Seokjin seguía en el aire, entonces no es falta cuando sus pies no tocaron el lado contrario —explicó Kyungsoo y los protestantes se callaron, aún sin aceptar esa explicación.

Jimin tragó saliva cuando vio que solo Taehyung quedaba del equipo rojo.

¿Cuál sería el desenlace?

Taehyung no se reprimió en lo absoluto con la fuerza que le propinaba a sus lanzamientos. Chanyeol pudo retener tres de ellos y Seokjin una. Lo único que se oía era el sonido del objeto de goma cortando el aire, los impactos y las respiraciones agitadas. A pesar de solo ser uno quien quedaba del equipo rojo, se estaba resistiendo bastante y lograba esquivar y detener los lanzamientos. Entonces, en un descuido, Chanyeol tiró el balón sin ejercer más fuerza y el pase débil abrió las puertas para que el equipo rojo contraatacara.

Taehyung se movió con rapidez y apenas divisó a Seokjin golpeó con el balón el pecho de su ex-mejor amigo.

—¡Uno contra uno! —gritaron extasiados por la adrenalina. Jimin sonrió interesado por el resultado de un encuentro entre Chanyeol y Taehyung. ¿Quién caería primero? Él votaba por su amigo, quien demostró dotes ocultos bajo su manga a medida que el juego avanzaba. ¿Qué más les mostraría? Quería verlo.

—Seokjin, te vengaré —le dijo Chanyeol con dramatismo cuando el peli-rosa pasó a su costado. El nombrado blanqueó los ojos.

—No, no me vengues.

—Lo haré, sé que es lo que hubieras deseado.

—No estoy muerto y- ¿acaso me oyes? —preguntó irritado cuando Chanyeol parecía estar formando una historia épica en su cabeza donde él era el héroe. Seokjin negó con la cabeza y fue a su encuentro con Hoseok y Jimin.

—Parecía que volabas —comentó Hoseok con admiración chispeante en sus ojos y dando leves saltos en su lugar.

—Te robaste el protagonismo —bromeó Jimin y en su mente se cuestionaba si Seokjin alguna vez había revelado tales habilidades físicas además de las básicas cualidades para tener una nota perfecta en educación física.

Seokjin se ruborizó por los halagos y solo carraspeó.

Taehyung no le quitó la vista de encima al alto peli-violeta. Su instinto lo guiaba a actuar cauteloso con ese fortachón, aún cuando su intuición le había susurrado que debería tener cuidado con ese chico desde la primera vez que lo vio. Solo tenía que ver sus ojos para darse cuenta. Sabía que había experiencia, oscuridad de una fría noche y más cosas que aún no descifraba en esos ojos cafés.

"Malnacido", maldijo.

Tiró el balón con fuerza sin detenerse a medir su fuerza y Chanyeol atrapó el objeto para devolver el golpe. Con suerte logró esquivar el lanzamiento y corrió a detener el sendero que eligió la pelota, cavando con su mano plana y tirando el proyectil con un movimiento de  catapulta. El peli-violeta se quedó inmóvil mirando con paciencia como el redondo cuerpo se dirigía hacia él, bajó la cabeza y esperó.

La tomó con una mano en el aire.

—Hijo de puta —insultó en un murmuro Taehyung sin dar mérito a lo que veía.

—Mi turno —susurró Chanyeol sonriendo.

Taehyung se preparó para el impacto y envió toda su fortaleza a sus piernas, colocando sus manos en forma de loto delante de su estómago. Recibió el balón y su equilibrio se quebró, de inmediato recuperó su balance y trotó hacia la línea divisoria. Analizó en el trayecto la posición de Chanyeol, a los quemados detrás del alto y la ubicación de su cuerpo. El peli-violeta estaba preparado para saltar por la forma de su propio brazo… La mueca maliciosa que hizo en su interior causó una chispa de sadismo en sus ojos y su brazo rotó sobre su eje, retrocediendo y haciendo rodar el balón por el suelo.

Chanyeol reaccionó tarde al cambio de estrategia y cuando corrió detrás del balón, esta fue tomada por unas manos y se encontró con unos zapatos rojos bien cuidados. Al subir la mirada, Jihyun levantó suavemente las comisuras de su boca.

—Perdiste —dijo Jihyun con un tono bajo e hipnotizante. Tocó con la pelota el brazo de Chanyeol y la dejó caer. El peli-violeta se había quedado helado y no pudo procesar las acciones del mellizo mayor al estar presionado por la filosa mirada rubí.

—Creí que iba a morir —bromeó Chanyeol al llegar junto a su equipo.

—¡Entra el delegado del equipo azul! —anunció Kyungsoo cuando todos los integrantes del equipo de Jimin fueron derrotados. El rubio suspiró y caminó con una tranquilidad silenciosa hasta su lugar, ofreciendo una mirada fría a Jihyun que mantenía la misma expresión amable que se tambaleó por un segundo cuando un destello juguetón germinó entre sus pestañas oscuras.

Ahora observó a Taehyung, sus ojos celestes rodaron en dirección a Chanyeol y mantuvo inexpresividad, aún cuando dentro de su mente se dispararon varias señales ante la derrota de su amigo. Sacudió su cabeza, dejando de pensar en que el peli-violeta pudo haber esquivado el último lanzamiento. Se concentró en el pelirrojo de mirada fiera y facciones que destilaban furia. Rascó su oreja y agachó su cabeza, observando sus converse azules con una calcomanía de una carita sonriente. Dentro de su cabeza rebotaban los gritos del resto que lo condujo a un público vociferando entre risas, en sus recuerdos, revivió el pasado y esas carcajadas.

Un profundo resentimiento surgió de su corazón y todo músculo de su cuerpo se relajó, confundiendo a Taehyung cuando el rubio se acercó con un aura apacible hasta la línea central. Sus movimientos no revelaban nada y sus ojos cariñosos descolocaron el razonamiento del pelirrojo.

Risas.

Más risas del pasado revivieron.

Fue tarde cuando Taehyung reaccionó, sintiendo el balón en su pierna izquierda cuando su atención estaba puesta en la sutileza con la que se movía Park Jimin, bailando una canción.

Bailando la canción del silencio.

"¿En qué momento…?", preguntó exaltado examinando a Jimin de pies a cabeza y no encontrando respuesta para su viaje fuera de la realidad. El rubio había apagado todo rastro de amenaza y eso bajó las barreras de alerta que construyó Kim, entonces en un abrir y cerrar de ojos ya se encontraba descalificado.

—¡Entra el delegado del equipo rojo!

Jimin sintió la presencia de Jihyun a su costado, sus pisadas sutiles y la lentitud elegante con la que se dirigía a su terreno, rozando sus hombros y haciéndose notar sin un mínimo esfuerzo. Todos callaron, muchos admirando el porte del mellizo mayor, otros con miedo y algunos con desagrado. Una gota de nerviosismo cayó por su sien y tragó saliva al no haber obtenido nada de información del presidente durante todo el juego, porque este se mantuvo como una estatua observando el transcurso de todo a su alrededor.

Ambos quedaron enfrentados.

—¡Vamos, presidente!

—¡El presidente ganará el juego!

—¡Gana el juego, Jimin!

—¡Presidente, gane en nombre del equipo rojo!

—¡Vamos, Jimin!

Jimin cerró los ojos aturdido y escuchando de nuevo el pitido en sus oídos. Entre tanta bruma se encontró con la filosa mirada rojiza de Jihyun.

¿Quién ganaría?

Kyungsoo se puso en el punto medio de la cancha con el balón en la mano.

—¿Listos? —Los delegados asintieron.

Kyungsoo tiró la pelota en el aire.

—¡Chicos, el tiempo libre terminó! —intervinó una voz autoritaria. Todos voltearon sorprendidos hacia la profesora Im. Esta llevaba una remera azul y un pantalón gris, teniendo las manos sobre cintura y el ceño fruncido. Algunos abuchearon desilusionados y otros estaban decepcionados por no saber el final del juego.

Jimin estaba aliviado. Su tensión se desvaneció para segundos después reaparecer con la voz de Jihyun.

—Me hubiera gustado jugar contigo. Fue un buen juego, tenemos que repetirlo algún día —mencionó Jihyun con esa descarada sonrisa y Jimin asintió de acuerdo. Detrás del mellizo se acercó Jungkook con sus fríos ojos.

—Algún día —respondió Jimin dándose la vuelta y regresando con su grupo.

"Algún día…"

[•••]

—¿Están todos? —preguntó la tutora Im, contando a todos los estudiantes de su clase—.  Bien, como primera actividad oficial tendremos una excursión guiada por los templos de la isla. Así que no se separen de su compañero de viaje.

—Ugh no, lo peor —mencionó una compañera.

—La clase del presidente está haciendo una caminata en el bosque, es peor eso. Pobre, presidente —mencionó otra.

Taehyung y Jimin gruñeron a la vez, estando juntos obligatoriamente y no ocultando su irritación. El grupo saludó a la guía, una joven muchacha con gorra y una etiqueta en su remera beige que informaba los datos esenciales como su nombre y los idiomas que hablaba, entre ellos el español, inglés, chino, japonés y coreano. La pareja uso como distracción las explicaciones históricas y de a poco, terminaron olvidando su molestia, siendo atraídos por el lugar abierto, subiendo unas perfectamente esculpidas escaleras y dándole la bienvenida una inenarrable arquitectura que dejó a todos impactados. El Templo Yakcheonsa es un lugar religioso —budista— de la dinastía Joseon, con detalles y patrones en toda su estructura y el pelirrojo se preguntó cuánto tiempo les habrá llevado construir ese sitio de belleza inusual.

Tanto Taehyung como Jimin quedaron flechados por el lugar, comenzando a emocionarse por la excursión y sin ser conscientes se llamaban al otro para señalar cosas que se habían robado su atención.

—Mira, mira —llamó Taehyung—. Mira esa estatua —apuntó a la estatua de Vairocana de cinco metros de altura—. Es enorme —añadió con los ojos brillosos de un niño.

—¡Ah! Mira, mira. —Jaló suavemente la ropa del pelirrojo, atrayendo su mirada hacia los detalles minuciosos del pedestal. Soltaron un "woow" juntos. Toda la excursión se la pasaron llamando al otro y admirando las atracciones; siendo la primera vez de ambos, solo que los motivos diferían. Taehyung no tenía dinero para visitar lugares tan extraordinarios y Jimin antes vivía encerrado en Busan, estando desconectado del mundo y teniendo como único sendero casa-escuela. Disfrutaban de pequeñas cosas y oían a los demás bostezando o quejarse de la duración del recorrido, sin detenerse a apreciar la hermosura que se presentaba frente a sus ojos.

Cuando accidentalmente se miraron con tontas sonrisas en sus rostros, recordaron que ya no eran amigos como en un inicio y la situación les cayó como agua fría. Chasquearon su lengua y apartaron con indignación la cara. Jackson estaba detrás de ellos junto a su compañero, presenciando el cambio de actitud y negando la cabeza por lo infantiles que se veían peleando de esa forma.

Salieron de la sala Dharma y prosiguieron con la caminata. Jackson intentaba mantener al grupo en silencio para que la señorita pudiera hacer su trabajo y hacía el esfuerzo de que la pareja delante de él no comenzara una discusión.

Jimin terminó ignorando a Taehyung y valoró el templo, si su madre estuviera ahí de seguro estaría llenando de preguntas a la guía o soltando "oh my god" a cada cosa que viera. Rio pensando en la escena. También podía visualizar a Yoongi escribiendo cosas importantes en su libreta, abriendo sus ojos con fascinación y acomodando sus lentes para estudiar cada fragmento que constituía la edificación. Se bañó en una jalea de tristeza al solo pensar en el pálido de los libros y los últimos acontecimientos entre ellos dos, porque junto a ese deseo de visitar el templo juntos, también lo acompañaba el terror de ser acechado o traicionado por la espalda.

Descartó la idea tan pronto pensó en las posibilidades.

Taehyung se percató del cambio de escena en el perfil de Jimin y arrugó su entrecejo. Desde que el rubio se presentó en el autobús- no, mucho antes hubo un cambio tanto físicamente como en la personalidad de su compañero. Al sentarse juntos en el autobús, vio como este luchaba contra el sueño o mantenía una mirada triste; en todo momento esperó que este se durmiera, cayendo en su propia trampa cuando se dormía y, creyendo ingenuamente que al despertarse se encontraría con otro escenario, solo se encontraba con un rubio de ojos irritados. Al llegar a la posada, Jimin no se había alejado por un segundo de su maleta y solo tomaba el agua de su botella, descargando el agua y limpiando el embase antes de usarlo. ¿Pensará que lo hubieran metido alguna sustancia a su bebida?

Seguía sin comprender por qué le habían ordenado ponerle un ojo encima. Park Jimin, a pesar de ser un poco especial, solo era un estudiante común y de apariencia extravagante. ¿Por qué eso presentaría un verdadero problema? ¿Por qué un pez gordo pondría un ojo sobre el rubio? De repente recordó a la mujer rubia, que intuía que era la madre de Jimin, este les había mencionado —cuando aún eran amigos— que vivía solo con su madre. Con eso en cuenta, empezaba a entender un poco la ecuación.

En el camino de regreso a la posada, Jimin sentía su cuerpo pesado y sus ojos en llamas. Le extrañó que Taehyung no hubiera dicho palabra alguna en el camino y a la vez lo agradeció, no quería que su cabeza sea más presionada por dos paredes. Ugh, sentía que reventaría sorpresivamente.

—Sesos —murmuró riéndose y Taehyung lo miró como si fuera un rarito. "¿Qué mierda? ¿Qué carajos está pensando?".

Entraron a su habitación y Jimin se sentó sobre su cama con fatiga. Taehyung se acostó con los brazos cruzados bajo su cabeza.

»—No me has dejado de mirar en todo el viaje, ¿necesitas decirme algo? —mencionó Jimin rascando su oreja y el pelirrojo ya había notado ese hábito en el rubio. De seguro esa zona estaba bastante dañada.

—No tengo nada que decir, ¿y tú? ¿Terminaste de analizarme? —contraatacó colérico de la postura acusatoria y dominante que siempre adoptaba el rubio cuando estaba a la defensiva.

—No, aún no —respondió y Taehyung apretó sus puños. Mantuvo los párpados cerrando, buscando calmarse—. ¿Qué pasó para que de repente te hicieras amigo de Jeon Jihyun? ¿Qué pasó con tu odio hacia su familia? ¿Se esfumó? —preguntó con un tono monótono, degradando el asunto y el pelirrojo mostró sus dientes con gracia.

—¿Desde cuándo te importa lo que haga en mi vida? —cuestionó.

—Desde que a ti te importó cada cosa que hago en la mía. —Taehyung tensó su mandíbula y las venas de su cuello se marcaron—. ¿Por qué tanto interés repentino?

Un silencio se formó entre ellos.

—¿Qué estás insinuando? —El ojo de Taehyung se asomó en la sombra, por fin observando el témpano quebradizo que se alzaba en el agua helada con un cielo tormentoso. Podía ver el filo de la espada que exponía la verdad, absorbiendo la sombra y dejando intacto lo que buscaba.

—Nada realmente. —Jimin notó la tensión en el cuerpo del volcán a punto de hacer erupción luego de sus preguntas. "Así que me está vigilando por órdenes de los Jeon, ¿eh?", pensó entretenido por el lenguaje corporal de Kim, prácticamente era un libro abierto.

—No entiendo por qué Hoseok y Seokjin prefirieron estar contigo —soltó rabioso y Jimin borró la pequeña mueca divertida, intercambiando el gesto a un temible silencio.
.
—¿"Prefirieron"? —preguntó con la expresión afligida de Seokjin tatuada en su mente mientras hablaba de su ex-mejor amigo—. ¿Acabas de decir "prefirieron"? —Recordó la tristeza de Hoseok en cada una de sus palabras al ser apartado en su anterior grupo de amigos. Taehyung se sentó sin comprender el tono bajo de Jimin—. ¿En serio crees que fue tan fácil como elegir el sabor de tu bebida? —El enfado retenido en sus temblorosos orbes y sus puños alertó a Taehyung—. ¡Tú los alejaste y despreciaste!

Oh…

Taehyung comenzó a carcajear sin tapujos que envolvió su cuerpo en un estremecimiento. Jimin mantuvo su compostura y las líneas entre sus cejas siendo delineadas por la ira. La prolongada risa bajó su intensidad hasta lentamente desaparecer la sonrisa y dejando una línea inexpresiva.

—¿Crees estar en la posición de decirme eso? —preguntó extrañamente sosegado, colocándose de pie y Jimin no movió un músculo, tranquilamente alerta—. Tú no puedes simplemente creer que comprendes la situación… Dime, Jimin, ¿cómo te da la cara de gritarme eso? —Sus grandes manos tomaron de la remera al rubio y lo levantó sin mucho esfuerzo. Jimin no bajó la mirada, lo enfrentó—. ¿"Alejar"? ¿"Despreciar"? ¿No es justamente lo que tú haces? Dime, chico bonito, ¿quién carajos eres? No, en serio, ¿quién putas eres? ¿Crees que puedes venir a esta escuela y comenzar a juzgar como si tuvieras el maldito derecho? Dime, ¿en serio crees tener el derecho? No sabemos nada de ti, ellos no saben nada de ti y solo los estás usando para jugar tu jueguito, los desprecias y alejas. A tu manera claramente.

Jimin no titubeó y mantuvo la mirada fija. Sus rostros a centímetros de cercanía, la ira exhalada en cada respiración.

»—¿Ellos saben algo de ti? Solo saben lo que tú quieres que sepan, mientras que tú buscas saber todo de ellos. Que bonita amistad, ¿no? Una amistad llena de secretos de tu parte, ¿no es así, jodido hipócrita? —Apretó el agarre—. Llegas a esta secundaria y lo único que conocemos es tu jodido nombre. ¿Quién eres en realidad? No sabemos una puta mierda de ti, eres el mayor misterio en esta secundaria y te crees en posición de indagar en los secretos de los demás, puñetero doble cara —gruñó y sonrió burlón—. No te voy a golpear.

La presión a un costado de su cuello era una advertencia que bajaba su puño y lo obligaba a calmarse. Apenas había atrapado a ese rubio, este había hecho su movimiento.

Lo soltó y las ganas de golpearlo quemaban sus venas. Caminó hasta su lado de la habitación y chocó miradas con Jimin, esa frialdad se teñía con la oscuridad de la caída del sol.

—¡Chicos! —La voz de Jackson irrumpió en el cuarto—. El almuerzo se está sirviendo, así que vayan al comedor —informó el delegado de la clase notando la tensión entre ellos y se cuestionó si interfirió en algo.

—Está bien —respondieron sin apartar la mirada del otro. El pelirrojo terminó rindiéndose y abandonó el lugar junto a Jackson. Jimin quedó a solas, solo oyendo el sonido de su habitación y el latido acelerado de su corazón.

El rubio se encontraba saliendo de la posada luego de avisarle a la tutora Im que no comería porque no tenía hambre, la verdad es que su estómago solo se nutría de agua y algunas barras que había traído de su casa. Prácticamente no había comido nada. Una suave brisa chocó con su rostro y vio a las demás divisiones llegando de sus actividades oficiales, faltando solo la clase de los mellizos. Vio a Chanyeol y Hoseok recién llegando con sus compañeros y las palabras "Una amistad llena de secretos de tu parte" resonaron en su mente. Bajó la cabeza, escapando de ellos, buscando no ser visto y caminó hacia el bosque con el fin de aspirar algo de la tranquilidad que brindaba la naturaleza. Lamió sus labios resecos.

"Eres el mayor misterio en esta secundaria", ¿lo era? Saben lo esencial, su lugar de nacimiento, su edad, lo que le gusta y lo que no, ¿por qué eso no alcanzaba para conocer a alguien? ¿No se supone que así funcionaba? Taehyung lo llamó hipócrita, ni siquiera era consciente de ello. Estaba tan sumido en sí mismo que dejaba pasar varias cosas a su alrededor y no se había dado cuenta que estaba apartando a sus amigos. Bueno, él lo hacía para cuidarlos, así que no era lo mismo, ¿verdad? Sentía que su cabeza explotaría. Habían tantas cosas que tenía que pensar, en sus amigos, en Taehyung, en Yoongi, Jihyun o… Su pasado. Al tocar esa línea, su cabeza parecía un globo sobrecargado de aire y sus pequeñas manos tiraron de su cabellera.

"Duele".

"Duele, duele, duele".

"Uno, dos, tres, cuatro…", comenzó a contar.

Se dio la vuelta y notó que estaba alejado de la posada. Los árboles se doblaron, danzando a su alrededor y el suelo comenzó a comérselo. El cielo estaba bajando y notó que de pronto anocheció o bueno, había demasiadas sombras a su alrededor. Todo daba vueltas, sus piernas eran dos palitos de sushi demasiados débiles para sostenerse y al parpadear, un ardor se instaló en las palmas de su mano y rodillas. Había caído de rodillas. Quiso sostenerse del tronco de un árbol pero resbaló, el toque áspero en su mano se intensificó cuando esta raspó el material rugoso que rasgó su piel, produciendo cortes y soltó un pequeño grito de dolor.

Sus sentidos estaban desapareciendo.

Finalmente su cuerpo se entregó al cansancio, llegando al límite que su dueño explotó. El césped rozó su rostro, estaba de costado en el suelo sin poder moverse y lentamente su visión se oscureció, tirando de la fobia del rubio y dándole acceso libre al pánico.

"Ayuda…"

Sus párpados estaban cayéndose cuando vio una silueta acercarse desde el horizonte. La última imagen que se llevó fue el pin de una serpiente albina en forma de "J" con ojos de rubí.

Jimin se entregó al sueño.

Lo siguiente que supo es que estaba en un mundo en penumbras rodeado de maniquíes y delante de él había una figura con capucha, era la persona que lo acosaba. Gritó pero nada se oyó. ¿Qué hacía allí? ¿Qué buscaba? La figura avanzó hacía él, empujado su cuerpo a una caída libre y fue envuelto por oscuridad. Cayó sobre algo, no sabe bien porque no lo puede sentir y pudo hacerlo al poder visualizar su alrededor gracias a una fina luz. Debajo suyo habían muchos esqueletos, entró en pánico y extrañamente no pudo moverse. "¿Qué?". Los huesos llenaban el pozo infinito sin límites que se perdían en la negrura.

El miedo paró su corazón cuando juró ver una de las manos de uno de los esqueletos moverse por reflejo. Pudo confirmar que no estaba loco cuando uno de ellos se levantó apoyando sus huesudas manos sobre los otros y se aferró a su pierna. "No, no, no", gritaba del miedo y nada salía de sus rechonchos labios. Se petrificó cuando unas manos lo tomaron de la cabeza y su cuerpo fue llenado por agarres. Los esqueletos se desplazaban hacia él, sujetando sus extremidades dormidas y las lágrimas caían por su rostro. Su boca se abría con fiereza, buscando ser ayudado mediante mudas exclamaciones.

"Basta, basta, basta".

Los esqueletos tiraron de sus piernas y sus brazos, los agarres en sus facciones deformaron su rostro. Estaba en medio de un lago de huesos y se estaba ahogando.

Los huesos terminaron perforando su carne, introduciéndose bajo su piel y removiendo sus órganos. Borbotones de sangre llenaron su boca, los gritos se ahogaron cuando sus piernas y brazos fueron arrancadas produciendo una lluvia de carmín. Su rostro fue toqueteado y presionaron sus párpados, la fuerza ejercida reventaron sus globos oculares y las lágrimas se volvieron rojas. Ardía. Dolía. Suplicaba, exclamaba del dolor y lloraba, lloraba tan fuerte que no se oía. Las agitaciones de dolor y la desesperación de sus palabras eran ignoradas. Un agarre en las comisuras de sus labios lo forzaron a abrir su boca y su lengua fue destrozada por un apretón. Los dedos que sostenían sus comisuras siguieron estirando hasta desgarrar por completo la piel y músculos de su mandíbula.

"¡BASTA! ¡BASTA!"

—¡BASTA! —Despertó sentándose rápidamente y pasando sus manos por su rostro y estómago, verificando que estuviera todo en su lugar por la desagradable y terrible experiencia. La humedad en sus mejillas y los temblores le confirmaban que volvió a la realidad y se quedó quieto cuando alguien lo llamó. Lentamente recuperando sus sentidos notó al chico estupefacto a su lado.

—Hobi —nombró sin saber qué decir, avergonzado de haber sido visto en ese estado de desesperación. Parpadeó perdido y se dio cuenta que estaban en una habitación con camillas. La enfermería. ¿En qué momento?

—Estás en la enfermería. Descansa bien, no te esfuerces —informó Hoseok con tono bajo, agachando su cabeza después de haber obligado a Jimin a recostarse.

—¿Tú me trajiste?

—No, Jackson nos dijo que estabas aquí cuando vino a buscar unas banditas. —Jimin asintió convencido de la respuesta y observó su mano izquierda vendada. Recordó que se había herido por el árbol y un agudo dolor en su cabeza le avisó que aún no se había recuperado del todo.

—¿Cuánto dormí?

—Dos horas. —Un bostezo llenó la estancia y Hoseok guardaba silencio, observando a través de su flequillo los ojos cansados del rubio.

—Jimin, ¿estás durmiendo bien? —El mencionado percibió tristeza en la pregunta, desconociendo el orígen de ella, sin saber que a los ojos de Hoseok, él veía el reflejo de su hermana en cama en el hospital y el amargo sentimiento causaba estragos en su interior.

—Sí, solo estaba un poco cansado por-

—No me mientas, Jimin —reprochó dejando callado al bajo. "¿No es justamente lo que tú haces?", la voz de Taehyung llegó como un recordatorio acusatorio. Siseó y apretó sus labios. Apartó la mirada hacia las vendas en su mano—. Ya notamos que hay algo mal, pero si no nos dices nada, no podemos ayudarte... Jimin, por favor… —suplicó con la voz quebradiza, no recibiendo ninguna mirada por parte de su amigo.

—Estoy bien —respondió seco.

Hoseok tragó saliva y negó. Sus dedos se hundieron sobre la tela de su pantalón. Su corazón latía despavorido y se llenó de valor para abrirse y que sus palabras se oyeran, hacerse notar.

—No te conté toda la historia, Jimin… —confesó Hoseok, cerrando los ojos para calmarse y tener una visión más nítida del pasado—. Mi hermana no se hizo cargo de mí en su adolescencia… Lo hizo desde que tiene consciencia. —Su tono tembló—. Mis padres siempre fueron demasiados desinteresados, bastantes arraigados con el trabajo y rara vez estaban en casa, así que nos dejaban solos por meses. Jiwoo se hizo cargo de mí desde pequeños, recuerdo que era molestando por "dejar que una niña me defienda" o "que era un maricón por dejar que mi hermana me cuidará", era "poco hombre" en otras palabras. Por años fue así, Jiwoo les daba una paliza cuando me molestaban los chicos grandes de mi clase en la primaria. Siempre fui algo callado, me guardaba las cosas y nunca hacía nada al respecto. Fue entonces que ya no era solo Jiwoo quien me defendía, llegó Jisoo a apoyarnos. Aún recuerdo la primera vez que nos conocimos, en ese momento ni siquiera sabía que conocía a mi hermana, fue cómico… Unos niños me querían maquillar a la fuerza por juntarme con las niñas y de pronto apareció una chica mayor, de seguro unos grados mayor. Ella les dijo: "él se ve hermoso con maquillaje, ¿no me digan que se enamoraron de él y por eso quieren llamar su atención?", desde ese momento esos chicos no volvieron a acercarse. —Se le escapó una pequeña risa. El perfil de Jimin no revelaba nada, pero sabía que lo estaba escuchando atentamente—. La primera vez que tuve amigos estaba muy feliz, Jiwoo me preparaba sándwiches para compartir con ellos y creí que al fin estaba teniendo una vida social normal…

Pausó la historia por unos segundos.

»Un mes después, estábamos saliendo de la escuela cuando uno de ellos me preguntó si iba a ir al Arcade y otro le silenció para reírse. Al parecer habían hecho fiestas de cumpleaños y salidas a las casas de los otros, a ninguna fui invitado y realmente me sentí muy mal. No quise regresar a la escuela por vergüenza. "¿Y qué importa? Esos imbéciles se lo pierden, tú vencerías a esos tontos en los videojuegos y tu colección de cómics. Que se jodan", fue lo que me dijo Jisoo. "Nosotras iremos a todos los arcades contigo", me había dicho mi hermana. Por obvias razones regresé a la escuela, luego conocí a Taehyung y Seokjin, al principio estaba todo bien pero realmente nunca terminé por desarrollar algún sentido de pertenencia o sentir que encajaba en su amistad de dos. —Hoseok se encogió por los recuerdos—. El tiempo agradable acabó con la muerte de Jisoo, desde allí todo fue yendo en picada. Ella era como otra hermana para mí, lloré muchísimo y en mi casa hubo silencio por semanas. Jisoo para Jiwoo era su alma gemela, tuvieron años de amistad y-y todo… Absolutamente todo desapareció tan fácilmente. Después Jiwoo desapareció y estaba tan desesperado en ese momento, había intentado contactar a mis padres y no hubo respuesta. Estuve por mi cuenta en esos momentos y por primera vez había experimentado la verdadera y aterradora soledad… Tuve tanto miedo de quedarme solo en este gigantesco mundo, de no volver a ver nunca más a mi hermana como sucedió con Jisoo, de solo permitirme recordar sus rostros.

Pequeñas gotas se derramaron sobre sus puños.

»Apareció delante de la puerta y creí que estaba muerta. Nunca en mi vida había tenido tanto miedo y hasta ahora esa sensación no desaparece de mi piel. El frío de la muerte, la soledad y el terror. —Hoseok se tapó la boca por un momento al sentir la comida subir por su boca. Jimin no dejó ver su rostro, Jung siguió hablando cuando se recuperó—. Desarrollé un odio a mis padres por no presentarse en el hospital o en la recuperación de mi hermana, ellos solo transfirieron el dinero para el tratamiento y prefirieron el trabajo antes de ver a su hija. "Ella está bien, ¿no? Entonces no hay razón de ir", fue lo que me dijo mi padre en la llamada. Nunca les perdonaré por eso, jamás. Estuve solo, no me despegué de mi hermana por miedo a que se fuera… Estuve tan solo en ese momento. No creía que soportaría otra pérdida y allí me di cuenta que no tenía a nadie. Temía mencionarle del tema a Taehyung y a Seokjin, lo había intentado pero antes de abrir la boca, ellos discutían nuevamente por algo que desconocía... Escuché a mi hermana llorar por las noches y aún lo hace, ella también tiene ese hábito tonto de guardarse las cosas… —Hoseok limpió sus lágrimas y sorbió su nariz.

»Después llegaste a Seungli y nos hicimos amigos, gracias a ti pude conocer mejor a Chanyeol que, aunque hubiéramos compartido clases desde primer año, jamás nos habíamos atrevido a hablar con el otro y ahora somos los tres amigos… ¿Somos los tres amigos, no? Cuando mi hermana apareció de nuevo frente a mi puerta… Esta vez no sentí la horrible soledad de antes, ese abrasador sentimiento que me dejó sin vida en su momento. Ahora no me sentí solo porque los tengo a ustedes y por primera vez siento que realmente tengo amigos. A lo que quiero llegar con todo esto es- es… —El agua acumulada se desbordó—. Eres mi amigo, Jimin… No- no te guardes las cosas, no estás solo. Puedes compartir tu dolor con Channie y-y yo, porque estamos juntos en esto, porque somos amigos. Así que por favor, no quiero volver a quedarme de brazos cruzados, no quiero volver a sentir esa soledad, no quiero que nos alejes, no quiero que sientas lo mismo que sentí yo. Ji-

Levantó la cabeza con rudeza y se topó con un bello rocío deslizándose por un pulcro perfil delicado. Los angostos hombros del rubio se sacudían, reteniendo los sonidos de su doloroso llanto.

—¡Tengo miedo! —confesó desde el fondo de su corazón con gruesas lágrimas cayendo en un diluvio sin ver algún punto cercano de decadencia.

Hoseok amplió sus ojos impactado.

»—¡Tengo mucho miedo! ¡N-no- No puedo dormir bien, no sé qué hacer con mi corazón y-y constantemente me siento observado! —lloró sin detenerse y sintiendo la garganta irritada—. No puedo comer sin, sin pensar que- pensar que alguien le metió algo para hacerme daño. —Sorbió su nariz, quedándose sin aire por hablar sin muchas pausas—. Tengo miedo, tengo mucho miedo que apenas puedo dormir y-

Jimin calló al ser enrollado por una calidez amorosa y al salir de su pequeño trance, con timidez abrazó el torso de Hoseok y apoyó su rostro sobre su pecho. Se hundió con confianza sobre la ropa y dejó que los toques relajantes en su espalda actuaran de sedante. Sus temblores fueron cesando y los ríos se secaron. El abrazo fue apretado y cuando sintió unos dedos cosquilleando a sus costados soltó una risa imprevista. Jung se alejó de él y acarició su cabeza con su típica sonrisa extensa y en forma de corazón.

—No vuelvas a reprimir todo por favor. —Hoseok secó sus lágrimas con el dorso de su mano—. Probablemente hay cosas que no nos puedes decir, ¿verdad? Lo comprendo, sé que lograrás encontrar la manera de integrarnos… Solo no te guardes todo… Al menos tus emociones, ¿si? No eres un robot, Chimchim, sigues siendo un humano con límites —terminó diciendo, de paso regañando al rubio que sonrió por el tono de voz de señora grande que había puesto su amigo al final—. Aunque tu altura… Tu altura pequeña sí que no es humana.

Jimin sonrió y golpeó juguetón el brazo del alto.

—Tiene razón —corroboró Chanyeol y Hoseok se dio vuelta espantado.

—¿Cuánto tiempo llevas allí? Rayos, casi se me sale el corazón.

—Desde que eras más mocos que humano —contestó divertido y Jimin sonrió cuando estos comenzaron a discutir. Rodó los ojos pero la sonrisa no se borraba de su rostro.

—Los quiero mucho —afirmó ampliando sus rellenos labios y mostrando su dentadura con la paleta torcida, llegando los rayos del sol a sus delicadas facciones y acentuando su nariz de botón rojiza por el llanto; dando su acabado en su reluciente cabellera de matices doradas y sus pestañas rubias enmarcando su eyesmile. El par se volteó sin creer lo que escucharon, embobados por presenciar la aparición de un ángel. Jimin se dio cuenta de lo que dijo y se volvió un tomate—. Olviden eso, borrenlo de su mente o se los borro a patadas.

—Awww pero nuestro enano favorito nos confesó su amor. Aunque lo lamento por ti, pero no me gustan los tríos en la cama —bromeó el peli-violeta, acercándose a la camilla y haciendo un gesto de beso con sus labios. Jimin soltó un "ugh" de asco y Chanyeol rio—. Admite que te vuelvo loco, primor.

—Hoseok, controla a este saco de hormonas.

Las risas rellenaron el ambiente, Chanyeol abrazando a Hoseok y dándole palmaditas a la cabeza de Jimin. Todo era perfecto en ese momento y Jimin quería quedarse con la agradable sensación para siempre.

—Chimchim… —llamó el más alto del trío con una palpable timidez. Las risas habían culminado hace unos minutos, dando paso a un ambiente sin palabras—. Estuve escuchando la conversación y estoy de acuerdo con las palabras de Hobi, por eso quería preguntarte: ¿qué pasó realmente en la antigua sala de música? Ya sabes, la del piano roto.

Jimin se tensó y escuchó a Hoseok regañar al peli-violeta.

—No Hobi, está bien —detuvo y entonces el par se quedó en silencio al notar el repentino miedo en Jimin—. Yo… Para que esta amistad siga, entonces… Entonces quiero ser sincero con ustedes y después de oírlo, entenderé cualquier decisión que tomen… Si deciden alejarse de mí, yo- yo lo entenderé completamente. —La inseguridad con la que se expresaba llamó la atención de sus amigos. Anteriormente Jimin mostró miedo, ahora inseguridad.

—Jimin- ¿por qué- por qué te dejarí- no haríamos es-

—Hoseok —interrumpió Chanyeol posando una mano en su hombro y mirando con seriedad a Jimin. En su acción decía: "déjalo que hable". Pocas veces Jimin hablaba con libertad con ellos y no querían asustarlo.

En la cabeza de Jimin había un gran dilema. A pesar de sus palabras, "entender" se reducía a tener en claro y aceptar si querían terminar su amistad allí… Sin embargo, no quería perderlos después de todo eran demasiados valiosos dentro de su corazón y preferiría quedarse así, solo que era consciente que no podrían seguir forjando un lazo a través de mentiras y secretos. Cerró los ojos inquieto, recordando su pasado… Recordando el acoso escolar que recibió hasta segundo año de secundaria y prosiguió en Seungli, solo que por otros motivos y de otra manera. Las carcajadas, los mensajes incitando su suicidio; las burlas, los golpes, la marginación o ese último incidente en su anterior colegio. Todo aquello fue como un vaso entero de limón recién exprimido y sin añadidos.

—Me… Me gustan los hombres…

El lugar fue un cementerio.

Jimin abrazó su cuerpo y cerró los ojos con fuerza, esperando alguna respuesta, algún comentario o insulto.

—¿Lo que dijiste anteriormente de que te gustaba el chico pálido… No fue solo para sacarme de mis cabales? —preguntó Chanyeol y Jimin negó sin atreverse a abrir los ojos. Escuchó una risa y ya visualizó las lágrimas y la ruptura de su amistad—. Que estupidez, ¿por qué te ves tan asustado, pitufo?

Jimin levantó confundido la mirada, encontrándose con la típica sonrisa burlona del peli-violeta y Hoseok golpeando al alto.

—Uste- ustedes, ¿no…

—Jimin, que te gusten los penes o vaginas nos da realmente lo mismo —dijo Chanyeol y Hoseok asintió.

—Como dijo este vulgar, al fin y al cabo son tus gustos. Además, ¿no estamos bastantes grandes para saber el concepto de amor? Me ofende que no hayas tomado mis palabras en serio. No dejaré de quererte solo porque te gusten los hombres, tonto —añadió Jung intentando alejar a Chanyeol cariñoso—. Míralo a este imbécil, a él le pueden gustar los extraterrestres y no me sorprendería.

—¿Acaso estás intentando decirme que me das tu bendición para amar plenamente a Detective Marciano? —preguntó Chanyeol con los ojos brillosos y la mano en el corazón.

Jimin estaba confundido al ser bombardeado por aceptación, ya visualizando su depresión post-ruptura y quiso llorar nuevamente por lo bien que se sentía tener amigos. "En serio, en serio los amo", pensó secando las lágrimas aisladas que cayeron y se unió a las bromas y risas.

—¡Esto parece un conventillo! —Entró Seokjin mirando la enfermería con curiosidad y posando su vista sobre Jimin—. Oí que te desmayaste y terminaste aquí. ¿Ya te encuentras mejor?

—Algo así —respondió aún sintiendo algo de sueño—. ¿Cómo están las cosas allí afuera?

—Algo agitadas, Taehyung anda algo rabioso —suspiró posando una mano en su cintura.

—Supongo que la discusión lo afectó.

—¿Discusión? —Todos preguntaron al unísono y Jimin se acomodó sobre la cama.

—Sí, aunque le doy la razón a él en varias cosas —dijo refiriéndose a la última parte de su —algo ajetreada— charla y le atribuía al pelirrojo gran parte del valor que acumuló para ser sincero con sus amigos. Paso a paso—. Desde hace unos días había notado que Taehyung le puso mayor atención a las cosas que hago, anteriormente ni siquiera le interesaba si iba al baño o no… Desde que se hizo "amigo" de Jihyun le puso interés a mi vida.

—Tae odia los Jeon, así que está con ellos por obligación —ratificó el peli-rosa y Hoseok asintió de acuerdo.

—Ha mostrado hostilidad pura en presencia de los mellizos —añadió y Chanyeol solo se limitaba a escuchar.

—¿Lo hará por dinero? —cuestionó Jimin.

—Es lo más probable —validó Seokjin.

—¿Le pagan por vigilar a Jimin o algo parecido? —mencionó Hoseok dejando la duda en sus cabezas.

—¿Hasta qué punto llegaría por conseguir dinero…? —La pregunta de Chanyeol dejó frío a Seokjin, no queriendo pensar de esa forma tan extremista pero abriéndose a las posibilidades.

—Seokjin, te voy a hacer una pregunta. —El nombrado dirigió su vista al rubio que lo miraba fijamente con seriedad—. ¿Tú crees que Taehyung tendría un motivo para asesinar a Jisoo?

El peli-rosa sintió las miradas sobre él y recordó al Tae de antes, ese pequeño castaño de sonrisa geométrica y de palabras torpes; ingenuo y llorón. Maldición, la sola insinuación le helaba la sangre. Sacudió su cabeza, no debía dejarse llevar por el pasado. Abrió sus ojos con un destello vibrante.

—Sí.

Jimin lo observó de reojo y volvió a fijarse en la vendas de su mano izquierda. Podía confiar en Seokjin.

—Seokjin, Hoseok, ¿podrían averiguar cómo llegué a la enfermería? —La pareja se miraron entre sí con sorpresa—. No recuerdo cómo llegué aquí y se supone que todos estaban en el comedor… Bueno, la gran mayoría —agregó recordando que la clase de los mellizos estaban en su actividad oficial.

Jung alzó los brazos y soltó un grito emocionante a la vez que tomaba a Seokjin de los hombros.

—¡El dúo Seok está de regreso! —anunció alegre y Jimin se puso nostálgico. Chanyeol estaba en silencio, sabiendo que no era coincidencia que el rubio no lo hubiera mandado con ellos.

—Bien, nos vamos. Nos vemos más tarde. —Se despidió el peli-rosa sin alejar a su compañero. Al cerrarse la puerta de la enfermería, Jimin volteó a ver a Chanyeol y este esperaba que su amigo hablara.

—¿De dónde aprendiste a moverte de esa forma, Chanyeol? —preguntó con una curiosidad inocente y el peli-violeta cruzó sus brazos detrás de su nuca con despreocupación. Ladeó la cabeza y contestó.

—Lo aprendí de mi mamá —reveló y Jimin se asombró de que Chanyeol lo hubiera dicho tan a la ligera. Creyó que le costaba mencionarla, anteriormente cuando habían comprado las bebidas, él mismo cambió abruptamente de tema.

—¿Tu mamá…? —La curiosidad del rubio se esfumó cuando vio los sombríos orbes del peli-violeta, siendo su rostro consumido por sombras que ocultaron sus emociones.

—Está muerta.

El viento silbó a las afueras de la enfermería.

Las ventanas eran azotadas por la furia del cielo y un trueno trazó la silueta de un niño inmóvil pisando un lago escarlata.

Unas gotas se mezclaron con el espeso líquido y con la visión borrosa reconoció el cadáver en medio de la fina habitación.

—¿Ma… Mami?

—¿Chanyeol…? —preguntó Jimin algo preocupado por el reflejo en las vitrinas que exhibían el alma del mencionado. Pudo distinguir algo entre tanta tormenta…

La sed de venganza.

[•••]

—¡Oigan! —Chanyeol y Jimin se detuvieron de camino a la posada. Hyuna se acercaba con su rimbombante apariencia. El rubio fue tomado de las manos por la chica—. Los chicos están planeando un juego grupal, ¿quieren participar? —Jimin actualmente no tenía una buena impresión después del juego de quemados.

—Umh… Acabo de salir de la enfermería y debería des-

—No, no. No es una actividad física. ¿Quieren jugar a 'Verdad o Reto'? —Una sonrisa se extendió por su cara y los amigos se miraron con duda—. Tus amigos también están allí.

—¿Hobi está ahí? —preguntó Chanyeol interesado.

—Sip, también estarán el presi y los demás. ¿Vienen? —Jimin ahora estaba atraído por la tentadora propuesta.

—Claro —aceptaron determinados y por razones diferentes.

Fueron guiados por Hyuna a una ronda de adolescentes con una botella en el centro. Hoseok gritó sus nombres, junto a él estaba Seokjin y también reconoció a todos los que habían participado del juego organizado por Jihyun. Este se encontraba en el lado opuesto de su posición y aplastó sus dientes irritado de siempre tenerlo frente a él.

—Nadie sabe quién te llevó a la enfermería —susurró Seokjin en su oído y Jimin asintió, agradeciéndole el esfuerzo.

—Bien, las reglas son simples. No se pueden rechazar los retos o cambiarlos, como tampoco pueden evitar responder alguna pregunta o lo que se le pida. —Changbin se acercó a girar la botella.  Jimin comenzó a ponerse nervioso, aunque ahora estaba más confiado estando rodeado de sus amigos y por no estar tan mareado como antes.

La botella se detuvo apuntando a Irene.

—¿Verdad o reto? —preguntó Changbin.

—Verdad —respondió y las porristas iniciaron una bulla.

—¿Estás satisfecha con el sexo? —Jimin rodó los ojos.

—Más que satisfecha. —Sonrió pícara hacia su novio que dejó que una sonrisa se escapara. Los chillidos y comentarios hacia la pareja no se hicieron esperar, recibiendo halagos por parte del resto.

La botella ahora decidió a su nueva víctima.

Cayó sobre Taehyung. El pelirrojo gruñó.

—Te reto a… —pensó Irene con sus dedos sobre su mandíbula—. Te reto a besar a Taeyeon.

Sus amigas soltaron varias risitas y "uhh". Taehyung se acercó inexpresivo hacia la chica a su lado y la tomó por la mandíbula con una mano, enterrando los dedos y estampando los labios con Taeyeon. Jimin miró atentamente, Seokjin arrugó su nariz y volteó la mirada. El chasquido de lenguas y las manos de la muchacha aferradas a la campera del pelirrojo fueron el último acto antes de que Taehyung terminara el candente beso.

—Eres buen besador —admitió la porrista y las exclamaciones alabando a Taehyung asquearon a Seokjin. El pelirrojo giró la botella, el suspenso que generaba el lento avance hicieron sudar a muchos.

La persona condenada era el hermoso chico de ojos celestes de un tono pasmado y mechones más vivos que el oro. El nerviosismo vaciló en sus labios. No importaba qué eligiera, ninguno era un camino seguro. Si tomaba la opción de reto, quién sabría a qué castigo lo sumergiría el impulsivo pelirrojo y si optaba por la verdad, Taehyung tenía muchos puntos débiles por donde atacar. Tenía tantas opciones para hundirlo, sus fobias, la alergía o su conexión con Yoongi. ¿Cuál preferiría Kim para atacarlo?

—¿Verdad o reto? —interrogó desinteresado. Todos, incluyendo Jihyun, estaban atentos.

—Verdad —contestó algo indeciso. Realmente tenía más miedo de ser encerrado en algún lugar pequeño y oscuro. Podía enfrentar las preguntas si manejaba y manipulaba bien su respuesta.

"Vamos, ¿qué pregunta elegirás, Taehyung?"

Esperó impaciente bajo la firme mirada.

—¿Cuál es el color de tu ropa interior?

"¿Qué?"

—A-amarilla —respondió confundido. El público abucheó a Taehyung por no esforzarse en hacer el espectáculo más interesante y Jimin estaba algo desorientado. Pudo haber hecho otra pregunta que lo pusiera en aprietos, alguna insinuación a su pasado o a Yoongi, también yendo para un golpe más bajo: obligarlo a admitir su orientación sexual. ¿Entonces por qué no decidió ninguna y dejó escapar esa oportunidad?

—Jimin, vas tú —recordó Hoseok dándole un leve codazo.

—Ah, cierto. —Se levantó para girar la botella de cola vacía y a quien le tocaba retar era Kris.

—¿Verdad o reto? —cuestionó y el jugador de básquet presumió una sonrisa altanera.

—Reto —dijo confiado.

—Nada en el lago desnudo —retó y los gritos de gozo le indicaron que les había gustado el reto. Kris se puso de pie quitándose su campera del equipo.

—El lago debe estar bastante frío a estas horas —dijo Minseok algo preocupado pero el resto le quitó importancia, eso le añadía más condimento satisfactorio al reto. Siguieron a Kris hasta el lago, el muchacho se desnudó por completo, dejando su miembro a la vista de todos y tanto Jimin como Seokjin y Hoseok taparon sus ojos. El agua salpicó al arrojarse al lago, Kris bramó por la frialdad que se pegó a su cuerpo y las carcajadas envolvieron a los estudiantes.

—¡Kris, ponte al menos tu ropa interior para seguir con el juego! —gritó Namjoon al borde del lago y el muchacho asintió de acuerdo. Al salir a la superficie, la primera brisa lo hizo temblar como hoja de otoño. El moreno le tendió su ropa y volvió a la ronda improvisada en la cancha cercana donde el piso de cemento les permitía girar la botella.

Jimin tenía la falsa esperanza de que ese cambio de entorno hubiera cambiado el lugar de Jihyun, mas si seguía una línea recta con su vista se encontraba al mellizo mayor y en diagonal estaba Jungkook, quien se había restringido hablar.

La punta de la botella fue atraída por el aura de Jihyun y Jimin tragó saliva por las cosas jugosas que se podría extraer del jeon mayor. El aura tan pacífica del heredero de los Jeon era prueba de la confianza que tenía sobre sí mismo y su entorno, no preocupado de ser expuesto porque a ojos ajenos, él no tenía nada que revelar.

—¿Verdad o reto? —preguntó Kris.

—Verdad —contestó sin pensarlo y Jimin había pensando incontables preguntas que hacerle. Quería estar en el lugar de Kris.

—¿Alguna experiencia que lo avergüence, presidente? —interrogó Kris e Irene no parecía preocupada, algo interesante para Jimin fue ver que tanto ella como Jungkook fruncieron el ceño confusos cuando Jihyun pareció pensar su respuesta.

—Sí hay una. —Todos quedaron impactados por la respuesta fortuita. No era de extrañar la reacción, Jeon Jihyun era —a ojos del público en general— alguien perfecto y que hacía todo bien; del otro lado de la moneda estaban los demás que, más que verlo como alguien perfecto, lo veían como alguien carente de emociones y que jamás en su vida conoció el sentimiento de "vergüenza"—. No es algo que me guste contar, pero fui intimidado por alguien. —Los alaridos de ira y los comentarios como "¿¡Qué!? ¿Quién se atrevería a molestar a nuestro presidente?", "¿Cómo alguien puede ser capaz de intimidar a alguien como Jihyun?" o "¡Dinos el nombre, alguien así no puede simplemente irse sin recibir su merecido!"—. No diré el nombre porque ya es pasado y es mejor dejarlo así, solo espero poder volver a hablar con esa persona para hacer las pases y que recapacite sobre su actuar —comentó y los halagos dieron en la tierra como lluvia. "Nuestro presidente es tan buena persona" o "Presidente, tiene un corazón demasiado amable".

—Jihyunnie, ¿pero qué fue lo que sucedió? —La preocupación en la voz de Irene contagió al resto que exigió respuestas y Jimin no apartó la vista del rostro calmado del mellizo mayor. Jungkook también estaba esperando una explicación.

—Oh bueno, no fue nada grave. Después de una reunión, me quedé en el salón del centro estudiantil para terminar el informe de lo que se habló —contó y Youngjae, el secretario, corroboró la información. Jimin comenzó a tener un mal presentimiento sobre el rumbo que estaba tomando la historia—. Entonces entró esa persona para una consulta, claramente accedí porque se veía curioso y aunque estaba cansado por la reunión, quise ayudarlo. La conversación comenzó a desviarse un poco cuando hizo insinuaciones de acusaciones bastantes graves. Terminó llevándome a mi límite y acabé la charla así. A pesar de todo, no le guardo rencor porque fue un conflicto mínimo que en su momento me afectó bastante. Ya lo superé y… Ahora le deseo lo mejor.

"Maldito…", pensó furioso Jimin al cruzar miradas con los pozos cargados de veneno.

—¡Que horrible!

—¿¡Cómo alguien podría insinuar algo así!? ¡Tiene suerte de que el presidente sea tan bondadoso!

Seokjin y Chanyeol creían comprender la situación y Hoseok solo estaba intimidado por la tensión que le había transmitido el aire entre Jimin y Jihyun.

Al cesar el juego después de disfrutar una hora de verdades y retos banales, nuevas pinceladas anaranjadas bordaron las nubes y la luna había renacido al otro lado del cielo. En las umbrías de la posada Jihyun caminaba junto a su hermano detrás suyo.

—Vamos a la enfermería, quiero buscar alguna pastilla para calmar el dolor de cabeza —ordenó Jihyun moviendo los mechones de su frente a un costado.

—¿Dónde se encuentra la enfermería? —inquirió Jungkook siguiéndole el paso.

—Queda cerca —culminó la charla. Apenas había terminado el juego, Jihyun le dijo a Jungkook que lo acompañara a un lugar y este lo había seguido sin rechistar. Al llegar, el presidente le pidió a la enfermera si podía retirarse y esta obedeció sin reclamaciones, dejando completamente a solas a los mellizos.

El heredero buscó entre los gabinetes alguna medicación y encontró una tableta de pastillas. Abrió la llave dándole la espalda a su hermano de ojos muertos. Jihyun llenó un vaso de agua y apretó sus labios con molestia al fluir los recuerdos frescos con salvajismo en su cabeza. ¿Por qué sus padres tenían los ojos puestos sobre Park Jimin? Era una pregunta recurrente hace unos días, por ello investigo al nuevo estudiante de apariencia exótica, pudo excavar y encontrar huesos olvidados.

Jihyun era devorado por sus ensimismamientos mientras Jungkook estaba detrás de él observándolo con sus oscuros ojos como una serpiente acecha a su presa. Rememoraba las sensaciones a lo largo y ancho de su cuerpo, en el exterior e interior, esas emociones que lo explotaron y rasparon su límite por horas en una cruel tortura que desembocó en una marca que permanecería allí por el resto de su vida. Jamás podría escapar de su destino.

Y todo por su culpa.

"Su culpa…"

—¿Jiji? —preguntó un pequeño azabache tembloroso y con mocos derramados hacia la  angosta espalda de un niño en el patio trasero de la mansión. El mencionado no se volteó, estando a unos tres metros de distancia—. ¿Ji… Jiji? —llamó nuevamente. Lentamente el niño mostró su perfil, dejando ver la sangre en su rostro y el infante —asustado— bajó la mirada hacia la pequeña figura inerte y fría a los pies del contrario—. ¿Q- Qué pasó con Nun? ¿En- enfermó? —Sus preguntas desesperadas fueron contestadas por el silencio y fría mirada del otro.

—Hacía mucho ruido y me fastidió, así que hice que se callara.

Jungkook bajó su mirada al escritorio, viendo unas tijeras y vio la espalda de su mellizo. Tomó el objeto afilado recordando todo, cada segundo donde sus gritos fueron ignorados y fue lanzado a su suerte. Sus facciones no dudaron, no pensando en los momentos felices o las consecuencias, solo… Solo levantó la tijera en el aire con el deseo de terminar con todo.

—¡Jungkook! —Su nombre resonó por toda la enfermería y abandonó rápidamente las tijeras donde las encontró. Tanto él como Jihyun se giraron a ver al rubio en la puerta. Jimin carraspeó y formó una sonrisa—. Vicepresidente Jungkook, ¿puede dejarme a solas con el presidente por un momento?

Jungkook se volteó hacia su mellizo que suspiró y asintió, dándole implícitamente permiso para retirarse. Pasó a un lado de un tenso rubio que pensaba: "¿En serio iba a atacarlo?".

—¿Prefieres hablar en otro lugar? —sugirió Jihyun amablemente una vez estuvieron a solas y Jimin accedió. No intercambiaron palabras en todo el camino al bosque, la noche era cercana y Jimin estaba determinado a terminar esa charla antes de la caída de la luna. La convicción en la postura del bajo fue un antídoto para la venenosa mirada del presidente que se sentó elegantemente en las gigantescas raíces de un árbol y su porte calmado no lo hizo fiarse. No copió sus acciones y prefirió quedarse de pie.

—¿Qué fue todo esa palabrería anterior? —cuestionó relajado.

—¿De qué hablas? Fue exactamente lo que pasó. Me sentí realmente intimidado —dijo moviendo sus manos con miedo y las volvió a posar sobre su regazo.

—Manipulaste los hechos —afirmó.

—Solo conté lo que sentí en ese momento… ¿Crees que grabarme a escondidas es de buena educación? —Jimin amplió sus ojos al haber sido descubierto—. ¿Por qué tan sorprendido? ¿Creíste que no pensaría en esa posibilidad?

—Tú…

—Digamos que cumpliste tu objetivo. Atrajiste mi atención por completo y decidí indagar más sobre ti... Sobre tu anterior secundaria —informó con los ojos brillando en un incandescente carmín y Jimin comenzó a sudar. Jihyun se puso de pie, su espalda recta y su mandíbula a lo alto desprendía superioridad—. Tu historial es bastante curioso.

—Detente —murmuró Jimin.

Pero la boca de Jihyun seguía soltando información.

—Expulsado de la secundaría Sugug Gyegog en Busan por comportamiento violento, hiriendo de gravedad a un estudiante y dejando a otros dos internados en el hospital —expulsó de su boca casi de manera burlesca y los temblores en cadena dejaban incapacitado al rubio para contradecirlo—. Solo investigué porque me perturbó un poco el hecho de que me grabaras y mis sospechas resultaron ser acertadas, no quiero que lastimes a algún estudiante de Seungli. Realmente me preocupas, ¿quieres que hablemos sobre lo sucedido? —La falsa empatía le producía asco a Jimin—. Sé que la denuncia en tu contra fue súbitamente revocada, ¿te disculpaste con las víctimas? Es un gran avance, Park.

Jimin temblaba, su espalda encorvada y el escozor del sudor puso en evidencia su miedo al retroceso y su inseguridad. Se fijó en la venda escondiendo los cortes que quemaban en su palma, el dolor lo trajo de vuelta. No se… No se rendiría.

—En… En mi manos tengo un vídeo que demuestra que tu hermano, Jeon Jungkook, es el responsable de los graffitis de Seungli. No tienes forma de excusar eso —contraatacó y la mueca sardónica de Jihyun se fue borrando de a poco hasta mostrar una expresión sin gracia—. Sé cuanto te importa proteger la imagen de tu familia y ese vídeo sería una mancha en ella, ¿no? A tus padres no les agradaría eso.

Jihyun aspiró aire y levantó las comisuras de sus delgados labios.

—Negociemos. Tú no muestras eso y yo no diré nada respecto a la información que encontré. —Apoyó su mano derecha sobre su pecho y con la izquierda la estiró en dirección a Jimin.

—¿Cómo sé que de todas formas no lo harás? —desconfió sin tener control sobre los escalofríos producidos en su cuerpo.

—Yo jamás rompo una promesa —consolidó con sus rasgos rigurosos haciendo énfasis a sus palabras con total determinación, tomando de imprevisto a Jimin, sintiendo verdaderas esas palabras y dudó.

Ambos se miraron fijamente…

Y Jimin desvió la mirada.

—Si llegas a romper tu promesa, sacaré a la luz las acciones de Jungkook que, por lo visto, afectaría bastante la imagen de tu familia. Si algo me llega a pasar después de eso, no dudes que todo el mundo oirá el audio y serías el principal sospechoso. No creas que te desharás tan fácil de mí, Jeon Jihyun.

El nombrado mostró su amplia dentadura con diversión, era tan emocionante.

—Entonces este es nuestro secreto, Park Jimin. Nuestro pacto de silencio.












[Próximo capítulo: Viaje: Confesión II]













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En serio el destino no quiere que actualicé. Me han estado pasando una serie de eventos trágicos desde que me digné a actualizar ECL. Cuando creía terminar la tarea, BUM, más tarea. Enfermé y al recuperarme, BUM, enfermé de nuevo y me recuperé Y BUM en el hospital. Luego me recuperé y no perra, BUM enferma. Recién me ando recuperando de esta gripe, casi no pude dormir por el dolor de garganta, así que ven faltas de ortografía o errores en el capítulo, lo lamento. Iba a actualizar más temprano pero BUM, se me acabó la batería del celular (jsks estoy escribiendo esto con 19% y está el cargador conectado. No hagan eso, dejen descansar su celular o se les arruina >:/). En fin, al menos pude actualizar.

Segundo, iba a ser un par de explicaciones sobre ciertos aspectos vistos en el capítulo pero me extenderé bastante. OJO, el capítulo tiene +16k palabras, así que está bastante largo.

Tercero, ¿qué piensan de Jihyun?

Me hacía mucho hype introducir seriamente su personaje, ya que el desgraciado es mi personaje favorito de esta obra y lo sé, lo sé, es malo y todo eso. Les quería dar un dato de él: es más inteligente que Jimin. Ya les di una probadita de su potencial. 👀

Hubieron muchísimas cosas importantes en el capítulo, el inicio ya está cargado de información. Es más, PERSONAJE NUEVO, ¿quién será esta señorita tan misteriosa? ¿Aliada? ¿Qué pasó con la mami de Chanyeol? ¿Por qué Taehyung no mandó al frente a Jimin? ¿Por qué carajos no dejan a Chanyeol amar plenamente a Detective Marciano? Muchas preguntas y pocas respuestas, mi estimado.

¿Teorías? Saben que amo y aprecio cada una de ellas. Leo todos sus comentarios y me alientan muchísimo con ellos. ❤

Los amo muchísimo, cuídense y tomen agua. 💛🐥

PD: La serpiente que a veces se "presenta" aferrados a los mellizos, no es forma literal, es retórica. Lo mismo con los ojos rojos.

Lamento mucho la demora :c

Nos leemos dentro de un milenio. 🐥

©mysverse

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