OO9; Respuestas.

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- Por fin había logrado envolver el último de los regalos. Todos estaban listos, así que solo quedaba esperar a esos seis alfas, y relajarse un poco de paso.

Ni-Ki jamás creyó que podría encontrarse en una situación como esa, de hecho, pensaba que quizás una confesión en el día de los enamorados hecha hacía él, no sería posible, mucho menos tratándose de que la tradición dictaba que fuera el omega el valiente para confesarse ante el alfa, cosa que a Riki definitivamente le parecía una tontería.

Ahora que estaba enterado de la nueva tradición, solo sentía que era una locura. ¿Qué tal si otro omega recibía al igual que él más de dos confesiones? Seguramente aquel omega se vería envuelto en un revoltijo de dudas y estaría como un loco esperando no romper ningún corazón de por medio de los alfas que se le confiesen. Sí, definitivamente una locura.

Guardó los obsequios dentro de una bolsa para que no fueran vistos, y las clases dieron su final tan esperado por algunos para poder irse al fin hacía sus hogares. Lastimosamente Ni-Ki no sería uno de esos.

Caminó hacía la salida del aula, apenas y podía dar un paso, su cuerpo parecía indicarle que lo mejor era que se quedará dentro del aula y que no saliera para nada y que tal vez la mejor idea sería esconderse. Sacudió la cabeza frenéticamente para poder sacar esas ideas, no debía esconderse, tenía que enfrentarse a su realidad, la cual era, tener a seis alfas que se le han confesado frente suyo y darles una respuesta.

Detuvo abruptamente su andar. ¡¿Qué demonios les diría?!

—Cálmate, Nishimura Riki —se dijo a si mismo para poder relajarse un poco—. Debes estar tranquilo, no debes de preocuparte por nada; solo irás con ellos, les das los regalos y... y no sé que sucederá después de esto —soltó un resoplido, se estaba enfadando con su persona por haberse concentrado demasiado en los regalos y no en lo que era más importante, lo cual era, tener un dialogo para decírselos—. Soy un idiota.

―No lo eres ― Ni-Ki casi saltó al escuchar aquella voz. Miró hacía la derecha encontrándose con Yang JungWon sentado cómodamente sobre el escritorio del profesor mientras tenía en sus manos un libro.

―Concuerdo con él ―agregó está vez alguien que se encontraba recargado en el marco de la puerta, Riki miró de reojo encontrándose con SungHoon ―. Deberías dejar de insultarte, omega.

―Él tiene razón ―demonios ¿a qué hora habían llegado todos ellos? Miró que algunos se encontraban sentados en las butacas desocupadas, mientras que otros se encontraban cerca de la puerta―. ¿Haz decidido? ―la pregunta de HeeSeung lo sacó de sus pensamientos.

Debía dejar de vagar dentro de su cabeza, ni siquiera se había percatado de la llegada de los seis alfas, y eso era muy, muy malo. Tenía que concentrarse, nada de distraerse con sus mismas dudas una y otra vez. Concentración, solo concentración.

―Y-yo... ― Riki sentía que las palabras se las estaba tragando su garganta. Maldición, como odia no poder decir absolutamente nada en estos momentos. Quería darse una bofetada, no le importaba que esos alfas estuvieran frente a él, no le interesaba eso ahora, necesitaba pegarse para ver si así podía llegar a tener la concentración que tanto requiere.

Pero... tal vez las palabras no eran necesarias en ese instante. Cerró sus labios apretándolos levemente y entonces miró la bolsa en sus manos, colocó aquella bolsa sobre uno de los pupitres, para después, disponerse a quitarse su mochila de encima y dejar algunos de los regalos de aquellos alfas sobre el mismo lugar en dónde había dejado anteriormente la bolsa. Tomó los regalos que había preparado para los alfas y entonces se acerco hacía JungWon.

Todos habían quedado expectantes ante aquellas acciones, y JungWon se quedó más que sorprendido ¿Lo había escogido a él? No podía estar tan seguro. Ni-Ki sentía sus mejillas tan calientes que podían ser comparadas al calor de una fogata encendida, pronto llevo su mano hacía dentro de la bolsa y por fin sacó el regalo.

Era sencillo, Ni-Ki simplemente no sabía que poder darles, así que había logrado conseguir unos chocolates que tenían formas de corazón y algunos bombones cubiertos por más chocolate. Puso en varias bolsitas un poco de los dulces que logró conseguir y había escrito pequeñas notas para colocarlas dentro de la bolsa, cada nota era dirigida hacía cada alfa, con distintas palabras.

JungWon iba a decir algo, pero al ver como el omega lo dejaba y pasaba ahora hacía los demás alfas se quedó extrañado. SuNoo fue el siguiente en recibir su obsequio de parte del omega, para después pasar a Jay, SungHoon, HeeSeung, y finalmente Jake, todos los alfas se quedaron extrañados ¿El omega los estaba aceptando a todos?

Ni-Ki sabía que todos se encontraban confundidos, así que necesitaba darles una explicación. Carraspeó la garganta para llamar la atención de los alfas, quienes lo miraban como pidiendo una explicación al respecto.

―Sé que esto ―miró uno de los regalos en las manos de los alfas―, no lo esperaban ―apretó sus labios levemente para después continuar―. Hubo una vez que me atreví a confesarme a un alfa que me gustaba, Taki era su nombre ―hizo una pequeña pausa―, él me rechazo y desde allí ya no quise saber nada de confesiones, pero... él no fue malo ―sonrió―. Él me acompaño después de haberme rechazado, y ambos compartimos los chocolates que eran su regalo. Esto no es igual, lo sé ―menciono el omega―, pero, no sé que decirles, sinceramente no me esperaba una confesión de ninguno de ustedes, y pensaba que se molestarían al verse por todo esto, aún más por mis acciones. De hecho, tal vez ahora estén molestos conmigo.

Los alfas le prestaban atención a sus palabras, no dejaban de mirar al omega, aunque a veces Ni-Ki llevaba su mirada hacía el suelo, sintiéndose avergonzado por todo aquello.

―Pero, Taki compartió un momento conmigo y no me trato diferente después de mi confesión, se comporto como un alfa amable y sin intensiones de avergonzarme o humillarme ―miró a cada uno de los alfas―. Todos ustedes... he visto como rechazan confesiones, he visto como sonríen hacía los omegas que no pueden obtener su cariño, y me recuerdan a él. Son unos alfas auténticos y muy dulces, de esos que no se consiguen tan fácilmente, y... ―sintió sus mejillas arder de nuevo, su corazón había aumentado los latidos aceleradamente―. me siento muy halagado por sus acciones, nunca pensé que alfas como ustedes se fijarían en mí.

Riki hizo una pausa, necesitaba calmarse y seguir hablando, los alfas no le habían dado una clara respuesta o siquiera se atrevían a interrumpirlo, solo se dedicaban a escuchar atentamente sus palabras.

―Perdonen por no tener una decisión, sé que seguramente la esperaban, pero no puedo tenerla en claro, y me decidí a darles un regalo a cada uno de ustedes, no hablamos mucho, y apenas los conozco, espero me disculpen por esto ―hizo una reverencia para poder disculparse ante los alfas―, y perdón si no es la respuesta que se esperaban, pero quería darles un regalo para que sepan que acepto sus sentimientos hacía mi persona, aunque no tal vez no sea de la manera que esperaban.

Los alfas se mostraron sonrientes después de haber escuchado todo aquello, SungHoon se atrevió a hablar primero mientras se disponía a abrir la bolsa que contenía aquel delicioso botín.

―Debo admitir que me haz sorprendido ―dijo SungHoon, llamando la atención del omega―, estos dulces se ven deliciosos ―tomó uno de los chocolates llevándolo a su boca para por fin sacar la nota y leerla―. Eres un alfa muy dulce y especial ―sonrió satisfecho con lo que decía aquella nota.

Jake se mostró emocionado y de inmediato abrió la bolsa del regalo y sacó la nota.

Gracias por aparecer en mi vida, alfa ―sonrió hacía el omega después de leer lo escrito, encantado.

Encantador alfa, gracias por tus sentimientos ―leyó Jay para después sonreír. Esas habían sido unas lindas y acertadas palabras.

Alfa, tu cariño me hace feliz ―mencionó HeeSeung para después soltar un largo suspiro sin dejar de lado su sonrisa.

Adoro cada una de tus sonrisas, alfa ― SuNoo se sonrojó, eso había sido muy lindo.

Alfa, eres lo mejor que me ha pasado en esta vida ―terminó JungWon para después sonreír y guiñar mal al omega.

Ninguno paraba de sentir esas mariposas revoloteando en su interior, las emociones que sentían eran demasiado fuertes. El omega les había aceptado, y de una forma muy dulce.

Ni-Ki quería esconderse, pero simplemente no podía, no de ver las radiantes y hermosas sonrisas de todos esos alfas, y saber que eran dirigidas hacía él, solo lo hacían sentirse feliz y cálido, una calidez tan fantástica era como recordar los mejores y más tiernos momentos en su vida, y le encantaba, era algo irreemplazable.

Definitivamente ese había sido el mejor día de los enamorados de todos. Ni-Ki es feliz si esos seis alfas lo son.

Bien, terminamos otro libro uwu
( Falta el epílogo, dentro de unas
horas lo subo uu )
Muchas gracias por todo<3333
JDJFKGJGKDJFK y en mi defensa,
con lo que coloque en el capítulo
pasado, era para molestar;(
no se enojen kjfkgkh
Nuevamente muchas gracias<33
Nos leemos pronto.

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