El ambiente era tenso y Seokjin miró sorprendido al chico a su lado.

La noche anterior, Namjoon y él habían tenido una discusión. Así es, los trainers no eran los unicos consientes del comportamiento extraño de Seokjin, por lo que Kim Namjoon tomó medidas la noche anterior, cruzando palabras que para el pelinegro fueron un tanto hiriente.

--Mhm... —Vaciló —¿Los he tratado mal, no es así?

—Uh, bueno... Yo no le llamaría así pero-

—Lo siento —Seokjin le cortó. Recostandose contra la pared.

Los ojos de Huening se encontraban más abiertos de lo normal y por poco su mandíbula caía al suelo. Las dos palabras de Seokjin daban vuelta por su cabeza aún, dejándolo perplejo.

«Lo siento» «Lo siento» «Lo siento»

¡Esto no estaba en sus planes!  En su mente todo era una discusión y se supone que debía sentir miedo... Pero aquí está, con un seokjin de ojos llorosos y el temblando de los nervios.

--¿No aceptas mis disculpas...? —Dijo y el menor negó rotundamente con la cabeza —¿Entonces...?

--Estoy sorprendido, hyung —Su voz sonaba ausente. Seokjin le miraba fijamente, esperando por más palabras —Quiero ayudarle... Quiero demostrarle a usted, que no somos una molestia...

El menor se quedó callado, viendo como el mayor suspiraba.

—No son una molestia —Reprochó, Huening lo miró —Prosigue

—¡Podemos ayudarte! 

--Te escucho —Seokjin levantó una ceja, interesando.

--¿A Namjoon le gustan las fiestas sorpresa?