⟩ O8 !

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- Cuando Chan se enoja de verdad, una vena se le salta del cuello, SungHoon nota.

─ No hagan esto por favor, se los suplico.

─ Esa... esa cosa no va a pisar nunca más esta casa, no mientras yo viva ─ apretó los dientes.─ Es una aberración.

─ Excelentes habilidades parentales ─ SungHoon levantó el dedo pulgar ─ Mereces un premio, papá. ¿Qué te parece el título: "Al pedazo de mierda más grande"? Suena bien ¿no?

Su padre se acercó a él con brusquedad, lo acorraló contra el auto, lo tomó por el cuello y estrelló su puño contra el rostro de su hijo.

─ Y un reconocimiento al mejor padre, seguro te lo llevas.

Y el caos se desató. Los golpes, quejidos y gruñidos inundaron el ambiente. HyunJin lloraba con fuerza y suplicaba que se separaran, WonYoung estaba congelada en la entrada de la casa y las gemelas gritaban aterrorizadas.

El suelo se manchó de sangre cuando SungHoon cayó sobre él, inmóvil, apenas respirando y retorciéndose de dolor. Su Alfa ardía de ira, pero el castaño no era capaz de pararse y continuar.

─ Hazlo una vez más, hijo. Siempre terminarás comiendo polvo, ahogándote en tu sangre. Eres débil, muchacho y nunca te olvides quién manda aquí.

─ N-no me llames hijo. ─ logró decir, casi ahogándose con su propia sangre y manchando sus dientes de un color rojo intenso.

Chan le dio una última patada y se mostró serio.

─ No vuelvas a retarme, hijo ─ dijo pronunciando aquello último casi con burla.

♡❜

Cuando SungHoon llegó a los vestidores al día siguiente, vio a todos reunidos y claramente molestos por la tardanza.

─ Lo siento. ─ dejó sus cosas en una banca y se recargó en una pared, agachando la vista lo más que pudo e intentando desaparecer.

El entrenador EunWoo es un buen hombre, suele gritarles para que dejen de holgazanear y muevan sus "escuálidos traseros", pero los aprecia, son el mejor equipo de fútbol americano que ha tenido en años y suele ser duro con ellos, les exige bastante. Es por eso que cuando escuchó los pasos y sintió al Beta cerca de él no reaccionó, lo respetaba. Por fin levantó la cabeza y trató de no gruñirle a sus compañeros cuando escuchó los soplidos.

─ 10 vueltas y 25 suicidios. Llegas tardeuna vez más y no te dejaré entrar. ─ el castaño asintió lentamente.─ Es una temporada nueva, Park, no puedes empezar con el pie izquierdo, tú no.

Algo se suavizó en la mirada de su entrenador antes de alejarse. ¿Se estaba disculpando? Algo en los ojos de aquel hombre disparó un pequeño temor de que alguien supiera que su padre le había estrellado el puño en la cara y le había pateado el estómago.

Después de una discusión sobre el enfoque del entrenamiento de ese día (el cual SungHoon definitivamente no escuchó) se cambiaron a su equipo y ropa deportiva. Salieron al campo y con el casco en la mano el castaño se sintió seguro.

Trabajaron en algunas jugadas, apenas las repasaron cuando sucedió. Nadie supo cómo fue exactamente que el Quarterback (SungHoon) terminó debajo del Fullback (el imbécil de JunKyu); o cómo es que el Centro también cayó de cara; o cómo fue en general que su propia línea ofensiva terminó tackleandolo.

Cuando todos se levantaron riéndose menos uno, la preocupación les hizo cortar el ambiente relajado. JunKyu se acercó y le quitó el casco y vio que la ceja le estaba sangrando de nuevo, estaba sudando como todos pero algo en la palidez de su amigo lo alertó.

─ Mierda.

Cuando SungHoon abrió los ojos solo vio negro y por un momento pensó que se había quedado ciego, hasta que sintió la tela sobre sus ojos y se la quitó sin mucho cuidado, tampoco le importó mucho cuando la aventó.

La enfermera se sobresaltó y se acercó al muchacho con lentitud.

─ Estarás bien, tienes un par de costillas rotas pero gracias a tu dinámica podrás sanar rápido. Te recomiendo ir a una clínica a que te tomen radiografías y te den alguna inyección. Toma. ─ le dio un recipiente con dos pastillas.─ Van a ayudarte por ahora.

─ Te desmayaste por el dolor. ─ se giró hacia la voz y sus mejillas se encendieron al ver la gorra blanca de su entrenador. Observó cómo le hizo un gesto a la Beta y ella se retiró, desapareciendo detrás de una cortinas.─ Dos costillas rotas muchacho ¿estás loco?

─ No sabía ─ estiró la mano para tomar la botella de agua y se encogió levemente al ver los folletos.

"Violencia intrafamiliar"

"Las marcas de la violencia"

"La violencia de un padre"

Le pegó un trago rápido al agua y regresó la vista al Beta frente a él.

─ ¿Le informaron a mis padres? ─ maldita sea, se sentía como si tuviera 12 años.

─ Solo a tu madre. Tu padre se encontraba fuera del país.

Asintió.

─ No es lo que cree.

─ Es justo lo que creo, Park.─ le extendió un pedazo de papel.─ Verás los entrenamientos y me ayudarás a planear hasta que puedas jugar. Necesito a mi Quarterback.

Salió de ahí sin decir una palabra más. SungHoon desdobló el papel y arrugó el entrecejo.

'Sé lo que te hizo'

Pero el silencio, la forma sutil que tuvo el entrenador de hacerle saber que estaba al tanto de su situación, solo le sirvió para entender que no haría nada al respecto. Si no ¿por qué no se atrevió a decirlo en voz alta?

Nadie nunca hará nada al respecto.

Se preguntó, cuánto tiempo más podría aguantar.

♡❜

Se quedó un buen tiempo parado en la entrada de la clínica. Estorbando un poco, aunque nadie tenía muchas ganas de pedirle que se moviera.

Su parte animal reaccionó antes y lo percibió primero.

SungHoon olfateó el aire, cerrando los ojos y aspirando la esencia dulce que algún omega desprendía. De repente, chocó con alguien.

─ Muévete, imbécil. ─ dijo el rizado, malhumorado y algo brusco.

El castaño abrió los ojos con sorpresa y solo cuando el omega ya estaba a varios metros de él, se dio cuenta. La realización de a quién llevaba buscando desde hace un tiempo lo asombró, era el omega gruñón con el que se había tropezado.

Mi omega, el alfa de SungHoon reclamó.

Un pinchazo de dolor le atravesó el abdomen y eso lo distrajo lo suficiente como para perder un momento la noción de lo que pasaba a su alrededor. Mierda ¿cuándo fue la última vez que comió? Se apretó el puente de la nariz, tratando de despejar su mente y callar a su Alfa.

Omega, omega, omega.

Al parecer hizo algo, porque el chico se giró en seco y abrió los ojos como platos. Tal vez fue la esencia de SungHoon, de nuevo a bosque y un leve toque de café. El castaño vio que el chico abrió la boca pero no alcanzó a escuchar nada, solo recuerda la expresión horrorizada.

Y por segunda vez en el día su cabeza se estrelló en el suelo.

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