O8: No podremos pasar.

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El humo presente.

La sangre abundaba.

Y la tragedia los seguía.

•••


Todos los autos estancados tocando las bocinas y policías locales tratando de apaciguar a la gente en el puente Banpo dando la unión entre el distrito Seocho y Yongsan sobre el río Han era lo que los había dejado atónitos.

Al parecer pusieron una barricada en el puente de dos pisos, tanto el Banpo como Jamsu.

—No podremos pasar —fue lo que dijo Seokjin apretando el volante bajo sus manos y los demás se asomaron curiosos finalmente viendo a los civiles protestando por su seguridad y su acceso.

Disparos se escucharon y notaron que mordedores se habían acercado y los policías dieron permiso del uso de sus armas de fuego.

Las personas dentro de sus autos gritaban cuando las bestias hambrientas se deslizaban contra sus ventanas cerradas. El ruido de las armas era insufrible, agregando los gruñidos y bullicio. Los chicos dentro del autobús estaban nerviosos por lo que pudiera pasar: nadie quería salir del transporte por miedo. Se sentían algo seguros allí adentro pero la idea de abandonar el lugar reconfortante gracias al tráfico, los hacía temblar del horror.

—Changkyun, ¿qué podemos hacer? —interrogó Yoongi a su amigo que miraba todo con el ceño fruncido.

—Tendremos que tomar un camino mucho más largo para pasar al otro lado al distrito Seocho-gu —suspiró y el peligris miró el cielo viendo como comenzaba a oscurecer.

Miró a Jimin al voltear su rostro y luego observó el frente.

—No tenemos comida... y de seguro muchos deben tener mucha hambre —Hoseok le echó un vistazo al grupo.

Y Yoongi recordó.

—Mis padres hicieron muchas compras ayer. Compramos demasiadas cosas, podemos ir a mi casa, no queda muy lejos... También podríamos traerlos —susurró lo último y sus mejores amigos asintieron comprensivos aunque todos querían ver a sus familias. Realmente Yoongi no pensó en su casa hasta que la acción cesó y su abrumada mente lo abofeteó con la idea de que sus padres seguramente aún estaban en casa.

—¿Dónde queda tu hogar? —interrogó Seokjin mirando al frente donde todos esperaban para pasar al otro lado.

—En el barrio Seobinggo-dong, está un poco alejado de la escuela así que creo que no hay muchos problemas... además, el ruido en el puente Banpo atrae a esas cosas. Deberíamos descansar además de que se está haciendo tarde y este Distrito es... Ya saben, vienen muchas personas hacia aquí y no me extrañaría que esté más plagado de mordedores que nada —suspiró rendido mirando a sus amigos y luego regresando la vista al frente.

—Está bien. —El profesor con sumo cuidado retrocedió y se adentró a un callejón alejándose así del puente.

Yoongi volvió a su lugar a un lado de Jimin, este luchaba por mantener los ojos abiertos y no dormirse. Rio ante la tierna escena de su hermanito cabeceando.

Con delicadeza empujó la cabeza del menor hacia su hombro para que logre descansar. El peli-rosa al principio pareció confundido por el tacto pero al notar quién es, se dejó llevar.

Sabía que su hermano estaba cansado emocionalmente, siempre entre él y Jimin, su madre le decía que cuide del menor, ya que lo consideraba más fuerte tanto emocional como físicamente, por otro lado, Jimin tenía los sentimientos más genuinos, su corazón era débil, aún recuerda cuando él lloró por unos minutos por haber matado por accidente a una mariposa y el mayor durante ese lapso de tiempo lo consolaba.

Ambos solo eran niños en ese momento.

Rio ante el recuerdo haciendo su pecho vibrar. ¿Y ahora? Con todo el mundo desplomándose, ¿algo cambiará?

Abrió abruptamente sus ojos al sentir el movimiento cesar, ¿en qué momento se había dormido? Miró a su alrededor y notó su casa, su respiración se cortó al ver las puertas y ventanas clausuradas.

Dejó pasar la saliva por su garganta con dificultad, elevando y decayendo la nuez de Adán. Se mordió el labio inferior e intercambió miradas con Changkyun.

—Hey —movió delicadamente el cuerpo de Jimin adormecido, éste abrió los ojos con pesadez pero al recordar todo se puso paranoico pero fue calmado por Yoongi—, tengo que bajar ¿si? Hoseok estará contigo aquí dentro... tengo que buscar comida y traer a mamá y a papá ¿entendido? —sus manos sobre los hombros de Jimin buscando su compresión y sus ojos suplicante al estar entre no querer separarse pero ir a buscar a sus padres.

Jimin elevó su mirada y en ella se veía sus suplicantes palabras.

“Regresa, por favor”.

Yoongi asintió ante su pedido y le propinó un pequeño abrazo antes de tomar su bate y salir junto a Changkyun y Soonyoung hacia el exterior del autobús. No había mordedores alrededor y eso los aliviaba un poco pero en ningún momento bajaron su guardia.

Yoongi notó que la puerta estaba cerrada con llave y tomó las suyas –que por suerte–, siempre las llevaba encima por miedo a perderlas.

El rechinido de la puerta hizo que sus ojos se cierren naturalmente pensando que el ruido fue muy grave, pero al no escuchar nada terminó por abrirlos. El lugar estaba casi oscuro porque el sol descendía cubriendo de a poco la capa sólida por la clara de la luna.

Caminaron lentamente: tenían que inspeccionar la casa primero y eso... Solo hacía que el dolor creciera en su pecho, que su corazón se estruje tanto por el retenimiento de las lágrimas que amenazaban con burla de escaparse. Veía las fotos familiares, la hermosa sonrisa de su madre, aquellos labios abultados y piel pálida; ver a su hermanito con esas mejillas abultadas; su padre abrazando por los hombros a la mujer y él. A medida que pasaban por las habitaciones no hubo nada raro. Sin embargo, Yoongi al llegar a la habitación de su hermano, simplemente quiso llorar... La cama estaba intacta, todos los peluches perfectamente acomodados; el cuarto de colores azulados y todo tan organizado y pulcro le provocó un sentimiento de nostalgia.

—Yoongi... —el llamado de Changkyun lo hizo retroceder del umbral de la puerta y salió al pasillo, viendo lo que no prestó atención al llegar... todo el pasillo estaba lleno de sangre, más bien, era un rastro de éste que llegaba hasta el final del corredor y se extendía hasta una puerta cerrada... la habitación de sus padres.

No... no, no, no, no.

Quiso llorar porque sabía lo que habría del otro lado... pero simplemente ignoró e hizo la vista gorda, así caminando hasta la puerta a pasos decididos mientras era seguido por los otros dos jóvenes que defendían su retaguardia.

Y entonces tocó la puerta ya que se dio cuenta que esta estaba con pestillo.

—¿Mamá... Papá? —No pudo evitar que su voz suene rota y dolida. Por su mente aparecían escenas fugaces y atroces, mas, debía ser fuerte... Por su bien y por su hermano.

Algo se deslizó del otro lado, Yoongi simplemente posó su mano en su pecho sintiéndose asfixiado por el abrumador dolor y tensión.

—¿Y-Yoongi...? —abrió sus ojos ya dejando que la primera lágrima se deslizara al escuchar la voz un poco pesada.

—¿P-papá? ¿Estás bien? Abre la puerta por favor —posó su mano en el pomo de ésta ansioso para que abran.

El pestillo fue sacado y Yoongi abrió con cuidado sintiendo un desbalance a medida que el interior se iba revelando.

Adentro estaba totalmente desordenado y cubierto de sangre. El oxígeno se cortó y buscó con desespero la figura de sus padres.

Mas, lo que encontró no fue precisamente lo que imaginó.

Su rostro se oscureció y su labio inferior tembló mientras que un fuerte nudo se aferraba a su garganta sin intenciones de retirarse.

Se hincó en el suelo y removió sus manos por todo su rostro, Changkyun sólo tapó su boca no creyendo lo que veía.

Su madre en el suelo con un cuchillo en su frente e hilos de sangre bajando por el corte dejando limpios rastros por sus pómulos y sien.

Apretó sus dientes con fuerza y con su campo visual nublado trató de buscar una respuesta con la mirada a su padre que se encontraba en el suelo con su remera manchada de sangre.

—Y-yo... no sé lo que pasó Yoongi... simplemente estaba cocinando y tu madre cuidando del jardín... pasó e-en un... en un segundo, a-algo- algo pasaba afuera, toda, toda la gente corría y-y salí por tu madre y entonces —el llanto acompañado de lamentos interrumpió su hablar, resquebrajándose cuando recordó la escena—, yo salí con el cuchillo cuando escuché el grito de tu madre... y te juro por Dios que traté de llegar lo antes posible... te juro que... que —y volvió a romper en lágrimas, sintiéndose vacío por perder al amor de su vida—... No sé que era eso, pero le había mordido la pierna a tu madre y no quería soltarla... lo golpeé gritándole que la suelte, no hizo nada, así que... lo asesiné..., metí a tu madre a la casa y cerré todo por el alboroto afuera, la acosté en la cama y traté de parar el sangrado en su pierna... carajo Yoongi, era tan profunda que-que... Dios —tomó su cabeza y Yoongi seguía llorando mirando a su madre en el suelo sabiendo el final de esa historia—. Entonces en un momento... ella simplemente dejó de respirar que fue hace un par de minutos —sollozó mucho más fuerte—. Luego... luego se levantó, me alegre pero ella... simplemente no era ella y-y... ya puedes ver lo que sucedió...

Las lágrimas en el rostro de Yoongi seguían presentes pero su expresión era sombría, vacía... Simplemente no estaba presente. Nada de lo que veía, nada de lo que estaba delante suyo era real; todo era una estúpida pesadilla. Probablemente ahora estaba durmiendo en algún sillón, ebrio y con la música a tope. ¿Por qué la música no lo estaba despertando? ¿Por qué a pesar de ser una pesadilla dolía tanto?

»—¿Y Jimin...? D-dime que Jimin está bien por favor, te lo suplico hijo.

—Él está bien... está conmigo y personas que lo cuidan —susurró viendo como una pequeña sonrisa se instalaba en los labios del hombre ignorando la tristeza en su cara y el calvario a su alrededor.

—Yoongi —llamó Soonyoung apretando su hombro no muy al tanto de lo que sucedía y los sentimientos a su alrededor—, se hará tarde.

El nombrado reaccionó y miró a su padre.

—Tienes que venir con nosotros y-

—No puedo.

Yoongi lo miró confundido pero entonces lo entendió... lo entendió cuando su padre deslizó la tela de la remera que tapaba su hombro izquierdo, mostrando una profunda mordida de distintos colores, morado, rojo, amarillo y sangre casi de un color negro.

—N-no —comenzó a negarse de la realidad Yoongi, vacilando en lo que diría.

—Terminaré como tu madre...

No sabía qué pensar. No sabía qué decir o hacer; simplemente miraba a su padre totalmente descompuesto en su interior, sus sentimientos a flor de pie y su corazón palpitando con una fuerza que pensaba que sufriría de un paro cardíaco en cualquier momento.

»—Sé... sé que —una sonrisa cariñosa se instaló en el hombre de cabellos negros y sólo unas imperceptibles arrugas en su rostro—... que la sangre no nos une... pero el amor que les tengo es tan genuino... los quiero con mi vida, como si fueran mis propios hijos, ustedes son mi familia... tú, Jimin y tu madre, los amo a los 3 y... y-yo- quiero que se cuiden, que vivan, que este mundo no les quite sus sonrisas... por favor Yoongi, mírame a los ojos y prométemelo —el nombrado tembló y con una gran fuerza emocional levantó su mirada para ver a su padre a los ojos... quien se encontraba apoyando su espalda en la pared detrás de él y su mano cubriendo la profunda herida en su hombro—. Promete que te protegerás... prométeme que no harás que este mundo te obligue a abandonar esa bonita sonrisa que tienes y... protege a tu hermanito, a las personas importantes para ti, dímelo Yoongi... dime que lo harás, dime que lo prometerás, deja que me vaya con tus palabras grabadas en mi mente, hazlo hijo... hazlo por tu padre.

Asintió incontables veces con su cabeza tomando la mano libre de su padre y derramando más lágrimas, él pensó que ya no podía dejar escapar más... pero ahí estaba, sumido en un llanto de dolor por ver a las dos personas que estuvieron siempre para él allí... ambos abandonando este mundo, su madre tan bella como siempre y su padre con una sonrisa hasta el último segundo en este mundo.

Los movimientos de Jongsuk eran lentos mientras que luchaba por no ceder ante la muerte, manteniendo sus ojos abiertos, la alta pérdida de sangre que sufrió lo dejó débil.

—Lo prometo, lo prometo, lo prometo, te amo padre, a mamá también, gracias... gracias por todo, protegere a Jimin, lo prometo, lo prometo por encima de mi vida que lo haré —había elevado su mirada con determinación aún con la capa de agua cubriendo su rostro.

—Entonces ya me puedo ir... los amo a ti y a Jimin, siempre estaré orgulloso de ustedes... —dejó descender sus párpados llevándose con él su último suspiro con una pequeña sonrisa en sus labios.

Un silencio se instaló, aquel tiempo permitió que Yoongi enfriara su cabeza por unos segundos queriendo que todo sea una pesadilla como las que tenía en el pasado... Sabía que esta vez era una realidad, sus sentidos afilados, el dolor en su cabeza y el cansacio en su cuerpo le gritaban que todo esto es la realidad lamentable en la que vivía.

¿Acaso Dios lo estaba juzgando?

¿Acaso este es el juicio final al que tanto escuchó a lo largo de su vida por diferentes bocas?

—Yoongi... —el susurro roto por parte de Changkyun (quien también conocía a los padres de Yoongi) lo hizo volver de su pequeño trance.

—Lo sé... salgan de la habitación —se levantó de su posición viendo como sus compañeros se retiraban.

Apretó el bate con rabia, enojo con el mundo, ira por haberse llevado a sus padres, sus nudillos se volvieron más pálidos por la presión y el preludio de un llanto silencioso se presentó junto a una tempestad de emociones en su interior.

Levantó el bate dispuesto a no ver a su padre como una de esas cosas.

Changkyun secó sus lágrimas una vez en el pasillo y Soonyoung a su lado miraba el suelo pensando en cómo estarán sus padres y su hermanita de 3 años... de seguro estarán bien, ellos eran fuertes.

El ruido en seco del otro lado de la puerta cerrada les hizo dar un pequeño salto al saber que Yoongi ejecutó sus actos.

Ahora...

¿Cómo se lo dirán a Jimin?








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Me arden los ojos, bye. 🐥

©mysverse

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