JeongGuk bajó del auto, su madre bajó del lado del conductor. Para ser completamente honesto, JeongGuk no iba a visitar a su padre hace mucho tiempo pero sabía que su madre lo hacía. Él murió hace mucho tiempo y los cementerios nunca le gustaron a JeongGuk, entonces, prefería no ir.

Entraron al lugar y caminaron por pequeños pasillos en silencio, nadie dijo anda hasta que estuvieron a unas lápidas de su padre.

— ¿Sabes como me conocí con tu padre? — JeongGuk puso sus ojos en blanco.

Sabía perfectamente la historia, su padre y su madre se encargaban de contarla todo el tiempo, todos los días y eso era algo agotador y aburrido para él.

— Claro — Tomó una pausa para continuar. —. Ustedes iban a la misma universidad, él te vio y se enamoró al instante. Al final, te invitó a salir a una cafetería, hablaron por un tiempo y él se declaró. — Ella asintió.

— Entonces, empezamos a salir — Vio la lápida de cerca. —. Cuando él me dijo que era un omega, me asombre un poco para ser honesta. Creí, ¿será posible que le gente apruebe una relación de una alfa y un omega? — Levantó la vista para mirar a JeongGuk que era sólo un poquito más alto que ella.

— Eso es algo de antes, ahora es más normal. — Aclaró.

— En ese momento pensé: "Me dejará porque los demás dicen que está mal". Fui muy tonta, no pensé en él realmente. Solo pensaba en mí, en que podía salir herida. Fui egoísta. —Ella sonrió.

— Papá nunca te dejaría.

— Lo sé. — Volvió a mirar la la lápida. — No importa como sea debes de amar y ser amado, si no, dejaras y serás dejado.

— ¿Por qué tan de golpe estás diciendo estas cosas? — Recordó que ella estuvo con Jae y YugYeom el día de ayer. — ¿Jae o YugYeom te dijeron algo extraño?

Ella negó con la cabeza.

— ¡Vayamos a casa! — Dijo mientras se estiraba y sonreía.

Ignorando completamente las preguntas de su hijo.